SJA nº 04

Título: Decisión
Autor: Raul Peribañez
Portada: Soturisi Raven
Publicado en: Octubre 2007

Mientras Powergirl intenta averiguar cuál es su verdadero origen, Stargirl debe tomar una decisión que tendrá graves consecuencias.
Durante los días de la Segunda Guerra Mundial un grupo de hombres misteriosos lucharon juntos como el primer supergrupo de todos los tiempos. Ahora algunos de los viejos héroes se unen a una nueva generación siguiendo adelante con el legado. Hoy la Sociedad de la Justicia de América sigue viva!
Justice Society creada por Sheldon Mayer y Gardner Fox

- Tiene que ser él –dijo Power Girl.

El lugar: Power Girl entraba en la prisión de Blackgate acompañado de Wildcat.

- A ver, a ver, explícame otra vez quién es el señor La Bomba.

- Lucius Funk era un metahumano, un tipo con una fuerza extraordinaria, pero también un completo imbécil. Estaba obsesionado conmigo. Pensaba que se ganaría mi corazoncito a base de hostias. (1)

- ¿Y qué ocurrió?

- Básicamente que yo le pegué más y más fuerte. Lo encerraron en Blackgate, que es de donde proceden los mails que he recibido durante los días que estuvimos en el espacio exterior. (2) Recuerda que la informática siempre se me ha dado bien, y con la tecnología de la Sociedad era muy fácil rastrear el envío.

Un agente de seguridad se acercó a ellos.

- Hola, buenos días. Power Girl y Wildcat, ¿cierto?

- Hemos solicitado permiso para una visita al señor Funk.

- Si, estamos informados. Acompáñenme, por favor.

Después de avanzar por largos pasillos y superar diferentes sistemas de seguridad, los dos superhéroes se encontraron frente a la celda en la que se encontraba La Bomba.

- Vaya, vaya, ¿pero a quién tenemos aquí? –sonrió aquel- ¿Por fin vas a reconocerme como tu auténtico hombretón, nena?

- Ni en el peor de mis sueños, Funk –respondió Power Girl-. ¿A qué juegas enviándome esos mails amenazadores? No sé ni cómo leches has hecho para saber mi dirección electrónica, pero se acabó, ¿entiendes? Dedícate a mirar páginas pornográficas si eso te hace más rápidos tus días en prisión.

- Oh, nena, nena, cómo me gusta que te enfades. No esperaba menos de ti cuando me dijeron que venías a visitarme. Pero, je, no tengo ni idea de qué cojones me estás hablando.

- ¿Quieres decir que no tú no enviaste esos mensajes? –intervino Wildcat.

- Me da igual lo que me digas Funk. Los ordenadores que empleáis los prisioneros registran todos vuestros movimientos en el ciberespacio. Sabemos que fuiste tú.

- Y yo te digo que no sé de qué diablos me hablas –dijo La Bomba.

- Funk –comenzó a decir Power Girl enfurecida-...

A los pocos minutos la pareja comenzó a salir de las instalaciones.

- Bueno, problema resuelto –sonrió Wildcat-. ¿Era necesario que pegaras ese chillido? Creo que habrías asustado hasta al Joker de haber estado cerca.

- Lo siento Ted, pero quería solucionar esto cuanto antes, y no me ha pillado en buenos días.

- Hmm, ¿cosas de mujeres tal vez?

- Más bien de superhéroes.

- Oh, no me lo digas: “¿Cuál es el origen de Power Girl?”

- No te rías. Han pasado muchos días desde que nos enfrentamos a Mordru, pero sigo dándole vueltas a lo que me dijo Arión. Casi recuerdo sus palabras literales: “Va necesitar tu ayuda muy pronto. Que sea ella quien te diga la verdad”.

- Mira el lado positivo, sabes que tarde o temprano te re encontrarás con tu madre...

Los dos se miraron en silencio.

- Vale, vale, existe la posibilidad de que eso no sea positivo.

- Con la suerte que tengo mi madre podría ser Darkseid.

- Ey, venga, alegra esa cara. Vámonos a casa. Echan el Ettienne contra Vua. No me lo pierdo.


Lejos de allí, en la ciudad de New York, varios miembros de la Sociedad luchaban por detener un incendio que amenazaba con acabar con la vida de varios de sus habitantes.

- ¡Yo mantendré la estructura del edificio!


A pesar de su nombre Green Lantern tenía una vaga relación con los auténticos Green Lantern, gente como Kyle Rayner o el fallecido Hal Jordan. Sin embargo sí tenía el mismo extraordinario poder de crear objetos por su fuerza de voluntad.

- ¡Vosotras buscad a gente!

Su orden iba hacia dos de sus más jóvenes compañeras: Hawkgirl y Stargirl.

La primera era Kendra Saunders, quien murió hace tiempo y que aparentemente resucitó milagrosamente; en realidad el alma de Chay-Ara se había reencarnado en su cuerpo. Chay-Ara, princesa durante el Antiguo Reino de Egipto, también se había reencarnado en los 40 en la primera Hawkgirl... que a su vez era la abuela de Kendra. Una rocambolesca historia que para Kendra aún parecía imposible.

La otra era Courtney Withmore, una jovencita que durante cierto tiempo continuó con el legado del superhéroe Starspangled Kid y que ahora lo hacía también con el Starman. Su cetro cósmico y su cinturón especial hacían de ella una valiosa justiciera.

Gracias a sus alas y al metal Nth Hawkgirl podía desplazarse volando a gran velocidad por el interior del edifico. El propio metal Nth la protegía del calor y de las llamas del fuego.

- Dios –dijo para si misma al ver a un niño escondido bajo una mesa-... Vamos pequeño, tenemos que salir de aquí.

El niño era incapaz de gesticular una palabra. Miraba fijamente hacia el cuerpo de su madre, claramente inerte.

Hawkgirl lo cubrió con sus alas y sus brazos y atravesó una de las ventanas. Al estar fuera del edificio volvió a extender sus alas y aterrizó tranquilamente en tierra. La heroína dejó al niño al cuidado de los médicos. Hawkgirl hizo un pequeño gesto de tristeza por saber lo que el niño acababa de perder. Seguidamente volvió a ascender para ayudar en el rescate.

Mientras tanto la situación de Stargirl no era mucho mejor. El techo acababa de derrumbarse sobre ella. Se había salvado gracias a un oportuno disparo de su cetro cósmico, que la empujó varios metros atrás. Entre los cascotes que cayeron aparecieron varias personas que se encontraban en el piso de arriba.

- ¿Estáis bien? –preguntó Stargirl mientras se acercaba ellos. Pero el suelo que pisaban se derrumbó en ese momento- ¡No!- la joven consiguió agarrar a uno de ellos. El impacto de los otros contra el piso de abajo fue amortiguado por el cuerpo de Hawkgirl, que apareció entonces.

En los siguientes minutos la pareja de heroínas siguieron rastreando el edificio hasta que quedó claro que no quedaba nadie. Green Lantern envolvió el edificio con una gigantesca esfera privando la entrada de oxígeno. El fuego se apagó casi al instante.

- Muchas gracias por todo JSA –dijo uno de los policías.

- ¿Se sabe por qué se produjo el incendio? –preguntó Hawkgirl.

- Sospechamos que por problemas con la instalación eléctrica. Al parecer el vecindario ya había tenido quejas anteriormente. Incluso estaba en juicio con la empresa que se ocupaba del asunto.


Más tarde, en la residencia de la Sociedad de la Justicia, varios de sus miembros se relajaban en la sala de estar.

- ¿Cómo fue el asunto del incendio? –preguntó Wildcat.

- Todo resuelto –respondió Green Lantern mientras se ponía su chaqueta-. He quedado con Jennie para ir al hospital. Hoy dan el alta a Todd e iremos a comer a algún lado. (3)

- Genial. Dale recuerdos de mi parte a tu hijito. Yo pasaré un duro día aposentado en mi sillón favorito viendo por televisión un par de combates.


- Que te diviertas. Kendra, por cierto, creo que deberías de ir a hablar con Courtney... Ya sabes, por lo de Black Adam.

- Sí. Lo haré.

- Bien, adiós a todos.

Kendra se levantó de su sillón.

- ¿Y qué vas a decirle? –dijo Wildcat- ¿Qué hay que aceptar a rajatabla el quinto mandamiento? La chica es lista, sabe que juntarse con Black Adam no es buena idea.

- Durante la pelea que tuvimos con Adam Courtney salió corriendo. Estuvo con Atom Smasher... Otro chico que también parecía bastante listo, ¿no crees? Intentó convencerla de que se aliara con ellos, que buscarían al asesino del Capitán Marvel. No quiero que haga ninguna tontería. (4)

- ¿No crees que si realmente quisiera irse con ellos directamente no nos habría contado que estuvo con Atom? Podría haberse hecho la tonta, decir que había estado vagabundeando hasta que decidió volver a casa.

- ¿Y qué sugieres entonces, que no le diga nada? ¿No será mejor hablarlo para evitarnos problemas?

- Ey, vale, hazlo como te de la gana. Sólo te digo que no pienso que debamos preocuparnos. Pero...

- ¿Pero qué?

- ¿Pero realmente crees que estaría mal acabar con el asesino de Marvel?

- Me estás diciendo... Ted, daba por hecho de que te negabas a matar a nadie.

- Y lo hago y lo hago, pero es difícil respetar línea que nos diferencia de los malos, y más cuando hablamos de vengar a un amigo.

Kendra cortó de golpe la conversación abandonando la habitación. Subió al piso de arriba en dirección a la habitación de Stargirl. Tocó un par de veces a la puerta y al no obtener respuesta la abrió.

- ¿Court? ¿Estás ahí?

Kendra comprendió rápidamente que su amiga no estaba allí. Encima de su cama había una nota que decía “Lo siento, pero tengo que hacerlo. Volveré. Fdo: Courtney”.

- “No creo que debamos preocuparnos”, bla bla. Gracias por tus maravillosos consejos Ted.

Kendra se colocó su casco y sus alas y salió volando. Sobrevoló las calles con la esperanza de encontrarla e intentó también ponerse en contacto con ella a través de su intercomunicador, pero no lo consiguió de ninguna manera.


Varias horas después, en Kahndaq, Black Adam miraba a su pueblo desde el cielo.

Kahndaq era un país atrasado, destruido por las continuas guerras civiles y los conflictos con los dictadores que habían mandado de manera descontrolada. Adam quería devolverle la grandeza de antaño, reconstruir sus edificios, rehabilitar los servicios... Los alados feitherianos no sólo embellecían la visión de aquel país, sino que contribuían a su reconstrucción. Adam se alegraba al pensar que en cuestión de poco tiempo su nación volvería a ser como la recordaba.

Se percató de la llegada de Atom Smasher al palacio real acompañado de Stargirl. Una pequeña sonrisa ilustró su rostro. Poco a poco había formado su propio grupo de campeones, el grupo que debía acabar con el hombre que asesinó al Capitán Marvel.


 En las instalaciones de STAR Labs en Metropolis el profesor Arthur Priest le daba vueltas al que era el trabajo de su vida: una máquina para viajar en el tiempo.

- Tienes que descansar, Arthur –dijo Amanda, una de sus compañeras-. ¿Me escuchas?

- Te escucho –respondió a regañadientes-, pero aún tengo que acabar algunas cosas.

- No dejes que este proyecto te consuma, ¿vale? Ya es complicado que trabajemos juntos después de lo nuestro, pero...

- Todo olvidado, ¿vale?

- Muy bien. Buenas noches.

Con el paso de las horas Priest se puso nervioso. Desesperado por no ser capaz de avanzar en su proyecto comenzó a romperlo todo, tiró todos los papeles que había sobre su mesa.

De repente escuchó una voz de entre la oscuridad de la habitación.

- ¿Qué? ¿Quién está ahí?

- Digamos que soy un admirador suyo, señor Priest. Sigo sus trabajos desde hace años y me gustaría ayudarle.

- ¿Ayudarme? ¿Cómo?

- Llevo mucho tiempo ojeando sus anotaciones. Entrar en STAR Labs o en su propia casa no es muy complicado para una persona con amigos tan especiales como los míos. Su generador cuántico está inconcluso, ¿verdad?

- Yo... La ciencia de los viajes en el tiempo se me escapa de las manos. Se sabe de muchos superhéroes que han viajado en la corriente temporal, o incluso de villanos como Cronos, que son manipulan el tiempo a su antojo... Si tan sólo compartieran sus conocimientos la humanidad avanzaría a pasos agigantados.

- Nos tratan como a simples hormigas, ¿eh?

- Hace años, en la parte superior de este mismo edificio, el villano Monarca instaló un generador cuántico... Superman y los Hombres de Metal ayudaron a sacarlo de aquí, pero por alguna extraña razón desapareció por si mismo. (5) El generador dejó un residuo cronal a partir del cual comenzaron mis investigaciones. Pretendo con mi máquina seguir el rastro de ese residuo hasta la época y lugar a la que viajó el generador original. Tengo la convicción de que existen viajeros en el tiempo, gente que se mueve por la corriente temporal... puede que incluso nos manipulen de alguna forma.

- Pero su tecnología aún es imperfecta. Si la empleara consigo mismo...

- Podría morir, si. Necesito a alguien que pueda sobrevivir a un viaje en el tiempo. Que entre en esa corriente e investigue por mí. Pensé en Superman, pero probablemente no aceptaría o se negaría a que siguiera con mis estudios.

- Oh, si, y conseguir a Superman puede ser muy complicado. Pero le ofrezco una alternativa igual de válida. Una kriptoniana.

- ¿Cómo? Siempre pensé que Superman era el único superviviente de Kripton. ¿Quién es?

- Seguro que le suena: Power Girl.


Continuará...


Justicia para todos
Siguen las dos tramas abiertas anteriormente, las relacionadas con Stargirl y Power Girl. Al escribir las últimas líneas de este número me vino a la cabeza lo que Geoff Johns hizo con Power Girl recuperando su origen kriptoniano. La verdad es que estos fics van a ir por un camino similar, pero espero darle un toque de originalidad para que no quede como una simple copia. Por cierto, la historia de Arthur Priest iba a ser publicada originalmente como un especial de Superman, pero finalmente la he retocado lo suficiente como para encajarla para esta JSA. Os espera un más que movido viaje en el tiempo.
Raúl G. Peribáñez
Junio y julio de 2007

Referencias
(1) Ver JSA # 3 (Planeta DeAgostini)
(2) Power Girl supo de estos mails en el anterior episodio de JSA.
(3) Jennie y Todd son, respectivamente, Jade y Obsidian.
(4) También en el episodio anterior.
(5) ¡No nos lo hemos inventado! Ocurrió en Superman # 61, publicado en español por Vid Editorial en Superman # 231.

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