Animal Man nº02

Título:  La evolución no toma prisioneros (i): evolución, reliquias y dimantes...
Autor: Arturo Miguez
Portada: Sergio Clavet
Publicado en: Julio 2006

Maximilian Graves tiene retenidos a Buddy y a su mujer para poder asegurarse la colaboración de éste. Grandes acontecimientos se avecinan y Animal Man parece estar en el centro de todo. ¡No te pierdas el inicio de la más grande aventura de nuestro héroe!
La vida de Buddy Baker era normal hasta que una nave alienígena le estalló otorgándole poderes animales, lo que le motivó para ser superhéroe... Y luego las cosas se volvieron extrañas. Conectado al campo morfogenético de la Tierra, Buddy trata de compaginar su vida familiar con la heroica, como…
Creado por Dave Wood y Carmine Infantino

Brin Londo(1) no lograba concentrarse, su turno de guardia en la sala de monitores de la legión le estaba resultando más aburrido que de costumbre. Además tenía esa sensación extraña en su interior. Sin saber el por qué, no podía cesar de visualizarse a sí mismo levantándose, burlando los controles de seguridad que la policía científica había puesto, con total acuerdo de la legión, en algunas zonas, acercándose a la máquina del tiempo y viajando al siglo XXI para responder a quien creía que le estaba llamando a través del oscuro tejido de los siglos. Tal vez debería hablar con Brainiac, pero todo este tipo de cosas para nada lógicas no eran el punto fuerte del bueno de Brainiac. Ecuaciones, tácticas militares, poesía religiosa antigua... En todo eso era único, pero no creía que fuera de mucha ayuda en algo que ni tan siquiera era capaz de explicarse él mismo. Continuaba una y otra vez visualizándose en esa sucesión de acciones, hasta que una de esas veces, lo estaba haciendo de verdad. Estaba dentro de la máquina del tiempo y ya la había hecho funcionar. El siglo XXI estaba a un tímido parpadeo de distancia.


- Tranquilízate, Buddy, no voy a haceros nada ni a ti ni a Ellen. Tan sólo ten en cuenta que de haber querido podría haberos matado a los dos. Bueno, y al resto de esta pintoresca barriada, pero ya te digo, de haberlo querido.- Maximillian avanzaba lentamente hacia Buddy mientras su sombra iba adoptando las formas más extrañas que pudieran imaginarse: Seres alados con garras en los pies y serpientes siseantes en el pelo, monstruosidades irreconocibles con cabeza humana que no cesaba de reírse groseramente, gigantes que se doblaban a la altura del techo para dar rienda suelta a toda su talla... No paraba de moverse, como una negra y oscura onza de mercurio.

- ¿Qué está pasando aquí?, ¿qué quieres de mí?.

- No quiero nada de ti, Animal Man. Al menos de momento. Más tarde sí que vamos a necesitarte, pero ahora mismo tan sólo queremos que empieces a entender lo que realmente está ocurriendo. No nos gustaría que escogieras un bando equivocado en la guerra.

- ¿Qué es lo que tengo que saber?.- Buddy seguía tratando de conectar con el campo morfogenético, pero la conexión parecía haberse perdido. No había manera de volver a recuperarla. También imaginaba de qué manera podría sacar a Ellen de aquí y como derrotaría a este enemigo que parecía saber tanto y ser tan poderoso.

- Muy bien, amigo. Grosso modo. La evolución es la fuerza más poderosa de la creación, más que la energía nuclear, la solar o la eléctrica. Existe una guerra por controlar el final evolutivo total. Nosotros formamos un bando y queremos que te unas a nosotros, el no hacerlo puede acarrearte serias consecuencias, tanto para ti como para tus seres queridos. ¿Así es suficientemente sencillo o lo quieres todavía más resumido?

- Mira, todavía no he digerido muy bien todo esto, pero vamos a hacer una cosa, deja que Ellen se vaya y después hablaremos tú y yo tranquilamente, Maximillian.

- He cambiado de idea, Buddy, con respecto a cómo quiero que me llames, ahora puedes llamarme Mr Grimm. ¿Recuerdas que te dije que había más de un campo morfogenético? Pues bien, yo me conecto al de la fantasía, ¿Alguna vez has golpeado a alguien con la fuerza de un ogro o has volado con las alas mugrientas de las arpías?. Puedo utilizar la fiereza del león de Nemea, derribar casas con la fuerza del soplido del lobo feroz, convertirte en piedra con la mirada del basilisco o desplazarme con las botas de siete leguas del marqués de Carabás. ¿A que sueno mejor como aliado que como enemigo?.

- Mr Grimm, sí, el nombre está bien escogido.

- Espero que tú escojas igual de bien tu bando en esta contienda. Nosotros no dispararíamos tan sólo un misil contra un hotel de periodistas, nosotros lo hundiríamos hasta los cimientos. Somos muy malos enemigos. Piénsatelo.

- ¿Cómo es el otro bando?- Buddy tan sólo quería perder tiempo para conseguir volver a conectarse o que se le ocurriera un plan para salir de aquí, no tenía manías, le valdría lo primero que se le viniera a la cabeza.

- Si te lo dijera no tendría gracia, tienes que unirte a nosotros porque te asustemos lo suficiente, no porque el otro bando sea más débil (que lo es) Es más una cuestión de fe que de otra cosa. Bueno, Buddy, te dejo. Ya nos veremos. Tú simplemente piensa en lo que te he dicho. No trates de ponerte en contacto conmigo. Mi gente hablará con tu gente...

Tras decir eso salió por la puerta con un paso que representaba a la perfección el concepto de tranquilidad marcial. A los pocos minutos Ellen bajó las escaleras:

- Perdonar que os moleste chicos, pero Amanda dijo que iba al lavabo y ya hace quince minutos de eso. ¿Está bien?


La noche pasada había sido ciertamente estresante. Mr Grimm hubiera podido matarles a él y a Ellen, si así lo hubiese querido. La preocupación se acrecentaba al recordar las palabras de quien hasta hace poco creía su vecino: Una extraña guerra, más de un campo morfogenético, gente poderosa detrás de todo esto... Buddy no podía conciliar el sueño. Su vida acaba de dar uno de sus vuelcos característicos y repentinos. Ellen y los niños dormían y en pocas horas tendría lugar el mercadillo que tenían programado. Ellen pensó que era lo mejor para que el vecindario no empezara a ponerse histérico por peleas entre superhéroes y que había que dar la máxima impresión de normalidad posible. Como siempre, estaba en lo cierto. El sol estaba a punto de salir, pero al igual que él también parecía estar asustado y no se atrevía a dar el paso definitivo, ante lo que podría llegar en las horas venideras. La mañana de primavera iba a ser más fría de lo esperado.

Buddy salió de casa y empezó a preparar los objetos a vender en las mesas, aprovechando la ausencia de Ellen guardó en los lugares más recónditos del garaje aquellos de los que no quería desprenderse.

- Hola, Buddy.- Saludó una voz a sus espaldas.- ¿Un rastrillo benéfico? Trataré de pasarme luego si tengo tiempo.

Buddy se giró y contempló un flamante uniforme rojo traspasado por un vivaz relámpago amarillo.

- ¡Cuánto tiempo, Wally(2)! ¿Qué haces por aquí?.

- Estaba persiguiendo a un supervelocista,pero me aburría y le he dado tres vueltas a la tierra de ventaja, he visto todo esto de casualidad.

- Si tienes prisa no quiero entretenerte.

- No, tranquilo; todavía debe ir por la segunda vuelta. No puedes esconderte de la fuerza de la velocidad. Oye, ahora que lo pienso, hoy me toca turno de guardia en el monitor de la JLA, no voy a poder pasarme, pero avisaré a alguien que seguro que disfruta con esto. Espera, que acaba de pasar por aquí cerca, a unos miles de kilómetros...

El efecto fue de lo más curioso, recordaba los dibujos del correcaminos (al que odiaba realmente sin saber muy bien por qué) cuando salía disparado y una silueta borrosa se quedaba en el lugar en el que había estado. Flash había hecho lo mismo, mientras sus palabras aun flotaban en el aire, un espectro rojo y amarillo todavía tardaba en difuminarse del todo. A veces daba miedo pensar que existía gente con ese nivel de poder, capaz de entrar en cualquier casa, matar a todos los habitantes, limpiar las huellas y regresar a la base en décimas de segundo.

El sol salió a la vez que Ellen apareció por el umbral de la puerta con una sonrisa y dos tazas de café humeantes. Buddy no fue capaz de discernir si el calor y las ganas de continuar con el día que le invadieron al momento habían sido obra del astro rey o de la mera visión de su amada. Pero, por si acaso, no hubiera apostado mucho por el sol.

La mañana fue mucho mejor de lo esperado. Los vecinos estaban felices, los niños jugaban cerca de las mesas, nadie compraba mucho... El guión perfecto desarrollado en su cabeza se realizaba y poco a poco la noche pasada se iba perdiendo en los túneles caprichosos de la memoria.

- Esto es estupendo, Hellen, Buddy. Habéis organizado un rastrillo fabuloso.- Decía a sus vecinos la señora Milligan.- Todas estas cosas son tan bonitas...

- Y eso porque no has visto todo lo que Buddy ha escondido en el garaje.- Contestó Ellen mirando a su marido con una cara que trataba de expresar inocencia.

- Tampoco ha sido tanto, cariño, un par de cosas...- Buddy no continuó, todos los vecinos habían mirado al cielo repentinamente. Algo bajaba volando y parecía llevar un arma encima.- Ellen, lleva a los niños y a la señora Milligan a casa. Podemos tener problemas.

- No pasa nada, vengo en son de paz. Wally me ha dicho que esto podía interesarme. Soy Jack Knight(3), encantado. Buddy, me han hablado mucho de ti.- Dijo una persona con unas gafas de conductor de tanque y envuelto en una chaqueta de cuero con símbolos astrológicos a la espalda, que bajaba volando tranquilamente.

- Todo son calumnias.- Dijo Buddy, echando mano del tópico mientras estrechaba la mano al recién llegado.- ¿Starman, verdad?.

- No, ya lo dejé, la vida de superhéroe me quitaba tiempo para estar con mi familia.

- EJEM. EJEM. A ver si aprenden algunos...

- Tranquila, Ellen, si yo también voy a dejarlo, cariño. Estoo, ¿nos disculpas al señor Knight y a mí?

- Jack, por favor.- Rectificó mientras la mirada se le dirigía hacia una serie de pegatinas oficiales del concierto en la isla de Wight y hacia ellas se encaminó.

- Claro, Jack. ¿Te ha avisado Wally?, le he visto fugazmente esta mañana. Pero siempre hace todo tan rápido...

- Sí, lo siento por su novia.

- Chicos, antes de que prosigáis con vuestro humor cuartelero debo avisaros que tanto la señora Milligan, como yo todavía os podemos oír.- Sentenció Ellen desde una distancia que había parecido más lejana en un primer momento.

- Jo, tu mujer tiene un oído prodigioso.

- Sí, quiso contratarla el MOSAD como aparato de escucha, pero no sabían cómo desactivarla.

- ¡¡Todavía os oiiiiiigo.!!

- Todo lo que tienes aquí es genial, Buddy.- Dijo Jack.- ¿Cómo has conseguido estas pegatinas del concierto de la isla de Wight?.

- Estuve allí.

- Mi padre estuvo esa semana en Wight, pero en un congreso científico.

- ¿Tu padre?, dios, ¡qué viejo me acabo de sentir!. Bueno, estuve, sí, pero era muy joven. Un viaje con el instituto. Unas pellas más bien. Vale, nos colamos en el barco unos amigos y yo estando borrachos, pero no se lo cuentes a mis hijos.

- Pues yo os envidio, Cuando me dijo mi padre que desde la sala de conferencias se podía escuchar el sonido de bajo de John Entwistle deseé haber nacido muchos años antes. Soy un carroza en un corazón joven.

Los vecinos, que ya se habían olvidado de la llegada de Starman, volvieron a elevar sus cabezas al cielo. Una bola anaranjada se dirigía al jardín de los Baker.

- ¿Esperas algún amigo, Jack?.

- No.

- ¿Supervillano?.

- Seguramente. Es lo que tiene esto de los trajes...

Si la llegada de Starman había sido controlada, elegante y tranquilizadora, esta otra podría haber sido un ejemplo perfecto de antónimo para que lo aprendieran los niños en los colegios. El estruendo y el humo dejaron paso a una enorme figura metálica, una especie de armadura con forma de sabueso, como un perro gigantesco tallado con manos hábiles en un diamante.

- No deseo causar más daño que el que me ordenan. El sumo señor de la galaxia, Darkseid el todopoderoso, me envía tan sólo para que pruebe hasta qué punto la entidad humana conocida como “Animal-man” va a suponer o no un problema. Su servidor, Diamond Dog, se encargará de ello procurando matar a las menos formas de vida basadas en el carbono que pueda.

- ¿Diamond dog? ¿Cómo la canción de Bowie?.- Preguntaron al unísono Buddy y Jack.- Por fin un supervillano con un nombre chulo de verdad.

- ¿Quién es ese tal Bowie?, ¿Un general terrestre, un estratega? Escupo en la entidad humana conocida como Bowie y en sus hazañas.

- Tío, no has debido meterte con el camaleón.- Dijo Jack mientras le apuntaba con su bastón cósmico.

- Sí, y lo de matar formas de vida basadas en el carbono tampoco nos ha gustado mucho.- Trató de arreglar Buddy.

- Todo esto no tiene ninguna utilidad. Mis informes indican que el humano conocido como Animal Man, el futuro tótem cósmico, se encuentra aquí. Arrasaré toda la zona y ya se muera o resista, volveré a mi amo con los informes.


Cada vez que él gritaba todo el pantano enmudecía, los cocodrilos se sumergían temblorosos. Los chotacabras dejaban de llamar a las almas de los muertos, los grillos cesaban sus ruidosos rituales de apareamiento, hasta las burbujas que estallaban en las ciénagas putrefactas escogían otro momento para hacerlo. Estaba muy furioso, no dejaba de sentir un tremendo impulso para salir del húmedo y seguro pantano sin entender el motivo. Su interior pugnaba por acudir a la llamada, pero sus instintos reptiles gruñían y se retorcían dentro de las verdes escamas para que no lo hiciera. Volvió a gritar de angustia y el pantano entero se estremeció de pavor. Finalmente abandonó su guarida en lo más profundo del pantano y arrasando todos los árboles muertos que encontraba en su camino caminó con paso seguro a responder la llamada.



No era fácil llevar la situación, algo parecido a un perro de caza antropomorfo tallado en un diamante olfateaba el vecindario y rugía. Gotas de saliva diamantina se precipitaban al jardín de los Baker desde sus colmillos grandes como cuchillos de monte, su hocico parecía moverse con cada imperceptible cambio de aire, aunque en realidad seguía rígido como el topacio. Todas las facetas que le formaban descomponían los rayos del sol y producían un efecto mareante, como si Orson Welles hubiera tenido un mal viaje de ácido en la escena final de la dama de Shangay y además la sala de los espejos estuviera llena de perros.

- Eres tú.- Dijo pausadamente el perro diamantino, señalándole con una brillante pezuña, justo antes de saltar directamente hacia Buddy.

Éste pudo esquivarle con la gracia de una liebre y mientras saltaba para ponerse detrás de él, sujetándose con los brazos, le propinó una patada con sus dos piernas. El perro no se movió lo más mínimo, ni con la patada ni con el rayo de energía cósmica que le lanzó acto y seguido Starman.

- Ya veo que la entidad humana conocida como Animal Man no va a suponer un problema, ni siquiera con ayuda de otro humano. Le llevaré tu cabeza como ofrenda al gran Darkseid, a lo mejor me deja tu seco y reluciente cráneo para mi deleite. Lo pondré en las vitrinas con mis trofeos, entre la araña de Marte disecada y aquel soldado Daxamita.

¿Una araña de Marte?. ¿Por qué razón no le parecía absurdo que existiera esa especie, es más, por qué ahora mismo acababa de imaginarse una monstruosidad titánica de ocho patas, grandes como cabezas de grúa, con un exoesqueleto rojo quitinoso?, ¿Por qué era capaz de saber que la fuerza de sus articulaciones era prodigiosa, que su red era casi irrompible y que su veneno podía corroer hasta... Hasta el diamante?.

Buddy se lanzó contra el perro, ¿Estaba conectado al campo morfogenético de Marte?. No, no era Marte lo que sentía en su interior, eso lo sabía, Marte era un planeta estéril, vacío y muerto. La araña de Marte con la que había contactado se agitaba inquieta en una jaula, en otro planeta, mucho más lejano. ¿Qué más estaba sintiendo, ruido de olas, graznidos extraños, animales alimentándose de carne ensangrentada bajo las oscuras aguas?.

Una pequeña secreción fue suficiente para que la armadura de diamante empezara a agrietarse y a desprenderse. La sorpresa de su enemigo se vio aumentada cuando comenzó a lanzarle una serie de puñetazos con una fuerza descomunal. Diamon dog había dejado de pelear, tan sólo trataba de buscar con una de sus manos temblorosas algo en sus axilas. Debió encontrarlo porque desapareció con un ruido casi inaudible. De repente ya no estaba, había logrado teletransportarse de alguna manera. La calma se hizo dueña del jardín, nadie hablaba, nadie se movía, todas las miradas estaban fijas en Buddy.

- Buuf, tío, le has pegado una paliza de impresión. ¿Cómo lo has hecho?.- Preguntaba un asombrado Starman, rompiendo así lo tenso de la situación.

Buddy no contestó, se sentó en el suelo, se tapó la cara con las manos y no se movió de esa posición hasta que Ellen se sentó a su lado y le abrazó.

- Tranquilo, cariño, todo va a salir bien.- Le dijo.- Ya verás como esto no significa nada. Te he visto enfrentarte a enemigos el doble de poderosos. Esa gente no tiene idea de con quien se está metiendo.

La tranquilidad y la calma que su vida había adquirido en los últimos meses se había hecho añicos, al igual que la armadura del perro de diamante y al igual que multitud de objetos de su rastrillo: Esferas de cristal en las que en su interior la iglesia de San Patricio de Gotham, la más antigua del barrio “el caldero”, se envolvía con copos de nieve cada vez que se la daba la vuelta; el peluche de Animal, el teleñeco batería del grupo “Dr Diente”; Trading cards con toda la alineación del equipo de baloncesto que ganó la plata en las olimpiadas de Los Ángeles 82...

Primero Mr Grimm, luego Diamon Dog, ambos hablaban de un futuro inminente, en el que él iba a tener, lo quisiera o no, un protagonismo especial. Una guerra. Dos o más bandos. Gente muy poderosa. ¿Cómo había logrado conectar con ese ser en otro planeta?... Buddy se encontraba perdido, tan sólo deseaba una vida normal, una cerveza fría compartida con Ellen en la cocina antes de cenar, jugar con Cliff y Maxine al baloncesto en la canasta que colgaron entre todos encima de la puerta del garaje, sacar a correr a Skeeper y T.C hasta la panadería donde compraba los bollos integrales, preparar montones de palomitas con mantequilla en el microondas para ver una película en el vídeo con toda la familia un fin de semana, darse una larga ducha caliente con su mujer... Todas aquellas cosas parecían ahora sueños irrealizables, deseos perdidos en la oscuridad. Buddy lo sabía. La guerra había empezado y no sabía a qué bando unirse ni a quién pedir consejo.


Continuará...

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Referencias:
1 .- Brin Londo a.k.a. Timber Wolf (o Lobo Gris, como se conoció aquí en España) es miembro de la Legión de los Superhéroes, el grupo que, inspirado por los héroes del siglo XX, lucha por la justicia en el futuro del Universo DC. Es un alienígena procedente del planeta Zunn y su padre realizó experimentos con él dotándole de poderes y habilidades… “lupinas”, por describirlo de alguna manera. Fue creado por Edmond Hamilton y John Forte para el Adventure comics #327 USA (1967)
2 .- Wally West es el sobrino de Iris West, quien es novia de Barry Allen, y gran admirador de Flash. Cuando su tia concertó una encuentro personal con su héroe, el evento que originalmente creó a Flash se repitió, afectando ahora a Wally. De este modo se convirtió en su pupilo con el nombre de Kid Flash. Cuando Barry se sacrificó por la Tierra en la lucha contra el Antimonitor, Wally decidió continuar con el legado y llevar él a partir de entonces el nombre de The Flash. Fue creado por John Broome y Carmine Infantino para Flash #110 USA (1960) y es protagonista de nuestra serie The Flash aquí, en AT53
3 .- Como dijimos en el capítulo anterior, Jack Knight es el hijo del primer Starman (Ted Knight) y uno de los muchos hombres que han luchado a favor de la justicia portando ese nombre.

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