Titulo: Esferas Autor: John Sneider Portada: Adelso Coronas Publicado en: Diciembre 2005 Unas misteriosas esferas metálicas aparecen sobre la Tierra, pareciendo el prólogo a algún tipo de invasión. ¿Podrá detenerla la Liga de la Justicia? |
En un tiempo de crisis, los héroes más grandes del mundo se unieron para luchar contra el mal. Sus miembros pueden cambiar pero la lucha por la justicia continua. Ellos son …
JLA creado por Gardner Fox
Nota del editor: A partir de este episodio el escritor de JLA será John Schneider, autor de Los Defensores o Namor en la línea Marvel de Action Tales. Aprovecho también para agradecer la colaboración de Adelso Corona, dibujante de la portada de este fanfic, y que ha sido miembro del estudio de Rob Liefeld. Para esta página web supone un gran avance poder contar con dibujantes que han llegado a ser profesionales.
Green Lantern
En la Atalaya una pantalla muestra un objeto esférico plateado acercándose a la luna a gran velocidad. Kyle Rayner lo observa con curiosidad. Las jornadas de vigilancia suelen ser aburridas, así que cosas inusuales como una pelota surcando el espacio son de agradecer. Mientras los ordenadores ponen al día los archivos de la JLA introduciendo los datos recogidos sobre la sombra y el enigmático Kuan Yin, Rayner decide estudiar el fenómeno con su anillo de poder, el arma más poderosa del universo.
Antes de que salga de la sala de observación la alarma se enciende, en las pantallas aparecen más esferas metálicas de diferentes tamaños a la primera barriendo una gran espectro, desde lo que equivale a una pelota de golf hasta el de un asteroide medio. Unas líneas superpuestas muestran la trayectoria más probable de cada objeto y su destino, la atalaya.
El primer impacto sacude la estructura de forma imperceptible. Pero los siguientes golpean con furia la base, como si una mano invisible los lanzara, algo que no sorprendería en absoluto al Green Lantern. Rodeado por un aura esmeralda sale de la Atalaya directo hacia las esferas, cuyo ritmo de aparición parece haber remitido. Ahora las que han caído ruedan por la superficie lunar de forma caótica hasta pararse. Lo mismo sucede con las incrustadas en la Atalaya.
- Dios, qué asco, ahora tengo que sacarlas.
Unas pinzas se materializan de la luz del anillo y empieza a arrancar una. De repente siente un tirón. La esfera empieza a crecer de forma exponencial ante la mirada perpleja de Kyle, que la rodea con un escudo al instante para cortar su crecimiento. Antes de chocar con el plasma verde del anillo la esfera se abre como el capullo de una flor y un agudo lamento brota de su interior.
- ¿En qué lío me he metido esta vez?
Flash
Wally West observa la lista de la compra mientras recorre las calles de Keystone City a gran velocidad.
“Tengo que terminar este recado antes de que llegue Linda, parece mentira que a mí me falte tiempo, claro que encontrar un libro descatalogado para su madre es más difícil de lo que parecía en un primer momento. No debí decir aquello de ‘será pan comido cariño si puedo enfrentarme a Gorilla Grodd esto está hecho’. ¿Cómo podía imaginarme que las editoriales quemen sus fondos? Veamos si en la próxima librería tengo más suerte.”
Un destello rojo entra en la librería especializada en material antiguo y de segunda mano llamada Luthien’s Bookshop. La gente saluda a su destello con la naturalidad que da la costumbre. El apartado de esoterismo está oculto en un rincón iluminado por una bombilla con los días contados. Tras una mirada inquieta al reloj empieza a pasar libros cubiertos de polvo por sus manos. Títulos como el I-Ching , ensayos sobre los templarios, manuales de hipnosis, tratados de magia y todo tipo de diccionarios pasan ante sus ojos. Un pensamiento ocupa su mente, "la próxima vez traigo a Zatanna. Menos mal que tengo el título, si no me veía pillando otra vez un panfleto escrito por un timador." Enfrascado en la búsqueda no se da cuenta de la presencia del librero hasta que este le toca en el hombro con delicadeza con un puntero de madera, que se pone al rojo vivo al entrar en contacto con el corredor escarlata.
-Señor Flash, ocurre algo afuera, debería ir a mirar.
-Gracias, ¿podría buscarme el Retorno de los Brujos de Jacques Bergier y Louis Pauwels? Es para regalo. He visto la rebelión, pero tengo entendido que es la secuela o algo por el estilo.
-Le han informado bien. Tengo un ejemplar del que busca en perfecto estado, es un ejemplar de coleccionista, se lo tendré listo para llevar.
-Gracias.
Dicho esto sale por la puerta y entonces lo ve, una enorme bola de metal interrumpe el tráfico. Se acerca a ella con cautela.
“No parece peligrosa, pero así es como empiezan las pelis de miedo.”
Un pequeño chasquido suena en su interior, y decenas de pequeños círculos aparecen resaltados en la superficie del objeto. Estos se abren y de su interior surgen nubes de insectos de una raza desconocida, en el exterior se agrupan en enjambres y ascienden al cielo produciendo un ruido desagradable.
“Mierda, ¿tenía que tocarme hoy?”
J.L.Elite
El polvo se arremolina a la salida de una casa desvencijada perdida en el desierto, a varios kilómetros de las ostentosas luces de Las Vegas. Un hombre corpulento entra en el edificio acompañado por dos mujeres despampanantes cogidas de su brazo y con aspecto animado, como si acabaran de salir de una fiesta. Dos matones con uniformes paramilitares salen a su encuentro. El hombre esboza un sonrisa y saca una petaca de güisqui.
-Llevadme con vuestro jefe.
-Primero muestra el dinero.
-¿Dinero?, pero muchachos, ¿en qué siglo vivís?- Rodea a la chica de su izquierda con el brazo y le susurra: Muéstrales tu juguetito. La rubia, que es como nos referiremos a ella a partir de ahora sonríe con picardía y le besa en la boca. Estira su mano derecha, y de su palma surge un aparato electrónico parecido a una antena. Se encienden unas luces en su base y de su extremo superior brota un haz de luz que genera un holograma tridimensional. En él se ve a un potentado tejano de avanzada edad con barba y bigote cuidadosamente recortados.
-Ahora las transferencias de sumas tan cuantiosas como las que vamos a manejar en este negocio se hacen por ordenador. Éste es nuestro jefe, y él se encargará de esa parte.
-¿Y si no nos fiamos?
Los labios de la imagen del holograma se mueven con una calma exquisita.
-Entonces daré por cancelado nuestro acuerdo.
Los dos matones se miran perplejos sin saber qué hacer. Una voz brota del interior de la casa:
-Que entren ya, ¿a qué estáis esperando?
Batman
La primera esfera cayó en el parque de Gotham, se enterró medio metro en el suelo. Tras tres minutos algo salió de ella, un lagarto negro de seis metros de envergadura. Su piel estaba recubierta de escamas de textura metálica. Se movía con la destreza de una lagartija común. Tras un minucioso estudio de la criatura el señor de la noche preparó un compuesto químico para neutralizarla. Cuando llegó al lugar el ser había sembrado el pánico entre los viandantes. Los guardias de seguridad del parque la habían acorralado antes de que pudiera herir a nadie. Un dardo la calmó momentáneamente, pero sin previo aviso despertó, arrancó una pierna a un guardia y desapareció dejando un rastro de sangra que terminaba en un tapa de alcantarilla. Entonces se vio una segunda bola brillar en el cielo, y así llegamos al momento presente en el cual Batman mira disgustado el cielo.
-¿Sabe qué era eso?
-Sé lo que no es, no es un lagarto, al menos no uno natural. El paralizante le hizo efecto, pero demasiado poco. Por su volumen debería estar inconsciente.
Un ruido a su espalda seguida de una voz juvenil familiar.
-¿Día de caza?
-No, tú debes ir a ver qué hay en esa bola, yo me encargaré de la criatura.
Tim Drake mira con una sonrisa a la esfera, que prosigue su rumbo en caída libre como una estrella fugaz.
-Me encantan las sorpresas.
-Ten cuidado.
-Eso siempre.
-Puede que sea un asunto de la JLA.
Dicho esto desaparece por la alcantarilla sin hacer ruido. Las sirenas de la ambulancia suenan cerca. Dos guardias le aplican un torniquete a su compañero herido. Uno de ellos mira a Robin y le pregunta:
-¿Qué está ocurriendo?
-No lo sé, pero apuesto a que Batman será el primero en descubrirlo.
Detective Marciano
“Calma, puedes superarlo, eres un miembro de la JLA, las situaciones de crisis son tu pan de cada día. Repítelo, voy a calmarme, no voy a perder el control.” El Detecive Marciano se pasa la mano por la frente. “Sudor. No puedo ceder, no debo gritar.” No puede apartar los ojos de la escena que se representa ante él. No es un incendio ni un villano megalómano, y eso es lo que lo hace más humillante. Está en un salón de la sede principal de las naciones unidas compartiendo un receso con otros empleados y embajadores. Por las mesas hay repartidas bebidas y tentempiés variados aunque sólo uno de ellos acapara su atención, un plato con galletas oreo. Y sólo queda una.
La necesita, le llama, él intenta hacer oídos sordos y prestar atención al embajador del Líbano que le expone la delicada situación del Oriente Medio. En un esfuerzo sobremarciano consigue desviar su mirada de la ansiada galleta y dirigirla al embajador, que degusta una diminuta tostada de caviar.
-Las armas siempre acaban usándose-Sentencia J'onn.
-Tiene razón usted, no importa lo que digan los judíos, si tienen una bomba atómica es porque han pensado en la posibilidad de usarla. Nadie gasta tanto dinero para nada. El efecto disuasorio de las armas se basa en la convicción de que llegado el momento se usarán.
-Es triste pero cierto.
Mientras el embajador se sirve un poco de burdeos en la copa J'onn busca con la mirada la galleta y ve para su estupor que ha desaparecido. Sin tiempo a reaccionar una voz suena en su cabeza.
-**J'onn, posible alarma.**
-**¿Qué ocurre Batman?**
-**Dos esferas metálicas han impactado en Gotham, en el interior de la primera había una especie de lagarto. Robin está investigando la segunda. Yo estoy siguiendo a la criatura, parece desorientada. Contacta con el resto de la liga.**
-**En seguida.**
J'onn hace un ademan de llevarse las manos a la cabeza:
-Disculpe señor embajador, debo atender un recado urgente.
-Vaya, y gracias por la conversación, ha sido muy provechosa.
Mientras el Detective Marciano avanza por el salón empieza a contactar con los miembros activos de la JLA.
-**¿Kyle? ¿Alguna señal en la Atalaya?**
-**Gracias dios que llamas, tengo problemas y serios, tenemos una invasión de criaturas raras. Se han cargado el sistema de comunicaciones y todo lo que han pillado por delante.**
-**¿Salieron de esferas de metal?**
- **Sí, ¿han llegado a La Tierra?**
-**Sí.**
-**Sí.**
-**¿Flash?**
-**Mierda.**
-**¿Cómo?**
-**Tenemos una maldita plaga de insectos del espacio exterior en Keystone. Lo estoy intentando todo pero no acabo de conseguir controlar el enjambre. Brea, gasolina, tornados localizados…se me acaban las ideas.**
Una voz femenina susurra en el oído de J'onn.
-¿Algún problema?
Elite
El interior del edificio no es mucho mejor que el exterior, la madera cruje al pisarla, la decoración es hortera a conciencia y el ambiente es malsano. Sentado en un sofá forrado con la piel de un leopardo está recostado el coronel Darío Villaverde, un militar corrompido hasta la médula que vendería a su madre con tal de mantener su posición. Unas jóvenes escasa de ropa y más matones como los de la entrada son su compañía, además de su consejero extranjero, un hombre meditabundo que esconde su rostro tras una máscara de porcelana.
-Adelante, pónganse cómodos no más. Los negocios primero, luego el placer.
El tipo duro, que es como llamaremos al enviado del potentado tejano guiña un ojo en señal de conformidad, y tras acariciarle el trasero con descaro a sus bellas acompañantes se deja caer en un sofá más pequeño que el de su interlocutor. Ellas se acomodan en dos sillas de madera.
-Hablemos pues, mi jefe necesita mano de obra, ¿qué nos ofreces?
-Tengo una remesa calentita, recién llegada, chicos y chicas, sanotes y fuertes, para lo que ustedes necesiten. Les puedo hacer un buen precio si es llevan el lote completo.
-¿De cuántos estamos hablando?
-Cien cabezas.
-Suena bien, tendré que inspeccionar la mercancía.
-Acompáñeme, verá que es material de primera. Debe saber que recogemos a estos huerfanitos y los atendemos bien en los orfanatos. Aquí no verá a chicos harapientos. Se lo aseguro.
El tipo duro se levanta y dice: Vuelvo enseguida, atended a mis chicas.
-Ya le habéis oído, ale, que se note que somos buenos anfitriones.
Dos chicas sacan de un armario empotrado una bandeja de plata y una bolsa con un polvo blanco. La rubia intercambia una sonrisa con su compañera, la morena. Otra chica les sirve tequila. Los guardias no les quitan ojo de encima. Dos de ellos acompañan sin ganas a Villaverde y al tipo duro a una puerta que da en la dirección contraria a la entrada. La abre y se ven hileras de tiendas de campaña, formando un campamento.
Wonder Woman
- ¿Algún problema?
J'onn, sin desconectar su conexión con Flash se da la vuelta y ve a una mujer de belleza inusual y cautivadora, alguien por el cualquiera perdería la cordura, Diana, Wonder Woman, embajadora de Themyscira, vestida de etiqueta.
-Iba a contactar contigo.
-Alerta de la JLA.
-Sí.
J'onn se da cuenta de un curioso detalle, Diana lleva la mano derecha oculta en su espalda. Ella lo nota y le muestra lo que lleva en la mano. Una galleta oreo, la galleta.
-Gracias.
-De nada.
-**¿Hola? Chicos, daos prisa, que estos bichos se están empezando a cabrear.**
Conectada mentalmente con J'onn Wonder Woman toma la palabra dando la oportunidad a su compañero marciano de degustar la galleta sin demasiada sensación de culpa. Puesta al día de la situación Diana decide hacer un contacto global con toda la JLA. Los gritos de la gente les llegan de repente, como una tormenta: Están cayendo bolas de metal.
-**Flash, han llegado a Nueva York, J’onn y yo nos encargaremos de estas. ¿Aquaman?, ¿Superman?, ¿Plastic Man? ¿estáis ahí? Os necesitamos, alerta de la JLA.**
Batman
Las alcantarillas de Gotham son un lugar oscuro e impredecible, como una ciudad dentro de otra. Batman conoce cada rincón de la misma y posee un plano detallado en la batcueva, algo muy útil cuando persigues a un recién llegado. La persecución ha dado fruto, el lagarto está encerrado en un callejón muerto. Herido por un batarang, que arrancó varias escamas, que resultaron ser artificiales tras un análisis químico. No hay duda, ha sido alterado, ¿un experimento?, ¿con qué propósito?, y lo más importante, ¿cómo ha llegado a la Tierra? J'onn le ha comunicado presencias confirmadas por todo el mundo, las cadenas interrumpen sus programaciones con especiales sobre las esferas provenientes del espacio exterior. Es una crisis global, un asunto para la JLA, en este momento piensa en Robin y espera que su preparación sea suficiente para enfrentarse a lo que se esconda en esa bola plateada.
El lagarto sisea y se prepara para pelear, Batman hace lo mismo. Sus sensores escanean la criatura buscando su señales nerviosas. Ataca, con velocidad pero de forma previsible. El hombre murciélago salta por encima del animal y le coloca dos disruptores sónicos a ambos lados de la cabeza. Una sacudida hace temblar al lagarto, se revuelve y embiste. Abre la boca, similar a la de un caimán pero con unos músculos más desarrollados. El lagarto se acerca con rapidez, con un gesto saca una pistola de dardos del cinturón.
-Tú lo has querido.
El dardo impacta entre los ojos y gira como la punta de un taladro adentrándose en la cabeza de la criatura, que prosigue su camino indiferente. Batman esquiva de nueva su ofensiva con soltura. Entonces el lagarto cae al suelo inerte, como si alguien lo hubiera desenchufado.
-Al menos tiene sistema nervioso. Un problema menos.
Lexcorp.
Una secretaria corre por el pasillo nerviosa. La puerta está cerrada. Llama. Una voz femenina responde, adelante. Entra y se detiene delante de la mesa. Detrás ve el mar de rascacielos característico de Metropolis y una bola de metal de unos 200 metros de diámetro cernirse sobre ellos.
-¿La ha visto?
Pregunta Talia Head, actual presidenta de Lexcorp.
-Bien, quiero un informe exhaustivo. Esto puede ser una gran oportunidad para Lexcorp, y quiero aprovecharla.
-Hay avistamientos por todo el planeta.
-Mejor, así nuestro éxito será mayor.
Se levanta de la silla de jefe y se acerca al ventanal. Observa Metrópolis y piensa en Lex Luthor, en cómo le hará sentir orgulloso de haberla elegido, en cómo se siente al volver a tener una familia.
-Vamos a salvar el mundo.
En la pantalla de su ordenador vemos fotos de metahumanos, y un letrero que dice proyecto: Global Security Forces ( fuerzas de seguridad global)
Continuará...
En el próximo episodio: Reunión de la JLA, ¿qué planea Talia Head?, ¿de dónde vienen esas esferas plateadas?, ¿quiénes son la Elite y cuál es su objetivo? Todo esto lo podréis leer en el próximo número de la JLA.
Nota del autor: Aquí comienza mi etapa como escritor de la JLA, espero que lo pasemos bien juntos, yo de momento estoy encantado de jugar con las grandes figuras de DC y la Elite, de la que iréis sabiendo más cosas en los siguientes números. Siento no haber sacado a todos los miembros de la JLA, pero pensé que la historia funcionaría mejor así. Espero leer vuestro comentarios en el libro de visitas. En momentos así me gustaría que la Liga tuviera un grito de guerra. Hasta luego.
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