JLA nº 04

Titulo: El anillo oscuro
Autor: Raul Peribañez
Portada: Jesus González
Publicado en: Marzo 2006

Conclusión! Descubre el terrible secreto que se oculta detrás de Sombra, además del origen de Kuan Yin. Y para para derrotar al villano puede que un leaguer tenga que dar su vida...
En un tiempo de crisis, los héroes más grandes del mundo se unieron para luchar contra el mal. Sus miembros pueden cambiar pero la lucha por la justicia continua. Ellos son …
JLA creado por Gardner Fox

En las últimas horas la violencia y la sinrazón se ha ido extendiendo por el mundo entero multiplicándose a cada segundo. Gateway, Keystone, París, Gotham, Valencia, Santa Prisca... No importa de qué ciudad se trate, ni de qué rincón del planeta estemos hablando. No importa si se trata de un hombre o de una mujer, de un superhéroe o un simple perro...
Como un virus infeccioso, la esencia de un ser llamado Sombra ha ido expandiéndose de ser vivo a ser vivo. Un virus que saca lo peor de cada uno: los adolescentes persiguen a sus profesores con palos y cuchillos, cientos de mujeres son violadas, países que tradicionalmente han estado enfrentados se lanzan decididamente a la guerra, los superhéroes abusan de sus poderes sin importarles el daño que puedan producir...
En las puertas de la Casa Blanca, en Washington, decenas de ciudadanos muestran su odio hacia el gobierno de su país quemando y destrozando todo lo que les rodea.
-Parece el fin del mundo, señor presidente –dijo uno de los ministros que se encontraban reunidos con Lex Luthor-... acaba de explotar otra bomba atómica sobre Corea del Norte.
-Unos cuantos rojos menos. Tarde o temprano tenía que pasar. Los años me han hecho ver situaciones peores, caballeros. Y si algo he aprendido es a nunca darse por rendido –le replicó mientras apoyaba una de sus manos sobre su brazo herido (1)-. ¿Qué sabemos en estos momentos de esta... epidemia de locura a nivel mundial?
-A riesgo de equivocarnos –comenzó a hablar otro de los allí reunidos- nuestras fuentes indican que el brote se habría iniciado en la zona interior de China, extendiéndose rápidamente por el resto del continente y, después, por el mundo entero.
-¿Algún supervillano involucrado?
-Ninguno conocido, que sepamos. Pero todas las personas que están bajo el efecto dicen ser parte de algo llamado Sombra, señor. No sabemos si se trata de alguna amenaza nueva o qué, pero tiene controlado a los gobernantes de buena parte del mundo y a la comunidad superheroica. A falta de que nos diga cuáles son sus intenciones, me atrevería a insinuar que sólo desea...
-Je, ¿muerte y destrucción? Patético. Bien, es obvio que algo debemos de hacer si no queremos que este planeta se vaya al cuerno. Como siempre, los Estados Unidos de América tendrán que salvarle el culo al resto del mundo. Caballeros, ¿qué armas tenemos a nuestra disposición en estos momentos? ¿Qué me dicen del proyecto Iron?
-Me temo que no podemos poner en marcha las unidades Iron, señor presidente.
-¿Por algún motivo en especial?
-Señor... Usted, y yo, y una docena de personas que estamos en la Casa Blanca.... Probablemente seamos las únicas personas que aún no nos controlan... Sin la gente de mando en las instalaciones de los Protocolos Iron no podemos defendernos de ninguna manera. Si no hay un milagro estamos perdidos.
New York. Liberty Island.
-Todo es ¡culpa mía! –Kuan Yin golpeó con su puño a tierra creando una enorme agujero- Si Sasha supiese todo el mal que he provocado... Le mentí al decirle que no sabía qué pasaba cuando yo era el culpable de todo...
-Hola, chico –Green Lantern y Batman aparecieron sin más para sorpresa del joven oriental-. Han llegado los refuerzos.
-¿Q-qué? Os reconozco, tú eres Green Lantern... ¡y tu Batman!
-Venimos buscando tu ayuda –dijo Batman apoyando su mano en el hombro de Kuan Yin-, muchacho.
-¿Mi ayuda? N-no lo entendéis... Todo lo que está pasando es culpa mía. ¡Yo lo provoqué todo!
-¿De qué estás hablando? –preguntó Green Lantern- ¿Qué es lo que has hecho?
-Todo... todo comenzó hace una semana. En un pequeño río en mi pueblo encontré esto...–Kuan Yin les mostró a ambos un anillo de color negro-. Sin saber qué era realmente, me lo puse...
-Dios... –dijo Green Lantern- Había oído hablar de él, pero nunca lo había visto. Es... ¡el anillo de poder de los Controladores!
-¿Qué? No entiendo... –titubeó Kuan Yin
-Es complicado, pero... hace mucho tiempo de una única raza surgieron dos especies que tomaron el nombre de los Guardianes del Universo y los Controladores. Tanto la una como la otra deseaban suprimir el mal en el universo, pero sus métodos eran muy distintos. Los Guardianes crearon a los Green Lantern Corps para ello. Los Controladores, más agresivos, a los Darkstars.
Contaban las viejas leyendas que los Controladores crearon un anillo de poder idéntico al que poseo yo, que soy un Green Lantern. Pero era sólo eso, una leyenda.(2) Pero su anillo de poder habría resultado ser un amenaza descontrolada para sus creadores y lo lanzaron a una estrella con el fin de destruirlo. Y el que debía ser uno de muchos anillos, terminó siendo único.
-Hijo, ¿qué hiciste después de encontrar el anillo? –dijo ahora Batman.
-Lo llevé durante varios días, creyendo que no era nada importante... Mis antepasados intentaron alertarme del peligro...
-¿Antepasados? –preguntó sorprendido Batman.
-Yo... ni si quiera me he presentado; me llamo Kuan Yin.... mi familia siempre ha sido especial. Cada uno de nosotros siempre hemos tenido a nuestros antepasados a nuestro lado, como si fuesen... “fantasmas”, que decís vosotros. Escucho todos sus pensamientos, sus palabras, sus consejos...
Esa cosa... Sombra... va pasando de persona a persona. Una que ya está controlada entra en contacto físico con otra...y lo manipula mentalmente, lo engaña ofreciéndole todo lo que siempre ha querido. Una vez se deja llevar es fácil controlarlo. Así es como funciona. Pero conmigo no puede gracias a mis antepasados, ellos me ayudan a superar todos sus engaños...
-Engañar a una persona es fácil. A tantos, no, ¿verdad? (3)
-Eso es –dijo Kuan Yin-. Incluso sus conocimientos son ahora parte de los míos y gracias a eso sé hablar vuestra lengua. Me sirven de guía espiritual y me dan toda mi fuerza. Y sobre ese anillo... Lo tuve durante varios días hasta que comenzaron a pasar cosas... Pareció despertar al estar en contacto. A mí no pudo afectarme, pero cuando un amigo mío lo cogió... sus ojos se volvieron oscuros, comenzó a comportarse de otra forma... Intenté hablar con él, pero era como si fuese otra persona. Quiso quedarse con el anillo pero se lo impedí al darme cuenta de que todo el problema venía de él. Tras aquello nadie volvió a saber de él.
-Y de ahí debió de surgir todo –dijo Batman-. Tal vez por simple suerte el anillo no fue destruido como quisieron los Controladores... y con el paso del tiempo, y tras vagar por el espacio, cayó en nuestro planeta. A ti no podía afectarte cuando lo tocaste, pero sí a tu amigo. Él ya estaba bajo el dominio de Sombra y fue extendiéndose poco a poco...
-Eso imagino, sí... Cuando me enteré de lo que estaba pasando decidí viajar hasta Estados Unidos para ayudar. Era lo único que podía hacer para evitar este desastre.
-Y lo has hecho muy bien –le dijo Batman-, pero para acabar con Sombra tendremos que trabajar juntos.
-Espera, ¡claro! , por eso decían que yo era el portador de la luz... –comenzó a decir Green Lantern-. De alguna forma yo estaba relacionado con ese Sombra. ¿Pero por qué tanto empeño en destruirme?
-Obviamente, porque tú eres la única persona que puede acabar con él...
-¡Ganthet! –exclamó Green Lantern al ver la pequeña figura azulada del Guardián del Universo.
-¿Guardián? –preguntó inocentemente Kuan Yin- Entonces él es uno de esos Guardianes de los que hablabas...
-Nunca pensé que los Controladores tendrían la osadía de crear un anillo de poder como el nuestro, Green Lantern, pero como bien has dicho, ésa era la leyenda y ahora sabemos que era totalmente verídica.
-Ganthet, si tienes idea de qué podemos hacer para acabar con Sombra... –dijo Batman.
-Como bien has dicho, Batman, el anillo que debió de ser destruido vagó por el espacio hasta caer en este mundo y el amigo de vuestro compañero fue el primero en ser poseído por él... por Sombra, que nació de una simple chispa de energía que contenía el anillo. Su esencia, su vida, se encuentra dentro del propio anillo, pero cuando éste estuvo en contacto con una persona irradió su maldad en toda la humanidad. Ahora, toda la Tierra sigue su mandato de pura locura. Pero para él, Green Lantern, tú eras su principal amenaza, porque eres la única persona capaz de vencerle. El poder de tu anillo puede destruir el anillo de los Controladores... y acabar así con Sombra. Sin duda ha sido una gran suerte que este chico –Ganthet señaló con su mano al joven Kuan Yin- se quedase con el anillo y no uno de sus acólitos.
-¿Entonces es tan simple como destruir el anillo? –preguntó Green Lantern- Si él está dentro... si lo destruyo, todo acabará.
-Mucho me temo que no será tan fácil...
-Tú mejor que nadie deberías de saber que el único límite de mi poder es mi voluntad, Ganthet. ¡Apartaos!–Green Lantern le pidió a Kuan Yin que dejara el anllo en tierra y, con un simple pensamiento, su anillo de poder disparó un potente y verdoso rayo que cegó a todos los que allí estaban. Tras una gran explosión de luz, el joven héroe volvió a hablar- ¡N-no puede ser! ¡El anillo negro sigue igual!
-El anillo de los Controladores, aunque poderoso, es vulnerable a tu poder, sí, pero es necesaria una mayor cantidad de poder.
-¿Mayor? ¿Qué quieres decir?
-Para destruir el anillo negro necesitarás el poder infinito nuestra Batería Central, Kyle Rayner. Pero sabes cómo acabó el último hombre que entró en ella. Y temo por ti si decides tomar ese paso.
-Hal Jordan...
-El poder recorrió todos los rincones de su cuerpo y le convirtió casi en un dios, Parallax, capaz de hacer realidad todo aquello que cualquier ser vivo deseara. Pero fue un dios loco, y no desearía su mismo fin para ti, amigo mío.
-Su locura no vino por absorber el poder de la Batería, Ganthet, sólo por lo que vivió en Coast City, por todas las personas que perdió. Batman...
-¿Sí, Kyle? –dijo Batman.
-Cuando estábamos en la Batcueva me pediste que no me dejara llevar por los sentimientos, que pensara en qué decisión era la mejor, ¿no? Bien. Pues ésta es la mejor. Hace tiempo obtuve el poder de Ion, así que no será la primera vez que roce la omnipotencia... pero es algo a lo que uno nunca se puede acostumbrar. No sé qué sintió Hal cuando tomó el poder la Batería Central, y no sé qué sentiré yo. Pero si para destruir este maldito anillo tengo que hacer esto... ok, ¡adelante!
La Luna. La Atalaya.
-¡Estamparé su cara en tierra! –exclamó Superman- ¡Arrancaré sus intestinos y le atizaré con ellos! ¡Tienen al anillo, el maldito anillo!
-Yo también sentí el dolor –aseguró Wonder Woman-. Ese estúpido Green Lantern debe haber intentado destruirlo. Debimos haberlo matado cuando tuvimos la oportunidad.
-¿Pero cómo puede ser? ¿Cómo se han hecho con el anillo oscuro?
-Afortunadamente, es algo que aún no pueden hacer –una siniestra voz sonó en la mente de ambos-. A pesar de su poder, el perro de los Guardianes no puede destruir el anillo, pero el peligro sigue ahí. Si queremos sobrevivir debemos acabar con él y recuperar el anillo.
- Padre... Sombra...
- El anillo está en manos de ese chico... aquel al que no pude poseer. Hay algo especial que me impide que forme parte de mi.
-¿Qué es lo que debemos hacer, Sombra? –preguntó Superman.
-Id a Liberty Island y matad a Batman y al chico.
-Pero... ¿y el Green Lantern? Si se hace con el poder de la Batería...
-Jaja. Su destino está sellado, hijos míos, y todo terminará con su muerte.
New York. Liberty Island.
-Me siento tan impotente ante todo lo que pasa –dijo Kuan Yin-... Saber que yo soy el responsable, que si no hubiese encontrado aquel anillo no pasaría nada de esto. O simplemente no haberlo dejado a la vista para que nadie lo encontrara.
-Lo hecho echo está, Kuan Yin –le dijo Batman-. Yo me quedo con la valentía que mostraste ante el Capitán Atom y el resto. Y como dijo Green Lantern, no todos los días ves a alguien que sale entero de un combate con esa gente. Nos explicaste que tus antepasados forman parte de ti...
-Eso es... difícil de explicar, entiéndeme. Sólo sé que desde que era pequeño ellos estaban ahí conmigo. Era un crío y los veía a mi lado, guiándome en cada momento, dándome sus consejos. Lo cierto es que aunque quisiera nunca podría estar sólo, por que ellos viven en mí. Son energía que me rodea, me dan fuerza, rapidez, resistencia...
-Y todo eso nos hará mucha falta –le sonrió Batman-. Mira esto –dijo indicando un pequeño aparato que llevaba en la mano.
-¿Qué...?
-Con el paso de los años decidí tomar medidas por si algún pasaba esto; que los metahumanos estuviesen controlados por quien fuera. Los conozco a todos, sé sus puntos débiles, sus características... Entre muchos otros instrumentos que he traído, éste indica me permite saber la distancia a la que se encuentran algunos de los mayores superhéroes de este planeta, Kuan Yin. Como Superman o Wonder Woman. Y eso sólo puede significar una cosa: vienen a por nosotros.
-¿P-pero por qué?
-Eres el único hombre de la Tierra que ha sido capaz de evitar las tentaciones de Sombra, has derrotado al Capitán Atom, a Zatanna, a Sentinel... Te quieren fuera del juego.
-Oh...
-Apenas nos conocemos, Kuan Yin, pero estoy seguro de que lo harás bien. No te pongas nervioso y haz lo que sabes.
-Yo... ¡Maldición! –exclamó-. Tengo dieciséis años y aquí estoy... Puede que hoy muera y ni tan siquiera me habré despedido de Sasha, la chica a la que quiero. Yo no debería de estar aquí, ¿entiendes? Sólo soy un chico de pueblo que se dedicaba a cultivar su tierra...
-Nadie elige dónde estar, muchacho, pero las circunstancias son las que son y debes adaptarte. Ellos son más rápidos y más fuertes. Pueden mover montañas con una mano y destruir rascacielos con un suspiro. Objetivamente deberíamos darnos por muertos. Pero créeme, podemos ganar. Y lo haremos.
El planeta Oa, hogar de los Guardianes del Universo.
-Es el momento, ¿verdad? –preguntó Green Lantern cuando se encontró frente a frente con la Batería Central- Irradia tanto poder. No hace falta tocarla para saberlo. Y cuando entre todo será mío, como lo fue de Hal Jordan.
-Así es –dijo Ganthet mientras sujetaba el anillo negro.
-Pero él lo hizo por una cuestión personal, y yo por salvar a mi gente. Es distinto, ¿no? Supongo que así es como puedo justificar lo que voy a hacer. Por que cuando salga el poder infinito será mío y eso es algo que cambia a cualquiera.
-¿Estás preparado, pues?
-¿Sinceramente? No.
New York. Liberty Island.
Desde aquella isla Batman y el joven Kuan Yin escuchaban en silencio los gritos procedentes de la gran urbe. Enormes humaredas se hacían un hueco entre sus rascacielos acompañadas de llamas y más llamas de fuego. Pero Batman rompió el silencio muy pronto.
-Llegó nuestra hora, muchacho. Ya están aquí.
En ese momento apareció Superman. Junto a él estaba también Wonder Woman, que miraba fijamente a Batman.
-Esta vez no tienes a ningún Green Lantern que te salve el pellejo (4) –le dijo Superman mientras se acercaba a él- ¿Cómo esperas salir de ésta?
Batman sonrió.
-Con paciencia.
El planeta Oa.
-Tienes que hacerlo, Kyle Rayner, debes entrar en la Batería Central.
-S-sé lo que tengo que hacer... Pero he de reconocer que siento miedo. ¿Qué pasará cuando...?
-Deja tus miedos atrás, amigo mío. Cálmate. Deja en blanco tu mente, y no te preocupes por nada. Cierra tus ojos, y cógeme la mano. Yo te guiaré.
New York. Liberty Island.
-¿Paciencia? ¡Jaja! –rió Superman- ¡Tenéis el anillo, verdad? Se lo habéis dado a ese lantern...
-¡Dentro de pocos minutos no seréis más que una mala pesadilla! –gritó Kuan Yin.
-Mucho me temo que voy a decepcionarte, chico, ¿pero no creerás realmente que nuestro padre Sombra no habría contado con ello?
-¿Qué es lo que dices?
-Sombra sabía del punto débil del anillo negro: la energía de la Batería Central. Por eso debíamos destruir a Green Lantern, por que sólo él podría destruirnos... Pero también existía otra posibilidad. ¿Por qué matarlo cuando podíamos controlar a un dios? Fue fácil hacer de él uno de los nuestros... y engañaros a todos para la jugada final.
-¿”A él”? Te refieres a...
-Sí, Batman, a Ganthet.
El planeta Oa.
-Dame la mano.
-T-tengo miedo, Ganthet.
-Yo te ayudaré... amigo –dijo Ganthet sonriendo y mientras sus ojos se volvían oscuros.
New York. Liberty Island.
-¿Cómo iba a pensar Green Lantern que todo un guardián del universo también estuviese controlado por nuestro padre Sombra? Todos os fiasteis de él, y ahora el lantern irá a entrar en la Batería Central... Sobrecogido por el poder de la Batería Ganthet lo tocará... luego entrará en su mente, verá todo aquello que ansía y, en su mente, se hará realidad... será entonces que no le ofrecerá resistencia alguna ¡y será uno de los nuestros!
-Y vuestro “Green Lantern” entrará en la Batería para hacerse con su poder, ¿no? Muy bien jugado. Bien, Kuan Yin, creo que se acabó el momento de esperar. Querría haber evitado la lucha, pero si hemos de morir al menos hagámoslo con estilo.
-¿Eso quiere decir que...?
-Eso quiere decir, Yin, que es el momento de vivir o morir –Batman pulsó un botón oculto en su guante y, seguidamente, varias pistolas surgieron de bajo tierra disparando ráfagas de energía que impactaron en el cuerpo del Hombre de Acero y en el de Wonder Woman-. ¡Tu lucha con Wonder Woman! ¡¡Superman es mío!!
La batalla había comenzado.
El planeta Oa.
-Es el momento, Rayner –dijo Ganghet mientras cogía la mano de Green Lantern- , no te resistas a mí.
-G-Ganthet... ¿q-qué estás haciendo?
-Calla, joven, déjame conocerte, entrar en tu mente, saber de ti, descubrir qué deseas... ¿Deseas marchar a una paradisiaca isla? ¿Quieres que el éxito sea una constante en tu vida? Sólo has de decírmelo ¡y por el poder de Sombra que lo tendrás!
New York. Liberty Island.
-¡No quiero hacerte daño, Wonder Woman! Incluso en China se te conoce como una mujer valiente y honrada –dijo Kuan Yin-. No querría tener que hacerte daño.
-¿Daño? ¡Soy una guerrera amazona! ¡Estoy entrenada para la batalla! Y tu, niño, ¡no eres digno combatiente!
La lucha entre ambos difícilmente podía ser seguida. Sus golpes se producían a gran velocidad y por cada segundo que pasaba el terreno quedaba más y más mojado por la sangre de ambos.
Mientras, a pocos metros, Batman y Superman, se contemplaban el uno al otro. Los rayos energéticos apenas habían hecho mella en el Hombre de Acero.
-A tu alrededor el mundo se muere, Batman. Luchas por gente que se ha unido felizmente a nosotros, que vive su mundo feliz.
-Y mientras ellos viven esa farsa tus “hermanos” se han apoderado de sus cuerpos, se hacen uno con ellos, sacan lo peor de ellos... Los pecados capitales están más vivos que nunca gracias a vosotros. Lo más fácil sería rendirme y dejar de luchar, pero me niego a ello.
-¿Por qué? ¿No lo ves? En un segundo podría romperte todos los huesos de tu cuerpo. Podría calcinarte vivo con mi visión calorífica. O, simplemente, podría mandarte al espacio exterior y que murieras asfixiado. ¿Por qué seguir luchando?
-Porque lo último que se pierde es la esperanza, Clark. El hombre al que has suplantado sabía eso, que la lucha nunca termina hasta que lo das todo. Presumís de apoderaros de los cuerpos de las personas, de poder usar sus poderes y tener sus recuerdos... Pero supongo que hay cosas que son intocables, que van impregnadas en el alma de uno, y a las que ni vosotros podéis hacerles sombra. Dices que estoy perdido, que para qué debo seguir luchando. Jamás me enfrentaría a ti físicamente, pero por eso tengo mis trucos.
-¿Trucos?
-Oh, sí... –Batman apretó otro botón de su guante. Bajo el suelo que pisaba Superman salió disparada una cadena que lo aprisionó- Es el momento de acabar con esto- Batman se acercó a él y abrió una caja liberando así la kryptonita roja, la misma que usara tiempo atrás. 5
-¡No! ¡Es Kryptonita roja!
-La reconoces. Entonces sabrás qué efectos producirá en ti, el dolor que te causará. No necesito de habilidades sobrehumanas para ganarte, ¿entiendes? Tal vez no pueda recuperar la Tierra, pero al menos podré evitar que sigas abusando de Sup... que sigas abusando de mi amigo. Tenías razón: el mundo se muere. Y ahora tú también, Clark.
El planeta Oa.
-¡Ya eres mío, estúpido lantern! ¡Déjate seducir por el poder de Sombra! Te daremos todo aquello que siempre quisiste, ¡y tú serás nuestro! Y contigo el poder la de Batería Central, ¡la omnipresencia que necesitábamos!
-N-no...
-¿Qué!
-¡Tú no eres Ganthet, verdad? No quiero tus mentiras ni tus cuentos de hadas, farsante. Yo soy Green Lantern; prometí hacer algo, ¡y lo voy a hacer! –una rayo de energía lanzó lejos a Ganthet- Es el momento, Kyle, es el momento, tenga o no miedo.
New York. Liberty Island.
Desde la distancia Batman veía como su joven compañero luchaba contra la princesa de Themyscira. Kuan Yin era un desconocido, un chico que había aparecido de la nada, pero el Hombre Murciélago no dudó sobre su valor y entrega en un día como éste. Pero Yin no estaba a la altura de Wonder Woman y cuando el cansancio comenzó a hacerse de notar la amazona le propinó un golpe que lo dejó casi inconsciente.
-¡Kuan Yin! –exclamó Batman, que se acercó a él para comprobar si seguía vivo.
-Brucie, Brucie, no te preocupes, sigue vivo.
Batman se giró rápidamente hacia ella sacando el arma que tenía preparado para luchar contra Wonder Woman, pero ésta se percató de lo que le había pasado a Superman, y lo rompió en mil pedazos. En el acto, el brazo de Batman quedó también roto.
-Te lo dije la otra vez: la buena de Diana te ama, pero tú siempre te has negado a responder a su amor platónico. Yo represento todo lo que ella nunca será, todo lo que jamás se atreverá a exponer en público. Ella... yo... te amamos... Y no recibiré un no como respuesta.
-Aghh -Batman se lamentaba por el dolor que sentía en su brazo-... puedes irte...
-¿Qué, qué dices? ¡Habla!
-...puedes irte al infierno...
-¡No! –gritó la amazona mientras lanzó un poderoso puñetazo hacia Batman... pero al instante ésta se detuvo.
De repente el rostro de Wonder Woman se enrareció. Sus ojos (hasta ahora negros) se volvieron completamente blancos y un sudor frío recorrió su esbelto cuerpo. La locura parecía haberse apoderado de ella, que se movía de lado a lado para sorpresa de Batman y de Kuan Yin, que iba recuperándose poco a poco.
A los pocos segundos Wonder Woman lanzó un grito al cielo lleno de rabia y de desesperación. Fue tras esto que cayó a tierra y que el Hombre Murciélago se acercó a ella.
-¿Qué... es lo que ha pasado, Batman? –preguntó Kuan Yin.
-Diana... ¿puedes escucharme? –pero Wonder Woman no respiraba. Rápidamente, y a pesar del dolor por su brazo roto, Batman le hizo el boca a boca para recuperarla. Pasaron varios segundos verdaderamente angustiosos hasta que, por fin, volvió a respirar. Y abrió sus ojos. Unos preciosos ojos azules y blancos.
-Bruce... –dijo ella- Lo conseguí... lo he conseguido...
-¿El qué, qué es lo que has conseguido?
-Una vez fui la Diosa de la Verdad, Bruce. Y esa parte que aún residía en mí me ha ayudado a superar sus mentiras... He suprimido todo lo que había de Sombra en mí; vuelvo a ser yo.
-Entonces, Diana, bienvenida a casa –ambos se abrazaron sabiendo que, a pesar del esfuerzo realizado, todo estaba perdido.
El planeta Oa.
-Estés donde estés, Hal, espero que sepas por qué hago esto, que no sientas que he defraudado tu legado y que he caído en el mismo error que tú cometiste.
Kyle comenzó a entrar en la Batería Central. Las olas de energía penetraron sus átomos, cada una de sus células ardió llevándole a un estado de éxtasis que nunca había sentido. Levantó su puño y comenzó a hablar:
-En el día más brillante, en la noche más oscura, ningún mal escapará a mi luz... ¡¡a la luz de Green Lantern!!
Green Lantern salió de la Batería y de todo su cuerpo surgió una gigantesca onda de energía que cruzó el espacio hasta llegar a la Tierra. Toda aquella energía cayó en forma de tormenta sobre todo el planeta, una tormenta de agua verde. A su simple contacto con cada ser vivo se erradicaba la esencia de Sombra que había en cada uno de ellos.
Tras esto, Kyle se acercó al cuerpo inconsciente de Ganthet, que aún sujetaba en sus manos el anillo negro, aquel en el que residía el propio Sombra. Según se dijo, al contacto con él su esencia podría entrar en él. Lo más fácil era disparar contra él, destruirlo, acabar con esta locura, pero Kyle lo cogió y dejó que Sombra intentara apoderarse de su mente como hiciera con aquel chico, el amigo de Kuan Yin. Pero esta vez el resultado iba a ser distinto: ahora Green Lantern estaba dentro del mundo de Sombra.
-Bienvenido a mi pequeño reino, portador de la luz. YO soy Sombra. Has destruido toda mi obra, chico, y ahora vienes a por mí.
-¿Tu obra? Han muerto millones de personas por tu culpa. La destrucción que has provocado es... Maldito bastado. ¿Por qué? ¿Por qué todo esto?
-Jajaja. Es paradójico, ¿verdad? Los Controladores querían crear un anillo similar al de los Guardianes del Universo para luchar contra el Mal... pero de ese anillo nací yo, la antítesis absoluta de la lucha por el Bien. Tu luz contra mi oscuridad, perro de los Guardianes. No puedo ganar, pero al menos me sentiré satisfecho sabiendo que he provocado que pierdas un poquito de tu humanidad por mi culpa. ¡Ataca!
-¿Atacar?
Sin más, Green Lantern desapareció de aquel oscuro mundo. Su conciencia volvió a su cuerpo, y tras mirarlo durante unos segundos, aplastó el anillo reduciéndolo a la nada. Definitivamente era el fin de Sombra.
-Kyle... Oh, Kyle, lo siento tanto... –dijo Ganthet, que se recuperaba en ese momento.
Pero Kyle Rayner no escuchaba sus palabras. Ahora el otrora Green Lantern era básicamente un dios.
Sus sentidos se habían transformado, ahora era capaz de escuchar cualquier sonido en el Universo, desde un disparo en el planeta Colu a un fragmento del planeta Krypton vagar por el espacio. El tiempo se amontonaba a sus pies, desde los días de victoria de Napoleón a la aparición de una Legión de Superhéroes en un futuro lejano. Ya nada la impedía ni tan siquiera romper la barrera de la privacidad y leer la mente de cualquier ser vivo.
¿Esto fue lo que sintió Hal Jordan? Él perdió a todas las personas que quería cuando Coast City fue arrasada... Luchó y mató a todos los Green Lanterns para llegar aquí, a Oa, y hacerse con el poder... Volvió a la Tierra, y decidió que debía usar su poder para recuperar su vida perdida.
¿Y por qué no? Él era un Dios. Y yo, ahora, también lo soy. La energía residual de cuando fui Ion multiplican el poder de la Batería Central. Puedo acabar con el hambre del tercer mundo o erradicar el virus del sida. Podría hacer frente a cualquier amenaza que se cirniera sobre la Tierra. Puedo... Con un simple pensamiento puedo traer de vuelta a mis seres queridos, doblar el espacio y el tiempo para cambiar aquellos hechos de la Historia que no me gusten...
-¡No! No soy un dios, soy Kyle Rayner, soy un Green Lantern. No tengo derecho a marcar el destino de la humanidad. Debo ayudarles, sí, pero sólo para guiarles, nunca para decidir por ellos. He hecho lo que debía hacer, y ahora ¡el poder infinito volverá a la Batería! - extendiendo los dedos de su mano, Kyle renunció a todo su poder, que volvió a la Batería Central. Pero la experiencia lo dejó exhausto y cayó a tierra llorando- no soy un Dios... no soy un Dios... soy Kyle Rayner. Soy... Green Lantern.
La Luna. La Atalaya. 24 horas después.
Superman andaba casi moribundo por los pasillos de la Atalaya. Cuando la tormenta verde de Green Lantern (y la posterior destrucción del anillo) borró todo rastro de Sombra, y tras que Batman se percatara, éste apartó la kryptonita roja del cuerpo de Superman. Pero el dolor que sintió no se marcharía así como así, aunque se alegraba de que todo aquello hubiese pasado.
-¿Cómo te encuentras, Superman? -dijo Batman, que se encontraba en aquel pasillo.
-Mejor de lo que esperaba, pero sigo mareado por el efecto de la kryptonita. Flash se está recuperando del ataque al corazón que le provocaste; J’onn está en la cámara refrigérica por las quemaduras; ese chico, Kuan Yin, se pondrá bien en poco...
-¿Y el resto? Plastic Man, Aquaman, Green Lantern...
-Algunos cayeron muy pronto en el control de Sombra... vete a saber qué barbaridades hicieron... pero al no verse en lucha contra ti o Kuan Yin no han sufrido daños, la verdad. Green Lantern nos ha llamado para disculparse; quería ausentarse unas cuantas horas para meditar. He de reconocer que hiciste lo mejor, Bruce, nunca me gustaron tus armas anti-Liga de la Justicia, pero te ayudaron a sobrevivir. Y Kyle, Kuan Yin y tú hicistéis lo imposible: ganastéis. Y ahora hazte un favor y duerme unas cuantas horas. Te lo mereces.
-¿Te marchas?
-La parte de Sombra que se metió en Lois sacó lo peor de ella, Bruce. Es una mujer valiente, pero no está acostumbrada a estos trotes. Tengo que estar con ella ahora.
Mientras Superman se retiraba, Wonder Woman, en una habitación cercana, aprovechó el momento para acercarse a Batman.
-Bruce...
-¿Sí?
-Sólo quería pedirte disculpas. Todo lo que dije...
-Te controlaba esa cosa, Diana, estate tranquila.
-No, pero no lo entiendes... Todo lo que dijo, yo realmente lo sentía. No eran falacias, eran mis auténticos sentimientos, esos que ni tan siquiera creía tener. Toda esa ansia por la lucha, por...
-Pero lo que te preocupa realmente es que descubrieras lo que sentías por mí.
-Es algo sobre lo que tendré que meditar, Bruce, pero no querría que entorpeciera en nuestra amistad.
-Eso nunca. La amistad que nos une, o incluso la que nos une a Clark, es irrompible, Diana. Pocas veces reconoceré sentir cariño hacia alguien. El amor es algo que perdí cuando entré en esta vorágine que es mi vida. Pero en días como éstos, cuando el mundo se va a pique, uno se da cuenta de aquello que siente Y lo que siento por ti, Diana, sí, tal vez sea amor, por qué no, pero mañana será otro día, levantaremos y recuperaremos todo lo que hoy hemos perdido. Y la oscuridad que me priva estar contigo u otras personas me recordará cuál es ésta mi misión casi sagrada.
Batman y Wonder Woman se abrazaron durante unos segundos y seguidamente volvieron su mirada hacia la ventana de aquel pasillo. Desde ella podía contemplarse la hermosa visión de la Tierra.
-Mira nuestro mundo, Bruce. Ha pasado todo un día y la tormenta verde de Green Lantern sigue cayendo. Sirvió para limpiar toda la suciedad. ¿Pero qué pasará con esas personas cuando recapaciten sobre lo que han hecho, cuando se den cuenta de todo el mal que tienen en su interior y de lo bien que se sintieron al manifestarlo? Necesitarán nuestra ayuda para superarlo.
-Y la tendrán, Diana. Por supuesto que sí. ¿Acaso lo dudas?

FIN


Referencias:
1 En el comienzo del JLA # 3 se dice que Luthor fue víctima de un atentado, pero que sólo fue herido en un brazo.
2 Toda la historia de los Controladores (que aquí cuenta Green Lantern muy por encima para no marear al pobre Kuan Yin) está tomada de los cómics, pero el anillo negro se menciona por primera vez en este fic.
3 En el número anterior se explicó cómo funcionaba el poder de Sombra, engañando a las personas con falsas ilusiones para poder hacerse con el control de éstas. 4 Como sí pasó en el episodio anterior
5 En JLA: Torre de Babel, publicado por Norma Editorial.

Nota del autor: Éste es el último episodio de una saga que, a falta de un título mejor, todos hemos venido a denominar "Sombras". Inicialmente esta serie estaba escrita por Ojosombra (como podéis comprobar revisando los dos primeros episodios), pero debido a su bajo nivel John Schneider (que contribuyó dando ideas que reconfiguraron la historia por completo) y un servidor entramos para intentar arreglar la situación. El cuarto episodio ha tardado bastante en ser escrito, la verdad, tanto que incluso le llegamos a dar salida al quinto esperando que algún día me animara a darle el fin a esta historia. Creedme, cuando Green Lantern rompe el anillo negro y se dice aquello de "definitivamente era el fin de Sombra" me alegré bastante, pues ya quedaba poco acabar con esto. Y aunque me queda cierto sabor agridulce por lo costoso que ha sido escribir esta historia (y también por que creo que hay cosas que no terminan de encajar con lo que hizo Ojosombra; y eso es lo malo de heredar una historia escrita por otro) no dejo de pensar que al final ese tercer número fue bastante positivo, y este JLA # 4 incluso me ha emocionado en algunos momentos. Tiene momentos épicos con grandes batallas, profundiza en la personalidad de muchos personajes y en su interrelación... En definitiva, y dentro de lo que cabe, quedo contento. Y ya para acabar pensad en una cosa: cuando Green Lantern toma el poder de la Batería Central se convierte en todo un Dios (y en parte gracias a esas "energías residuales" de Ion que me he sacado de la manga). Vale, al final renuncia a todo ello, ¿pero y si durante un simple nanosegundo hubiese empleado su poder como tanto ansiaba? ¿Y si "eso" cambiara "algo" que pudiera provocar una futura... crisis? Quién sabe, igual éste no es simplemente el final de una historia, sino el principio de algo mucho más grande.

Raul G. Peribañez

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