Green Lantern nº 07

Titulo: Alternativo (y IV)
Autor: Jerónimo Thompson
Portada: Jose Manuel López García
Publicado en: Marzo 2006

Con la conclusión de Alternativo. Jack Knight afrontará su destino mientras Kiliwog descubre el secreto oculto tras la destrucción de Oa.
En el día más brillante. En la noche más oscura. Ningún mal escapará a mi mirada. Que los adoradores del mal teman mi poder: la luz de la …
En el episodio anterior… Jack Knight elimina a los Psions que le habían capturado, arrebatándoles el extraño objeto que parece contener toda la información sobre la destrucción de Oa. Mientras tanto Kilowog y su compañero Voldak, tras enfrentarse a otro grupo de Psions, rastrean una de las dos señales pertenecientes a la nave que están buscando hasta llegar a la Atalaya, la antigua base de la Liga de la Justicia en la Luna.

Jack Knight se dejó caer sobre uno de los sillones que rodeaban la mesa de conferencias de la Sala Central, en la Atalaya.
Apenas habían pasado unas horas desde que partiera hacia Oa en busca de una respuesta al agotamiento de su Linterna Verde, pero el Green Lantern se sentía como si hubieran transcurrido días enteros.
-No tienes buen aspecto, Jack –señaló Multivac mostrándose con el rostro de Cary Grant en la pantalla situada frente a él. –Deberías dormir un rato. Y quizá comer algo antes: no has tomado nada en todo el día-.
-Bebí leche esta mañana, ¿no lo recuerdas?- murmuró el Green Lantern con manifiesto desinterés.
-Jack...-.
-No tengo tiempo para descansar, Multivac; y menos aún para discutir por tonterías. ¿Has podido contactar con algún otro Green Lantern desde que me fui?-.
-No, pero he captado dos transmisiones-.
-¿De otros miembros de los Corps?-.
-Sí-.
-¿Y por qué no me lo has dicho antes?- exclamó Jack incorporándose en su asiento. -¿Llegaste a hablar con ellos?-.
-No. En ambos casos se trataba sólo de grabaciones enviadas a la Ciudadela de los Guardianes, en Oa, a través del canal de seguridad. Insististe tanto en que comenzara el análisis de ese objeto recogido por los Psions, que no he tenido tiempo de informarte…-.
-Está bien, pero cuéntame ya lo que decían esos mensajes- le apremió Jack.
-El primero de ellos fue enviado desde Apokolips…-.
-¿Apokolips? –repitió el Green Lantern con ansiedad. -Allí se encuentran cerca de medio millar de los nuestros; con su apoyo quizá podríamos…-.
-Jack… -interrumpió la inteligencia artificial. -El mensaje era una petición desesperada de ayuda: los Parademonios se han liberado y están masacrándolos a todos(1)-.
El rostro del Green Lantern palideció súbitamente al percatarse de que no habían pasado ni veinticuatro horas desde que abandonara Apokolips para asistir a su reunión con el representante metahumano en la Tierra: aquel bien podía haber sido también su destino.
-¿Y la segunda transmisión?-.
-Fue enviada por Symon Terrynce, desde el planeta Tanjent, informando de que abandonaba la base antes de que su gente descubriera el agotamiento de la Linterna Verde y acabara con su vida-.
-¿Ya está?-.
-Ya está-.
-¿Y eso es todo?- gritó Jack. -¡¿3.600 Green Lanterns repartidos por todo el universo y sólo has conseguido captar dos putos mensajes?!-.
-Entiende que nos encontramos en una situación muy delicada, Jack –explicó Multivac con suavidad, intentando calmarle. –Sin la protección de los Guardianes, ni el poder de sus anillos, los Green Lantern Corps se han convertido en una presa fácil y muy apetecida. Los que hayan logrado sobrevivir a este apagón habrán sido lo suficientemente precavidos como para esconderse donde nadie más pueda encontrarlos-.
Jack se levantó muy lentamente de su sillón, mirando fijamente la imagen digitalizada de Multivac.
-¿Crees que debería marcharme de aquí y ocultarme en algún rincón de la Tierra?-.
-Probablemente fuera lo más seguro para ti-.
El Green Lantern le dio la espalda, dirigiéndose hacia una de las puertas de la Sala Central.
-Avísame cuando termines el análisis de ese chisme. Voy a darme una ducha-.
Sin embargo, antes de que llegara a salir de la estancia, se detuvo al escuchar un breve pitido agudo. Multivac habló de nuevo:
-Se aproxima una nave hacia nosotros, Jack: aquella que no fui capaz de identificar en el Sistema Sto-Oa-.
-¿Cómo?- dijo el Green Lantern abriendo los ojos de par en par.
-Detecto daños de diversa gravedad en su estructura externa, supongo que como resultado de su enfrentamiento con los Psions, pero no hay duda: se trata de la misma nave, y nos ha seguido hasta aquí-.
El Green Lantern ocupó rápidamente su posición frente al amplio monitor de la Sala Central.
-Activa inmediatamente los sistemas ofensivos, Multivac-.
-Sistemas activos –y tras unos segundos de tenso silencio: -Jack, han abierto un canal de comunicación-.Precedida por el leve crepitar de la estática, llegó hasta sus oídos una voz que no le resultaba desconocida:
-¿Hola? Soy Kilowog, de los Green Lantern Corps, solicitando permiso para alunizar-.
-Entonces –siguió Kilowog-, tras destruir al fin la nave gordaniana que nos había atacado, fuimos directamente hacia la otra que se encontraba a la deriva. Nuestro ordenador nos había confirmado que la Memoria ya no estaba allí, pero pensamos que quizá quedara alguien que pudiera informarnos sobre lo ocurrido-.
-Sin embargo, sólo encontramos aquellos cuatro Psions muertos y la mujer de Tamarán horriblemente mutilada- intervino Voldak recordando con un escalofrío que había llegado a confundirla con Belit’r.
-Exacto. Así que abandonamos aquella nave y saltamos al hiperespacio siguiendo tu rastro hasta aquí- concluyó el corpulento Green Lantern, que había mantenido sus brazos en alto durante toda la conversación.
Aunque aún les observaba con cierto recelo, Jack bajó ligeramente el arma con la que les apuntaba.
-Lamento mucho la destrucción de tu Oa –continuó diciendo Kilowog-, pero nosotros no tenemos nada que ver con ello. Hemos viajado hasta este universo sólo para buscar a nuestra gente-.
En ese momento, la voz metálica de Multivac resonó por todo el hangar de la Atalaya, rompiendo el silencio en el que todavía se refugiaba el Green Lantern alternativo:
-Jack, he completado el análisis de los datos contenidos en la Memoria y parecen corroborar la historia de Kilowog-.
El Green Lantern asintió pensativo mientras guardaba finalmente su arma.
-Perdonadme- solicitó Jack. –Hoy he tenido un día muy difícil... y aún no ha terminado-.
-Si os acercáis hasta la Sala Central –añadió Multivac-, podré explicaros lo que he averiguado-.
-Está bien- dijo Jack dirigiéndose a los otros dos. –Seguidme-.
Mientras salían del hangar, Kilowog elevó una vez más su atronadora voz:
-¿Dónde están tus compañeros de la Liga de la Justicia?-.
Jack sintió un repentino sentimiento de vergüenza que le impedía explicarle claramente lo sucedido durante los últimos meses. Sin embargo, le contestó antes de que este remordimiento incipiente le llevara a cuestionarse sus actos:
-Se trasladaron a Nueva York. La Atalaya se ha reconvertido en una base de los Green Lantern Corps-.
-Ah...- repuso Kilowog sin atreverse a insistir, mientras entraban ya en la Sala Central.
-Sentaos, por favor- dijo Jack señalando los sillones colocados alrededor de la mesa de conferencias.
Acomodándose en uno de ellos, Kilowog se fijó en la cabina teletransportadora que ocupaba una de las esquinas de la sala, activada en lo que parecía un bucle de transportación.
-Dinos Multivac- intervino Jack, impidiendo que el Green Lantern llegara a preguntarle por aquello. -¿Qué has averiguado?-.
-En primer lugar –comenzó la inteligencia artificial-, que la nave que se perdió en el salto hacia Oa transportaba en su interior una pequeña muestra biológica: un organismo muy peculiar, capaz de sintetizar un polímero altamente energético-.
-Es cierto- confirmó Kilowog.
-Por otro lado, y según la Memoria de la nave, que el accidente fue causado por las energías implicadas en el salto al hiperespacio-.
-¿Accidente?- preguntó Voldak visiblemente agitado.
-Sí, accidente- continuó Multivac. –El salto al hiperespacio provocó una sobrealimentación de la colonia microbiana, forzándola a desprenderse del exceso de energía mediante emisión de ondas más cortas que la luz: ultravioleta, rayos X, e incluso radiación gamma-.
-Pero ese tipo de radiaciones debieron resultar mortales para las mismas células que las emitían –intervino Kilowog.
-Y así fue… en un porcentaje muy alto, hasta que algunas de ellas consiguieron servirse del polímero como defensa frente a la radiación generada por él mismo. Así protegidas, estas células lograron crecer sin control de forma acelerada-.
-¿Qué… Qué ocurrió entonces?- tartamudeó Voldak.
-La cápsula de contención que encerraba al organismo acabó destrozada por el bombardeo interno, y una vez liberado, se extendió por toda la nave en cuestión de segundos. Ningún tripulante sobrevivió a la colonización-.
El Khund se levantó bruscamente del asiento, apoyando sus manos temblorosas sobre la mesa; apartó a un lado el sillón y caminó torpemente hacia la puerta más cercana de la Sala Central, cruzándola sin pronunciar palabra.
Kilowog hizo el amago de seguirle pero no llegó a levantarse, pensando que quizá sería mejor dejarle unos minutos a solas para que asimilara la pérdida de Belit’r.
-Lo siento- añadió Multivac con su voz desprovista de emociones antes de continuar: -Finalmente, el microorganismo afectó también al ordenador de abordo, desestabilizando el salto, y provocando que la nave apareciera en un Sistema Sto-Oa alternativo: el nuestro-.
-¿Y entonces?- preguntó Jack con cierta ansiedad.
-Sin un piloto, ni ordenador que redujera la aceleración asociada al abandono del hiperespacio, salió disparada hacia el mismo corazón de Oa-.
Jack se cubrió el rostro con las manos, imaginando el resto.
-Llegado este punto, la estructura de la nave se encontraba ya tan dañada por la radiación emitida, que poco antes de alcanzar la atmósfera de Oa, la Memoria se desprendió del casco, permaneciendo en órbita hasta el momento en que la recogieron los Psions-.
Ni Kilowog, ni Jack pidieron más detalles, pero Multivac siguió su relato:
-Aunque la Memoria no ofrece más información sobre lo ocurrido después de su desprendimiento, puedo suponer que a la velocidad que se aproximó la nave, ni los Guardianes, ni cualquier Green Lantern que se encontrara entonces en el planeta tuvieron tiempo suficiente para evitar su colisión y posterior expansión del organismo por toda la superficie-.
-¿Y por qué no contuvieron el crecimiento de esas bacterias con la energía de sus anillos?- preguntó Jack sintiéndose realmente agotado.
-No pudieron, ¿verdad?- volvió a intervenir Kilowog. –El microorganismo desprende luz dorada-.
-Efectivamente- confirmó Multivac. –Amarillo: el único color inmune al poder de los Green Lantern Corps-.
La Sala Central de la Atalaya permaneció en silencio durante varios minutos, hasta que finalmente habló Kilowog de nuevo:
-Voy a buscar a Voldak. Debemos regresar-.
-Pero…- susurró Jack. -¿Qué vamos a hacer con ese organismo que ha arrasado con todo?-.
-No creo que pueda hacerse mucho más- respondió Kilowog. -La vida en Oa es irrecuperable, y por otra parte, esa bacteria no ha sido capaz de proliferar más allá de la superficie del planeta. La infección está localizada y ya ha hecho todo el daño que podía hacer-.
-Pero...- repitió Jack otra vez.
-Lo siento. Tenemos que irnos ya- insistió Kilowog levantándose del sillón. –Debemos regresar al Sistema Sto-Oa y buscar el camino que seguimos para llegar hasta aquí antes de que se disperse totalmente-.
-¡Un momento! –reaccionó Jack sacudiéndose el letargo en el que se había sumido mientras escuchaba lo ocurrido. -¿Lo siento? ¿Eso es todo lo que puedes decir? Vuestra nave ha destruido Oa, eliminado a los Guardianes, ¡y condenado a todos los Green Lantern Corps!... ¿Lo siento?-.
-Ha sido un accidente, Jack –respondió Kilowog con gravedad. -Las instalaciones científicas donde se estaba desarrollando ese microorganismo fueron saboteadas por uno de sus investigadores, y programadas para su autodestrucción. Durante la evacuación, mi compañero Kyle decidió enviar a Oa a todos sus ocupantes, junto con esa muestra encapsulada de la bacteria...-.
-¡Firmando nuestra sentencia de muerte!-.
-Kyle no dispuso más que de unos segundos para decidirlo. No puedes culparnos por algo imposible de prever-.
Jack, que se había levantado también durante la discusión para colocarse frente al enorme Green Lantern, observaba su rostro con ojos desafiantes:
-¿No puedo?-.
Sin embargo, mientras sostenía la mirada firme de Kilowog, notó cómo su agresividad iba disminuyendo lentamente, diluida en un creciente sentimiento de frustración que terminó por hacerle bajar los ojos.
Kilowog apoyó su mano derecha sobre el hombro encogido del Green Lantern.
-Discúlpame- dijo Jack. –Sé que no sois responsables de lo que ha pasado...-.
-Lo entiendo, no te preocupes. Pero ahora debemos irnos: cuanto más tardemos en volver a Oa, más difícil será nuestro regreso-.
-Por supuesto… –respondió acompañando a Kilowog fuera de la sala. Entonces, recordando algo de improviso añadió: –Espera. Los rumores sobre este desastre han debido extenderse ya por todo el universo conocido, y a estas alturas no habrá raza alienígena que no se dirija hacia allí para comprobar lo sucedido. Es más que probable que acabéis capturados antes de encontrar vuestro camino de vuelta-.
-Tienes razón, ¿pero qué otra opción nos queda?-.
-Quizá pueda ofreceros un viaje de regreso alternativo…-.
Al salir al pasillo, Jack se quedó inesperadamente callado, deteniéndose a dos pasos de la puerta de entrada a la Sala Central. Siguiendo su mirada, Kilowog descubrió con estupor el cuerpo tembloroso del Khund apoyado sobre una de las paredes del pasillo: apuntaba una de las armas gordanianas contra su propia frente.
-¡Voldak...!- exclamó con voz entrecortada.
El Khund observó por un instante los ojos de Kilowog solicitando comprensión. Seguidamente, disparó el arma antes de que cualquiera de los dos Green Lanterns tuviera la oportunidad de acercarse a él.

-¿Cómo funciona?- preguntó el Green Lantern de piel pétrea, mirando con evidente desinterés aquella pequeña plataforma circular que se elevaba unos diez centímetros del suelo.
-Los habitantes de Thrix utilizan este transportador para realizar viajes interplanetarios -explicó Jack. -Pero Superman lo empleó hace un par de años para devolver a una versión malvada de sí mismo a su universo de origen; de alguna forma es capaz de reconocer la naturaleza de tus átomos y trasladarte a donde perteneces-
Kilowog asintió mecánicamente, tratando de convencerse de que esa máquina era su mejor opción. A pesar del riesgo que suponía confiar en la palabra de aquel Green Lantern que conocía desde hacía sólo un par de horas, tuvo que admitir que la alternativa de volver pasando por el Sistema Sto-Oa no le resultaba nada atractiva.
-Esta bién- dijo Kilowog colocándose sobre la plataforma. –Adelante-.
Pocos segundos después de que Jack iniciara el protocolo de activación, sus pies comenzaron a brillar con un leve fulgor opalescente que fue extendiéndose por todo su cuerpo.
-Lamento que hayamos tenido que encontrarnos en estas circunstancias- le dijo Jack sin levantar los ojos del cuadro de mandos que estaba manejando. –Te prometo que tu compañero recibirá un funeral digno, de acuerdo con el rito Khund-.
-Gracias- respondió Kilowog. –Por todo-.
A continuación, aquella sala, con todos los muebles e instrumentos que la abarrotaban, fue perdiendo nitidez a los ojos de Kilowog, como si de una imagen desenfocada se tratara. En cuestión de un minuto, se encontró rodeado por una neblina difusa y opaca que no le permitía ver nada.
Mientras se completaba este proceso el Green Lantern no llegó a sentir ningún malestar físico, hasta que de forma repentina se vio sacudido por un fuerte dolor en el pecho que le hizo desplomarse sobre el suelo.
Un suelo que no era la plataforma metálica a la que había subido, sino la polvorienta y estéril superficie de la Luna: ya no se encontraba en el interior de la Atalaya.
Aún dolorido, y notando cómo la desesperación iba lentamente apoderándose de él, alzó el puño derecho sólo para descubrir que su anillo seguía agotado y no podía suministrarle el oxígeno que necesitaba para respirar.
Realizando un infructuoso intento de desplazamiento por aquel paisaje de gravedad reducida, acabó cayendo sobre sus rodillas, sin fuerza para continuar su avance.
¿Es posible que Jack me haya mentido?, se preguntó al límite de la pérdida de conocimiento.
Entonces, volvió a respirar sin problemas.
Durante unos segundos permaneció tendido cuan largo era, resoplando sobre la arena blanca mientras recuperaba el ritmo de su respiración con los ojos cerrados. Cuando al fin pudo abrirlos, sin embargo, pensó que debía estar sufriendo algún tipo de alucinación provocada por la asfixia.
Sus manos, todo su cuerpo, brillaban rodeados por un aura de color azulado; y frente a él, donde antes no había nada, se encontraba un individuo de aspecto humanoide y estatura elevada, que le observaba con ojos afables que casi se perdían en una gran cabeza rasurada.
-Saludos forastero- le dijo con voz grave. -Mi nombre es Uatu. Soy el Vigilante .
A medida que Jack presionaba la combinación apropiada de botones, Kilowog fue desdibujándose hasta casi desaparecer. Pero poco antes de que llegara a completarse la transmisión, se vio sobresaltado por la voz inusualmente atemorizada de Multivac:
-Lo siento, Jack. No he pod...-.
Simultáneamente, la Atalaya volvió a sumirse en la oscuridad, como ya había ocurrido sólo unas pocas horas antes. El transportador del planeta Thrix crujió con un chasquido sordo al perder el suministro energético en pleno proceso de transferencia.
-¿Multivac?- llamó Jack girando a su alrededor sin poder ver nada.
-Multivac ha sido erradicado de los sistemas lógicos de la Atalaya, Jack –respondió una fría voz femenina. -Soy Oráculo, y estas instalaciones se encuentran ahora bajo el control de la Liga de la Justicia. Entrégate-.
Varias de las luces de emergencia comenzaron a iluminar débilmente la sala, mientras Jack permanecía inmóvil sin saber muy bien qué hacer. Entonces se acordó de su hermano, y del bucle en el que se encontraba: el apagón podía haberlo matado.
-¡David!- exclamó desesperado corriendo hacia la puerta. Sin embargo, poco antes de alcanzarla se detuvo en seco, reparando en dos ojos rojos que le observaban desde las sombras del pasillo.
-No te preocupes por tu hermano, Jack- le informó aquella figura semioculta. –Lo liberamos del bucle de transportación antes de que Oráculo reseteara los sistemas. David se encuentra a salvo en Nueva York-.
-Gracias Clark (2) –murmuró Jack. -¿Cómo habéis sabido...?-.
-Recibimos una comunicación desde Rann: Adam nos lo contó todo(3)-.
-Claro...-.
-Ahora debes acompañarme Jack. Se te acusa de crímenes contra la Humanidad-.
El Green Lantern se mantuvo en silencio. Impotente. Cómo hacerle entender, cómo hacer entender a la gente de la Tierra lo que pretendían conseguir los Guardianes. Cómo explicarles...
Ya era demasiado tarde. No le quedaba más que someterse al juicio de todo un planeta y acatar su condena.
-De acuerdo- aceptó Jack.

Soy el Vigilante. Durante eones he contemplado asombrosas realidades alternativas; un número infinito de universos en los que algunos acontecimientos resultaron muy diferentes de los que ya conoces.
En uno de estos universos, Jack Knight fue el Green Lantern del sector 2814 durante toda una década, y tras la caída de Oa y la muerte de los Guardianes, fue ejecutado por aquellos mismos a los que juró proteger.
Kilowog, por su parte, se vio exiliado en un universo muy diferente al suyo, donde vivió numerosas aventuras mientras buscaba un camino de regreso. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.(4)

Referencias:
(1) Green Lantern #4,5, incluido en el Especial Navidad 2005 de AT Visions.
(2) Clark, por supuesto, no es otro que Superman.
(3) Adam Strange es un antiguo miembro de la Liga de la Justicia, héroe del planeta Rann.
(4) Sigue las aventuras de Kilowog en el Universo Marvel de la mano de John Schneider, a partir del número 17 de la serie de Los Defensores.
Nota del editor: Con este episodio concluye la primera etapa de Jerónimo Thompson al cargo de la serie de Green Lantern. Han sido ocho meses (desde agosto de 2005 a este mes de marzo), siete episodios en total y dos sagas (Ragnarok y Alternativo) con el reconocimiento de su trabajo en los pasados Premios AT 2004-2005. Por motivos personales Jerónimo deberá ausentarse por un tiempo, pero estad seguros de que volverá tarde o temprano. Hasta entonces podremos disfrutar de un nuevo autor que nos acompañará a partir del próximo episodio. Agradecer también a José Manuel López que haya realizado las fantásticas portadas que vienen ilustrando la serie, y es que ésta también es su última colaboración para Green Lantern.

5 comentarios :

  1. Reseña del 4 de Abril de 2006 (Imanol):

    Aunque ya he ido leyendo esta saga por capítulos, la verdad es que me apetecía leérmela de un tirón para apreciar todos los detalles que irremediablemente se van oscureciendo en la memoria a causa del tiempo transcurrido entre número y número.

    La saga es sencillamente excelente: las descripciones, la historia, los diálogos, los personajes, la historia, la narrativa… Todas las cualidades que ya conocemos y que forman parte del estilo de Jerónimo están presentes en lo que es a mi entender, el mejor trabajo del autor dentro de AT.

    Como es habitual en Jerónimo, la saga está perfectamente planeada, el autor juega con el lector planteando situaciones inesperadas que le aturdan y que le enganchen desde el primer párrafo.

    Así, en “Alternativo”, la historia comienza con una introducción ya inquietante y mosqueante por parte de un personaje que ya sospechamos quien es y que el autor se encargará de confirmar en el último párrafo del último número. Jerónimo nos presenta un universo paralelo donde Jack Knight es Green Lantern y los guardianes del universo toman medidas más “activas” para preservar la paz (o lo que ellos entienden por paz al menos).

    La acción arranca cuando el anillo del poder de Jack Knight se queda sin energía, lo imposible ha sucedido, el planeta Oa ha sido destruido (quizás mejor transformado) y los 3600 anillos del poder desperdigados por la galaxia se han quedado sin pilas. Paralelamente, tenemos la historia de Kilowog y Voldak tratando de buscar una nave desaparecida: Una de las naves de evacuación lanzadas del rectorado de Calisto en la saga Ragnarok, (precisamente, la que contenía la muestra de una extraña bacteria).

    Me encanta el aire de ciencia ficción que inunda toda la saga, la explicación del hiperespacio por parte de Kilowog es magistral, y la táctica para rastrear a la nave desaparecida es simplemente brillante.

    Geniales los detalles desperdigados por aquí y por allá…

    Los malos de la historia, los psions siguen siendo igual de cabritos en el universo alternativo que en el regular pero con la variante de que esta vez, sus acciones tienen más justificación: Cualquier especie haría cualquier cosa por la supervivencia.

    La conclusión de la historia no defrauda, todo tiene su explicación y todo el puzzle encaja a la perfección… Una saga que no os podéis perder por nada. ¡¡Trade paperback ya!! (incluyendo la historia corta de complemento publicado en AT Visions).

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  2. Reseña del 15 de Mayo de 2006 (Vulcan):
    Aquí tenemos por un lado un universo alternativo en el que starman (Jack) es G.Lantern y los Guardianes son mas dictatoriales. Por otro lado Kilowog, otro G.lantern, viaja desde nuestro universo a este para ver que ha pasado con la bacteria que Kyle llevo a OA al final de la otra saga.
    Esa bacteria ha destruido Oa, lo que provoca que los G.L.pierdan su poder. Kilowog viaj con un Khund que busca a su amante en el otro universo.
    Las explicaciones cientificas me han resultado un poco pesadas. El viaje de Kilowog y el Khund tambien.
    Mi impresion es que los fict estan demasiado cargados de dialogos pero que pasa realmente poco en ellos. En concreto el numero 5 me resulto muy pesado
    Lo mejor el numero 7. El suicidio del Khund cuando se entera que su amante ha muerto. Aunque el final de Jack es demasiado precipitado y sin demasiado sentido, al menos resulta impactante.
    Y lo de Kilowog acabando en el otro universo pues tampoco me ha parecido acertado ni sorprendente.
    Vamos que siento no haber conectado con la saga.

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  3. Pues sigo con mi maratón de Green Lantern (así da gusto).
    En este caso voy a empezar por lo negativo, no sin antes dejar claro que me ha encantado el arco, así como Jack y cada uno de los personajes aparecidos. Lo más negativo a mi parecer es que lo ocurrido en esta aventura no creo que vaya a tener ninguna trascendencia con el universo "normal" (aunque ya me equivoqué con lo de la bacteria, que creía que sería para otra cosa), como digo creo que es una saga muy chula pero que influye más en la aparición de Killowog en el universo marvel, y en los acontecimientos en si en el otro universo.
    Por otro lado no me puedo creer que en 7 números de Green Lantern aun no haya visto un constructo jejejeje

    Pero bueno, quitando eso ha sido un arco magnifico, me han encantado las conversaciones, así como los giros, que si bien no eran especialmente inesperados, si que estaban muy bien llevados. Además de esto, el autor consigue que simpatices tanto con Voldak y su causa que se te va rompiendo poco a poco el corazón al ver claro que su amor tiene que estár muerta.

    Bueno, viendo como esto no para de crecer, tengo claro que las sagas posteriores solo pueden ser aun mejores, ¡¡y eso que el nivel esta muy alto!!

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    1. Y yo encantado con tu maratón :D

      Una vez más, muchísimas gracias por tus comentarios, al margen de que me sigue alegrando que la historia te haya gustado en términos generales.

      Efectivamente, el peligro de escribir una historia que tiene lugar en un universo alternativo es que por mucho que pueda resultar divertida (en el mejor de los casos) su falta de trascendencia le quita mucho interés una vez concluida su lectura. En este caso, yo traté de "justificarla" al plantearla como la continuación/conclusión de la saga anterior, Ragnarok, de manera que casi puede considerarse que forman parte de una misma historia, y además, tal y como tú ya comentas, como la salida (al menos temporal) de Kilowog de esta serie.

      Es posible que estos dos puntos, por sí solos, no tenga suficiente peso para darle la debida trascendencia a toda historia, pero en mi defensa diré que poco después traté de imprimirle mayor trascendencia al recuperar a Multivac con grandes planes (aún por mostrar) para el futuro (¿has leído el epílogo del Green Lantern #9? es la única parte de ese número que escribí yo y enlaza directamente con esta historia).

      En cuanto a lo de no mostrar ningún constructo esmeralda en estos 7 números... Se me vio el plumero, ¿verdad? :P Reconozco que en mis inicios no me veía escribiendo escenas de acción que pudieran haber salido directamente de un cómic, así que cargué las tintas en la ciencia ficción y me busqué dos excusas para no tener que lidiar con los poderes del anillo: en Ragnarok el hecho de que tuviera que entregar el anillo para poder entrar en el Rectorado, y aquí, en Alternativo, la desaparición de la Batería Central de este universo. Hice trampa, soy consciente, pero creo que me redimí con mi siguiente saga, donde no sólo incluí anillos de poder a pleno funcionamiento, sino también mucho más acción :)

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    2. Si que me fijé en lo de Multivac en el #9, la verdad es que me apenó mucho la muerte de Jack, me quedé con ganas de verle en más apariciones, así que espero ansioso la saga en la que regrese el robot jejejeje

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