Titulo: Campo de entrenamiento: La Tierra (IV) Autor: David Guirado Portada: Roberto Cruz Publicado en: Junio 2012
¡El acontecimiento más importante en la historia del fanfic en España comienza aquí!! Tierra-53 y DCtopia tienen el placer de traeros el primer cross-over entre ambos proyectos. Si Linda Kent pensaba que su mundo ya era un tanto extraño, verás cuando hasta el mismo mundo cambie! ¡No te lo pierdas!
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Linda se encontraba volando a gran velocidad mientras esquivaba los constructos que le lanzaba Abin, generados por el anillo de poder del alienígena. Mientras éste le disparaba construcciones tales como espadas, bolas de pinchos o incluso balas de cañón, la chica de acero lograba esquivarlas casi sin problemas.
Cuando Abin le lanzo un constructo de mayor tamaño como un misil, Linda dejó de tener suerte y chocó contra él, cayendo inmediatamente al suelo. La chica no sufrió el menor daño y se levantó del suelo, sacudiéndose el polvo.
- Demonios, cuando creo que estoy haciéndolo bien, siempre lo termino fastidiando todo- se lamentó Linda.
Abin Sur se acercó a ella y trató de animarla.
- No se construyó Oa en un día- la consoló el extraterrestre- Cuando conseguí mi anillo, tuve que pasar un periodo de instrucción hasta convertirme en un Green Lantern plenamente capacitado para ejercer con mi deber.
Linda pegó un pequeño bufido.
- Quizás tienes razón, y para tratarse de mi primer día de entrenamiento, no ha estado tan mal, ¿no?- comentó la chica.
- El instructor Killowog, con un elevado índice de probabilidades, te hubiese calificado de Poozer, pero en mi opinión para ser una novata tienes un nivel realmente aceptable.
La adolescente miró al Green Lantern con cara de no entender del todo a que se refería.
- Gracias… supongo- respondió la chica.
- Permanece alerta, hija perdida de Krypton- comentó de improvisto Abin Sur.
- ¿Qué es lo que ocurre?- preguntó una sorprendida Linda Kent.
- Mi anillo detecta algún tipo de presencia misteriosa.
Joe Bendis estaba en su casa, en las afueras de Colorado. Cuando nadie le veía, ese desgarbado joven de trece años gustaba de dar paseos cerca de la zona de las montañas, donde poder practicar una habilidad que llevaba un par de años, desde cerca de su undécimo cumpleaños, cultivando.
Ese día, Joe había agarrado una piedra con su mano izquierda. Estiró la derecha y se concentró en poner en práctica su extraño poder. Un pequeño portal de color verde se abrió, creando un pequeño agujero dimensional. El chico lanzó por el la piedra. Concentrándose, abrió un nuevo agujero y pudo ver en la como se generó un nuevo portal a trescientos metros, del cual emergió la piedra que había lanzado.
Desde que su padre, hacía un par de años, le había traído de souvenir un inusual trozo de roca de color verde, Joe Bendis descubrió con asombro que tenía esa rara habilidad de generar portales. Si bien hasta el momento había sido capaz de ocultárselo a todo el mundo, las cosas estaban a punto de ser distintas.
- ¿Estás seguro de lo que dices?- preguntó Linda- No veo a nadie y eso que soy capaz de ver muchísimo mejor que cualquier persona.
- No confíes en un único sentido- respondió Abin Sur- Existen medios capaces de pasar desapercibido a simple vista.
Linda Kent aceptó la sugerencia del alienígena” y cerró los ojos, intentando olvidar cualquier estimulo visual. Puso todas sus energías en su oído, concentrándose en intentar escuchar una presencia extraña. La adolescente concentró sus pensamientos en localizar cualquier elemento fuera de lo común, empleando su superoído para ello. De repente, notó como se había levantado una suave brisa que denotaba que ella y Abin no se encontraban solos.
- Abin, hay alguien más por aquí cerca- afirmó Linda.
El anillo del Green Lantern empezó a chisporrotear luz verde, indicando que este se estaba preparando para entablar un combate.
- El anillo era muy preciso en sus indicaciones- reivindicó Abin.
En apenas un parpadeo, el alienígena lanzó un rayo de energía sobre su cabeza, impactando el despliegue de energía de su anillo de poder contra un misterioso ser, que únicamente al recibir el ataque abandonó su forma intangible.
- Por el amor de Dios, ¿qué es este monstruo?- preguntó Linda Kent, tapándose la boca con las dos manos.
Lana Lang estaba en su casa, llamando por teléfono a Pete Ross. Se sentía muy mal por la reacción del chico al enterarse de que ella y Linda habían empezado a tener una relación.
- Venga, cógemelo, Pete…. Tú eres mejor que todo esto- se dijo a si misma Lana, mientras buscaba el número de su amigo en la agenda de su móvil.
Vanamente, intentó contactar con Pete, pero este no le cogió la llamada.
- Maldita sea- musitó Lana, mientras tiraba con violencia su móvil contra su cama- Nuestra amistad es demasiado fuerte como para romperse.
Acto seguido la chica se tumbó encima de su cama, y permaneció mirando el techo de su dormitorio, mientras deseaba que las cosas volviesen a la normalidad entre Pete Ross y ella. ¿Por qué había cambiado tanto el chico al enterarse de su historia con Linda? Esa era una pregunta que atormentaba a Lana en aquellos momentos.
Lionel Luthor se estaba poniendo su camisa, mientras que miraba de arriba abajo a Jessica Winters.
- Tú sí que sabes lo que me gusta, nena- murmuró el millonario, mientras se abrochaba los botones de la camisa.
Jessica se limitó a devolverle la mirada, mientras pegaba una calada a un cigarrillo.
- Más me vale. Sobre todo teniendo en cuenta la multitud de ocasiones en las que vienes a “visitarme”- comentó la mujer de moral distraída, mientras expulsaba el humo del cigarrillo.
Lionel sonrió maliciosamente, mientras sacaba un fajo de billetes del bolsillo de su pantalón.
- Ten, los tienes más que merecidos- dijo Luthor mientras se los lanzaba con aires de superioridad a Jessica Winters.
La prostituta no dudó un instante en coger el dinero y ponerse a contarlo.
- No te lo gastes todo en el mismo sitio- ironizó Lionel mientras agarraba su chaqueta con intenciones de marcharse de aquella casa.
Cruzando el porche de la entrada de casa de los Winters se cruzó con Samantha, la hija adolescente de Jessica. Lionel le dirigió una sonrisa de satisfacción.
- Tu madre sí que sabe hacer feliz a la gente- le comentó a Samantha, mientras le tocaba la cabeza condescendientemente.
Lionel Luthor se marchó de allí, con una sonrisa de oreja a oreja, mientras silbaba. De lo que no se dio cuenta es de que Samantha estaba mordiéndose los labios de pura rabia. Ni de lo cerca que había estado la chica de perder el control y asarle vivo con una de sus llamaradas.
- Armaggedon- masculló la criatura con la que se habían encontrado Linda y Abin Sur.
Ese ser destacaba por tener forma humanoide, con la salvedad de que era completamente de un tono oscuro. Por no mencionar que le salían una especie de tentáculos de su espalda.
La criatura era bastante alta, y llamaba la atención que tenía seis ojos en su rostro, así como unos largos colmillos que sobresalían de su boca.
- ¿Qué es lo que pretendes?- preguntó retóricamente Linda, quien había apretado sus puños y se disponía a defenderse en caso de que ese ser les atacase.
Una baba viscosa le caía al monstruo y le resbalaba a través de su barbilla, mientras realizaba un gesto muy parecido a una sonrisa.
- Los análisis que está efectuando mi anillo de poder, me indican que….- empezó a decir Abin.
El Green Lantern no llegó a acabar la frase puesto que el ser le disparo una especie de rayo oscuro, proveniente de sus ojos. El disparo apenas dañó a Abin, quien inmediatamente se protegió con un campo de fuerza creado por su anillo.
- ¿Quién eres, monstruo?- preguntó Linda.
- Los humanos me conocen como Kogix- respondió el ser, mientras lanzó otro rayo, en esta ocasión destinado a la jovencita de acero
Linda no tuvo ningún problema en esquivarlo, lanzándose contra Kogix y propinándole un puñetazo. Mientras tanto Abin Sur construyó con su anillo una especie de lanza de color verde y la arrojó contra la criatura.
Kogix, sin apenas sufrir daño por el impacto del constructo de Abin, devolvió el puñetazo a Linda, arrojándola a cierta distancia de él. La chica se limpió la boca, percatándose de que le salía un pequeño hilo de sangre.
El Green Lantern se dispuso a contener al monstruo en una esfera creada por su anillo, pero Kogix la destrozo de un solo puñetazo.
El ser empezó a disparar rayos con sus ojos. Green Lantern generó un escudo de forma triangular que le ayudó a protegerse, mientras que Linda se limitaba a volar, esquivando los ataques.
- Cualquier intento de resistencia es inútil. Va a llegar el Armaggedon- comentó Kogix mientras lograba alcanzar a Linda con uno de sus rayos.
La adolescente sintió de lleno el impacto. En caso de no haber llevado su uniforme de cadete, que le amortiguaba los golpes, hubiese sido mucho peor.
El ver a su pupila caer y precipitarse hacia el suelo, distrajo por un momento a Abin. Esa pequeña merma en su concentración hizo que Kogix pudiese atravesar sus defensas y acertarle con uno de sus impactos.
Linda logró recuperar el equilibrio y se acercó volando hacia su oponente, le propinó dos puñetazos que hicieron retroceder a Kogix. Abin Sur la apoyó y no cesaba de lanzar descargas contra la criatura.
La chica de acero golpeaba una y otra vez a Kogix, hasta que este extendió los tentáculos de su espalda y logro apresarla.
- Podeeeeeerrrrr- susurró con vez serpentina la criatura.
Linda intentaba zafarse de su presa, pero la presión de los tentáculos de Kogix era demasiado fuerte. Afortunadamente Abin Sur envió contra el monstruo un constructo en forma de sierra mecánica, que si bien no logró cortar los tentáculos de la criatura, si consiguió que soltase a la chica.
- Mi anillo me indica que este ser se alimenta de energía de metahumanos. La canaliza a través del mismo ambiente y es lo que le da poder- dijo el Green Lantern, mientras agarraba a Linda del brazo.
La chica se quedo pensando durante un momento.
- ¿Eso quiere decir que cuantos más metahumanos allá, más poderoso es este ser?- sugirió Linda.
- Así es- concluyó Abin.
Como una máquina bien engrasada, Linda y el Green Lantern atacaron de nuevo al unisonó a Kogik, pero este empezó a golpearles incesantemente con sus tentáculos, sin que pudiesen apenas defenderse.
- Armaggedon- musitó Kogix.
Joe Bendis estaba deseando poner en práctica su poder. Sin pensárselo mucho, abrió un gran portal por el que poder pasar él mismo. Sentía como una misteriosa energía tirase de él, así que al generar el portal, Joe no dudo un instante de donde iría a parar, puesto que su instinto sabía donde guiarle.
No vaciló en, una vez abierto, meterse dentro. Algo le decía que introducirse en ese portal, le iba a cambiar la vida. Al traspasar el espacio y ver a un ser monstruoso luchando contra un extraño alienígena y una rubia vestida de verse, supo que nada volvería a ser lo mismo.
- ¿Qué está pasando aquí?- preguntó Joe.
Linda Kent quedó desconcertado al ver aparecer a un chico atravesando un portal, sin duda alguna, era lo último que esperaba ver. Por si no tuviese bastante con la aparición de un monstruo como Kogix, eso era lo que le faltaba: un nuevo afectado por la Kryptonita.
- ¡Huye de aquí!- gritó Linda.
Dejándose llevar por las apariencias, Joe no tardó en decidir que la chica voladora vestida de verde era la heroína de la historia. Por mucho que la apoyase una especie de alienígena, también con un uniforme verdoso.
Concentrándose, Joe creó un gran portal al lado de Kogix, haciendo que el monstruo empezase a ser absorbido por el mismo. Linda y Abin se quedaron atónitos ante las habilidades del chico.
Sin embargo, Kogix presentó batalla y disparó un par de rayos a través de sus ojos. Estas emanaciones de energía impactaron contra Abin Sur, quien acabó inconsciente ante el ataque.
Linda se acercó volando y golpeó con fuerza a Kogix, quien de esta forma acabó dentro del portal, impulsado por el puñetazo de la chica. Tras conseguir librarse así del monstruo, Linda Kent se acercó a hablar con Joe Bendis, quien estaba contemplando al caído Abin Sur.
- No te preocupes por tu amigo. Simplemente está inconsciente- comentó Joe.
La jovencita de acero se acercó a Abin y, efectivamente, comprobó que simplemente había perdido la consciencia.
- ¿Qué es lo que acaba de pasar aquí? Nunca pensé que viviría una situación así. ¡Parecía algo salido de una peli!- preguntó un entusiasmado Joe- ¿De dónde has salido tú, chica con poderes?
- Si has obtenido tus poderes del modo en que creo que los has obtenido, mediante una piedra verde, debo decirte que me he topado con algunas otras personas con habilidades metahumanas. No todas ellas han usado sus poderes para el bien. Ahora lo que quiero saber es ¿adónde has mandado a ese bicho?- interrogó Linda- No podemos dejar suelto a un ser así.
Joe Bendis se encogió de hombros.
- Realmente no tengo ni idea- se sinceró- Me limite a abrir un portal lo más rápidamente posible, para conseguir que te librarás de esa cosa.
Los ojos de Linda se abrieron como platos.
- No puedo permitir que una criatura así permanezca suelta. Necesito que me mandes al mismo lugar que a Kogix- le pidió Linda Kent.
- Lo puedo intentar, pero no prometo nada. Mis portales no son una ciencia cierta- confesó el chico.
- Es preciso que lo intentes- insistió Linda.
Acto seguido, Joe generó, con un gran esfuerzo y concentración, otro de sus portales, intentando que tuviese el mismo rastro energético que el anterior. Linda miró al muchacho a los ojos antes de hacer un sacrificio.
- Necesito que vigiles a mi amigo- dijo Linda, señalando a Abin Sur- No hay tiempo que perder y no puedo esperar a que se recupere. Sólo Dios sabe el daño que puede hacer Kogix mientras tanto. Hazme un favor, cuida de él.
El chaval asintió con la cabeza, aunque tenía los dedos cruzadas, cosa de la que Linda no se percató.
Sin más dilación, Linda Kent atravesó el portal, ignorando que iba a vivir una de las mayores aventuras de su incipiente carrera superheroica.
Lo que la jovencita de acero ignoraba es que apenas ella se hubo metido dentro del portal, Joe Bendis no tardaría en crear otro, dispuesto a seguir el rastro de esa chica con poderes que tanto le había fascinado.
Un portal de color verdoso se abrió en medio de la ciudad de Gotham. Una adolescente rubia, que llevaba un traje verde con un antifaz del mismo color salió del mismo, provocando un estupor general entre la multitud, puesto que no daban crédito a contemplar como una mujer extrañamente vestida aparecía como de la nada en la ciudad.
- ¿Dónde estoy?- preguntó la chica, encontrándose muy desorientada.
La adolescente alzó la vista y vio que estaba en una gran ciudad, de aspecto muy sospechosamente parecido a la Gotham que ella conocía por haberla visto en fotografías, aunque no se trataba exactamente del mismo sitio del que ella había oído hablar.
- Me parece que ya no estoy en Kansas- murmuró la chica.
Una multitud se formó en torno a ella y no dejaban de señalar con el dedo, mientras varias personas gritaban histéricamente, lo que parecía suponer un problema para la adolescente.
- Hagan el favor de bajar ese tono de voz.- pidió la rubita- ¿Alguien puede decirme dónde me encuentro?
Sin embargo en lugar de recibir respuesta, contempló como más y más gente se alborotaba a su alrededor, mirándola como si fuese un bicho raro. Se estaba formando un cada vez más amplío circulo en torno a ella, por lo que la chica se sentía verdaderamente incomoda.
- Me parece que me largo de aquí- dijo la adolescente, mientras empezó a emprender el vuelo, bajo la atónita mirada de los espectadores que había atraído.
Realmente, la gente no daba crédito a esa imagen, ver a alguien volar por sus propios medios era algo inaudito. En ese mundo, era la primera vez que una persona con superpoderes era mostrada ante el gran público, cosa que provocó una ola de expectación.
Mucha gente sacó sus teléfonos móviles y empezó a tomar fotografías a la chica voladora, aún llenos de asombro por ese inconmensurable acontecimiento del que estaban siendo testigos.
Una de las personas que tomaron fotografía de la llegada de la chica voladora, fue Mary Fattower, la ayudante personal de Monaguigui. Con tan sólo ver a esa adolescente vestida de verde, la estaba maquinando como se le podría causar provecho a esas habilidades especiales que parecía tener.
Desde el cielo, la jovencita contemplaba como la gente se había quedado conmocionada ante su llegada.
"Linda Kent, ¿en qué jaleo te has metido ahora?" se preguntó a sí misma la adolescente, mientras se alejó volando de la multitud.
Fin del episodio
¡¡NO OS PERDAÍS “BATMAN: LEYENDAS DE LAS CALLES DE GOTHAM Nº4”, EN MARVELTOPIA!!
¡Leídas las dos partes del crossover!
ResponderEliminarMezclas dos universos tan distintos, que lo mejor es la reacción de los protagonistas. Tanto Linda como Bruce son creíbles en su papel.
¡Espero la conclusión el mes que viene!