Los Titanes nº 17

Título: Cosas que Quizás Nunca Vuelvan a Pasar
Autor: Roger Corbera
Portada: Alfonso Pinedo
Publicado en: Noviembre 2012

Raven continúa fuera de control y continúa atacando sistemáticamente a los aliados de los Titanes. ¿Cual es su objetivo? ¿Qué busca con esos ataques? Y es más ¿podrán los Titanes detenerla antes de que lo consiga?
Para convertirse en mejores héroes, estos adolescentes se han unido para aprender, entrenar y madurar. Son algo más que simples "ayudantes". Son la próxima generación de los mayores héroes del mundo. Son....
Creados por Bob Harney, George Kashdan y Bruno Premiani

Garfield Logan llevaba en coma casi dos semanas. Desde que Mr Cerebro le atacó con un veneno de su invención (1). Pero a Bette Kane le parecía que eran ya dos siglos. A parte de ella le resultaba incomprensible que alguien tan alegre, tan apasionado, pudiera estar así de quieto, tansólo respirando. Era como verlo en una cárcel. Pero siempre se esforzaba en aparecer alegre y sonriente cuando iba a verlo.
Ese día, pero, iba a costarle el doble sonreír. Pues debía mentirle.
- Hola Gar, te he traído flores.- Fue a ponerlas con agua mientras charloteaba sobre el tiempo, los Mets y series de televisión. Pero finalmente se sentó a su lado.- Supongo que te preguntarás porque Víctor o Kori no han venido a verte los últimos días… Están ocupados pero vendrán muy pronto y…
Gar no se movía, no reaccionaba. Pero Bette sintió como si supiera que estaba mintiendo. Apoyó los codos en las rodillas y la barbilla en la mano.
- … Lo siento, Gar. No puedo mentir. Los Titanes han desaparecido hace ya una semana. Y no sé si volverán. Todo fue así…

Mientras tanto, en un sótano de Omaha...
La luz de la mano biónica de Cyborg iluminaba el tétrico túnel, cubierto de vapor y humedad. Con agua hasta la rodilla. Superboy sudaba, y sólo Starfire, con su poder estelar, parecía inmune al bochorno.
- ¿Qué buscamos aquí, chica?- preguntó Cyborg.- Deberíamos estar buscando a Raven.
- Jamás la encontraremos con su poder de teleportación, Víctor. Por eso he llamado a…
- Callad.- dijo Superboy.- Noto algo entre las piernas…
- Déjate de paridas.- Gruñó Cyborg.
- No, en serio…. EEEEEHHHH!- de repente el agua se sacudió salvajemente y Superboy fue proyectado contra el muro. Una serpiente gigantesca retorció sus anillos mientras su boca siseante se abalanzó contra Cyborg. Pero con sus reflejos robóticos reaccionó en medio segundo con una descarga sónica. Para su sorpresa, el disparo atravesó una forma intangible. El verdadero reptil estaba a sus espaldas y le mordió en el hombro. Pero lo soltó gruñendo de dolor al chocar sus colmillos con el metal.
- Ahora verás…- Cyborg conectó infrarrojos y localizó la verdadera ubicación del monstruo iba a disparar de nuevo cuando Starfire desencadenó su poder: una explosión de luz llenó la sala, encegándolos a todos.
- - ¡Alto, titanes! H’sslae es amiga.
La serpiente gigante se detuvo.
- SSSS princesssa SSS.- inclinó la cabeza en señal de respeto.-SSSS me disssculpo por ataque SSSS No os reconocí, y acabo de poner mis huevosss SSSS Ello me pone muy territorial SSSS
- No pasa nada, querida. Pero tienes que enseñarme a tus hijos.
- SSSS Son preciosssos SSSS doradosss y verdesss SSSS pensssaba llamar Koriand’r a uno de ellos SSS
- De qué va eso?- preguntó Superboy limpiándose la ropa de limo con su telekinesis táctil.
- Starfire ayuda a diversos grupos de refugiados alienígenas en América.(3) Supongo que será uno de ellos.
- Sssoy hembra, ssser de metal SSSS H’sslae esss mi nombre. Primera de la realeza de Orlando en llegar a essste mundo, sssí.
- La raza de H’sslae son místicos. – explicó Starfire.- Esperaba que pudiera ayudarnos a encontrar a Raven.
- La hija del diablo, sssí. Recibí tu mensssaje. H’sslae ha buscado sssu rasstro en el camino de los sssueños. Busssca la ssemilla de su padre.
- ¿Semilla? ¿Te refieres a sus hijos?- Cyborg sintió un escalofrío. Ya era duro vencer al lado demoníaco de Raven. ¿habría más como ella? Raven les dijo en una ocasión que su padre Trigon mataba a todas sus hijas al poco de nacer, pero… ¿Y si había más?
- Ssssí… Miss ssueños no mienten. Dejó ssemillas en humanos. Humanoss como vossotross. Hace años, ssí… Pero la ssemilla es fuerte. La ssemilla arraiga. Aunque no deje rastro. Puede tardar años en germinar, ssí. Pero ahora la hija de Trigon quiere hermanoss.
Starfire recordó la última étapa de maldad su amiga empática. Raven había implantado “semillas” diabólicas en muchos superhumanos: Trueno y Relámpago, Supergirl, Magenta… Al final la detuvieron. ¿Pero como estar seguros de que no quedaba rastro de la infección infernal? Ningún místico había comprobado que estuvieran limpios. Cyborg reaccionó.
- ¿Puedes localizar a Raven?
- Puedo y lo he hecho… Es más, puedo enviaros ahí, ssí.
- Supongo que habrá un precio, ¿no?
- Os mandaré sin precio. Pero espero gratitud y amistad. Pronto pondré mi nidada. Miss hijos necessitaran protectoress y amigos para crecer y medrar.
“¿Hijos?” a Cyborg no le hacía gracia pensar en serpientes gigantes criando en Detroit. Pero Starfire respondía por aquella serpiente, y eso le bastaba.
- De acuerdo.- respondió Starfire.
La serpiente se desplegó en toda su longitud, envuelta en los destellos verdes y dorados de sus escamos. Superboy y Cyborg se tensaron cuando sus anillos les envolvieron, la neblina del aire pareció volverse más densa, más asfixiante. Los giros de los anillos eran rápidos, veloces, vagamente hipnóticos. Cyborg cerró los ojos un instante, y al abrilos estaba envuelto en un espiral de vapor que impedía ver nada más. Conectó sus sensores, pero las lecturas eran un sinsentido. A su lado, Superboy estaba rígido. Se preguntó qué le pasaba últimamente a ese chico. Desde su pelea con Raven había perdido su chulería juvenil y estaba sombrío y callado. “Los poderes mentales de Raven pueden revolverle la mente a cualquiera. Quizá sea sólo eso”.
- No te muevas, cariño… Sonríe… ¡Patata!- El cuchillo arrojadizo salió volando y se clavó entre el pendiente y el cuello de Liam Harper. Viciosa, la lanzadora, aplaudió con insana alegría.- ¡Muy bien! ¿Sabes que eres muy buena ayudante? Podríamos ir al circo… ¿Has ido al circo alguna vez?
Liam no contestó. Sólo sollozaba quedamente. Viciosa se aproximó a ella y desclavó el cuchillo de la pared, llena de marcas de anteriores lanzamientos.
- Ahora veamos… ¿Cómo podemos hacerlo más divertido? ¡Ah, ya sé! Coge esa manzana con la boquita y…
Un disparo voló en pedazos la manzana y casi varios dedos de la mano de Viciosa. La curtida criminal desenvainó un machete con la otra e iba a lanzarlo cuando vio que el arma humeante estaba en manos de su compañera, Pistolera.
- ¿Qué demonios haces, Viciosa? ¡Te dije que la necesitábamos viva!
- Sólo jugamos un poco, chata… Además, la nena y yo lo pasamos bien. ¿No es así, cariño?- Liam, amordazada, sólo cerró las ojos.- Es tan tímida…- le acarició la mejilla con el machete.
- Déjala en paz. Vete a mirar la tele un rato mientras le doy de comer.
Viciosa le sacó la lengua, pero se fue a otra habitación del apartamento. Pistolera era tan aburrida! Cuando le prometió que secuestrando la hija de Cheshire, su antigua jefa en los Ravens, que las traicionó tiempo atrás, creyó que sería divertido. Lo montarían de tal forma que se cargaría el muerto la propia Cheshire, y el padre de la niña, Arsenal, la perseguiría hasta el fin del mundo.
De momento el plan funcionaba, por lo que se decía en el bajo mundo, Cheshire tenía los Titanes detrás y perdía contratos de clientes que no quería tener una empleada que atraía a los superhéroes furiosos. Pero las dos socias no habían decidido aún hasta donde seguir el plan o qué hacer con la niña. ¿Soltarla cuando Cheshire estuviera muerta o en la cárcel? Era arriesgado. ¿Matarla? Era una línea que Pistolera no quería cruzar, pero Viciosa no era tan mojigata.
- ¿Has matado a alguna niña?- le preguntó Pistolera.
- Será como matar a cualquiera, supongo. Sólo que hay que apuntar mejor. Son un blanco pequeño.- Viciosa se echó a reír ante la cara de su amiga.
Inspira. Expira. Ten la mente en blanco. No luches contra el dolor. Acéptalo. Es parte de la vida. Abrázalo y deja que su funda. Inspira. Expira.
Roy Harper tenía experiencia con el dolor. Lo conoció de niño, con la ausencia de una madre que jamás conoció. Lo volvió a encontrar con el asesinato de su padre. Intentó huir de él con la heroína en su adolecencia. Y con ello lo perdió todo. Su “padre”, Green Arrow, sus amigos de los Titanes, su novia, Wonder Girl… Ahora era el mismo dolor que lo atacaba. “Maxwell Lord me inyectó droga cuando me tuvo prisionero…”(4) Ahora lo comprendía. Sufría síndrome de abstinencia. Ello y el secuestro de su hija habían provocado su conducta irracional.
Inspira. Expira. Cerró los ojos y se centró en la meditación. Incluso con cadenas en brazos y pies era posible huir al centro de uno mismo.
Notó su presencia antes que oírla. Olió su leve perfume a jazmín. Muchos hombres lo habían sentido cuando aquella mujer se había acercado a ellos para matarles. Para él siempre sería Jade, para el mundo era Cheshire. Envenenadora, asesina, genocida, una de las mujeres más bellas y letales del mundo. Y la madre de su hija.
-¿Estás meditando, Roy? Yo te enseñé a hacerlo cuando nos conocimos. Lo recuerdo.- su suave voz conservaba aún un deje de acento vietnamita. Notó unos dedos finos como seda en su cuello.- Entonces eras un desastre, como ahora. Un drogadicto sin esperanza. Sólo con rabia y fuego.
Notó un arañazo en el cuello. Brotó una gota de sangre. Su tensión arterial se relajó y el vacío doloroso de la abstinencia desapareció.
- ¿Me has envenenado?
- Algunos de mis venenos son dulces, sí.- “y el más dulce y peligroso son tus labios” pensó Roy.- Pero no te quiero muerto, aún. Dijiste que nuestra hija había desaparecido.
- Tú la secuestraste de la escuela. Una profesora te vio.
- Si yo quisiera a Luan, no habría testigos y si un cuerpo. Luego cambiaría los registros médicos para que sus datos coincidieran en la autopsia. ¿Por qué haría yo semejante chapuza?
- ¿Qué me importa lo que pasa por tu mente enferma?
Sus ojos verdes de víbora se entrecerraron y los dedos de seda se cerraron alrededor de su cuello como garras de una rapaz.
- Cuidado, amor. ¿Cómo pudiste permitir que desapareciera mi niña?
- ¿Tu niña? No has hablado con ella en años. Salvo parirla, no te has ocupado de ella. No eres su madre.
- Cállate.
- Donna fue más madre para ella de lo que tú serás nunca.
Su puñetazo fue muy fuerte, para una mujer tan esbelta. Arsenal escupió sangre.
- No ganas nada provocándome, Roy. Mi próximo arañazo te hará llorar sangre.
- Ya. No será muy diferente de probar tu cocina.
Aquello la hizo reír. Roy le devolvió la sonrisa. Luego escupió un diente contra sus cadenas. El diente falso explotó en una nube de gas. Cheshire retrocedió. Desenvainó una espada.
- Así me gusta, mi amor.- susurró entre la cortina de humo. Dio un golpe hacia atrás. Pero Arsenal se lanzó al suelo y la hizo caer con una patada de barrido. Cheshire rodó por suelo y se levantó con una voltereta. Pronto era ella que se defendía contra sus furiosos golpes.
- ¿Dónde está Luan? ¿DÓNDE?- gritaba el titán.
Cheshire contraatacó con una estocada que cortó el blindaje de Arsenal como si fuera algodón y dejó una línea roja en su piel. Pero antes que consiguiera retirar el arma, Roy le arreó un rodillazo en el codo que le rompió el brazo. La asesina retrocedió. El titán recogió su espada caída.
- Había olvidado lo fogoso que te vuelve la abstinencia.- rió Cheshire.
- Esto no es un juego. Dame a mi hija o acabaré contigo.
- No la tengo.
- ¡MENTIRA!- Roy se abalanzó como un toro, pero la mujer le esquivó. Un puñado de cabellos cortados cayeron al suelo.
- A ti no te mentiría. Luan no está en mis manos. Pero a partir de ahora, lo estará. Pronto la tendré, y entonces no volverás a verla, Roy. Has demostrado ser incapaz de protegerla. Ahora será mía.
- ¡Nunca!- volvió a atacar, pero su visión se emborronó. Pronto sólo veía negro. Golpeó la oscuridad frenéticamente, sintiendo su perfume alejarse.
- Lo siento, Roy. Mis hojas siempre están envenenadas. Recuperarás la vista en siete minutos, pero ya estaré lejos. Adiós, amor mío. Cuidaré bien de nuestra hija, no te preocupes.
Con un bramido de puro odio, Roy se lanzó a la carga, la espada cortó una manga de seda, pero tropezó con una columna y cayó al suelo.
Cuando se levantó ya no la oía. Se forzó a calmarse. “Inspira. Expira”. Se centró en sus sentidos. Había dejado la habitación. Oía una puerta abierta.
Pronto recuperó la visión. Salió fuera. El día era caluroso, la humedad, asfixiante. A su alrededor había una ciudad ruinosa. Niños de piel morena, tan delgados que sus costillas asomaban bajo la piel, jugaban con un perro muerto lleno de moscas. Un cartel una pared mostraba un militar lleno de medallas con una inscripción “SANTA PRISCA SIEMPRE CON SU PRESIDENTE”.
Santa Prisca, el infierno del Caribe. El país más brutal y cruel de Sudamérica, dominada por cárteles de la droga. A su lado Mogadiscio parecía Metrópolis. Roy había luchado contra ellos cuando fue agente federal. “Mierda”.
Un jeep lleno de soldados llegó y se detuvo. Le gritaron algo en español, Arsenal salió corriendo, seguido por una ráfaga de Kalashnikov.
Detroit. Piso de Gan y Tavis Williams
- Gan, por última vez, ¡ven conmigo! Vivamos una aventura.
- Déjame en paz, Tavis! Los días de Rayo y Trueno(5) terminaron. Ahora sólo quiero una vida normal. Ni siquiera conservo el uniforme.
- ¿Cómo puedes ser tan egoísta? Hay gente que nos necesita…
- ¡El único que necesita ayuda eres tú! Siempre buscando un pretexto para que esté contigo. ¡Tengo 22 años, Tavis! Déjame tener mi propia vida...
La discusión entre los dos hermanos vietnamitas se interrumpió cuando la oscuridad los cubrió. La sombra de unas alas diabólicas, de un alma negra en cuyo centro sólo había fuego y dolor.
- Raven.- murmuraron los dos hermanos a la vez. Ambos recordaron como en su día la titán enloquecida los había dominado a su voluntad y maldecido con la semilla de Trigon. Actuando al unísono, con la experiencia de una vida peleando juntos, ambos desencadenaron sus poderes. Gan su trueno sónico, y Tavis su relámpago de energía. Pero ambos ataques rebotaron contra un campo de fuerza invisible a pocos metros de los hermanos, de manera que el rebote los dejó aturdidos en el suelo.
Magenta salió de detrás de Raven. La otrora súper heroína vestía los harapos de lo que fue su traje. Pese a llevar sólo un día en poder de la hija de Trigon, parecía una superviviente de un campo de concentración. Pero en su luz brillaba una luz fanática.
- Vamos chicos… No es forma de tratar a unas compañeras.- en su sonrisa brillaba la locura.
- ¿Francis? ¡Vuelve a estar poséida, Gan!- Tavis parecía más emocionado que asustado.- ¡Es la oportunidad para que Trueno y Relámpago vuelvan a la acción!
Sus puños empezaron a acumular energía para otro disparo, pero su hermano le miraba como dudando de su cordura.
- Estás loco, Tavis? Hemos de huir.
- No se puede huir de la locura, Gan Williams.- la voz de Raven parecía brotar de un pozo de cristales rotos. A su gesto, Magenta desencadenó sus poderes. Por toda la calle, un auténtico vendaval de objetos metálicos cayó sobre los hermanos. Estos empezaron a disparar sus rayos a la defensiva.
- No se puede huir del dolor…- los poderes de Trueno y Relámpago podían desviar los proyectiles mayores, pero no había forma de huir del enjambre de alambres, clavos y trocitos de metal que les acosaba por todas partes. Ambos sangraban de una miríada de cortes mientras intentaban protegerse.
Tavis fue el primero en caer, cuando algo se le clavó en el ojo. Cayó de rodillas con las manos ensangrentadas cubriéndole el rostro. Gan intentó llegar hacia él, pero sus estampidos sónicos eran cada vez más débiles, y finalmente, golpeado por un farol, cayó exánime sobre el cuerpo de su hermano.
- Y no se puede huir de la muerte…
Bette Kane, fue limpiando los miembros de Gar Logan, Changeling, con la esponja. Esa sería una tarea para la enfermera, pero la chica había pedido hacerlo ella misma. Como estudiante de enfermería, sabía cómo hacerlo, y se alegraba de poder hacer algo por su mejor amigo.
Los médicos no sabían cómo despertarlo, ni siquiera los científicos de STAR Labs que había mandado su padrastro Steve Dayton, el multimillonario. Pese a ello, Betty se forzaba a no perder la esperanza. Lo visitaba a menudo para hablarle de cómo iba el grupo y su vida.
-Me gustaría poder darte buenas noticias, Gar, pero la cosa va muy mal. Nos van a echar de la Torre por un tema de impuestos que no entiendo. Arsenal actúa de forma rara. Y Raven… Bueno, tiene una de sus…crisis.-Se sentía deprimida sólo de pensar todos los problemas que tenía. Sin poder controlarse, puso la cabeza sobre el pecho de su amigo.-¡Oh, Gar! ¡Los Titanes te necesitan, yo te necesito!
Pero Changeling no respondía. Sólo respiraba y dormía. Betty se forzó a ser valiente.
- Pero no todo son malas noticias, no me hagas caso… ¿Sabes que soy la nueva líder? Bueno, Arsenal me puso al cargo…
Una risotada maligna resonó en la habitación.
- Entonces los Titanes han caído realmente bajo.
- ¡Raven!- “Dios mío, y ni siquiera llevo mis armas”. Aún así Bette adoptó una posición de kárate.
- No he venido a pelear. – las sombras de alma de Raven apartaron a la chica como si fuera un muñeco.- Sino a salvar a un amigo. Garfield Logan, ¡levántate y anda!
Para el estupor de Bette, Changeling se levantó de la cama como un autómata. Sus ojos iluminados con el mismo brillo de locura que en la bruja y se puso a su lado.
Bette se levantó pese al dolor de sus costillas, y se lanzó contra Raven pero esta vez fue Changeling quien la detuvo en forma de oso, con un zarpazo que le desgarró el hombro.
- Déjalo, niña. Arrástrate bajo tu piedra y no me molestes… ¿Frances?- la pared se retorció y rompió cuando la magnética villana usó sus poderes para abrirla. Raven subió a una plataforma flotante con Changeling y se alejaron. Bette Kane quedó llorando en el suelo. No eran lágrimas de dolor sino de rabia. No había podido salvar a su mejor amigo. La habían tratado como un insecto. Pero era una ave de fuego, como iba a aprender aquella bruja cuervo.
- ¡Señorita, está herida!- exclamó un médico al verla por el pasillo, dejando un rastro de sangre por la pared en la que se apoyaba.
- Sí, pero, auuuu, no me haga caso… Necesito un ordenador con internet… antes de desmayarme… por favor…-apretó los dientes.-Bueno, y quizá una venda.
Smallville, Kansas
Una extraña tormenta cubría el pequeño pueblo. Sus nubes negras habían surgido de la nada. Vientos huracanados barrían sus calles desiertas. Relámpagos restallaban en el aire, incendiando casas y árboles. Truenos terribles rompían cristales y tímpanos.La gente estaba aterrorizada: era un trabajo para Superwoman.
La Chica de Acero cruzó los cielos como un cohete. Desafiando el huracán, llegó a su epicentro. Mentalmente se hizo una apuesta de qué súper villano sería. “Si es enemigo de Clark, me levanto la dieta de helado. ¿Porqué no tengo mi propia galería de villanos?”.
En medio de las nubes, ni siquiera ella podía ver nada. Era sobrenatural claramente. Entonces distinguió la fuente de los rayos y truenos. Dos hombres asiáticos con disfraces cogidos de la mano. Le eran vagamente familiares. Pero sus rostros eran claramente demoníacos. Y sus manos no estaban cogidas, sino fusionados. Tragó saliva y voló contra ellos.
- ¡Eh, vosotros, de qué vais!- No era la mejor manera de empezar un encuentro, pero prefería razonar a pelear si era posible.
No respondieron. Pero un rayo la impactó.
- Bien, la amabilidad no funcionó…- se lanzó al ataque. Golpeó al primero, para su sorpresa, fue el otro quien se retorció. Encajó otro rayo pero los derribó con su superaliento a los dos a la vez.
- Si has acabado con el entremés, prepárate para el plato fuerte.
Superwoman se giró para afrontar a Magenta.
- Te conozco, estabas con los Titanes.
- Vaya, y creí que nadie me recordaba. – A sus espaldas se alzaba un monstruo formado por metal: farolas, contenedores, buzones de correo, coches y camiones con los conductores aún dentro.
Superwoman giró alrededor del monstruo esquivando sus chirriantes golpes lo tocó y, usando su telekinesia, sacó a los inocentes atrapados, dejándolos en el suelo.
- Hey, soy buena.
- Muy inspiradora.- cuando un rayo la tocó, los poderes de Magenta se multiplicaron. Lanzó una viga de acero del gigante que chocó contra Supergirl con la fuerza de un tren descarrilado, lanzándola al suelo.
-No puedes con nosotros, rubita. Ríndete y acepta tu destino.
- ¡Y qué más!- Supergirl dio una superpalmada, lanzando a Magenta contra una pared. Iba a rematarla cuando oyó un tenue grito de auxilio. Por una voz aguda e infantil. ¡Una niña atrapada dentro del gigante!
Penetró dentro de la masa de metal retorcida, abriéndose paso con dificultad. Demasiado deprisa y una esquirla podía alcanzar la niña. Ya la veía. Era como moverse entre arenas movedizas, pero avanzó hacia ella.
- Cariño, no te asustes. Voy a salvarte.
Alargó la mano para tocar la suya. Pero esta era inmaterial. Entonces vio que la niña. Tenía un tajo muy fino alrededor del cuello.
- ¿Cómo..?
- Lo hice yo. – A su lado flotaba una imagen de sus pesadillas. Linda Lee lamiendo un cuchillo de sacrificios, con una sonrisa diabólica en los labios rojos. Ella fue Linda Lee, antes de fusionarse con ella para darle una segunda oportunidad (6). Pero Linda había sido una sectaria satánica. Un monstruo.- ¿Te gusta?
- No… ¡Véte! No eres real.
- Al contrario, guapa. Soy tú.
- ¡¡No!!- intentó huir, pero el metal se había cerrado a su alrededor.- No soy así.
- ¿Y qué hay de nosotras?- Había más niñas. Niñas con machetes y fusiles. Las había liberado de una fábrica de esclavos, pero lo único que aprendieron de ello era que el poder da el derecho. Habían asesinado y matado en su nombre.
- ¡No, fuera!- con un grito de angustia, Supergirl arañó, golpeó y luchó histéricamente hasta salir de aquella trampa. Cayó al suelo y rodó con el traje hecho jirones. Llorando.
- Tranquila, cariño.- dijo una voz sedosa. Notó una sombra tenderse sobre ella. Una manos acariciaron su cabello. Un peso como la tumba cayó sobre su mente, asfixiándola con un gato atrapado bajo un edredón.- Raven cuidará de ti. Llevas el mal dentro de ti. Pero no es tu culpa.
- No… No lo es…
- Cierto. Pero Raven va a purgaros del mal a todos, amigos míos, sí. Todos seréis libres del pecado y el dolor. Sí, pues sois la semilla de Trigon, padre de demonio. Y ningún regalo le place más que la almas nobles cuando se corrompen.
Las nubes negras se arremolinaron hasta formar un ojo, allí brotó una luz infernal. Un cuchillo negro apareció en la mano de Raven…
- No tan deprisa, chica.- Un rayo golpeó la mano de la bruja.
- ¿Quién se atreve?
- Nosotros, Raven. Tus amigos. Vamos a ayudarte aunque no quieras. Vamos a salvarte de ti misma. Es lo que los Titanes hacemos.
Cyborg, Starfire y Superboy habían llegado al fin.

Continuara...


Referencias:
1.-  Ver AT Los Titanes #14
2.-  Superman ha perdido los poderes y ha solicitado a Superwoman que lo sustituya como protectora de Metrópolis, tal como vimos en AT Superman #20
3.- Tal como vimos en el AT Los Titanes #12
4.-  Ver mas detalles en AT Los Titanes #15
5.- Los hermanos Gan y Travis Williams son dos hermanos gemelos con poderes para controlar el sonido (trueno) y la electricidad (rayo) creados por Marv Wolfman y George Perez en el The New Teen Titans #32. Aunque comenzaron como rivales de los Titanes, pronto se decubrió que no albergaban malas intenciones y se convirtieron en aliados ocasionales.
6.- ¿Confuso? La historia de Superwoman es algo... complicada. Te sugiero que visites su ficha en nuestra Wiki para aclararte un poco.

3 comentarios :

  1. Regreso despues de una prolongada ausencia de esta mítica cabecera a Tierra-53 y de la mano de su autor habitual, Roger Corbera, quien demuestra seguir manteniendo una excelente “mano” a la hora de tratar con estos personajes, desarrollando la historia de una manera muy sólida a pesar del tiempo transcurrido. Y es que es normal que, cuando debes “aparcar” un proyecto por determinadas circunstancias durante unos meses y luego lo retomas, se produzcan cambios en el mismo debido a tus nuevas circunstancias, una nueva perspectiva que tengas sobre el mismo o nuevas ideas que te han surgido en este tiempo pero eso no parece ocurrir con Roger, quien demuestra una enorme convicción y seguridad en su trabajo al mantenerse fiel a su idea original, sin visos de que haya alterado en algún modo sus planes a pesar del tiempo. Y es que el único “fallo” que podemos encontrar en su serie “Los Titanes” es ese, la cantidad de tiempo que transcurre entre actualización y actualización. Esperemos que muy pronto podamos tener noticias de esta estupenda serie y descubramos el final de esta emocionante historia.

    La portada es de uno de los nuevos fichajes de la página, Alfonso Pinedo, excelente artista que nos ha preparado una imagen llena de fuerza y dinamismo, que funciona perfectamente como reclamo para atraer a nuevos lectores. Quedaos con su nombre porque seguro que se convertirá en una de las mejores bazas de nuestro staff…

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  2. Tenia esta deuda pendiente hace tiempo, me cuesta comentarla un pelin, porque veo que hay mucho equipaje detrás de este relato.

    aun así, me ha parecido genial. Agil y entretenido, calza con lo que conozco de los personajes. Y realmente intriga mucho el saber como se va a resolver la cuestion.

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  3. Continúa la historia-río de subtramas entrelazadas que comenzó en el número 14 (aunque ya se prologaron algunas de ellas en los números anteriores de Roger Corbera, por lo que se puede considerar que todo viene incluso de antes), en este número, centrándose principalmente en la búsqueda de la hija de Roy (mientras se desvelan detalles importantes sobre su secuestro) y en la misión de Raven (también desvelándose sus motivaciones desde el momento en que volvió al lado oscuro), además de aprovechar de muy buena manera circunstancias de historias anteriores, como la relación de Starfire con la comunidad alienígena de la Tierra.

    En definitiva, un nuevo número en el que la serie sigue avanzando a buen ritmo, y en el que se nota que el autor le tiene cogido completamente el pulso a Los Titanes.

    Eso sí, al texto no le hubiera venido nada mal un repaso un poco más exhaustivo, porque abunda en errores fácilmente corregibles.

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