Superman nº 05

Título: Día de cambios
Autor: Raúl Peribañez
Portada: M.  York
Publicado en: Octubre 2006

Enviado a la Tierra desde el moribundo planeta Krypton, Kal-El fue criado por los Kent en Smallville. Ahora como un adulto, Clark Kent lucha por la verdad y la justicia como...
Superman creado por Jerry Siegel y Joe Shuster


Metrópolis, la Ciudad del Mañana. En el interior de las oficinas del Daily Planet...

-Hola, vaquero, ¿dónde te habías metido? –Clark estaba frente a su ordenador cuando recibió un beso en la mejilla de su esposa Lois- Hace un buen rato que te marchaste al Museo del Tiempo. ¿Ha pasado... algo?
-Nada importante, amor. Ya te explicaré.
Las palabras de Clark Kent intentaban tranquilizar a su mujer. Pocas horas antes desapareció misteriosamente junto a Lex Luthor y apareció en el año 1942. 1 Aunque aún intenta encontrar sentido a este hecho, no podía evitar que sus pensamientos se centraran en otro tema: sus poderes, aquellos que le permitían ser el mayor héroe del mundo y que ahora parecían estar debilitándose paulatinamente.
-Espero que no haya sido nada grave.
-No... –sonó muy poco convincente- De verdad,... Mira, será mejor que salga a tomar un poco el aire. –se levantó y cogió su chaqueta.
-Pero si acabas de llegar, Clark. Oh, antes de que me olvide. Esta noche tenemos cena con Bruce Wayne.
-¿Bruce? Me dijiste que estaba en la ciudad para hablar con Perry...2
-Si, y me ha llamado para quedar a cenar. Le he dicho que sí, por supuesto –sonrió-. Hay que salir de vez en cuando con los amigos que no vemos...
-Si, claro –Clark se echó la mano sobre el cuello-. Yo le veo todas las semanas en la Luna... Espero que esto no acabe como todas las visitas de Bruce a Metropolis...
-Oh, venga, anímate, siempre y cuando Poison Ivy no intente nada raro... Cenaremos en el Deliciou’s, ¿ok?
-¿Eso no es un poco caro...?
-Si, Clark, y esperemos que mister Wayne venga con un bolsillo muy hondo, porque ya sabes lo que me gustan los langostinos de ese sitio –dijo Lois mientras le daba un gran beso a su esposo.
El periodista subió por las escaleras que daban a la parte superior del edificio. Echó una breve ojeada para asegurarse de que no había nadie que pudiese verle, y a gran velocidad cambió su traje por el de Superman. Seguidamente, se lanzó al vacío y voló.

Metropolis. En un pequeño local a las afueras...

-¿Profesor? –Superman entró en el laboratorio del profesor Emil Hamilton- ¿Está? –su poder no estaba únicamente en su fuerza o en su resistencia, también en sus sentidos. Como si fuese lo más normal del mundo, comenzó a inspeccionar todo la sala con su visión de rayos-x, viendo todo más allá de cualquier objeto que estorbara.
-¡Superman! Estoy aquí, lo siento, me has pillado en el cuarto de baño.
-Oh, perdone, profesor... me han pasado tantas cosas en estas últimas horas que estoy un poco paranoico...
-Pues tranquilízate, amigo mío, que de momento no me ha secuestrado ningún extraterrestre con ansias de venganza –el profesor guiñó el ojo a Superman intentando calmar sus nervios-. Pero lamento decirte que de momento no he sacado nada en claro del análisis que te he hecho...
-Oh. –su mirada mostraba una clara desilusión – Esperaba que pudiese darme respuestas a lo que me está pasando.
-Lo lamento mucho, pero en tan poco tiempo no he podido sacar nada en claro. Entiéndeme, Superman, necesito más tiempo.
-Lo comprendo. Es sólo que cada vez me siento más lento, menos fuerte... Incluso mis sentidos parecen haber perdido la finura de antes... ¿Qué puede estar pasándome?
-Sé que estás preocupado con todo esto, pero tienes que tranquilizarte. Seguiré trabajando hasta que descubrir qué te pasa. Pero ahora lo que necesito es tranquilidad para trabajar. La presión no es un buen elemento para un científico como yo, Superman. ¿Qué te parece si te pasas dentro de unas cuantas horas?

Keystone City.

-Bien, yo diría que esta es una buena zona –dijo Flash-. Apenas hay curvas, así que podemos ir a la máxima velocidad que queramos, Superman. ¿Te parece bien?
-Debemos ir con cuidado por si los vehículos, Wally.
-Tranquilo, si veo que uno te va a atropellar, te avisaré, je, je –pero la broma de Flash no pareció despertar su decaído ánimo-. En fin, cuando quieras.
-De acuerdo –Superman suspiró. Había venido hasta aquí para retarse con el hombre más rápido del mundo. Sabía que no podía ganar. Pero no se trataba de llevarse una victoria, sino de comprobar si era capaz de correr a la misma velocidad que hasta hace unas horas. Necesitaba alguien que le impulsara, que le motivara a llegar a su punto máximo. Y Flash era la persona más idónea.
-¿Estás preparado? –dijo Flash- ¡AHORA!
La carrera comenzó sin más. Los dos carriles de aquella carretera se convirtieron en los de dos velocistas que rompían el viento con su simple paso.
No era la primera vez que ambos competían. En el pasado, Superman ya lo hizo con Barry Allen y con el propio Wally. Fueron momentos nacidos de la simple diversión y sana competitividad. Pero ahora Wally estaba unido a la Fuerza de la Velocidad, era capaz de vibrar a través de los objetos, alcanzaba niveles de velocidad inauditos... y Superman parecía más lento que nunca...
-¿Superman? Oh, diablos... -en pocos segundos, el Hombre de Acero se detuvo en medio de la carretera mientras su joven compañero siguió avanzando varios kilometros.
-Gracias, Wally –Superman se quedó en silencio cabizbajo.
-Ey, no te martirices por esto... –Flash llegó a donde estaba su compañero- Aún no sabemos qué te está pasando... En la Atalaya debemos tener algún cachibache que te pueda ayudar... J’onn o Ray o quien sea te ayudarán...
Pero Superman no hizo mas que quedarse en silencio. Con un gesto le agradeció de nuevo sus palabras y se marchó volando.

Metropolis. Distrito Suicida.

-¡Corred!
-¡Dios, dios! –los dos jóvenes corrían despavoridos, asustados por lo que acababan de ver -¡Está detrás nuestro! – una enorme sombra se proyectó sobre ambos mientras escuchaban los rugidos que intentaban vocalizar palabras con sentido.
-¡APLASTADOS! ¡VOSOTROS! –era la voz de Salomon Grundy, la voz de un enorme y blanquecino monstruo que había pasado los últimos días viviendo en el Distrito Suicida, la paupérrima zona de Metropolis -¡MORID!
Pero justo cuando los dos chicos pensaban que nada podía evitar que aquella bestia enloquecida acabara con ellos, la impresionante figura de Superman apareció justo cuando más se le necesitaba.
-Quieto.
-¡TU! –la mirada de Grundy marcó una rara expresión- ¡TU!- golpeó al Hombre de Acero, pero éste desvió su puñetazo con un simple gesto para, seguidamente, contestarle con un potente golpe que le envió varios metros atrás.
-Y no empecemos con lo de “tu-no-me-gustas”, Salomon. Chicos, será mejor que os marchéis. -la pareja de amigos se levantó sin pensarlo dos veces y salió corriendo de aquel lugar.
-FUEGO... TU... –Salomon cayó rápidamente inconsciente, pero aquellas aquellas palabras no hacían sino preocupar a Superman. Fue en 1942 cuando se encontró con Salomon, cuando atravesó aquel muro de fuego y luchó con esta bestia e Icicle. Porque aunque fue hace muchas décadas, para nuestro héroe es algo que ha sucedido hace unas pocas horas. Su mayor temor era que sus actos pudiesen alterar la línea temporal... Por suerte, el que un ser sin razón como Salomon Grundy recordara aquello no podía cambiar nada...
-Muchas gracias –un voz metálica sonó tras Superman-. Llevábamos días buscándole después de las denuncias de varios vecinos –la voz venía de un agente del D.O.E. que vestía una de sus poderosas bioarmaduras. - .
-De nada, agente. ¿Dónde lo llevarán? Esperemos que no vuelva a escapar –preguntó Superman mientras otros agentes incorporaron el cuerpo de Salomon y lo introdujeron dentro de una pequeña celda.
-Oh, no se preocupe, sabremos encargarnos de él...3

New York. La isla de los Titanes en el Río Este.

-Superman, ¿a qué se debe la visita? –preguntó Cyborg al ver que el Hombre de Acero llegaba a la isla.
-Sólo saber cómo os iba, Victor. –ambos se estrecharon la mano- Parece que la reconstrucción de la Torre va sobre ruedas, ¿no? –Superman afinó su visión para poder apreciar el estado de la construcción.
-Bien, hacemos lo que podemos. Hemos tenido que extraer toda la antigua base y a partir de ahí reconstruir. Voy a hacer algunos cambios en el diseño, ¿sabes?
-¿Por ejemplo?
-Oh, ya verás. La anterior Torre era realmente un holograma, así que la base estaba bajo tierra. Creíamos que así no estaría tan al alcance de los villanos, pero aún así... Bien, la nueva Torre será auténtica, pero la protegeremos con un enorme campo de fuerza. Hemos situado varios proyectores en distintos sitios de la isla y desde allí se conformará una capa que protegerá el cuartel.
-Suena muy bien. Me alegro de que los Titanes vuelvan. En la Liga todos pensamos que es importante que estéis de nuevo en acción. Esta ciudad os necesita. 4
-La muerte de Donna fue un duro golpe, Superman. Nadie estaba en condiciones de seguir con esto, pero después de todos estos días muchos comenzamos a darnos cuenta de que teníamos que continuar adelante. Ya sabes, “titán una vez, titán siempre”. Y aunque Dick desmanteló el equipo, el resto de titanes hemos decidido seguir aún sin él.
-¿Se encuentra bien?
-De momento no nos contesta a las llamadas. Y Jess Quick tampoco.
-Dales tiempo. Estoy seguro de que Donna se alegraría mucho. Se sentiría orgullosa.

Metropolis. De nuevo, en el pequeño local de Emil Hamilton...

-Profesor.
-Hola, ven aquí, tenemos que hablar.
-¿Qué es lo que sucede?
-No sé cómo explicártelo... Es algo... completamente nuevo. Y sorprendente. He estudiado en otras ocasiones tu cuerpo kryptoniano, Superman, y esto es... increíble.
-Por favor, dígame qué está pasando.
-Como tú mismo me dijiste, tu nivel de poder ha descendido al nivel que debías de tener hace unos años, cuando nos conocimos. Como sabes, las células de tu cuerpo sirven de baterías. Recogen la energía de nuestro Sol y la transforma en una energía utilizable, la misma que te proporciona tus increíbles poderes. Tu propia visión calorífica sería la expresión máxima de esa energía, ya que puedes lanzarla en grandes ráfagas... Pero tu estructura celular parece haber sido afectada por algún factor, Superman, de ahí que no capten igual la energía.
-¿Significa eso... que perderé mis poderes...?
-Sospecho que no llegarás a ese punto. Simplemente no eres capaz de reunir tanta energía como antes, pero sí bastante. Por eso, aunque has perdido parte de tu poder, sigues siendo enormemente fuerte, capaz de volar...
-Pero no tanto como antes...
-Debería de hacerte más pruebas para calcular el porcentaje que has perdido... pero aún con todo, sigues siendo el hombre más poderoso de este planeta. ¡No me cabe la menor duda! Tal vez ya no puedas ver una mota de polvo en Júpiter, pero...
-Profesor... –suspiró- ¿A qué...?
-¿Que a qué se debe esa alteración?
-Si.
-Superman... ¿Hace poco estuviste expuesto a la Kryptonita roja, cierto?
-Sí...Batman la usó contra mí cuando Sombra me poseyó...5
- Pude estudiar una pequeña fracción de ese isótopo y creo que... Estoy seguro de que el problema a nivel celular que estás padeciendo viene dado por la exposición continuada a ese tipo de kryptonita... La de color verde te podía matar. La roja no... pero provocaba que la energía solar te dañara ...y es lo que ahora ha provocado ese cambio en ti.

Metropolis. Restaurante Deliciou’s.

-Estás espléndida, Lois, como siempre. –dijo Bruce Wayne mientras le daba un beso en la mano de Lois Lane- ¿No has venido con Clark?
-Llevo horas esperando que viniera, pero...¿Crees que ha podido pasarle algo, Bruce?
-Nada de lo que pueda encargarse, créeme. Ese hombre tuyo es duro de pelar.
-Oh, mira, ya viene. –dijo Lois al ver que Clark atravesaba el salón del restaurante- Clark, he estado esperándote en casa...
-No te preocupes, Lois. He estado ocupado.
-Como le decía a tu esposa, nada de lo que no puedas haberte ocupado sin problemas, ¿verdad? –dijo el multimillonario- Bien, si queréis podemos pedir la cena. Creo que te gustaban los langostinos, ¿acierto?
-De pleno.
-Me encanta este restaurante –dijo Bruce-, aunque la última vez que lo visité tenía aspecto futurista...
-Ya sabes que la ciudad recuperó su aspecto original cuando se produjo aquella tormenta temporal... –comenzó a explicar Lois- La tecnología de Brainiac 13 que había transformado la ciudad volvió a su época...6
-Me alegro mucho del cambio, la verdad. Aunque sospecho que nuestro “querido” presidente debe haberse quedado con parte de esa tecnología... Te veo muy callado, Clark, ¿sucede algo?
-Nada, Bruce, nada en absoluto...

Dos horas después, ya en la salida del restaurante...

-Ha sido un placer volver a verte. Espero que repitamos pronto. –dijo Lois- ¿Te marchas mañana?
-Sí, tengo que coger un avión a primera hora de la mañana hacia Gotham.
-Pues hasta que vuelvas –Lois le dio un beso en la mejilla-. Cuídate por allí, ¿vale? Ya sabes a qué me refiero.
-Claro –dijo él-. ¿Nos vemos mañana en la Atalaya, Clark? Tenemos la reunión semanal... –pero se quedó en silencio mirando mano que Bruce Wayne extendió hacia él.
-No, Bruce, vamos a hablar.
-¿Sobre algo en especial?
-Clark, ¿qué sucede? –preguntó Lois.
-Maldito seas, sabías perfectamente lo que iba a producirme esa kryptonita, ¿verdad?
-No creo que este sea el mejor lugar para hablar de ese tipo de temas –algunas de las personas que pasaban a su alrededor les llamó la atención lo que parecía el comienzo de una discusión.
-¿Sabías que iba a quitarme mis pod...?
-Si, Kent, lo sabía. ¿Y qué?
-¿De qué estás hablando, Clark, qué es lo que pasa? –preguntó entonces Lois
-Hice lo que debía. Lo que tú me pediste una vez que hiciese si llegábamos a ese punto. Sólo que en lugar de la K verde, usé la roja, la de mi invención.
-¡Y la que me está quitando todo lo que soy, maldición!
-¿Qué quieres que te diga? Sombra tenía todo el mundo a su merced y sólo quedábamos Kyle, ese chico, Kuan Yin, y yo para haceros frente. ¿Qué querías que hiciese? 7

Varias horas después...

-Hola, profesor.
-Lo siento por haberte llamado tan tarde, pero seguí investigando sobre tu caso... Y creo que sería conveniente que te dijera esto.
-¿De qué se trata?
-Aunque aparentemente eres idéntico a un humano cualquier, tu ADN es distinto por tu origen kryptoniano. Es parte del legado que te dejó tu mundo, Superman, pero los cambios que ha producido esa kryptonita van más allá de tus poderes... Con todo esto lo que quiero decir es que ahora mismo... ¡eres más humano de lo que nunca lo has sido!
-¿Qué?
-Aunque aún eres inmune a cualquier constipado o enfermedades poca importancia, creo que ahora serías capaz de enfermar en caso de infecciones importantes. No digo que esto sea bueno pero... Amigo mío, aunque me atrevería a decir que sí, ignoro si estás casado... pero hasta ahora era imposible que fueses capaz de procrear con una mujer humana... Y eso ha cambiado.
-¿Quiere decir que...?
-Si, Superman. Ya puedes ser papá.

Gotham City.

Batman saltó de un tejado a otro mientras observaba las calles del peor barrio de la ciudad. Ni el cataclismo que provocó la Tierra de Nadie borró esta zona conocida como “Infierno” donde se reunían los delincuentes y simples rateros. Pero tras él, de repente, apareció una enorme figura...
-Hola. He venido a hablar –dijo Superman.
-Creo que ya hablamos bastante hace unas cuantas horas, Kent. Si me disculpas, tengo cosas que hacer.
-Yo... Quería disculparme. No estuvo bien que te hablara así. Y menos sabiendo que lo hiciste por el bien de todo este mundo... –se quedó en silencio- ¿Lo sabías todo, no? Sabías que un efecto secundario de esa kryptonita era que me restaría parte de mi poder... Pero no todo iba a ser malo, ¿verdad? También podía producir otro efecto...
-Tú tienes una familia, Kent, tienes unos padres que te quieren y una esposa maravillosa... Y ahora tienes la posibilidad de hacer crecer esa familia. Hice lo que debía hacer. Si por ello te he perjudicado o te he beneficiado, es algo que ahora tendrás que meditar tú.
-Buenas noches, Bruce. –Superman se marchó igual que vino dejando a Batman mirando hacia el cielo.
“Le dije que me había quitado todo lo que soy, que estaba perdiendo mis poderes por culpa de su kryptonita roja... Pero no es cierto. Hoy más que nunca, para bien o para mal, soy más humano que nunca. Y es algo de lo que me alegro”.

-FIN-

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Referencias:
1 Esto sucedió en los tres números anteriores.
2 En Superman # 1
3 Para entender el pequeño misterio tendréis que seguir el fan-fic Outsiders, sobre todo a partir del número  en el que se inicia la segunda saga.
4 Los Titanes se disolvieron en Graduation Day. Las aventuras de los Titanes continúan en Action Tales en su propia serie regular.
5 Esta Kryptonita roja fue creada por Batman y apareció en la historia La Torre de Babel. En el fan-fic JLA, en el cuarto número, Batman la vuelve a emplear contra él.
6 Ver Superman #201, inédito en España.
7 De nuevo, en JLA # 4


Nota del autor: Día de cambios. Después de más de un año desde que se estrenó esta serie, me despido de vosotros en este quinto número con el que se cierra mi etapa. Cuando estaba escribiendo el número 3 le encargué a otra persona, José Luis Miranda, que hiciese un par de números de relleno. Lo que debía ser un par de fill-in terminó siendo una gran línea argumental repleta de sorpresas y historias sorprendentes. Y todas esas historias son las que aparecerán a partir del número 6 de esta serie. Me despido de vosotros y de Superman... Aunque quien sabe, igual vuelvo algún día.

R.G.P.


Junio de 2005

1 comentario :

  1. Reseña del 30 de Agosto de 2005:
    Aunque ya estaban disponibles antes de la última actualización no los había leído hasta ahora. Aquí encontramos en los primeros cuatro números una historia entretenida de viaje en el tiempo en la que hecho en falta dos cosas: en primer lugar una explicación sobre qué o quién provoca este retroceso hasta 1942; y en segundo lugar ver las consecuencias que hayan podido provocar los actos de Superman en el pasado, posibles paradojas y tal (y si no existen consecuencias, al menos explicar por qué). En el quinto número, se da una explicación a la pérdida de poderes que se ha observado en su viaje al pasado, al tiempo que Superman interacciona con parte del Universo DC AT, pero no me queda claro si Jose Luis la va a tener en cuenta en su nueva etapa.

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