Los Titanes nº 10

Título: Ilusiones de amor
Autor: Roger Corbera
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Enero de 2009

Durante años, Flamebird ha sido la mayor fan de Nightwing. Pero ¿podrá sobrevivir a su amor?
Para convertirse en mejores héroes, estos adolescentes se han unido para aprender, entrenar y  madurar. Son algo más que sólo ayudantes. Son la proxima generación de los mayores héroes del mundo. Son
Nightwing se había enfrentado a muchos terribles enemigos:
Blockbuster….
Dos Caras…
Vandal Savage…
El Joker…
Pero nunca con todos a la vez. Estaba rodeado. Atrapado. Más y más enemigos brotaban de entre las sombras. Cuando derribaba uno de ellos, otro aparecia, y empezaba a quedarse sin espacio para maniobrar. Sin resuello.
Finalmente, lo aplastaron por el mero número. Maniatado, Nightwing observó con desafio los crueles rostros de sus captores.
- ¡Debe ser mi cumpleaños!- rió el Joker apoyando la boca de su pistola en su frente. Nightwing cerró los ojos…
De repente, unas boleadoras salieron de la nada desarmando al Joker.
- ¿Quién demonios?
Una figura vestida de rojo saltó desde un tejado sobre la masa de enemigos, abriéndose paso a golpes, dispersando a los villanos. Cada puñetazo dejaba un malvado inconsciente. A los pocos segundos, todos corrían pies en polvorosa ante la furia de…
-… Flamebird!- dijo Nightwing con alivio mientras la rubia justiciera lo desataba.- ¿Cómo has podido vencer a mis peores enemigos?
- Es fácil. Sólo he necesitado la fuerza que me da… el amor.
Sus miradas se encontraron. Una llama brotó en sus corazones. Abrazándola, Nightwing acercó su boca a la suya…
Su boca verdosa con lengua de medio metro, en un morro puntiagudo cubierto de piel escamosa, con unos ojazos saltones de camaleón…
- ¡AAAAHHHHHH!- gritó a pleno pulmón Bette Kane, Flamebird, despertando de su sueño.
En la cocina, Impulso se levantó de la mesa en un salto.
- ¿Qué ha sido eso?
- Tranquilo, Bart. Son sólo Flamebird y Changeling con su sociedad de mutua guasa.- le tranquilizó Arsenal.
Un canguro verde pasó por el pasillo, esquivando una almohada que le tiraron con rabia.
- ¡Fuera de mi cuarto, pervertido!- aulló Flamebird indignadísima.
- Eh, sólo quería decirte que el desayuno está a punto! Y como tenías una abeja a punto de picarte…
¡SLAM! La puerta se cerró con un portazo.
- ¡Encima que la salvo!

Dentro de su cuarto, Bette se dejó caer en la cama enfurruñada. ¡Ese maldito Garfield Logan y sus bromitas! Había tenido que interrumpir el sueño en el mejor momento. Aunque claro, se dijo con una sonrisa, ¿porque necesitaba seguir soñando con Nightwing cuando en el mundo real… llevaba ya dos semanas viéndose con él en secreto!
¿No era acaso un sueño hecho realidad?

- ¿Alguien se viene a ver el show monstruo de camiones en Manchester?- propuso Impulso.
- Vendría, tío, pero no puedo. Cindy quiere ver la nueva peli de Keanu Reeves.- se lamentó Superboy.
- Superboy tiene novia, Superboy tiene novia!- se burló Changeling en forma de orangutan.- Sólo el amor puede llevar al Chico de Acero a ver un tostón romántico en lugar de camiones espachurrados!
Impulso se rió tanto que le salió leche por la nariz.
- ¡Eh, que te den, guisante! ¿Y tú y Flamebird, qué, eh? ¡Si hasta vivís juntos! ¿Para cuando la boda, Gar?
- Eh, Bette y yo somos amigos! ¡Amigos íntimos, nada más!
- Ah, sí? Pues no te creo.- opinó Arsenal.
- ¡Pues no lo creas, flechitas! Que tu seas incapaz de tener una relación adulta no significa que yo no pueda…
- Claarooo, colega.- dijo con sorna Superboy.- Todos sabemos que tú eres el titán más maduro.
- ¡Ña, ña, ña, ña! ¡Envidia cochina, de que sigo siendo un lobo solitario, no como otros! – Changeling se convirtió en un gallo gigante- A mi ninguna piba me dice qué peli tengo que ver, superesclavo. Hago lo que quiero y…
- ¡Date prisa, Gar, que tienes que llevarme al entreno!- Bette Kane salió poniéndose la chaqueta. Como un rayo, Changeling dejó el desayuno, cogió su bolsa y se dirigió a la puerta.
- ¿Qué miráis, capullos?- amenazó a los tres titanes, que parecían a punto de troncharse de risa.
Cuando ambos estaban en el ascensor y se cerraban la puerta, una cantinela llegó a sus oídos, coreada por tres voces burlescas:
- ¡GARFIELD AMA A BETTE! ¡GARFIELD AMA A BETTE!¡GARFIELD AMA A…
-¿Qué dicen?- preguntó Flamebird.
- ¡Uh, nada, Bette, nada! Llevan el traje demasiado ajustado y les impide el riego cerebral…- más rojo que verde, pulsó el botón del ascensor frenéticamente para que bajara de una vez.
Una vez metidos en el atasco típico de los Ángeles, mientras llevaba a Bette al club donde practicaba tenis para el campeonato de California, los dos charlaban como los amigos íntimos que eran. Hablaban de la última tontería de Impulso, de los intentos de Arsenal de ligar vía chat con estrellas de cine, de la última aventura de los Titanes… Un poco de todo, pero más que nada disfrutando de la mutua compañía.
Gar se sentía realmente muy cerca de Bette, cálidamente cerca, sin ninguna incomidad por lo próximo que se sentía a ella. Podía bromear, jugar, tomarle el pelo como un amigo más. Y apoyar la cabeza en su hombro cuando lo necesitaba… ¿Se podía pedir más a una amiga…?
¿… O era algo más que una amiga?
- Gar…
- ¿Sí, Bette?
MOOOOK!
- El semáforo está verde. Ese camionero de detrás lleva dos minutos esperando. Te has quedado alelado.
- ¡Deja de pelar la pava con tu novia y espabila, pijillo!- le gritó el susodicho camionero.
- ¡Ya va, ya va!-arrancó el coche con las mejillas de un verde profundo.- Bordegiliflautasgorderasfoca…
Bette se río alegremente.
- ¿Qué te pasa, Gar? Es la segunda vez que te quedas traspuesto hoy. ¿Te encuentras bien?
- Es que… estaba pensando…
- Sí?- lo miró directamente con aquellos ojazos azules…
- Que… tienes una lagaña en el ojo. Una enorme. Parece un alien diminuto.
- Oh, Dios mío!- se miró en el espejo. Falsa alarma- ¡Serás burro!- le dio una colleja. Le tomó el pelo. Con aquella relaciónguasona se sentían cómodos, pensó Gar. Se querían ¿Qué necesidad había de embrollar las cosas?
Bette Kane bajó del coche y lo despidió con la mano un largo rato. Ella iba a entrenarse para el trofeo Terry Sloane de tennis. Gar a un cásting para una serie de televisión. ¡Ojalá tuviera suerte! Gar era genial, pensó Tan divertido, tan alegre, pese a todas las cosas terribles que le habían pasado en la vida. No como los demás titanes,pensó, siempre tan serios.
Hubo un tiempo, cuando empezaban a hacerse amigos, creyó que Gar le pediría salir en serio algún día, pero pronto se dio cuenta que Beast Boy, el titán, sólo querría una chiquilla como ella como amiga. Como una gran amiga, pero nada más. No le importaba, Gar era genial de todos modos.
Decidió quitarse a Gar de la cabeza y concentrarse en los entrenamientos. Tenía que estar en forma para la copa, y además Nightwing la necesitaba al máximo de sus fuerzas. Su gran amor se merecía lo mejor de ella.
- ¡Flamebird, CUIDADO!- la avisó Nightwing.
- ¡Muere, perra!- dijo el villano cyborg Killshot.
- ¡Whoaaa!- con un chillido de pánico, Bette Kane saltó en una serie de volteretas por el tejado del banco. El fuego del lanzallamas la persiguió durante una dozena de metros, incinerando todo a su paso. Sólo por un pelo la joven evitóconvertirse en una verdadera “ave en llamas”.
Mientras la valiente Flamebird atraía el fuego del blindado cyborg, Nightwing saltó al ataque: corrió verticalmente por un muro una chimenea, de allí saltó a un cable, giró en el aire y cayó sobre los hombros del gigante blindado. Antes que el grandote reaccionará activó una granada de gas ante su único punto débil: su boca descubierta.
Killshot se sacudió como un bronco, pero cuand Nightwing saltó al suelo, ya se tambaleaba tosiendo. Cayó a los pocos segundos agrietando el piso.
- ¡Vencido! Has estado genial, Flamebird. Has distraído su atención tan bien como Robin.
- ¿En serio?- dijo la chica, aún con el corazón a cien.- Un poco más y ese rayo me pone como un pollo al ast, je je.
Entonces se dio cuenta que la punta de su capa… ¡estaba ardiendo!
- Me quemo!- gritó.
- A mí me parece que estás… al punto. – con una risa comedida, Nightwing la cogió gentilmente en sus brazos y apagó la llama. Antes que ella pudiera decir “gracias”, la besó directamente a los labios.
Cuando se separaron, Bette estaba roja como un tomate.
- Perdona… No quiero aprovecharme de ti.
- No, no… no es eso. Es que me has… sorprendido.
- Has sido una gran ayuda para mí esos días, Bette… Acompañándome en las patrullas, escuchándome… Has sido una amiga cuando nadie más lo es.
- Estoy segura que si hablaras con Gar y los demás…
Nightwing negó con la cabeza con tristeza.
- No Bette, he roto con los Titanes y los Outsiders. Debo hacerlo. Es mi propio camino y debo seguirlo solo… Y contigo, si quieres seguirme.
- Nightwing, yo…
- Llámame Dick.
Su sonrisa era deslumbrante, pensó Bette. Era el hombre más guapo y valiente del mundo y lo amaba. Lo amaba desde que era Robin y ella apenas una cría. Y ahora por fin él le devolvía su amor incondicional. ¿No era perfecto? ¡Incluso le había dicho su nombre! ¿Qué mayor prueba de confianza había.
“¿Porqué siempre tengo que dudar?” se recriminó dentro de su mente.
- Creo que Bette tiene novio.- dijo distraídamente Starfire en el gimnasio.
Gar, que iba por el pasillo cercano, se quedó pasmado. Aguzó el oído:
- ¿Tú crees?- preguntó Raven mientras levantaba unas pesas.
- Creo que sí. Ayer me preguntó si creía que su blusa le gustaría a un chico. No dijo a quién, como si fuera muy secreto.
- Igual es otro de sus amores platónicos… Ya sabes como es.
Pronto cambiaron de tema, pero Garfield no podía quitarse la idea de su cabeza, porque encajaba con algunas salidas nocturnas de su amiga. Últimamente volvía a patrullar y nunca dejaba que lo siguiera. Decía que lo hacía para coger práctica, para no depender de él. Pero era una frase impropia de ella.
Claro que… ¿qué secretos podía tener Bette para su mejor amigo?
“Bette tiene derecho a tener secretos” se dijo muy convencido. “Si quiere contarme algo, ya lo hará. Y si tiene novio… bien, lo soportaré”.
La torre de los Titanes a las tres de la mañana estaba tan desierta como cualquier edificio de oficinas. Y si tienes un código de entrada, sus puertas se abren y sus alarmas siguen durmiendo.
Nightwing abrió la ventana sin un ruido y siguió por un pasillo. Dudando, Flamebird la siguió.
Pasaron cerca de una cámara. El caballero de Bludhaven tocó un botón en su guantelete, y el aparato quedó inerte. Siguió pasillo abajo cautelosamente, como un felino acechando, seguido con torpeza por Flamebird.
- Dick…- se atrevió a decir ella cuando se pararon ante la sala de computadores.
- Ssshhh.- la acalló con un dedo en los labios, sus ojos fijos en la puerta.- Déjame la tarjeta de Gar…
Bette no podía creer que la hubiera convencido para ello. Robarle a Gar en sueños había sido lo ruin que había hecho en su vida. Traicionar a un amigo, aunque fuera por su verdadero amor, no estaba bien. Más que la reacción de los Titanes, temía el disgusto de Beast Boy. No quería herirle…
- Bette, ya hemos hablado de eso. Es para una misión importante. No me llevo bien con los Titanes y tiene que ser en secreto.
- Pero…
- Quieres ayudarme o no?- asustada por su tono, Flamebird le pasó la tarjeta. Con una sonrisa tranquilizadora, Nightwing abrió la puerta.
- Por fin…- murmuró Dick Grayson.
Ignorando a la chica, el héroe de Bludhaven accedió a los archivos. Rápidamente pasó de un fichero informático a otro a gran velocidad. Para una persona normal (incluida Bette), aquello era un vistazo rápido. Para su mente entrenada, era un estudio intensivo de cada imagen, de cada texto…
Se detuvo ante una imagen. Una hermosa mujer de pelo negro y extraños ojos blancos. Una lenta sonrisa de placer fue curbando sus labios y acarició la pantalla con los dedos levemente, como recordando un buen momento. Casi se relamió.
- Miriam…- dijo sin darse cuenta.
- ¿Quién es, Dick? ¿Alguna villana?
Nightwing salió de su ensueño a disgusto. Miró a Bette como si hubiera interrumpido su mejor momento en años. Con un rencor que dejó a la chica congelada.
- Ella, querida Bette- dijo sin levantar la voz- Es la razón por la que te llevarás una paliza.
Flamebird era una buena luchadora. Ágil, capaz, con un excelente tiempo de reacción. Aún así, el golpe del que creía su amor la alcanzó como si fuera un maniquí de prácticas. Salió volando por la habitación y chocó con un muro, sin resuello.
Antes de un segundo, él estaba encima suyo como un halcón. Dedos como garfios se cerraron en torno a su cuello mientras una mano le retorcía un brazo.
- Vamos, pelea un poco. Así te sentirás mejor por la mañana.
Bette apenas podía respirar. La brutalidad de su atacante, su transformación en apenas unos segundos de cariñoso amante a brutal asaltante la habían dejado aturdida.
- Vamos.- el hombre (no podía ser Nightwing) se relamía. Bette soltó un sollozo.- Eres patética. No sé qué ve Gar en ti.
Algo se incendió en los ojos con lágrimas de Bette. Su rodilla se alzó rápidamente y golpeó la mandíbula de su atacante. Pero la presa no se aflojó, y aunque “Dick” tenía sangre en un labio, no perdió la sonrisa.
- ¡Muy bien!- se echó a reir y la estampó contra una pared. Bette cayó al suelo, casi inconsciente.
“Nightwing” se dio la vuelta. Por unos segundos, se oyó el teclado del ordenador. “pelea”. Se dijo Bette. “Levántate y atácale. Donna lo haría. Robin lo haría. Hazlo y quizá Gar… me perdone”. Recordó el rostro de su amigo y intentó levantarse. Lo intentó con todas sus fuerzas…
… pero no pudo. Cayó al suelo de nuevo.
Sintió como “Nightwing” la agarraba por los brazos y la sentaba en una silla.
- Tengo que irme, nena. Ha sido un verdadero placer. Eres una perita en dulce- le acarició la mejilla enrojecida- Pero me esperan otras presas. Podrás decir a tus amigas que Nightwing fue tuyo unos instantes.
- … No… eres…. Nightwing…
- Oh, sí lo soy.-sonrió con malicia- Soy lo que él no será nunca.
Bette casi esperaba un puñetazo en el rostro. Pero en lugar de eso, el hombre la sujetó por el cuello y pulsó su yugular hasta que perdió la conciencia. Flamebird vio su rostro cruel y desdeñoso difuminarse mientras caía en un mundo negro.
Como cada día, Alice Grosman salió de su trabajo de maestra a las seis de la tarde, condujó hasta su casa en las afueras de Minesotta. Se detuvo en un pequeño colmado para hacer unas compras, y fue directamente a su casa. Un itinerario tan rutinario que podía hacerlo con los ojos cerrados, casi.
Su vida era pacífica, ordenada y rutinaria. Muchos dirían que aburrida. Ella misma hubiera dicho años atrás que una existencia así era el infierno. Pero todo era poco por su hija, para que pudiera tener la infancia que ella nunca tuvo.
En los dos años que habían pasado desde que llegó a Minesotta, Alice tenía que reconocer que incluso encontró cierta paz en su sosegada existencia. La seguridad que el miedo y el horror habían quedado atrás. Que siempre encontraría a su pequeña Julianne esperándola al volver. Que su pasado quedaba definitivamente atrás.
Esa tarde, Alice iba a descubrir hasta qué punto su seguridad dependía de ilusiones.
-Julianne, Lily, ¡estoy en casa!- saludó al entrar en su casa cargada con las bolsas. Lily era la niñera de su hija, una vecina adolescente.
Algo olía mal… esperaba que Lily no estuviera intentando cocinar otra vez.
Se dirigió a la cocina. Allí estaba Lily, rolliza y rubia, sentada en la mesa. Una persona normal hubiera creído que dormía. Una parte de ella supo inmediatamente que estaba drogada.
- Hola, encanto.- sólo un hombre la había llamado así en una época. Sintió como se le helaba el corazón. Demoró unos segundos en darse la vuelta, sabiendo que cuando lo hiciera, Alice Grosman estaría muerta.
Pero cuando al fin lo hizo, quien se encaró a “Nightwing” no fue la anodina profesora de secundaria, sinó la titán llamada Mirage.
- Deathwing- dijo con voz tensa.
- Antes me llamabas Dick, querida Miri.
Hubo en tiempo en que la sonrisa de aquel hombre no era tan arrogante y no la llenaba de odio. En otros tiempos, en un futuro en ruinas, Dick Grayson, Nightwing, había sido su camarada, el que le vendaba las heridas y al que le cubría las espaldas. Luego había sido su amor. Se habían amado sabiendo que el mundo podía morir en cualquier instante a manos del tirano Lord Caos. Se habían amado sabiendo que su lucha por la libertad, la del Team Titans, podía traerles la muerte en cualquier momento.
Luego todo se desmoronó. Viajaron al pasado para cambiar la historia, sólo para descubrir que su mundo era una creación de otro loco megalómano, Trampero del Tiempo. Una mentira creada para crearlos en sus armas. Se convirtieron en Titanes, sólo para que su Nightwing fuera pervertido por la maldad de Trigon. Se convirtió en todo contra lo que había luchado. Todo lo que no consiguió una vida de lucha en un mundo corrompido lo hizo un demonio con un simple gesto. Ahora era Deathwing, cruel y sádico. Lo demostró violando a quien fue su amor, Mirage.
Los Titanes lo detuvieron. Fue enviado a STARLabs para curarle la locura. Mirage, embarazada, dejó un equipo de Titanes en descomposición y desapareció. Así nació Alice Grosman como su refugio para su hija Julianne. Un refugio que ahora yacía en ruinas a su alrededor.
Deathwing acunaba a su pequeña entre sus brazos. Su hija dormía plácidamente, chupándose un dedo.
- La llamas, Julianne, no es así? Yo hubiera preferido llamarla como mi madre.
- No era tu madre, Deathwing. Como tu no eres Dick Grayson. Todo fue una mentira que se inventó el Trampero del Tiempo. Afronta la realidad.
- Cree lo que quieras. Aún así es mi hija.- acarició su cabello tiernamente- Y vengo a reclamarla.
- Tampoco es tuya- las pupilas de Mirage se volvieron blancas. Julianne desapareció de repente. Deathwing se sorprendió al ver que no sólo su imagen se desvanecía, sinó que ni siquiera notaba ya su peso.
Antes que se recuperara de la sorpresa, Mirage se lanzó al ataque, tratando de arrebatarle la niña invisible. Pero los años como Alice Grosman se cobraron su precio: algo de profesora de secundaria sedentaria, aficionada a los bombones, seguía en ella. Su puño chocó contra el rostro de Deathwing sin fuerza suficiente. Su segundo golpe fue bloqueado fácilmente, y el contraatque del hombre la derribó como a una principiante.
Intentó levantarse, pero una bota aplastó su cabeza contra el suelo. La oscuridad la abrazó.
- Despierta, Miri- dijo una voz dulcemente. Mirage intentó moverse. Estaba atada en una silla, amordazada y con los ojos tapados, sus poderes bloqueados. Intentó liberarse, pero sólo consiguió casi romperse los pulgares, atados con un nudo especial- no querrás perderte la despedida con tu hijita. Dale un beso a mamá, Julianne.
Notó como una mejilla tocaba la suya. Forcejeó desesperada.
- Me la llevo por su bien, Miri. El mundo donde tú y yo nacimos y nos creamos va a llegar. Es el futuro, y quiero que mi hija esté preparado para cuando los cielos caigan. Para que sobreviva.
- ¡Siempre a punto! ¡Seguro que fuiste un buen boy-scout!
Un buho verde voló contra el rostro de Deathwing, aleteando freneticamente mientras intentaba arañarlo y picotearlo. El maníaco retrocedió cubriéndose con los brazos.
- ¡Tranquila, Mirage! Han llegado los refuerzos.- dijo Flamebird sacando a la inconsciente Julianne de la pelea.
- ¡Eso es!¡ ¡Titanes al rescateee!- el búho que era Beast Boy se transformó en una serpiente pitón que rodeó a Deathwing.- Creo que necesitas un buen abrazo.
- Y tú- gruñó el villano- una terapia de shock.
De repente, un shock eléctrico brotó del traje de deathwing. Beast Boy se retorció convulsivaente y cayó al suelo sin sentido.
- ¡Gar!- gritó Flamebird angustiada. Saltó hacia él, pero Deathwing, ya libre, la pateó con saña. Cayó contra la cocina derribando platos y vasos que se rompieron on estruendo.
- Quédate al margen, Bette. – le advirtió Deathwing limpiándose un hilillo de sangre de la nariz- Esto te supera.
- ¡Jamás!- varias estrellas shuriken volaron de la mano de la valiente chica, pero sólo para que su oponente, con una mueca de desprecio, los esquivara o los desviara con sus puños blindados.
- Aficionada- el puño del hombre golpeó a Flamebird con dureza sin que consiguera reaccionar a tiempo. Deathwing se detuvo un momento, como conteniendo el deseo de patear a la titán indefensa. Con gran esfuerzo, apretando los dientes, se giró para recoger a su hija del suelo.- debo irme, Miri. Pero no te guardo rencor. Conserva tu vida. Yo tendré a mi hija.
- Deathwing… si de verdad me perdonas… mírame a los ojos…
El villano miró a Mirage: ¡estaba libre! Uno de los shurikens de Flamebird se había clavado en las cuerdas permitiéndole desatarse. No tuvo tiempo de reaccionar antes que lo atraparan aquellos ojos de pupilas negras y iris negro. Empezó su pandemonium.
Mil demonios nacidos de su mente lo rodearon. Lord Caos y su maldad y poderes infinitos devastando su familia y amigos, a los que vio morir de nuevo; las mil heridas sufridas luchando contra aquel monstruo, la semilla de Trigon abriéndose paso por su alma como una alimaña devorándolo por dentro. El odio que su amada sentía por él lo agredió en mil formas, en todos los sentidos. Con un grito inarticulado, el loco cayo al suelo como un títere con los hilos cortados, cubriéndose los ojos con las manos con tal frenesí por apartar las imágenes que se arañó el rostro.
- La pelea ha terminado.- dijo ella poniéndose en pie. Acercándose a él, le pateó hasta dejarle inconciente.
Bette Kane tenía el rostro tan amoratado por los golpes que tuvo que sacarse la máscara de Flamebird. Afortunadamente, lo habían dispuesto todo para que el inconciente y delirante Deathwing fuera encontrado en una cuneta, a cien kilómetros de la casa de Mirage. Se mantuvo aparte del grupo mientras Beast Boy les contaba que aquel maníaco le había robado la tarjeta de identificación discretamente por la calle.
- Soy el único con identidad pública del grupo. Pero no puedo tener vida privada sin pintarme de rosa, así que me la robó a mí…
Cyborg asintió. Miró un momento a Bette, que se cubrió el rostro con la bolsa de hielo. Gar no decía que quien le robó la tarjeta fue ella.
- ¿Y cómo le encontraste, Gar?- preguntó lmpulso.
- Con su olfato de Bat-sabueso- rió Superboy.
- Hablé con STAR Labs. Tiene un chip subcutáneo que permite rastrearlo.
Bette sintió de repente una vergüenza insoportable. Iría y lo contaría todo. No podía permitir que mintiera a los Titanes sólo para salvar sus pocas oportunidades de entrar en el grupo.
- Aún no te he dado las gracias.-la voz de Mirage le hizo dar un salto. Apareció a su lado.- Los demás no pueden vernos y oirnos. He proyectado una ilusión sobre nosotros. Te debo la vida de mi hija.
- Mirage… es culpa mía…. Deathwing me engañó para entrar en los ordenadores de la torre. – lo contó todo a borbotones, mientras le caían lágrimas por las mejillas hinchadas.
Casi esperaba que la mujer la insultara por su estupidez. Pero cuando terminó en el rostro de Mirage sólo había una expresión comprensiva.
- No eres la única a la que ha engañado, créeme.- le dio un pañuelo- Por lo menos tú has compensado tu error.
- No… ¿no me odias?
- Mira, Flamebird. Yo antes era como tú: joven, entusiasta, apasionada, alocada, irreflexiva. Pero sobreviví. Y crecí. Tú también lo harás.
- Lo arruinaré todo. Siempre lo hago.- sin saber porqué, no podía apartar la mirada de Gar.
Mirage le cogió por la barbilla, obligándola a mirarla.
- Niña, puedo tolerar que te lies con el chalado de mi ex, pero no que te autocompadezcas. Llevas años siendo una amateur. Es hora de que subas de liga, y yo me ocuparé de ello. Los sábados mi hija va a ballet. Tomarás clases conmigo.
- ¿Clases?
- De superhéroe.
- Yo… gracias, Mirage. ¡Muchas gracias!- impulsivamente, la abrazó- Lo siento mucho… No lo merezco..
- Espera a pasar la primera sesión. Las chicas titanes hemos de apoyarnos. A las cuatro sin falta este sábado!- con eso desapareció.
Beast Boy y Flamebird volvieron solos con el jet con el que vinieron. Bette aguantó en silencio hasta que no pudo más.
- Gar, quiero agradecerte lo que has hecho por mí.
- Bette, yo sé lo que es que alguien te manipule. Cuando Terra entró en el grupo… me usó como un pelele. Todo decía que no era trigo limpio. Mostró su locura en más de un momento. Pero me tragué todas sus mentiras con patatas. Hice que el grupo la admitiera y casi la palmamos todo por ello. Pero nadie me culpó por ello.
La mano de Bette pareció moverse con vida propia cuando se posó en el pelo de Garth.
- ¿Porqué eres siempre tan bueno conmigo, Gar?
- Pues, Bette… yo…. Creo que mereces ser una titán más que nadie… y… yo… creo que te…
Sus caras se acercaron inconscientemente. Ambos se sentían atrapados por una emoción inesperada pero irresistible.
- Gar…
- … ¿sí?
- … ¡Cuidado con la montaña!
- Eh? AAAAHHH!- Beast Boy tuvo que dar un salvaje giro al jet para evitar quedar estampado contra una ladera. La panza del aparato rozó la copa de los árboles por un segundo antes que consigueran levantar el vuelo.
- ¡Por poco nos matamos1- gritó Flamebird con el corazón a cien- ¿... qué querías decirme?
- Er… Esto… que comprendo que cometieras un crimen pasional. Que lo entiendo al cien por cien.
- Oh. ¿Nada más?
- ¡No!- respondió Gar realmente atribulado.
- Está bien. Voy a dormir un rato.
Soy gilipollas, soy gilipollas, soy gilipollas” se repetía el titán mientras concentraba en conducir el jet.

Continuara...

4 comentarios :

  1. Los Titanes nº 10 es el primer fanfic nuevo que publicamos en este blog. En su momento me salté los números 9, 10 y 11 de los Titanes para ir directo al 12, que era parte de un crossver con los Outsiders. Ahora recuperamos el 10, que no lo escribo yo sino Roger Corbera. La historia encaja con lo que estaba buscando: autoconclusiva, centrada en Flamebird y Changeling... Además Roger ha recuperado un par de viejos personajes, Deathwing y Mirage, que es algo que perfectamente habría podido hacer yo mismo. Vamos, que la historia va de perlas como número 10 de esta serie.

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  2. hola, me gustaría conocer si el autor tiene un blog y un perfil de contacto.
    Soy un viejo,viejo amigo.... ya sabia yo que aunque fuera por hobby iba a dibujar :P

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  3. ¿Por autor te refieres a Roger Corbera, que es quien ha escrito este fanfic de los Titanes? Su dirección es rogcormes ARROBA hotmail.com

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  4. Primer número de Roger Corbera en Los Titanes, en lo que en un principio iba a ser un simple "fill-in" dentro de la etapa de Raúl Peribáñez, pero que teniendo en cuenta que dos números después Roger se convertía en el nuevo autor de la serie, pues casi que podríamos considerarlo un prólogo de su etapa al frente de Los Titanes.

    Un buen número autoconclusivo en el que nos encontramos con un perfecto equilibrio entre acción y tratamiento de personajes, que te deja con un buen sabor de boca e introduce de forma muy competente a aquellos personajes que puedan resultar desconocidos a un lector poco familiarizado con la historia pasada de Los Titanes (como yo).

    En el lado negativo sólo destacaría la excesiva (para mí) alegría en el cuerpo que muestran los héroes al comienzo del número (un poco forzada para mi parecer), pero vaya, por lo demás, nada que objetar.

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