Elseworlds The Batman nº 01

Titulo: Origen
Autor: Luis de los Rios
Portada: Abdar Sabar Jenkins
Publicado en: Julio 2012

Puede ser otro mundo, otro universo, pero la ciudad de Gotham aún necesita ser salvada... ¡Pasa y descubre a un Caballero Oscuro como hasta ahora no habías conocido!
Gotham City.
La ciudad del mañana. Tenía una mezcla de arquitectura moderna con arquitectura clásica, y era la ciudad más oscura y peligrosa de los Estados Unidos. El criminal más peligroso del mundo, que se hacía llamar “Joker”, sembraba el caos por cada rincón de la ciudad.
Henrietta Brockstead, de veintinueve años, había sido encontrada muerta tres horas antes, en el callejón tras el Monarch Theatre de Gotham. La policía declaró que el presunto culpable del asesinato el conocido criminal, Joker, del que se pensaba que había huido y se había escondido.
Callejón tras el Monarch Theatre.
Los periodistas estaban por el lugar. El teniente James Gordon miraba el cuerpo de Henrietta. Llovía con intensidad.
El teléfono de Gordon sonó. “Número desconocido”, decía la pantalla. El teniente se apartó de los curiosos y de los agentes de policía que rondaban el cadáver, y contestó la llamada.
- Te dije que no me llamases cuando estoy trabajando, es peligroso… para ambos. No se sabe quién me estará vigilando.
- ##¿Es él?## – preguntó la otra persona, que tenía un tono de voz grave y oscuro.
- En efecto. Las mismas marcas en el cuerpo, la misma sonrisa pintada en la cara. Es el Joker.
- ##Saca a tus hombres de ahí, necesito investigar la escena##.
- Es más fácil decirlo que hacerlo. – dijo Gordon.
- ##Invéntate algo##.
Fin de la llamada.
- Mierda... – susurró el teniente de policía.
El comisario Walker estaba hablando con unos agentes cuando Gordon se acercó a él y le dijo:
- Ha pasado algo gordo en los Narrows. Dicen que han cogido al Joker.
- ¿Estás seguro? – preguntó Walker.
- Sí, señor. – mintió James.
- Vamos allá, pues.
Walker abandonó el lugar, y con él se fueron todos los agentes de policía. Los periodistas fueron tras ellos. Cuando se hubieron ido todos, una figura oscura con forma de murciélago gigante apareció volando y aterrizó justo al lado del cadáver. Esa figura era Batman. Algunos pensaban que era una leyenda urbana, otros pensaban que era un monstruo, otros pensaban que era un policía que se disfrazaba por las noches, que era un “caballero oscuro”, un “justiciero enmascarado”...
Batman activó el Modo Detective que tenía instalado en su máscara negra con forma de murciélago. El Modo Detective permitía a Batman rastrear entornos, comprobar evidencias encontradas, comunicarse con otras personas, acceder a la red de datos del departamento de policía...
El fuerte sonido de los truenos se oía desde el callejón, cuando, de repente, llegó una furgoneta. La puerta se abrió y dos matones con una careta de payaso salieron con rifles de asalto. Tras ellos, un hombre vestido con un traje morado salió de la furgoneta con una enorme sonrisa en su cara de payaso.
- Joker. – dijo Batman.
Joker cayó al suelo, muerto, con un cuchillo clavado en su espalda. El payaso resultó ser... un señuelo.
Los dos matones abrieron fuego contra Batman, que rápidamente se cubrió tras un muro. Los matones reían, confiando que podrían capturar al hombre murciélago y llevarlo ante su jefe, y seguían disparando. Batman sacó de su cinturón negro dos boomerangs plateados. Tenían forma de murciélago, así que de ahora en adelante los llamaremos “batarangs”. Los tiró hacia los matones, uno de ellos golpeó a un matón en la cabeza y éste cayó al suelo.
El otro no sabía que hacer. Estaba asustado, y se quedó parado. Batman aprovechó el momento y fue hacia él cuando la furgoneta arrancó y aceleró, perdiéndose de vista entre la niebla.
- ¿Dónde está? – preguntó Batman, agarrando al matón por su chaqueta.
- Por favor, nosotros… él nos dijo que si no hacíamos esto nos mataría. – respondió el matón.
A lo que Batman volvió a preguntar:
- ¿Dónde está? ¡Dímelo!
- No lo sé, por favor… yo…
Batman lo volvió a preguntar varias veces más, pero entonces se dio cuenta de que el matón no respiraba. Comprobó su chaqueta y encontró una gran mancha de sangre. Batman se giró para comprobar el origen del disparo cuando una bala del francotirador penetró su armadura negra y se introdujo en su vientre.

Bruce Wayne perdió a sus padres en uno de los oscuros callejones de la deprimida Gotham City. Desde entonces ha estado obsesionado con ayudar a su ciudad, convertirla en un lugar mejor donde eso no vuelva a ocurrir. Ahora va a hacerlo, pero no en el modo que todos esperan...
Batman creado por Bob Kane y Bill Finger

Sala de juntas de Empresas Wayne. Dos meses antes.
El joven multimillonario Bruce Wayne había visto la luz. Varios años antes, cuando tan solo era un niño, había tropezado y caído a una oscura cueva. Su fobia a los murciélagos viene por esa ocasión, cuando Bruce buscaba una salida y alertó a estos mamíferos que salieron volando en todas las direcciones. Los años después de la muerte de sus padres a manos de un ladrón, Joe Chill, Bruce viajó por los rincones del mundo en busca de su lugar en la vida. Pasó años de entrenamiento y vida en la miseria, hasta que en su regreso a Gotham quedó devastado por la cantidad de crímenes que se cometían en la ciudad. Era una ciudad sin remedio. Desde el día de su vuelta, Bruce ha estado utilizando su posición en la empresa de sus padres, Empresas Wayne, para ayudar a la gente desfavorecida de la ciudad.
En aquel momento, Bruce Wayne estaba mostrando a la junta directiva de Empresas Wayne unas diapositivas en un proyector. La blanca pared se iluminaba con un gráfico de las acciones de Empresas Wayne en los últimos ocho años:
2003   2004   2005   2006   2007   2008   2009   2010
54%    67%     69%    73%    83%   75%    89%   92%
Los miembros de la junta eran un hombre de sesenta años con pelo gris, Daniel Bradbery; una mujer rubia de treinta y nueve años, Melissa Porter, un hombre de cuarenta y cuatro años con pelo negro, Alan Jackson, un hombre de setenta y dos años con pelo blanco, Charles Taylor; una mujer de cincuenta años con pelo negro, Pauline Alonso, y un hombre de veintiocho años, rubio, David Hutch.
- Como podéis ver, nuestras acciones se han incrementado casi el doble en los últimos ocho años, lo que nos ha reportado beneficios de casi cinco mil millones de dólares desde que Ronald dimitió en 2003. – explicaba Wayne.
- ¿Y quieres donar cincuenta millones a los Narrows para construir casas? Es una tontería. – preguntó Daniel Bradbery.
- Además, no solo está el barrio lleno de delincuentes, sino que el mismo alcalde ha dicho que se puede arreglar la situación. – añadió Alan Jackson.
- Mirad, sé que los Narrows tienen sus problemas, pero ¿quiénes somos nosotros para decidir cómo viven? – preguntó Bruce.
David Hutch, que de los presentes era el que tenía mejor relación con Bruce Wayne, entró en la conversación:
- Estoy con ellos en esto, Bruce. Ese barrio es la capital del intercambio de drogas y la delincuencia organizada.
- Podríamos salvar muchas vidas con esta inversión… - dijo Bruce, intentando que su propuesta saliera a flote.
- También podríamos acortar las nuestras. – finalizó Bradbery.
Viendo que no tenía nada que hacer, Bruce se limitó a suspirar y se sentó en su silla.
Tras llamar a la puerta, un hombre negro de pelo y piel, de unos cincuenta años, entró en la sala: Lucius Fox, el responsable del departamento de investigación.
- ¿Puedes venir un minuto, Bruce? – preguntó Lucius.
Sin responder, Bruce se levantó y sigue a Lucius fuera de la sala.
- ¿Aún sigues queriendo ayudar a los Narrows? – preguntó Lucius, asegurándose de que nadie les escuchaba.
- Sí, pero no da resultado.
- Tengo la cosa que me pediste.
Lucius mostró una pequeña caja. Bruce la abrió, revelando un pequeño aparato de forma redonda.
- Trabaja en la frecuencia que querías. Las demás estarán listas para el fin de semana. – explicó Fox.
- Bien. Esto dejará a los auriculares de Globaltech a la altura del barro. ¿Es Bluetooth?
- Sí, y se puede conectar con un teléfono móvil en un radio de trescientos kilómetros.
- Gracias, Lucius. – dijo Wayne, sonriendo.
Bruce le devolvió el aparato a Lucius y volvió a la sala de juntas.
- ¿Problemas? – preguntó Daniel Bradbery después de que Bruce entrase en la sala y se sentase en su silla sin decir nada, de nuevo.
- No. Todo va bien.
- Entonces, ¿lo que estás diciendo es que podríamos ayudar a los sin techo invirtiendo cincuenta millones de dólares en arreglar los Narrows? – resumió Melissa Porter.
- Exactamente, merecerá la pena.
- Lo siento, Bruce, pero no va a funcionar. Nadie puede ayudar a los Narrows e incluso si invirtiéramos cien millones de dólares allí, no podríamos salvarlos. Ha sido una buena idea, pero no lo has pensado lo suficiente. – dijo Charles Taylor.
- Mi padre quería esto antes de morir. Me dijo que si podías ayudar a una persona, podías ayudar a cientos. ¿Vais a tirar todo por lo que trabajó? ¿Ni siquiera lo vais a considerar? – respondió Bruce.
- Tu padre estaba ciego, Bruce. No sabía en qué se estaba metiendo, ni siquiera nos habló sobre aquel proyecto en el que estaba trabajando. Nadie sabe qué ha sido de él. – dijo Hutch.
- Si no fuera por mi padre, este lugar no existiría. Vivía por y para esta compañía, con el salario que os pagan y decís que la gente de los Narrows no merecen vivir una vida normal.
- ¿Qué tiene mi salario que ver con todo esto?
- ¿Cuánto ganáis en un año fiscal? ¿Cuatro millones? Estoy pidiendo cincuenta millones de dólares, para poder dar a los vecinos de los Narrows una oportunidad. No es mucho, especialmente comparándolo con lo que hemos ganado en los últimos ocho años. – dijo Bruce, tras una pausa.
- Votemos por el proyecto de los Narrows. – acabó Pauline -. Votos a favor.
Pauline y Melissa levantaron sus manos.
- Votos en contra.
Los otros cuatro levantaron las manos.
- Mayoría en contra. Lo siento, Bruce.
Los directivos recogieron sus cosas y abandonaron la sala. El único que se quedó es David.
- Lo siento, colega. Me temo que la junta ha hablado. Quizás la próxima vez, ¿eh? – dijo David, tratando de calmar a su amigo.
Bruce se limitó a responder con una sonrisa.
- ¿Qué te hace tanta gracia?
- Tú y tus estúpidas decisiones. Crees que eres el mejor, pero solo eres un peón al que se le está acabando el tiempo.
David, molesto, cogió su abrigo y salió, dejando a Bruce solo, mirando la lluvia caer por la ventana, sin saber qué hacer para ayudar a las personas de Gotham.
El hombre que había cuidado a Bruce durante toda su vida, Alfred Pennyworth, esperaba en la puerta del edificio en un coche clásico de color negro. Bruce salió del edificio con su maletín en la mano.
- Señor Wayne. – saludó Alfred.
- Alfred.
- ¿A dónde, señor Wayne?
- A casa, Alfred. Tengo algunos asuntos que resolver.
El coche giró la esquina y se dirigió hacia la Mansión Wayne.
Ese mismo día, un coche de color rojo entró a uno de los tantos almacenes abandonados que los criminales usan como lugares donde divertirse. Botellas rotas por el suelo, mujeres bailando desnudas, el lugar estaba hecho una porquería.
Del coche salió un hombre con un traje bastante caro y un sombrero, ambos de color morado.
Se quitó el sombrero, revelando su pelo de color verde oscuro y la cara de payaso. El Joker. Un matón se le acercó.
- La tenemos, señor. Como nos pediste. – dijo el matón.
El matón condujo al Joker hacia una habitación. Abrió la puerta y entró. En la sala había una mujer amordazada, atada a una silla. El Joker anduvo hacia la mujer mientras sonreía.
- Señor…
Joker disparó al matón. El cuerpo fue sacado de la habitación por otros criminales.
Emma Wilson, la mujer miraba con miedo al Joker, que seguía sonriendo.
- ¿Quién… dónde estoy? – preguntó la mujer asustada.
Joker sacó una cuchilla, Emma dejó escapar un grito.
- ¿Qué quieres de mí?
- Quiero jugar a un juego… - dijo el despiadado hombre.
- ¿Qué?
- ¿Sabes cómo conseguí estas cicatrices?
Joker se acercó a Emma y la miró a los ojos.
- ¡Por favor! ¡No! – gritaba la mujer.
- ¿Y esa cara?
Joker rio de manera siniestra. Luego notó un olor extraño en la habitación.
- ¿A qué me suena ese olor?
Joker se volvió a acercar a Emma.
- ¿Qué quieres de mí? – preguntó Emma.
- Yo solo quería conocerte en persona.
- ¿Por qué?
- Por qué, por qué, por qué… Me recuerdas a mi madre. Ella es la que me hizo estas cicatrices, decía que no sonreía lo suficiente. ¡Ja! ¿Quién sonríe ahora?
- ¡¿Qué quieres?!
- Quiero que me ayudes. – dijo Joker, entre risas.
- ¿Y por qué querría ayudarte? ¡Estás loco!
El tono del Joker cambió a uno mucho más serio:
- No… Estoy cuerdo, pero mi mente está… Verás, necesito algo de ti, si quieres salir de aquí con vida. Seguro que podemos llegar a un acuerdo. ¿Verdad?
- ¿Qué quieres?
Joker sonrió:
- Tu ayuda para entrar en la cámara acorazada del banco y así yo pueda robar… dijo… tomar prestada una caja de seguridad con unos documentos muy, muy secretos.
Joker miró su reloj.
- Se te acaba el tiempo. Tic-tac va el reloj… Tic-tac…
- ¡Vale! ¡Lo hare!
- Bien. Pero no llames a la policía, no me gustan mucho, que digamos.
- No lo haré. Pero por favor, no hagas daño a mi hijo.
- ¿Qué te hace pensar que le vaya a hacer daño? – Joker rio durante unos segundos -. Ahora, bailemos.
Un matón del Joker trajo una radio y puse una canción clásica. Luego, el Joker coge a Emma y se puso a bailar con ella. Emma se intentaba resistir, pero no podía. Mientras, el Joker continuaba bailando y sonriendo.

Mansión Wayne.
Bruce estaba sentado en la mesa de su estudio. Era una enorme sala donde la luz entraba por la enorme ventana que había detrás de la mesa de trabajo. Había muchas estanterías llenas de libros. Bruce estaba usando el ordenador.
Revisaba los archivos de su ordenador personal, cuando llamó la atención uno con el nombre de “Avances”. Entró en aquella carpeta, pero un mensaje apareció en pantalla diciendo “Por favor, introduzca la contraseña”.
La pantalla mostraba lo siguiente.
NOMBRE DE USUARIO: Thomas Wayne
CONTRASEÑA:
Bruce pensó en la contraseña.
Bruce escribió “BRUCE” y puso “Contraseña incorrecta, por favor, inténtelo de nuevo”. Bruce miró por la habitación para buscar pistas. Vio una foto de él cuando tenía ocho años, y de sus padres.
Bruce escribe “MARTHA”; “Contraseña incorrecta, por favor, inténtelo de nuevo”. Bruce suspiró.
- ¿Qué estabas intentando esconder? – se dijo a sí mismo.
De repente, Bruce oyó el ruido de un cristal rompiéndose.
Bruce salió de la habitación, y desde las escaleras de la mansión vio a Alfred limpiando los trozos de cristales de la taza de té que se le había caído, en la planta de abajo.
- Perdóneme, señor, mis manos ya no son tan fuertes como antes. – se disculpó el mayordomo.
Bruce bajó las escaleras y se agachó a recoger los trozos de cristal.
- Trabajas demasiado, déjame ayudarte. – dijo Bruce.
- Soy su mayordomo, señor, es mi trabajo.
- Me has estado cuidando durante veinte años, ya has hecho suficiente. Deberías tomarte un descanso, e ir a ver a tu familia.
- ¿Y quién le cuidaría a usted?
Alfred sonrió mientras Bruce recogía los cristales.
- Debo decir que parece distraído. ¿Hay algo que le preocupe, señor? – preguntó Alfred.
- Un archivo bloqueado en el ordenador. No me había dado cuenta de que estaba hasta hoy. – respondió Bruce.
Alfred se imaginó lo que podía ser. Y tenía razón:
- El proyecto secreto de su padre.
- ¿Qué sabes sobre eso? – preguntó Bruce.
- No mucho, solo que pasó mucho tiempo en el acuario.
- Pero si no tenemos peces.
- Eso es lo que yo le dije, pero seguía yendo ahí abajo. A veces se llevaba cajas consigo.
Bruce sonrió. Por fin sabía por dónde empezar.
Bruce entró al acuario. Había una enorme pecera, pero sin peces dentro. Las cajas de las que hablaba Alfred no estaban. Había una estatua de Thomas Wayne en la pared oeste.
Bruce leyó lo que ponía en la estatua.
“Thomas Wayne, por todo tu duro trabajo y dedicación. Jack Richards.”
“¿El alcalde?” se preguntó Bruce.
Bruce encontró un pequeño botón oculto en la estatua. Lo presionó, y una parte de la estatua cedió para mostrar una cerradura. Al ver la forma de la llave que cabía en ella, Bruce recordó el collar que le regaló su madre cuando era pequeño. Tenía la misma forma que la cerradura.
Siempre llevaba consigo el collar, y esa vez no fue una excepción. Se quitó el collar, lo introdujo en la cerradura y giró hacia la izquierda.
Bruce retrocedió mientras la estatua, lentamente, se movió a la derecha, revelando una puerta a un oscuro pasillo.
Bruce trajo una linterna y se introdujo en el oscuro pasillo. Siguió hasta el final del corredor.
Bruce descubrió una cueva. Era la misma cueva donde años antes había caído. Pero la recordaba mucho más pequeña. Varios murciélagos volaban por el techo de la cueva. Bruce trató de no asustarse. Dentro de la cueva había varios ordenadores, todos conectados a un ordenador con un enorme teclado y una gran pantalla. También había herramientas de laboratorio, y dos mesas de trabajo.
Cuando Bruce puso un pie en el suelo de la cueva, se encendieron los focos que alumbraban la cueva y los ordenadores.
- Bienvenido, Thomas. – dijo una voz robótica de mujer.
Bruce no se creía lo que estaba viendo.
Había una enorme manta cubriendo un gran objeto. Bruce la retiró, revelando un tanque sin acabarse de construir. Tan solo estaba el chasis y las ruedas; era un diseño muy moderno y futurista. Similar a un coche, pero con forma de tanque.
Bruce seguía impresionado.
- Según mis datos, han pasado veintidós años, cinco meses, catorce días y dieciséis horas desde que entraste al laboratorio por última vez. ¿Va todo bien? – volvió a hablar la voz robótica.
- Mi padre está muerto. – dijo Bruce.
- Bruce, ¿eres tú? – preguntó la voz.
- Sí. ¿Quién eres?
- Soy un sistema de inteligencia artificial construido para ayudar en los experimentos de tu padre.
- ¿Te puso algún nombre?
- Callie. – dijo la voz robótica.

- ¿Qué es este lugar, Callie? – preguntó Bruce.
- Este es el laboratorio de tu padre, aquí diseñó multitud de cosas, la mayoría de las cuales no entenderás.
- ¿Qué es eso? – preguntó Bruce, señalando el tanque.
- Es un VBS. – respondió Callie.
- Vehículo blindado especializado. ¿Para qué sirve exactamente?
- Estaba siendo construido para el alcalde de Gotham City con el fin de ayudar a la policía. No le puso nombre. Contiene una avanzada CPU móvil, y se adapta a las circunstancias del medio ambiente.
- ¿Mi padre lo diseñó?
- Sí, y la armadura también.
- ¿Armadura?
Bruce se giró para ver un gran cilindro de plata. El cilindro se abrió para revelar una armadura de kevlar, de color negro. Contenida en el cinturón, también de color negro, tenía una barra de metal y varios boomerangs con forma de media luna.
- Tu padre la construyó. Se suponía que iba a ser el uniforme de la policía en casos de emergencia, pero nunca fue acabado. Es ligero, pero a prueba de balas. Goma gruesa sobre titanio ligero. – dijo Callie.
- ¿Por esto le mataron?
- No lo puedo asegurar, no me habían informado.
- Claro que no. Consígueme toda la información que tengas sobre el traje, el tanque y… todo.
- No hay problema.
La pantalla del ordenador principal comenzó a mostrar docenas de ficheros, archivos, información; todo en lo que Thomas Wayne estaba trabajando.
En una parte de la cueva había una mesa de cristal. Sobre ella, había varios aparatos cuyo fin Bruce desconocía. Le llamó la atención un garfio conectado a una pistola.
Bruce apuntó a un punto más alto, disparó el gancho y éste se agarró con fuerza a un trozo de roca. Bruce presionó un botón rojo que incorporaba la pistola y el gancho retrocedió a su posición inicial.
- Extracción completa, todos los archivos están en el escritorio. ¿Puedo sugerirle alguno? – preguntó Callie.
Bruce dejó la pistola con el garfio donde estaba y volvió al ordenador principal.
- Adelante.
- Por favor, prueba la máscara. – dijo Callie.
Bruce cogió la máscara, que estaba al lado de la pistola con garfio, y se la puso. Podía ver normal hasta que el Modo Detective se activó. Por fuera, los ojos de Bruce se iluminaban con una luz intensa blanca. Pero en realidad Bruce podía ver el ADN de su padre, por todas partes de la cueva.
- Tu padre estaba bastante orgulloso de esto. Sugirió que podía ser usado por los detectives en la escena del crimen para encontrar ADN que ayudase a la policía a encontrar al criminal. Aún faltan algunas modificaciones. – dijo Callie.
Bruce se quitó la máscara y fue hacia el ordenador.
- ¿Qué más tienes? – preguntó Bruce.
- Toma asiento.
Bruce se sentó frente al ordenador principal mientras Callie comenzó a enseñarle todos los ficheros. Bruce sonrió.
Comisaría de policía de Gotham City.
Los teléfonos sonaban durante todo el rato, los policías iban atareados de lado a lado.
Gordon fue hacia la oficina del comisario de policía, Brian Walker. Abrió la puerta y entró.
Tomó asiento. Walker estaba en su escritorio, nervioso.
La oficina estaba muy ordenada, con estanterías en la pared llenas de libros. También había una bandera de Estados Unidos.
- ¿Qué pasa? – preguntó Gordon.
- Amenazas. Especialmente para ti y para tu familia. – respondió el comisario.
- ¿De quién?
- Del hombre que ríe. El Joker.
- Tengo que ir con mi esposa y mis hijos…
- No hace falta, una unidad ha salido hacia tu casa ahora. Están a salvo, Barbara está haciendo sus deberes, James está jugando a un videojuego y tu esposa está haciendo la cena, carne a la plancha.
- ¿Estás seguro?
- No tienes por qué asustarte, Jim.
Hubo una pausa, y luego Jim Gordon cambió de tema:
- ¿Hay noticias de Emma Wilson?
- Estamos peinando la ciudad, pero no hemos encontrado nada. En ocasiones como esta querría… No importa. – dijo Walker -. Esa no es la verdadera razón por la que estás aquí. Pero entiende que cuando el Joker envía una amenaza, normalmente la cumple. Según tengo entendido, tú eres el que encontró al hijo de Thomas Wayne hace varios años. ¿No?
- Sí. Estaba junto a los cuerpos de sus padres.
Walker asintió.
- Bueno, ¿y para qué me has llamado? – preguntó Gordon.
- ¿Has oído hablar de Jack Napier?
- No.
Walker le pasó un expediente a Gordon, el de ese tal Jack Napier. Pelo negro, con cara de enfadado, sin sonreír. En la foto tenía veintiún años.
- Su “compañero”, Joe Chill, fue detenido en los Narrows después de que recibiéramos una llamada del mismo Napier.
- Y… ¿qué?
- La llamada provenía de un almacén anoche. Cuando llegamos allí encontramos pruebas suficientes para situar a Chill en la escena del crimen la noche del asesinato de Thomas y Martha Wayne. – dijo Walker -. También encontramos esto.
Walker mostró una carta del Joker.
- ¿Joker?
- Parece que el Joker no ha sido siempre un loco. Era un hombre de clase baja que mataba a la gente en los callejones oscuros y dejaba a sus hijos vivos para que pudieran vivir con la culpa de no haber hecho nada para impedirlo. Creemos que Bruce Wayne, el hijo de Thomas y Martha, sabe quién es el Joker. Queremos que lo traigas aquí. – reveló Walker.
- Estarás de broma, ¿no?
- No. Si Wayne puede identificar a Napier como el Joker, tendremos todas las pruebas que necesitamos para meterlo entre rejas.
- Ese hombre tuvo que soportar años de terapia para sobreponerse a lo que vio, no le podemos hacer eso.
- Sin duda fue horrible, pero necesitamos su colaboración en esto.
- ¿Y quieres que lo traiga porque él confía en mí?
- Exactamente.
James asintió a regañadientes.
Poco después, James Gordon llegó en su coche a la mansión Wayne.
Alfred le abrió la puerta.
- Detective Gordon, un placer como siempre. – le saludó Alfred.
- ¿Está Bruce?
- Está acostado en este momento. Ha estado trabajando en su nuevo proyecto toda la noche, ¿quizás en otra ocasión?
- Es importante, ¿podrías hacer que venga? Tengo que hablar con él.
- Veré si está disponible.
James entró a la mansión.
¡BANG! Bruce se levantó del suelo como si le hubieran dado una fuerte sacudida. Llevaba en la mano un arma en la que había estado trabajando. En la pared había una enorme marca negra.
- … como decía, se necesitan algunas modificaciones en la pistola. – dijo Callie.
- Lo recordaré. – respondió Bruce, tosiendo.
Bruce se levantó y dejó la pistola en la mesa. Era una pistola lanza-granadas.
- ¿Señor Bruce? ¿Estás ahí? – preguntó Alfred, justo cuando entraba a la cueva.
- ¿Qué pasa, Alfred?
- El detective Gordon ha venido aquí para verle. Dice que es importante.
- Ahora voy.
Gordon estaba sentado en una silla cuando Bruce salió del acuario y fue hacia Gordon. Ambos se dieron un apretón de manos.
- Me alegro de verte de nuevo, Jim.
- El placer es mío, Bruce.
- ¿Alfred dijo que era importante? – preguntó Bruce.
- Sí, eh… ¿podríamos ir a un lugar privado? – dijo Gordon, que veía como Alfred escuchaba la conversación.
- Sabes que no guardo secretos con Alfred, dímelo.
- Muy bien.
Bruce y Gordon se sentaron en unos cómodos sillones. Gordon sacó una foto de Jack Napier, mostrándosela a Bruce.
Bruce examinó la foto y la miró con ira.
- Qué demonios es esto. – preguntó Bruce, cuyos recuerdos habían empezado a salir en su cabeza.
- Su nombre es Jack Napier, era un matón de poca monta. Su compañero apareció en los Narrows hace dos días. Su nombre era Joe Chill, que también estuvo presente la noche del asesinato de tus padres. Creemos que Napier sigue por ahí, pero con otro nombre. Un alias.
- ¿Por qué me enseñas esto?
- ¿Estuvo allí cuando tus padres murieron?
- No murieron. Fueron asesinados a sangre fría por un hombre con una pistola. Ya te lo he dicho, fue hace veinte años, no me acuerdo. Ya te di una descripción, pero no puedo estar seguro.
- Sé que esto será duro para ti, pero intenta concentrarte. ¿Es este el hombre que les mató?
Bruce miró a la foto fijamente, concentrándose en Napier. Quería matarle, pero se calmó.
- Lo siento, no me acuerdo. – respondió Bruce.
- Siento haberte mostrado esto pero debes saber que estamos buscando a Napier. Le encontraremos, tienes mi palabra.
- ¿Aún sigue suelto? ¿Todavía no lo habéis cogido? ¿Por qué estás aquí si no lo has cogido?
- Él no es exactamente el tipo de hombre que puedes encontrar fácilmente. Se rodea de la gente adecuada, aunque esa gente a veces acabe en el fondo del río con una bala en la cabeza.
- Quieres decir… ¿El Joker?
Gordon asintió y guardó la foto. Se levantó del sillón.
- Le cogeremos, tienes mi palabra.
- Todo este tiempo, ¿y no lo conocíais? ¿Cómo? – preguntó Bruce, sorprendido.
- No tenía antecedentes penales. Fue hallado muerto hace veinte años, la noche de la muerte de tus padres, o eso creíamos. Parece que… Napier está vivo.
- ¿Tenéis alguna pista?
- Estamos en ello.
- Bueno, si hacéis algún avance házmelo saber, por favor. Ten cuidado, Gordon.
- Tú también, Bruce.
Gordon se fue de la mansión. Bruce se quedó quieto, pensativo. Alfred se acercó a él.
- ¿Se encuentra bien, señor? – preguntó Alfred.
- Estoy bien, Alfred. – mintió Bruce.
Banco Nacional de Gotham.
Una furgoneta blanca aparcó delante del banco. Emma Wilson salió del asiento del conductor aparentando normalidad. El Joker se acercó a ella por detrás, nadie se daba cuenta.
- Recuerda, si alguien se da cuenta, ¡boom!
- Vale. – respondió Emma, tratando de pasar desapercibida.
Joker volvió a la furgoneta. Emma fue hacia el banco. Dos matones del Joker, vestidos con trajes de marca, la siguieron.
Emma fue a recepción. La recibió Amber, la recepcionista afroamericana.
- ¿Dónde has estado? Llego aquí esperando dos horas. – preguntó enfadada Amber.
- Perdona, me cogió un atasco.
- ¿Quiénes sois? – preguntó Amber, a los matones.
- Socios de Charles Taylor. Estamos aquí para hacer una extracción. – respondió Emma.
- ¿Tenéis la contraseña?
Los dos hombres se miraron. De repente, aparecieron cuatro matones más, armados. Los dos hombres de traje sacaron sus pistolas también.
- ¡Manos arriba!
Los matones disparaban al aire. Los guardias de policía intentaron llamar refuerzos. Uno fue alcanzado por un disparo y cayó al suelo, muerto. De repente, el Joker entró al lugar.
Rápidamente fue hacia Emma y se rio al mirar a Amber.
- Bueno, eso no estaba en mi plan. – dijo el payaso.
- Por favor, yo… - murmuró Emma.
Joker sacó un detonador. Amber gritó.
- Vamos a dar un paseo.
Joker y Emma avanzaron por la habitación hacia un conjunto de taquillas que había en la pared a la izquierda.
- Ahora, ¿cuál es la de Charles?
Emma tragó saliva, sabía que iba a morir.
Joker le puso el detonador en la mano a Emma.
- No tires de la anilla, o volarás.
Joker avanzó por la habitación riendo como un loco. Encontró a la taquilla número “3455” y sonrió. Puso una mini-bomba con forma de carita sonriente en la taquilla y se alejó. La taquilla explotó y se abrió. Joker sacó un maletín de metal. Dentro había una serie de folios, aparentemente sin valor.
Joker fue hacia Emma y pulsó el detonador que ella tenía en la mano. Comenzó la cuenta atrás, desde 1:00.
- ¡No! – gritó Emma.
- Me encanaría quedarme, pero parece que tienes las manos ocupadas. ¡Goodbye lady!
Joker fue hacia la salida, pero antes se paró en la recepción.
- Señoras y señores, tengo que despedirme. Que tengan un hermoso día, y recuerden. Nunca confíen en un hombre que sonríe.
Joker siguió riendo mientras abandonaba del banco, junto con sus hombres.
Mientras, en el interior del banco, Emma comenzó a llorar. ¡El contador llegó a cero! La bomba explotó, pero en lugar de una explosión, Emma aspiró un gas verde comenzaba a salir. Comenzó a reír histéricamente.
Cueva en la Mansión Wayne.
Bruce estaba sentado frente el ordenador principal mientras busca en la base de datos del periódico de Gotham por “Jack Napier”. Solo encontró un resultado.
Bruce lo seleccionó y la pantalla mostró los cadáveres de los padres de Napier, en el suelo con unas caras de payaso pintadas y una gran sonrisa.
El titular decía: “Mujer y esposo hallados muertos en su casa”.
Después, Bruce buscó por “Joker” y hubo cientos de resultados. Vio el artículo “Joker: El Hombre Que Ríe”. Lo seleccionó, y la página mostró la noticia del reciente robo en el banco nacional.
- Callie, pon las noticias. – dijo Bruce.
La gran pantalla mostró el telediario, un reportaje Jack Ryder, que estaba frente al banco de Gotham.
-"Todos los presentes en el banco tuvieron que lidiar con una situación imposible. Según mis fuentes, seis hombres armados entraron en el banco con la ayuda de la empleada Emma Wilson, que había desaparecido hace poco. Dicen que poco después, otro hombre entró en la sala. El Joker, como gusta que le llamen, le puso una bomba de gas a Emma y avanzó por la habitación. Pero no es dinero lo que buscaba, sino unos documentos guardados en la caja de seguridad de Charles Taylor. Los testigos dicen que vieron al Joker y a sus hombres abandonar la escena en una furgoneta blanca que conducía por el Puente de Gotham hacia los Narrows." – explicó Ryder.
Bruce se levantó de su silla. Miró la armadura de kevlar, y luego a las pantallas.
- Presiento que estás a punto de hacer algo impropio. – dijo Callie.
- Creo que ha llegado la hora de que probemos esto.
- Se deben hacer varios ajustes antes de que comiencen las pruebas. No es una buena idea.
- Vamos. Será divertido.
- ¿Estás seguro sobre esto?
- La verdad es que no. Pero intentémoslo.
- ¿Cuál es el plan? – preguntó Callie, tras una pausa.
- Prueba en el campo de batalla.
Bruce miró al traje. Armadura lisa, cinturón y guantes negros, boomerangs plateados con forma de media luna, máscara que le cubre toda la cara, menos la boca, la nariz y los ojos, negra, con el Modo Detective incorporado.
- Necesitaré un medio de transporte. No puedo llevarme el Porsche o algo que puedan rastrear. ¿Alguna idea? – preguntó Bruce.
- Antes de que tu padre muriera, construyó una máquina capaz de viajar a velocidades increíbles/. – respondió Callie.
- ¿Qué?
Un foco de luz apuntó justo encima de una moto, una moto de alta tecnología. Una moto deportiva de color negro con detalles en color plateado.
- Ten cuidado, Bruce. Tu padre tuvo varios accidentes mientras la probaba, decía que era demasiado rápida.
- Nada es demasiado rápido, Callie.
- Ah, y si quieres salir en secreto, sugiero que cojas la ruta secreta.
Se abrió una puerta hacia un camino de tierra en la parte trasera de la mansión.
La moto pasa corriendo por el campo. Callie podía hablar con Bruce a través del Modo Detective; era una de sus muchas funciones.
- Si necesitas algo, házmelo saber.
- ¡Entendido! – respondió Bruce.
La moto avanzó por el sucio campo de tierra, hacia las calles de Gotham City.

El coche patrulla de James Gordon aparcó a la entrada de un almacén abandonado, donde se sospechaba que se escondía el Joker. Gordon salió de su coche, pistola 9mm en mano, y entró al almacén.
La única persona que había en el almacén estaba sentada en una silla y se estaba riendo. Era Joker.
- ¿Vienes a arrestarme, Gordon? – le preguntó.
- Se acabó el juego, Napier, las manos arriba donde pueda verlas. No lo preguntaré otra vez. – respondió Gordon.
- Así que has descubierto mi pequeño secreto y has decidido venir aquí, con una pistola y sin refuerzos. Te he dado todas las pistas, y eres tan estúpido. – dijo el Joker, entre risas -. Has venido aquí solo, pero tienes la pistola. ¿Y yo, qué tengo? ¿Eh?
- Mataste a Thomas y Martha Wayne delante de su hijo. Solo eres un bastardo hijo de perra.
- ¿Y esa cara?
Joker se levantó de la silla.
- ¿Y el pequeño James? Pobrecillo, solo en su cama sin que su padre le proteja. Huy, pareces conmocionado tras oír esto. ¿Cómo podía saber el Joker que el programa favorito de tu hijo está saliendo en la tele justo… - dijo el Joker. Luego comprobó su reloj -. …Ahora? ¿Te hace pensar, eh?
- ¡Si le haces daño te mataré! – gritó Gordon.
- ¿Cómo puedo hacerle daño? Estoy aquí. Son los hombres fuera de tu apartamento, vestidos de policía, de los que deberías estar preocupado. Ah, ¿no lo sabías?
- ¡De rodillas!
- ¿Con este traje? Ni hablar, es bastante caro, ya sabes.
Joker hablaba mientras se acerca a Gordon lentamente.
- Sabes, no está bien apuntar con un arma a una persona que acabas de conocer. No causa una buena impresión.
- No te lo preguntaré otra vez.
- ¡Pues dispara!
Gordon permaneció apuntándole.
- No, eres uno de esos tipos que dicen cosas en vez de hacerlas. No quisieras arruinar esa imagen “heroica” que tienes ahora, ¿verdad? El policía que encontró al pequeño Wayne en aquel oscuro y frío callejón, agarrando los brazos de su madre. Es bastante… patético, en realidad. Tú sigues igual y él es multimillonario. ¿Tiene gracia, eh?
De repente, Joker se abalanzó sobre Gordon y le pegó un puñetazo en el cuello.
Gordon cayó inconsciente al suelo. Joker rio.
- Bueno, no ha tenido tanta gracia como esperaba, la verdad.
Banco Nacional de Gotham.
Había caído ya la noche. Bruce avanzó a toda velocidad en su moto negra hasta el banco.
Bruce aparcó la moto en el callejón de al lado. Su traje era tan oscuro que solo se veía en la oscuridad la hebilla plateada de su cinturón.
- Muy bien, Callie, voy a investigar.
- Según el telediario, la furgoneta es de la marca Toyota, deberíamos poder rastrearla si cogemos las huellas de neumático. – dijo Callie.
Bruce miró la calle. El lugar estaba lleno de policías. No podía acercarse más.
- Hay un problema. Hay policía por todas partes. – dijo Bruce.
- Utiliza las cargas.
Bruce sacó una de sus mini-bombas adhesivas de su cinturón y la puso en la pared. Se alejó del callejón y presionó el detonador.
Los policías corrían hacia el origen de la explosión. Bruce rápidamente atravesó la calle hacia la entrada del banco, donde las huellas de neumático que dejó la furgoneta eran visibles.
Bruce entró en el Modo Detective. Veía todo con un filtro de color azul. Las huellas de neumático eran de color naranja. Bruce miró todo el rastro de las marcas de los neumáticos.
- Tenemos una pista. Las huellas se dirigen al oeste, hacia los Narrows. Al número 15 de Summit Street. La furgoneta está registrada a nombre de un tal Jason Milligan.
Bruce montó en la moto en la dirección de las huellas.
El rastro llegaba hasta un bloque de apartamentos. Estaba rodeado por matones. Bruce comprobó el área con su Modo Detective. Podía ver a través de las paredes. Vio a unos matones en el tejado, otros en la planta tercera y otros en la segunda. Además, había dos en el callejón de atrás, dos en la entrada y cuatro cerca de la furgoneta.
- Le recomiendo que no llame la atención. – dijo Callie.
Bruce continuó en el Modo Detective. Vio que algunos matones tenían armas. Los matones armados los marcó de color rojo. Mientras tanto, vio en la planta cuarta a un hombre atado a una silla.
Un hombre se separó de los otros y fue hacia donde se escondía Bruce. Bruce lo agarró y lo dejó inconsciente sigilosamente.
Dos guardias estaban hablando. Bruce se acercó a ellos sin que se enterasen y escuchó su conversación.
- Al Joker se le ha ido, tío.
- Y que lo digas, este tío no está en sus cabales.
- Seguramente los perdió cuando le hicieron esos cortes en la cara, su padre era un gran hijo de puta. Hacerle eso. Normal que esté chalado.
- A mí me dijo que fue su dentista quién le hizo eso. Para que pudiese enseñar sus dientes blancos más.
- Bueno tío, no lo sé.
Bruce apareció por sorpresa y dejó inconsciente a uno de los matones. El otro sacó una navaja e intentó acabar con Bruce. Bruce sacó su barra de metal y golpeó al matón.
- Esta cosa es muy difícil de manejar.
- La has cogido al revés. – respondió Callie.
Bruce le dio la vuelta a la barra. De la barra comenzaron a saltar chispas de electricidad.
Dos matones más fueron a investigar alertados por los sonidos de la pelea. Vieron un cuerpo en el suelo. Bruce neutralizó a ambos con la barra eléctrica.
Bruce sacó una mini-bomba y la tira al invernadero que había al lado de un jardín. Luego la detona.
Los cuatro matones que quedaban, dos armados, fueron hacia la explosión, sin reparar en Bruce.
Los matones llegaron al cobertizo.
- ¿Qué demonios ha sido eso?
- Debe de haber sido un…
Bruce apareció desde arriba, y golpeó a un matón con la barra. Acabó con el otro con los puños.
En la tercera planta, un matón vigilaba con una ametralladora mientras un hombre, Kevin Michaels, permanecía atado a una silla en calzoncillos.
La puerta se abrió. El matón del Joker gritó cuando una figura le agarró y le golpeó.
Kevin miraba, conmocionado.
- ¡¿Dónde está el Joker?! – preguntó Bruce al matón.
- ¡¿Qué se supone que eres?!
- ¡Responde a la pregunta!
- En el 415, cerca de los muelles del sur. En un almacén.
- Será mejor que no me estés mintiendo.
- No, lo juro.
- Sus latidos se han acelerado. Sugiero que miente. – dijo Callie.
- ¿Quién es esa, tu madre? – preguntó el matón.
- ¡Dime dónde está!
- ¡En el 437 de los muelles del norte, almacén 5! – contestó el matón, que no podía respirar.
Bruce dejó inconsciente al matón.
- Es un almacén abandonado, antes era una planta de químicos usada por Farmacéuticos Alliance. – informó Callie.
Bruce se giró hacia Kevin Michaels, que estaba muy asustado. Lo liberó.
- ¡Gracias! ¡No puedo agradecértelo suficiente! ¡Dios mío, podría estar muerto! ¡Podía haber muerto! ¡Me has salvado! ¡Gracias! ¡Gracias!
- Silencio. – dijo Bruce.
- ¿Quién eres?
- Olvida que he estado aquí.
Bruce se fue. Poco después, Kevin miraba por la ventana a Bruce cogiendo la moto y marchando a toda velocidad.
 Almacén abandonado.
Gordon despertó atado a una silla. El Joker estaba sentado cerca de él. Gordon intentaba liberarse, en vano.
- Normalmente es el poli quien inmoviliza al sospechoso, pero no soy muy partidario de seguir las modas. ¡Me gusta cambiar las tornas un poco! – dijo el Joker.
Gordon permanecía callado.
- No eres muy sociable, ¿verdad?
- ¡Suéltame! – gritó Gordon.
- Oh, oh. Eres un pájaro furioso. Vaya, se me ha olvidado… eh… ah, sí. Deberías sonreír más. Sé creativo, sé un mejor padre para tu hijo, llévale al parque alguna vez y sácale de ese mundo de videojuegos en el que está. Cuando yo era joven, no teníamos videojuegos, no, teníamos que buscarnos nuestra propia diversión. Algunos de los nuestros querían ser astronautas, las chicas querían ser princesitas de cuento con su hada madrina que le ayudase. Yo era… diferente.
- Nadie lo diría.
- Pero ahí puedes ver dónde te equivocas. Porque lo que quería ser era algo imposible, todos podían aspirar a ser astronautas y princesas, quizás las dos cosas, pero yo no podía ser… normal. Si no fuera por mi miserable padre yo podía haber sido una mejor persona. Pero no, siempre me echaba la culpa de todo, ¿y sabes qué? Me cambió. Así que, cogí un pincel y me pinté una sonrisa. Pero eso no era suficiente.
Joker sacó una cuchilla ensangrentada.
- Esta sangre es mía. Ves, cuando mi padre me dijo que no sonreía lo suficiente me lo tomé en serio aquél día. Así que cogí esta cuchilla y me hice una sonrisa. Después de aquello él no podría ni mirarme sin ver una sonrisa.
- ¡Estás loco! – gritó Gordon.
- No, no lo estoy. Gracias por preguntar. – respondió Joker.
- No intentes culpar a tus padres, tú haces esto por diversión. Eres un psicópata tarado cuyo único objetivo en la vida es ver a los demás sufrir. Eso es por lo que mataste a Thomas y a Martha delante de su hijo de nueve años hace tantos años. Para que sufriera.
- Has herido mis sentimientos…
Joker sacó un pañuelo y se sonó la nariz.
- Pero tengo lo que quería. – dijo Joker.
Joker le mostró los papeles que robó del banco a Gordon.
- ¿Qué es? – preguntó el teniente de policía.
- ¿No sabes leer? Es un nombre, y lo que es más importante, es una contraseña. Una contraseña para un archivo bloqueado en un ordenador, un archivo que contiene información muy valiosa para mí.
- ¿Por qué me lo cuentas a mí?
- Porque no vas a estar ahí para detenerme.
Hubo una pausa y luego el Joker dijo:
- Bueno, esta es la parte en la que alguien aparece y te salva.
Hay completo silencio. Parecía que Joker está esperando a que entrase alguien, pero no llegó nadie.
- Sabes, para ser un policía tienes muy pocos amigos. Nadie ha venido a salvarte. Ah, di… ¡patata!
Joker apuntó con su pistola a Gordon. Disparó, pero tan solo salió una bandera del cañón, en la que pone ¡BANG! Gordon abrió los ojos, y Joker tiró el arma al suelo, sonriendo.
- Mmm. Bueno, eso no ha sido muy dramático como quería.
Joker sacó otra pistola de su bolsillo. Idéntica a la otra, pero esta es de verdad.
- La pistola equivocada. Ahora parezco un idiota, así que intentémoslo otra vez, toma segunda.
Joker iba a apretar el gatillo, pero de repente fue desarmado y derribado por Bruce, que acababa de llegar al almacén.
Bruce desarmó al Joker pero Joker sacó su navaja y atravesó a Bruce en el estómago. Bruce gritó de dolor mientras el Joker se incorporaba y le golpeaba.
- ¡Mala elección! – dijo el Joker.
Joker intentó golpear a Bruce, pero Bruce contraatacó y desarmó al Joker de nuevo. Gordon miraba la pelea, sorprendido.
Bruce golpeó al Joker en el pecho y le tiró al suelo. Luego se levantó y pegó un puñetazo al Joker en la nariz. Joker cayó hacia atrás.
Bruce empujó a Joker contra unos barriles inflamables. Éste lo golpeó a él, haciéndolo caer hacía atrás. Joker le siguió golpeando mientras Bruce sacaba la barra eléctrica.a eléctrica. Joker sacó otra navaja y ambos comienzan a luchar. Joker sonreía, tras golpear y derribar a Bruce.
Joker apuntó a los barriles inflamables con su pistola.
- Odio interrumpir en las fiestas, pero tengo que irme. Como me gusta decir, ¡es hora de saltar por los aires!
Joker se alejó de los barriles y disparó. Los barriles explotaron. El Joker se fue corriendo del almacén, dejando a Bruce en el suelo en medio del fuego.
- Las llamas cubrirán el edificio entero en aproximadamente treinta y ocho segundos. – informó Callie.
Bruce desató a Gordon rápidamente, e intentaron salir por la puerta pero las llamas eran demasiado grandes.
Bruce vio una ventana, ambos se acercan a ella. Bruce rompió el cristal y miró abajo. Era una larga caída.
- ¡Agárrese a mí! – le dijo Bruce a Gordon.
Gordon se agarró a Bruce. Bruce apunta con la pistola equipada con garfio al tejado y disparó. El gancho se agarró a un saliente.
Bruce y Gordon miraron abajo.
- ¿Estás seguro de esto? – preguntó Gordon.
- No, la verdad es que no.
Bruce saltó por la ventana mientras Gordon se le agarraba con fuerza.
El almacén explotó y luego quedó reducido a cenizas.
Tanta era la conmoción que llevaba el pobre teniente que se desmayó cuando llegaron al tejado.
Poco después.
El sonido de ciento de murciélagos volando sobre su cabeza despertó a Gordon. Estaba sentado en el suelo. Bruce le observaba.
- ¿Cómo te sientes? – preguntó Bruce.
- He estado mejor.
Bruce se subió a su moto. Encendió el motor.
- ¿Quién eres? – preguntó Gordon.
- Soy un amigo.
- Tienes que tener un nombre.
- Solo un amigo.
Luego aceleró y abandonó el lugar, dejando a Gordon sentado allí, solo. Poco después, la policía y una ambulancia llegaron al lugar y ayudaron a Gordon.
Cueva de la mansión.
Bruce estaba sentado en la silla frente al monitor principal, el traje estaba recogido en su cilindro.
Estaba viendo las noticias, comprobando que todo iba bien.
- Bruce, está listo. – informó Callie.
Bruce asintió y fue a una pequeña caja que está en la mesa. Miró dentro. Sonríe y saca un pequeño objeto.
- Es mejor de lo que pensaba. – dijo Bruce.
Bruce cogió con su mano un batarang. El primero, un boomerang con la forma de un murciélago.
Luego fue hacia el cilindro donde guardaba el traje.
- ¡Callie!
- Sí, ¿Bruce?
- ¿Crees que podríamos poner esto en el traje?
- Quieres decir, ¿como un símbolo?
- Sí.
- Puede que cueste tiempo, pero no debería ser un problema.
Bruce pone el batarang sobre la mesa y se quedó pensando.
Mientras tanto, en la pantalla se siguen viendo las noticias. Se mostró una imagen de la multitud sorprendida, alrededor del almacén incendiado. La extraña entidad vestida con túnicas rosas, conocida como Pandora, miraba fijamente a la pantalla, como si estuviese observando a Bruce Wayne.
Bruce quitó las noticias y comenzó a escribir cosas en el ordenador.
FIN

4 comentarios :

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  2. Comentario realizado por Raul Montesdeoca vía facebook: "Vale, leída. Me gusta mucho la historia, la idea de que el equipo de Batman fuese diseñado por su padre para un proyecto de superpolicía me parece cojonuda y le da mucha credibilidad a que Bruce tenga todo ese arsenal. En cuanto al estilo te aconsejaría que no repitieses tanto los nombres de los protagonistas, hay partes en las que son excesivamente repetitivos. Pero vamos, que me ha gustado. Adelante :)"

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  3. Comentario realizado por Guillermo Moreno vía facebook: "leído, y realmente concuerdo con el buen Raul Montesdeoca. tu versión del origen de Batman es realmente interesante, también me parece muy buena la idea de que todo fuese un proyecto de Thomas Wayne, me recuerda a un capitulo la serie regular Superman/Batman. En cuanto a tu tipo de narrador, deberías de revisarlo, porque a vece parece omnisciente y otras veces un narrador testigo. De paso todo esta muy bien :D"

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  4. Muy buena idea, es un buen nuevo origen para Batman, solo que me perdi la parte en la que elige al murcielago como simbolo... despues de eso, todo se ve muy bien, segui asi

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