Despues de muchos años, Linda y su misterioso benefactor, el "Extraño", se encuentran cara a cara. ¿Quien es él en realidad? ¿Cual es la relación que los une? Descubre las respuestas en este número!!
Ella es la última superviviente de una grandiosa civilización. Enviada a la Tierra para escapar de un holocausto que destruiría su hogar, la joven Kara Zor-El fue encontrada por los Kent y acogida como su propia hija. Enfrentada al secreto de su origen, su vida está ahora en una encrucijada que decidirá su destino. ¡Es el incicio de la leyenda!
Resumen de lo publicado: Decidida a usar sus poderosas habilidades en beneficio de los demás, Linda Kent ha iniciado una carrera como la "misteriosa protectora" del pueblo de Smallville. Es ese momento el que ha escogido el misterioso "Extraño" para visitarla de nuevo
Linda Kent, estaba alucinando ante la imagen que tenía delante. Después de tantos años de ausencia el “Extraño”, decía llamarse Abin Sur. Se había quedado boquiabierta al encontrase, después de tantos años, con alguien que había significado tanto para ella.
Mientras Linda se recuperaba de la impresión, Abin Sur no perdió el tiempo. Utilizando su anillo de poder, encerró en una burbuja de color verde la roca que había dado poderes a George Heck, para luego pulverizarla y destruirla.
- Linda Kent, será mejor que nos vayamos de aquí. Las autoridades de Smallville llegarán en cualquier momento a ocuparse del humano causante del disturbio y sería propicio que no nos hallasen en la localización pertinente.
La chica no tuvo otro remedio que aceptar las palabras de Abin, quedándose perpleja ante la riqueza de vocabulario del Green Lantern.
Tanto Linda como Abin levantaron el vuelo. La jovencita lo hacía desafiando la gravedad, mientras que el “Extraño” lo hacía empleando las energías de su anillo, rodeado de un misterioso campo verde de fuerza. Mientras volaban, Abin Sur preguntó a Linda:
- Supongo que tendrás una considerable cantidad de cuestiones que desearás tratar.
- Ni te lo imaginas- contestó Linda.
- Lo más adecuado y lógico, en pos de la coherencia, será que empiece por el principio- dijo Abin Sur.
- Me has dicho que eres un Green Lantern de un sector espacial… ¿qué quieres decir con eso?- preguntó Linda queriendo satisfacer su curiosidad.
- Ser un Lantern es el mayor honor que puede existir en todo el cosmos- proclamó con orgullo el alienígena- Sólo los escogidos pueden serlo para servir y proteger el universo con la máxima eficiencia y eficacia de la que hacen gala los mejores individuos de cada sector.
Linda miró a Abin con cara de circunstancia y de no entender ni jota de lo que la estaba contando.
- El Universo, tal y como es conocido, se divide en 3600 sectores, en los cuales la maldad camparía expandiéndose a lo largo del cosmos, de no ser por los Green Lanterns. El Cuerpo de los Green Lanterns es una fuerza intergaláctica constituida por 3600 agentes, uno encargado de la vigilancia en pos de la paz de cada sector.
- Muy cuco- interrumpió Linda.
- Cada Lantern posee un anillo de poder verde, imbuido con la fuerza de la voluntad, la fuerza más importante y que mueve el universo- dijo Abin Sur, mostrando su anillo a Linda Kent, levantando su puño cerrado mientras proseguían con su vuelo.
- ¿Y qué se supone que puede hacer ese anillo?- preguntó Linda con curiosidad.
- Los anillos de poder son el arma más poderosa de la galaxia. No tienen paragón en todo el cosmos. Todo es posible con ellos. Empleando y haciendo uso de la fuerza de la voluntad, los anillos obedecen a los designios de su portador, los cuáles son elegidos por el mismo objeto de poder. Sus funciones incluyen la capacidad de manifestar cualquier creación y constructo de cada Lantern- explicó Abin Sur mientras en pleno vuelo, creaba varias figuras de color verde con su anillo, tales como un planeta, un cohete espacial y un extraño animal alienígena con seis patas y tres colas-. Otras funciones básicas del anillo- prosiguió Abin- incluyen la capacidad de emitir rayos de energía defensiva y ofensiva, generar un campo de fuerza que protege en extremo al portador o la habilidad de volar, como puedes comprobar.
- Todo esto es alucinante- dijo Linda Kent- Pero, ¿qué tiene que ver conmigo?
- Más de lo que imaginas. La historia de este humilde miembro del Cuerpo de Green Lanterns viene unida inexorablemente a la tuya. Por motivos que más adelante te serán narrados, he tenido conocimiento de que has averiguado en tiempos recientes la verdad acerca de tus raíces provenientes de Krypton. ¿Me encuentro en lo cierto?- preguntó Abin a la jovencita que le escuchaba con toda la atención del mundo.
- Así es- afirmó estoicamente Linda.
- La relación de Krypton con los Lanterns ha estado repleta y plagada de irregularidades. Nunca el antiguo pueblo Kryptoniano ha tenido en estima la labor sin igual que los Lanterns realizan en el cosmos. De hecho, el pueblo del que provienes se ha jactado por regla general de ser autosuficientes, negando la necesidad de que los Lanterns interviniésemos en sus crisis- decía Abin-. Pese al constante desprecio de tu pueblo al Cuerpo, es justo reconocer que la riqueza cultural Kryptoniana ha sido abundante. Su cultura era muy rica en matices y en diferenciación, constando de diferentes gremios a la hora de diversificarse.
- Pareces saber mucho acerca de Krypton- dijo la chica.
- Si- respondió Abin Sur- El anillo es también una fuente de sabiduría. Si me permites continuar…
- Por supuesto- contestó Linda interrumpiendo irónicamente la frase del alienígena.
- Como decía con anterioridad, Krypton constaba de diversos Gremios, dotando de variedad la capacidad de desarrollo del planeta. Muy conocidas y envidiadas fueron las aportaciones del gremio científico, muy laboriosas y dignas de reconocimiento el vigor del gremio obrero, entre otros. No obstante, la causa de que la civilización Kryptoniana renegase de los Lanterns, a la par que les proporcionaba un nivel temible como fuerza de elite, fue el gremio militar- explicaba el “Extraño”.
- Este gremio- proseguía la charla Abin- fue uno de los más desarrollados del planeta, sobre todo por las aportaciones del General Zod, una de las mentes militares más preclaras y meticulosas en lo referente a estrategia militar y formación de combate más reconocidas de los sectores del universo. Sus tácticas, así como sus habilidades, no tenían igual en el cosmos. El General Zod fue el encargado de instruir en las artes bélicas a la ya extinta raza. Los Kryptonianos no eran un pueblo belicoso por naturaleza pero la ambición de Zod se expandió, por lo que empezaron a convertirse en una fuerza a temer, puesto que no fueron pocas las revueltas y disputas surgidas en el seno del planeta.
Abin Sur paró un momento su historia acerca del pasado de Krypton, cuando Linda y él sobrevolaron una montaña desértica situada en Kansas. Abin realizó con el brazo un gesto indicando que se disponía a aterrizar allí.
- ¿Por qué paramos?- preguntó Linda.
- Cuando regresé a la Tierra en tu búsqueda, mi anillo me avisó de que había una presencia en esta zona que deberíamos de investigar- fue la respuesta del “Extraño”.
Jonathan y Martha Kent se encontraban en la granja familiar, escuchando la radio, cuando oyeron de sopetón una noticia en la que Linda parecería estar implicada, pues los reporteros del informativo local hablaban de un enfrentamiento entre un trabajador de la construcción con fuerza sobrehumana y una misteriosa chica con superpoderes, con la cara tapada con un pasamontañas.
- Acabo de subir al cuarto de Linda y no está- dijo una preocupada Martha Kent.
- Si cabía alguna duda, ya es evidente. Nuestra niña es la chica a la que se refieren en las noticias- añadió Jonathan.
- Dios Mío, ahora Linda se dedica a ir metiéndose en peleas- murmuró Martha.
- Eso no es del todo cierto y lo sabes. Estoy seguro que sólo hizo lo correcto, salvando vidas. No obstante, debemos hablar con ella- le tranquilizó Jonathan.
Abin Sur y Linda Kent se encontraban en plena montaña de Kansas. El Green Lantern estaba completamente en silencio con el puño levantado hacia lo alto.
- ¿Qué es lo que estás haciendo?- le preguntó Linda.
- Estoy procediendo al escaneado de la zona. Intento encontrar con mi anillo el foco de la emanación de la Kryptonita- le respondió Abin Sur.
- ¿Qué quieres decir con eso?- siguió curioseando la chica.
- Cuando Krypton fue destruido, multitud de fragmentos del planeta salieron disparados en dirección a la Tierra. El planeta se encontraba, antes de llegar al punto de explosión, infectado por la llamada “Plaga Verde”- explicaba el alienígena- El mal al que hago referencia ha estado llegando a la Tierra. Si bien esa enfermedad llevaba a la defunción por envenenamiento los habitantes de Krypton, tiene efectos muy distintos con las formas de vida terrestres. Formas de vida que durante los últimos años están siendo infectadas en casos aislados, mediante su transmisión.
- ¿Por qué tengo el presentimiento de que hay cosas que no me cuentas?- dijo Linda.
- Durante los últimos años, me he ocupado en secreto y sin necesidad de crear una situación de alerta, de reducir a los infectados terrestres de la “Plaga Verde”. Lo que me he mostrado reacio a comunicarte es que pueden proporcionar a las formas de vida terrestre poderes y habilidades como las que experimentaste de primera mano con el terrestre poseedor de superfuerza.
- Y si estás escaneando con tu anillo y me has traído hasta este lugar, ¿es por qué uno de estos seres se encuentra por aquí?- deducíó la chica.
- Así es. El propósito de este nuevo viaje a la Tierra no era la detección de un nuevo humano infectado, pero al aproximarme de camino a Smallville, detecté riesgo para los habitantes del sector.
- ¿Y por qué no solucionaste este asunto antes de encontrarte conmigo antes?- curioseó Linda.
- La respuesta a tu cuestión es que tenía cierta necesidad de urgencia de ver la forma en la te ocupabas de solventar tu encuentro con el otro humano infectado(1), del que previamente me había informado mi anillo de poder- le aclaró Abin Sur.
- Lo que me lleva a mis siguientes preguntas. ¿Por qué hace años te ocupaste de consolarme(2)? ¿Por qué me buscabas ahora de nuevo? Tengo el presentimiento de que hay mucho que no me has contado aún- parloteaba Linda Kent-. Antes has empezado hablándome de Krypton y ahora me dices que llevas años ocupándote de infectados por la “Plaga Verde”. Es obvio que me vigilas… Sé que faltan piezas sobre la mesa y me gustaría que me contases con sinceridad qué nos une a ti y a mí, sin rodeos.
- Entiendo tu necesidad de obtener conocimiento pero todo proceso de aprendizaje conlleva su respectivo tiempo- le contestó Abin.
Antes de que Linda pudiese responder nada, un montón de arena amarillenta apareció de golpe como de la nada, disparada como si del chorro de agua de una manguera se tratase. Todos esos granos de arena, adoptaron forma humanoide y se interpusieron entre Linda y Abin Sur.
- Dejadme en paz- vociferó una voz muy grave, como de ultratumba.
Sin más, esa forma arenosa golpeó a Abin con mucha fuerza, sin que el campo protector fruto de su anillo pareciese servir de mucha protección.
- Me parece que éste es un buen momento para que utilices tu anillo- dijo Linda a Abin Sur.
- Éso es un dato incorrecto. En el informe sobre mi anillo, debí haberte aportado la información de que una debilidad de la que hace gala es que es inefectivo contra todo aquello que haga ostentación del color amarillo.
- Entonces, yo me ocupo de ésto- afirmó nuestra heroína.
Linda Kent se acercó hacia el ser humanoide y le propinó un puñetazo. Ese acto fue inútil ya que el ser arenoso disminuyó su densidad y el puño de Linda quedó atrapado en el estómago de la criatura humanoide que, al aumentar de golpe su densidad, era imposible liberarse.
- Vas a morir, zorra- susurró la criatura con una voz gutural.
La chica intentaba sacar su puño del interior de la criatura pero, por más que estirase y pese a su increíble fuerza, no lograba sacarlo. Afortunadamente Abin le pegó un golpe por detrás pero al ser de arena, causó que perdiese la concentración y soltase a Linda.
- Gracias. Creía que no podrías hacer nada- dijo Linda Kent.
- Un Lantern es mucho más que su anillo- contestó un rotundo Abin Sur.
- ¡Váis a morir!- vociferaba la criatura mientras se dirigía velozmente hacia el Green Lantern.
Abin sur esquivó el ataque del ser arenoso a duras penas. Mientras, Linda agarró un gran pedrusco que se hallaba cerca y lo lanzó contra la criatura. El impacto poco le afectó, puesto que casi inmediatamente aumentó considerablemente su densidad, de forma que no le afectase la colisión del pedrusco.
A renglón seguido, la criatura estiró de forma muy notoria su brazo en dirección a Linda, golpeándola con tal violencia que la chica fue derribada.
- No sois las primeras personas ni las últimas que moriréis por venir aquí- dijo la criatura.
- Has de confiar en mí- imploró Abin a Linda- Golpea de nuevo a la criatura, esta vez en la cabeza.
Debido a la calidez que el “Extraño” inspiró a la chica desde su primer encuentro hace ya muchos años, Linda obedeció las instrucciones de Abin, dándole al ser en la cabeza. La criatura apenas sintió el golpe al encontrarse en su estado de mayor densidad.
Acto seguido, el ser de arena intentó golpear a Linda pero la jovencita empleó su supervelocidad para esquivar el golpe.
- ¿Por qué me has pedido que le golpease?- preguntó la jovencita.
- Observa su comportamiento- respondió estoicamente Abin Sur.
En efecto, después de atacarle en la cabeza, el comportamiento de la criatura parecía errático, ya que estaba moviéndose sin rumbo y tambaleándose, pese a la apariencia de que el golpe de Linda no le había hecho mella.
- Cuando le di un golpe para liberarte de la presa de la forma terrestre, observé que el punto de impacto donde arremetí rompió su concentración de forma temporal y deduje que una repetición de la acción, nos llevaría al éxito- explicó Abin.
Tras decir ésto, Abin Sur se elevó por encima del cielo, reacción que Linda entendió como que debido a la ineficacia de su anillo de poder, el alienígena se estaba retirando para no interferir en su acción, ahora que sabía lo que tenía que hacer.
El ser arenoso estaba furioso y una y otra vez intentó atacar a Linda, moldeando su cuerpo de diversas formas con las que herir a la jovencita. Sin embargo, poco podía hacer ante una Linda Kent que usaba su supervelocidad para esquivar los golpes.
No sólo eso, la jovencita aprovechaba los ataques frustrados de la criatura para poder pillarle con la guardia baja y poder asestarle ataques en la cabeza, de tal forma que el ser de arena, se encontrara cada vez más y más desorientado.
- Tarde o temprano pagaréis por ésto- dijo la criatura con una voz de desesperación.
Linda Kent calló a la criatura con un nuevo estruendo en su rostro, quedando ésta tambaleándose y perdiendo por momentos la cohesión de su cuerpo.
En esos momentos, el ser arenoso ya estaba muy debilitado y no acertaba a pensar bien como defenderse, por lo que los puñetazos de Linda cada vez eran más frecuentes. De repente, la cohesión del ser, perdió una enorme cantidad de densidad y de consistencia, en la que incluso a Linda le costaba poder dar un puñetazo, pues era más bien como meter la mano entre un puñado de arena.
- ¡Ahora! ¡Emplea tu superaliento de forma que se separe la estructura de tu rival!- gritó Abin desde las alturas.
Así obró la jovencita; usando sus pulmones a plena capacidad, y soplando con todas sus fuerzas, de tal forma que en breves instantes el ser arenoso no era más que motas de arena desperdigadas en el aire, dirigiéndose y volando cada una hacia su propio destino.
- Abin, emplea tu anillo; contén las motas de arena, no quiero ser responsable de matar a esta criatura- dijo Linda.
- Incorrecto, recuerda que sigue siendo un elemento de color del espectro amarillo y pese a la separación de su estructura, mi anillo no surge efectividad al manipularlo contra esa forma de vida- respondió Abin Sur- Has de tener en cuenta además, que no has extinguido su vida, puesto que sus órganos vitales metamorfosearon en el momento en que el humano se vio expuesto a la roca de Krypton afectada por la “Plaga Verde”.
- ¿Me estás diciendo que el ser de arena antes era un ser humano?- preguntó asustada Linda- Entonces, me alegro de no haberlo matado.
- Correcto- le consoló Abin-. Es cuestión de tiempo que se reagrupe.
- Eso espero. No me gustaría ser la responsable de la muerte de ninguna persona. Y espero que algún día sepamos su historia: quién era, cómo se convirtió en ese ser… Como también espero que continúes contándome tu historia…- interrogó la chica.
Abin Sur abrió los ojos como platos al escuchar eso.
- Me has contado cosas como que eres un Green Lantern, además de en qué consiste ser un Lantern, incluso me has dado más datos acerca de Krpton, pero hay…- dijo Linda antes de ser interrumpida por Abin Sur.
- Mi anillo me ha avisado de una amenaza en el planeta rojo de este sector, debo partir inmediatamente. Linda, espero volver pronto y poder seguir informándote. Hoy te has comportado de forma excelente. Hasta pronto Kara Zor- El- dijo el Green Lantern antes de marchase volando en un destello de color verde.
Linda se quedó muy pensativa, mientras volvía volando hacia casa. Muchos sucesos la habían acontecido en el presente día, desde su enfrentamiento con ese obrero superfuerte hasta su combate con el ser de arena, pasando por su reencuentro con el “Extraño”. Muchas habían sido las cosas que habían llamado la atención de Linda. Sin embargo, permanecía en su mente la despedida de Abin Sur. El Green Lantern conocía el nombre de Kryptoniano de Linda. ¿Qué más sabría de su pasado? Esperaba poder conocer pronto las respuestas.
Continuará...
Referencias:
(1) ver numero anterior
(2) como vimos en un numero anterior.
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