Título: Azul, Verde y Rojo (II) Autor: Raul Peribañez Portada: Borxa Publicado en: Julio 2008
Continúa el crossover "Azul, verde y rojo" que comenzó el mes pasado en la serie de los Outsiders. Titanes y Outsiders tienen que unir sus fuerzas para rescatar a Geoff y Faith, presos de los militares. Pero Índigo, el robot del futuro, también quiere acabar con el pequeño Geoff. Si a esto añadimos que uno de los héroes se convierte en un peligro para sus compañeros sólo puede quedar un número redondo.
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Para convertirse en mejores héroes, estos adolescentes se han unido para aprender, entrenar y madurar. Son algo más que simples "ayudantes". Son la próxima generación de los mayores héroes del mundo. Son....
Nota del editor: Este número de Los Titanes forma parte de un cruce con Outsiders que comenzó el mes pasado. Es recomendable que leas antes el decimosegundo episodio de aquella serie para que sepas cómo están las cosas. Y si ya lo has hecho, adelante.
La Torre de los Titanes.
Con la sala de reuniones destrozada Arsenal y Jesse Quick entraron en otra habitación para hablar tranquilamente. Aún estaban exhaustos por lo sucedido. Se notaba en su respiración anhelosa. Pero ante todo intentaban mantener cierta compostura, casi evitando mostrar cualquier signo de debilidad. Así eran ellos.
- Siéntate, Jesse.
- “Como si estuvieras en casa” –dijo ella con cierta ironía.
- Antes que nada te pido disculpas por lo que ha hecho Garfield. No ha estado bien. (1) Jesse, hay muchas cosas que me están pasado ahora mismo por la cabeza. Y no todas las comprendo.
- Es complicado, lo sé. Puedo aclararte algunas dudas. Pero para otras hay otras personas más adecuadas.
- Con Cyborg fuera de juego asumo el liderazgo de los Titanes.
- Y yo de los Outsiders por Nightwing.
- De jefe a jefe. Cuéntame todo lo que sabes y yo te cuento todo lo que sé. Pero convénceme de que seguís en el bando de los chicos buenos.
Nightwing estaba en la sala médica de la Torre. Starfire había analizado su estado, y después de comprobar que no tenía más que heridas leves lo dejó tumbado sobre una cama para que reposase. Ella estaba sentada en una silla, mirando fijamente al hombre de quien estuvo enamorada hace mucho. Se acercó a él y le besó cariñosamente en la frente.
- Ohm… Qué mareo.
Flamebird (Bette Kane) acababa de recuperar la conciencia gracias al poder de Raven.
- Seguimos vivos, así que supongo que ganamos, ¿eh? Eso o estamos en el infierno.
- Conseguimos paralizar a Cyborg.
Frente a ellas estaba Zauriel, que mostraba una extraña expresión en su rostro. Miraba atentamente a Raven.
- Creo que no nos han presentado. Soy Flamebird –pero el ángel no le respondió-. Ah… ¿Cuánto tiempo llevo dormida?
- Poco. Zauriel ha llegado junto con Nightwing y Jesse Quick.
- ¿Nightwing y Jesse están aquí? No, en serio, ¿cuánto es “poco” para ti? ¿Un año?
- Disculpa –interrumpió Zauriel-. ¿Eres… Raven? ¿La hija del demonio Trigon?
- Sí.
Zauriel se quedó pensativo.
Lejos de allí, en el interior de un avión, estaban Faith y Geoff. Habían sido capturados por Deathstroke y ahora eran prisioneros de las agencias gubernamentales norteamericanas que iban a por ellos.
- ¡Soltadnos!
Ambos estaban atados de manos y pies con un sistema de seguridad de alta tecnología.
- Volved a sedarla –dijo Jeff Vey-. También al niño.
- ¿Adónde nos lleváis?
- ¿Te suena Fuerte Peck? Vas a volver allí. Podremos teneros bien controlados.
En ese momento el avión comenzó a temblar.
- ¿Qué demonios está pasando? ¿Qué ocurre?
- Problemas, señor.
- ¿Qué pasa, soldado?
Pero antes de recibir respuesta Vey comprendió qué pasaba. A través de una de las ventanillas vio al robot Índigo zarandeando el avión con sus manos.
- ¡Es… un robot! –exclamó uno de los soldados.
- ¡Salid a por ella! –ordenó Vey- ¡Rápido!
Los soldados, vestidos con armaduras de combate, salieron por la parte trasera del avión. Se lanzaron a por Índigo consiguiendo apartarla del aparato, pero las sacudidas del no se detuvieron. Los dos robots que acompañaban a Índigo rompieron el casco hasta conseguir entrar.
- ¿Qué queréis? –dijo Vey- ¿Quién os envía a por nosotros?
Los robots no necesitaban hablar para dejar bien claras sus intenciones. Se acercaron lentamente a Geoff con intención de acabar con él. Estaban a punto de agredirle cuando casualmente chocó con ellos unos soldados lanzados por Índigo.
- ¡Vey, suéltame! –exclamó Faith- ¡Puedo luchar con ellos!
- Escaparás.
- ¿Prefieres morir?
- Mierda…
Vey liberó a ambos de sus ataduras.
- Quédate con el niño. Asegúrate de que no le pase nada. ¿Me has oído?
- ¿Qué vas a hacer?
Faith estiró sus brazos y manos. Su cuerpo se vio envuelto de una fina capa de energía blanquecina que fue expandiéndose poco a poco. La chica la reunió entonces entre sus manos y la disparó contra los dos robots. El rayo de telequinesia concentrada perforó sus cuerpos metálicos y comenzó a desmantelarlos por dentro hasta averiarlos.
Mientras, el avión perdía altura. El piloto había perdido el control y se precipitaba a una terrible caída. Además, Índigo entró después de haber acabado con la vida de los soldados. Antes de poder hacer nada Faith fue golpeada por el robot a gran velocidad. Su rostro se volvió entonces blanquecino mientras comenzaba a sangrar por la boca.
- El niño. Debe morir.
Índigo se dispuso a lanzar un rayo contra aquel, pero Faith reaccionó empujándola con una ola de energía telequinética. El avión se precipitó hasta chocar con tierra provocando una tremenda explosión.
La Torre de los Titanes.
- Kory –dijo Changeling al entrar en la sala médica-…
- Garfield, no sé si es buena idea que estés aquí –aconsejó Starfire-. Comprendo que estés molesto, pero…
- Quiero hablar con él. Por favor.
Starfire suspiró y dijo: - Vale. Estaré ahí fuera, ¿vale?
Changeling tomó entonces su asiento. Miró durante algunos segundos a Nightwing sin decir palabra hasta que...
- Sé que no puedes oírme, Dick, pero tengo que hablar contigo. Decirte todo lo que se me ha pasado por la cabeza en las últimas semanas.
Estaba cabreado por lo que pasó con mi primo. Quería saber por qué había muerto. Y entonces… Entonces me entero de que tú y tus Outsiders estáis detrás. Quería ir a por vosotros, daros caza si realmente erais los culpables, pero… Jesse y tú sois mis amigos. Supongo que mis sentimientos están enfrentados.
- Y-yo también te considero un amigo –dijo Nightwing con voz temblorosa.
- ¿Estás despierto?
- Gar… Lo lamento por tu primo.
- Eso no me basta. ¿Por qué? Sólo dime eso. ¿Qué pasó?
- Fuimos atacados por unos robots creados por orden de Luthor. El avión cayó.
- ¿Por qué estabais allí?
- Yo… Pensé que si entrábamos en el espacio aéreo de Los Angeles recibirían la orden de retirarse porque no querrían que los robots fuesen vistos. Pero no fue así. Siguieron adelante y provocaron que el avión se desplomara sobre la ciudad. Fue una mala decisión. Llevar la pelea sobre toda esa gente. Me equivoqué.
Changeling volvió a quedarse callado.
- L-lo siento mucho.
- Las disculpas no me sirven. No voy a privarte de toda la atención médica que sea necesaria, pero serás arrestado por el asesinato de todas esas personas.
- Gar…
- Para ti Garfield Logan.
El verdoso héroe salió entonces de la sala.
- Eso es todo –dijo Jesse dando por terminada la explicación de lo ocurrido en los últimos tiempos- ¿Y bien?
Roy permaneció durante unos segundos en silencio, meditando sobre lo que acababa de escuchar.
- Tenemos órdenes de ir a por vosotros, pero por esta vez voy a hacer la vista gorda. Marchaos. Salid de aquí y marchaos bien lejos. No quiero enfrentarme a vosotros.
- Lo haremos encantados, pero antes necesitamos vuestra ayuda. Los militares descubrieron que estábamos bajo la Torre y enviaron a Deathstroke a por nosotros. Tienen a Faith y a Geoff.
- ¿Quién es Geoff?
- Es una larga historia –suspiró-. Según Deathstroke fue él quien los atrajo hasta aquí. Es un crío y pensábamos que era inofensivo, pero tiene el poder de comunicarse con las máquinas… Fisgoneó donde no tenía que hacerlo. Así nos encontraron.
La conversación se vio interrumpida cuando Superboy entró en la sala. La escena fue un tanto estrambótica porque llevaba la cabeza de Cyborg en sus manos.
- Perdonad, pero Vic tiene algo que deciros –comentó el chico.
- Ese niño ha hecho más de lo que piensas –dijo aquel-. Con la ayuda de Superboy he consultado las últimas pautas registradas en el sistema informático al que estaba conectada Índigo. Recibió una orden de activación que venía del búnker de los Outsiders.
- ¿Estás diciendo que…?
- No le bastaba con colarse en los ordenadores gubernamentales, sino que también lo hizo en los míos. Activó a Índigo. (2) Ese robot viene del futuro. Quiere asesinar a los expertos en robótica que podrían evitar el mundo del que viene.
- ¿De quiénes estamos hablando? –preguntó Roy- ¿Will Magnus, por ejemplo?
- Sí, pero creo que su primer objetivo… es el propio Geoff. Ya sabéis que Índigo entró en contacto conmigo cuando llegó a nuestra época y copié automáticamente buena parte de su información. Va a por el chico.
Las desalentadoras palabras de Cyborg provocaron un molesto silencio en la sala.
- Bueno, ¿y cuándo salimos? –bromeó Superboy-. Vamos, rescatamos a esos dos y nos cargamos a la perra del futuro. Titanes y Outsiders juntos, como buen crossover que se precie.
- El optimismo juvenil –sonrió Arsenal-. Salgamos.
Minutos después el T-Jet, la nave de los Titanes, salió volando de la Torre con los héroes en su interior. Sólo los convalecientes Cyborg y Nightwing se habían quedado como también Bette Kane para cuidarlos. Resignada por ello, la joven iba de un lado para otro por los pasillos de la Torre.
- El único consuelo que me queda es que a la Wonder Woman de los años 40 la tenían de secretaria. Y ella sí tenía poderes como para ser tomada en cuenta –se decía a sí misma-. ¿Pero Flamebird? Seamos realistas. Bette, cariño, entraste en este grupo por Garfield y si te marcharas nadie lo notaría.
En la sala de monitores sonó el aviso de que alguien se estaba teletransportando a la Torre. Era Rose Wilson.
- ¿Hola? –dijo Rose al llegar, acompañada de Lian Harper. (3)
- Tía Rose, ¿pasa algo? Toda esa gente que había en el puerto… y el humo que salía de la Torre…
- No sueltes mi mano, ¿vale? Si tu papá está en peligro le salvaremos.
- ¿En peligro? –preguntó Bette al aparecer de sorpresa- ¡Todo esto es por tu culpa! Nos traicionaste, Rose.
- ¡Tía! –la niña salió corriendo hacia Bette inocentemente. No era consciente de la tensión que había entre las dos muchachas.
- No sé de qué me hablas, Bette. No he hecho nada para…
- ¡Tu padre! ¡Deathstroke! Le pasaste información sobre lo que estaba haciendo Cyborg, ¿verdad?
- N-no –la joven de cabello blanquecino se echó las manos a la cara-… Bette, tienes que creerme, si esto tiene algo que ver con mi padre… No sabía qué estaba tramando. Mira, me estuvo ayudando económicamente y lo único que me pidió fue que vigilara a Victor. Yo sólo… no quería deberle nada, ¿vale? Pensé que no le estaba diciendo nada que pueda haceros daño.
- Maldición, Rose. Es tu padre. Deathstroke siempre hace daño.
- ¿D-donde está el resto? Me voy a ir.
- No, de eso nada, chavala –dijo Bette con tono agresivo mientras le agarraba de un brazo-. Vas a esperarte conmigo a que vuelvan. Que sean ellos quienes te juzguen.
- ¡Suéltame! –con su fuerza sobre humana Rose apartó a Bette lanzándola a varios metros de distancia- N-no, espera, no quería hacer…
- No basta con asegurarlo –Bette se ponía en pie como mejor podía-… y menos con palabras.
- ¿Tía Rose ha hecho algo? –preguntó Lian con inocencia.
- Ven, pequeña, nos quedaremos a esperar a papá. Rose tiene que marcharse.
Rose activó entonces el teletransportador con el que se desplazó a la zona portuaria. Entre lágrimas se marchó vagando sin rumbo alguno.
- Por simple curiosidad. ¿Cómo vamos a encontrarlos? –preguntó Impulso.
El T-Jet era pilotado por Arsenal y Jesse Quick, mientras en la parte de atrás estaban Changeling, Impulso, Raven y Starfire.
- Zauriel está siguiendo el rastro de Faith y nosotros le seguiremos a él –explicó Jesse.
- ¿Ese tipo puede hacer eso?
- Es un ángel. A veces cuesta saber cuáles son sus límites. Y, además… Ama a Faith. Hará lo que sea por dar con ella.
Veinte o treinta minutos después aproximadamente Zauriel se detuvo. Hizo un gesto a sus compañeros para que comenzaran a descender.
- Oh, no… Ya sé dónde estamos –se lamentó Jesse-. Es Fuerte Peck. Aquí es donde comenzó todo. Han vuelto a traer a Faith a ese maldito laboratorio del ejército.
El T-Jet aterrizó levantando una enorme polvareda. Los héroe salieron de la nave y se encontraron en aquel desierto que rodeaba Fuerte Peck.
- ¡Mirad allí! –señaló Arsenal- Hay un avión en llamas.
- Es Faith–dijo Zauriel-. Puedo sentirlo.
- ¡Impulso, sígueme! –exclamó Jesse- ¡Iremos a ver la situación!
A su orden el joven Impulso corrió tras ella hasta llegar al avión incendiado. Los dos velocistas apagaron las llamas moviendo sus brazos a gran velocidad.
- ¿Y bien, ves algo?
- Sí, Jesse, pero nada agradable –respondió al encontrar el cuerpo de uno de los soldados muertos-. Si tus dos amigos iban en este avión... puede que ya estén muertos.
En ese momento, de entre la arena del desierto comenzó a salir poco a poco una esfera de aspecto transparente. Era en realidad un campo de energía que rodeaba a Faith y a Geoff.
- ¡Faith! ¡Geoff! –exclamó Jesse al verlos vivos- ¿Qué ha pasado? ¿Ha sido ese robot?
Después de unos pocos segundos de angustia Faith respondió.
- Sí. Los militares nos traían a Fuerte Peck. Pero apareció el robot… Dios, Jesse, mató a toda esa gente. Y estuvo a punto de hacerlo con Geoff y conmigo.
Jesse quería apaciguar los ánimos de su compañera, pero al ver al pequeño Geoff no puedo evitar recriminarle lo ocurrido.
- Tú. Activaste a Índigo, ¿verdad?
El niño dudó. No sabía qué responder. Pero su rostro afligido le delataba claramente.
- En otro momento lo discutiremos. Vamos, he venido con los Titanes. Volveremos a la Torre.
- No, espera, ese robot debe estar aún por alguna parte. No pude con él.
Precisamente en ese momento el avión estrellado se partió en dos trozos dejando entre medio a Índigo.
- El niño. Debe morir.
- ¡Va a por Geoff! –exclamó Jesse- ¡Impulso, llévatelo de aquí!
Pero antes de que el joven velocista pudiese hacerlo Índigo cayó sobre él. Le agarró por los dos brazos y los estiró hacia atrás hasta romperlos.
De sus ojos salieron rayos que impactaron en Faith, aún débil por el combate con Deathstroke.
En un rápido movimiento apareció justo delante de Jesse, a quien le propinó un duro puñetazo en el abdomen.
Con los tres héroes derrotados Índigo se acercó a por el indefenso Geoff.
- El niño. Debe…
Zauriel llegó en ese preciso instante. Clavó su espada de fuego por la espalda del robot hasta salir por el pecho.
Los titanes entraron también en acción. La fuerza bruta de Superboy, los rayos de Starfire, las flechas trucadas de Arsenal... Sólo Changeling dedicó sus fuerzas a sacar del escenario de combate a sus compañeros heridos.
- ¿Estás bien? –preguntó a Jesse Quick.
- No tanto como hace cinco minutos, pero… al menos ahora no eres tú el que me pega. Pero no es el momento de discutir ese asunto. Sólo podremos vencer a Índigo todos juntos.
- Tienes razón, pero… Espera, ¿no notas algo extraño? Es como si…
- ¿Te refieres a ese cosquilleo? Es energía telequinética. La notas cuando estás cerca de Faith.
- Aclárame una cosa: ¿esa es Faith?
Ya en pie, Faith irradiaba tanta energía que el combate se detuvo. Todos comenzaron a levitar y no podían mover ni un solo dedo. Después, los simples cosquilleos se volvieron espasmos incontrolables. El poder que estaba mostrando era tal que todos parecían espantados.
Sólo Índigo, incapaz de mostrar sentimientos, se mantenía firme: lanzó un rayo por sus ojos que Faith interceptó con sus manos envolviéndolo en una pequeña esfera de energía.
Con sus ojos en blanco y la piel de su rostro aún más blanquecina, Faith golpeó a Índigo destrozándola por todas partes. Con los pedazos del robot en tierra la chica aflojó su poder y sus compañeros cayeron en tierra, ya pudiendo moverse.
- ¡Faith, cariño! –Zauriel quiso acercarse a ella, pero ésta empleó su poder para paralizar al ángel- Pero… Faith, soy yo, Zauriel, soy…
- ¡Calla! –la chica comenzó a golpearle repetidamente- Estoy harta de ti, de tus caricias y sensiblerías.
- Faith, esta no eres tú –se lamentó el ángel.
Los héroes se quedaron pasmados ante lo que estaba pasando. Como estaban centrados en Faith no se fijaron en que los pedazos de Índigo comenzaron a unirse hasta recomponer su figura. El robot se acercó sigilosamente a Geoff, quien se percató de la amenaza por la sombra que proyectaba Índigo.
El niño cerró sus ojos. Intentaba centrarse para proyectar su poder sobre los aparatos informáticos en Índigo.
- N-no… Párate…
Pero el robot venía del futuro y por su avanzada tecnología no era tan fácil de manipular.
Starfire se percató y salvó al crío in extremis apartándolo de un golpe de Índigo.
- Ese robot va por ti. Voy a llevarte al T-Jet. Allí estarás a salvo.
- N-no lo entiendo… Descifré esos Protocolos Iron. Tengo los puntos débiles de esos robots en mi cabeza. Debería poder pararla.
- No sé a qué te refieres, pero o te saco de aquí o acabarás mal.
Mientras, Zauriel conseguía romper el control que ejercía su novia sobre él.
- Escúchame, soy yo, Zauriel –dijo intentando razonar con ella-. ¿Qué es lo que te pasa?
Pero las palabras del ángel no parecían tranquilizar a la chica. Sus ondas de energía telequinética crearon un tornado que arrastraba a todos dando vueltas a gran velocidad.
- ¡Que alguien la detenga! –exclamó Arsenal.
El convaleciente Impulso intervino entonces. Hizo vibrar su cuerpo volviéndose invisible al poder de Faith. Los brazos del joven estaban rotos y no pudo hacer más que lanzarse sobre Faith con sus dos piernas por delante. Tras el impacto Faith pareció recobrar la cordura e hizo bajar a todos a tierra. Asustada por lo que había hecho comenzó a llorar.
Pero ahora el peligro venía de nuevo de la mano de Índigo. El robot no iba a cometer dos veces el mismo error. Había subestimado a Faith y ahora sería ella a por quien iría primero de todo. Zauriel se interpuso en su camino.
- No-vas-a-hacerle-daño –el ángel agarró al robot por los brazos y se alzó volando-. Subiré tanto como pueda… Te lanzaré al vacío.
- Sobreviviré. No tenéis nada que pueda acabar conmigo. Fui enviada a esta época para asegurar la creación de mis antepasados. Fui diseñada para acabar con los humanos.
- Entonces estás cometiendo un error... porque yo no soy un humano. Soy un ángel. A ti te crearon científicos, pero yo soy obra del Creador mismo.
- ¿El Creador? No contengo datos sobre ningún…
- Los científicos tienden a ser ateos y renegar la existencia de un más allá. Pero créeme, yo sé de lo que hablo. Hicieron mal al no darte información sobre mí.
Zauriel se detuvo. Cerró sus ojos y con un simple instante para centrarse dio una orden mental a Raven: “Te necesito”.
- Dices que una caída desde esta altura no te hará nada, pero lo que quiero no es que rompas al caer en tierra… Sólo que estés unos segundos bien quietecita para darnos tiempo.
- ¿Darnos?
El angélico héroe la dejó caer. En ese momento apareció Raven mediante teletransportación agarrándose a la mano de Zauriel. Él cogió su espada de fuego y disparó un rayo de fuego que dañó gravemente al robot. Índigo no podía moverse, circunstancia que aprovechó Raven para expandir su espectro-alma hacia aquella y arrastrarla a un portal dimensional.
- ¿Habéis visto eso? –preguntó Superboy- Ha sido tremendo.
Zauriel y Raven descendieron hasta volver con sus compañeros.
- ¿Dónde está Faith? –preguntó él.
La pareja se reencontró entonces y se abrazaron con fuerza.
- Za’, lo siento…
- Faith, tienes que venir con nosotros a las instalaciones de Fuerte Peck.
Aquellas palabras venían de un par de científicos protegidos por un grupo de soldados debidamente armados.
- ¿Qué? –dijo disgustado Zauriel.
- Faith es un experimento, un proyecto militar para obtener un soldado con habilidades especiales. Nos pertenece.
Esos cambios de actitud que han notado en ella se deben a la inestabilidad de su psique. Un efecto secundario que se acentúa con el uso desbocado de sus poderes. Bajo nuestra atención podemos subsanar ese problema; tenemos medicamentos para ello. Pero tiene que venir. Si no, volverá a convertirse en un peligro para todos la próxima vez que entre en un combate de grandes proporciones.
- ¡Para vosotros sólo es un arma, un…!
- Za’, espera, tienen razón.
- ¿Qué? ¿Pero qué dices, Faith?
- Sabes perfectamente que lo que dicen es cierto. Esos cambios… Amor, yo estaba en Belle Reeve cuando los militares me raptaron la primera vez. (4) Y concretamente estaba en el sector de personas con trastornos sicológicos. Soy un peligro, Zauriel.
- Faith –dijo ahora Jesse Quick-… Seguro que nosotros podemos hacer algo…
- No pueden –sentenció el científico-. Su única opción es volver con nosotros y que le demos el tratamiento adecuado.
- No se haga ahora el samaritano –se enfadó la velocista-. Todo este tiempo han querido recuperarla por el poder que tiene. Zauriel tiene razón; para vosotros es poco más que una pistola.
- Sea como sea, la realidad es una: o voy con ellos o terminaré siendo un peligro.
Zauriel y Faith se volvieron a abrazar sabiendo que probablemente ésta sería la última vez que lo harían.
- Respecto a ustedes dos –dijo ahora uno de los militares de alto rango-, Zauriel y Jesse Quick, vendrán también con nosotros cumpliendo así la orden de…
- ¿Está de broma? –se rió Jesse-. Sólo tiene a diez hombres con armamento convencional. No me duráis ni cinco segundos. Nosotros nos largamos.
- Euh –el soldado intentó mantener la compostura-… Ustedes, los Titanes, deténganlos.
- Nosotros no estamos aquí –intervino ahora Changeling-. ¿verdad?
Sus compañeros titanes casi quedaron pasmados por la reacción de Changeling. Parecía haber dejado de lado el rencor que guardaba hacia los Outsiders.
- Verdad –respondieron dando media vuelta en dirección al T-Jet.
- No podrá demostrar que hemos estado aquí y que rechazamos esa orden –comentó de nuevo el verdoso héroe-, así que… Hasta nunca.
Epílogo.
Unas pocas horas después, en la Torre de los Titanes, los dos grupos de héroes se despedían.
Nightwing y Arsenal.
- ¿Entonces… Donna está viva? –dijo Nightwing con una enorme sonrisa en la cara- No puedo creerlo.
- Pues hazlo –aseguró Arsenal-. Se quedó en aquella dimensión con Wonder Girl, pero esperamos volver a verlas muy pronto. Ha cambiado un poco. Se ha vuelto más dura, pero sigue siendo ella.
Geoff y Cyborg.
La Torre de los Titanes.
Con la sala de reuniones destrozada Arsenal y Jesse Quick entraron en otra habitación para hablar tranquilamente. Aún estaban exhaustos por lo sucedido. Se notaba en su respiración anhelosa. Pero ante todo intentaban mantener cierta compostura, casi evitando mostrar cualquier signo de debilidad. Así eran ellos.
- Siéntate, Jesse.
- “Como si estuvieras en casa” –dijo ella con cierta ironía.
- Antes que nada te pido disculpas por lo que ha hecho Garfield. No ha estado bien. (1) Jesse, hay muchas cosas que me están pasado ahora mismo por la cabeza. Y no todas las comprendo.
- Es complicado, lo sé. Puedo aclararte algunas dudas. Pero para otras hay otras personas más adecuadas.
- Con Cyborg fuera de juego asumo el liderazgo de los Titanes.
- Y yo de los Outsiders por Nightwing.
- De jefe a jefe. Cuéntame todo lo que sabes y yo te cuento todo lo que sé. Pero convénceme de que seguís en el bando de los chicos buenos.
Nightwing estaba en la sala médica de la Torre. Starfire había analizado su estado, y después de comprobar que no tenía más que heridas leves lo dejó tumbado sobre una cama para que reposase. Ella estaba sentada en una silla, mirando fijamente al hombre de quien estuvo enamorada hace mucho. Se acercó a él y le besó cariñosamente en la frente.
- Ohm… Qué mareo.
Flamebird (Bette Kane) acababa de recuperar la conciencia gracias al poder de Raven.
- Seguimos vivos, así que supongo que ganamos, ¿eh? Eso o estamos en el infierno.
- Conseguimos paralizar a Cyborg.
Frente a ellas estaba Zauriel, que mostraba una extraña expresión en su rostro. Miraba atentamente a Raven.
- Creo que no nos han presentado. Soy Flamebird –pero el ángel no le respondió-. Ah… ¿Cuánto tiempo llevo dormida?
- Poco. Zauriel ha llegado junto con Nightwing y Jesse Quick.
- ¿Nightwing y Jesse están aquí? No, en serio, ¿cuánto es “poco” para ti? ¿Un año?
- Disculpa –interrumpió Zauriel-. ¿Eres… Raven? ¿La hija del demonio Trigon?
- Sí.
Zauriel se quedó pensativo.
Lejos de allí, en el interior de un avión, estaban Faith y Geoff. Habían sido capturados por Deathstroke y ahora eran prisioneros de las agencias gubernamentales norteamericanas que iban a por ellos.
- ¡Soltadnos!
Ambos estaban atados de manos y pies con un sistema de seguridad de alta tecnología.
- Volved a sedarla –dijo Jeff Vey-. También al niño.
- ¿Adónde nos lleváis?
- ¿Te suena Fuerte Peck? Vas a volver allí. Podremos teneros bien controlados.
En ese momento el avión comenzó a temblar.
- ¿Qué demonios está pasando? ¿Qué ocurre?
- Problemas, señor.
- ¿Qué pasa, soldado?
Pero antes de recibir respuesta Vey comprendió qué pasaba. A través de una de las ventanillas vio al robot Índigo zarandeando el avión con sus manos.
- ¡Es… un robot! –exclamó uno de los soldados.
- ¡Salid a por ella! –ordenó Vey- ¡Rápido!
Los soldados, vestidos con armaduras de combate, salieron por la parte trasera del avión. Se lanzaron a por Índigo consiguiendo apartarla del aparato, pero las sacudidas del no se detuvieron. Los dos robots que acompañaban a Índigo rompieron el casco hasta conseguir entrar.
- ¿Qué queréis? –dijo Vey- ¿Quién os envía a por nosotros?
Los robots no necesitaban hablar para dejar bien claras sus intenciones. Se acercaron lentamente a Geoff con intención de acabar con él. Estaban a punto de agredirle cuando casualmente chocó con ellos unos soldados lanzados por Índigo.
- ¡Vey, suéltame! –exclamó Faith- ¡Puedo luchar con ellos!
- Escaparás.
- ¿Prefieres morir?
- Mierda…
Vey liberó a ambos de sus ataduras.
- Quédate con el niño. Asegúrate de que no le pase nada. ¿Me has oído?
- ¿Qué vas a hacer?
Faith estiró sus brazos y manos. Su cuerpo se vio envuelto de una fina capa de energía blanquecina que fue expandiéndose poco a poco. La chica la reunió entonces entre sus manos y la disparó contra los dos robots. El rayo de telequinesia concentrada perforó sus cuerpos metálicos y comenzó a desmantelarlos por dentro hasta averiarlos.
Mientras, el avión perdía altura. El piloto había perdido el control y se precipitaba a una terrible caída. Además, Índigo entró después de haber acabado con la vida de los soldados. Antes de poder hacer nada Faith fue golpeada por el robot a gran velocidad. Su rostro se volvió entonces blanquecino mientras comenzaba a sangrar por la boca.
- El niño. Debe morir.
Índigo se dispuso a lanzar un rayo contra aquel, pero Faith reaccionó empujándola con una ola de energía telequinética. El avión se precipitó hasta chocar con tierra provocando una tremenda explosión.
La Torre de los Titanes.
- Kory –dijo Changeling al entrar en la sala médica-…
- Garfield, no sé si es buena idea que estés aquí –aconsejó Starfire-. Comprendo que estés molesto, pero…
- Quiero hablar con él. Por favor.
Starfire suspiró y dijo: - Vale. Estaré ahí fuera, ¿vale?
Changeling tomó entonces su asiento. Miró durante algunos segundos a Nightwing sin decir palabra hasta que...
- Sé que no puedes oírme, Dick, pero tengo que hablar contigo. Decirte todo lo que se me ha pasado por la cabeza en las últimas semanas.
Estaba cabreado por lo que pasó con mi primo. Quería saber por qué había muerto. Y entonces… Entonces me entero de que tú y tus Outsiders estáis detrás. Quería ir a por vosotros, daros caza si realmente erais los culpables, pero… Jesse y tú sois mis amigos. Supongo que mis sentimientos están enfrentados.
- Y-yo también te considero un amigo –dijo Nightwing con voz temblorosa.
- ¿Estás despierto?
- Gar… Lo lamento por tu primo.
- Eso no me basta. ¿Por qué? Sólo dime eso. ¿Qué pasó?
- Fuimos atacados por unos robots creados por orden de Luthor. El avión cayó.
- ¿Por qué estabais allí?
- Yo… Pensé que si entrábamos en el espacio aéreo de Los Angeles recibirían la orden de retirarse porque no querrían que los robots fuesen vistos. Pero no fue así. Siguieron adelante y provocaron que el avión se desplomara sobre la ciudad. Fue una mala decisión. Llevar la pelea sobre toda esa gente. Me equivoqué.
Changeling volvió a quedarse callado.
- L-lo siento mucho.
- Las disculpas no me sirven. No voy a privarte de toda la atención médica que sea necesaria, pero serás arrestado por el asesinato de todas esas personas.
- Gar…
- Para ti Garfield Logan.
El verdoso héroe salió entonces de la sala.
- Eso es todo –dijo Jesse dando por terminada la explicación de lo ocurrido en los últimos tiempos- ¿Y bien?
Roy permaneció durante unos segundos en silencio, meditando sobre lo que acababa de escuchar.
- Tenemos órdenes de ir a por vosotros, pero por esta vez voy a hacer la vista gorda. Marchaos. Salid de aquí y marchaos bien lejos. No quiero enfrentarme a vosotros.
- Lo haremos encantados, pero antes necesitamos vuestra ayuda. Los militares descubrieron que estábamos bajo la Torre y enviaron a Deathstroke a por nosotros. Tienen a Faith y a Geoff.
- ¿Quién es Geoff?
- Es una larga historia –suspiró-. Según Deathstroke fue él quien los atrajo hasta aquí. Es un crío y pensábamos que era inofensivo, pero tiene el poder de comunicarse con las máquinas… Fisgoneó donde no tenía que hacerlo. Así nos encontraron.
La conversación se vio interrumpida cuando Superboy entró en la sala. La escena fue un tanto estrambótica porque llevaba la cabeza de Cyborg en sus manos.
- Perdonad, pero Vic tiene algo que deciros –comentó el chico.
- Ese niño ha hecho más de lo que piensas –dijo aquel-. Con la ayuda de Superboy he consultado las últimas pautas registradas en el sistema informático al que estaba conectada Índigo. Recibió una orden de activación que venía del búnker de los Outsiders.
- ¿Estás diciendo que…?
- No le bastaba con colarse en los ordenadores gubernamentales, sino que también lo hizo en los míos. Activó a Índigo. (2) Ese robot viene del futuro. Quiere asesinar a los expertos en robótica que podrían evitar el mundo del que viene.
- ¿De quiénes estamos hablando? –preguntó Roy- ¿Will Magnus, por ejemplo?
- Sí, pero creo que su primer objetivo… es el propio Geoff. Ya sabéis que Índigo entró en contacto conmigo cuando llegó a nuestra época y copié automáticamente buena parte de su información. Va a por el chico.
Las desalentadoras palabras de Cyborg provocaron un molesto silencio en la sala.
- Bueno, ¿y cuándo salimos? –bromeó Superboy-. Vamos, rescatamos a esos dos y nos cargamos a la perra del futuro. Titanes y Outsiders juntos, como buen crossover que se precie.
- El optimismo juvenil –sonrió Arsenal-. Salgamos.
Minutos después el T-Jet, la nave de los Titanes, salió volando de la Torre con los héroes en su interior. Sólo los convalecientes Cyborg y Nightwing se habían quedado como también Bette Kane para cuidarlos. Resignada por ello, la joven iba de un lado para otro por los pasillos de la Torre.
- El único consuelo que me queda es que a la Wonder Woman de los años 40 la tenían de secretaria. Y ella sí tenía poderes como para ser tomada en cuenta –se decía a sí misma-. ¿Pero Flamebird? Seamos realistas. Bette, cariño, entraste en este grupo por Garfield y si te marcharas nadie lo notaría.
En la sala de monitores sonó el aviso de que alguien se estaba teletransportando a la Torre. Era Rose Wilson.
- ¿Hola? –dijo Rose al llegar, acompañada de Lian Harper. (3)
- Tía Rose, ¿pasa algo? Toda esa gente que había en el puerto… y el humo que salía de la Torre…
- No sueltes mi mano, ¿vale? Si tu papá está en peligro le salvaremos.
- ¿En peligro? –preguntó Bette al aparecer de sorpresa- ¡Todo esto es por tu culpa! Nos traicionaste, Rose.
- ¡Tía! –la niña salió corriendo hacia Bette inocentemente. No era consciente de la tensión que había entre las dos muchachas.
- No sé de qué me hablas, Bette. No he hecho nada para…
- ¡Tu padre! ¡Deathstroke! Le pasaste información sobre lo que estaba haciendo Cyborg, ¿verdad?
- N-no –la joven de cabello blanquecino se echó las manos a la cara-… Bette, tienes que creerme, si esto tiene algo que ver con mi padre… No sabía qué estaba tramando. Mira, me estuvo ayudando económicamente y lo único que me pidió fue que vigilara a Victor. Yo sólo… no quería deberle nada, ¿vale? Pensé que no le estaba diciendo nada que pueda haceros daño.
- Maldición, Rose. Es tu padre. Deathstroke siempre hace daño.
- ¿D-donde está el resto? Me voy a ir.
- No, de eso nada, chavala –dijo Bette con tono agresivo mientras le agarraba de un brazo-. Vas a esperarte conmigo a que vuelvan. Que sean ellos quienes te juzguen.
- ¡Suéltame! –con su fuerza sobre humana Rose apartó a Bette lanzándola a varios metros de distancia- N-no, espera, no quería hacer…
- No basta con asegurarlo –Bette se ponía en pie como mejor podía-… y menos con palabras.
- ¿Tía Rose ha hecho algo? –preguntó Lian con inocencia.
- Ven, pequeña, nos quedaremos a esperar a papá. Rose tiene que marcharse.
Rose activó entonces el teletransportador con el que se desplazó a la zona portuaria. Entre lágrimas se marchó vagando sin rumbo alguno.
- Por simple curiosidad. ¿Cómo vamos a encontrarlos? –preguntó Impulso.
El T-Jet era pilotado por Arsenal y Jesse Quick, mientras en la parte de atrás estaban Changeling, Impulso, Raven y Starfire.
- Zauriel está siguiendo el rastro de Faith y nosotros le seguiremos a él –explicó Jesse.
- ¿Ese tipo puede hacer eso?
- Es un ángel. A veces cuesta saber cuáles son sus límites. Y, además… Ama a Faith. Hará lo que sea por dar con ella.
Veinte o treinta minutos después aproximadamente Zauriel se detuvo. Hizo un gesto a sus compañeros para que comenzaran a descender.
- Oh, no… Ya sé dónde estamos –se lamentó Jesse-. Es Fuerte Peck. Aquí es donde comenzó todo. Han vuelto a traer a Faith a ese maldito laboratorio del ejército.
El T-Jet aterrizó levantando una enorme polvareda. Los héroe salieron de la nave y se encontraron en aquel desierto que rodeaba Fuerte Peck.
- ¡Mirad allí! –señaló Arsenal- Hay un avión en llamas.
- Es Faith–dijo Zauriel-. Puedo sentirlo.
- ¡Impulso, sígueme! –exclamó Jesse- ¡Iremos a ver la situación!
A su orden el joven Impulso corrió tras ella hasta llegar al avión incendiado. Los dos velocistas apagaron las llamas moviendo sus brazos a gran velocidad.
- ¿Y bien, ves algo?
- Sí, Jesse, pero nada agradable –respondió al encontrar el cuerpo de uno de los soldados muertos-. Si tus dos amigos iban en este avión... puede que ya estén muertos.
En ese momento, de entre la arena del desierto comenzó a salir poco a poco una esfera de aspecto transparente. Era en realidad un campo de energía que rodeaba a Faith y a Geoff.
- ¡Faith! ¡Geoff! –exclamó Jesse al verlos vivos- ¿Qué ha pasado? ¿Ha sido ese robot?
Después de unos pocos segundos de angustia Faith respondió.
- Sí. Los militares nos traían a Fuerte Peck. Pero apareció el robot… Dios, Jesse, mató a toda esa gente. Y estuvo a punto de hacerlo con Geoff y conmigo.
Jesse quería apaciguar los ánimos de su compañera, pero al ver al pequeño Geoff no puedo evitar recriminarle lo ocurrido.
- Tú. Activaste a Índigo, ¿verdad?
El niño dudó. No sabía qué responder. Pero su rostro afligido le delataba claramente.
- En otro momento lo discutiremos. Vamos, he venido con los Titanes. Volveremos a la Torre.
- No, espera, ese robot debe estar aún por alguna parte. No pude con él.
Precisamente en ese momento el avión estrellado se partió en dos trozos dejando entre medio a Índigo.
- El niño. Debe morir.
- ¡Va a por Geoff! –exclamó Jesse- ¡Impulso, llévatelo de aquí!
Pero antes de que el joven velocista pudiese hacerlo Índigo cayó sobre él. Le agarró por los dos brazos y los estiró hacia atrás hasta romperlos.
De sus ojos salieron rayos que impactaron en Faith, aún débil por el combate con Deathstroke.
En un rápido movimiento apareció justo delante de Jesse, a quien le propinó un duro puñetazo en el abdomen.
Con los tres héroes derrotados Índigo se acercó a por el indefenso Geoff.
- El niño. Debe…
Zauriel llegó en ese preciso instante. Clavó su espada de fuego por la espalda del robot hasta salir por el pecho.
Los titanes entraron también en acción. La fuerza bruta de Superboy, los rayos de Starfire, las flechas trucadas de Arsenal... Sólo Changeling dedicó sus fuerzas a sacar del escenario de combate a sus compañeros heridos.
- ¿Estás bien? –preguntó a Jesse Quick.
- No tanto como hace cinco minutos, pero… al menos ahora no eres tú el que me pega. Pero no es el momento de discutir ese asunto. Sólo podremos vencer a Índigo todos juntos.
- Tienes razón, pero… Espera, ¿no notas algo extraño? Es como si…
- ¿Te refieres a ese cosquilleo? Es energía telequinética. La notas cuando estás cerca de Faith.
- Aclárame una cosa: ¿esa es Faith?
Ya en pie, Faith irradiaba tanta energía que el combate se detuvo. Todos comenzaron a levitar y no podían mover ni un solo dedo. Después, los simples cosquilleos se volvieron espasmos incontrolables. El poder que estaba mostrando era tal que todos parecían espantados.
Sólo Índigo, incapaz de mostrar sentimientos, se mantenía firme: lanzó un rayo por sus ojos que Faith interceptó con sus manos envolviéndolo en una pequeña esfera de energía.
Con sus ojos en blanco y la piel de su rostro aún más blanquecina, Faith golpeó a Índigo destrozándola por todas partes. Con los pedazos del robot en tierra la chica aflojó su poder y sus compañeros cayeron en tierra, ya pudiendo moverse.
- ¡Faith, cariño! –Zauriel quiso acercarse a ella, pero ésta empleó su poder para paralizar al ángel- Pero… Faith, soy yo, Zauriel, soy…
- ¡Calla! –la chica comenzó a golpearle repetidamente- Estoy harta de ti, de tus caricias y sensiblerías.
- Faith, esta no eres tú –se lamentó el ángel.
Los héroes se quedaron pasmados ante lo que estaba pasando. Como estaban centrados en Faith no se fijaron en que los pedazos de Índigo comenzaron a unirse hasta recomponer su figura. El robot se acercó sigilosamente a Geoff, quien se percató de la amenaza por la sombra que proyectaba Índigo.
El niño cerró sus ojos. Intentaba centrarse para proyectar su poder sobre los aparatos informáticos en Índigo.
- N-no… Párate…
Pero el robot venía del futuro y por su avanzada tecnología no era tan fácil de manipular.
Starfire se percató y salvó al crío in extremis apartándolo de un golpe de Índigo.
- Ese robot va por ti. Voy a llevarte al T-Jet. Allí estarás a salvo.
- N-no lo entiendo… Descifré esos Protocolos Iron. Tengo los puntos débiles de esos robots en mi cabeza. Debería poder pararla.
- No sé a qué te refieres, pero o te saco de aquí o acabarás mal.
Mientras, Zauriel conseguía romper el control que ejercía su novia sobre él.
- Escúchame, soy yo, Zauriel –dijo intentando razonar con ella-. ¿Qué es lo que te pasa?
Pero las palabras del ángel no parecían tranquilizar a la chica. Sus ondas de energía telequinética crearon un tornado que arrastraba a todos dando vueltas a gran velocidad.
- ¡Que alguien la detenga! –exclamó Arsenal.
El convaleciente Impulso intervino entonces. Hizo vibrar su cuerpo volviéndose invisible al poder de Faith. Los brazos del joven estaban rotos y no pudo hacer más que lanzarse sobre Faith con sus dos piernas por delante. Tras el impacto Faith pareció recobrar la cordura e hizo bajar a todos a tierra. Asustada por lo que había hecho comenzó a llorar.
Pero ahora el peligro venía de nuevo de la mano de Índigo. El robot no iba a cometer dos veces el mismo error. Había subestimado a Faith y ahora sería ella a por quien iría primero de todo. Zauriel se interpuso en su camino.
- No-vas-a-hacerle-daño –el ángel agarró al robot por los brazos y se alzó volando-. Subiré tanto como pueda… Te lanzaré al vacío.
- Sobreviviré. No tenéis nada que pueda acabar conmigo. Fui enviada a esta época para asegurar la creación de mis antepasados. Fui diseñada para acabar con los humanos.
- Entonces estás cometiendo un error... porque yo no soy un humano. Soy un ángel. A ti te crearon científicos, pero yo soy obra del Creador mismo.
- ¿El Creador? No contengo datos sobre ningún…
- Los científicos tienden a ser ateos y renegar la existencia de un más allá. Pero créeme, yo sé de lo que hablo. Hicieron mal al no darte información sobre mí.
Zauriel se detuvo. Cerró sus ojos y con un simple instante para centrarse dio una orden mental a Raven: “Te necesito”.
- Dices que una caída desde esta altura no te hará nada, pero lo que quiero no es que rompas al caer en tierra… Sólo que estés unos segundos bien quietecita para darnos tiempo.
- ¿Darnos?
El angélico héroe la dejó caer. En ese momento apareció Raven mediante teletransportación agarrándose a la mano de Zauriel. Él cogió su espada de fuego y disparó un rayo de fuego que dañó gravemente al robot. Índigo no podía moverse, circunstancia que aprovechó Raven para expandir su espectro-alma hacia aquella y arrastrarla a un portal dimensional.
- ¿Habéis visto eso? –preguntó Superboy- Ha sido tremendo.
Zauriel y Raven descendieron hasta volver con sus compañeros.
- ¿Dónde está Faith? –preguntó él.
La pareja se reencontró entonces y se abrazaron con fuerza.
- Za’, lo siento…
- Faith, tienes que venir con nosotros a las instalaciones de Fuerte Peck.
Aquellas palabras venían de un par de científicos protegidos por un grupo de soldados debidamente armados.
- ¿Qué? –dijo disgustado Zauriel.
- Faith es un experimento, un proyecto militar para obtener un soldado con habilidades especiales. Nos pertenece.
Esos cambios de actitud que han notado en ella se deben a la inestabilidad de su psique. Un efecto secundario que se acentúa con el uso desbocado de sus poderes. Bajo nuestra atención podemos subsanar ese problema; tenemos medicamentos para ello. Pero tiene que venir. Si no, volverá a convertirse en un peligro para todos la próxima vez que entre en un combate de grandes proporciones.
- ¡Para vosotros sólo es un arma, un…!
- Za’, espera, tienen razón.
- ¿Qué? ¿Pero qué dices, Faith?
- Sabes perfectamente que lo que dicen es cierto. Esos cambios… Amor, yo estaba en Belle Reeve cuando los militares me raptaron la primera vez. (4) Y concretamente estaba en el sector de personas con trastornos sicológicos. Soy un peligro, Zauriel.
- Faith –dijo ahora Jesse Quick-… Seguro que nosotros podemos hacer algo…
- No pueden –sentenció el científico-. Su única opción es volver con nosotros y que le demos el tratamiento adecuado.
- No se haga ahora el samaritano –se enfadó la velocista-. Todo este tiempo han querido recuperarla por el poder que tiene. Zauriel tiene razón; para vosotros es poco más que una pistola.
- Sea como sea, la realidad es una: o voy con ellos o terminaré siendo un peligro.
Zauriel y Faith se volvieron a abrazar sabiendo que probablemente ésta sería la última vez que lo harían.
- Respecto a ustedes dos –dijo ahora uno de los militares de alto rango-, Zauriel y Jesse Quick, vendrán también con nosotros cumpliendo así la orden de…
- ¿Está de broma? –se rió Jesse-. Sólo tiene a diez hombres con armamento convencional. No me duráis ni cinco segundos. Nosotros nos largamos.
- Euh –el soldado intentó mantener la compostura-… Ustedes, los Titanes, deténganlos.
- Nosotros no estamos aquí –intervino ahora Changeling-. ¿verdad?
Sus compañeros titanes casi quedaron pasmados por la reacción de Changeling. Parecía haber dejado de lado el rencor que guardaba hacia los Outsiders.
- Verdad –respondieron dando media vuelta en dirección al T-Jet.
- No podrá demostrar que hemos estado aquí y que rechazamos esa orden –comentó de nuevo el verdoso héroe-, así que… Hasta nunca.
Epílogo.
Unas pocas horas después, en la Torre de los Titanes, los dos grupos de héroes se despedían.
Nightwing y Arsenal.
- ¿Entonces… Donna está viva? –dijo Nightwing con una enorme sonrisa en la cara- No puedo creerlo.
- Pues hazlo –aseguró Arsenal-. Se quedó en aquella dimensión con Wonder Girl, pero esperamos volver a verlas muy pronto. Ha cambiado un poco. Se ha vuelto más dura, pero sigue siendo ella.
Geoff y Cyborg.
- Euh, ¿cómo te encuentras? –preguntó Geoff.
- Mejor –respondió Cyborg-. Vuelvo a tener control sobre mi cuerpo. Espero que funcione correctamente porque tendré que ponerme con las obras de la Torre. En fin, al menos sólo son unos cuantos desperfectos en algunas habitaciones.
- Yo, euh, quería disculparme. Ya sabes, por activar a Índigo. Pero hay una cosa que no termino de comprender. Yo mismo descifré los Protocolos Iron. Memoricé los archivos. Pensaba conocer los puntos débiles de esos robots, pero…
- No funcionó contra Índigo, ¿eh? Probablemente la tecnología más avanzada de Índigo habría dejado desfasado tus conocimientos, pero verás… Oráculo me pasó esos archivos. Hiciste un buen trabajo, sí, pero los Protocolos estaban incompletos, así que nunca tuviste ninguna oportunidad. Me temo que el día que los robots Iron entren en acción no tendremos ninguna ayuda para afrontarlos.
Jesse Quick y Changeling.
- ¿Adónde iréis ahora? –dijo él.
- Primero a la Atalaya de la Liga de la Justicia, y desde allí Flash nos enviará a Markovia. Terra es ahora la Reina de Markovia y mediante Oráculo se ha puesto en contacto con nosotros. Quiere que vayamos allí.
- ¿Para qué?
- No lo sabemos, pero iremos de todas formas. Nos sentimos responsables de lo que pasó después que destruimos Black Riot. Además, ahora que no tenemos el búnker necesitaremos otro sitio donde escondernos.
- Jesse, antes de que os marchéis… Ya le he pedido disculpas a Dick y quiero pedírtelas a ti también… No debí pegarte, lo siento.
- Bueno, ya lo hiciste cuando nos dejaste marchar. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
- Compréndeme, Jesse, estaba molesto por lo que pasó con mi primo, pero… Ya le he perdido a él; no quiero perderos también a vosotros.
Zauriel y Raven.
- Puedo sentir tu tristeza. Sé lo que es perder a un ser querido. La recuperarás.
- Eso espero, Raven.
- Pero hay algo más que te preocupa, ¿verdad?
- Tus sentidos son verdaderamente agudos. Sí, hay algo más.
- Me preguntaste si era la hija de Trigón. ¿Por qué?
- Fui enviado a la Tierra para detener una gran amenaza. Sólo cuando estuviera próxima comprendería de qué se trataba. Y ahora, al estar contigo, lo sé. Es tu hermano, Magus, volverá y tendremos que vencerle para que no convierta la Tierra en puro fuego infernal.
- Entonces… Titanes y Outsiders lucharán de nuevo juntos en el futuro.
La despedida se alargó durante varios minutos hasta que, por fin, llegó el momento de decirse adiós. Los Titanes activaron el portal de teletransportación que les comunicaba con la Atalaya de la Liga de la Justicia. Nightwing, Zauriel, Jesse Quick y Geoff entraron en él y desaparecieron.
- Supongo que éste es “el fin”, ¿eh? –dijo Impulso.
- O puede que un “continuará” –replicó Raven consciente de que el futuro requeriría de los dos grupos.
- Sea como sea parecen que serán tiempos de cambios –dijo Arsenal-. Nosotros hemos perdido a Rose y ellos a Faith. Quién sabe qué nos deparará el futuro.
Referencias:
(1) En Outsiders nº 12 Changeling le dio un puñetazo a Jesse Quick.
(2) Este hecho ya se dejó entrever en Outsiders nº 11.
(3) ¿O ya no te acordabas de que Rose fue a recoger a Lian en Outsiders nº 12?
(4) En el ya clásico Outsiders nº 1.
TITANES UNIDOS
Éste es el número 11 de Los Titanes, pero… ¿qué ha pasado con los tres episodios anteriores? Veréis, este crossover con Outsiders estaba programado desde hacía mucho, pero mientras que aquella serie llevaba muy buen ritmo de publicación la de los Titanes no tanto. Para ponerlas en orden de cara al gran acontecimiento de 2008, Imperio, he optado por saltarme los números 9, 10 y 11 que, por supuesto, se publicarán un día de estos cuando pueda escribirlos. En todo caso puedo haceros un breve resumen para que estéis al tanto de lo ocurrido.
El noveno episodio de esta serie se corresponde con la segunda parte de “El regreso de Donna Troy”, saga en la que los Titanes se enfrentan a Magus. Este demoniaco ser ha introducido el espíritu de Raven en un cuerpo (femenino, claro) para que le sea más fácil retenerla. Magus es, atención, hermano de Raven. Al término de esta historia los Titanes, junto a Raven, vuelven a nuestro mundo, después de haber vencido a Magus. Sólo se quedan allí Donna Troy, Wonder Girl y el Superboy de Mundo Bizarro. Por cierto, para diferenciar a ambos Superboy el original, el nuestro, decide hacerse llamar Connor. Este nombre ya se nombró en un capítulo anterior.
Los únicos que no se marcharon de aventuras fueron Changeling y Flamebird, precisamente los protagonistas del número 10. Es una historia autoconclusiva protagonizada por ambos. Por último, el 11 se centra en Raven y Starfire en otro relato sin mayor importancia.
Raúl G. Peribáñez
Mayo-Julio de 2008
- Mejor –respondió Cyborg-. Vuelvo a tener control sobre mi cuerpo. Espero que funcione correctamente porque tendré que ponerme con las obras de la Torre. En fin, al menos sólo son unos cuantos desperfectos en algunas habitaciones.
- Yo, euh, quería disculparme. Ya sabes, por activar a Índigo. Pero hay una cosa que no termino de comprender. Yo mismo descifré los Protocolos Iron. Memoricé los archivos. Pensaba conocer los puntos débiles de esos robots, pero…
- No funcionó contra Índigo, ¿eh? Probablemente la tecnología más avanzada de Índigo habría dejado desfasado tus conocimientos, pero verás… Oráculo me pasó esos archivos. Hiciste un buen trabajo, sí, pero los Protocolos estaban incompletos, así que nunca tuviste ninguna oportunidad. Me temo que el día que los robots Iron entren en acción no tendremos ninguna ayuda para afrontarlos.
Jesse Quick y Changeling.
- ¿Adónde iréis ahora? –dijo él.
- Primero a la Atalaya de la Liga de la Justicia, y desde allí Flash nos enviará a Markovia. Terra es ahora la Reina de Markovia y mediante Oráculo se ha puesto en contacto con nosotros. Quiere que vayamos allí.
- ¿Para qué?
- No lo sabemos, pero iremos de todas formas. Nos sentimos responsables de lo que pasó después que destruimos Black Riot. Además, ahora que no tenemos el búnker necesitaremos otro sitio donde escondernos.
- Jesse, antes de que os marchéis… Ya le he pedido disculpas a Dick y quiero pedírtelas a ti también… No debí pegarte, lo siento.
- Bueno, ya lo hiciste cuando nos dejaste marchar. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
- Compréndeme, Jesse, estaba molesto por lo que pasó con mi primo, pero… Ya le he perdido a él; no quiero perderos también a vosotros.
Zauriel y Raven.
- Puedo sentir tu tristeza. Sé lo que es perder a un ser querido. La recuperarás.
- Eso espero, Raven.
- Pero hay algo más que te preocupa, ¿verdad?
- Tus sentidos son verdaderamente agudos. Sí, hay algo más.
- Me preguntaste si era la hija de Trigón. ¿Por qué?
- Fui enviado a la Tierra para detener una gran amenaza. Sólo cuando estuviera próxima comprendería de qué se trataba. Y ahora, al estar contigo, lo sé. Es tu hermano, Magus, volverá y tendremos que vencerle para que no convierta la Tierra en puro fuego infernal.
- Entonces… Titanes y Outsiders lucharán de nuevo juntos en el futuro.
La despedida se alargó durante varios minutos hasta que, por fin, llegó el momento de decirse adiós. Los Titanes activaron el portal de teletransportación que les comunicaba con la Atalaya de la Liga de la Justicia. Nightwing, Zauriel, Jesse Quick y Geoff entraron en él y desaparecieron.
- Supongo que éste es “el fin”, ¿eh? –dijo Impulso.
- O puede que un “continuará” –replicó Raven consciente de que el futuro requeriría de los dos grupos.
- Sea como sea parecen que serán tiempos de cambios –dijo Arsenal-. Nosotros hemos perdido a Rose y ellos a Faith. Quién sabe qué nos deparará el futuro.
Referencias:
(1) En Outsiders nº 12 Changeling le dio un puñetazo a Jesse Quick.
(2) Este hecho ya se dejó entrever en Outsiders nº 11.
(3) ¿O ya no te acordabas de que Rose fue a recoger a Lian en Outsiders nº 12?
(4) En el ya clásico Outsiders nº 1.
TITANES UNIDOS
Éste es el número 11 de Los Titanes, pero… ¿qué ha pasado con los tres episodios anteriores? Veréis, este crossover con Outsiders estaba programado desde hacía mucho, pero mientras que aquella serie llevaba muy buen ritmo de publicación la de los Titanes no tanto. Para ponerlas en orden de cara al gran acontecimiento de 2008, Imperio, he optado por saltarme los números 9, 10 y 11 que, por supuesto, se publicarán un día de estos cuando pueda escribirlos. En todo caso puedo haceros un breve resumen para que estéis al tanto de lo ocurrido.
El noveno episodio de esta serie se corresponde con la segunda parte de “El regreso de Donna Troy”, saga en la que los Titanes se enfrentan a Magus. Este demoniaco ser ha introducido el espíritu de Raven en un cuerpo (femenino, claro) para que le sea más fácil retenerla. Magus es, atención, hermano de Raven. Al término de esta historia los Titanes, junto a Raven, vuelven a nuestro mundo, después de haber vencido a Magus. Sólo se quedan allí Donna Troy, Wonder Girl y el Superboy de Mundo Bizarro. Por cierto, para diferenciar a ambos Superboy el original, el nuestro, decide hacerse llamar Connor. Este nombre ya se nombró en un capítulo anterior.
Los únicos que no se marcharon de aventuras fueron Changeling y Flamebird, precisamente los protagonistas del número 10. Es una historia autoconclusiva protagonizada por ambos. Por último, el 11 se centra en Raven y Starfire en otro relato sin mayor importancia.
Raúl G. Peribáñez
Mayo-Julio de 2008
Reseña del 13 de agosto de 2008:
ResponderEliminar"Azul, Verde y Rojo" es un crossover en dos partes que une los caminos de estos dos grupos tan relacionados, justo antes del arranque del megacrossover Imperio.
Y ciertamente, Raúl ha hecho un gran trabajo, en una historia con grandes dosis de acción, en la que aprovecha para cerrar casi todos los cabos sueltos que ha ido dejando en ambas series durante su primer "año" de vida, evitando con aparente facilidad los molestos "rollos explicativos" que podrían haber ralentizado el ritmo de la acción.
Me ha gustado la forma en que el autor "mueve" a tanto personaje sin que la historia resulte confusa, y en general, también la caracterización de cada uno de ellos.
Sin embargo, en el apartado negativo, debo decir que los cambios de actitud de Changeling durante estos dos números me han parecido un poco "extraños", y no me ha terminado de cuadrar ni su agresividad inicial, ni su reconciliación posterior.
Aparte, quizá me hubiera gustado más que la historia fuera un poco más "compleja" (aprovechando a fondo esta reunión de ambos grupos), y que se le hubiera sacado más partido al argumento para llegar a completar cuatro partes, como mínimo. Pienso que la premisa inicial daba para más vueltas al asunto.