Titulo: Mi vida en miniatura (y III) Autor: Roberto Cruz Portada: Roberto Cruz Publicado en: Junio 2012
Algo oscuro y siniestro se oculta bajo la tranquila ciudad de Ivy Town... y la Liga de la Justicia se enfrentará a ello aunque sea lo último que haga!! ¡No te pierdas el emocionante final de esta saga!!!
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Dwayne se había enfrentado a innumerables peligros a lo largo de toda su vida: bombardeos, encerronas, emboscadas… hasta al ataque de animales salvajes. Pero nada de eso podría haberle preparado para enfrentarse al brutal ataque de un guerrero de ascendencia thanagariana.
En un tiempo de crisis, los héroes más grandes del mundo se unieron para luchar contra el mal. Sus miembros pueden cambiar pero la lucha por la justicia continua. Ellos son …
- ¡Vaya! ¡Cualquiera diría que hace sólo un par de horas estaba hecho migas!-comenta sorprendido Blue Beetle.
- Lo que más salió perjudicado de todo lo que pasó en Empire City (1) fue su orgullo. – contesta Canario Negro.- Más que ser derrotados por Epoch lo que le ha molestado es la posibilidad de que alguno de los suyos hubiese caído. Creo que siente que nos ha fallado y no quiere que eso se repita con Ray (2) .
- ¿Por eso estamos atacando este complejo aunque no tengamos ninguna certeza de que Atom haya pasado por aquí?
- Has dado en el clavo, Ted. Tengo que reconocer que esto es ir dando palos de ciego pero, conociendo como conoces Ivy Town ¿tú construirías una base ultrasecreta bajo sus cimientos y defenderías con un pequeño ejército privado si no tuvieses algo que ocultar?
- Hablaron los que tienen su cuartel bajo una montaña…
- ¡Jajaja! Touché. ¡Oh Ted! Como echo de menos los tiempos en los que estábamos juntos en la Liga. Todo parecía tan fácil y divertido…
- Yo también, Dinah. Yo también…
Y ambos dirigen una fugaz mirada hacía su compañero Guy Gardner, y se asustan ante lo que están viendo.
Las alarmas aúllan dentro del complejo. Los hombres quedan sorprendidos (hasta ahora sólo han actuado ante simulacros. ¿Quién se atrevería a atacarlos allí?) pero su entrenamiento se pone en valor y pronto reaccionan, movilizándose para repeler el ataque y proteger los objetivos asignados. Habían realizado ensayos ante cualquier contingencia posible, incluso el ataque de agentes meta-humanos. Pero nunca imaginaron que éstos fueron la mismísima Liga de la Justicia.
Al frente del ataque va Hawkman, majestuoso y despiadado. Aquel no era el entorno más adecuado para su forma de luchar (pasillos estrechos donde no podía hacer uso de sus alas o de su capacidad de volar) pero poco parecía afectarle. Suplía cualquier carencia con una fiereza y pura fuerza bruta, dando buena cuenta de todos los guardias que se ponían a su alcance. A su diestra iba Wonder Woman. Aunque Artemisa estaba bastante afectada al ser la que más tiempo estuvo luchando con Epoch, resultó totalmente imposible convencerla para que se quedase atrás. Hermosa y letal, su fiereza solo rivaliza con la del propio Hawkman. Ambos dan los mejor de sí mismos en la batalla. Son, sin lugar a dudas, dos guerreros formidables.
Y luego esta Guy Gardner. Siempre ha sido alguien molesto, cabezota, egoísta y pendenciero. Un auténtico grano en el culo, vamos. Pero ahora… no se atreven a admitirlo pero comienza a dar miedo. Se ha vuelto demasiado… brutal. Esta casi fuera de control. Algunos miembros de la comunidad de superhéroes incluso han empezado a rehuirle. Eso a él parece no importarle. Todo lo que tiene en su mente es… destrucción. Está pletórico en medio de la batalla, donde puede dar rienda suelta a sus instintos.
- ¡¡Arded!! ¡¡Arded bastardos!!- ruge mientras lanza una ponderosa bola de fuego contra los guardias.
Hawkman carga contra él desviando su disparo en el último segundo.
- ¡¡Basta ya, Gardner!! ¡Céntrate de una vez o te juro que al terminar esto seré yo mismo quien te eche de la Liga de una patada!!!-ordena Hawkman amenazándole con su maza
Gardner se limita a sonreír. Y con cierta sorna le contesta:
- Ok, Jefe. Por esta vez jugaremos con tus reglas. Pero tengo que reconocer que me gustaría ver como harías eso…-y con esto pone su mano sobre la maza, dejándola marcada en su superficie.
Hawkman bufa. Solo la oportuna intervención de Wonder Woman impide que ambos lleguen más allá.
- ¡¡¿Se puede saber que estáis haciendo??!! ¡¡Estáis del mismo lado!!
“No puedo creer que Artemisa termine siendo la más sensata de esos tres” piensa para sí Canario Negro con una sonrisa. Activa entonces su comunicador:
- Hawkman, si estáis preparados vamos a entrar.
Carter asiente e, ignorando a Guy, retoma su salvaje ataque contra los guardias de la base.
- Adelante.
Con una señal los héroes se separan. Mientras Hawkman, Guy Gardner y Wonder Woman permanecen en la retaguardia atrayendo toda la atención posible, Canario Negro, Zatanna, Blue Beetle y el nuevo Atom (3) se adentran aún más en el complejo. Esperan que, con toda la confusión que ha provocado su repentino ataque, puedan explorar mucho más fácilmente y con menos problemas.
- Muy bien, Ryan. Por ahora todo es exactamente como nos contaste. Ahora estamos en tus manos.
Para Ryan Choi las últimas horas han sido rápidas, vertiginosas… un carrusel de sensaciones y emociones que tardará días en digerir. La Liga está depositando en él toda su confianza. Pero en vez de derrumbarse ante semejante presión él esta… sobre-excitado. Para alguien cuya vida a transcurrido entre libros y estudios, todo este nuevo mundo de…aventuras está a años luz de lo hubiese soñado jamás. Ahora comprende a su amigo Ray Palmer y como nunca pudo abandonar esta vida. Esto es demasiado… divertido.
- Esto… os recuerdo que yo apenas estuve aquí por más que unos minutos. Yo…
- ¡Me cago en …! – comienza a blasfemar Blue Beetle.- ¿Os habéis fijado en eso?
Ahora es Ted Kord quien está emocionado. Muchos no le toman en serio por su actitud, casi siempre burlona, pero debajo de esa fachada de “tipo-gracioso” hay un excelente ingeniero que siente una gran pasión por todo lo que hace. Dale la oportunidad de estudiar cualquier tecnología extraña y le habrás hecho el hombre más feliz del mundo…
- Vaaaya…-musita Ryan.
Delante de ellos pero en una dependencia contigua, comunicadas con un gran ventanal, pueden contemplar dos descomunales aparatos, de al menos 5 pisos de altura, colocados uno en frente de otro. La sala donde están ubicados es anormalmente grande para la configuración de un complejo de este tipo, denotando la importancia del mecanismo para quien dirija toda esta estación. Otra pista que confirma esta suposición era la guarnición de soldados que aún permanecían en la sala mientras el resto de la tropa se concentraba para tratar de detener a Hawkman y los demás. Pero el caos y la confusión que impera entre el personal técnico juegan a su favor. Canario Negro consigue acercarse hasta ellos sin ser detectada y entre ella y Blue Beetle consiguen dar buena cuenta de ellos. Los técnicos no suponen ningún problema. Antes de que se den cuenta no queda ninguno a la vista.
- ¿Qué es todo esto, Ted? ¿Qué están haciendo aquí?
- Sea lo que sea estos tipos no son ningunos aficionados.- contesta él mientras comienza a trastear en los sistemas.- Estamos delante de la tecnología más avanzada de origen terrestre que he visto hasta ahora. Parecen ser dos generadores o conductores de energía. Están diseñados para concentrar un poder… asombroso. ¿Cómo son capaces de alimentar este monstruo sin que nadie se dé cuenta?
- Pero, ¿para qué quieren tanta energía?
- Si interpreto esto correctamente –comenta Ryan- están alimentando algún tipo de rayo de partículas. Con esa energía las partículas alcanzarán pronto la velocidad de la luz y, como no pueden ir más rápido, solo podrán seguir canalizándola aumentando su masa. Toda esa masa, concentrada en un solo punto, debería terminar por crear un agujero en el continuum espacio-tiempo, una pequeña singularidad…
- ¡Eso crearía un agujero negro! ¡Podría destruirlo todo!
- Teóricamente si. En un acelerador de partículas normal la posibilidad existe pero el que se generaría sería demasiado pequeño. Con uno de este nivel… podría ser peligroso.-
- Si pero, aunque parezca increíble, estos tipos han sido tan brillantes como para estabilizar la singularidad usando fuertes campos magnéticos. ¡Han conseguido una singularidad estable! Incluso contemplan la posibilidad de atravesarla y ver lo que hay al otro lado…-puntualiza Beetle.
- Cierto. Hay aquí varias anotaciones de algo a lo que llaman “sub-espacio”, una especie de vacío que podría funcionar como “encrucijada” entre realidades. Parece que han estado explorándolo…
- ¡Fascinante!
Canario Negro decide dejar a los dos locos de la ciencia hablando entre ellos y centra su atención sobre Zatanna. Ésta, pálida y de aspecto enfermizo, se tambalea y está a punto de perder el equilibrio.
- Zee ¿qué te ocurre?
- Hay mucho más que ciencia aquí, Dinah. Noto magia, una muy antigua y poderosa. Yo creo conocer ese… “sub-espacio” del que están hablando. Todos los adeptos sabemos de los muchos mundos que existen más allá del delgado velo que envuelve este mundo. A ese lugar entre mundos lo llamamos “La sangría”. Sólo los hechiceros más poderosos y experimentados se atreven a atravesarla. Muchos son los peligros a los que deberían enfrentarse sino que correrían el riesgo de perderse ante las infinitas posibilidades que contiene…
- ¿Entonces como…?
Zatanna no articula palabra. Su mano temblorosa señala hacía el interior de la sala, a un gran mamparo adornado con una pequeña consola. Tiene el aspecto de ser más macizo y resistente que el resto de la sala, como si hubiese sido construido más como prisión que como elemento constructivo. Dinah se cautelosamente y manipula los controles. Son muchos años de experiencia con sistemas de seguridad y éste no es tan sofisticado como asegura Blue Beetle. Unos segundos más tardes ha conseguido sobrepasar el sistema de seguridad y el gran mamparo se abre, chirriando, profiriendo como un grito de terror al desvelar lo que contiene. Y entonces se arrepiente de haberlo abierto.
Detrás de la puerta de acero hay un mamparo de cristal, un enorme tanque que sirve tanto de elemento de contención como de conservación, del horror que habita dentro: algo parecido a una masa informe compuesta por millares de serpientes que se mueven continuamente de forma frenética. Rápido descartan la idea de las serpientes debido a su textura blanda y gelatinosa, cubierta de pústulas y heridas, y a la ausencia de escamas. Más que serpientes parecen tentáculos, una enorme masa tentacular que se abre para dejar al descubierto un enorme ojo vidrioso y amarillento que les observa con expresión sorprendida (si se puede considerar así) Y luego esta su olor: incluso a través del cristal son capaces de sentir la nausea y la angustia que produce su hedor. ¿O acaso es algo más?
La voz retumba dolorosamente en sus cabezas. Es una sensación extraña y nauseabunda, como si su mente fuese tocada por alguno de aquellos repulsivos apéndices. Algunos, como Blue Beetle, son incapaces de soportarlo y no pueden más que vomitar.
- ¿Q-quien eres? ¿Cómo has llegado aquí?-pregunta Canario Negro.
- **Mi nombre no importa**.-Vuelve a retumbar la cavernosa voz en sus cabezas.-**He sido llamado de mil y una formas diferentes por las razas menores durante eones. Soy M’galan. Soy Cyaegha. Soy Shuma-Gorath. Incluso tengo nombres que os resultaría imposibles de pronunciar. Soy todos ellos y ninguno. Pero ¿acaso me importa? Sólo es vuestra la necesidad de definir la realidad según el sonido de vuestra voz. Mi raza es más antigua que el propio lenguaje y seguirá existiendo el día que se olviden todas las palabras y sólo reine el silencio. ¿Necesitas una palabra que me defina? Llámame Padre…**
- ¿Padre? No entiendo…
- **No te esfuerces, niña. No estás preparada para asumir esa realidad. Sólo acepta mi palabra como la auténtica Verdad, del mismo modo que lo han hecho otros como tú a lo largo de los milenios.**-contesta la criatura con cierto tono condescendiente.- **Mis hermanos y yo fuimos creados al Principio, en los albores del Todo a partir de la misma esencia de la realidad. Nacimos bellos, sabios y poderosos, y nos dispusimos a recorrer las galaxias para descubrir todos sus secretos. Pero llegó un momento en el que no había más lugares para ir, no había más secretos para descubrir. Fue entonces cuando comenzamos a preguntarnos sobre la finalidad de nuestra existencia. Y tras mucho debatir decidimos buscar una meta, un objetivo. Manipulamos el éter y creamos vida, vida que pudiésemos ayudar a desarrollarse, bajo nuestra guía y cuidado. Y al principio todo fue bien. Pero pronto nuestros hijos se rebelaron contra nosotros. Orgullosos y poderosos, su arrogancia les hizo creer que podrían controlar su destino tan bien como lo hacíamos nosotros. Y nos rechazaron. Con dolor al final aceptamos su decisión y nos retiramos. Y el universo sabe bien todo el dolor que ha soportado por culpa de aquella errónea decisión.**- y la tristeza invade el semblante de la criatura.
- No es esa la historia que yo conozco…-comienza decir Zatanna, balbuceante.
- **¡¿TE ATREVES A NEGAR LA VERDAD QUE HAY EN MIS PALABRAS?!**-exclama la criatura poseída por la cólera. Sus tentáculos, poderosos, se mueven nerviosamente dentro de su celda tratando en vano liberarse. Luego, por un instante, se detiene. Casi parece avergonzada por haberse dejado dominar por sus emociones. Cuando vuelve a dirigirles la palabra su tono se había suavizado de nuevo.- **Es normal que nadie nos recuerde. Ya dije que nuestra estirpe era orgullosa. Se preocuparon de borrar del recuerdo cualquier vestigio de nuestra existencia. Nadie volvería a saber de nosotros.**- Hace de nuevo una pausa.- **Nosotros abandonamos este plano y nos dispusimos a explorar otras regiones del espacio para ampliar nuestros conocimientos. Pero en el fondo de nuestro corazón siempre albergamos la esperanza de regresar un día a ocupar el lugar que nos pertenece, junto a nuestra estirpe. Soñamos con el día que ellos recapacitasen y se diesen cuenta de su error, el día que saliesen a buscarnos para pedirnos perdón y rogarnos volver a su lado… Yo, en mi infinita misericordia, era el más dispuesto a perdonaros. Y pensé que el día anhelado había llegado cuando os vi llegar a vosotros, hijos de nuestros hijos, indefensos en medio de un lugar al que no pertenecíais. ¡Qué inocente fui! Seguís siendo orgullosos… y crueles. Me encerrasteis, me heristeis, me humillasteis…**- la criatura llama la atención de los héroes sobre los tubos metálicos que han insertado a lo largo de su cuerpo, hundiéndolos de forma visiblemente dolorosa en su carne.- **Me obligasteis a guiaros por sendas para la que no estabais preparados… No puedo soportarlo más. Os ruego que me liberéis. ¡Dejadme recuperar mi lugar entre las estrellas!**
Alfredo sonríe satisfecho. Debajo de las arrugas que recorren su rostro, y que todo el mundo achacan a su continúa sonrisa, se esconden años de lucha, de sufrimiento, desde que su familia huyo de la Gran Guerra en Europa y se instaló aquí en América. Recuerda los años de trabajo, las noches sin dormir mientras su padre se dejaba la vida luchando para sacar adelante aquel pequeño restaurante donde habían arriesgado cada centavo y queda lira que habían podido reunir. Cuando consiguieron que el negocio no perdiese dinero su padre se empeñó en que diese clases, que se formase como cocinero. Invirtió en él cada dólar que pudo ahorrar. “Si vas a hacer algo no te conformes con medias tintas. O das todo o no lo intentes.” Así era su padre. Nunca había término medio. Esas palabras se grabaron a fuego en su vida y son el lema que le ha guiado en su vida siempre. De ese modo ha transformado aquel modesto comedor que abrieron en Brooklyn en esto: “Alfredo’s”, uno de los mejores y más exclusivos restaurantes de toda la ciudad. Hoy la lista de espera para reservar mesa es de al menos seis meses y acuden clientes de los cinco continentes sólo por la oportunidad de probar sus platos.
- ¿Todo a su gusto?
- Por supuesto, Alfredo. Todo delicioso como siempre.
Ella es Laverne De Renal, una de sus mejores y más apreciadas clientas. Se conocen desde hace años, cuando él se embarcó en este gran proyecto, y ella siempre le ha mostrado su apoyo. Es una de las mujeres más influyentes del mundo. Una palabra suya puede darte prestigio o hundir tu carrera sin haberla iniciado siquiera. De su mano han venido decenas de nuevos clientes, grandes hombres de negocio que terminaron por convertirse en habituales, aumentando así más el nombre del local. Mirándolos desde su posición, escondido en la cocina, para Alfredo todos le parecían iguales, como cortados por el mismo patrón: gente fría y sin alma, obsesionada por el poder y el dinero, utilizando cualquier momento y excusa (sobre todo una comida) para tratar de acumular más y más. En su restaurante ha visto hacerse y perderse auténticas fortunas. No es que sea algo que a él le importe, pero en lo más profundo de su corazón está dolido porque siente que ellos no valoran su trabajo, el esfuerzo que ha implicado alcanzar esa calidad y excelencia. Pero con Laverne eso es diferente. Ella nunca ha venido aquí a tratar de negocios. Ella sólo ha venido aquí a relajarse, a disfrutar del ambiente y de su comida. Siente que ella es aquí más “ella” que en ningún otro lugar, como si fuese “su refugio” personal. Se le nota en la mirada, mucho más cálida, y en una luz especial que tiene su rostro cuando está sentada en su mesa, disfrutando de su comida. Eso es algo que Alfredo aprecia especialmente y por lo que, para él, ella es alguien muy especial. Por eso Alfredo se asombra tanto cuando ve que suena su móvil y ella no monta en cólera. Sólo es capaz de recordar que ocurriese en otra ocasión y realmente, aunque se sintiese alagado por ello, desde entonces prefiere no ver a Laverne enfadada.
- Dígame… ¿Cuándo? ¿Quién? Si, ya veo…- la habitual amabilidad de su voz cuando se encuentra en el restaurante desaparece bajo una fría severidad que casi aterra.- Bien, ciérrelo todo. Que no quede rastro.- y con esto termina la llamada. Alfredo la mira y puede comprobar cómo la “luz” habitual que suele acompañar su mirada ha desparecido por completo. Su mirada se ha vuelto… siniestra. Casi con temor, se acerca a preguntar.
- ¿Algún problema?
- Oh! No te preocupes, viejo amigo. No pasa nada. Era sólo… un pequeño contratiempo. A veces nos vemos obligados a pequeños sacrificios si queremos lograr nuestros objetivos. Perdóname tú a mí. Sabes que no me gusta “mancillar” tu local con estas… nimiedades. Por favor, dí en cocina que me reserven una buena ración de ese delicioso Tiramisú de manzana que preparas. Sabes que siempre consigue hacerme subir el ánimo…
Alguien, en algún lugar del mundo, recibe la orden de introducir determinada secuencia de código en su consola. Ignora por completo cuál es su significado o qué es lo que está provocando pero tampoco le importa. Hacer preguntas no forma parte de su trabajo. Le pagan demasiado bien por mantener la boca cerrada.
Una vez activado el programa, los explosivos colocados a lo largo de toda la infraestructura construida bajo Ivy Town no pueden más que detonar. La secuencia a ha sido meticulosamente diseñada para maximizar el daño y optimizar el proceso de eliminación de pruebas. Es por esto que los primeros en estallar son los situados en el perímetro, cortando de raíz cualquier posibilidad de escape de la base para sus ocupantes y evitando así futuras e incomodas filtraciones de información.
La sala donde se encuentran Canario Negro y su grupo de miembros de la Liga de la Justicia está situada bastante en el interior de la estructura, de modo que para ellos todo comienza con violentos golpes y temblores procedentes de todas direcciones.
- ¡Son explosiones! ¡Alguien ha activado algún sistema de autodestrucción!
- **¡Liberadme!**- les urge la criatura
Una nueva serie de explosiones, más cercanas ahora, hacen temblar violentamente toda la sala, hasta el punto de hacer perder el equilibrio a nuestros héroes. Muchos sistemas electrónicos no lo soportan y se derrumban, inundándolo todo con chispas, fuego y escombros. Es en medio de esta zozobra cuando Zatanna, sobreponiéndose a la nausea, consigue en un esfuerzo volver a dominarse. Quizás fuese gracias a su entrenamiento o porque la criatura tenía guardia bajada por culpa del shock, pero la joven hechicera pudo utilizar el vínculo psíquico que ésta había creado para vislumbrar la auténtica verdad.
En verdad la criatura era antiquísima, de los primeros seres vivos creados en su universo y su poder era comparable al de los dioses. Y cómo tales fueron tomados en muchos mundos, donde se instalaron y fueron adorados y venerados. Les ve llegando a una Tierra joven, mucho antes del nacimiento del hombre, luchando con sus legítimos dueños por el control de ese mundo. Pero éstos no eran hombres, si no unas criaturas extrañas, inhumanas y poderosas. Al final, no hubo vencedores ni vencidos y ambos decidieron compartir el lugar. Después vino una gran guerra, cuando los dioses primigenios vinieron a expulsarles, encerrándolos en prisiones donde permanecieron dormidos, ocultos en los rincones más oscuros, esperando el momento adecuado para de poder regresar. Sus adoradores no les olvidaron y durante milenios continuaron alimentándoles, aguardando por su regreso. Hasta que un día llegó, cuando un ambicioso y loco dios traicionó a todo su universo a cambio de poder y les dejó de nuevo la puerta abierta para su regreso. Los incontables siglos de encierro transcurrido solo habían alimentado su odio y su poder y a punto estuvieron de poder arrasarlo todo. Su ira prendió fuego a los mismos cielos y no hubo panteón que pudiese detenerles Pero un joven asgardiano, hijo del autoproclamado Padre de todos, consiguió reunir bajo su liderazgo a los pocos dioses que aún se atrevían a enfrentarles, a los últimos Dioses primigenios y a los nuevos hijos de la ciencia y consiguieron lo inimaginable: expulsarles de su reino (4) . Heridos y humillados, los pocos de su raza que pudieron sobrevivir huyeron a otras dimensiones. Y es entonces cuando, aún herido y debilitado, fue atrapado por aquellos humanos y traído a este lugar. Horrorizada ante tal descubrimiento, Zatanna no puede más que gritar.
- ¡¡NOOOOOOO!!!!!!!!!
- ¡¡Zatanna!! ¿Qué ocurre?
- ¡Quietos! ¡No lo liberéis!! ¡Nos está engañando!
La advertencia resulta totalmente inútil. Con una nueva sacudida los mecanismos que controlan el sistema de apertura de la mampara revienta y esta se resquebraja. Con un golpe final, la criatura termina de liberarse, irrumpiendo en la sala. Con un grito psíquico de furia lanza sus tentáculos contra los desprevenidos héroes que, trabajosamente, trataban de permanecer a salvo mientras el complejo se desmoronaba a su alrededor.
- ##¡¡YEAAAAAAARGHHH!!!!## – se oye a través de los intercomunicadores
- ¿Canario? ¿Qué ocurre? ¡¡Dinah!!- grita desesperado Hawkman.
- ¿No responden?-pregunta Artemisa
- ¡No, maldita sea! Y este sitio se viene abajo. ¡Salgan los dos de aquí mientras puedan! Yo voy a buscarles.
- ¡Jamás! Ellos también son nuestros compañeros. No les dejaremos atrás.
Carter sonríe. De verás le gusta esta mujer.
- Bien. ¡Gardner, ábrenos camino!
Con un grito de júbilo, Guy da rienda suelta a su poder. Su rugiente energía no sólo volatiza los escombres que caen a su alrededor: manteniendo un flujo constante de la misma, Gardner es capaz de manipular su forma, construyendo un vórtice de energía alrededor suyo que impide que nuevos fragmentos les alcancen mientras avanzan hacía el interior de la estructura, tan fácilmente como un cuchillo caliente atraviesa la mantequilla. Carter queda bastante impresionado por la pericia que esto demuestra.
En pocos minutos el trío alcanza su objetivo sólo para contemplar el horror. La informe masa de tentáculos que es la criatura aparece por primera vez ante sus ojos, una visión que despierta terribles recuerdos en el interior de su mente; son memorias largamente reprimidas y que parecen tratar de salir arañando desde lo más profundo de su alma.
Hawkman no puede dejar de gritar. Todas esas sensaciones de su mente intentan por todos los medios hacer pedazos su cordura. Tiene que encontrar algo, lo que sea, que le permite resistir y no sumergirse en los pozos de la locura. Pero es tan duro, sería tan fácil rendirse…
- Carter…
- Esa voz…
- Carter…
- ¿Eres tú, Shiera (5) ?
- Si, mi amor. Estoy aquí contigo…
- Oh Shiera, te echo tanto de menos…
- Lo se, pero tendremos que esperar un poco más. Aún no ha llegado tu hora. Pronto volveremos a estar juntos. Pronto…
Y con esto la voz se va pero era todo lo que le hacía falta a Hawkman. Usando su gran fuerza de voluntad vence a la locura y recupera la serenidad para contemplar, horrorizado, como sus compañeros no han podido hacerlo: Canario Negro, Blue Beetle, Atom… Todos se dejan llevar por sus más bajos instinto en una orgía salvaje de sangre a la sombra de aquel terror que los mira complaciente.
- ¡Gardner, tenemos que detenerlos! ¡Haz lo que sea pero no uses fuerza letal, ¿entendido?! No son responsables de sus actos… ¡GARDNER! ¿Me escuchas?
Gardner permanece inmóvil en silencio. No hay gritos, ni aullidos de terror. Solo una pequeña risa sardónica, una risa comienza como un pequeño murmullo pero poco a poco va ganando en fuerza y termina en una carcajada terrible, que hiela la sangre. Y cuando por fin se gira y le habla… solo podemos decir que su cara y su voz son más terribles todavía.
- Ya empezaba a estar harto de tu tono, Halcón. De tu tono y de tus órdenes. Pero ya ha llegado el momento. Llevo semanas deseando hacer esto…- le contesta lo que una vez fue Guy Gardner, con una voz que lleva en su interior el eco de miles de alma aullando de dolor, de ira y de rabia. Sin ninguna contemplación lanza una terrible descarga contra el guerrero alado quien, ha duras penas, puede levantar sus armas para que el metal Nth (6) que las compone le ayude a resistir el ataque.
- ¡Noooooo!!!!- grita Wonder Woman apareciendo por la espalda del enloquecido ex-Linterna Verde para asestarle un golpe mortal. Solo su increible fortaleza física impide que quede partido literlamente en dos.
- ¡¡Artemisa!! Ra sea loado. ¡Tu tampoco has sido afectada por la criatura! Pero ¿Cómo…?
- Ya he pasado muchos años lidiando con seres similares y sobreviví a todos ellos (7). Éste es sólo un poco… diferente, más extraño. (¡¡Ungh!!)- le responde mientras continúa luchando.- ¡Ve a buscar a los otros! ¡Es nuestra única oportunidad!!
Hawkman asiente y emprende el vuelo en dirección a la criatura. Una sensación de deja-vú le invade. ¿Acaso se ha enfrentado a ella en otra ocasión? Como superhéroe ha luchado contra amenazas místicas en otras ocasiones pero hasta este momento no ha tenido este extraño recuerdo… como de miles, de millones de años en el pasado. ¿Cómo es posible?
- **¿Tu? ¿Aquí de nuevo?...** – se pregunta la criatura al verle llegar. Carter continúa inmerso en sus pensamientos y no se percata de ello. Tan distraido está que a duras penas esquiva el ataque que ésta le lanza con sus numerosos tentáculos. Sólo su larga experiencia y su pericia en el vuelo impide que acaben con él en el primer lance del combate. Pero sus armas si encuentran exitosamente la carne de la criatura, ocasionándola un gran dolor. Con un grito que retumba en la mente de todos los presentes, M’galan se revuelve, haciendo fuerza contra la debilitada estructura del techo y abriéndose camino hacía el exterior.
Ivy Town siempre ha sido una ciudad mayormente tranquila. Es cierto que tiene sus peculiaridades pero no tiene ningún centro de negocios notable y ni ninguna industria a destacar. El centro de toda la vida de la ciudad es su Universidad, por lo que todos los problemas a los que habitualmente se enfrentan están relacionados con alguna panda de estudiantes descarriados los fines de semana que llevan una o dos cervezas de más. Pero esta noche será algo totalmente diferente.
Todo comienza con una serie de temblores y explosiones sordas a lo largo de toda la ciudad. Aquellos que son capaces de percibirlas no se alarman puesto que no son capaces de encajarlas dentro de todo el conjunto y lo achacan a vecinos ruidosos, coches estropeados o cualquier otra excusa más plausible. Los habitantes del centro de la ciudad, centrados en sus actividades comerciales y de ocio, no fueron conscientes de nada hasta que fue demasiado tarde, cuando los temblores comenzaron a ser peligrosamente intensos. El asfalto de las calles comenzó a resquebrajarse, la electricidad falló y algunos conductos de agua y gas comenzaron a estallar, provocando el caos y la destrucción en el centro, bajo la presión de algo que quería salir del subsuelo. Y cuando lo hizo… fue como algo salido de la peor de las pesadillas.
Hawkman parece muy pequeño revoloteando a su alrededor, haciendo el máximo esfuerzo por luchar contra algo que claramente le supera. Pero él continúa y no se rinde. Eso es algo que hacen los héroes.
Zatanna se revuelve mientras recupera dolorosamente la consciencia. El grito psíquico del monstruo cuando fue alcanzado por las armas de Hawkman fue demasiado para sus mentes, la suya y la del resto de miembros de la Liga que estaban afectados. No sólo debe luchar contra el dolor sino también contra la repugnancia que invade su ser cuando por fin es consciente de todo lo que hizo bajo la influencia de ese… ser. La bilis inunda su boca una y otra vez, como si con ello pudiese limpiar y borrar todo lo ocurrido, pero es totalmente inútil.
- ¿M-Miss Zatanna? –a la débil y amable voz de Ryan Choi la devuelve a la realidad.
- ¿Ryan? Oh Ryan… ¿Qué hemos hecho?
Un grito inhumano llama de nuevo su atención cuando la criatura parece gritarle a su rival volador.
- Tenemos que terminar con esto, Ryan. Será mejor que salgas de aquí.- hace una pausa durante un segundo y le mira a los ojos.- Llévate a Canario y a Beetle de aquí. Y en cuanto puedan diles que envíen una alerta clase Omega para la Liga.- y el tono de su voz se vuelve sombrío y lúgubre.
- ¿Tu que harás? No irás a quedarte, ¿verdad?
- Alguien tiene que terminar con todo esto.- dice bajando su mirada, de igual modo que alguien que acaba de aceptar su destino inevitable.
Ryan traba saliva antes de volver a pronunciar palabra.
- ¿Estas… asustada?
- Hasta la médula. Pero éste es nuestro trabajo. Ahora, lárgate de aquí.
Zatanna cierra los ojos antes de continuar. La magia es algo muy serio y mucho más complicado que pronunciar cuatro frases al revés. Implica años de estudio y preparación hasta que uno alcanza la suficiente compresión de la Realidad en sí misma y de cómo esta estructurada. Piensa en nuestra realidad como en un gigantesco juguete de Lego: todo (y me refiero a TODO) esta compuesto por pequeñas piezas, divisibles y manipulables. Un hechicero lo es desde el momento que alcanza el conocimiento para jugar con esas piezas, saber que si quitas una de aquí y otra de allí, que si cambias otras de posición, puedes hacer que cualquier cosa ocurra, que cualquier cosa cambie de lugar, de aspecto o de función. Ojala todo fuese así de fácil. Esta no es más que una forma muy simplificada de explicarlo. Lo que todo mago debe saber es que jugar con la Realidad es algo muy complicado y peligroso. Necesitas la máxima concentración. El más mínimo de los errores y las consecuencias podrían ser catastróficas.
Naturalmente ese conocimiento sólo no es suficiente. Existe algo a lo que algunos llaman “Maná”, un conjunto de energías místicas propias de este plano, que es lo que utilizan los hechiceros para modificar esos fragmentos que componen la Realidad. Sólo un grupo muy especial de humanos, los llamados homo magi, son capaces de acceder a esa energía normalmente. Los humanos ordinarios también pueden hacerlo, pero sólo a través de objetos mágicos o complicados rituales. Los homo magi lo hacen de manera natural. Para facilitar ese trabajo todos suelen utilizar un foco, algún ritual, movimiento, palabra u objeto, que les ayude a enfocar esa energía. Y en el caso de Zatanna es hablar al revés. ¿Acaso pensabas que un hechizo sería algo tan simple?
Ella inspira profundamente y aguanta la nausea cuando comienza a examinar a la criatura. Debe de encontrar el modo en que está anclado a este plano, tratar de revertir ese mecanismo y devolverla allá donde pertenezca. Todo ello le supone un gran esfuerzo: debe estudiarla con tal meticulosidad que casi siente como la repugnancia y el horror que la compone a punto de esta de contaminar su propio ser. El mundo que vio nacer este monstruo debe de tratarse del lugar más horrible jamás concebido, un reino de caos absoluto más allá de toda comprensión.
Al mismo tiempo un recuerdo inunda su mente, uno que se había esforzado por olvidar, quizás el peor momento de toda su vida. Fue hace diez años, cuando ella era aún casi una niña y bebía aún los vientos por aquel truhán llamado John Constantine. Era el tiempo de la Gran Crisis y algo nuevo y extraño iba a surgir para destruirlo todo (¿Cuándo no?). John había conseguido reunir a varios hechiceros, algunos de los más poderosos del mundo, en la mansión de Barón Wynters (8) para tratar de detenerlo. Ella se sentía fuera de lugar, una aprendiza rodeada de maestros, pero se sentía ansiosa por demostrar lo que era capaz (y debe reconocer que lo estaba por verle a él de nuevo). Pronto descubrió que aquello no era juego. La batalla que siguió fue cruenta y salvaje, una de las más grandes que nadie haya oído jamás. Una que a ella la marcó para siempre. Fue el día que perdió a su padre.(9)
Recuerda la sensación que invadió su espíritu cuando aquella fatídica noche hicieron contacto con… aquello. Era algo tan poderoso y tan peligroso que hasta el mismísimo Cielo e Infierno se habían aliado para tratar de combatirlo. Aquello era tan… alienígena incluso para estos Reinos como éstos lo son para nuestro plano mortal. Aquella sensación es muy similar a la que siente ahora. Este monstruo esta hecho de pura Maldad. ¿Tendrá ella poder suficiente para rechazarlo? ¿O la Magia la consumirá del mismo modo que le ocurrió a su padre?
- ¡Odnum ut a aserger ourtsnom!!
La energía mística electrifica el aire mientras inútilmente trata de expulsar a la criatura ultraterrena. Su enorme ojo gira al centrar su atención en la joven hechicera.
- **¡¿Te atreves a comparar tu poder con el mío, pequeña subcriatura?!**
Zatanna grita de frustración cuando su hechizo es roto con un mínimo esfuerzo, rechazándola. Sólo ella puede ver como la energía mágica utilizada se arremolina a su alrededor, imbuida por la rabia y la ira de aquel ojo que la mira amenazante. El mismo aire parece arder cuanto todas y cada una de las moléculas de su cuerpo parecen querer explotar. Cualquier contra-hechizo que ella trata desesperadamente de lanzar resultan tan inútiles como lo serían sus suplicas de clemencia. Sólo cuando una gigantesca sombra se interpone entre ella y el ataque de la criatura recupera alguna esperanza de sobrevivir.
- ¡Resiste Zatanna!- grita Hawkman mientras trata de repeler el ataque con sus armas thanagarianas.
A salvo en su refugio unas decenas de metros más allá, Ryan Choi no puede aparatar la mirada de la dantesca escena. A pesar del terror que le infunde la criatura y la desolación que le invade al comprobar cómo hasta la poderosa Liga de la Justicia apenas puede hacerla frente, no puede reprimir un sentimiento de profunda admiración hacía estos hombres y mujeres que, aún teniéndolo todo en su contra, continúan luchando con todo su arrojo y valor. Siempre había sentido predilección por estos llamados “super-héroes” (y más desde que supo que se estaba carteando con uno (10)) aunque eso significase convertirse en objeto de burlas y chanzas por parte de sus compañeros de escuela o fuese la causa de la continúa vergüenza de su padre por ese hecho. Pero lo que esta contemplando aquí y ahora, lo que ha vivido junto a ellos en estos escasos dos días, sólo reafirma sus convicciones y sus sentimientos frente a ellos. Este mundo necesita a estos héroes.
Frustrado, su mente está en plena ebullición, tratando de buscar un modo en que pueda ayudarles pero ¿cómo? Él es sólo un científico. La magia le es totalmente ajeno y terminaría por no ser más un estorbo que una ayuda. Y, diablos, esa criatura es tan grande…
De repente da un respingo cuando una idea surge en su cabeza. Al principio la rechaza y ésta regresa una y otra vez. Si, es descabellada y, probablemente, no conseguirá salir vivo de ella. Pero siente que debe de hacerlo. Mira a Hawkman y a Zatanna y sabe que tiene que hacerlo. Lo hará por él, por ellos, por el mundo… “Ya sabías que si me enseñabas esto acabaría haciendo una tontería, ¿eh Ray?”
- ¡Ryan! ¡No lo hagas! ¡Detente!- grita frenética Zatanna.
- ¡Detente muchacho! ¡No sabes que estás haciendo!- le ordena Hawkman alargando inútilmente un brazo como queriendo atraparle. Pero el joven hace oídos sordos e ignora sus órdenes, lanzándose a tumba abierta sobre la criatura. Ésta parece casi reír, consciente de su poder y de lo insignificante del ataque. Una sombra de preocupación aparece en su mirada cuando por fin lo alcanza el joven, con el semblante lleno de alegría y júbilo. “Esta va por ti, Ray. Estés donde estés”
Y entonces es cuando la criatura grita, con un sonido que sólo puede compararse con la peor de las pesadillas que haya tenido la humanidad alguna vez y que retumbará en la memoria colectiva de Ivy Town durante generaciones. Es un grito de terror, de desesperación, cuando por fin es consciente de lo que ocurrirá a continuación. Su cuerpo brilla, envuelto por un invisible campo de fuerza que le resulta imposible atravesar. Dicho campo no es más que una disrupción cuántica, una que colapsa su cuerpo mientras reduce su tamaño y envía su masa a otra dimensión. Antes que pueda darse cuenta, su tamaño no es muy superior al de una mera mota de polvo. Y su poder se ha reducido proporcionalmente. Y no se detiene. Continúa y continúa haciéndolo sin final aparente…
Para los que lo observan desde fuera todo ocurre en el tiempo de un parpadeo. Impávidos, sólo pueden asistir con la boca abierta a la implosión de la imponente masa de la criatura dentro de un destello de luz, mientras los ecos de sus gritos hacía su joven compañero aún retumban por los callejones del centro de la ciudad. Después no queda nada. Sólo hay silencio…
- Ryan…-murmura Hawkman con sólo un hilo de voz.
- Dios santo… ¡Lo hizo! ¡Lo consiguió! ¡Ya no puedo percibir a la criatura! ¡Ryan lo ha logrado!-grita de júbilo Zatanna. Su desbordante alegría choca con la sombría tristeza que invade al guerrero alado, quien incluso aún tiende su mano hacía Ryan, tratando de detenerle. “Lo hemos logrado, si. Pero ¿a que precio?” Y cada una de esas palabras caen como una losa sobre los hombros de Carter Hall.
- ¡Hawkman! ¡Zatanna!- la voz de Wonder Woman surge a través de los escombros.
- ¡Artemisa! ¡Lo logramos! ¡Ryan lo consiguió!
- ¡Bravo por él! ¿Dónde está él ahora?
- Él… se ha ido. – contesta Carter, y cada una de esas palabras surgen despacio, como si doliesen al pronunciarlas
Los tres héroes permanecen entonces unos minutos en silencio. Nada de lo que pudiesen decir podría aliviar su dolor en ese instante. Aun para ellos, que arriesgan su vida todos los días, les es muy duro enfrentarse a la pérdida de alguien, aunque sea sólo un extraño al que conocen hace apenas un día. Pero en ese tiempo ha compartido muchas cosas con ellos, ha estado a su lado en momentos difíciles… ¿Acaso se merecía terminar así?
- ¡¿Hola?! ¡¿Hay alguien por ahí?!- la tímida voz del oriental surge del enorme socavón que da acceso al complejo que había bajo la ciudad y por el que se abrió paso la criatura al salir. Colgando de un saliente, Ryan Choi se sujeta precariamente a los restos para impedir su fatal caída al abismo.
- ¡¡Ryan!!-parecen gritar los tres héroes al unísono. Sólo unos segundos después, Atom descansa ya en tierra firme tras ser rescatado por Hawkman. Sorprendentemente, éste le premia con un abrazo que deja a todos los presentes desconcertados, empezando por el joven científico. Tras unos segundos, Carter recupera la compostura y, cogiéndole de los hombros, se dirige a él en su tono habitual:
- Como vuelvas a ignorar una orden directa desearas no haber sobrevivido a ese monstruo…
Ryan traga saliva.
- ¡Ey! ¿Qué ocurre aquí? ¿Qué nos hemos perdido?- Blue Beetle y Canario Negro se reúnen con el grupo.
- Sólo a Hawkman impartiendo algo de disciplina al nuevo héroe del día…-bromea Zatanna pellizcando en el rostro al guerrero alado. Éste la aparta la mano con un gruñido.
- ¿Esta fiesta es cosa tuya, Ryan? Wow!! ¿Cómo diablos lo lograste?-bromea Ted golpeando a Ryan suavemente en el hombro
- Bueno, me gustaría poder presumir que estaba todo planeado pero fue más una corazonada que otra cosa. Me dí cuenta que Ms. Zatanna no podía pararle porqué trataba de combatirlo con magia y ese era un elemento con el que el monstruo parecía muy familiarizado. Pero en el complejo no vimos magia ninguna y habían conseguido detenerle. Así que había algo en la ciencia que sí podía pararle. Así que sólo podía tratar de detenerle con una cosa…
- ¿Qué hiciste?
- ¡Una locura! Aún me tiemblan las piernas sólo de pensarlo. Era demasiado grande para combatirlo asi que pensé en reducirlo a un tamaño más… manejable. Activé el Biocinturón en automático y traté de asirlo a la criatura. A estas alturas debe de estar muy por debajo del nivel subatómico. No sé si podrá existir algo a ese nivel.
- ¿Perdiste el cinturón de Ray?-ruge Hawkman.
- ¡No te metas con el chico! Si no es por su brillante idea ahora todos estaríamos muertos.-le riñe Canario Negro.- Enhorabuena Ryan. Pero dijiste que le dejaste el cinturón. ¿Hay alguna posibilidad de que pudiese revertir el proceso y regresar?
- Los controles del Biocinturón están instalados en los guantes. Debería permanecer en “automático” hasta que ese bicho aprendiese como abrirlo y manipular el mecanismo para revertir el proceso. No lo sé… quizás para cuando lo lograse estaría muy lejos en la escala… Ya te digo que no se si la vida puede sostenerse a ese nivel de estructura.
- Ok. De todos modos pondremos todo esta área bajo vigilancia. Zatanna, sería conveniente que algunos de nuestros aliados mágicos tratasen de colocar aquí también algunas barreras. Beetle, encárgate de organizar el equipo de limpieza. Analiza los restos a ver si podemos averiguar quién es el responsable de todo esto.
- Bien, eso nos deja con sólo un problema.-proclama Hawkman.
- ¿Cuál?
- Dónde está Guy Gardner y qué vamos a hacer con él…
Referencias:
1.- Ver números anteriores.
2.- Ray Palmer, el segundo Atom, que según saben ahora ha desaparecido.
3.- Ryan Choi, tal y como hemos visto en los últimos números.
4.- Sucinto resumen de lo que fue la saga “El Crepúsculo de los Dioses” en Marvel-AT. No te quedes con las ganas y descubre una de las historias más épicas que hemos escrito.
5.- Shiera Saunders, su difunta esposa. Para los que no conocen la maldición de Hawkman, él es realmente el príncipe Khufu de la 19ª dinastía del antiguo Egipto. Él y su amada fueron condenados a reencarnarse por toda la eternidad, con el problema de que en cuanto volviesen a reencontrarse en esa nueva vida la tragedia les golpearía de nuevo y serían otra vez asesinados para reencarnarse de nuevo.
6.- El metal Nth, o metal Enésimo, es un mineral procedente del planeta Thanagar con la habilidad de afectar a las leyes de la física. Es la base de la tecnología antigravitatoria de ese mundo y del arnés del propio Hawkman.
7.- Artemisa murió y su alma fue enviada al Infierno. Allí no sólo llegó a sobrevivir sino que llegó a dominar su propia hueste infernal antes de volver al mundo de los vivos.
8.- El Barón Winters es algo así como un consejero místico que vive recluido en una mansión en Washington de algún modo colocada fuera del tiempo y que sirve como acceso a muchos mundos y épocas. Suele atraer a su servicio a diferentes personajes a los que llama Fuerza Nocturna (Night Force) para enfrentar a diferentes amenazas.
9.- Resumen escueto y subjetivo del final de la saga de la Cosa del Pantano “American Gothic” (Swamp Thing #37-50) La Sombra Primordial se disponía a atacar el mismo Cielo. Una saga IMPRESCINDIBLE. Si no la has leído ya sabes lo que tienes que hacer….
10.- Como ya vimos en At-Liga de la Justicia #04, Ryan estuvo años compartiendo correspondencia con Ray Palmer (Atom II)
- Lo que más salió perjudicado de todo lo que pasó en Empire City (1) fue su orgullo. – contesta Canario Negro.- Más que ser derrotados por Epoch lo que le ha molestado es la posibilidad de que alguno de los suyos hubiese caído. Creo que siente que nos ha fallado y no quiere que eso se repita con Ray (2) .
- ¿Por eso estamos atacando este complejo aunque no tengamos ninguna certeza de que Atom haya pasado por aquí?
- Has dado en el clavo, Ted. Tengo que reconocer que esto es ir dando palos de ciego pero, conociendo como conoces Ivy Town ¿tú construirías una base ultrasecreta bajo sus cimientos y defenderías con un pequeño ejército privado si no tuvieses algo que ocultar?
- Hablaron los que tienen su cuartel bajo una montaña…
- ¡Jajaja! Touché. ¡Oh Ted! Como echo de menos los tiempos en los que estábamos juntos en la Liga. Todo parecía tan fácil y divertido…
- Yo también, Dinah. Yo también…
Y ambos dirigen una fugaz mirada hacía su compañero Guy Gardner, y se asustan ante lo que están viendo.
Las alarmas aúllan dentro del complejo. Los hombres quedan sorprendidos (hasta ahora sólo han actuado ante simulacros. ¿Quién se atrevería a atacarlos allí?) pero su entrenamiento se pone en valor y pronto reaccionan, movilizándose para repeler el ataque y proteger los objetivos asignados. Habían realizado ensayos ante cualquier contingencia posible, incluso el ataque de agentes meta-humanos. Pero nunca imaginaron que éstos fueron la mismísima Liga de la Justicia.
Al frente del ataque va Hawkman, majestuoso y despiadado. Aquel no era el entorno más adecuado para su forma de luchar (pasillos estrechos donde no podía hacer uso de sus alas o de su capacidad de volar) pero poco parecía afectarle. Suplía cualquier carencia con una fiereza y pura fuerza bruta, dando buena cuenta de todos los guardias que se ponían a su alcance. A su diestra iba Wonder Woman. Aunque Artemisa estaba bastante afectada al ser la que más tiempo estuvo luchando con Epoch, resultó totalmente imposible convencerla para que se quedase atrás. Hermosa y letal, su fiereza solo rivaliza con la del propio Hawkman. Ambos dan los mejor de sí mismos en la batalla. Son, sin lugar a dudas, dos guerreros formidables.
Y luego esta Guy Gardner. Siempre ha sido alguien molesto, cabezota, egoísta y pendenciero. Un auténtico grano en el culo, vamos. Pero ahora… no se atreven a admitirlo pero comienza a dar miedo. Se ha vuelto demasiado… brutal. Esta casi fuera de control. Algunos miembros de la comunidad de superhéroes incluso han empezado a rehuirle. Eso a él parece no importarle. Todo lo que tiene en su mente es… destrucción. Está pletórico en medio de la batalla, donde puede dar rienda suelta a sus instintos.
- ¡¡Arded!! ¡¡Arded bastardos!!- ruge mientras lanza una ponderosa bola de fuego contra los guardias.
Hawkman carga contra él desviando su disparo en el último segundo.
- ¡¡Basta ya, Gardner!! ¡Céntrate de una vez o te juro que al terminar esto seré yo mismo quien te eche de la Liga de una patada!!!-ordena Hawkman amenazándole con su maza
Gardner se limita a sonreír. Y con cierta sorna le contesta:
- Ok, Jefe. Por esta vez jugaremos con tus reglas. Pero tengo que reconocer que me gustaría ver como harías eso…-y con esto pone su mano sobre la maza, dejándola marcada en su superficie.
Hawkman bufa. Solo la oportuna intervención de Wonder Woman impide que ambos lleguen más allá.
- ¡¡¿Se puede saber que estáis haciendo??!! ¡¡Estáis del mismo lado!!
“No puedo creer que Artemisa termine siendo la más sensata de esos tres” piensa para sí Canario Negro con una sonrisa. Activa entonces su comunicador:
- Hawkman, si estáis preparados vamos a entrar.
Carter asiente e, ignorando a Guy, retoma su salvaje ataque contra los guardias de la base.
- Adelante.
Con una señal los héroes se separan. Mientras Hawkman, Guy Gardner y Wonder Woman permanecen en la retaguardia atrayendo toda la atención posible, Canario Negro, Zatanna, Blue Beetle y el nuevo Atom (3) se adentran aún más en el complejo. Esperan que, con toda la confusión que ha provocado su repentino ataque, puedan explorar mucho más fácilmente y con menos problemas.
- Muy bien, Ryan. Por ahora todo es exactamente como nos contaste. Ahora estamos en tus manos.
Para Ryan Choi las últimas horas han sido rápidas, vertiginosas… un carrusel de sensaciones y emociones que tardará días en digerir. La Liga está depositando en él toda su confianza. Pero en vez de derrumbarse ante semejante presión él esta… sobre-excitado. Para alguien cuya vida a transcurrido entre libros y estudios, todo este nuevo mundo de…aventuras está a años luz de lo hubiese soñado jamás. Ahora comprende a su amigo Ray Palmer y como nunca pudo abandonar esta vida. Esto es demasiado… divertido.
- Esto… os recuerdo que yo apenas estuve aquí por más que unos minutos. Yo…
- ¡Me cago en …! – comienza a blasfemar Blue Beetle.- ¿Os habéis fijado en eso?
Ahora es Ted Kord quien está emocionado. Muchos no le toman en serio por su actitud, casi siempre burlona, pero debajo de esa fachada de “tipo-gracioso” hay un excelente ingeniero que siente una gran pasión por todo lo que hace. Dale la oportunidad de estudiar cualquier tecnología extraña y le habrás hecho el hombre más feliz del mundo…
- Vaaaya…-musita Ryan.
Delante de ellos pero en una dependencia contigua, comunicadas con un gran ventanal, pueden contemplar dos descomunales aparatos, de al menos 5 pisos de altura, colocados uno en frente de otro. La sala donde están ubicados es anormalmente grande para la configuración de un complejo de este tipo, denotando la importancia del mecanismo para quien dirija toda esta estación. Otra pista que confirma esta suposición era la guarnición de soldados que aún permanecían en la sala mientras el resto de la tropa se concentraba para tratar de detener a Hawkman y los demás. Pero el caos y la confusión que impera entre el personal técnico juegan a su favor. Canario Negro consigue acercarse hasta ellos sin ser detectada y entre ella y Blue Beetle consiguen dar buena cuenta de ellos. Los técnicos no suponen ningún problema. Antes de que se den cuenta no queda ninguno a la vista.
- ¿Qué es todo esto, Ted? ¿Qué están haciendo aquí?
- Sea lo que sea estos tipos no son ningunos aficionados.- contesta él mientras comienza a trastear en los sistemas.- Estamos delante de la tecnología más avanzada de origen terrestre que he visto hasta ahora. Parecen ser dos generadores o conductores de energía. Están diseñados para concentrar un poder… asombroso. ¿Cómo son capaces de alimentar este monstruo sin que nadie se dé cuenta?
- Pero, ¿para qué quieren tanta energía?
- Si interpreto esto correctamente –comenta Ryan- están alimentando algún tipo de rayo de partículas. Con esa energía las partículas alcanzarán pronto la velocidad de la luz y, como no pueden ir más rápido, solo podrán seguir canalizándola aumentando su masa. Toda esa masa, concentrada en un solo punto, debería terminar por crear un agujero en el continuum espacio-tiempo, una pequeña singularidad…
- ¡Eso crearía un agujero negro! ¡Podría destruirlo todo!
- Teóricamente si. En un acelerador de partículas normal la posibilidad existe pero el que se generaría sería demasiado pequeño. Con uno de este nivel… podría ser peligroso.-
- Si pero, aunque parezca increíble, estos tipos han sido tan brillantes como para estabilizar la singularidad usando fuertes campos magnéticos. ¡Han conseguido una singularidad estable! Incluso contemplan la posibilidad de atravesarla y ver lo que hay al otro lado…-puntualiza Beetle.
- Cierto. Hay aquí varias anotaciones de algo a lo que llaman “sub-espacio”, una especie de vacío que podría funcionar como “encrucijada” entre realidades. Parece que han estado explorándolo…
- ¡Fascinante!
Canario Negro decide dejar a los dos locos de la ciencia hablando entre ellos y centra su atención sobre Zatanna. Ésta, pálida y de aspecto enfermizo, se tambalea y está a punto de perder el equilibrio.
- Zee ¿qué te ocurre?
- Hay mucho más que ciencia aquí, Dinah. Noto magia, una muy antigua y poderosa. Yo creo conocer ese… “sub-espacio” del que están hablando. Todos los adeptos sabemos de los muchos mundos que existen más allá del delgado velo que envuelve este mundo. A ese lugar entre mundos lo llamamos “La sangría”. Sólo los hechiceros más poderosos y experimentados se atreven a atravesarla. Muchos son los peligros a los que deberían enfrentarse sino que correrían el riesgo de perderse ante las infinitas posibilidades que contiene…
- ¿Entonces como…?
Zatanna no articula palabra. Su mano temblorosa señala hacía el interior de la sala, a un gran mamparo adornado con una pequeña consola. Tiene el aspecto de ser más macizo y resistente que el resto de la sala, como si hubiese sido construido más como prisión que como elemento constructivo. Dinah se cautelosamente y manipula los controles. Son muchos años de experiencia con sistemas de seguridad y éste no es tan sofisticado como asegura Blue Beetle. Unos segundos más tardes ha conseguido sobrepasar el sistema de seguridad y el gran mamparo se abre, chirriando, profiriendo como un grito de terror al desvelar lo que contiene. Y entonces se arrepiente de haberlo abierto.
Detrás de la puerta de acero hay un mamparo de cristal, un enorme tanque que sirve tanto de elemento de contención como de conservación, del horror que habita dentro: algo parecido a una masa informe compuesta por millares de serpientes que se mueven continuamente de forma frenética. Rápido descartan la idea de las serpientes debido a su textura blanda y gelatinosa, cubierta de pústulas y heridas, y a la ausencia de escamas. Más que serpientes parecen tentáculos, una enorme masa tentacular que se abre para dejar al descubierto un enorme ojo vidrioso y amarillento que les observa con expresión sorprendida (si se puede considerar así) Y luego esta su olor: incluso a través del cristal son capaces de sentir la nausea y la angustia que produce su hedor. ¿O acaso es algo más?
La voz retumba dolorosamente en sus cabezas. Es una sensación extraña y nauseabunda, como si su mente fuese tocada por alguno de aquellos repulsivos apéndices. Algunos, como Blue Beetle, son incapaces de soportarlo y no pueden más que vomitar.
- ¿Q-quien eres? ¿Cómo has llegado aquí?-pregunta Canario Negro.
- **Mi nombre no importa**.-Vuelve a retumbar la cavernosa voz en sus cabezas.-**He sido llamado de mil y una formas diferentes por las razas menores durante eones. Soy M’galan. Soy Cyaegha. Soy Shuma-Gorath. Incluso tengo nombres que os resultaría imposibles de pronunciar. Soy todos ellos y ninguno. Pero ¿acaso me importa? Sólo es vuestra la necesidad de definir la realidad según el sonido de vuestra voz. Mi raza es más antigua que el propio lenguaje y seguirá existiendo el día que se olviden todas las palabras y sólo reine el silencio. ¿Necesitas una palabra que me defina? Llámame Padre…**
- ¿Padre? No entiendo…
- **No te esfuerces, niña. No estás preparada para asumir esa realidad. Sólo acepta mi palabra como la auténtica Verdad, del mismo modo que lo han hecho otros como tú a lo largo de los milenios.**-contesta la criatura con cierto tono condescendiente.- **Mis hermanos y yo fuimos creados al Principio, en los albores del Todo a partir de la misma esencia de la realidad. Nacimos bellos, sabios y poderosos, y nos dispusimos a recorrer las galaxias para descubrir todos sus secretos. Pero llegó un momento en el que no había más lugares para ir, no había más secretos para descubrir. Fue entonces cuando comenzamos a preguntarnos sobre la finalidad de nuestra existencia. Y tras mucho debatir decidimos buscar una meta, un objetivo. Manipulamos el éter y creamos vida, vida que pudiésemos ayudar a desarrollarse, bajo nuestra guía y cuidado. Y al principio todo fue bien. Pero pronto nuestros hijos se rebelaron contra nosotros. Orgullosos y poderosos, su arrogancia les hizo creer que podrían controlar su destino tan bien como lo hacíamos nosotros. Y nos rechazaron. Con dolor al final aceptamos su decisión y nos retiramos. Y el universo sabe bien todo el dolor que ha soportado por culpa de aquella errónea decisión.**- y la tristeza invade el semblante de la criatura.
- No es esa la historia que yo conozco…-comienza decir Zatanna, balbuceante.
- **¡¿TE ATREVES A NEGAR LA VERDAD QUE HAY EN MIS PALABRAS?!**-exclama la criatura poseída por la cólera. Sus tentáculos, poderosos, se mueven nerviosamente dentro de su celda tratando en vano liberarse. Luego, por un instante, se detiene. Casi parece avergonzada por haberse dejado dominar por sus emociones. Cuando vuelve a dirigirles la palabra su tono se había suavizado de nuevo.- **Es normal que nadie nos recuerde. Ya dije que nuestra estirpe era orgullosa. Se preocuparon de borrar del recuerdo cualquier vestigio de nuestra existencia. Nadie volvería a saber de nosotros.**- Hace de nuevo una pausa.- **Nosotros abandonamos este plano y nos dispusimos a explorar otras regiones del espacio para ampliar nuestros conocimientos. Pero en el fondo de nuestro corazón siempre albergamos la esperanza de regresar un día a ocupar el lugar que nos pertenece, junto a nuestra estirpe. Soñamos con el día que ellos recapacitasen y se diesen cuenta de su error, el día que saliesen a buscarnos para pedirnos perdón y rogarnos volver a su lado… Yo, en mi infinita misericordia, era el más dispuesto a perdonaros. Y pensé que el día anhelado había llegado cuando os vi llegar a vosotros, hijos de nuestros hijos, indefensos en medio de un lugar al que no pertenecíais. ¡Qué inocente fui! Seguís siendo orgullosos… y crueles. Me encerrasteis, me heristeis, me humillasteis…**- la criatura llama la atención de los héroes sobre los tubos metálicos que han insertado a lo largo de su cuerpo, hundiéndolos de forma visiblemente dolorosa en su carne.- **Me obligasteis a guiaros por sendas para la que no estabais preparados… No puedo soportarlo más. Os ruego que me liberéis. ¡Dejadme recuperar mi lugar entre las estrellas!**
Alfredo sonríe satisfecho. Debajo de las arrugas que recorren su rostro, y que todo el mundo achacan a su continúa sonrisa, se esconden años de lucha, de sufrimiento, desde que su familia huyo de la Gran Guerra en Europa y se instaló aquí en América. Recuerda los años de trabajo, las noches sin dormir mientras su padre se dejaba la vida luchando para sacar adelante aquel pequeño restaurante donde habían arriesgado cada centavo y queda lira que habían podido reunir. Cuando consiguieron que el negocio no perdiese dinero su padre se empeñó en que diese clases, que se formase como cocinero. Invirtió en él cada dólar que pudo ahorrar. “Si vas a hacer algo no te conformes con medias tintas. O das todo o no lo intentes.” Así era su padre. Nunca había término medio. Esas palabras se grabaron a fuego en su vida y son el lema que le ha guiado en su vida siempre. De ese modo ha transformado aquel modesto comedor que abrieron en Brooklyn en esto: “Alfredo’s”, uno de los mejores y más exclusivos restaurantes de toda la ciudad. Hoy la lista de espera para reservar mesa es de al menos seis meses y acuden clientes de los cinco continentes sólo por la oportunidad de probar sus platos.
- ¿Todo a su gusto?
- Por supuesto, Alfredo. Todo delicioso como siempre.
Ella es Laverne De Renal, una de sus mejores y más apreciadas clientas. Se conocen desde hace años, cuando él se embarcó en este gran proyecto, y ella siempre le ha mostrado su apoyo. Es una de las mujeres más influyentes del mundo. Una palabra suya puede darte prestigio o hundir tu carrera sin haberla iniciado siquiera. De su mano han venido decenas de nuevos clientes, grandes hombres de negocio que terminaron por convertirse en habituales, aumentando así más el nombre del local. Mirándolos desde su posición, escondido en la cocina, para Alfredo todos le parecían iguales, como cortados por el mismo patrón: gente fría y sin alma, obsesionada por el poder y el dinero, utilizando cualquier momento y excusa (sobre todo una comida) para tratar de acumular más y más. En su restaurante ha visto hacerse y perderse auténticas fortunas. No es que sea algo que a él le importe, pero en lo más profundo de su corazón está dolido porque siente que ellos no valoran su trabajo, el esfuerzo que ha implicado alcanzar esa calidad y excelencia. Pero con Laverne eso es diferente. Ella nunca ha venido aquí a tratar de negocios. Ella sólo ha venido aquí a relajarse, a disfrutar del ambiente y de su comida. Siente que ella es aquí más “ella” que en ningún otro lugar, como si fuese “su refugio” personal. Se le nota en la mirada, mucho más cálida, y en una luz especial que tiene su rostro cuando está sentada en su mesa, disfrutando de su comida. Eso es algo que Alfredo aprecia especialmente y por lo que, para él, ella es alguien muy especial. Por eso Alfredo se asombra tanto cuando ve que suena su móvil y ella no monta en cólera. Sólo es capaz de recordar que ocurriese en otra ocasión y realmente, aunque se sintiese alagado por ello, desde entonces prefiere no ver a Laverne enfadada.
- Dígame… ¿Cuándo? ¿Quién? Si, ya veo…- la habitual amabilidad de su voz cuando se encuentra en el restaurante desaparece bajo una fría severidad que casi aterra.- Bien, ciérrelo todo. Que no quede rastro.- y con esto termina la llamada. Alfredo la mira y puede comprobar cómo la “luz” habitual que suele acompañar su mirada ha desparecido por completo. Su mirada se ha vuelto… siniestra. Casi con temor, se acerca a preguntar.
- ¿Algún problema?
- Oh! No te preocupes, viejo amigo. No pasa nada. Era sólo… un pequeño contratiempo. A veces nos vemos obligados a pequeños sacrificios si queremos lograr nuestros objetivos. Perdóname tú a mí. Sabes que no me gusta “mancillar” tu local con estas… nimiedades. Por favor, dí en cocina que me reserven una buena ración de ese delicioso Tiramisú de manzana que preparas. Sabes que siempre consigue hacerme subir el ánimo…
Alguien, en algún lugar del mundo, recibe la orden de introducir determinada secuencia de código en su consola. Ignora por completo cuál es su significado o qué es lo que está provocando pero tampoco le importa. Hacer preguntas no forma parte de su trabajo. Le pagan demasiado bien por mantener la boca cerrada.
Una vez activado el programa, los explosivos colocados a lo largo de toda la infraestructura construida bajo Ivy Town no pueden más que detonar. La secuencia a ha sido meticulosamente diseñada para maximizar el daño y optimizar el proceso de eliminación de pruebas. Es por esto que los primeros en estallar son los situados en el perímetro, cortando de raíz cualquier posibilidad de escape de la base para sus ocupantes y evitando así futuras e incomodas filtraciones de información.
La sala donde se encuentran Canario Negro y su grupo de miembros de la Liga de la Justicia está situada bastante en el interior de la estructura, de modo que para ellos todo comienza con violentos golpes y temblores procedentes de todas direcciones.
- ¡Son explosiones! ¡Alguien ha activado algún sistema de autodestrucción!
- **¡Liberadme!**- les urge la criatura
Una nueva serie de explosiones, más cercanas ahora, hacen temblar violentamente toda la sala, hasta el punto de hacer perder el equilibrio a nuestros héroes. Muchos sistemas electrónicos no lo soportan y se derrumban, inundándolo todo con chispas, fuego y escombros. Es en medio de esta zozobra cuando Zatanna, sobreponiéndose a la nausea, consigue en un esfuerzo volver a dominarse. Quizás fuese gracias a su entrenamiento o porque la criatura tenía guardia bajada por culpa del shock, pero la joven hechicera pudo utilizar el vínculo psíquico que ésta había creado para vislumbrar la auténtica verdad.
En verdad la criatura era antiquísima, de los primeros seres vivos creados en su universo y su poder era comparable al de los dioses. Y cómo tales fueron tomados en muchos mundos, donde se instalaron y fueron adorados y venerados. Les ve llegando a una Tierra joven, mucho antes del nacimiento del hombre, luchando con sus legítimos dueños por el control de ese mundo. Pero éstos no eran hombres, si no unas criaturas extrañas, inhumanas y poderosas. Al final, no hubo vencedores ni vencidos y ambos decidieron compartir el lugar. Después vino una gran guerra, cuando los dioses primigenios vinieron a expulsarles, encerrándolos en prisiones donde permanecieron dormidos, ocultos en los rincones más oscuros, esperando el momento adecuado para de poder regresar. Sus adoradores no les olvidaron y durante milenios continuaron alimentándoles, aguardando por su regreso. Hasta que un día llegó, cuando un ambicioso y loco dios traicionó a todo su universo a cambio de poder y les dejó de nuevo la puerta abierta para su regreso. Los incontables siglos de encierro transcurrido solo habían alimentado su odio y su poder y a punto estuvieron de poder arrasarlo todo. Su ira prendió fuego a los mismos cielos y no hubo panteón que pudiese detenerles Pero un joven asgardiano, hijo del autoproclamado Padre de todos, consiguió reunir bajo su liderazgo a los pocos dioses que aún se atrevían a enfrentarles, a los últimos Dioses primigenios y a los nuevos hijos de la ciencia y consiguieron lo inimaginable: expulsarles de su reino (4) . Heridos y humillados, los pocos de su raza que pudieron sobrevivir huyeron a otras dimensiones. Y es entonces cuando, aún herido y debilitado, fue atrapado por aquellos humanos y traído a este lugar. Horrorizada ante tal descubrimiento, Zatanna no puede más que gritar.
- ¡¡NOOOOOOO!!!!!!!!!
- ¡¡Zatanna!! ¿Qué ocurre?
- ¡Quietos! ¡No lo liberéis!! ¡Nos está engañando!
La advertencia resulta totalmente inútil. Con una nueva sacudida los mecanismos que controlan el sistema de apertura de la mampara revienta y esta se resquebraja. Con un golpe final, la criatura termina de liberarse, irrumpiendo en la sala. Con un grito psíquico de furia lanza sus tentáculos contra los desprevenidos héroes que, trabajosamente, trataban de permanecer a salvo mientras el complejo se desmoronaba a su alrededor.
- ##¡¡YEAAAAAAARGHHH!!!!## – se oye a través de los intercomunicadores
- ¿Canario? ¿Qué ocurre? ¡¡Dinah!!- grita desesperado Hawkman.
- ¿No responden?-pregunta Artemisa
- ¡No, maldita sea! Y este sitio se viene abajo. ¡Salgan los dos de aquí mientras puedan! Yo voy a buscarles.
- ¡Jamás! Ellos también son nuestros compañeros. No les dejaremos atrás.
Carter sonríe. De verás le gusta esta mujer.
- Bien. ¡Gardner, ábrenos camino!
Con un grito de júbilo, Guy da rienda suelta a su poder. Su rugiente energía no sólo volatiza los escombres que caen a su alrededor: manteniendo un flujo constante de la misma, Gardner es capaz de manipular su forma, construyendo un vórtice de energía alrededor suyo que impide que nuevos fragmentos les alcancen mientras avanzan hacía el interior de la estructura, tan fácilmente como un cuchillo caliente atraviesa la mantequilla. Carter queda bastante impresionado por la pericia que esto demuestra.
En pocos minutos el trío alcanza su objetivo sólo para contemplar el horror. La informe masa de tentáculos que es la criatura aparece por primera vez ante sus ojos, una visión que despierta terribles recuerdos en el interior de su mente; son memorias largamente reprimidas y que parecen tratar de salir arañando desde lo más profundo de su alma.
Hawkman no puede dejar de gritar. Todas esas sensaciones de su mente intentan por todos los medios hacer pedazos su cordura. Tiene que encontrar algo, lo que sea, que le permite resistir y no sumergirse en los pozos de la locura. Pero es tan duro, sería tan fácil rendirse…
- Carter…
- Esa voz…
- Carter…
- ¿Eres tú, Shiera (5) ?
- Si, mi amor. Estoy aquí contigo…
- Oh Shiera, te echo tanto de menos…
- Lo se, pero tendremos que esperar un poco más. Aún no ha llegado tu hora. Pronto volveremos a estar juntos. Pronto…
Y con esto la voz se va pero era todo lo que le hacía falta a Hawkman. Usando su gran fuerza de voluntad vence a la locura y recupera la serenidad para contemplar, horrorizado, como sus compañeros no han podido hacerlo: Canario Negro, Blue Beetle, Atom… Todos se dejan llevar por sus más bajos instinto en una orgía salvaje de sangre a la sombra de aquel terror que los mira complaciente.
- ¡Gardner, tenemos que detenerlos! ¡Haz lo que sea pero no uses fuerza letal, ¿entendido?! No son responsables de sus actos… ¡GARDNER! ¿Me escuchas?
Gardner permanece inmóvil en silencio. No hay gritos, ni aullidos de terror. Solo una pequeña risa sardónica, una risa comienza como un pequeño murmullo pero poco a poco va ganando en fuerza y termina en una carcajada terrible, que hiela la sangre. Y cuando por fin se gira y le habla… solo podemos decir que su cara y su voz son más terribles todavía.
- ¡Noooooo!!!!- grita Wonder Woman apareciendo por la espalda del enloquecido ex-Linterna Verde para asestarle un golpe mortal. Solo su increible fortaleza física impide que quede partido literlamente en dos.
- ¡¡Artemisa!! Ra sea loado. ¡Tu tampoco has sido afectada por la criatura! Pero ¿Cómo…?
- Ya he pasado muchos años lidiando con seres similares y sobreviví a todos ellos (7). Éste es sólo un poco… diferente, más extraño. (¡¡Ungh!!)- le responde mientras continúa luchando.- ¡Ve a buscar a los otros! ¡Es nuestra única oportunidad!!
Hawkman asiente y emprende el vuelo en dirección a la criatura. Una sensación de deja-vú le invade. ¿Acaso se ha enfrentado a ella en otra ocasión? Como superhéroe ha luchado contra amenazas místicas en otras ocasiones pero hasta este momento no ha tenido este extraño recuerdo… como de miles, de millones de años en el pasado. ¿Cómo es posible?
- **¿Tu? ¿Aquí de nuevo?...** – se pregunta la criatura al verle llegar. Carter continúa inmerso en sus pensamientos y no se percata de ello. Tan distraido está que a duras penas esquiva el ataque que ésta le lanza con sus numerosos tentáculos. Sólo su larga experiencia y su pericia en el vuelo impide que acaben con él en el primer lance del combate. Pero sus armas si encuentran exitosamente la carne de la criatura, ocasionándola un gran dolor. Con un grito que retumba en la mente de todos los presentes, M’galan se revuelve, haciendo fuerza contra la debilitada estructura del techo y abriéndose camino hacía el exterior.
Ivy Town siempre ha sido una ciudad mayormente tranquila. Es cierto que tiene sus peculiaridades pero no tiene ningún centro de negocios notable y ni ninguna industria a destacar. El centro de toda la vida de la ciudad es su Universidad, por lo que todos los problemas a los que habitualmente se enfrentan están relacionados con alguna panda de estudiantes descarriados los fines de semana que llevan una o dos cervezas de más. Pero esta noche será algo totalmente diferente.
Todo comienza con una serie de temblores y explosiones sordas a lo largo de toda la ciudad. Aquellos que son capaces de percibirlas no se alarman puesto que no son capaces de encajarlas dentro de todo el conjunto y lo achacan a vecinos ruidosos, coches estropeados o cualquier otra excusa más plausible. Los habitantes del centro de la ciudad, centrados en sus actividades comerciales y de ocio, no fueron conscientes de nada hasta que fue demasiado tarde, cuando los temblores comenzaron a ser peligrosamente intensos. El asfalto de las calles comenzó a resquebrajarse, la electricidad falló y algunos conductos de agua y gas comenzaron a estallar, provocando el caos y la destrucción en el centro, bajo la presión de algo que quería salir del subsuelo. Y cuando lo hizo… fue como algo salido de la peor de las pesadillas.
Hawkman parece muy pequeño revoloteando a su alrededor, haciendo el máximo esfuerzo por luchar contra algo que claramente le supera. Pero él continúa y no se rinde. Eso es algo que hacen los héroes.
Zatanna se revuelve mientras recupera dolorosamente la consciencia. El grito psíquico del monstruo cuando fue alcanzado por las armas de Hawkman fue demasiado para sus mentes, la suya y la del resto de miembros de la Liga que estaban afectados. No sólo debe luchar contra el dolor sino también contra la repugnancia que invade su ser cuando por fin es consciente de todo lo que hizo bajo la influencia de ese… ser. La bilis inunda su boca una y otra vez, como si con ello pudiese limpiar y borrar todo lo ocurrido, pero es totalmente inútil.
- ¿M-Miss Zatanna? –a la débil y amable voz de Ryan Choi la devuelve a la realidad.
- ¿Ryan? Oh Ryan… ¿Qué hemos hecho?
Un grito inhumano llama de nuevo su atención cuando la criatura parece gritarle a su rival volador.
- Tenemos que terminar con esto, Ryan. Será mejor que salgas de aquí.- hace una pausa durante un segundo y le mira a los ojos.- Llévate a Canario y a Beetle de aquí. Y en cuanto puedan diles que envíen una alerta clase Omega para la Liga.- y el tono de su voz se vuelve sombrío y lúgubre.
- ¿Tu que harás? No irás a quedarte, ¿verdad?
- Alguien tiene que terminar con todo esto.- dice bajando su mirada, de igual modo que alguien que acaba de aceptar su destino inevitable.
Ryan traba saliva antes de volver a pronunciar palabra.
- ¿Estas… asustada?
- Hasta la médula. Pero éste es nuestro trabajo. Ahora, lárgate de aquí.
Zatanna cierra los ojos antes de continuar. La magia es algo muy serio y mucho más complicado que pronunciar cuatro frases al revés. Implica años de estudio y preparación hasta que uno alcanza la suficiente compresión de la Realidad en sí misma y de cómo esta estructurada. Piensa en nuestra realidad como en un gigantesco juguete de Lego: todo (y me refiero a TODO) esta compuesto por pequeñas piezas, divisibles y manipulables. Un hechicero lo es desde el momento que alcanza el conocimiento para jugar con esas piezas, saber que si quitas una de aquí y otra de allí, que si cambias otras de posición, puedes hacer que cualquier cosa ocurra, que cualquier cosa cambie de lugar, de aspecto o de función. Ojala todo fuese así de fácil. Esta no es más que una forma muy simplificada de explicarlo. Lo que todo mago debe saber es que jugar con la Realidad es algo muy complicado y peligroso. Necesitas la máxima concentración. El más mínimo de los errores y las consecuencias podrían ser catastróficas.
Naturalmente ese conocimiento sólo no es suficiente. Existe algo a lo que algunos llaman “Maná”, un conjunto de energías místicas propias de este plano, que es lo que utilizan los hechiceros para modificar esos fragmentos que componen la Realidad. Sólo un grupo muy especial de humanos, los llamados homo magi, son capaces de acceder a esa energía normalmente. Los humanos ordinarios también pueden hacerlo, pero sólo a través de objetos mágicos o complicados rituales. Los homo magi lo hacen de manera natural. Para facilitar ese trabajo todos suelen utilizar un foco, algún ritual, movimiento, palabra u objeto, que les ayude a enfocar esa energía. Y en el caso de Zatanna es hablar al revés. ¿Acaso pensabas que un hechizo sería algo tan simple?
Ella inspira profundamente y aguanta la nausea cuando comienza a examinar a la criatura. Debe de encontrar el modo en que está anclado a este plano, tratar de revertir ese mecanismo y devolverla allá donde pertenezca. Todo ello le supone un gran esfuerzo: debe estudiarla con tal meticulosidad que casi siente como la repugnancia y el horror que la compone a punto de esta de contaminar su propio ser. El mundo que vio nacer este monstruo debe de tratarse del lugar más horrible jamás concebido, un reino de caos absoluto más allá de toda comprensión.
Al mismo tiempo un recuerdo inunda su mente, uno que se había esforzado por olvidar, quizás el peor momento de toda su vida. Fue hace diez años, cuando ella era aún casi una niña y bebía aún los vientos por aquel truhán llamado John Constantine. Era el tiempo de la Gran Crisis y algo nuevo y extraño iba a surgir para destruirlo todo (¿Cuándo no?). John había conseguido reunir a varios hechiceros, algunos de los más poderosos del mundo, en la mansión de Barón Wynters (8) para tratar de detenerlo. Ella se sentía fuera de lugar, una aprendiza rodeada de maestros, pero se sentía ansiosa por demostrar lo que era capaz (y debe reconocer que lo estaba por verle a él de nuevo). Pronto descubrió que aquello no era juego. La batalla que siguió fue cruenta y salvaje, una de las más grandes que nadie haya oído jamás. Una que a ella la marcó para siempre. Fue el día que perdió a su padre.(9)
Recuerda la sensación que invadió su espíritu cuando aquella fatídica noche hicieron contacto con… aquello. Era algo tan poderoso y tan peligroso que hasta el mismísimo Cielo e Infierno se habían aliado para tratar de combatirlo. Aquello era tan… alienígena incluso para estos Reinos como éstos lo son para nuestro plano mortal. Aquella sensación es muy similar a la que siente ahora. Este monstruo esta hecho de pura Maldad. ¿Tendrá ella poder suficiente para rechazarlo? ¿O la Magia la consumirá del mismo modo que le ocurrió a su padre?
- ¡Odnum ut a aserger ourtsnom!!
La energía mística electrifica el aire mientras inútilmente trata de expulsar a la criatura ultraterrena. Su enorme ojo gira al centrar su atención en la joven hechicera.
- **¡¿Te atreves a comparar tu poder con el mío, pequeña subcriatura?!**
Zatanna grita de frustración cuando su hechizo es roto con un mínimo esfuerzo, rechazándola. Sólo ella puede ver como la energía mágica utilizada se arremolina a su alrededor, imbuida por la rabia y la ira de aquel ojo que la mira amenazante. El mismo aire parece arder cuanto todas y cada una de las moléculas de su cuerpo parecen querer explotar. Cualquier contra-hechizo que ella trata desesperadamente de lanzar resultan tan inútiles como lo serían sus suplicas de clemencia. Sólo cuando una gigantesca sombra se interpone entre ella y el ataque de la criatura recupera alguna esperanza de sobrevivir.
- ¡Resiste Zatanna!- grita Hawkman mientras trata de repeler el ataque con sus armas thanagarianas.
A salvo en su refugio unas decenas de metros más allá, Ryan Choi no puede aparatar la mirada de la dantesca escena. A pesar del terror que le infunde la criatura y la desolación que le invade al comprobar cómo hasta la poderosa Liga de la Justicia apenas puede hacerla frente, no puede reprimir un sentimiento de profunda admiración hacía estos hombres y mujeres que, aún teniéndolo todo en su contra, continúan luchando con todo su arrojo y valor. Siempre había sentido predilección por estos llamados “super-héroes” (y más desde que supo que se estaba carteando con uno (10)) aunque eso significase convertirse en objeto de burlas y chanzas por parte de sus compañeros de escuela o fuese la causa de la continúa vergüenza de su padre por ese hecho. Pero lo que esta contemplando aquí y ahora, lo que ha vivido junto a ellos en estos escasos dos días, sólo reafirma sus convicciones y sus sentimientos frente a ellos. Este mundo necesita a estos héroes.
Frustrado, su mente está en plena ebullición, tratando de buscar un modo en que pueda ayudarles pero ¿cómo? Él es sólo un científico. La magia le es totalmente ajeno y terminaría por no ser más un estorbo que una ayuda. Y, diablos, esa criatura es tan grande…
De repente da un respingo cuando una idea surge en su cabeza. Al principio la rechaza y ésta regresa una y otra vez. Si, es descabellada y, probablemente, no conseguirá salir vivo de ella. Pero siente que debe de hacerlo. Mira a Hawkman y a Zatanna y sabe que tiene que hacerlo. Lo hará por él, por ellos, por el mundo… “Ya sabías que si me enseñabas esto acabaría haciendo una tontería, ¿eh Ray?”
- ¡Ryan! ¡No lo hagas! ¡Detente!- grita frenética Zatanna.
- ¡Detente muchacho! ¡No sabes que estás haciendo!- le ordena Hawkman alargando inútilmente un brazo como queriendo atraparle. Pero el joven hace oídos sordos e ignora sus órdenes, lanzándose a tumba abierta sobre la criatura. Ésta parece casi reír, consciente de su poder y de lo insignificante del ataque. Una sombra de preocupación aparece en su mirada cuando por fin lo alcanza el joven, con el semblante lleno de alegría y júbilo. “Esta va por ti, Ray. Estés donde estés”
Y entonces es cuando la criatura grita, con un sonido que sólo puede compararse con la peor de las pesadillas que haya tenido la humanidad alguna vez y que retumbará en la memoria colectiva de Ivy Town durante generaciones. Es un grito de terror, de desesperación, cuando por fin es consciente de lo que ocurrirá a continuación. Su cuerpo brilla, envuelto por un invisible campo de fuerza que le resulta imposible atravesar. Dicho campo no es más que una disrupción cuántica, una que colapsa su cuerpo mientras reduce su tamaño y envía su masa a otra dimensión. Antes que pueda darse cuenta, su tamaño no es muy superior al de una mera mota de polvo. Y su poder se ha reducido proporcionalmente. Y no se detiene. Continúa y continúa haciéndolo sin final aparente…
Para los que lo observan desde fuera todo ocurre en el tiempo de un parpadeo. Impávidos, sólo pueden asistir con la boca abierta a la implosión de la imponente masa de la criatura dentro de un destello de luz, mientras los ecos de sus gritos hacía su joven compañero aún retumban por los callejones del centro de la ciudad. Después no queda nada. Sólo hay silencio…
- Ryan…-murmura Hawkman con sólo un hilo de voz.
- Dios santo… ¡Lo hizo! ¡Lo consiguió! ¡Ya no puedo percibir a la criatura! ¡Ryan lo ha logrado!-grita de júbilo Zatanna. Su desbordante alegría choca con la sombría tristeza que invade al guerrero alado, quien incluso aún tiende su mano hacía Ryan, tratando de detenerle. “Lo hemos logrado, si. Pero ¿a que precio?” Y cada una de esas palabras caen como una losa sobre los hombros de Carter Hall.
- ¡Hawkman! ¡Zatanna!- la voz de Wonder Woman surge a través de los escombros.
- ¡Artemisa! ¡Lo logramos! ¡Ryan lo consiguió!
- ¡Bravo por él! ¿Dónde está él ahora?
- Él… se ha ido. – contesta Carter, y cada una de esas palabras surgen despacio, como si doliesen al pronunciarlas
Los tres héroes permanecen entonces unos minutos en silencio. Nada de lo que pudiesen decir podría aliviar su dolor en ese instante. Aun para ellos, que arriesgan su vida todos los días, les es muy duro enfrentarse a la pérdida de alguien, aunque sea sólo un extraño al que conocen hace apenas un día. Pero en ese tiempo ha compartido muchas cosas con ellos, ha estado a su lado en momentos difíciles… ¿Acaso se merecía terminar así?
- ¡¿Hola?! ¡¿Hay alguien por ahí?!- la tímida voz del oriental surge del enorme socavón que da acceso al complejo que había bajo la ciudad y por el que se abrió paso la criatura al salir. Colgando de un saliente, Ryan Choi se sujeta precariamente a los restos para impedir su fatal caída al abismo.
- ¡¡Ryan!!-parecen gritar los tres héroes al unísono. Sólo unos segundos después, Atom descansa ya en tierra firme tras ser rescatado por Hawkman. Sorprendentemente, éste le premia con un abrazo que deja a todos los presentes desconcertados, empezando por el joven científico. Tras unos segundos, Carter recupera la compostura y, cogiéndole de los hombros, se dirige a él en su tono habitual:
- Como vuelvas a ignorar una orden directa desearas no haber sobrevivido a ese monstruo…
Ryan traga saliva.
- ¡Ey! ¿Qué ocurre aquí? ¿Qué nos hemos perdido?- Blue Beetle y Canario Negro se reúnen con el grupo.
- Sólo a Hawkman impartiendo algo de disciplina al nuevo héroe del día…-bromea Zatanna pellizcando en el rostro al guerrero alado. Éste la aparta la mano con un gruñido.
- ¿Esta fiesta es cosa tuya, Ryan? Wow!! ¿Cómo diablos lo lograste?-bromea Ted golpeando a Ryan suavemente en el hombro
- Bueno, me gustaría poder presumir que estaba todo planeado pero fue más una corazonada que otra cosa. Me dí cuenta que Ms. Zatanna no podía pararle porqué trataba de combatirlo con magia y ese era un elemento con el que el monstruo parecía muy familiarizado. Pero en el complejo no vimos magia ninguna y habían conseguido detenerle. Así que había algo en la ciencia que sí podía pararle. Así que sólo podía tratar de detenerle con una cosa…
- ¿Qué hiciste?
- ¡Una locura! Aún me tiemblan las piernas sólo de pensarlo. Era demasiado grande para combatirlo asi que pensé en reducirlo a un tamaño más… manejable. Activé el Biocinturón en automático y traté de asirlo a la criatura. A estas alturas debe de estar muy por debajo del nivel subatómico. No sé si podrá existir algo a ese nivel.
- ¿Perdiste el cinturón de Ray?-ruge Hawkman.
- ¡No te metas con el chico! Si no es por su brillante idea ahora todos estaríamos muertos.-le riñe Canario Negro.- Enhorabuena Ryan. Pero dijiste que le dejaste el cinturón. ¿Hay alguna posibilidad de que pudiese revertir el proceso y regresar?
- Los controles del Biocinturón están instalados en los guantes. Debería permanecer en “automático” hasta que ese bicho aprendiese como abrirlo y manipular el mecanismo para revertir el proceso. No lo sé… quizás para cuando lo lograse estaría muy lejos en la escala… Ya te digo que no se si la vida puede sostenerse a ese nivel de estructura.
- Ok. De todos modos pondremos todo esta área bajo vigilancia. Zatanna, sería conveniente que algunos de nuestros aliados mágicos tratasen de colocar aquí también algunas barreras. Beetle, encárgate de organizar el equipo de limpieza. Analiza los restos a ver si podemos averiguar quién es el responsable de todo esto.
- Bien, eso nos deja con sólo un problema.-proclama Hawkman.
- ¿Cuál?
- Dónde está Guy Gardner y qué vamos a hacer con él…
Fin (por ahora…)
Si te ha gustado la historia, ¡coméntala y compártela! ;)
Referencias:
1.- Ver números anteriores.
2.- Ray Palmer, el segundo Atom, que según saben ahora ha desaparecido.
3.- Ryan Choi, tal y como hemos visto en los últimos números.
4.- Sucinto resumen de lo que fue la saga “El Crepúsculo de los Dioses” en Marvel-AT. No te quedes con las ganas y descubre una de las historias más épicas que hemos escrito.
5.- Shiera Saunders, su difunta esposa. Para los que no conocen la maldición de Hawkman, él es realmente el príncipe Khufu de la 19ª dinastía del antiguo Egipto. Él y su amada fueron condenados a reencarnarse por toda la eternidad, con el problema de que en cuanto volviesen a reencontrarse en esa nueva vida la tragedia les golpearía de nuevo y serían otra vez asesinados para reencarnarse de nuevo.
6.- El metal Nth, o metal Enésimo, es un mineral procedente del planeta Thanagar con la habilidad de afectar a las leyes de la física. Es la base de la tecnología antigravitatoria de ese mundo y del arnés del propio Hawkman.
7.- Artemisa murió y su alma fue enviada al Infierno. Allí no sólo llegó a sobrevivir sino que llegó a dominar su propia hueste infernal antes de volver al mundo de los vivos.
8.- El Barón Winters es algo así como un consejero místico que vive recluido en una mansión en Washington de algún modo colocada fuera del tiempo y que sirve como acceso a muchos mundos y épocas. Suele atraer a su servicio a diferentes personajes a los que llama Fuerza Nocturna (Night Force) para enfrentar a diferentes amenazas.
9.- Resumen escueto y subjetivo del final de la saga de la Cosa del Pantano “American Gothic” (Swamp Thing #37-50) La Sombra Primordial se disponía a atacar el mismo Cielo. Una saga IMPRESCINDIBLE. Si no la has leído ya sabes lo que tienes que hacer….
10.- Como ya vimos en At-Liga de la Justicia #04, Ryan estuvo años compartiendo correspondencia con Ray Palmer (Atom II)
Excelente captulo y excelente arco. Realmente me gusta como ha desarrollado la historia y el grupo. Y sobre todo, cada vez me llama la atención la situación de Guy. ¿Donde nos podemos poner al tanto de lo que le ocurre?
ResponderEliminarMe alegro que estés disfrutando la historia. Respecto al futuro de Guy, podrás averiguarlo en esta misma serie en futuros capítulos. ¡No te los pierdas!
EliminarReseña de los números 4 a 6:
ResponderEliminarRoberto Cruz sigue adelante con esta particular encarnación proactiva de la Liga de la Justicia (¿alguien echa todavía de menos a Superman o Batman?) con esta segunda saga, también de tres episodios, titulada “Mi Vida en Miniatura”, que por otra parte, cuenta con tres magníficas portadas (de entre todas ellas, creo que me quedo con la del número 5) también realizadas por Roberto Cruz.
La historia no sigue un desarrollo demasiado lineal (lo cual me encanta), que no voy a destripar porque buena parte de su encanto consiste en ir descubriendo cómo se van sucediendo los acontecimientos, pero digamos que en estos tres números tenemos la presentación del nuevo Átomo (Ryan Choi) en nuestra continuidad DC-AT (recordemos que este personaje fue creado en los cómics años después de que se iniciara la andadura de Línea DC en Action Tales), el enfrentamiento contra un desconocido para mí Epoch, al que el autor saca un gran provecho como villano, la evolución de Guy Gardner más “Guerrero Rojo” que nunca, y como colofón, esta saga enlaza de forma totalmente sorprendente (pero enormemente satisfactoria) con una grandísima historia de Action Tales (lo dicho: no digo cuál para no reventar uno de los mejores momentos de la saga) que sin duda merece todas nuestras alabanzas.
Destacar, por otra parte, el buen uso que hace Roberto de Blue Beetle (Ted Kord), logrando que uno lamente aún más su ausencia en los cómics actuales, la presentación de la amenaza que supone Epoch como en un buen libro (o buena película) de ciencia ficción, la manera en la que se nos explican las habilidades mágicas de Zatanna (por si alguien dudaba del valor de sus capacidades), y por supuesto, el desenlace de la saga con esa revelación sobre el origen de la amenaza en Ivy Town.
Y en lo negativo... pues no soy capaz de destacar nada.
Conclusión: ¡la Liga de la Justicia de Roberto Cruz mola un huevo! :)
Muchas gracias por tus palabras! Carajo, has conseguido que me salgan los colores... SAber que estais disfrutando de las aventuras de esta atipica Liga ya es recompensa suficiente. Ahora hay que ponerse las pilas para seguir y no defraudaros...
EliminarPues leído el segundo arco, y encantado. Me gusta especialmente que no se centre demasiado en x miembros, y si bien tenemos un núcleo de la formación podamos ver a otros miembros unirse ocasionalmente.
ResponderEliminarAplaudir la muy buena explicación a la magia de Zatanna, para que quede claro que no es tan fácil como decir lo que se le ocurra al revés. Aquí tengo una pequeña duda, tenía entendido que Zee dice las palabras al revés, pero tu alteras también el orden de la frase, poniéndola al revés. Tampoco he leído muchísimo de Zee, pero eso, creía que solo invertía las palabras :p
Respecto a la estructura me ha gustado mucho como empezamos en Ivy Town presentando al héroe para después enfrentar a Epoch (no conocía al villano), dejando claro que hay mucho más detrás de él. Y finalmente regresamos a donde empezamos.
Tengo muchas ganas de leer el siguiente arco y seguir descubriendo cosas de Gardner, el personaje que más me está atrayendo por ahora. Aunque todos han tenido sus momentos.
Y las portadas geniales, yo me quedo con la última, me encanta la pose de todos luchando, me quedo con blue beetle sobretodo, y eso que se le ve poco jejejeje
En fin, ¡¡muchas ganas de seguir leyendo a esta encarnación de la liga!!
¡Vaya! ¡Qué poco has tardado! (¿Se nota mucho que acabo de responder a tu otro comentario en el nº 03 de esta serie?) Me alegro que este arco también te haya gustado. Llevar a La Liga, con su larga historia, me da acceso a un buen montón de personajes interesantes aparte de mi “formación habitual”. No hacer uso de ese recurso sería desperdiciarlo. Como soy un gran fan de la LJI de Giffen/DeMatteis, guardo un gran recuerdo de personajes como Blue Beetle (Ted Kord) y Booster Gold o Flash (Wally West) y el Hombre Elástico (Ralph Dibny) por los grandes momentos de “interacción” que nos dieron. Creo que esa época más alegre y luminosa es un buen contrapunto a esta Liga mucho más violenta y oscura y espero haber puesto esa diferencia en valor con los comentarios entre el bueno de Beetle y Dinah.
EliminarRespecto a Zatanna: ¡mira, me has hecho dudar de mi interpretación! Cuando me puse a escribirla las únicas escenas donde lanzaba hechizos que me venían a la mente eran frases excesivamente cortas, básicamente una palabra: “¡Ecerapased!” y cosas por el estilo. Lo mismo he hecho una interpretación demasiado literal de lo de “hablar hacía atrás”. Si estoy en un error, disculpadme. Lo investigaré para futuras aventuras…
Y si te gusta Gardner, te recomiendo no te pierdas nuestra próxima aventura. ¡Muy pronto en vuestras pantallas!!!
Ah! Y por supuesto: ¡muchas gracias por comentar!!!