Flash nº 10

Título: Cierra y tira la llave
Autor: Raúl Peribañez y David Guirado
Portada: Juan Andrés Campos
Publicado en: Octubre 2009

El Alcaide Wolfe ha desaparecido y todo apunta a que el culpable solo puede ser Gorila Grodd. Flash, acompañado de Animal Man, emprende una nueva aventura que le llevará a enfrentarse a este terrible villano. Y esta vez, Grodd tiene un truco en la manga.
Nota del editor: Raul G. Peribañez, mi antecesor en el puesto, tenia muchas y grandes ideas para este proyecto. Veía el potencial que tenian las nuevas tecnologias y trató en los posible por explotarlas en beneficio de nuestras historias. El traspaso de nuestra web "estática" a un formato blog mas vistoso y atractivo para nuevos lectores fue una de esas ideas. Otra de ellas fue la de tratar de hacer a nuestro público más partícipe del proceso de creación y con ese objetivo surgió esta historia. En su momento, Raúl escribió una historia de final abierto esperando que los lectores propusiesen cómo debía terminar. Por desgracia, nos tememos que el experimento no tuvo demasiado éxito, dejandola inconclusa. Nuestro colaborador David Guirado, gran aficionado a Flash, ha tenido la deferencia de concluir dicha historia. Espero que os guste.

Atrapado en un extraño accidente, al adolescente Wally West le alcanzó un rayo que lo bañó en una curiosa mezcla de productos químicos. Como a su mentor, su tío Barry Allen,  se le concedió el don de la súper velocidad. Tras la muerte de su antecesor, y tras años de entrenamiento como Kid Flash, Wally ha heredado la identidad del velocista escarlata. ¡Hoy porta el legado del hombre más rápido del mundo! Hoy Wally West es...



Hace varios meses… 

El Alcaide Wolfe hacía su paseo rutinario por los pasillos de la prisión Iron Heigths. Las celdas estaban ocupadas por algunos de los villanos más peligrosos jamás conocidos, y a Wolfe le satisfacía saber que los tenía bien retenidos. Casi se podía decir que vivía por ellos, por verlos sufrir entre rejas. Pero esta noche iba a ser distinta: iba a liberar uno de sus presos.
Wolfe se detuvo frente a la puerta de una de las celdas, y tras unos segundos en los que se mantuvo pensativo, reanudó el camino hacia su despacho. Le esperaban.
- Bien, señor Wolfe, espero que podamos acabar esto con prontitud –dijo un hombre impecablemente bien vestido-. Firme la orden de extradición, por favor.
- ¿Adónde lo van a llevar?

- No podemos darle esa información.
- Maldición, dígame a dónde lo llevan –los ojos de Wolfe se tornaron rojizos-...
- Me temo que sus trucos mentales no van a funcionar conmigo. Sabemos de sus poderes, señor Wolfe, y por eso he venido preparado con inhibidores mentales. No vuelva a intentarlo o estamparé su cabeza contra tierra. Sólo hágalo; firme este papel y nos llevaremos ese monstruo.


Hoy.

Flash recorría a gran velocidad las calles de Keystone City. Le gustaba detenerse de vez en cuando para tomar un pequeño respiro, pero últimamente las cosas no estaban como para estarse quieto. El Imperio instaurado por el Presidente norteamericano Lex Luthor había dejado a los superhéroes como una amenaza. Evidentemente, los ciudadanos que siempre aplaudieron las acciones de Flash no iban a cambiar su opinión de un día para otro, pero aquellos que lo odiaban tenían ahora la excusa perfecta para ir contra él. Los pensamientos de Flash se vieron interrumpidos cuando recibió una llamada a través de los dispositivos que lleva como orejeras.
- Flash, soy Hunter Zolomon. Ven cuando puedas al 10 de la avenida Waid.
- ¿Algo importante?
- Me temo que sí. Un posible asesinato. Y no te creerás quién es la víctima.
En cuestión de segundos Flash se plantó en aquella dirección, justo enfrente de una vivienda unifamiliar de varias plantas. Era poco corriente en una ciudad como Keystone, poblada principalmente de trabajadores y tan acostumbrados a los viejos y pequeños apartamentos.

- Aquí me tienes, Hunter.
- Antes que nada, me alegro de verte –estrechó la mano del héroe-. Últimamente (1) no te dejas ver mucho. Sígueme.
Los dos entraron en la vivienda y subieron con un ascensor hasta la tercera planta.
- ¿Quién vive aquí?
- El Alcaide Wolfe.
- ¿Wolfe?
Últimamente Flash había tratado en varias ocasiones con Wolfe. Él detenía a los villanos y Wolfe se ocupaba de mantenerlos entre rejas en Iron Heights. Era una buena combinación. Sin embargo, a Flash no le gustaban las formas del Alcaide y su relación era bastante tensa.
- Quién sabe cuánto debe cobrar ese hombre para permitirse una vivienda así.
- ¿Han asesinado a Wolfe? –dijo Flash, casi sin prestar atención al último comentario de Zolomon.
- Eso es lo que intentamos averiguar. No hemos encontrado su cuerpo, así que cabe la posibilidad de lo que hayan secuestrado.
El rostro de Zolomon se volvió serio al entrar en la sala de estar. Estaba totalmente destrozada y con sangre por todas partes.
- Fíjate en estas marcas tan profundas que hay en el suelo. Se repiten constantemente y siempre con una determinada distancia entre ellas. Hemos encontrado rastros de uñas y…
- Es Gorila Grodd.
- Sí, eso sospechamos. También hay una cantidad abundante de pelaje que bien podría corresponder al de un gorila. Al principio dudábamos de que él fuese el responsable dado que fue encerrado en Iron Heights. Sin embargo, después de una llamada (y varios minutos de discusiones tan burocráticas como estúpidas con los empleados), me han explicado que la celda de Grodd está vacía. Ese monstruo está libre y ha ido a por su carcelero. ¿Venganza tal vez?
- Creo que hasta yo iría a por Wolfe –dijo Flash con sorna-. Tengo una corazonada, Hunter, pero tengo que verificarla.
- Llámame si averiguas algo, Flash. No todos los policías queremos tu cabeza en una estaca.
- Me alegro de saberlo –sonrió.


Flash no tenía una majestuosa Fortaleza de la Soledad, pero desde su humilde casa podía comunicarse perfectamente con otros superhéroes. Puso en marcha el ordenador portátil, y después de activar un programa con multitud de contraseñas, Wally entabló contacto con Oráculo, quien a su vez le remitió a quién él buscaba: Nightwing.
- Ey, Dick. ¿Te pillo en mal momento? En Markovia deben ser las tantas de la noche.
- Tranquilo –respondió aquel entre bostezos-. Ya sabes que soy de dormir poco.
En los últimos tiempos Nightwing era el líder de los rebeldes Outsiders, por lo que se había apartado del resto de la comunidad superheroica, incluyendo Flash. Sin embargo, no hacía mucho que habían aclarado las cosas y su amistad estaba renovada. (2)
- Dick, necesito que me proporciones cierta información –después de explicarle lo acontecido, Flash compartió sus sospechas-. Wolfe es un hombre verdaderamente obsesivo en lo que se refiere al control de sus presos. Si le dejó marchar tuvo que ser porque alguien le obligó.
- ¿Estás pensando en…?
- Black Riot, sí.
- Has dado en el clavo, Wally. De hecho, Tara Markov topó con él en una ocasión, después de que la prisión fuese destruida. (3) Las cosas no han sido fáciles en Markovia. Ha habido tanto villano campando a sus anchas que era difícil tenerlos controlados a todos. Tara nos explicó que llegó a un acuerdo con Luthor para que se los llevase todos en 24 horas. Creemos que Luthor quiso recuperar todos esos monstruos para organizar el actual Escuadrón Suicida.
Flash rumió durante unos segundos. – No veo a Grodd en ningún grupo. Considera a los humanos seres inferiores y sólo quiere nuestra muerte. Pero eso no quita que la gente de Luthor lo atrapase y trajese a Estados Unidos y una vez aquí escapase. Es posible.


- ¡Suéltame!
Wolfe estaba encerrado en una jaula. Gritaba despavorido esperando llamar la atención de alguien… pero no parecía que hubiese nadie que pudiese sacarle de aquel lugar.
A pocos metros estaba Grodd, que masticaba salvajemente el cuerpo de un hombre.
- ¿Qué es lo que quieres?
- Estúpido humano. Piensa. ¿Qué crees que puedo querer de ti?
- Teniendo en cuenta lo irracional que eres, realmente me cuesta imaginarlo.
- ¿Irracional? ¡Bah! Mi intelecto es superior al de la mayoría de tu especie, Wolfe –dijo mientras arrancaba el brazo de su anónima víctima.
- Lo cual demuestras siendo carnívoro, pese a que los simios son omnívoros.
Grodd se detuvo echando una mirada enfurecida. – Nunca te has caracterizado por tu humor, y no estás en el mejor momento para comenzar a practicarlo. Voy a comerte. Me torturasteis en Iron Heights. Me torturasteis en Black Riot. Pero ahora que he vuelto… voy a vengarme de todos vosotros.
- Estás equivocado, Grodd. No tuve nada que ver con lo que te hicieron en Black Riot. Yo nunca hubiese permitido… que un preso mío fuese llevado a otro lugar. Todos vosotros, personajes estrafalarios, sois míos.
Grodd comenzó a reír a carcajadas.
- Posesivo hasta el final, ¿eh?
- Fue la gente de Lex Luthor la que se te llevó a Black Riot. Maldición, si dices que eres tan listo, pues usa tus poderes telepáticos, entra en mi mente y verás que te estoy diciendo la verdad.
- ¿Sabes dónde estamos? A los humanos os gusta encerrarnos, hacernos sufrir, observarnos como si no tuviésemos sentimientos… Te he traído a este zoológico para que sufras lo mismo que nosotros. ¿No es paradójico? El carcelero encarcelado.
Respecto a usar mis poderes… Eso no va a ser posible. Tengo mi cabeza puesta en otras cosas.
Grodd se apartó dejando ver la tremenda cantidad de animales sueltos que había tras él. El villano había liberado a todos los animales de aquel zoológico y los controlaba mentalmente.
- Yo también puedo llegar a ser muy posesivo.


En el centro de Keystone City, Flash se detenía en la terraza de un bar, donde le esperaba su esposa Linda Park. A supervelocidad besó en su mejilla y cambió su llamativo traje por unos corrientes pantalones y camisa.
- ¿Cómo se puede llegar tarde siendo el “hombre más rápido del mundo”?
- Lo siento, lo siento. He pasado por casa para hablar con Dick. Un café, por favor –dijo a la camarera que se acercaba.
- ¿Por algo en particular?
- Grodd. Sospechamos que puede estar detrás de la desaparición de Wolfe. ¿Cuántas veces tendré que atrapar a ese monstruo?
- Sabes la respuesta tan bien como yo, Wally: tantas como sea necesario.
La conversación fue interrumpida cuando un hombre se acercó a ellos. Wally lo reconoció porque llevaba la típica indumentaria de…

- Animal Man.
- Prefiero que me llames Budy. Hola, me llamo Buddy Baker –le dijo a Linda-… Creo que no nos han presentado.
- Yo, euh, soy Linda. ¿Eres… Animal Man? ¿El superhéroe ecologista? Siéntate y toma algo con nosotros.
- ¿Qué quieres, Buddy? –dijo Wally con seriedad- ¿Qué te trae a Keystone?
- Yo de vosotros no bebería de esos cafés. No os podéis imaginar con qué los producen –aquel aviso hizo que Linda retirara de sus labios el café que estaba a punto de tomar-. Como bien sabes, Wally, mis poderes proceden de la unión que tengo con el campo morfológico. Me permite hacer uso de las habilidades de los animales y…
- Buddy, por amor de Dios, no conviertas esta conversación en un “Secret files & Origins”, que ya sé cuáles son tus poderes –Wally volvió a cambiar a su traje escarlata-. Y si vamos a hablar de temas “profesionales”, será mejor que lo hagamos en otro lugar.
Flash odiaba dejar a su esposa así sin más, pero cuando se trataba de villanos, sabía que había que tratar las cosas con prontitud. Ahora, en las afueras de la ciudad, Flash y Animal Man retomaban la conversación.
- Necesito tu ayuda para detener a Grodd –aclaró por fin Animal Man-. Es el responsable de las perturbaciones que siento desde hace días.
- ¿Perturbaciones?
- Grodd ha estado usando sus poderes mentales para manipular a su antojo a cientos de animales. Cada vez que viola una mente, el dolor del animal llega a mí a través del campo morfológico. Al principio eran señales muy débiles, pero a medida que Grodd abusaba más y más de ellos, era imposible no percatarme. Fue un colibrí quien me advirtió de él y de que se dirigía a Keystone.
- Así que un colibrí, ¿eh? –Flash no podía evitar pensar en lo ridículo que sonaba aquello- El Alcaide Wolfe ha sido atacado por lo que parece ser un gorila. Gorila Grodd ha desaparecido de Iron Heights. Y ahora tú aseguras que Grodd está en la ciudad. No hace falta ser Sherlock Holmes para comprender que realmente está todo relacionado.
- Yo puedo llevarte hasta donde está, Flash. ¿Qué tal si me sigues?
Flash salió corriendo a gran velocidad, no sin antes agarrar del brazo a su compañero de aventura. - ¿Qué tal si tú me sigues a mí? –sonrió el velocista.
En cuestiones de segundos la pareja de superhéroes llegó a su destino.
- ¿El zoológico? –se preguntó Flash- Dios, estos villanos temáticos son cada vez más fáciles de encontrar. Seguro que el Capitán Frío está en la zona de congelados del supermercado y Trickster en una tienda de juguetes.
- A mí no me mires, que...
Las bromas terminaron cuando sonó un fuerte rugido procedente de una banda de leones. Las bestias saltaron sobre ellos, pero Flash pudo evitarlos rápidamente. Animal Man, en cambio, no pudo reaccionar: ahora estaba en tierra con el tremendo peso del león que se había abalanzado sobre él. Podía sentir su aliento y sus afilados dientes, que rozaban su piel. Pero para un hombre como él siempre había recursos para salir de una situación tan peliaguda. Como había explicado anteriormente, Animal Man estaba en contacto con el campo morfológico, así que le era fácil recurrir a la fuerza de un rinoceronte. Así lo hizo y el león fue apartado con brutalidad.

- ¿Te encuentras bien? –preguntó Flash mientras con ataba con una cuerda a los leones.
Por detrás de ambos aparecía una enorme sombra que pertenecía a Gorila Grodd. Con gran sigilo, Grodd agarró a Flash por la cabeza y lo lanzó contra los barrotes de una jaula.
- ¡Te voy a masticar, Flash! –exclamó la bestia.
Flash intentaba reponerse, pero Grodd quería mantenerlo bien ocupado. Para ello ordenó a decenas de aves y roedores que le atacaran. Flash podía ser el hombre más rápido del mundo, sí, pero ahora estaba exhausto y, para colmo, sufría las mordeduras de todos aquellos animales.
Mientras, Animal Man se preparaba. Sabía que el siguiente sería él y esta vez no iban a cogerle con la guardia baja.
- Sabes, casi he lamentado hacerle daño a ese león. ¿Pero a ti? ¡Nada de nada! –dijo el héroe animado, que golpeó a Grodd con la fuerza propia de un gorila.
- Buen golpe –dijo el villano mientras se reponía-. Definitivamente, he hecho bien en recurrir a ti.
- ¿Qué…? –Animal Man no pudo terminar su frase. Comenzó a sentirse mareado, casi perdiendo el equilibrio, incapaz incluso de pensar. En su cabeza solo podía ver la monstruosa imagen de Grodd.
- He vuelto para vengarme de Flash, pero necesitaba una presa para tenderle una trampa –explica Grodd-. ¿Quién mejor que mi carcelero, Wolfe? Además, para asegurar la victoria he llamado tu atención, para que vengas hasta aquí y pueda manipular tu mente. Ahora eres mío, Animal Man, ¡y voy a usarte para matar a Flash!
Grodd, gracias a sus poderes telepáticos, se había hecho con el control del héroe. Bastaba un pensamiento para que Animal Man hiciese lo que él deseaba. Y así era. Grodd le ordenó asesinar a Flash y, sin dudarlo, Buddy fue a por el velocista, cogió los barrotes de una jaula y con gran fuerza los dobló alrededor de su cuello.
Grodd estaba emocionado por la idea de llevarse la victoria, pero sabía que no iba a ser tan fácil. El velocista, todavía fuera de sí, hizo vibrar su cuerpo, de manera que los barrotes explotaron al tocarle. La reacción afectó en pleno a Animal Man, que pese a esto se repuso sin más.
- ¡Grodd! –exclamó Flash, que mostraba su lado más agresivo. No en vano, su cuerpo estaba magullado, lleno de cortes por las mordeduras y picotazos. Definitivamente, se habían acabado las bromas- ¡Voy a acabar con…!
El ataque de Flash se vio interrumpido por Animal Man, que se interpuso entre él y Grodd.
El gorila comenzó a reírse a carcajadas.
- ¿Qué opinas, West? ¿Estás dispuesto a enfrentarte a él para llegar hasta mí?
Flash no hizo caso de las palabras de su enemigo. “Soy el hombre más rápido” pensó. “¿Qué velocidad puede alcanzar Buddy, la de un guepardo? Sigo siendo más rápido que él”. Convencido, Flash retomó el ataque a Grodd, esta vez esquivando a Animal Man, pero… Para su sorpresa, su antiguo compañero de la Liga de la Justicia era mucho más rápido que un guepardo. Tanto era así que no había forma de llegar a Grodd sin encontrarse con Buddy de frente.
- Animal Man es un ser único –aseguró el villano-. No solo está en contacto con todos los animales de la Tierra, también con los del resto del universo. Por eso es tan rápido, porque toma la súper velocidad de algún animal que hay ahí fuera.
- Muy bien, Grodd. Tú ganas. ¿Qué es lo que quieres?
- No es la primera vez que me preguntan eso –volvió a reír-. ¡Venganza! ¡Venganza por todas las que veces que me habéis vencido y encerrado! ¡Liberación! ¡Liberación para todos los animales que atrapáis entre jaulas!
- ¿Libertad? –dijo Wolfe, que sorprendentemente había escapad de su jaula- Y lo dices tú, que manipulas a los animales para tus propios fines. ¿Qué tipo de libertad es esa?
- Yo decido lo que es mejor para mi especie. Los manipulo para su propio beneficio. Ninguno de mis congéneres tiene mi capacidad de raciocinio- replicó Grodd.
- A eso se le llama fascismo animal- le contestó Wally.
- Lo que creáis no es de la mi incumbencia. Lo realmente importante es que la venganza por fin es mía- exclamaba el Gorila.
El alcaide Wolfe se colocó enfrente de Grodd a duras penas y le miraba con una actitud completamente desafiante.
- Humano Insignificante, no se como has escapado de tu cautiverio, pero de poco te va a servir- amenazó Grodd a Wolfe mientras levantaba su puño hacia él.
La vida del alcaide de Iron Heights se encontraba en un momento decisivo pues si el puño del gorila lo golpeaba sin duda sería mortal para el maltrecho personaje.
No obstante, en el momento en el que Grodd lanzo todo el impacto de su puñetazo, algo inesperado sucedió. Wolfe se movió a supervelocidad esquivando así su destino funesto, algo que fue una sorpresa para el propio alcaide.
- ¿Acaso olvidabais que puedo traspasar mi velocidad?- sonrió ahora Wally West.
Wolfe se dispuso a lanzarse contra el gorila, imitando así tantas y tantas hazañas realizadas por el velocista escarlata. Sin embargo, el controlado mentalmente Animal Man se interpuso en el camino del alcaide, como había hecho hace poco con Flash.
- Grodd, creo que no contabas con que ahora somos dos seres superveloces- dijo Wally con una sonrisa mientras se desplazo a supervelocidad detrás del gorila y empezó a golpearle repetidamente.
Al hacerlo, Grodd perdió la concentración y liberó a Buddy Baker de su control mental.
- Uff, mi cabeza- se quejó Animal Man.
- Ahórrate las quejas, tipo duro, y no dejemos que este enmascarado del demonio se lleve todos los méritos de detener a este mono grande- dijo Wolfe.
Fue dicho y hecho, Animal Man y el Alcaide se sumaron a la fiesta. Con la supervelocidad que Buddy se encontraba extrayendo de algún animal superveloz y con la fuerza de la velocidad que Wally había prestado a Wolffe, el gorila se encontró contra toda una dinamo imparable.
Golpes y golpes le llovían a Grodd, no sabiendo donde moverse siquiera para no recibir estopa por parte de sus contrincantes. No cabía duda que el gorila había encontrado la horma de su zapato.
- Esto es para que aprendas que nadie se mete con Wolfe- proclamó el Alcaide mientras propinaba al gorila el golpe de gracia que lo dejaría inconsciente.
- Muy impresionante, Alcaide. Tendré cuidado de quebrantar la ley por s me tengo que enfrentar a sus puños- dijo Wally West.
- Déjate de payasadas, West. Pese a esto, los superhéroes seguís siendo personas non gratas y se ha demostrado que sois una amenaza (4). Así que voy a ir a por vosotros- amenazó el Alcaide.
Wolfe se dispuso a atacar a Flash a supervelocidad, pero cuando empezó a correr contra él, se dio cuenta de que el velocista lo esquivó con suma facilidad.
- La velocidad que prestó no dura eternamente, deberías saberlo- apuntó Flash.
- Algún día, demostraré que eres un amenaza y acabarás en una celda en Iron Heights- amenazó Wolfe.
- Bah, paparruchas- se burló Wally, antes de desaparecer corriendo, con Animal Man a su lado.


Wally y Buddy corrían el uno al lado del otro, mientras contemplaban como iba llegando lo mejorcito de la policía de Keystone, dispuesta a encarcelar a Grodd.
- Wally, siento haberme interpuesto antes. No se bien lo que me pasaba, yo…- se disculpó Buddy.
- No pasa nada, amigo. La culpa era de Grodd. Ahora, ¿por qué no vienes a cenar a mi casa, conmigo y Linda?- invitó Flash a su amigo.
- Suena exquisito. Avisaré a Helen y a los niños. ¿Qué hay de cena?- preguntó Buddy.
- Linda y yo hacemos unas barbacoas estupendas- empezó a decir Wally mientras comprobaba que su vegetariano compañero le empezaba a mirar con cara rara-… que bien pueden convertirse en unas salchichas de tofú.
- ¿Sabes Wally? Esto puede ser la continuación de una buena amistad- fue la contestación de Animal Man.

FIN

Referencias:
(1): ¿Tal vez porque últimamente no publicamos fanfics de Flash?
(2): Outsiders nº 11
(3): ¿No te lo crees? Échale un vistazo a Outsiders nº 9

(4): Ver Imperio

3 comentarios :

  1. Muy bueno, ni se nota que esta escrito por dos autores!

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  2. Surgido de una iniciativa lamentablemente fallida del ex-Editor DC de Action Tales, Raúl Peribáñez, este número ha permanecido inconcluso durante casi dos años hasta que por fin, un recientemente llegado a la página, David Guirado, ha recogido el testigo poniendo punto y final a la historia.

    El número es una especie de fill-in de Imperio (bastante marginal, todo sea dicho; si queréis leer una historia de Flash mucho más implicada en el macroevento DC tendréis que retroceder un número hasta el Flash #9 de The Stranger) con Gorilla Grodd como villano principal y Animal Man como héroe invitado que ayuda a nuestro protagonista a derrotar al primero. Una historia sencillota, sin mayor pretensión ni conexión con los números anteriores de la serie, que cumple a la perfección su propósito de entretener.

    Por otra parte, la aportación de David Guirado, aunque breve, puesto que a la historia de Raúl sólo le faltaba el final, encaja perfectamente en lo que se estaba contando, sin que llegue a notarse en nada "el salto" entre ambas partes (de hecho, he tenido que buscar la versión anterior del relato para averiguar qué había escrito quién).

    Aún con todo, he encontrado un par de detalles que considero negativos. En primer lugar, el plan de Grodd me parece innecesariamente retorcido y rocambolesco, destacando frente a la sencillez que caracteriza a todo lo demás (esa utilización de los animales de zoo para llamar la atención de Animal Man, para así poder enfrentarlo contra Wally... Buf...). Y en segundo lugar, la breve conversación final entre el Alcaide y Wally: teniendo en cuenta que en Flash #8 Zoom, la versión futura de Wally, terminaba en Iron Heights bajo la custodia de Wolfe, y éste es un tema que dejó bastante marcado a Wally... No sé, pero este diálogo no encaja muy bien con aquello.

    Pero aparte de esto, lo dicho: una buena historia de Flash, sin más, que supone un cierre perfecto para el primer volumen de la serie en Action Tales. Si queréis leer más aventuras del velocista escarlata tendréis que buscarlas en Showcase.

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  3. Muy buena historia. Conozco a un colega que le fascinara bastante!!

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