Supergirl nº 01

Título: Infierno de Cobardes (I): Encuentro en el Bosque
Autor: Imanol
Portada: Eric Wolfe
Publicado: Abril 2005

Bienvenidos a la nueva serie de AT!!! Tras la aclamada serie guionizada por Peter David ¿que le ocurrió a Linda Danvers? ¡Si quieres descubrirlo no dejes de leer este fic!
Su nombre es Linda Danvers, aunque hubo un tiempo en el que también era conocida como Supergirl. No procedía del planeta Kryptón y no tenía lazos de sangre con el hombre acero, pero después de recorrer un largo camino, llegó a ser digna de usar ese nombre y de vestir el símbolo del hombre del mañana. Ella es...

En un lugar indeterminado del oeste americano, cerca de la frontera con Canadá, una joven de unos veinticinco años conducía una pequeña autocaravana por una remota carretera regional. Su nombre es Linda Danvers, aunque hubo un tiempo en el que también era conocida como Supergirl. No procedía del planeta Kryptón y no tenía lazos de sangre con el hombre acero, pero después de recorrer un largo camino, llegó a ser digna de usar ese nombre y de vestir el símbolo del hombre del mañana.
Después renunció.
Salvó al universo, si, pero en el proceso tuvo que sacrificar lo que más amaba... Su hija Ariella. 1 En algún lugar del tiempo y del espacio, ella vivía, bendecida con una eterna juventud, inocencia y alegría. Así se lo había prometido el Espectro y así la veía ella en sus sueños. Pero eso no lo hacía más fácil, el universo vivía pero ella se sentía encerrada en un ataúd, a dos metros bajo tierra, atada y amordazada... Enterrada viva. Habían pasado dos años desde entonces, dos años desde que había abandonado su identidad de Supergirl y huido de Leesburg dejando atrás familiares y amigos. Necesitaba llorar sola y encontrarse a sí misma.
Tal como indicaba su mapa, ahí estaba la solitaria gasolinera, con un motel, un bar restaurante y una tienda de material diverso. Necesitaba llenar el deposito de combustible y aprovisionarse, ya que pensaba adentrarse en las montañas. Aparcó la autocaravana cerca del surtidor y salió del vehículo. Llevaba muchas horas al volante y mientras estiraba brazos y piernas, se le acercó un hombre mayor, sucio y desagradable.
- ¿Qué va a ser señorita?
- Llénelo por favor – Contestó Linda tratando de mantener las distancias para evitar su aliento.
Caminó hacía el bar restaurante, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no patear al viejo que no dejaba de mirarle el culo, necesitaba ir al servicio, comer algo y echar una buena siesta. Luke Thomas era el encargado del lugar, era un tipo de unos cuarenta años, alto, con aspecto de leñador pero a su vez encantador y de buenos modales. Más tarde, Linda estaba comiendo en la barra mientras que Luke tomaba un café. Poco a poco fue surgiendo una conversación entre ambos que se alargó al menos durante una hora.
- Sé que es una pregunta tonta y un tanto sexista, pero la voy a hacer de todas formas. – Dijo Luke.
- ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? – Dijo Linda tratando de imitar la voz de Luke.
- ¿Era tan obvio?
- Un poco. Verás Luke, ni yo misma estoy segura. Supongo que necesitaba estar a solas un tiempo, alejarme un poco de todo, replantear mi vida. Ya sabes, ese tipo de cosas.
- Suena al final poco feliz de una relación.
- Ojalá fuera tan sencillo.- Linda hizo una pausa antes de continuar. - ¿Dónde puedo conseguir un mapa o guía de las montañas?
- Piensas ir sola a las montañas?
- Ajá.
-¿Otra cazadora de Bigfoots?
- No... - Dijo sonriendo. - Sólo quiero caminar por la montaña, sacar fotografías y acampar al aire libre un par de noches.
- Una romántica.
- Tal vez...
- A pesar de los osos y serpientes...
- A pesar de ellos, si.
- Y no voy a conseguir quitarte esa idea absurda de la cabeza, ¿Verdad?.
- No, no vas a poder. Lo siento Luke.
- Ok – Dijo Luke mientras sacaba algunas guías de debajo de la barra y se las daba a Linda. – Déjame decirte algo... No te salgas bajo ninguna circunstancia de las rutas marcadas en la guía, tendrás refugios cada cinco kilómetros... Y compra material de supervivencia, una brújula, bengalas y ese tipo de cosas. Si por lo que sea, te pierdes, dirígete siempre al sur, ¿Ok? Siempre al sur.
- Gracias Luke.
- Otra cosa. Avisaré a los guardabosques si en cuatro noches no estás aquí, comiendo el menú del día, bebiendo café y contándomelo todo.
- Me parece justo.
Un café y una siesta de cuatro horas más tarde ya se había puesto en marcha, enfrentarse a osos y a serpientes sonaba a un juego de niños para alguien que se había enfrentado a una de las sondas de Imperiex 2 y había vivido para contarlo. Condujo adentrándose en las montañas hasta que ya no hubo más carretera, aparcó su autocaravana, preparó su equipo y continuó el trayecto a pie. Durante el día, caminaba hasta que se ocultaba el sol, sacando todo tipo de fotografías que le transmitieran alguna sensación y que pudieran inspirarla para su auténtica devoción. La escultura. Por la noche, encendía una pequeña fogata, se metía en su saco de dormir y observaba el cielo más estrellado que jamás había visto. ¿Estaría su hija en alguna de ellas?
Dos días más tarde, a bastantes kilómetros de cualquier ruta marcada en los mapas, Linda encontró una pequeña gruta cuya entrada estaba oculta con matorrales y zarzas. No tenía más de un metro de diámetro pero parecía bastante profunda. Quizás no fuera la idea más brillante que hubiera tenido nunca pero decidió adentrarse en ella y descubrir hasta donde llegaba. Hizo un trayecto de unos cien metros arrastrándose por el suelo de la gruta linterna en mano, hasta que llegó al otro extremo. Para su decepción, la salida llevaba de nuevo al punto de partida, era un recorrido con forma de circunferencia. De todas formas, Linda tenía la extraña sensación de que algo había cambiado desde que salió de la gruta. No se trataba de nada que pudiera ver pero podía sentirlo, y eso le daba escalofríos.
De repente, Linda escuchó lo que parecía el eco de unos gritos, no provenían de lejos, quizás de un kilómetro al norte... Una zona en la que supuestamente no había nada más que grandes extensiones de bosques prácticamente inexplorados. Linda tenía suficiente experiencia en el campo de los superhéroes como para saber que eso significaba problemas... Al menos que un tenor estuviera ensayando su próxima obra en la mitad de la nada. Sin perder más tiempo, dejó su equipamiento en el suelo y se elevó en el cielo. Hacía mucho que no utilizaba sus poderes (sólo los usaba en casos de emergencia), se sintió extrañamente cómoda con la brisa de las montañas golpeando su cara, aunque no se atrevía a admitirlo, echaba de menos esa sensación. Se dirigió hacía el origen de los gritos a toda velocidad esquivando los árboles mientras que notaba como los ruidos se acercaban más y más, transformándose del débil eco a verdaderos gritos de terror...
Pronto llegó al origen de los gritos, pero tuvo que admitir que no estaba preparada para enfrentarse a lo que vio, Había cuatro demonios, (había visto suficientes como para reconocerlos a primera vista) persiguiendo a un asustado chaval de unos trece años de edad. Los demonios eran altos, de unos dos metros de altura, tenían grandes cuernos en sus cabezas, y enorme musculatura. Habían rodeado al chaval y se disponían a ejecutarle. Linda no frenó ni un ápice, golpeó fuertemente a uno de ellos y sintió que le había roto el cuello. Al menos, dentro de la gravedad, los demonios tenían forma física (odiaba toda esa chorrada de la magia en demonios no corpóreos) y no eran invulnerables. El demonio muerto salió despedido a gran velocidad, atravesando matorrales, derribando árboles y arrasándolo todo a su paso. Supo que había tenido suerte con ese golpe, les había cogido por sorpresa y pudo golpearle a plena potencia y a toda velocidad.
- ¡Corre! – Dijo Linda al chaval.
El muchacho, se perdió entre los matorrales y los tres demonios restantes rodearon a Linda. De repente, y a una velocidad increíble, los demonios comenzaron a escupir fuego por sus bocas como si fueran unos enormes lanzallamas. El ataque fue breve pero intenso. Incluso ella pudo sentir el calor de las llamas, estaba claro que el componente “mágico” no estaba del todo ausente de aquellas criaturas. Cuando el humo se disipó, Linda se encontraba en el suelo, con las ropas hechas un harapo, sucia y con diversas quemaduras en brazos y piernas.
- Vais a lamentar esto... ¡Oh! ¡Cómo lo vais a lamentar!
Pero no hubo respuesta por parte de sus agresores, que por otra parte, no tenían aspecto de ser grandes conversadores. Uno de ellos, pateo a Linda en las costillas y la hizo elevarse al cielo para caer después a decenas de metros. Los demonios parecían ahora interesados en localizar al chaval, olfateaban el aire para seguir su rastro, pensando quizás (al menos si el termino “pensar” se podía usar con aquellos seres), que habían acabado con la extraña atacante. En ese instante, se escuchó un fuerte silbido, los demonios voltearon la cabeza para descubrir a Linda en el aire, a unos treinta metros del suelo, sujetando un enorme árbol.
- Ya se que no es probable que lo sepáis, o que siquiera os importe pero... - Con un rápido movimiento, Linda golpeó a uno de los demonios con su improvisado bate, clavándole en el suelo hasta la altura del cuello y matándole en el acto - ¡Así no se trata a una dama!
Sin embargo, uno de los demonios restantes, fue capaz de agarrar el extremo del árbol y usarlo para golpear a Linda, haciendo que cayera al suelo. Seguidamente, fue ferozmente golpeada por los dos demonios, que la atacaban una y otra vez con sus enormes brazos, sin descanso y sin dejar que recobrara el aliento.
- ¡Basta! – Gritó Linda golpeando a las dos bestias a la vez.
Los demonios salieron disparados en direcciones opuestas, uno de ellos se estrelló contra un árbol y cayó justo al lado del desdichado enterrado en el suelo. Entonces Linda, realizó un espectacular salto de diez metros para situarse justo al lado del demonio caído y agarrarle de la nuca, el demonio rugió de cólera.
- No deberías tomártelo tan a pecho cuernecitos, después de todo, te envío a casa... Al lugar donde perteneces y de donde no deberías haber salido...
Acto seguido, Linda ejecutó al demonio empujando su cabeza contra el suelo y atravesándole el cuello con el cuerno del demonio enterrado.
- ¡Al infierno!
En ese instante, el chaval perseguido salió de detrás de un árbol cercano, había estado observando la batalla todo el rato.
- ¡No te he dicho que te fueras! – Le dijo Linda - ¡Aquí estás en peligro!, ¡Vamos! ¡Co...!
En ese instante, el último de los demonios la embistió como si se tratara de un toro demoníaco, Linda aprovecho el impulso para agarrarle de los cuernos y elevarle en el cielo. Estaba claro que ella tenía una ventaja frente a aquellos seres, el poder de volar. Subió más allá de la estratosfera, todo lo que su poder le permitía, llegando incluso al límite con el espacio exterior.
- Sabes, me muero de ganas de ver lo que hace con tu cara una caída desde esta altura. – Dijo Linda con una sonrisa malévola mientras soltaba al demonio.
El muchacho no se había movido del sitio, permanecía al lado de dos de los demonios muertos, estaba asustado pero también asombrado y maravillado. Cuando llegó Linda, se fijó un poco más en el chico, le parecieron extrañas las ropas que llevaba, pensó que eran las ropas que vestiría un granjero cien años antes.
- ¿Estás bien chaval? ¿Te han herido? – Le dijo mientras se le acercaba y le agarraba de los hombros - ¿Cómo te llamas? – Le preguntó suavemente.
El chico, todavía asustado, parecía no haber asimilado del todo lo que acababa de suceder, pero pronto reunió suficiente voluntad para vencer su miedo.
- Mi nombre es Adam, rápido, tenemos que irnos de aquí señorita, debemos de ir hacía el norte.
- Tranquilo chico – Le contestó Linda – Están muertos, ya no pueden hacerte daño, ¿Lo comprendes? Mi nombre es Linda.
- Señorita, los Kebracks no pueden morir, pronto volverán a la vida – Dijo Adam cada vez más alterado - ¡Y seguramente vendrán más!
- ¿Kebracks?
- Por favor señorita.
- Adam, tranquilo, nadie te hará daño mientras yo esté aquí, ¿Ok?, mira... Están muertos – Dijo Linda dando una pequeña patada al demonio enterrado.
En ese mismo instante, el demonio abrió los ojos y comenzó a forcejear furioso para liberarse, así como para sacar su cuerno del cuello del otro Kebrack. El repentino movimiento del demonio sobresaltó a Linda que dio un pequeño grito y un pequeño salto hacia atrás.
- Señorita, ¡Vamos! No nos perseguirán si vamos hacia el norte, ¡Créame!
De alguna forma, parecía evidente que el muchacho sabía mucho de esos “Kebracks”, y sabía que tendría que confiar en él sobre esto.
- Está bien, cógete a mi – Le dijo a Adam.
Las dos figuras se elevaron desafiando la gravedad y se dirigieron al norte, tal como le había indicado el muchacho. Realmente no sabía lo que estaba pasando, ¿Qué se suponía que tenía que encontrar al norte? ¿Quiénes eran esos Kebracks? Y ya de paso, ¿Qué diablos hacía Adam en mitad del bosque? ¿Qué es lo que sabía? Varios minutos más tarde, habían atravesado el bosque y Adam le dijo que ya podían bajar, que ya estaban en terreno seguro. Linda no sabía a lo que se refería pero obedeció. Pocos instantes después estaban de nuevo en tierra firme.
- ¡Ha sido increíble! – Dijo Adam - ¿Es usted una “mystery man” verdad?
- Más bien una “mystery woman” ¿No crees? O para no ofender a nadie, una “mystery person”.
- Pero... usted tiene poderes verdad. – Insistió Adam.
- Ese va a ser nuestro pequeño secreto, ¿De acuerdo?
- De acuerdo. – Le contestó el chico con una gran sonrisa - ¿No deberías proteger tu identidad con un traje colorido y una máscara?
- Digamos que estoy retirada del juego superheroico.
- No entiendo – Contestó Adam confuso – Hablas muy raro.
- Quiero decir que ya no utilizo mis poderes a no ser que sea necesario, así que no necesito un nombre en clave ni un disfraz colorido. Por cierto, ¿Quiénes son esos Kebracks? ¿Dónde están tus padres?
- Los Kebracks protegen el bosque más allá del límite, no nos molestarán aquí, nunca salen de su territorio. No tengo padres, soy huérfano, vivo con Mr. Bernard.
- Dónde está él?
- En la ciudad, estamos cerca, ¡Vamos! – Dijo Adam mientras agarraba del brazo a Linda.
- ¿Cerca? Adam, aquí no hay ciudades...
- ¡Claro que sí! ¡Bluelake City!
- Ok, estoy oficialmente confusa.
- Usted necesita descansar, lavarse y cambiarse de ropa. Huele muy mal - Dijó Adam mientras apretaba su nariz con los dedos.
- Muy gracioso.
- ¡Podemos ir volando!
- No Adam, nadie debe de saber lo de mis poderes, ¿Recuerdas?
- Es verdad, lo siento. ¡Yo te enseñaré el camino!.
- De todas formas, ¿Qué hacías tu sólo en el bosque?
- Yo también tengo mis secretos...
Linda pensó que no tenía nada que perder por seguirle la corriente, y así, después de media hora de caminata, llegaron a un claro.
- ¡Mira! ¡Corre! – Dijo Adam haciendo un gesto con la mano – Desde aquí se ve Bluelake City!
- Ya voy... – Le dijo mientras se acercaba - ¡Oh dios mío! – No pudo contenerse al ver la ciudad.

Continuará...

Notas del editor: Hola a todos y bienvenidos a un nuevo título de DC que estrenamos en este año 2005. Como se podrá intuir por la propia lectura del fan-fic, la serie arranca un tiempo después de lo sucedido en los últimos episodios de la serie de Peter David de Supergirl y circula en paralelo a otros títulos de Action Tales
REFERENCIAS
1 Supergirl (Vol 3) #75 - #80, De verdad, hazte un favor y cómprate el tomo que recopila esos números “Supergirl: Many Happy Returns”.
2 Supergirl (Vol 3) #60.

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