Especial Imperio: Wonder Woman

Título: La decisión de las amazonas
Autor: Jose Luis Miranda
Portada: Raul Peribañez
Publicado en: Julio 2009

El pueblo de las amazonas se enfrenta a la decisión más difícil de toda su existencia. Diana comprobará qué es capaz de hacer por salvar a sus hermanas. Elegir entre dos males siempre traerá desgracia.


Nací como Diana, princesa de Themyscira, heredera mortal de los Dioses griegos y su embajadora en el mundo patriarcal, donde ellos me llaman...
Wonder Woman creada por William Moult



Cuando debemos hacer una elección
y no la hacemos,
esto ya es una elección.
William James (1842-1910)
Psicólogo y filósofo estadounidense

Entre dos males no elijas ninguno.
Charles Haddon Spurgeon (1834 - 1892)
Predicador bautista inglés.

Nota del Editor: Este fan-fic se debe leer después de Superman nº 19: Imperio III.

Parte I

- Superman me ha pedido que vayamos a la guerra.

Las palabras sonaron como el anuncio de una muerte en la sala de las columnas de Isla Paraíso. Todas las mujeres guerreras estaban allí reunidas para escuchar a la amazona más respetada: Diana, hija de Hipólita, conocida en el mundo de los hombres como Wonder Woman.

Tras la muerte de su madre y de su hermana, Diana se había enfrascado en una lucha mortal para detener a ocho terribles lacras sueltas por la Tierra y al antiguo ángel Asmodel que pretendía reinar en el cielo. Dicha aventura se había cobrado un precio terrible: Diana tenía ahora el aspecto de una mujer con un siglo de edad. Sus poderes habían desaparecido y la muerte parecía inminente. Recluida en la sala de las columnas sólo había recibido una visita: el kryptoniano al que llamaban Superman. Ahora desvelaba a sus hermanas la conversación mantenida con él. Diana prosiguió con su anuncio:

- El presidente de los EE.UU. ha comenzado un ataque mundial a muchas naciones con el objeto de dominarlas. Superman me ha pedido que le ayudemos a derrotar a los ejércitos robóticos de Luthor. No hace falta que nadie me diga que es una decisión terrible, pues, aún en el supuesto de salir triunfantes, supondrá la muerte de varias de las aquí nos encontramos. Mi respuesta, no podría ser otra, es que dependía enteramente de vuestra voluntad.

- Otra vez el mundo del hombre- dijo Artemisa. Artemisa era una de las mejores amazonas. En el pasado, incluso, sustituyó durante una etapa a Diana como Wonder Woman. Guardaba en su corazón rivalidad hacia la hija de Hipólita por la enemistad que mantuvo con la fallecida reina. Su voz, sin duda, creaba opinión entre un buen número de amazonas. Otra vez ese mundo que siempre nos trae desgracia.

- Artemisa, te pido que tu antiguo rencor no interfiera en la decisión que …

- ¿Mi antiguo rencor? Esto no tiene nada que ver con el pasado. Nos estás pidiendo que vayamos hacia la muerte. Si tuvieras tu juventud y poder, no lo dudarías. Te adentrarías en esa lucha con tus amigos superhéroes. ¿No te das cuenta de que esto supondrá el fin para muchas de nosotras?

- Acabo de decirlo…- Diana se fatigaba al hablar. Sólo os trasmito lo que Kal-El me ha pedido… Pero, entended la situación. Mirar para otro lado significará que al final Luthor llegará hasta esta isla y entonces no quedará nadie para ayudarnos. Estoy convencida que la escalada militar del presidente nos afectará tarde o temprano.

- Eso no puedes saberlo. Quieres que nos mezclemos en los asuntos de los humanos. ¿No has dado ya suficiente por ellos? Te han arrancado tu juventud, tu fuerza, tu destreza… Tu madre y tu hermana perdieron la vida para protegerlos. Todo por esa raza de mortales a los que te empeñas en considerar amigos. Se te olvida que tu verdadero hogar es esta isla. De nuevo, quieres que arriesguemos nuestras vidas por ellos. Estimas más a ese mundo de mortales que a tus hermanas amazonas.

- Artemisa, nadie sabe más que yo los sacrificios que… - Diana tuvo que detenerse, se alteraba y la faltaba el aliento. Paró un segundo recuperó fuerzas y soltó una última frase. Detener a Luthor es evitarnos una futura invasión.

- Tu cerebro ya no rige como antes.- Artemisa subió al estrado, miró a las amazonas y gritó: ¡Hermanas, hemos oído las palabras de Diana! ¡Quiere llevarnos a una guerra en el mundo del hombre! Sin embargo, aunque en el pasado siempre ha sido sabia y justa, yo creo que se equivoca. Os pido lo contrario. Esa lucha no nos concierne. No nos condenemos en esta elección a una masacre sin sentido. Hemos ayudado a los humanos muchas veces. Hemos compartido nuestros saberes y, en ocasiones, hemos dado nuestra sangre por ellos. Creo, sinceramente, que este conflicto no nos compete. Votemos.

Dedicaron la mañana a votar y la tarde a contabilizar los votos. La posición de Artemisa fue clara vencedora. Acercándose a Diana le dijo:

- No creas que me alegro de tu derrota. Te deseo que esta vejez prematura sea vivida en completa armonía y que la muerte te llegue en paz y sin dolor. Pero, seguir tus planteamientos nos hubiera llevado a la desolación. No había opción posible y en tu fuero interno lo sabes.

- Ojalá que jamás tengamos que arrepentirnos de este día.


Parte II

La hechicera más poderosa de la Tierra entraba en el despacho personal del presidente de los EE.UU. Los guardias de seguridad que flanqueaban la puerta quedaron absolutamente impresionados al ver a Circe con un vestido verde largo que dejaba al descubierto unas espectaculares piernas y un escote que terminaba casi al comienzo de los pezones. Su extensa melena, sus ojos pintados de noche y sus labios rojos como el corazón del sol impresionaron al mismísimo Lex Luthor al verla entrar. Saludó al presidente y se sentó delante de su mesa cruzando las piernas en un gesto sumamente erótico. Luthor la deseó, pero era lo suficientemente inteligente para saber que nada bueno podría sucederle si decidía realizar una mínima insinuación. Así que, inspiró aire y soltó su voz de hombre de negocios más solemne:

- Siempre es un placer volver a verte. Ansío saber el motivo de tu visita.

- Se trata de mi hija.

- ¿Tu hija? Si no recuerdo mal está siendo educada por las amazonas en Isla Paraíso.

- En efecto. Quiero sacarla de allí y devolver a Wonder Woman la derrota que me infringió.

- Entonces hablamos de venganza…

- ¿Venganza? Mi hija fue arrancada de mi lado. Wonder Woman lo hizo. Creo que merezco rescatarla y hacer sufrir a mi mayor enemiga.

- Supongo que no es necesario decir que Isla Paraíso será incorporada a mi imperio.

- Luthor, sabes que no habrá una amazona que se doblegue a ti. Mientras una de ellas siga con vida se te opondrá. Preferirán la muerte a la esclavitud que les ofertes.

- Contaba con ello. Me refería a la isla, no a sus habitantes. Doy por hecho que cuando mi pie horade sus playas, la primera visión que obtenga será la de los cadáveres de las amazonas.

- Siempre me alegra llegar a un acuerdo.

- ¿Qué necesitas?

- Al menos mil Iron.

- Mañana estarán a tu disposición. ¿Algo más?

- Si todo va bien agradeceré tu ayuda proporcionándote la noche de placer más intenso que un mortal haya vivido jamás.

Luthor tragó saliva mientras deseó en lo más profundo de su corazón el éxito de la empresa.


Parte III

Isla Paraiso no podía sospechar el inminente ataque. La atmósfera estaba limpia de nubes, la temperatura era ideal. Los pájaros volaban en el firmamento y las amazonas se dedicaban a tareas cotidianas cuando el estruendo de la aparición de un millar de Iron destrozó la calma por completo. Un hechizo de teletransportación formulado por Circe fue el causante. Circe encabezaba personalmente el ataque. Quería rescatar a su hija y asesinar a su gran enemiga: Wonder Woman.

Al pisar el suelo de la Isla, Circe empezó a perder sus poderes. Esto era debido a la planta moli, que se extendía por doquier. Los Iron llevaban instrucciones precisas y de sus bocas se proyectaban llamaradas dirigidas a exterminar a la planta morada. Pronto, Circe sintió como la magia retornaba a su cuerpo. Los Iron entendieron que terminar con aquella especie era, de momento, el objetivo principal del ataque y así lo hicieron.

La primera amazona que advirtió a los Iron, Archon Phillipus, dio la señal de alarma. Las amazonas empezaron a acudir pergeñadas con las primeras armas que pudieron obtener. Todas contemplaron horrorizadas como las predicciones de Diana estaban cumpliéndose.

Los Iron sembraban el terror. Incendiaban los edificios y masacraban una a una a las guerreras. Algunas de ellas lograron reunirse en la sala de las armas y repartieron armas de tecnología avanzada. Su habilidad en el combate conseguía evitar que los Iron las matesen en segundos. Pero, la fuerza militar robótica era muy superior a la oposición que podían ofrecer las amazonas.

Artemisa se puso al frente enseguida de la defensa amazona. Saltó por encima de un Iron y clavó su daga en uno de los sensores ópticos del robot. Éste se ladeó para evitar que el otro cuchillo le impactara y lanzó una descarga eléctrica que Artemisa detuvo con sus brazaletes. Tras hacerlo, la mujer sacó una mini granada y la situó pegada al cráneo metalizado. El Iron al sentir la cercanía de la guerrera movió con rapidez el brazo impactando en el cuerpo de Artemisa, que cayó al suelo sin aliento con una costilla fracturada. El robot iba a matarla con dos misiles cuando el artefacto colocado por la amazona explotó dañándole seriamente la cabeza. Artemisa vio una zona abierta y con una lanza atravesó al robot. Sin tregua, vio que estaba cercano a una de las cataratas de la isla y decidió despeñarlo por ella. Asió firmemente la lanza y la utilizó para empujar al robot hacia ese punto. El Iron clavó sus pies en la roca y quedó firme como un tronco. A pesar de los daños en la cabeza seguía operativo. De nuevo, emergió de su cuerpo una descarga eléctrica que inundó por completo a la guerrera. Artemisa aflojó su presa y se sintió derrotada. De repente, Eubea y Phillipus, otras dos amazonas, aparecieron como ángeles salvadores, clavaron otras dos lanzas en el cráneo de la máquina y empujaron en la dirección de la catarata. Artemisa, se levantó y redobló sus esfuerzos consiguiendo entre las tres arrojarle al abismo. El Iron escupió dos misiles antes de caer que explotaron entre las guerreras separándolas. Aturdida y exhausta, Artemisa, quedó tumbada en el suelo cuando cinco Iron la rodearon. La amazona murmuró: Dioses, jamás me habéis ayudado en esta vida. Podría ser un buen momento para empezar…


Parte IV

Mientras tanto, Diana era avisada por Clío y Mnemosyne.

- Diana, tenías razón. Es el ataque que pronosticaste. Debes huir. En tu estado no vas a poder enfrentarte a este ejército. Además, Circe lo acompaña. No podremos vencer.

- ¿Huir? Jamás.

Salió al jardín que rodeaba la sala de las columnas. A lo lejos, veía el resplandor de los incendios y el humo. Se apoyó en uno de los árboles y ordenó: Venid conmigo, amigas, vamos a detener a Circe.

En el lugar de la batalla, la poderosa maga sembraba la muerte entre las amazonas. Cerca de cien rodearon a Circe armadas con arcos. Ésta las miró con desprecio y gritó:

- ¡¡Amazonas. Devolvedme a mi hija y a lo mejor os permito conservar vuestras vidas. Si no me la entregáis, arrasaré este lugar piedra a piedra y extraeré la carne de vuestros huesos. Alejaos de mí si queréis seguir disfrutando del sol!!

- ¡Ahora! Fue la respuesta de una de ellas.

Cien flechas salieron despedidas hacia el corazón de la hechicera. Pero, cuando estaban próximas a ella, todas fueron convertidas en inofensivas flores.

- Estúpidas. Dijo Circe mientras una lluvia de pétalos se depositaba a sus pies. Vais a conocer lo que es el dolor.

Con un par de gestos la mitad de las arqueras sintieron como se les fracturaban los huesos de los brazos. Otro grupo, tuvo que apartarse al aterrizar varios Iron entre ellas.


Parte V

Artemisa estaba a punto de dejar esta vida cuando un nutrido grupo de amazonas atacaron a los robots que la rodeaban. Rápidos y mortales las máquinas aplastaban la resistencia de las mujeres. Artemisa se puso en pie y andando con dificultad intentó alejarse del combate. La costilla hacía que le ardiera su interior. El dolor crecía. Entonces miró al frente y vio como Circe se jactaba de su invencibilidad. La tenía de espaldas. Si no se diera cuenta de mi presencia. – pensó. Sostuvo con fuerza un cuchillo y avanzó paso a paso hacia ella. Cuando estaba casi a su altura, Circe giró el rostro y la vio:

- Estúpida. ¿Y tú te atreviste a llevar el nombre de Wonder Woman? ¿Pretendes matarme con una simple rama?

Artemisa miró su cuchillo y, en efecto, vio cómo se había transformado en un palo de madera. Aún así, se abalanzó sobre la maga intentando golpearla en el rostro. Circe abrió las manos y lanzó una energía mística que golpeó a Artemisa con la fuerza de un huracán. La guerrera salió despedida contra el suelo y quedó inmóvil. Circe alzó su mano izquierda y el palo con que iba a ser golpeada se afiló y salió despedido hacia la amazona derrotada atravesándole la mano derecha empalándola en el terreno.

- ¡Arrgggg! Gritó la poderosa Artemisa.

Circe levantó la otra mano y se preparó para convertir en cenizas a su rival, cuando una voz a su espalda la detuvo.

- Tu lucha es conmigo. Date la vuelta y enfréntate a mí.

Circe sonrió al reconocer la voz de Diana, aunque sonaba distinta. Al volver la vista la vio envejecida y no pudo ocultar su desilusión. Aquella anciana no sería en modo alguno rival para su magia. Desde luego, no iba a librar la batalla de su vida. La muerte de Wonder Woman estaba cerca.


Parte VI

Diana de pie envuelta con la capa azul que a veces complementaba su uniforme, miraba a la hechicera sin miedo. Circe sonreía y le habló:

- Mírate, vieja y podrida. Sin fuerza alguna para detenerme. Creo que este es tu final. Te reconozco que tu nombre estará en los libros de historia muchos siglos después de este día. Tus victorias han sido innumerables, pero todo en esta vida debe tener un final.

- Mi final no será hoy.

- ¿Cómo crees que puedes detenerme?Apenas puedes andar sin bastón. Mis Iron están masacrando a tus hermanas. Hoy es el día en que las amazonas morirán a mis manos.

- Vete o la única culpable de lo que va a suceder serás tú.

- ¿De qué estás hablando?

A su espalda, una temblorosa voz pronunciaba la siguiente palabra:

- ¿Ma…má?

- ¿Hija?- preguntó Circe volviendo la vista hacia donde se emitía la voz. La visión no pudo ser más terrorífica para la poderosa hechicera. Su hija estaba arrodillada sostenida por dos amazonas que levantaban el cuello de la infante. Una tercera sostenía un cuchillo que tocaba con la punta el cuello de la niña. De todas ellas colgaban collares hechos de plantas moli. La planta que anulaba las habilidades mágicas. Si ordenaba a algún Iron intervenir su hija podría resultar dañada. Diana avanzó hacia la escena despacio. Circe estaba paralizada por la visión de su hija en peligro. Diana llegó hasta las tres amazonas y reemplazó a la que portaba el cuchillo. Después habló con firmeza:

- O abandonas esta isla al momento y te llevas a tus tropas de metal o segaré el cuello de tu hija.

- Mientes, no serías capaz…puta asquerosa… ¿Y tú te llamas heroína?

- Me odiaría toda la vida, pero no puedo dejar que masacres a mis hermanas. Si he de elegir entre la vida de tu hija y la de todo mi pueblo no me dejas elección. Vete de la isla y ella no sufrirá daño alguno.

Circe no sabía qué hacer. Miró fijamente a los ojos de Wonder Woman, apreció algunas gotas de sudor en su mente y le gritó:

- ¡Mientes!

- ¿Eso crees?

- Sí. Voy a ordenar a algún Iron que os arranque esas flores moli. No matarás a mi hija.

Diana abrió un poco la capa azul. Dejó al descubierto el lazo de Hestia atado a su cuerpo. Las propiedades del lazo hacían que fuese imposible decir mentiras en contacto con él. Diana se lo enseñó a Circe diciéndole:

- O te vas con los robots o mataré a tu hija.

Circe comprendió horrorizada que Wonder Woman estaba hablando en serio:

- Hija de puta…, susurró.

Acto seguido, ordenó a los Iron que se replegaran. Los robots autónomos en sus decisiones no la obedecieron. Circe nerviosa vio como Diana pinchaba con el cuchillo en la garganta de la niña provocando un finísimo reguero de sangre.

- Espera, gritó la bruja. Dame diez segundos.

Circe concentró su poder y un vendaval mágico bañó a todo robot que estaba en la isla. En apenas un minuto, todos los Iron desaparecieron. Circe hizo lo mismo tras decir:

- Volveremos a vernos anciana. Te mataré por esto.


Parte VII

Wonder Woman alejó el cuchillo del cuello de la niña cuando vio que la calma retornaba a la Isla.

- Soltadla, ordenó a las amazonas que retenían a la hija de Circe.

- Eres mala, gimió ésta. Pensé que eras buena, que querías cuidarme. Alejarme de la maldad de mi madre. Pero eres como ella. Haces daño. Acto seguido, salió corriendo hacia sus habitaciones.

- ¿Lo hubieras hecho? ¿Hubieras matado a una niña inocente? - preguntó Clío.

- Si no hacerlo hubiese supuesto la muerte de todas y la conquista de la isla, la respuesta es sí. Aunque probablemente me hubiese estado arrepintiendo durante el resto de mi vida.

- Diana.

Artemisa puso su mano en el hombro de Wonder Woman y habló:

- Este ataque lo cambia todo. Tenías razón. Creo que hablo en nombre de todas. Iremos a la guerra.

Diana bajó el rostro y dos lágrimas asomaron de sus ojos. La determinación de sus palabras fue tal que, después de las mismas, pasó mucho tiempo antes de que ninguna amazona dijera nada.

- Maldigo a los dioses. Maldigo al destino. Ojalá nunca jamás debamos afrontar una decisión tan terrible como la que ha acontecido hoy. Pero sé que no será así. Sé que la desgracia invadirá nuestras vidas prácticamente mientras sigamos respirando. Y que sólo podremos descansar cuando estemos muertas.


Continúa en Superman nº 20: Imperio IV.

Enero de 2008- abril de 2008.
José Luis Miranda Martínez
jlmirandamartinez@hotmail.com

3 comentarios :

  1. Ke onda!! este blog ta bien chido!!!,buenos posts porcierto..

    Saludines...

    http://elefectivo-com.blogspot.com/

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  2. Gracias. Y recuerda que puedes encontrar más fanfics en nuestra web principal, www.dreamers.com/actiontales

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  3. Despues de la densidad del Superman 19, este fic se te hace... corto, la verdad. Pero no se trata de una colección que trate el grueso de la historia, sino que nos narra un hecho tangencial pero importante para la trama principal.

    La escena de Diana amenazando a Circe es lo mas destacable del fic. Todos sabemos que Diana al final es una guerrera y es la unica de la Trinidad que puede contemplar ese tipo de acciones... Despues de leerlo me doy cuenta que puede ser uno de los personajes mas dificiles de tratar tras Imperio. Esperaremos a ver que la depara el futuro...

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