Flash nº 14

Título: Pecados de Padre
Autor: Nerocles
Portada: Edgar Rocha
Publicado: Marzo 2011

La vida de Wally West esta a punto de dar un giro que él nunca llegó a imaginar. Es hora para el más rápido hombre vivo se pare un segundo y planeé seriamente su futuro. Pero, ¿podrá hacer frente a los oscuros días que se le avecinan?
Atrapado en un extraño accidente, al adolescente Wally West le alcanzó un rayo que lo bañó en una curiosa mezcla de productos químicos. Como a su mentor, su tío Barry Allen,  se le concedió el don de la súper velocidad. Tras la muerte de su antecesor, y tras años de entrenamiento como Kid Flash, Wally ha heredado la identidad del velocista escarlata. ¡Hoy porta el legado del hombre más rápido del mundo! Hoy Wally West es...




Wally llevaba el uniforme de trabajo, iba vestido como The Flash. Se encontraba junto a Bart Allen, descendiente del que había sido su maestro, como un padre para él. Eso convertía al chico, a fin de cuentas, en parte de su familia. Ya había estado en su compañía no hacía mucho, tras todo el embrollo con Luthor [1]. Pero necesitaba hablar con él, a solas.
-¿Vienes de alguna misión? Porque sabes que a mi no me impresionan los trajes de colores ni lo de que puedas correr a la velocidad de la luz, sabes que a mi no…
-Trata de ser serio por una vez, Bart. Quería hablar contigo desde que me enteré de lo que te pasó[2], pero no encontraba el momento adecuado.
-Pues empieza a hablar Wally, no voy a ir corriendo a ninguna parte –Bart se miró la pierna, la que le habían destrozado. Gracias a su metabolismo ya estaba perfectamente curada, pero recordaba vivazmente la sensación, el dolor que sintió en aquel momento. Sabía perfectamente que Wally le entendería.
-Esa no es la actitud, nunca debió serla. Tienes la misma vida que yo tenía a tu edad (o al menos, a la edad de tu cuerpo[3] ), sin embargo yo no era tan…
-Lo sé, Impulso es demasiado impulsivo.
-Si, pero no. Lo que te pasó, el que te dejaran maltrecho sólo es una pequeña muestra de lo que te podría pasar si sigues creyendo que todo es un juego, que tu velocidad siempre te dará ventaja sobre los demás.
-¡Es que nos la da!
-¡Escúchame Bart! Tu velocidad es un don, un regalo. Un regalo que si otro tuviera, seguro no lo utilizaría de forma tan alocada. Pero ser rápido no te asegura salir siempre ileso. Recuerda a tu abuelo Barry, él lo sabía. Lo tenía en cuenta cada segundo. Captain Cold, Mirror Master, Weather Wizard… a excepción del Flash Reverso, todos son lentos. Debo controlarme y contener mi velocidad para no arrancarles un brazo, demoler una ciudad o matar a alguien cuando lucho contra ellos…
-Yo… lo sé Wally, lo sé.
-Pues hay reglas, y tu te las has saltado constantemente desde que llegaste a éste siglo [4]. Mira Bart, sólo trato de decirte que, a veces, aunque tengas una habilidad, si no estás listo para usarla, es mejor que no la uses. Sé que puedes salvar vidas con tus poderes, pero cuando los usas no sólo puedes ponerte en peligro a ti, si no también a los que te rodean, a inocentes. Si no estás preparado para correr, si AUN no estás preparado para correr no pasa nada. Quiero que lo entiendas, tienes toda una vida por delante, mucho tiempo para ser Flash.
-Wally…
-No me digas nada, ahora tengo que irme. Simplemente piensa en lo que te he dicho. Si no estás listo, por el bien de todos, déjalo de momento.
-¿A dónde vas?
-He conocido a alguien, un chico mayor que tú, pero joven. Se llama Owen [5]. Trabaja en Iron Heights y es un velocista, como nosotros. Creo que puedo ayudarle a comprender sus poderes.
-¿Un velocista joven?
-Así es. Podrías querer hablar con él, quizás os llevarais bien. También podrías ayudarle con sus habilidades, si quisieras. Bueno Bart. Tengo que irme. Te vuelvo a pedir que pienses en todo lo que he dicho y, si quieres hablar conmigo, no dudes en pasar por casa. Ahora Linda está estudiando, pero si vas por la tarde supongo que la encontrarás por allí.
Bart se molestó en activar sus poderes para ver con claridad qué dirección tomaba Wally. Al hacerlo, sus reflejos aumentaban infinitamente y Flash parecía un tipo normal más que corría, tan rápido como él mismo era capaz de hacer. Desconectó de aquello y pensó en el chico nuevo. Con lo poco que había dicho Wally, parecía que realmente le hacía bastante ilusión su nuevo descubrimiento, ¿Podía acaso ese tal Owen hacer algo que él no? Era imposible. Y sin embargo, Wally nunca le había hablado a Bart con tanta esperanza.
De todas formas, ¿Qué podía hacer él? Sólo era un crío. Una versión joven de Flash, si. Pero a fin de cuentas, solo un chico.
Owen Mercer se había pasado la última semana prestando declaración para diversas ramas del gobierno de los Estados Unidos. El día anterior, tras haber determinado que no era una amenaza para la seguridad nacional, le dejaron en paz, pudiendo seguir con su vida con total normalidad. Pensaba que Wally West se había “portado”, no había mencionado nada sobre la identidad de su padre [6], lo cual seguramente le hubiera dado muchos más problemas. Desde que él se enteró, había pasado todo su tiempo consciente elucubrando cómo podía haber sucedido aquello, por qué le había dado en adopción y quién era su madre ¿Tenía más familia perdida en el mundo?
En aquel momento el curso del aire cambió y una brisa alborotó el cuello de su chaqueta, Flash había llegado.
-Veo que has usado el coche para venir hasta aquí, ¿te incomoda correr con tu calzado? Podría conseguirte unas botas especiales...
Owen miró por encima de su hombro la cara amable que tenía tras él. Pero rápidamente cambió el gesto de su cara para hablar con una seriedad mayor a la que un chico de su edad solía mostrar.
-No soy como tu, West. No tengo súper velocidad.
-Si que la tienes, por supuesto que la tienes. Ambos lo hemos visto.
-Me refiero a que no estoy pensado para correr.
Owen activó sus poderes, ahora era (más o menos) consciente de cómo debía hacerlo. Se encontraban a las afueras de la ciudad, por lo que tenía espacio libre. Corrió hacia la derecha, unos cincuenta metros. Flash le seguía con la mirada. Paró en seco y volvió hasta su punto de partida, deteniéndose nuevamente un par de segundos para correr en la dirección contraria, hacia la izquierda. Repitió esto durante unos cinco minutos, tiempo en el que se agotó.
-Apuesto a que tu... –se tomó unos segundos, jadeantes, para tomar aire-, seguro que tu no necesitar tomar aire. O puedes estar más de diez minutos corriendo. Yo no puedo. Lo comprobé dos días después de conocernos. Tengo “ataques” o “explosiones” de velocidad, pero no puedo mantenerla. No si quiero seguir respirando.
-Entiendo, ¿Y qué me dices de tus reflejos? Percibes correctamente...
-Luz, colores, profundidad... mis reflejos son estupendos. Hasta cuando no tengo activados mis poderes. Soy más consciente de todo ahora, puedo ver cada pluma del ala de un pájaro o deleitarme con cada infinita variedad de tonos que encierra un lienzo. Pero tengo el botón de desactivar en automático.
-Lo que quieres decir es que no puedes mantener la carrera demasiado tiempo, y que notas la fatiga.
-Así es.
Wally rápidamente entendió que eso descartaba a Owen como alguien capaz de conectarse a la Speed Force. Su velocidad era más convencional y por consiguiente, más limitada. Si había rastro de esa dimensión de velocidad en él, por algún motivo, no podía mantener el contacto permanente. Otros hubieran hecho pruebas, realizado test biológicos... pero por experiencia propia sabía que un velocista conectado a su fuente de poder tenía mayores capacidades desde un primer momento. Owen era diferente.
-Lo arreglaremos – contestó Wally finalmente. Con una sonrisa de oreja a oreja-. Piensa en todas las aplicaciones que tienen tus habilidades. Seguro que puedes esquivar balas e imagina si aprendieras a pelear como un experto.
-Sé algo de Jeet Kune Do.
-¿Fan de Bruce [7] ?
-Desde siempre – Owen sonrió, alegrando también a Wally con su gesto-. Puede que no sea muy listo y que trabaje como guardia de seguridad en un antro como Iron Heights, pero cuando decidí buscar una profesión relacionada con un cuerpo de seguridad, me decidí a aprender algo útil.
-Me alegro. Eso dice mucho de ti, Owen.
Durante una hora más, Wally ayudó al joven a comprobar el límite de sus habilidades. Como bien había definido, su velocidad estaba basada en “explosiones” de velocidad. Podía correr a gran velocidad, pero siempre distancias que, para cualquier otro corredor, serían consideradas muy pequeñas. Cuando Owen tenía que descansar, Flash le animaba a seguir adelante, contándole alguna aventura menos pública que hubiera compartido con su predecesor, Barry Allen. Le contó cómo Allen había salvado el Universo, dando su propia vida y cómo él había tomado el manto del velocista en aquel momento. Sus palabras realmente inspiraban, tanto que los descansos se hicieron cada vez más cortos.
-Puede... creo que tienes razón, puedo aprovechar mis poderes –dijo Owen, mostrando algo más de entusiasmo que al principio de la mañana-. Creo que he ganado unos metros en mis últimas carreras, y eso que sólo hemos entrenado un par de horas.
-Pensaba que no te habías dado cuenta, quería decírtelo al final.
-Lo he notado. Teniendo en cuenta el echo de no parar, cada vez me fatigaba menos, en comparación. He estado pensando.
-Bien. Dime qué ronda por tu cabeza, porque por cómo me miras, parece que vayas a decirme algo ¿No?
-Bueno. Tu eres amigo de todos esos héroes... de los tipos que protegen el mundo.
-Así es. La Liga de la Justicia, aunque ahora mismo no soy un miembro demasiado activo.
-Total, no creo que todos los tipos con capa tengan su propia fortuna para comprar esos trajes ¿verdad? Quiero decir... ¿Tú podrías prestarme algún tipo de arma?
-¿Armas?
-Es lo que he estado pensando. Sólo imagina. Podría llevar una espada, o una lanza. Podría rebanar cualquier cosa en cuestión de segundos. O una espada láser, ¿tenéis espadas láser? Como un Jedi. Sé que suena tonto pero...
-Existen las espadas láser, pistolas láser, espadas convencionales, lanzas. Existen miles de diversas armas y si, a veces entre los héroes no ayudamos, pero no de esa forma. Owen, hablas de acabar de forma rápida con tus problemas. Con la experiencia que tienes ahora serías demasiado letal con esas armas.
-Puedo moverme a súper velocidad, Wally. No se trata de agitar una espada, sino lo que supone hacerlo tan rápido. Sólo con lanzar una piedra o...
-¿O un boomerang?
-No me gusta el tono con el que has dicho eso-dijo Owen, algo indignado.
-Sólo trato de explicarte con el ejemplo más simple. Tu padre tiene una habilidad asombrosa. No sólo se trata de lanzar boomerangs. Es puntería, el cálculo de trayectorias, incluso reacciones humanas. Una habilidad asombrosa enfocada de la peor manera posible. No acabas de empezar a hacer nada y ya hablas de llevar armas que pueden quitar vidas.
-Lo que dices es cierto, pero te aseguro que no pienso en eso.
-Lo sé. Sé que no eres como él. El camino que has decidido tomar hasta ahora es totalmente diferente, pero no quiero que te desvíes con tanto potencial en ti. Mira, es sencillo. Tómate tu tiempo para pensártelo. Piensa, detenidamente, lo que realmente quieres. Que tengas “poderes” no significa que debas cambiar tu vida radicalmente. Puedes volver a Iron Heights, llevar una vida honrada y totalmente normal, seguirás contribuyendo a la sociedad.
-Está bien, lo pensaré. Pero igualmente, ¿podemos seguir entrenando?
[Linda West]
Las puertas del avanzado laboratorio se abrieron con la presencia de la mujer de Flash, que lucía feliz y radiante. Una no se imaginaba tanta parafernalia a la hora de realizar una ecografía, pero siendo “los hijos de Flash” cualquier precaución era poca. Si el descendiente del propio Barry Allen, Impulso, había heredado de forma descontrolada los poderes de su ancestro causando un envejecimiento acelerado en él ¿Por qué los West no se podían asegurar que algo así quedase bajo control?
-Buenos días – recibió a Linda una de las encargadas de laboratorio de S.T.A.R. LABS-. Sígame, por favor, señora West.
La sala en la que estaban ahora era relativamente pequeña, se trataba de la recepción. El ascensor frente a las dos mujeres sería en realidad el encargado de llevarle hasta la cuarta planta del edificio. Allí, un equipo experto en genética metahumana y varios especialistas en obstetricia convencional, esperaban para examinar a la paciente, deseando tener buenas noticias para ella.
Al abrirse nuevamente la puerta del ascensor el equipo de siete personas, sin incluir la mujer que ya la acompañaba, quedó a la vista de Linda. No eran demasiado viejos, pero en sus ojos se podía leer una enciclopedia con anotaciones. En S.T.A.R. no contrataban a cualquiera y eso inspiraba cierta confianza.
-Señora West – saludó uno de los especialistas de S.T.A.R.-. Soy Michael Goodhart, soy el encargado de llevar su parto dentro del campo metahumano que, creemos, podría conllevar tener hijos de Flash. Ésta – dijo señalando a una hermosa mujer pelirroja, a su izquierda- es la Doctora Addison, una de las mayores expertas del país en ginecología y obstetricia. Será la encargada de supervisar su parto, con o sin metagenes de por medio.
-Es un placer y un honor señora West – se adelantó Addison.
-Encantada de conocer a ambos – respondió Linda-. ¿Cómo vamos a hacerlo? Hasta ahora había consultado a mi ginecólogo habitual, sin problemas, pero parece que mi maridito llamó a sus amigos de la Liga de la Justicia para encargar un “servicio especial”.
-Dios no lo quiera – dijo Goodhart- podrían haber complicaciones. El primer hijo de un velocista no sabremos cómo reaccionará ante el parto.
-Pero en ningún momento debe preocuparse – advirtió Addison, frente a la cara de desconcierto que se le había quedado a Linda tras el comentario anterior-. Tenemos escasas referencias de partos metahumanos, pero sólo en un 22% de los casos hay complicaciones y, indagando más, sólo en un 8% esas complicaciones están relacionadas con el metagen.
-Gracias por la información, Doctora – suspiró aliviada Linda-.
Una de las investigadoras indicó a Linda que avanzara hacia ella. Seguidamente le explicó dónde dejar sus cosas y el lugar en el que se cambiaría para las pruebas.
Cuando se metió en la sala para ponerse la bata, Goodhart cogió a Addison por el brazo, con delicadeza.
-Tampoco le ha advertido que ese 8% son casos de metahumanos “menores”. No es muy común que alguien con los poderes The Flash tenga un hijo. Cuando de información Doctora Addison...
La doctora agitó el brazo, quitándose la zarpa de Goodhart.
-Cuando de información daré la necesaria. Usted, con sus comentarios, podría causar problemas al bebé al repercutir sobre la madre en su estado. Evitaremos los nervios excesivos, la ansiedad... las malas noticias, en general, siempre y cuando puedan reducirse para el buen fin de este parto. Usted sabe de metahumanos, pero no he visto en su despacho la foto de ningún nieto, ni siquiera de un hijo, así que supongo que no sabe cómo es levantar a una criatura de menos de tres kilogramos en sus primeras bocanadas de aire. No hablemos ya de saber cómo mantener a la madre tranquila para que todo vaya bien.
Ambos se miraron con rasgos de rabia, sabiéndose eminentes expertos en sus respectivas áreas y orgullosos. En ese momento otro de los miembros del equipo se acercó, ton total naturalidad, repasando el orden de las pruebas en su agenda electrónica.
Los dos asintieron, sin mirarse, decidiendo seguir dejando la riña fuera de lugar por el bien de Linda West.
[Comisaría de policía de Keystone]
Hunter Zolomon se sentó en su puesto y echó sobre la mesa de su despacho una carpeta bastante abultada que, al caer, dejó entrever varias fotos y muchos documentos escritos. Frente a él estaban los agentes Chyre y Morillo, de la policía de Keystone, asignados al reciente departamento de asuntos metahumanos.
-Por las pruebas que me han traído, más aquellas que yo mismo he podido comprobar en el lugar, es innegable que puedo confirmar que aquello era uno de los escondites de la Galería de Villanos de Flash. No sé qué les llevó a huir tan rápidamente [8], pero sino hubiera sido por el estruendo que causaron en un momento dado, siguiendo nuestras fuentes habituales no habríamos dado con el lugar hasta dentro de muchos meses. Lo que tenemos aquí es serio. Todos los indicios apuntan a que vuelven a actuar juntos, en un número mayor al que hemos visto en bastante tiempo.
Morillo dio media vuelta y salió del despacho de Zolomon.
-Disculpadme un segundo, voy a llamar a mi mujer para avisar que llegaré tarde a cenar –dijo amablemente antes de cerrar la puerta-.
-No es la primera vez que ésta ciudad se enfrenta a éstos villanos – respondió Chyre mirando fijamente a Hunter-. Les haremos frente una vez más.
-Lo sé, pero el problema es que, en los últimos meses la actividad de esos meta ha aumentado. Blacksmith con su Red o el tallo gigante que apareció en mitad de la ciudad. Por no recordar lo que hizo Gorila Grodd en tres minutos que estuvo suelto no hace tanto. Se supone que la delincuencia debería bajar, pero siempre está en una posición ascendente. Si nosotros bautizamos a un héroe ellos ungen en sangre a tres asesinos más. Además, está el asunto de la identidad pública de Flash y el hecho de que, justo ahora, su mujer está embarazada. No sé cuántos chismorreos pueden correr por la ciudad pero su estado la pone en peligro.
-Podemos tener una patrulla vigilándola constantemente si hace falta.
-Esos son más cadáveres para la cuenta de los villanos – dijo Morillo, que volvió a entrar, cerrando nuevamente la puerta-. Aunque Linda West sea un ciudadano al que proteger, necesitamos a un agente al que poder enviar sabiendo que, al menos, tendrá alguna posibilidad de sobrevivir.
-Linda West es un objetivo preferente, os lo digo como analista. Pero también os digo que los villanos sólo la tomarían como rehén en caso de emergencia. Captain Cold y demás tienen un código, unas reglas. Saben que hacer daño a Flash directamente puede acarrear consecuencias graves que no vendrían en forma de gente corriendo. La Liga se echaría encima y eso nadie lo quiere. Hay reglas no escritas, jurisdicciones que no hay que traspasar. Si alguien toca a los hijos de Flash, primero está loco y segundo, se sabe que su final va a ser bastante cruel.
-Esto no nos llevará a nada entonces –Chyre aporreó la mesa con cierto desagrado-.
-En realidad... hay soluciones – dijo Zolomon-. Flash me comentó sobre un compuesto desarrollado a raíz de una bacteria que aumenta los reflejos y fuerza del individuo, algo con lo que Heatwave se infectó la última vez que hizo aparición, demostrando efectos secundarios que afectan a la mente. Al cabo de unos días el sargento Donald Abott se puso en contacto conmigo sabiendo que era conocedor de la existencia del caso. Han ido mejorando el compuesto y en tres ocasiones he ido a analizar la progresión de los sujetos.
-¿Por qué razón te piden a ti que vayas?-preguntó Morillo-
-Soy una base de datos y analista especializado, necesitaban a alguien capaz de comprender la psicología de un metahumano, que es en lo que han convertido a alguno de sus soldados. Pero antes de dar a conocer el compuesto y mandar a sus chicos drogados a la guerra quieren hacer una última prueba.
-Una prueba de campo, ¿verdad? -rechinó Chyre entre dientes.
Zolomon le miró extrañado por el acierto.
-Exacto, ¿Cómo lo has sabido?
-Conozco bien a Abott. Ese mequetrefe me ha traído problemas más de una vez, incluso pidiendo gente de la comisaría para no arriesgar a sus valientes soldados en sus experimentos.
-Eso es lo que ha pedido exactamente – sentenció Zolomon-. Ha sugerido hacer una prueba de campo en Keystone, exponiendo al compuesto a nuestros agentes para ver cómo interactúan con el medio.
-Olvídalo – dijo Morillo-. Que pruebe en su propia gente.
-Es el problema del que hablábamos hace unos segundos chicos. Exceso de villanos y falta de efectivos capaces de hacerles frente. Podríamos considerar la idea. Aplicar el compuesto a un número reducido de agentes, manteniéndoles bajo vigilancia, por supuesto. Han ofrecido equipamiento nuevo y una subvención para mantener los gastos mientras dure la observación, además de un buen seguro para los agentes en caso de que tengan secuelas. Es esto o seguir quejándonos de que no podemos hacer nada contra ese grupo de villanos.
Chyre y Morillo se miraron el uno al otro. Sabían perfectamente que todo este asunto podría acabar mal, pero también sabían que no todos los días podían licenciar a un policía en la academia que tuviera los poderes necesarios para hacer frente a la clase de escoria que solía moverse por la ciudad. En aquel momento, sin embargo, a Morillo se le encendió una bombilla en la azotea.
-Aceptamos a cambio de algo-dijo.
-¿Aceptamos a cambio de algo? – replicó Chyre sin entender muy bien qué pasaba por su cabeza.
-A cambio de qué, tendría que negociarlo- respondió Zolomon.
-A cambio de una subvención económica para promocionar a un nuevo agente del orden especial. Ellos podrán hacer sus pruebas sobre nuestra ciudad y, si sale bien, todos saldremos ganando.
-¿Quién demonios es ese agente Morillo?-preguntó Chyre, que no se enteraba muy bien de toda aquella idea.
-Owen Mercer -respondió rotundo finalmente.
-¿El supuesto hijo del Capitán Boomerang? Wally iba a pasar un tiempo con él, entrenándole. Además no creo que meter al hijo de un villano...
-No, no. Es perfecto. Imagínate. El chico ha trabajado en cuerpos de seguridad privados. Fue todo un héroe en Iron Heights, nadie dudará de él. Sus compañeros de trabajo extenderán de boca en boca que es un ciudadano honrado. Un policía honrado. Nadie durará de él cuando le apodemos Capitán Boomerang.
-¿Una campaña para limpiar un nombre usado normalmente por un villano? – apuntó Zolomon- Podría no acabar bien.
-Al igual que las pruebas sobre nuestros agentes, según mi parecer – Morillo apoyó las manos sobre el escritorio. Detrás suyo Chyre sonrió ante la capacidad de negociar de su compañero y satisfecho entrecruzó los brazos- ¿Qué me dices Hunter? ¿Hablarás con los soldados?
[Galería de Villanos]
-No entiendo por qué tengo que hacer de niñera a Heatwave todo el tiempo.
-Porque eres el más enclenque aquí Trickster, a no ser que puedas mover las cosas con la facilidad de Viga, te aconsejo que continúes con tus obligaciones – respondió Captain Cold, que estaba sentado en una silla de acero mientras leía algo a través de un ordenador portátil-. Parecer ser que han encontrado nuestra vieja guarida, chicos –anunció en voz alta-. Incluso la prensa se ha hecho eco ya de la noticia antes de que la policía lo confirme.
Trickster no prestó atención a esto. Siguió su camino y, en una habitación apartada de la nueva guarida, entró a comprobar el estado de Heatwave. Se acercó a él y sobre una mesilla dejó una bandeja con agua y unos calmantes.
-Parece que ese tipo, Alchemy, te ha dejado como nuevo... –comenzó a decir Trickster, Heatwave, sin su uniforme, estaba acostado dándole la espalda, no respondía-. Snart dice que pronto estarás totalmente recuperado y que podremos empezar a movernos para entonces.
-Vete de aquí chaval si no quieres que te arranque la cabeza, no estoy para bromas – farfulló Heatwave sin moverse-.
Trickster salió de la habitación a toda prisa, encontrándose entonces a todo el mundo alrededor de Snart, que seguía sentado con la página digital del periódico de la ciudad abierta.
-Deberíamos haber acabado con Magenta antes de que huyera con esa furcia de Raven [8]–dijo el Amo de Espejos-. Ahora nos siguen la pista muy de cerca, dejamos algunas cosas atrás que...
-Nada indispensable – intervino el Hechicero del Clima-. Ese sitio estaba destinado a servirnos temporalmente, y así fue. Somos menos poderosos sin Magenta, pero estando desorganizados, aún no podemos asumir pelearnos contra los Titanes. Además, tampoco podemos planear otra fuga, si es que la han encerrado en algún lugar, ¿No pone nada de ella Frío?
-Sólo nos menciona por encima, no saben quiénes formamos el grupo ahora – respondió-. Tampoco mencionan a Raven, parece que los Titanes están en silencio respecto a la noticia, o al menos no han aportado ningún dato útil.
-Debimos haberle dado su merecido a esa zorra de Raven – gritó Trickster a espaldas de todos, queriendo hacerse notar-.
Todos se quedaron mirándole fijamente.
-Eso sería una gilipollez – Heatwave apareció a su espalda, apoyándose sobre la puerta de la habitación donde ambos habían estado hace un instante-. Eres bastante nuevo, así que te permito no saberlo, pero tenlo en cuenta a partir de ahora: Nunca mates a un “héroe” en ninguno de los casos en que tenga un grupo detrás, mucho menos si detrás de los Titanes podemos encontrar a sus “padres” la Liga de la Justicia, o sus abuelitos, la Sociedad. Deshazte de todos los tontos solitarios que van por ahí con un par de armas, pero nada más.
El silencio imperó en la habitación, nadie esperaba ver a Heatwave levantado.
-Deberías volverte a acostar – dijo Captain Cold, abriéndose paso entre la multitud-. No estás todavía en condiciones.
-Alchemy hizo un buen trabajo, ¿Dónde está? – preguntó Heatwave, intentando erguirse todavía más para dar imagen de buena salud-
-Ha seguido su camino, no se lo tengo en cuenta. Principalmente de él queríamos que te curara y parece que ha cumplido su parte. Ya le daremos las gracias cuando le volvamos a ver.
Cold ayudó de nuevo a Heatwave a entrar en la habitación y el resto rápidamente volvió a sus tareas, ordenando el nuevo cubil de los villanos. Plunder entró por la “puerta espejo” que daba acceso al lugar en aquel momento.
-¿Dónde está Snart? Tengo noticias calientes para él.
El Hechicero le señaló la habitación, pero Plunder no siguió hacia delante y prefirió esperar junto al escritorio en el que hace un momento todos se reunían. Captain Cold y Heatwave, frío y fuego, era mejor no meterse en sus asuntos ni estar en medio en la mayoría de ocasiones. Por fin Snart apareció, cerrando la puerta con extrema delicadeza tras él.
-Vengo de hacer lo que me dijiste. Tengo los resultados recién salidos del horno, nunca mejor dicho. Directos desde los laboratorios de STAR...
[Linda West]
La doctora Addison se sentó frente a Linda cuando el doctor Goodhart le explicó las posibilidades genéticas que su hijos tenían a su disposición, tras terminar todas las pruebas. Le hablaron de poder volar, moverse tan rápido como su padre, de poder viajar en el tiempo y el espacio, emisiones de luz capaz de paralizar un objeto. Habían un millón de posibilidades para esos críos, y la esperanza, por parte de su madre, de que simplemente no tuviera ninguna de aquellas “bendiciones”.
-Hablemos ahora de sus hijos, en plural. Porque va a tener gemelos, o mellizos, eso todavía está por determinar.
Linda se quedó boquiabierta.
-¿Gemelos?
-O mellizos... no lo sabemos con total certeza todavía, quizás dentro de unas tres semanas. Lo que sí sabemos es que son dos. Por mi parte, decir que crecen con total normalidad, saludables al cien por cien y sin ningún defecto o complicación. En las siguientes semanas puede que sufra más cansancio del habitual, pero relájese. Pronto va a perder la barriguita y la cambiará por una bonita barriga, con menos letras pero más centímetros. No ha salido nada mal, así que no tengo demasiadas cosas que decirle, salvo que vaya preparando pantalones elásticos. Si todo sigue así en unos meses será una feliz mamá.
Flash, en su identidad de Wally West, entró en aquel momento en la habitación, acompañado por Goodhart.
-Lo que significa que yo seré un feliz papá.
Linda dio un salto al ver a Wally y le abrazó.
-¡Gemelos! Vamos a tener un par de niños correteando por la casa – dijo la esposa de Flash.
-Y nosotros estaremos pendientes de ellos todo el día. No podría haber recibido mejor noticia hoy. Creo que es el día más feliz de mi vida.
-¿Seguro? –preguntó Linda, sabiendo de lo especial que era para Wally el recuerdo del día en que adquirió sus poderes.
-Señorita West – dijo levantando a su mujer por la cintura unos segundos-. Cualquier día de puede caer un rayo en la cabeza. ¿Pero dos rayos el mismo día? Eso sólo puede ser un milagro.
Ambos se besaron apasionadamente, mientras Addison y Goodhart les dejaban a solas en aquel despacho.

FIN

Referencias:
[1] Se refiere a la comida en casa de los West y en la que se reunieron varios velocistas en el Showcase #8.
[2] En el Titanes #16 Impulso fue atacado por un grupo de villanos, que le hirieron gravemente, dejándole además una pierna maltrecha.
[3] Bart Allen creció de forma acelerada en sus primeros años de vida, por lo que su edad física y su edad mental no se corresponden del todo.
[4] Recordemos también que Impulso procede del futuro.
[5] Al que conocimos en Showcase #9, durante el asalto a Iron Heights por parte de los villanos.
[6] El Capitán Boomerang original.
[7] Bruce Lee. El Jeet Kune Do es la filosofía y arte marcial desarrollada por el asombroso luchador
[8] ¿Quieres saber que ha ocurrido? Lee nuestro fic Titanes nº17 y averígualo!

1 comentario :

  1. Número de transición que aprovecha Nerocles para "asentar" las diferentes tramas abiertas, profundizando en sus personajes, tanto héroes como villanos. Un número que prometía mucho sobre el futuro de la etapa de este autor, aunque lamentablemente no llegará a cumplirse con su marcha.

    Así, y en lo que se refiere a la Galería de Villanos, se nos muestra las consecuencias tanto del asalto a Iron Heights narrado en los números anteriores de esta serie como de la intervención de estos villanos en el número 17 de Los Titanes (historia que aún no he leído, por cierto), al tiempo que conocemos su interés en los futuros retoños de Wally. En relación a lo cual, acompañamos a Linda West a la revisión de embarazo que le revelará cómo va a todo y cuántos niños va a traer al mundo. Asimismo, Nerocles profundiza en la relación de Wally con Bart, y aún más en la que mantiene Wally con el nuevo velocista, hijo del Capitán Boomerang original. Y ya de paso, también en la creación de ese nuevo cuerpo de policía mejorada que podría debutar en Keystone City.

    En definitiva, muchos frentes abiertos que Nerocles desarrolla sabiamente a buen ritmo y una caracterización de personajes ejemplar, que como decía antes, no sabemos en qué quedarán, por lo que lo mejor de este número termina convirtiéndose precisamente en lo peor: todo lo que se ha abierto quedará seguramente sin cerrar (al menos tal y como tenía previsto el autor).

    En cualquier caso, un buen número con una buena portada de Edgar Rocha que retrata a la perfección un acontecimiento de lo más cotidiano

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