Green Lantern Corps nº01

Título: Un nuevo día
Autor: Carlos Fortuny
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Junio 2014

¡Nueva serie! El universo es un lugar muy diferente al que vió por última vez al Corps en acción. ¿Podrá ahora Hal Jordan reconstruir la organización que una vez destruyó y restaurarla en la gloria que una vez tuvo?? ¡La franquicia de Green Lantern se expande también en Tierra-53!!
Hace billones de años, una raza de inmortales aprendió a aprovechar la más poderosa fuente de energía existente. Esa energía alimentaría unos anillos que serían entregados a unos pocos elegidos en el universo, aquellos con la voluntad de superar su mayor miedo. Juntos, esos tres mil seiscentos elegidos forman la mayor fuerza pacificadora del Universo. Ellos son...
Green Lantern Corps creados por John Broome y Gil Kane

Anteriormente en Green Lantern(1): Tras una encarnizada lucha contra Parallax y un ente cósmico conocido como Qward, la entidad de Oa, que habita dentro del planeta, estuvo a punto de ser aniquilada. Pero, tras la alianza de muchos y poderosos seres (los Linternas supervivientes, sus aliados terrestres, las Zamarons y Zafiro Estelar, los Manhunters… incluso héroes venidos de otras dimensiones) se pudo obtener la victoria. Como resultado, el Cuerpo fue restituido y se encuentra en periodo de reconstrucción bajo el liderazgo de Hal Jordan…

Departamento de Hal Jordan, Oa. Sector 0

Había pasado días increíblemente malos. Cuando abandonó al Espectro se sintió liberado(2) pero ahora era como si el peso de todo el universo hubiera caído sobre sus hombros. No estaba asustado, quizás si preocupado, pero sobretodo estaba cansado.


Lo había visto tan claro cuando Ganthet lo había nombrado el primero de sus nuevos Corps(3) que por un momento se había permitido soñar que sería fácil, tan fácil como ponerse el anillo, surcar la galaxia, derrotar a los malos; eso es para lo que Hal estaba hecho. Pero no, las cosas no podían ser así de sencillas. A día de hoy intervenir en la mayoría de los sectores se había convertido en un grandísimo dolor de cabeza burocrático. Y si en la tierra ya era difícil poner de acuerdo a todos los países no había que ser muy listo para ver lo complicado de la misión de Hal.

La mayoría de planetas nunca habían cuestionado a los Corps como su policía intergaláctica; al fin y al cabo surcaban el espacio desde antes de que muchas razas ni siquiera hubieran nacido. Pero ahora las cosas eran diferentes. Las diferentes razas alienígenas se habían acostumbrado a vivir sin los Corps, y muchas de estas se habían dado cuenta de lo beneficioso de esto: no tenían a ninguna tercera parte que metiera las narices donde ellos no querían.

A esto se sumaba que no todo el mundo estaba de acuerdo con el cambio de gobierno dentro de los Lanterns: un guardián y una zamaron(4) eran ahora quienes lo dirigían y, junto a ellos, Hal Jordan, el hombre que había acabado con los Lanterns(5). Era casi absurdo y no era raro que pensaran que todo esto había sido un complot entre Hal y Ganthet para acabar con el resto de Guardianes y quedarse para ellos todo el poder.

Por supuesto también hubo quien se alegró del regreso de los Lanterns: en el sector 863 tal fue la alegría por la vuelta de estos que organizaron un desfile. A día de hoy, Hal aun no había decidido si prefería que lo recibieran con una negativa o un desfile; aquello había sido tan increíblemente bochornoso.

Aquella mañana Jordan se levantó temprano. Había quedado a primera hora con Ganthet para ponerle al día de los avances pero se levantó aun antes. Las pesadillas no le habían permitido descansar y había acabado por hartarse de dar vueltas en la cama y ponerse en pie.

Aun se estaba acostumbrando a su nueva ubicación. Había sido Green Lantern mucho tiempo y, como Espectro, había visitado todo tipo de lugares extraños pero estar viviendo en Oa le hacía sentirse como al protagonista de una película de ciencia ficción.

Tras echarse un poco de agua en la cara en el baño volvió hasta el dormitorio, donde Carol aun dormía sobre la cama que se mantenía flotando en el aire ¿Qué necesidad había de no ponerle patas? Le encantaba volar, pero aquello era absurdo.

La besó en la frente con cuidado de no despertarla y recogió su anillo para dirigirse a la cocina.

El Lantern no sabía que habría sido de él sin la ayuda de Carol. Ésta le apoyaba constantemente y, a pesar de tampoco estar viviendo una buena racha, rara vez hablaba de sus problemas: se centraba únicamente en apoyar a Hal. Pero éste sabía perfectamente que la mujer no estaba bien.Posiblemente ayudarle era una forma de tapar sus propios problemas. Había pasado unos días en la Tierra intentando explicarle a Gil lo que había sucedido pero este se había negado a hablar con su ex-mujer. A día de hoy, ambos eran la comidilla de la prensa amarilla. Hal había vuelto de entre los muertos y Carol no había dudado ni un segundo en romper su matrimonio para correr tras él(6).

Una y otra vez, el Lantern se había repetido que era lo correcto, que de no ser por su muerte seguramente nunca se habría casado con Gil, pero aquello no era justo para Carol y, poco a poco la reconcomía por dentro.

Hal observaba con la mirada perdida por un gran ventanal que le ofrecía unas magnificas vistas de Oa. Era extraño, pues llevaba días lloviendo. Al principio no le había llamado demasiado la atención pero finalmente se lo había comentado a Salaak, y es que no recordaba que nunca hubiera llovido en Oa. Éste había acabado por explicarle que los dispositivos que dirigían las borrascas se habían estropeado. Estaba en su lista de tareas, pero últimamente había demasiadas tareas.

Hal dio un trago al café que sostenía entre sus manos mientras sus ojos seguían viendo como el agua se amontonaba encima de uno de los edificios más altos, recorría una especie de canalón y caía como un potente chorro en mitad de una pequeña plaza. Aunque su mente estaba muy lejos de allí, ésta intentaba recordar lo que había soñado. No estaba del todo seguro, pero sabía que era lo importante del sueño: todos los Corps morían. Era fácil recordarlo pues, al fin y al cabo, era una pesadilla recurrente. A veces Parallax lo controlaba, otras veces el Espectro, en otra ni siquiera era una acción directa suya, erraba en una decisión importante o no estaba en Oa cuando lo necesitaban. Fuera como fuese, la pesadilla siempre acababa igual: los Corps eran destruidos.

Al principio se había enfadado por soñar con aquello, ahora solo lo entristecía. Se repetía una y otra vez que no pasaría, incluso había hablado con Carol del tema y esta lo había apoyado incondicionalmente. Pero en el fondo de su corazón sabía que era una posibilidad. Los Corps podían ser destruidos, no eran invencibles como muchos habían pensado. Él mismo se había encargado de dejar claro que podían ser destruidos...

Unas manos se posaron en los hombros de Hal que se sobresaltó levemente, pues no se lo esperaba, pero enseguida supo de quien se trataba.

-Perdona, ¿te he despertado?- Preguntó volviéndose hacia Carol que lo observaba con mirada tierna.

-No te preocupes.- Respondió la chica, para besarlo dulcemente.- ¿Otra vez las pesadillas?

Hal se volvió hacia Oa nuevamente, como si intentara escapar volando de aquella pregunta o de las mismísimas pesadillas.

-Si...- dijo casi en un susurro.

Carol no dijo nada más, solo lo abrazó desde atrás, rodeando su pecho con sus finos brazos.


Sala de reuniones, Oa. Sector 0

Hal llegó totalmente empapado a las estancias que había preparado Ganthet para las reuniones. Éste había pretendido que la estancia siguiera resultando digna de elogio, pero claramente había prescindido de todos los elementos que antaño hacía parecer a los Guardianes poco menos que dioses. Al parecer, el pequeño guardián intentaba estar ahora más cerca de sus Corps.

Ganthet enseguida miró con curiosidad al Lantern, como si no comprendiera porque estaba empapado; al fin y al cabo, el campo de energía que proporcionaba el anillo lo podía proteger perfectamente de aquella lluvia. Y aunque no llegó a preguntar nada, Hal se adelantó a responder.

-Dicen que la lluvia es purificadora.- dijo con una cansada sonrisa.- Tenía ganas de sentirla.

Ganthet solo asintió. En parte lo entendía, y se preocupaba por su recién nombrado líder. Sabía que Hal Jordan era totalmente capaz, que era el hombre adecuado para ese puesto, pero se exigía mucho a sí mismo. Era típico del Lantern cargar con todo el peso que pudiera a sus espaldas pero, en esta ocasión, estaba cargando con mucho más del que podía sostener y, si no empezaba a repartir ese peso, acabaría por aplastarlo. Por eso en gran parte organizaba aquellas reuniones en las que simplemente le ponía al día. Sentía que así ayudaba al Lantern a compartir su carga.

-Siéntate Hal.- le dice el oano acompañando sus palabras con un movimiento de su mano a la vez que él mismo se sentaba.- Creo que en tu plan del día está el vuelo a Havania.

-Sí.- respondió Hal mientras se sentaba.- En cuanto termine aquí iré a ver a John. Quería llevarme a algunos novatos.

-¿Vas a poner ya tu segunda fase del entrenamiento?- preguntó Ganthet curioso.

-Se que no están listo, que apenas han entrenado unos días, pero me temo que van a tener que aprender a marchas forzadas. De nada nos sirve recuperar sectores si no tenemos Lanterns que los patrullen.

-Te entiendo. Ayer me pasé por las instalaciones de entrenamiento y creo que había unos cuantos que destacaban.

-El paseíto les vendrá bien para acabar su entrenamiento.

-Cuídate en Havania, son bastante...- cambió de tema Ganthet.- prepotentes.

Hal simplemente alzó una ceja divertido. Algo le decía que había decidido usar esa palabra en lugar de una más vulgar.

-Esperemos que vaya mejor que en Betrassus.- dijo el Lantern recordando que la reina Iolande se había negado incluso a recibirlos hacía solo un par de días.

-El sector 1417 no será fácil de convencer... Me esperaba la negativa de Korugar pero no que también Betrassus nos cerrara sus puertas.

-La reina Iolande tiene serias dudas sobre los Corps; sobre su dirección, para ser más precisos.

Aquella negativa le había dolido especialmente a Hal. Carol le había insistido en que no era culpa suya, en que solo era una excusa de la reina para no aceptar a los Corps. Pero no era la primera vez que recibía aquella respuesta. ¿Qué hacía el asesino de los Corps liderándolos? No era algo con fácil respuesta. Sea como fuera, le dolía cuando el motivo para no permitir a los Corps patrullar un sector era él mismo.

-Acabará por entrar en razón.- sentenció Ganthet.- Si en algo se parece a su padre, será una reina sensata.- La respuesta no acababa de animar a Hal, así que el oano cambió de tema.- ¿Y cómo os fue en el sector 1621 y 1626?

Con aquella pregunta el gesto de Hal si que cambió a uno algo más animado.

-Bastante mejor:, en el 1621 tuvimos unas largas negociaciones, pero el 1626 nos recibió con los brazos abiertos. Ya puse a un par de Lanterns a patrullarlos, aunque no vamos sobrados de veteranos. Volvemos al tema de que necesitamos que los reclutas estén listos cuanto antes.

-Deja de castigarte a ti mismo ¿Te das cuenta de que si no consigues el permiso te lo echas en cara pero si lo consigues también?

Y Hal lo sabía perfectamente. Sabía que, fuera cual fuera el resultado, no era suficiente para él. Pero no creía que siendo conformista las cosas fueran a mejorar; debía aspirar siempre al máximo.

-Tenemos la voluntad de regresar.- dijo solemnemente Ganthet.- Y lo haremos. Lo sucedido fue una tragedia, no cabe duda. Pero aprovecharemos esa tragedia para que los Corps sean más fuertes que nunca, y más justos.

Hal asintió. Todo aquello lo sabía, incluso lo compartía. Los Corps no siempre habían sido lo que deberían haber sido, pero eso no aliviaba del todo su peso, no se llevaba su culpa.


Sala de entrenamiento, Oa. Sector 0

John revisaba minuciosamente cada uno de los constructos que los novatos estaban realizando. La verdad es que, en general, estaba bastante satisfecho. Había mucho potencial aunque tenía cuidado de no decirlo en voz alta; no manejaba el estilo de Kilowog de llamar “poozer” al primer novato que se cruzara, pero tampoco era un profesor blando. No quería que ninguno de los nuevos acabara muerto por confiarse. La verdad es que nunca había visto lo dura que era la tarea de maestro hasta que la había sentido en sus propias carnes. Ser Lantern era comprometerse a una vida donde lo más normal era que acabaras muriendo en algún mundo ajeno al tuyo o en mitad del espacio mismo. Aun así, la muerte de cada recluta tenía que pesar como plomo en Kilowog; al fin y al cabo, él decidía quien estaba listo para patrullar. No obstante, John era ante todo un hombre racional, y sabía que por mucho que los preparara no estaba en su mano evitar su futura muerte: sólo podía asegurarse de que cuando salieran del nido fueran lo más capaces posible. Así que John sacó de dentro todos sus recuerdos del ejército y los aplicó en los reclutas. La mezcla de arquitecto y militar hacía que acabara por regañar a todos por cualquier constructo que no creyera que mereciera un 11 sobre 10.

-¿Qué es esto Yat?- preguntó John a Sodam Yat mientras observaba el constructo que había creado. No estaba mal para ser una construcción tan compleja pero se emborronaba en algunas partes, puntos débiles que si recibían algún golpe derrumbarían toda la obra.

Sodam Yat había sido uno de los últimos reclutas en llegar y John había estado constantemente encima suyo. Era un daxamita, un ser con los mismos poderes que Superman bajo un sol amarillo, con la diferencia de que la kryptonita no le afectaba, si bien un elemento mucho más común, el plomo, podía matarlo. Su fisiología era similar a la humana, teniendo la piel morena, así como sus cabellos, que tenía revueltos hacia arriba, y bastante cortos en la parte inferior, estando rapado a la altura de las orejas. El chico era bastante atractivo, y lo que más llamaba la atención eran sus ojos; su esclerótica, a diferencia de la de los humanos, era negra, mientras que su iris era verde.

-¿Qué? ¡Está perfecto!- protestó Sodam molesto.

Con un fuerte golpe con el codo John destrozó la parte débil de la construcción haciendo que cayera entera. Para después mirarlo con severidad.

-Bueno...- dijo Sodam sonrojándose ante la risa de sus compañeros.- Casi perfecto.

-Dejar de reír y concentraron en vuestras construcciones. N no me gustaría que nadie muriera allí fuera porque se creía que esto era un campamento de verano.- regañó John a toda la clase con mirada severa, y enseguida dirigió la mirada a los constructos en si.- ¡Isamot a esa bestia le faltan las pezuñas de la pata delantera derecha!¡Anya!¿Y la segunda polea? ¡Es tan débil que todo se va a venir abajo por si solo!¡Vath, no le has creado salida a ese cañón!¡¿Quieres volarte a ti mismo?!

Una pequeña imperfección en el diseño podía significar la diferencia entre la vida y la muerte y, aunque durante la acción la mente de uno solía ir a por los diseños más simples para uno creándolos con facilidad, los Lantern tenían que estar perfectamente preparados para crear cualquier construcción compleja en pocos segundos. Además, así las simples serían aun más simples.

Cuando pasó junto al pequeño B'dg no pudo decir nada; la verdad es que el joven estaba demostrando ser el alumno más aventajado en lo que a constructos se refería. A su lado Turytt dejaba bastante más que desear. Estuvo a punto de regañarle pero la llegada de Hal le sacó de sus pensamientos. Éste le aguardaba en el umbral de la puerta

-B'dg hazte cargo. Y Turytt... empieza de cero...- fue lo último que dijo antes de dejar a los novatos con sus prácticas y dirigirse hacia su amigo.

En cuanto John se hubo alejado un poco, Sodam se acercó a Turytt, nacido en el planeta Varva. Este ser, de apariencia humana y piel rojiza, era uno de los más corpulentos nuevos reclutas. Uno de los rasgos que más le diferenciaba de cualquier ser humano eran unas costras o cuernos de piedra que emergían en diferentes puntos de su cuerpo como hombros y codos y, sobre todo, a ambos lados de su cara y en cejas. Además de esto, llamaba la atención la larga cola de caballo que había formado con su rubia melena.

-Parece que esto no es lo tuyo, ¿eh?.- dijo Sodam divertido.

-Métete en tus asuntos, daxamita.- escupió Turytt, dándole a la última palabra una entonación de insulto.

-¿Tienes algún problema con los daxamitas?- saltó enseguida Sodam.

-¡Ya está bien!- Cortó enseguida Vath,, un exsoldado veterano de Rann.- Ahora somos Lantern .Dejad de comportaros como niños.

-Es este cabeza de piedra hipersensible el que no sabe aceptar ni un comentario.- protestó Sodam.

Turytt le dirigió una mirada furiosa y a punto estuvo de lanzarse sobre el daxamita pero Isamot y Garl, un daffathiano de un tamaño similar al de Turytt, lo consiguieron sujetar.

-Dejar de hacer tonterías... tenemos que entrenar...- se quejó el pequeño B'dg. Este ser tenía la apariencia de una ardilla de la Tierra solo que era un poco más grande, pero en realidad era un h'lvenite.

-¿Y para que quieres entrenar más? ¿No te acaban de nombrar profesor?- preguntó Sodam, burlón.

-Ya basta...- fijo Anya plantándose delante de Sodam.- ¿Puedes dejar de comportarte como un capullo durante un rato?- Dicho esto la joven se retiró dejando al daxamita sin palabras.

Anya Savenlovich era una joven soldado y cosmonauta rusa que había pertenecido a un programa de la Unión Soviética pero que había acabado criogenizada en el espacio hasta que Kyle la despertó. Fue una de los cinco candidatos a Corps cuando el propio Kyle intentó rehacerlos, pero el invento fue un fracaso y Kyle acabó por abortar el experimento. Sabedora de que la Unión Soviética ya no existía, Anya decidió no regresar a casa, sino que se había dedicado a patrullar el espacio como una especie de Corps sin anillos junto a sus dos amigos: Garl y Sool(7).



Sala anexa a sala de entrenamiento, Oa. Sector 0

Hal Jordan aguardó en silencio contemplando a los novatos trabajar, aunque esta vez si había usado su anillo para crear un paraguas aun seguía empapado.

-¿Se puede saber de dónde vienes así?- preguntó John al ver sus pintas.

-De ver a Ganthet. Ya sabes: nunca podemos resistirnos a darnos un bañito en la piscina.- bromeó Hal quitándole importancia al hecho de que estuviese empapado.

Ambos comenzaron a andar hacia una mesa desde la que se podía contemplar el entrenamiento de los novatos por un gran ventanal formado por energía, si bien esta impedía que se escuchara nada.

-Creía que hoy salías hacia Havania.- dijo John tras guardar unos segundos de silencio.

-Sí, vengo a llevarme a algunos.- respondió Hal mientras ambos contemplaban el progreso del entrenamiento.

El rostro de John se ensombreció. Ya habían hablado de aquello y no acababa de estar de acuerdo. Aquellos chicos apenas llevaban una semana a su cargo. Era el problema principal de los Lanterns: ahora mismo había más o menos unos cuatrocientos en activo, pero al menos dos terceras partes eran novatos que no habían usado un anillo en su vida. Los “veteranos”, todos los que habían usado un anillo en algún momento, estaban designados a algún sector excepto casos especiales. John, Kilowog y Salaak solían quedarse en Oa a menos que alguna misión importante los requiriera en otro lugar, así como algún otro veterano que se aseguraba o bien de la seguridad de Oa o de hacer de maestro junto a John y Kilowog; al fin y al cabo, había muchísimo novato que entrenar. Hal y Carol solían pasarse el día de viaje, negociando para ganar sectores, algo que a menudo también hacían Alia y Ganthet. Así pues, John se pasaba el día dirigiendo a alguno de los grupos en los que habían dividido a los novatos para hacerlos más manejables. Utilizaba como asistentes a los Manhunters(8), si bien no se sentía demasiado a gusto viendo a aquellas máquinas cerca.

-A mí tampoco me gusta John, pero no vamos bien de tiempo precisamente.- Se adelantó a decir antes de que su compañero se quejara.

-Apenas he tenido una semana con ellos...

-Lo sé No te estoy diciendo que me los vaya a llevar a todos- Dijo Hal intentando convencer a su amigo.- sólo que me des a algún novato aventajado para que vaya familiarizando con lo que es patrullar la galaxia. De todas formas, sólo es una misión diplomática: no va a haber ningún tipo de enfrentamiento. Puedes estar tranquilo.

Aun así a John seguía sin gustarle aquello, pero no significaba que no supiera que Hal tenía razón. Aquellas misiones diplomáticas muy rara vez entrañaban peligro, y Hal los defendería de lo que fuese: él no pondría a nadie en una situación de riesgo. Y mejor era aquello que mandarlos solos a patrullar sectores dentro de dos o tres semanas sin ningunas “prácticas” sobre el terreno.

-Está bien...- acabó cediendo John.- Supongo que aquí tengo a tres que podrían estar listos para viajar.

A pesar de que estaban en la misma sala que los novatos, estaban a suficiente distancia para que no los oyeran .Sólo le faltaría que algunos se vinieran arriba por las palabras de John. Había que tener fe en la fuerza de uno, pero no había que ser arrogante. En cuanto Hal vio aparecer el perfil del primero no se interesó por ninguno más.

-Estás de coña, ¿no?- Preguntó Hal con el rostro desencajado.

-No me verás bromear con este tema. Es uno de nuestros mejores reclutas. Es más: puede que sea el único que está totalmente listo para patrullar.- respondió John serio.

-Es... ¡es una ardilla John!- respondió gesticulando mucho mientras señalaba la imagen del recluta que recreaba su anillo.

-No es una ardilla: es un h'lvenite, y a estas alturas creía que no subestimarías a nadie por su apariencia.- respondió John sin cambiar su semblante.

-Está bien. Lo que tú digas, pero dime de verdad que en ningún momento has dudado de él al ver que se parece más a Chip y Chop que a Superman.- argumentó Hal divertido.

John se limitó a mirar a su amigo con dureza. Sabía que era así, aquella era su forma de ser, pero él tenía demasiados novatos a los que entrenar como para perder el tiempo.

-Vale vale, lo pillo. La ardilla está en el equipo.- acabó cediendo Hal.

-B'dg es el mejor recluta que tenemos a día de hoy construyendo constructos. Los hace rápidos. Además, sus construcciones complejas rara vez tienen algún fallo.- empezó a decir John mientras algunos informes iban siendo generados por el anillo.- Por lo demás, es bastante inteligente y muy rápido. Su tamaño le permite acceder a lugares donde otros Lanterns no podrían.

-Me has convencido.- cedió el Lantern encogiéndose de hombros, aunque en su mente seguía rondando la idea de que solo era una ardilla.- ¿Qué más tienes?

-Savenlovich y Yat.- Dijo John mostrando los informes de ambos.

-Vaya, Kyle me comentó algo sobre Anya y cuando intentó refundar los Corps.

-Es buena alumna .Le queda que aprender pero es muy aplicada y siempre obedece las normas.

-Eso no tiene porque ser bueno.- respondió Hal notando cierto reproche en la mirada de su amigo; al fin y al cabo, pocos Lanterns se habían saltado tantas normas como Hal Jordan.

-Pues entonces el último te encantará: Sodam Yat. Daxamita.

-Vaya, ¿tenemos a nuestro propio Superman?- Preguntó Hal divertido.

-Algo así, aunque te advierto que es peor que tú. Es bastante difícil de tratar y suele ir a lo suyo. No digo que sea mal chico... pero le cuesta acatar las normas.

Hal simplemente se rió durante un rato hasta que consiguió recobrar la compostura ante la cansada mirada de John.

-Descuida, yo me encargo.

Interceptor 21, Oa. Sector 0

Una hora después de haber quedado con John en la sala de entrenamiento Hal entró en uno de los interceptores de los Corps. Era gracioso porque, a día de hoy, casi había más de esas naves que nunca, a la vez que pocas veces el número de Corps había sido tan bajo, a excepción de cuando estos fueron destruidos. El Lantern accedió por el pequeño puente levadizo que enseguida le condujo a un pasillo que comunicaba con el puente de mando. La nave prácticamente se dividía en sala de mando, sala de motores y algunos habitáculos más, entre los que se encontraban un pequeño lavabo, un complejo de celdas con capacidad para cuatro prisioneros, y una salita de descanso.

Tras recorrer el corto pasillo Jordan llegó a la sala de mandos, donde ya lo esperaban Carol y los tres novatos. Sodam, que se encontraba cómodamente sentado en el asiento del copiloto soltó un bufido. Por su parte, Carol echó una mirada recriminatoria a Hal.

-Lo se, lo se. Llego tarde.- se disculpó Hal.- Pero tampoco os paséis, que solo han sido quince minutos.

Hal se no se había entretenido por nada en concreto. Simplemente había decidido pasarse por las instalaciones de mantenimiento de los Manhunter. Tras ver a un grupo de estos patrullando una zona había sentido el impulso de ver si todo seguía en orden con ellos. Puede que Ganthet se fiara, pero él no dejaba de tener un mal presentimiento. Con los Corps tan mermados eran necesarios, pero la sensación de que en cualquier momento se volverían en su contra estaba allí. No obstante, en las instalaciones le habían informado de que todo funcionaba con normalidad y que no había porque preocuparse. Así que Hal se dirigió directo al Interceptor con la tranquilidad de que todo iba bien.

-Deberías dar ejemplo.- Protestó Carol.

-¡Venga ya! No te pongas tú en mi contra...- Se quejó Hal cayendo entonces en la cuenta de que B'dg y Anya estaban totalmente cuadrados.- Esto... ¿descansen?

Los dos jóvenes relajaron su postura ligeramente mientras Carol y Hal sonreían. Por su parte, Sodam se sentía bastante avergonzado por la actitud de sus compañeros. Vale que Jordan era un Lantern legendario pero la había cagado como el que más. Y respecto al resto de los Lantern, había casi más novatos que veteranos; ésto le daba al daxamita una sensación de total igualdad por lo que no veía a nadie por encima de él mismo. El chico se levantó y tendió la mano a Hal.

-Sodam Yat. Encantado, jefe.- dijo con algo de retintín.

-Igualmente, pero puedes llamarme Hal.- respondió este sin hacer mucho caso a la burla del daxamita´- Entonces se volvió hacia los otros dos novatos.- Y vosotros debéis de ser B'dg y Anya. John ha hablado muy bien de vosotros. Espero que estéis a la altura de sus palabras.

Los dos novatos intercambiaron una sonrisa y asintieron.

-Bueno, no sé si Carol os ha puesto al tanto pero nuestra misión es sencilla.- dijo Hal mientras se sentaba en el puesto de piloto y activaba algunos botones que hacían que el interceptor se preparara para el despegue.- Será solo una misión diplomática, no entraremos en acción.

-Osea, ¿que simplemente nos llevas de paseo?- protestó Sodam.

-Algo así.- contestó tranquilamente Hal mientras la nave abandonaba el hangar.- Abrochaos los cinturones.

El resto de Lanterns tomaron asiento y enseguida siguieron las órdenes de Hal. Segundos después la nave sobrevolaba los cielos de Oa bajo la suave llovizna para acabar atravesando la atmósfera y dejándolos en el espacio. La nave se balanceó un poco por la resistencia magnética del planeta pero enseguida se estabilizó. Acto seguido, Hal fijó las coordenadas y activó el piloto automático para volverse hacia sus acompañantes.

-Veréis, la prioridad ahora mismo de los Lanterns es la de seguir expandiéndose. Necesitamos que la gente vuelva a creer en nosotros, que nos vuelvan a aceptar como la policía intergaláctica. Y cuando recuperemos la confianza, no servirá de nada si no tenemos Lanterns.- decía Hal en un tono bastante serio.- Se que pensaréis que es una tontería el que vengáis pero la verdad es que no es normal que un Lantern con tan poco entrenamiento salga de Oa ni para una misión tan simple como ésta.- concluyó Hal.

-Debéis considerarlo un honor. No una vergüenza.- apuntó Carol.

-Está bien.- dijo Sodam cediendo.- Pero ¿por qué vamos en esta chatarra?

-¿Chatarra?¡Pero si es una preciosidad!- dijo Hal acariciando los mandos, como si el interceptor pudiera haberse ofendido.- El Interceptor nos sirve para ahorrar energía y, siendo tantos los que vamos, es absurdo que volemos por separado. Además, seguro que prefieren vernos llegar en una nave. Hace a las demás razas sentirse más... seguros.

-Yo estaba deseando subir en uno de estos- comentó B'dg.

-Como no...- de quejó Sodam .Parecía que la pequeña ardilla tuviera el modo peloteo activado las 24 horas del día.- ¿Y se puede saber a dónde nos dirigimos?

-Havania, sector 33.- respondió Carol, aun no estaba tan puesta en sectores como Hal o John, pero había estado estudiándose los datos de la misión.

-Vaya...- respondió B'dg alucinado.- Dicen que allí habitan una de las razas más hermosas del universo.

-¿Cómo son?- preguntó Anya con curiosidad.

-Tienen forma humanoide, rasgos perfectos, piel fina y ligeramente azulada pero, sobretodo, llaman la atención sus hermosas alas.- respondió el h'lvenite.

-Tienen cierto parecido con lo que nosotros llamaríamos un ángel.- añadió Carol.

Continuará...


Referencias:
1.- No te vuelvas loco. Este es el primer número de Green Lantern Corps y no ha habido ninguno antes (al menos en AT53). Pero al tratarse de un "spin-off" de nuestra serie Green Lantern, es normal que hagamos referencia a acontecimientos ocurridos en aquella. Al menos, esta información te pondrá en situación rápidamente.
2.- Durante ¡El ataque de los hombres halcón! (Green Lantern 13-18.)
3.- Durante "El juicio de Hal Jordan" (Green Lantern 22-29)
4.- Ganthet y Alia son el último guardián y la última zamarón.
5.- En Green Lantern vol.3 #48, durante la saga de Emerald Twilight.
6.- En el Green Lantern #26 Carol deja a su marido por irse con Hal.
7.- Anya apareció en Green Lantern: New Corps.
8.- Los Manhunters han sido mucho tiempo enemigos de los Green Lanterns pero, durante "El Juicio de Hal Jordan" (Green Lantern 22-29) éstos volvieron a estar bajo el control de Ganthet y ahora son aliados.

4 comentarios :

  1. Continúan los #1 de Action Tales con esta nueva serie de otro nuevo autor para la página. Carlos Fortuny se estrena con nosotros lidiando con una enorme papeleta que no es otra que lidiar directamente con las consecuencias de la microhistoria de Gabriel Romero “El Juicio de Hal Jordan” (Green Lantern #23-#29). Como en el caso de la nueva etapa de Jerónimo Thompson en Green Lantern (Green Lantern #31 en adelante), situada también tras “El Juicio…”, este número comienza de un modo “anticlimático”, con mucha información y poca acción, mientras los autores sitúan las piezas de modo que les resulta más cómodo manejarlas, algo lógico y hasta “justificable” después del enorme hype que tuvo aquella historia.

    Carlos saca provecho de ello con una historia con un tempo muy lento, permitiéndole recrearse en las relaciones entre los personajes y mostrar algunos aspectos de ellos que hasta ahora no habíamos visto: la inseguridad de Hal ante su situación, el paternalismo de Ganthet hacía él, la fuerza emocional con la Carol lo apoya, las responsabilidad que siente John hacía sus nuevos alumnos… Incluso tiene tiempo para presentarnos a nuevos personajes, los reclutas del Corps. Y es que, a pesar de llevar una gran cantidad de personajes, consigue que todo el mundo tenga su momento, ayudándote a conectar con ellos. Si, si continúa en esta línea, esta nueva etapa para el Corps va a ser un excelente contrapunto para la etapa anterior, siendo esta una más centrada en los personajes que en las amenazas cósmicas.

    ¿Algún fallo? Quizás se eche en falta un poco de hype al final, un buen cliffhanger que te atrape para buscar el siguiente capítulo, pero creo que la situación que se plantea alrededor de Hal y el Corps y su posible desarrollo son más que suficientes para seguir esta nueva serie con atención.

    Respecto a la portada, un excelente trabajo de otro de los habituales de la web, Edgar Rocha. La composición quizás resulte un tanto… caótica (los personajes parecen colocados aleatoriamente) pero funciona muy bien como portada con ese Hal centrado en el conjunto.

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  2. Y aquí tenemos por fin el primer número de esta esperadísima (al menos por mí) nueva serie de la Línea DC de Action Tales, que junto a la de Green Lantern que escribo yo actualmente, hace posible el nacimiento de una nueva franquicia en Tierra-53. Y francamente, no podría estar más encantado con lo que me he encontrado, tanto como lector como autor de su serie hermana.

    Carlos Fortuny, responsable de Green Lantern Corps y que además se estrena en Action Tales precisamente con este primer número, enfoca el episodio como una presentación en toda regla, que no sólo nos muestra con todo lujo de detalles el carácter y situación actual de todos los personajes, tanto principales como secundarios, sino también la de Oa y el Cuerpo en general. Una MAGNÍFICA presentación en la que Carlos se luce haciendo un uso impresionante tanto de la continuidad desarrollada en los cómics (incluso la de aquellos que no pertenecen a la continuidad de Tierra-53, pero que él adapta sin problemas) como de la heredada de Gabriel Romero en Green Lantern, e incluso de la mía (el hecho de que en este primer número llueva en Oa, tal y como yo mostraba en el Green Lantern #31, da una idea del grado de implicación de este autor a la hora de escribir la serie: ¡total!).

    En fin, un episodio tranquilo en el que destacan las conversaciones entre los personajes y un concienzudo trabajo de caracterización en el que probablemente sobresale Hal Jordan, a quien Carlos dedicada más espacio (con resultados inmejorables), sin que por ello prescinda de unas intervenciones de Ganthet, John Stewart, Carol Ferris y diferentes reclutas del Cuerpo realmente buenas. Un estupendo número de ritmo sosegado y sin acción, que a pesar de ello me ha mantenido enganchado a la historia de principio a fin gracias al buen ritmo narrativo que consigue imprimirle su autor.

    ¿Algún aspecto negativo? Posiblemente la ausencia de un "cliffhanger" impactante, pero bueno, como al llegar al final del número ya estaba más que enganchado a lo que me estaba contando Carlos, pues tampoco es que sea un fallo a tener en cuenta.

    Conclusión: ¡Genial! :)

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  3. Leído el primer número de Green Latern Corps no queda más que reseñarlo. Tal como hice con Task Force X no me voy a explayar mucho ya que un primer número no me da suficiente elementos para dar una visión de la series. Es apenas una imagen de un mosaico más grande. Aun así, diré que esta serie, con la cual se estrena el Señor Fortuny, es sin duda alguna el resultado de un trabajo de documentación donde la continuidad de Tierra-53 en este tema colinda a la perfección con las ideas que trae el autor.

    Su prosa es amena y comoda, y a pesar de que no hay acción la historia logra echarnos lo suficiente para terminar la lectura. Historia que por su parte es un buen abreboca, una buena promesa. Me ha convencido, además que me gusta la idea de la continuidad argumentativa, la exploración de las consecuencias. Creo que algunos personajes se robaran el show, pero eso no importa.

    En fin, buena historia que promete.

    El arte del Señor Rocha, de verdad que su portada le ha quedado genial. Atractiva y colorida.

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  4. Bueno, solo puedo agradecer tan buenas palabras de mis compañeros. La verdad es que estoy encantado, me lo he pasado tan bien escribiéndolo, como me lo pasé leyendo los fics de T53, si bien aun tengo unos cuantos a los que hincar el diente, pero ya caerán jejeje
    La verdad es que si que me fallaron un poco los enganches entre capítulos, y no solo en este. Durante los seis primeros capítulos creo que solo 3 se salvan realmente de este fallo.

    La verdad es que en este gran arco de 6 capítulos la acción es bastante lenta, he introducido combates y tal, pero lo principal para mi ha sido desarrollar y plantear a los personajes lo mejor posible antes de ponerlos a repartir leches jejejejej

    En fin, tal y como comenzaba diciendo, estoy encantado, espero que os sigan gustando los números posteriores jejeje

    PD: La portada de Rocha es de las mejores que le he visto hacer, la verdad es que estoy muy contento con el resultado, ha conseguido sacar un gran número de personajes sin que de sensación de estar sobrecargado jejeje

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