Outsiders nº 10

Título: El contrato de Judas
Escritor: Raúl Peribañez
Portada: Edgar Rocha
Fecha de publicación: Noviembre de 2007


Terra tiene que hacer algo si quiere salvar al pueblo de Markovia de los criminales fugados de Black Riot, pero el remedio podría ser peor que la enfermedad cuando recibe una oferta del mismísimo Lex Luthor. Además, comienzan a desvelarse algunos de los misterios de los episodios anteriores. Si sólo puedes leer un fic este mes, que sea éste.

Nadie les conoce. Actúan siempre en las sombras y están dispuesto a hacer cualquier cosa para detener a sus enemigos. Son los héroes secretos del Universo DC. Vigila tu espalda o serás sorprendido por ellos. Son los..

Nota del Editor: Outsiders y Los Titanes son dos series estrechamente relacionadas, pero la segunda padece un importante retraso respecto a la primera. Es por ello que en este Outsiders # 10, en su parte final, os encontraréis con referencias a episodios de Los Titanes que aún no han sido publicados en el momento de escribir estas líneas.

En los últimos días el país europeo Markovia se había convertido en un campo de batalla continúa.

El Rey Brion Markov (el superhéroe conocido como Geo-Force), llegó a un acuerdo con Lex Luthor, Presidente de Estados Unidos, para crear en tierras markovianas una prisión especial para metahumanos a cambio de ayuda a su pueblo.
La prisión Black Riot existía en sumo secreto, alejada de la opinión pública y libre para que se cometieran todas las atrocidades que se quisieran. Luthor quería reducir drásticamente el número de metahumanos que existía, ya no sólo en su país, sino en todo el mundo.
Las cosas fueron bien hasta que Nightwing fue encerrado en Black Riot y sus compañeros de los Outsiders acudieron al rescate. Black Riot quedó destruida y todos los presos supervivientes campan ahora a sus anchas por las tierras de Markovia.
La mayoría eran supervillanos. Muchos de ellos eran personas normales y corrientes que, sin sus armas especiales, no suponían ningún problema. Era el caso del Capitán Frío. Pero otros muchos sí que tenían habilidades sobrehumanas. Y esos sí eran un peligro.
Tara Markov observaba a su pueblo desde lo alto del castillo real de Markovia.
- Un país que podría haber sido tan grande y se ha convertido en esto… Señor Maruak, ¿cuándo van a entrar en choque nuestras tropas? Quiero a todos esos tipos fuera de Markovia en 24 horas
- Señorita Markov, hay que tener claro que la situación es grave. Nuestra gente pelea con tipos que lanzan rayos por los ojos, gorilas con poderes telepáticos y cosas peores.
Desgraciadamente parece difícil que podamos obtener ayuda de la comunidad internacional. Esos Outsiders hicieron pública la existencia de Black Riot, pero Estados Unidos desmiente cualquier relación con todo esto. Y Markovia tampoco puede reconocerlo, señorita, imagine el efecto que causaría reconocer que hemos creado un matadero en nuestro país. Por más que digan los Outsiders o puedan decir los supervillanos, no podemos admitir nada de todo esto.
- Maldición. ¿Qué es lo que habría hecho mi hermano en una situación como ésta, Maruak?
- Tal vez no deba ni planteárselo, su majestad. Fue su hermano quien permitió que llegáramos a esto. Ahora usted es la Reina de Markovia, y son sus decisiones las que llevaremos a cabo, no las de un hombre muerto.
- Entonces téngalo claro: vamos a limpiar nuestro país.

Muy lejos de allí los Outsiders regresaban a Estados Unidos.

Estaban en el interior de su avión especial cuando sus cuerpos se desmaterializaron. Volvieron a tomar forma en el interior del cuartel, una especie de búnker de alto nivel tecnológico situado quién-sabe-dónde.
- Creo que nunca podré acostumbrarme a esto –comentó Jesse Quick-. Se me revuelven los intestinos cada vez que mi cuerpo se descompone. ¿Es necesario que no sepamos dónde está nuestro cuartel?
- Son cosas de Batman –le respondió Nightwing-. Él pone la tecnología y nosotros no hacemos preguntas.
- Vaya, es fantástica la relación que tenéis –le replicó-. Me retiro a mis aposentos. Voy a pegarme una buena ducha y a dormir.
- Lo mismo digo –dijo Faith.
Todos ellos se marcharon a sus habitaciones y pronto quedaron dormidos. El reciente enfrentamiento con la gente de la Hermandad del Hombre Libre había sido agotador. Nightwing fue el único que se resistió al sueño. Puso en marcha su ordenador e intentó ponerse en contacto con Oráculo.
- ¿Barbara? ¿Estás ahí?
Hmm, qué extraño que no responda” pensó. “Me pregunto si estará bien”.



Barbara Gordon era una de las mejores hackers del planeta y bajo el nombre de Oráculo servía información a la comunidad superheroica. Hacía unas horas había conseguido decodificar los e-mails anónimos que advertían a los Outsiders de las acciones del gobierno de Luthor. La pista le llevó hasta aquí, hasta Washington.
En otra situación Barbara habría sido lo suficiente responsable para esperar y enviar a algún superhéroe a cubrir el asunto. Sin embargo los Outsiders se encontraban fuera del país, y sus amigas de Pájaros de Presa estaban ocupadas en otras misiones.
Desde hacía unos años Barbara estaba atada a una silla de ruedas. El Joker disparó a bocajarro contra ella dejándola paralítica. Pero eso no le quitó ni un ápice de la valentía que tenía cuando era la heroína Batgirl.
La señal procede de aquí” pensó. “Qué raro. No parece más que un viejo edificio dejado de la mano de Dios”.
El aspecto de aquel ruinoso edificio parecía aún peor a estas horas de la noche. Barbara entró después de percatarse de que la puerta no estaba bien cerrada.
Si fuera más paranoica pensaría que mi misterioso amigo me está dando facilidades para que le encuentre”.
Barbara entró en el ascensor y subió hasta el quinto y último piso. A cada metro que avanzaba parecía más claro que la señal estaba muy cerca.
La joven echó la mano sobre la pistola que llevaba en el bolsillo de su chaqueta. No pretendía hacer daño a nadie, pero debía estar preparada ante cualquier cosa.
Se acercó a la puerta del 5º-E, que volvía a estar abierta. Después de entrar en el piso la puerta se cerró tras ella.
- Oráculo, ¿verdad? –dijo alguien desde la oscuridad.
- ¿Quién eres? ¿Por qué nos has estado ayudando mandando esos mails?
- Casi siento yo más curiosidad por saber quién eres tú realmente, Oráculo. Son muchos años escuchando rumores sobre tu existencia. Eres una leyenda.
- Pero no he venido hasta aquí para hablar de mí. Necesito saber quién eres. Me avisaste de los Protocolos Iron, Fuerte Peck, la reunión de la Hermandad…
- Tengo mis razones para hacer lo que hago, Oráculo. Lo importante es que los Outsiders hagan su trabajo. El futuro no es nada alentador, amiga mía. Hay muchas personas que os quieren muertos.
- ¿A los Outsiders?
- A la comunidad de metahumanos en general. Esas organizaciones terroristas, la Hermandad del Hombre Libre o Dead Alien, no surgieron de la nada… Hay mucho dinero invertido en ellos por parte de empresarios que quieren dejar fuera del juego a los Superman y compañía.
- Incluido Luthor.
- Por supuesto. Él es el primero que os quiere muertos. Es un hombre acostumbrado a ser el centro del mundo, a tener el control. Desprecia la de que pueda haber seres superiores a él. Desde que en 2000 alcanzó la presidencia del país ha estado multiplicando la inversión en el departamento militar y científico.
- Los Protocolos Iron…
- Robots superpoderosos. Piensa por un momento en toda la tecnología que visitantes de otros mundos dejaron en la Tierra con el paso de los siglos. ¿Cuántas veces ha sido la Tierra invadida por extraterrestres? Los marcianos blancos, los apellexianos, los dominadores… Luthor reunió a las mayores mentes del planeta para que trabajaran con toda esa tecnología: el Profesor Ivo, Thomas Oscar Morrow, Will Magnus, el Juguetero... Las Fuerzas Iron son capaces de batirse con el mismísimo Superman.
- Pensaba que estaban construidos a partir de un derivado de Promethium.
- Y así era, al menos con los primeros modelos, aquellos que se enfrentaron con los Outsiders. Las nuevas versiones son mucho más poderosas.
- Con todo ese poder, Luthor es capaz de conquistar el mundo…
- Luthor ya ha conquistado el mundo. Sólo que el mundo aún no lo sabe.
- No… no vas a decirme quién eres, ¿verdad?
- Mi identidad no tiene importancia alguna. Lo tiene la información que te doy. Sólo así podremos evitar desde las sombras que ese lunático siga con sus planes. Ahora debo irme, amiga. Si has llegado hasta aquí es porque yo así lo he querido. No intentes encontrarme de nuevo.
- ¿Volveremos a hablar?
- Siempre que sea necesario.

- ¿En qué piensas?
Habían pasado varios días. Zauriel y Faith estaban de picnic, tumbados en el césped de un parque de New York y a la sombra de un pequeño árbol.
- En nada en especial –sentenció Faith-. Hacía tiempo que no pasaba un día tan tranquilo. Es… Casi me parece algo extraño.
- Ser un superhéroe no es precisamente un remedio para el estrés, ¿eh?
- Y tu Zauriel, ¿en qué piensas? ¿No te preocupa esa “misión” por la que fuiste enviado de nuevo a la Tierra?
- Pues claro que sí. Quién sabe a qué tendré que enfrentarme, pero hasta entonces no voy a perder ni un minuto de mi estancia aquí…
- ¿Tanto te gusta vivir en la Tierra? Quiero decir, eras inmortal… Podías estar en el Cielo…
- El Cielo está sobrevalorado –sonrió-. Renuncié a la inmortalidad por una mujer y ahora… Volvería a hacerlo –Zauriel se acercó a ella y la besó.
- No-no creo que sea buena idea… Sabes que últimamente… En aquella isla descargué todo mi poder como nunca había hecho… Tengo miedo de ser un peligro para todos vosotros.
- Faith, tú nunca podrías ser un peligro – y ahora, esta vez sí, se besaron sin interrupción.

En otra parte del parque, Dick Grayson paseaba con su novia Barbara, siempre en su silla de ruedas.
- Jesse no parece estar muy contenta con nuestra actual situación.
- ¿Por algo en especial, Barbara?
- Bueno, ya sabes, eso de decirle a una multimillonaria que a partir de ahora va a estar privada de todos sus lujos, que va a vivir en un búnker al que sólo se puede acceder por teleportación, etc. ¡no suele salir bien!
- Esperaba que fuese más profesional…
- ¿Profesional?
- Vale, vale, comprendo que no es agradable… Pero es sólo temporal. Cuando acabemos con la administración de Luthor podremos volver a nuestras vidas.
- Sabes, no puedo dejar de darle vueltas a todo esto. Esto nos supera, Dick. Debemos hablarle a la Liga de la Justicia de los Protocolos Iron. Tal vez ellos puedan descifrar la información que tenemos sobre esos robots y encontrar sus puntos débiles.
- Pensaba que estabas de acuerdo con Bruce en trabajar sin la supervisión de la Liga.
- A diferencia de él, yo no soy de ideas fijas. No podemos dejar que esto se nos vaya de las manos, cariño. Lo hablaremos con Bruce y luego con la Liga. Si hay alguna forma de destruir a los Iron, tenemos que encontrarla.


Lejos de allí, en Markovia, Tara Markov estaba siendo envestida como nueva Reina de su país.
Para los ciudadanos de Markovia el giro de los acontecimientos en los últimos días había sido tremendo. Demasiadas sorpresas para tan poco tiempo. Aún con todo el pueblo markoviano parecía haber acogido con optimismo la idea de una nueva reina. Acompañado por sus consejeros Maruak y Verb Timm, Tara fue coronada entre aplausos.
Tara estaba a punto de dar unas palabras cuando tuvo lugar una terrible explosión. Era un bus escolar, la policía a pesar de estar ocupada buscando a los fugados de Black Riot acudió de inmediato. Afortunadamente estaba vacío pero cuando iban a informar a la nueva reina una voz salió por megafonía del colegio al que pertenecía el vehículo que se hallaba a una escasa decena de metros.
- Tenemos el colegio bajo nuestro control, si no queréis empezar a recibir cadáveres dadnos un transporte y vía libre para salir de este condenado país.
Terra se enfureció al oír el mensaje. Sus consejeros intentaron calmarla pero no sirvió de nada, avanzó como un huracán hacia el colegio montada en un trozo de tierra entre gritos de ánimo de la gente. Una patrulla de soldados la seguía a duras penas.
El Capitán Frío miraba con desconfianza a sus compañeros de secuestro, no veía rostros familiares y eso le daba muy mala espina. Parecían novatos y tenían más boca que fuerza. Los niños estaban aterrorizados. Los profesores hablaban con los otros fugitivos de Black Riot, que contestaban con bravatas y gruñidos. Uno de ellos con la cara cubierta de tatuajes y que proyectaba fuego por los dedos se acercó a él.
- Tú eres famoso, ¿no?
- Eso dicen.
- Vamos a salir de aquí.
- ¿En qué basas tu optimismo? Estamos a dos manzanas de la ceremonia de coronación, aún no sé ni porque me he metido aquí, menos mal que conseguí encontrar mi pistola.
- Yo no necesito pistola, fanfarroneó mientras proyectaba diez llamas.
Un estruendo anunció la llegada de Terra. "¡Rendíos ya!" fue lo único que dijo.
- Si haces algo los mataremos.
El edificio era viejo pero estaba bien diseñado, las aulas eran amplias y daba por una parte a la calle en la que explotó el autobús y por la otra a un patio de recreo. Pero en cuanto llegó Terra el colegio entero empezó a temblar lo suficiente para que lo notaran pero sin llegar a poner en peligro a los rehenes. El nerviosismo se apoderó de los fugitivos a excepción del Capitán Frío que permanecía fiel a su nombre.
La voz de Terra les llegó alta y clara:
- ¡Rendíos de inmediato y soltad a los rehenes!
Todos miraron al Capitán Frío, la chulería de antes había desaparecido y sus ojos reflejaban temor, en el caso de los fugitivos, y un anhelo de esperanza en el caso de los rehenes. Tras unos instantes en silencio el Capitán Frío cogió a varios de los niños y salió al vestíbulo del colegio. Le hizo una señal a Terra. Hablaron durante lo que pareció una eternidad y llegaron a un acuerdo. Las condiciones quedaron en secreto y los rehenes fueron liberados. Tara abandonó el lugar agotada, negociar con el Capitán Frío no era lo que esperaba y no le gustaba pero su nuevo puesto requería que recurriera más a la diplomacia que a sus poderes, además esos presos estaban en un centro ilegal, no podía echarles en cara el que hubieran huido a la menor oportunidad.

- ¿Batman?
- Aquí estoy –respondió aquel.
Nightwing estaba en la Batcueva, el cuartel general de Batman, quien observaba en silencio los datos que mostraban los monitores.
- Barbara y yo lo hemos estado hablando. Pensamos deberíamos compartir con la Liga todo lo que sabemos. Esto es demasiado grande para trabajar solos.
- ¿Solos? –sonrió.
- Mira, tan sólo es que no me gusta tanto secretismo. Me preguntan dónde está el búnker en el que vivimos y no puedo ni responderles, maldición.
- Es por vuestro bien. Hasta que Luthor no caiga no desaparecerá la orden de caza y captura por vuestras cabezas.
- Vale, eso está claro, ¿pero es necesario que no sepan ni dónde está?
- Me temo que eso es cosa mía –dijo ahora Victor Stone, Cyborg, que apareció en escena-. Cuanta menos gente lo sepa más a salvo estaréis.
- Hola Victor –saludó Nightwing-. Sabéis, aún me cuesta aceptar que trabajéis juntos.
- ¿Por qué? Es verdad que aquí tu mentor desconfiaba de mí desde aquello de Technis, (1) pero yo tenía información valiosa.
- E incluso yo sé dar una segunda oportunidad. Supe de los Protocolos Iron y cuando me vi incapaz de introducirme en Fuerte Peck creé los Outsiders para ello y para liberar a Faith.
- Nada que yo no sepa de primera mano –sonrió Nightwing.
- Y como también sabes Los Titanes se disolvieron tras la muerte de Donna y Lilith, por culpa de aquel robot azulado venido del futuro... (2) Ese mismo robot contactó con todos los seres robóticos del planeta, entre ellos yo mismo. Introdujo en mi interfaz información y datos, una historia increíble sobre un mundo futuro controlado por unos robots...
- Los Protocolos Iron –dijo ahora Batman-. El robot quería advertirnos de una crisis inminente, algo que la sociedad de ese futuro llamó “El Imperio”. Luthor lo hizo: puso en marcha sus robots y en poco tiempo se hizo con el control del planeta. Expandió su peculiar visión de la libertad mientras los superhéroes eran exterminados, algunos por los propios Iron, otros por sus enemigos naturales, que trabajaban para nuestro querido presidente...
- Después de que los Titanes se disolvieran –comenzó a decir Cyborg- la Liga de la Justicia quiso convencernos para que nos uniéramos de nuevo. Batman se reunió conmigo, mostrando su desconfianza en mí… Pero durante la conversación, por simple casualidad, nos dimos cuenta de que ambos sabíamos de esos Protocolos Iron. Él por su informador anónimo y yo por el robot del futuro. Todo esto me dejó más claro que nunca que los Titanes debían volver para afrontar esta crisis.
- Y así surgió una gran amistad –dijo Nightwing con cierta ironía-... además de la idea de construir nuestro búnker en la parte inferior de La Torre. Si a los Outsiders se nos complicaban las cosas tendríamos un lugar seguro en el que poder escondernos, ¿eh?
- Tenía que protegerte, Dick. Sé que a veces puedo parecer tozudo, o no hacer las cosas como a ti te gustaría, pero nunca quise que corrieras más peligro del que te correspondía.
- No querías saber nada de los Titanes –comenzó a decir Cyborg-, pero nuestros caminos volvieron a unirse, colega. Cuando todo esto termine me gustaría que volvieses con nosotros.
- Yo –dijo Nightwing titubeante-... Las cosas ya son tan sencillas, Victor. En estas semanas he pasado por cosas que me están comiendo por dentro. Intento olvidarlas, pensar que no han ocurrido, pero... Maldición, asesiné a un hombre... (3) sé que lo hice porque no había otra opción... pero en todos estos años me he dicho constantemente que siempre hay otra opción. ¿Pero sabéis qué es lo que más miedo me da? Que tú Batman, tú que siempre te has negado a quitarle la vida a otra persona, que en mi educación me insististe tanto en esto, ni me lo reprochaste, que lo aceptaste como algo normal.
- Dick…
- ¿Sabes qué es lo que pienso Batman? Pienso que en tu empeño por destruir a Luthor, por ganar esta guerra, estás vendiendo todos tus malditos principios. Y aunque la ganes, tal vez esta crisis será tu derrota.



Tara llegó a su dormitorio en el castillo real. Se dejó caer en la cama, agotada por el esfuerzo realizado. Antes de que pudiera conciliar el sueño sonó la voz de uno de sus ayudantes.
- ¿Señorita Markov? Disculpe por molestarla, pero debe venir a ver esto.
La joven entró en una sala donde le esperaban Maruak, Verb Timm y otros. Frente a ellos estaba en un monitor que mostraba la imagen de Lex Luthor.
- ¿Qué demonios está pasando aquí? –preguntó.
- //Gracias por atenderme, su Majestad –dijo Luthor-. Antes que nada quería felicitarle por...//
- Déjate de rodeos Luthor. ¿Qué es lo que quieres?
- Creo que debería escucharle, señorita –comentó Maruak-. El señor Luthor tiene... una oferta.
- //Soy consciente del terrible problema que debe ser para su gobierno tener a todos esos metahumanos en tierras markovianas. Por eso mismo le propongo...//
- ¡No voy a escuchar ninguna de tus propuestas, víbora! ¡Todos los problemas de Markovia son por tu culpa!
- //Su Majestad, usted no tiene poder para controlar la situación. Deme 24 horas. 24 horas y mis tropas sacarán a todos los metahumanos de Markovia.//
- ¿Por qué? Antes querías matarlos, ¿y ahora llevártelos?
- // Digamos que he visto la posibilidad de crear mi propio, ejem, Escuadrón de combate –sonrió. //
- Señorita Markov, tenemos que aceptar cualquier posibilidad –dijo de nuevo Maruak.
- Yo...
- No podremos con todos, su Majestad –dijo ahora Verb Timm-. Es la única forma de salir adelante.
- Vale –dijo Tara titubeante-... 24 horas y habremos acabado con esto...
- //Gracias. No se arrepentirá. Concretaremos los detalles próximamente.//
Tara salió cabizbaja en dirección a su habitación. Se echó las manos a la cara y comenzó a llorar.
- Maldito Luthor... maldito seas Brion... Yo no quería ser Tara Markov, yo no quería esta vida... Malditos seáis todos...

Continuará....

INSIDE

Quienes hayáis seguido con detalle esta serie y Los Titanes comprenderéis que, por fin, en este fic se resuelven varios asuntos de gran importancia. Tranquilos, los explico rápidamente para que nadie se pierda.

Todo comenzó en el cómic Titanes/Young Justice: Día de graduación. Un robot del futuro provocó la muerte de Donna Troy y Lilith. Los dos grupos protagonistas de ese cómic se disolvieron y, ya en nuestra continuidad de Action Tales, surgieron dos nuevos equipos: Los Titanes y Outsiders.

En Los Titanes nº 1 la JLA decidió que había que hacerlos volver porque la criminalidad de New York había aumentado considerablemente durante su ausencia. También tenían que colarles a los Superboy, Wonder Girl e Impulso para que éstos maduraran como héroes. Así pues, cada leaguer buscó a algún titán con el que tuviera cierta amistad y los motivó a que se reunieran. Nightwing se negó a volver después de lo ocurrido, pero Cyborg, Arsenal y otros estaban dispuestos a seguir con el equipo. El propio Cyborg se encargó de la reconstrucción de La Torre, el cuartel general.

En Los Titanes nº 5 Wonder Girl descubrió que Cyborg guardaba en su laboratorio el cuerpo de aquel robot del futuro. A la joven no le hizo mucha gracia, pues se trataba del robot que mató a su amiga Donna. Mientras tanto Deathstroke convenció a su hija Rose de que espiara a los Titanes porque uno de sus miembros era un auténtico peligro... y ese titán era precisamente Cyborg.

Como se explica en este mismo fic Cyborg no es ni mucho menos un peligro: sabe de los Protocolos Iron gracias a ese robot del futuro (el que en los cómics es conocido como Índigo) y se une a Batman para superar esta amenaza. El búnker en el que se esconden los Outsiders está situado en la parte inferior de la Torre, de manera que ambos grupos viven en el mismo lugar aunque ni ellos mismos lo sepan. Una curiosidad: el sistema de teleportación que emplean los Outsiders es descrito de igual forma tanto en la serie de unos como en la de los otros. A fin de cuentas los dos emplean la misma tecnología para llegar a sus cuarteles generales.

En definitiva, tanto Titanes como Outsiders luchan o van a tener que luchar contra la misma amenaza: El Imperio de Luthor.


- Raúl G. Peribáñez
Abril, mayo y junio de 2007
Referencias:
(1) Ver JLA/ Titanes (Planeta DeAgostini)
(2) Ver Titanes/ Young Justice: Día de graduación (Planeta DeAgostini) ¿A que ya lo sabías?
(3) En Outsiders nº 8 (AT) Nightwing mató a Celda.

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