Elseworlds Archivos A.L.S.T.R. Nº04

Título: Huida desesperada.
Autor: Roberto Barreiro
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Septiembre 2014

¡La ataque al cuartel general de los Übermensch alemanes continúa! ¿Podrán nuestros héroes escapar del corazón de las fuerzas de sus enemigos o habrán sido demasiado ambiciosos en su primera misión? 
Fue en la hora más oscura del Hombre cuando surgieron los primeros super-héroes, patriotas disfrazados que simbolizaban nuestro ideal heroico y nos protegieron de los enemigos de la Nación. Estas son las historias de...
Creado por Roberto Barreiro

Resumen de lo publicado: el All-Star Squadron lanza un arriesgado ataque contra tras líneas enemigas buscando rescatar a otros superhumanos que están bajo el poder del Eje. Ahora les queda la peor parte: salir de allí con vida.

“Esto está más difícil de lo que imaginé” pensó Clark Kent, tras levantarse por el impacto recibido. Le habían dado un puñetazo como poca gente le podía dar. No lo suficiente para dañarlo, pero si para recordarle que tenía un trabajo mucho mas complicado del que pensaba. Quien le había pegado era, de acuerdo a las fichas que le habían pasado en el entrenamiento, el Baron Blitzkrieg, uno de los comandantes más peligrosos del campamento. Evidentemente, la apreciación de inteligencia sobre su fuerza sobrehumana estaba acertada.

El problema no era solo él: lo escoltaban varios soldados, que sostenían cada uno de ellos una ametralladora MG 42 en cada mano, como si fueran dos revólveres del Lejano Oeste. Teniendo en cuenta que la MG 42 era una ametralladora pesada, normalmente disparada apoyada en el suelo, había dos conclusiones posibles. Una, que los soldados tenían una fuerza extrahumana y dos, que Clark Kent iba a tener testeada su invulnerabilidad de una manera que particularmente no le gustaba demasiado.

- ¡Feuer! – ladró Blitzkrieg y una lluvia de balas impactó sobre Kent… rebotando sobre su cuerpo sin causarle mas que una molestia. Este vió las caras de sus rivales y sonrió: puede que tuvieran una fuerza superior a la normal pero no esperaban su invulnerabilidad. Lo que indicaba que ellos no la tenían. No se olvidó de ese detalle.

Vió un largo poste de concreto a un lado. Corrió, le pegó un puñetazo por la base, quebrándolo, lo recogió como si fuera un bate de béisbol y se abalanzó blandiéndolo como una tromba, repartiendo golpes a diestra y siniestra. Blitzkrieg logró resistir a la defensiva, esquivando sus golpes con talento pero los otros alemanes caían como moscas ante el ataque. Blitzkrieg daba órdenes furiosamente, tratando de organizar a su gente. Inútilmente: Kent avanzaba por el terreno, sus ropas desgarradas por el combate, como una fuerza imparable… hasta toparse con un muro invisible.

Efectivamente algo lo detenía, impidiendo que se moviera. Miró a un costado y vió la respuesta: cinco alemanes delgados, dotados cada uno con un ridículo casco, lo miraban fijamente. Sus rostros reflejaban un estado de extrema tensión. A dos de ellos le sangraban las narices. Superman se encontraba por primera vez con poderes psíquicos.

Golpeó con fuerza el aire que lo inmovilizaba. Era efectivamente un muro impasable. Siguió aporreándolo: era más duro que el concreto. Lo único que varió fue la cantidad de sangre que salían de las narices de los psiquicos alemanes: ahora TODOS sangraban por ella y uno parecía a punto de caer. Siguió aporreando porque veía que los demás enemigos se agrupaban Tenía que pasar o quedar entre una espada superhumana y una pared invisible. Y no veía que fuera a lograrlo a tiempo.

- ¡Vultan krag! ¡Thanagar krag! – dijeron unas voces desde el cielo y una lluvia de saetas cayó sobre los psíquicos alemanes, ensartándolos como pollos. La pared invisible desapareció. Superman alzó la cabeza y vió a los Halcones atacar.

Decir sedientos de sangre era como decirle ruidito al cañonazo del “Big Bertha” (1): se quedaba corto como descripción. Ambos descendieron como las aves de presa que sus trajes recordaban, blandiendo armas blancas como guerreros medievales, cortando, golpeando y abriendo tajos en los cuerpos alemanes con una brutalidad impresionante. La mujer disparaba saetas con una ballesta, que efectivamente siempre acertaban al blanco. Era un ballet mortal hecho a dúo, con un conocimiento entre ambos muy profundo, golpeando uno donde le otro apenas indicaba, haciendo unas piruetas en el aire que eran hermosas y a la vez profundamente prácticas, y que siempre terminaban con otro enemigo desangrado o muerto. Kent se alegró que fueran sus compañeros y no sus rivales.

Un alemán arrojó una bola de fuego con sus manos, que le quemó la camisa. Kent le quebró el brazo en tres partes y le partió la mandíbula la noquearlo. Otro intentó dispararle con una suerte de aparatoso fusil que generó una descarga eléctrica, que fue espantosamente dolorosa. Pero de repente el fusil estallo en mil pedazos, sobrecargado, matando a su portador en la explosión. Kent tomó aliento y siguió su camino, hacia el cuartel del campamento. Sabía que iba a hacer unos destrozos de cuidado cuanod entrara.

Y entonces lo vió. Alto, rubio, con un físico digno de atleta olímpico, una esvástica planteada en el pecho y una cara ansiosa de entrar en combate, venía avanzando a su encuentro el comandante del campo Krieger, el dichoso Capitan Nazi. Solo, con una arrogancia implacable.

- ¡Schweinefleisch jüdisch!(2) – le gritó con desprecio, antes de atacarlo. Y pegaba fuerte. Por una vez, Kent debió pelear seriamente. Y vió que su enemigo era bueno, muy bueno. Peleaba con talento, no confiando solo en su fuerza. Era efectivamente mejor luchador que Kent. Éste intentó esquivarlo pegando un salto… y su rival lo siguió sin problemas. Empezó a luchar con él a la defensiva… y veía como más alemanes se acercaban a él. Dudaba que pudiera resistir contra todos.

El escudo llegó girando sobre sí mismo, una maravilla azul, roja y blanca que golpeaba a cada alemán como una bola de billar a las demás bolas en el paño, derribándolos al instante. Y tras él, el Capitán América y la Mujer Maravilla entraron como una tromba sobre los demás.

- ¡Superman, deja de contenerte y aniquílalo! – le gritó la Mujer Maravilla en un tono de orden irrevocable. Pero con un fondo de verdad que Kent comprendió en ese momento: él SIEMPRE se contenía. Nunca pegaba con toda su fuerza. Siempre peleaba pensando que el rival moriría si le castigaba con toda su furia. Siempre había sido así... hasta ahora. Ahora tenía un enfrente a alguien que era capaz de sobrevivir a la furia desencadenada del Hombre de Acero.

Kent decidió liberarse de sus taras personales.

El puñetazo al estómago dejó sin aire al sorprendido Krieger. El segundo golpe fue a la cara. Le partió la nariz y lo mandó a dormir. Fue embriagador y un poco atemorizante para Superman descubrir la fuerza que realmente podía liberar. Un tercer y último uppercut envió al Capitán Nazi volando 50 metros hasta que un barracón se interpuso. El impacto demolió el barracón. Todo el mundo (aliados, enemigos, prisioneros rescatados) vieron, alelados, la pura POTENCIA de ese golpe. Verdaderamente el golpe de un superhombre.

- ¡No pierdas el tiempo, maldita sea: ve a por el edificio, maldito Sansón! – le dijo la Mujer Maravilla. Superman avanzó hacia el camino, derribando a cada alemán que intentó cruzársele. En la puerta, dos figuras lo esperaban. Uno arrojó una bomba frente a él. Se vió rodeado por una completa oscuridad… y de pronto, sus pulmones empezaron a oler gas. Quiso contener el aliento pero las fuerzas empezaban a marearlo. Parecía que caería… hasta que escuchó dos fogonazos a pasos de distancia. Alguien lo sacó de la oscuridad. El Cap estaba ahí, pistola en mano, con los dos cadáveres de los alemanes a sus pies.

- Un equipo Nacht und nebel(3) – dijo por todo comentario. – Continúa. Hay que destruir el edificio.

- ¿Era… .cofff coff… necesario? – digo todsiendo Kent

- Es una guerra. En la guerra mueren soldados. Si no los matas, ellos lo harán – dijo el Cap con una frialdad inesperada en su voz– Sigue. Te cubrimos.

Kent entró al edificio. Tocaba demolerlo. Empezó a derribar paredes. En un minuto el edificio central era una multitud de escombros.

- Hora de partir – dijo para sus adentros la mayor Diana Bassilissa(4) y ordenó con un gesto salir de ahí.

Todos se agruparon cerca de la puerta externa del campo. Nadie parecía oponerse: los alemanes se habían replegado porque la paliza había sido fuerte. Solo se veían enemigos inconcientes o muertos. No era para cantar victoria pero era evidente que habían logrado su objetivo. Al Reich le iba a quedar claro que intentar otra infiltración superhumana contra Estados Unidos como la que habían intentado al atacar a Roosevelt(5) no iba a quedar impune.

- Algo me dice que Don Winslow(6) va a estar contento cuando lea el informe – fue el comentario de Flash.

- No canten victoria – repuso La Mujer Maravilla-. Todavía tenemos que salir de aquí. Nuestro punto de encuentro esta a seis kilómetros al noreste. Y tenemos gente que no está en gran estado. No perdamos más el tiempo.

El grupo se alejó lo más rápido posible.


Krieger seguía inconciente, mientras Blitzkrieg trataba de ordenar el caos en que se había convertido el campo. Les habían dado una paliza esos “amerikaner”, no se podía negar. Se habían dormido en los laureles pensando en su invulnerabilidad dentro de los límites del Reich y se habían encontrado con unos tipos capaces de destrozarlos eficaz y velozmente. “Los “übermensch” del judío Roosevelt eran efectivamente muy buenos”, reconoció para sus adentros. Habían barrido con ellos casi sin esfuerzo, destrozado el campo, liberado a los prisioneros y detenido el programa Nietzche por lo menos en seis meses. A Herr Schmidt no le gustaría saberlo. Pero había que avisarle.

Buscó un teléfono y costó encontrar uno que funcionara. Al fin logró comunicarse. La voz del otro lado era fría, pragmática y terrible. La reconoció de inmediato y un nudo se le hizo en el estómago. A poca gente le tenía el barón un respeto rayano en el temor. Uno era el Führer. Die Rotschädel(7) era otro.

Le contó lo que pasó con pelos y señales. Schmidt interrumpió pocas veces, haciendo alguna pregunta como para saber más. Cuando terminó, lo único que dijo fue:

- ¿Dónde están los americanos?

- ##Se replegaron. Sospecho que para irse##

- Mande a perseguirlos. Vaya tras ellos ¿Qué se sabe de Zola?

- ##Lo estamos buscando##

- Bien. Voy para allá.

Y colgó.

Blitzkrieg decidió no perder más el tiempo. Buscó al Die Rote Panzer (8) y le pidió que organizara el campamento hasta que Krieger despertara. Llamó a Zyklon y le dijo que organizara a aquellos soldados del proyecto que estuvieran en condiciones para armar una partida de captura. La sonrisa de Zyklon fue mas que suficiente para hacerle saber que era algo que ansiaba realizar.


El prado lucía tranquilo, apenas perturbado por algunos escasos árboles. Había una pendiente suave, nada complicada para que un avión pudiera maniobrar en ella. Por eso había sido elegido como punto de escape al terminar la misión. Todo lucía tranquilo, sin ningún ruido especialmente ominoso. Si no fuera por un detalle, todo sería un escenario ideal para la huida. Mas el detalle que faltaba no era menor.

Faltaba el avión.

- Era demasiado bonito para que funcionara – dijo Wonder Woman, con un dejo de frustración – Nos ha tocado el momento snafu.

- ¿Snafu? ¿qué es eso? – preguntó el Halcón.

- Me olvido que ustedes son civiles… Snafu quiere decir “Situation Normal – All Fucked Up” (“Situación Normal – Todos Jodidos”), o básicamente lo que pasa siempre en el Ejército – dijo con una sonrisa irónica Wonder Woman - … Y ahora estamos en uno de esos momentos

- Podríamos elevarnos en el aire y ver si… - se ofreció la Mujer Halcón, hasta que el gesto imperioso de Wonder Woman la detuvo

- No… Seguro que tenemos un hervidero de alemanes rastreandonos. Prefiero no arriesgarme a que te vean en el aire y nos descubran.

- ¿Hay posibilidad de contacto radial, mayor? – preguntó el Capitán América.

-
No, capitán. El silencio radial debe ser respetado. NO PUEDE HABER LA MENOR POSIBILIDAD QUE SE RELACIONE ESTA INCURSIÓN CON EL GOBIERNO. Todavía no estamos en guerra oficialmente con Hitler(9) y sus secuaces… y seremos nosotros los que le demos a la diplomacia alemana las herramientas para declarar la guerra como potencia agredida.

- Pensé que esta incursión justamente ERA para dejarles en claro que no se juega con los Estados Unidos – dijo Superman, repentinamente serio.

- Si, señor Superman. Y a esta altura lo saben… pero no pueden probarlo públicamente.

- A menos que nos capturaran…

Por toda respuesta, Wonder Woman sacó de un pequeño estuche unas pastillas.

- Eso no podemos permitirlo. De ninguna manera

- YO no firme para suicidarme

- Calma – terció Batman – Todavía están en hora de llegar. Habría que ver que no le hayan derribado.

- Lo había pensado – repuso la Mujer Maravilla – Flash, ¿cuanto le tomará revisar alrededor a ver si aparece en el suelo nuestro avión?

- Cinco minutos o diez, diría. Más rápido sería llamar la atención innecesariamente.

- Pues hágalo con cuidado.

El velocista salió disparado. Lo vieron alejarse. Ahora solo quedaba esperar. Se dirigieron a ver a los cautivos, quienes básicamente los habían seguido como pudieron. Estaban desnutridos y se notaban que habían sido brutalmente usados como conejillos de indias. El anciano francés – que Batman trataba con un dejo de respeto, como si supiera quién era – era el que peor estaba. Era valiente pero se notaba el sufrimiento… y tenía ese aparato artificial en el pecho que lo retrasaba. Necesitaría cuidados intensivos. La chica soviética también se sostenía apenas en pie. El joven español estaba en mejor estado físico y en caso de tener que pelear probablemente podría ayudar. Y la joven sueca parecía físicamente bien, pero shockeada con sus poderes, como si no supiera que los tenía. Pero parecía invulnerable y con una fuerza sobrehumana. Definitivamente habría que verla al volver…

“Si logramos volver”, pensó Diana Basilissa. Y los demás vieron que le daba un estremecimiento leve.

Continuará...


Referencias: 
1.- “Big Bertha”: Así se conoció al cañón más grande jamás usado en combate durante la Primera Guerra Mundial.
2.- Schweinefleisch jüdisch; En alemán “cerdo judío”. Si no la he pifiado con los tiempos verbales, claro =)
3.- “Nacht und Nebel”: Noche y Niebla. Hay dos villanos del All-Star Squadron llamados así. Como ven lo vuelvo algo un poco más común.
4.- Diana Bassilissa es el nombre de Wonder Woman, como vimos en el capítulo 1 de esta historia. “Bassilissa” es “Princesa” en griego (otra vez, espero que no me haya equivocado ) con lo que es “Diana Prince”, chicos.
5.- Ocurre en el Universo DC el 9 de noviembre de 1940 como acredita el DC Special 29 (setiembre 1977) y confirmado por Secret origins 31 (noviembre 1988). Por supuesto hay variaciones en este universo pero mantenemos la cronología aquí.
6.- Don Winslow, el jefe de la división ALSTR de la OSS como vimos en el capitulo 1 de esta historia
7.- Die Rotschädel : “Cráneo Rojo en alemán. ¿Todavía no se habían daod cuenta uqien era herr Schmidt? =)
8.- Die Rote Panzer: el Red panzer, enemigo de WW en el universo DC
9.- Esta historia ocurre antes del ataque a Pearl Harbor, y la entrada de USA a la Segunda Guerra.

2 comentarios :

  1. De verdad que esto se pone cada vez mejor. Me ha gustado mucho. :D

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  2. Acción, acción y más acción.

    Tras los episodios anteriores, en que el avance de la trama se combinaba con la presentación de personajes, en este número toca el correspondiente intercambio de golpes y balas que no le da ni un respiro al lector. Y para concluir el número, cuando todo parecía haber terminado con éxito para nuestros héroes protagonistas, las cosas parecen torcerse, de manera que en lugar de un "fin" tenemos un "continuará" que promete ser complicado para los chicos y chicas del A.L.S.T.R.

    Magnífico número de Roberto Barreiro :)

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