Aquaman nº01

Título: El día aciago (I)
Autor: Guillermo Moreno
Portada: J.T. Millstead
Publicado en: Septiembre 2014

Después de su participar en algunas de las más extraordinarias aventuras de Tierra-53, Aquaman por fin estrena su propia serie. Acompañanos en esta odisea que nos llevará a los más sorprendetes rincones del Universo DC. ¡Los #1 de Action Tales continúan!!
El mar es mi madre y mi padre. Asi que no importa dónde vaya en él pues estoy en mi hogar. Soy el rey de los siete mares. Esa es mi herencia. Esa es mi responsabilidad.  Yo soy
Creado por Mort Weisinger y Paul Norris

Poseidonis, Capital del Reino Atlante.

—Escuchad estas sabias palabras, pueblo de Atlantis. Estad atentos, porque el día aciago está por llegar. Muchos son los pecados que habéis acumulado. Habéis abrazado de buena gana a aquel impío rey. Habéis aceptado sin chistar sus valores, su reina extranjera, y su tolerancia para con los salvajes de la superficie. ¡Oh! Atlantis, habéis olvidado las viejas formas del mar, abrazasteis las sendas oscuras, y el mar os pagara de la misma forma. El día aciago ha llegado, y las madres verán a sus hijos fenecer, ser carnada. Alzareis tu voz y diréis: ¡Oh! Cruel destino… ¿Qué mal hemos hecho para recibir este castigo? Y con la misma indiferencia que desoíste a su voz, el mar os ignorara.

—Alto en el nombre del rey— gritaron dos soldados que portaba las armaduras completa de la guardia real mientras nadaban a gran velocidad entre la multitud que se había reunido para escuchar al misterioso profeta.

La gente embelesada solo alcanzó a estorbar y a darle tiempo al demente para que emprendiera la huida.

—Poseidonis, ¡Oh! Mi amada novia, de hoy no pasara que sientas el férreo puño del Profundo— grito el demente— pero una vez que te golpees entenderás que el dolor que te ha causado es por tu bien. El día aciago ha llegado.

Los guardias no alcanzaron a capturar al hombre pues este, como por arte de magia, se desvaneció en la nada.


—¿No crees que estas exagerando un poco, mi apreciado Vulko(1)?

—Para nada, su majestad— replicó el sabio—. Por el bien del reino de Atlántida esta reunión debe llevarse a cabo.

—No tengo problema alguno con eso— contestó Orin, mejor conocido en la superficie como Aquaman.

—¿Entonces?

—Nunca será problema para mí, como Alto Rey— reemprendió — el reunirme con mis “pares”, para nada. Mi dilema radica en esta armadura. Es de verdad ostentosa e incensaría. No me parece correcto.

—Deje la humildad para otro día— le atajó— hoy usted debe aparece majestuoso. Poderoso, ser la representación física de su reino. Un reino que crece a grandes, un reino que es el faro de las profundidades. Un reino que trae el conocimiento a un océano lleno de barbaros….

—Entiendo, entiendo— le interrumpió el Rey con un tono que indicaba que se había rendido ante la lógica implacable de su consejero. Extendió la mano y uno de los pajes le facilitó su tridente. A un leve movimiento de su cabeza, dos miembros de la guardia real abrieron la puerta y otros pajes dentro del salón tocaron las caracolas ceremoniales. Todos los atlantes en aquella sala se pusieron de pie, mientras su Rey se dignaba a entrar en la sala.

—Recuerde que debe caminar paso a paso— le susurró Vulko— para que lo vean con todo detalle. El protocolo le prohíbe flotar o nadar a prisa.

—Está bien— respondió el rey de los siete mares, mientras caminaba paso a paso y, con toda la calma del océano, por el gran pasillo hasta el asiento del estrado. A su lado se encontraban dos gradas. En ellas estaba sentadas los nobles, comerciantes y reyes que formaban el parlamento o mejor dicho: los estamentos.

Mirando de reojo, Orin se percató de la presencia de algunos rostros conocidos, algunos aliados, otros adversarios. También rostros desconocidos que no podía ocultar el asombroso que les causaba ver a su soberano por vez primera. Y, rostros aun más asombrados al ver lo que vestía.

Aquella era una hermosa armadura de placas hecha de acero pero que, al igual que todas las armaduras de ese estilo en Atlántida, emulaba las corazas de los crustáceos. La suya cubría todo el cuerpo, con la salvedad de su mano izquierda, estaba decorada en un estilo un tanto barroco, muy recargado para el gusto de Orin, pero sobre todo portaba en ella los colores reales que el había impuesto: el naranja y verde. En su mano derecha portaba el tridente real y su cabeza estaba decorada con una sencilla diadema de plata.

— ¡Vaya ostentación!— alcanzó a los susurros de la nobleza, mientras caminaba por el pasillo. Cerca del final apresuró el paso, su intención darle fin al ese mal momento. Pero una voz le indicó que eso podría verse como un signo de debilidad, así que lo aminoró. “¡Vamos, amigo!” se dijo más de una vez, “concentrarte en llegar. Los demás no importan.” Siguiendo aquel consejo de su subconsciente llego en un tris al trono. Tomó asiento, majestuosa y rimbombantemente mientras hacia un gesto a los estamentos para que se sentaran.

Como surgido de la nada, hizo acto de presencia el secretario del Rey quien comenzó dictar los puntos a ser discutidos.


A cierta distancia a las afueras de Poseidonis, Capital de Atlántida

—La grieta es estable— dijo Dane Dorrance, líder del grupo de aventureros conocidos como los Diablos Marinos(2), mientras salía de esta a gran velocidad. Una vez fuera de esta repitió la información a sus colegas y al miembro de la Orden de la Tortuga que estaba con ellos.

—A su majestad le agradará esa noticia— respondió el joven atlante— ¿Cuándo comenzarían los trabajos?

—No sabría decirle— respondió Dane— sería algo irresponsable, de mi parte, darle una respuesta sin confirmar los demás datos y las proyecciones.

—Especule, por favor— respondió el joven atlante.

—En un mes— dijo— si nada nos molesta o interfiere.

—Con el apoyo de la Orden el tiempo se verá reducido— le atajó el joven

—No sé— replicó Dane.

—Vamos, señor mío. ¿Quién mejor que los nativos para tal investigación? Además, la tecnología de ustedes es más avanzada que la nuestra.

Aquel último comentario no le agrado a aventurero, quien no pudo evitar obsequiarle al joven una mirada cargada de inquina. Este, al parecer, supo leer el gesto a través del casco del Diablo Marino y, para evitar problema, sonrió tontamente y trato de desviar el tema.

—Acepte, no ponga quejas— dijo— debe aprovechar que el consejo de Estado Mayor durara unas cuantas semana.

— ¿Qué tiene que ver la política con esto?

—Mientras los gobernadores y Reyes estén en Poseidonis— respondió el joven con alegría— los miembros de la Orden que se encuentran en las provincias se toman unas vacaciones de su roles como consejeros y jueces de paz. Puede convocar a unos cuantos amigos y avanzar en su proyecto. Créame que no lo retrasaremos y obedeceremos sus lineamientos.

Dane recordó que aquella orden era una creación reciente de Aquaman; esta se hallaba conformada al estilo de las ordenes de caballería o las logias masónicas de los pueblo de la superficie. Sus miembros eran atlantes honorables y sinceros, sabios y valerosos, todos eran maestro en alguna ciencia u arte, además del combate. Habían sido desplegados por su rey para fungir de investigadores, jueces de paz y consejeros en las provincias y colonias de su Reino. Su meta era la defensa del débil, la búsqueda de la justicia y, sobre todo, del conocimiento. Y, como todo aquello que era joven, la orden estaba ansiosa de demostrar su valía. Como jueces de paz y consejeros habían resultado ser útiles, pero como investigadores aun no superaban a la Academia de Ciencias y Artes Arcanas de Poseidonis.

—Está bien— dijo Dane— Si me dan su palabra…

—Es toda suya— le interrumpió el joven.

—Bien, convócales— replicó Dane, quien de repente sintió una extraña vibración—. ¿Has sentido eso?

—Parece un leve temblor— respondió preocupado el joven— Pero esta zona no es sísmica.

Acto seguido el mentado movimiento telúrico se incremento.


Poseidonis, Capital del Reino Atlante.

—La guardia real se encargara de ello— le atajó Vulko cuando el Rey intento ponerse de pie al sentir el temblor.

— ¿Pero?

—Es un movimiento de baja intensidad— agregó el sabio.

Volvió a temblar esta vez con más fuerza y el Rey sonrió. Al parecer la naturaleza se negaba a darle la razón a Vulko. Y, por razones diferentes a la de su rey, los estamentos se pusieron de pie. El héroe pudo observar como algunos rostros palidecían y otros sonreían con una mezcla nerviosa de miedo y estupidez.

—La Sesión queda diferida para mañana a la misma hora— dijo Orin a viva voz mientras se preparaba para partir e ignoraba a quienes replicaban que el rey caria de tales fueros— Salid en orden, y procuraos seguro.

—Pero mi rey...— le atajó Vulko

—Nada— replicó tajante Orin— Convocad a la guardia, hay que preparar las contramedidas.


— ¡¿Qué Demonios?! — fue lo único que Dane alcanzó a decir antes de salir disparado a gran velocidad, acompañado del joven caballero. De la misma grieta que el había surgido hacia unos segundos, emergía una extraña criatura.

La inequívoca causa del sismo era una gigantesca criatura marina, que tenía cierta semejanza con una serpiente, salvo que su cabeza era redondeada adornada con media docena de ojos rojos. Esta se encontraba cubierta por un légamo verde y alrededor de boca había una serie de tentáculos que se movían con vigor, como si palparan su entorno. La criatura se elevó, pero no dejó el mar. Una vez sobre sus cabezas emprendió su camino hacia la ciudad a gran velocidad.

— ¿Qué es eso?— preguntó Dane al joven atlante, quien igual de anonadado que el humano se limitó a encogerse de hombros.

—Debemos avisar a la ciudad— fue lo único que alcanzó a decir el chico una vez que logro recuperar la entereza.

—Sí, pero ante debemos tener la certeza de que este bichejo es único— replicó Dane, mientras transmitía a sus compañeros en la superficie— Señores, espero que hayan descansado, pues los Diablos marinos tenemos trabajo, de nuevo.


En tiempos antiguos la guardia del reino de Atlántida solo tenía un color: El Rojo. Sus miembros solían diferenciarse por los diferentes adornos en la armadura. Aletas a los lados del casto, aletas dorsales y picos en los hombros eran los distintivos usuales. Aquel método hacia que los miembros de mayor rango se viesen realmente imponentes, se veían peligroso.

Orin había cambiado sustancialmente esa costumbre, ahora los rangos se diferenciaban por colores: los novatos portaban un color beige que recordaba el fondo del mar. Los rangos medios eran azul celeste y los altos rojos. En cuanto a los adornos, los cascos de los novatos carecían de ellos, mientras que los rangos medios poseían aletas al lado de la cabeza, y los altos tales aletas más una dorsal en la parte superior de la cabeza. Las púas en hombros y rodillas desaparecieron dado que carecían de sentido para el rey. Su guardia no debía verse intimidante, debía ser, antes que todo, pragmática y eficaz.

Quien viese a esa nueva guardia se habría asombrado al verlos bien ordenados y distribuidos por la ciudad. Aquella, vista desde arriba habría parecido una hermosa pintura con diferentes tonos pasteles coronada con un disruptivo carmín. Aquella era la guardia que Orin, mejor conocido en la superficie como Aquaman, comandaba. Aquel era el cuerpo militar que estaba imponiendo el orden en la ciudad, y que respondió a la perfección, cual una bien acertada maquina, cuando la bestia hizo acto de presencia.

Bajo las órdenes de Rodunn, el capitán de la Guardia Real, las descargas de energía volaban de un lado a otro. Éste, bajo la tutela de su rey, había desplegado las fuerzas de tal manera que todos los frentes de la criatura fuesen atacados. Solo había una opción para ella, emerger en la superficie o retroceder. Mientras aquellas acciones se llevaban a cabo, otra parte organización, está fundada por el rey, y conocida como la Orden de la Tortuga, intentaban controlar el daño colateral al mantener al pueblo bajo control y alejado de aquel fenómeno.

Para su sorpresa se escucharon algunas palabras sobre un profeta y la llegada de un día aciago para Poseidonis y un rey. Orin hizo caso omiso a aquellos comentarios, en vez de ello se concentro en el problema.

—¿Qué sabemos de esta criatura?

—No aparece en ningún texto antiguo — replicó un extraño atlante vestido con una túnica roja y azul.

—Es obvio que no es natural— objetó Vulko— Además está protegida contra mis instrumentos de precisión. No tengo dato biométrico alguno.

—Está cubierta con un hechizo protector— le atajó la figura de añil y carmín.

—¿Por favor?

—Entonces es magia, su eminencia— barruntó Orin— podríamos usar magia para comunicarnos con ella.

—No, mágica… mágica o una criatura mágica no es— respondió este— es más como una mutación o el producto de un experimento.

—¿Un mutante?

—Un aberración, diría yo— replicó el hombre de azul y rojo que resulto un mago.

—¿Entonces podríamos disiparlo?

—En teoría

—¿Cómo así?

—Lo protege una magia realmente oscura, muy antigua y fuerte

—Típico— interrumpió Vulko.

—No queda otra salida más que el uso de la fuerza— replicó Orin haciendo caso omiso de la actitud de su consejero.

—Podríamos inutilizarla durante un momento— aventuró el sacerdote— así podríamos darle tiempo la guardia y su majestad para que concentren con tranquilidad todo el potencial de fuego con el que cuentan.

—Me agrada esa idea. Denme tiempo y yo usare un as que tengo bajo la manga. ¿Le parece?— el sacerdote asintió— Entonces manos a la obra.


Poseidonis, Capital del Reino Atlante.

Orin inhaló y exhaló para calmarse. Una vez sus agallas estuvieron relajadas, se despojó de la corona y la tendió al paje. También se quitó el guantelete izquierdo. Observó con cuidado su mano mística(3) y recordó la última vez que la usó contra una aberración; en el fondo esperaba que tuviese el mismo efecto. Volvió a inhalar y exhalar buscando calmarse, se pregunto más de una vez por los nervios y recordó que hace poco le había hecho frente a un Dios antiguo y había asistido a su amiga Diana en su gesta, la cual puso fin a otra posible invasión por parte de Darkseid.

Completamente calmado, vio como Rodunn reorganizaba a la guardia y con ella el potencial de fuego que estaban usando contra la abominación. Se asombró al ver como su capitán se valía de un fuego de cobertura desde ángulos diferente para exasperar a la bestia. La cual arremetía como la serpiente de la superficie. Hasta ahora la criatura no habían hecho nada sorprendente, salvo confiar en su tamaño y realizar ataques burdos. Aun así, aquella bestia debía ser frenada.

El visto bueno de los magos le llego por labios de uno de los tantos y sempiterno pajes. El rey no medio palabra, tomó con fuerza su tridente, y haciendo acopio de toda su entereza y fuerza, se propulsó por las aguas a gran velocidad. Aquellos que observaban a los lejos solo alcanzaron a ver un borrón dorado y esmeralda seguido de una ingente cantidad de burbujas. La criatura, distraída gracias a la labor de la guardia y los magos, ni siquiera vio venir el golpe. Solo lo sintió y retrocedió con grandes aspavientos y aullidos. El impacto entre la bestia y el rey generó una potente onda de choque que lanzó a muchos de los soldados de la guardia al suelo, llenando sus corazones de terror y asombro; especialmente por lo aullidos que profería el ente.

Ya calmado, y en lugar basto con un simple movimiento de su mano mística, para remover la oscura y viscosa sangre de la criatura, mientras procedía a tocarla con la esperanza de que la oscura magia que la movía se disipara. Menuda fue la sorpresa que embargó al héroe, cuando tocó al monstruo. Al tacto era repulsivo, pero no solo eso, sino que además una extraña sensación. Una sensación opresiva recorrió el brazo del hombre y alcanzó su mente.

De repente se sintió invadido, como vigilado por un depredador gigantesco, por una inteligencia maligna, oscura y sobre todo alienígena. En su mente aquello se hizo visible, alcanzo a ver par de ojos saltones y dorados que le escrutaban desde la oscuridad. Luego un punzante dolor en las costillas… aquella distracción le había pasado factura.

La guardia entera gritó de asombro al ver como su rey, después de tocar aquella bestia, se había quedado inerte. Como una presa observando a su depredador, que teme por su vida pero que carece de la entereza para salir corriendo. También les embargo el pesar cuando aquella criatura, valiéndose de sus tentáculos, arremetió contra su rey.

Tanta fue la potencia del golpe que el rey fue arrojado al fondo del mar, levantó una gran nube de polvo, la cual nubló la visión de todos menos de la serpiente. La criatura se elevo un poco sobre su base, signo inequívoco de que iba a arremeter y, en un solo movimiento fluido, se propulsó hacia la densa nube. Pero para su tristeza, lejos de ser recibida tranquilamente, aquella bestia fue alcanzada por una descarga de energía dorada, que disipó el polvo y dejó, a la vista de todos, una visión aun más asombrosa.


El agua subió de temperatura rápidamente. Paso de estar tibia, producto de la magia y las descarga de energía de la guarda, a entrar en su punto de ebullición. Aquello le indicó a Orin que un arma de gran potencia había sido usada en las cercanías. Cuando la nube de polvo se corrió como un velo, pudo percatarse de que el arma se encontraba detrás de él; aquella posición privilegiada le permitió observar los efectos de la misma.

La cabeza de la bestia estalló una vez que fue alcanzada por la aurea luz, una gran cantidad de oscura sangre y carne salió disparada hacia todos los puntos cardinales, mientras el cuerpo sin vida de la bestia se derrumbaba sobre sí mismo. Orin volteó rápidamente para encontrarse con el origen de aquella descarga.

—Tú— alcanzó a decir

—Hola, hermanito— dijo la figura— O debería decir: Su majestad.

Frente a él, de negro y violeta, con aquella extraña mascara, con sus ojos rojos y redondos, con su sonrisa demente, con un tridente que aun brillaba en dorado, se encontraba Orm Marius, mejor conocido como: El Amo del Océano.

—La última vez que te vi, te deje en tan mal estado(4)….

—Seccionaste mi columna majestad— le interrumpió este— nunca volvería a nadar o caminar . Pero algo me reconstituyo, y sobre eso vengo a hablarte. Y, ya que este problema fue resuelto— señaló al monstruo— ¿Tendrás algo de tiempo para hablar con tu hermano?

Aquello no le gustaba a Orin, quien podía presentir los problemas que le acarrearía, especialmente con Mera, pero se limitó a asentir… estaba entre el tridente y la pared.

—Sin duda este es un día aciago— masculló mientras asentía.

Continuará...


Referencias:
1.- Vulko es un político y el erudito atlante que actúa como consejero de Aquaman, proporcionándole sabiduría  y consejo en tiempos de crisis. Es uno de los miembros con más edad de la corte atlante.

2.- Los Diablos del Mar (o Marinos) son un pequeño grupo de aventureros sin poderes que desarrolla sus actividades principalmente bajo el mar. Han asistido a varios héroes ante diferentes crisis. Fueron creados por Roberto Kanigher y Russ Heath en 1960.
3.- Nos referimos a la Mano del Portador del Agua que le otorgó la Dama del Lago. Este apéndice de naturaleza mística le confiere nuevos poderes que complementan y potencian sus habilidades naturales como atlante. No solo incrementa el tiempo que Aquaman puede permanecer fuera del agua o potencia su telepatía sino que le profiere poderes de aquakinesis, le proporciona habilidades de curación o de poder "ver" todo lo que ocurra en cualquier parte del mar.
4.- Ver Especial Imperio: Aquaman

7 comentarios :

  1. La actualización de septiembre nos ha traído una muy grata sorpresa: el estreno de una serie protagonizada por uno de los 7 Grandes del Universo DC, y que hasta el momento, sólo había contado en Tierra-53 con un número especial durante el evento "Imperio" y otro número aislado de la serie Showcase. Y bueno, sin duda se estrena a lo grande.

    De la mano de Guillermo Moreno, autor que ya había demostrado su interés por Aquaman, primero con ese Showcase #12 que mencionaba, y más recientemente, con su participación en la última saga de Wonder Woman, tenemos por fin nuestra propia crónica de las aventuras del rey de Atlantis, que en un solo número demuestra las amplias posibilidades que tiene este personaje y su entorno, aunque la historia, como suele decirse, no haya hecho más que comenzar.

    El primer episodio de la saga que sirve como arranque para la serie de Aquaman, "El día aciago", quizá no deje con la boca abierta al lector por su intensidad o cúmulo de sorpresas, pero sí que presenta bien al protagonista y el mundo submarino en el que se mueve, coloca perfectamente las primeras piezas de la historia que quiere contar y concluye con un aparición estelar que, junto con otros elementos de este primer capítulo, anima a leer el próximo número. Y es que hay que tener en cuenta que se trata del primer episodio de una serie regular, no un número especial o miniserie, y sin duda, la de Guillermo Moreno es una carrera de fondo que comienza con buen ritmo.

    Y punto extra para el autor por hacer buen uso tanto de la continuidad propia de Tierra-53 como de la de los cómics, con esa inclusión de los clásicos Sea Devils en la historia.

    Conclusión: buen comienzo; seguiremos leyendo :)

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    1. Muchas Gracias por las flores. Me esforzare por mantener el ritmo y la calidad. Por otro lado, debo decirte que pienso incorporar más cosas de la continuidad, no solo de los trabajos que he aportado, sino de otros autores.

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  2. A pesar de tratarse ya de un autor “veterano” Guillermo Moreno continúa sorprendiéndonos con su tremenda versatilidad. No sólo te escribe una historia de Star Trek o de ciencia-ficción mezclada con cine negro sino que lo mismo se arranca con una historia de Los Invasores o te escribe una de Wonder Woman. ¿Habrá personaje o género que se le resista?

    Aquaman salta de “fiel escudero” de Wonder Woman en La rebelión de los Olímpicos a actor principal en esta serie, llevada desde la superficie el reino submarino de Atlantis, lugar natural para el personaje (seguro que aquí nadie intenta burlarse de él como “el tipo que habla con los peces”). Guillermo se esfuerza en recrear el universo del personaje, reimaginandolo para AT utilizando como leitmotif la arcaica posición de Aquaman en su reino (actúa como su rey y gobernante además de como su paladín defensor, como su estuviésemos en una fantasía medieval) y llenándolo de armaduras y “caballeros”. Y el nuevo aspecto que le ha dado al personaje sólo reafirma esa posición. Además, la nueva aventura comienza con una profecía de futuras desgracias… y no hay nada que nos guste más a los lectores del género que las vaticinios apocalípticos. Pero Guillermo no se olvida de una parte fundamental: dejar la historia con un buen “cliffhanger” para engancharnos para el próximo número. Y la aparición de cierto personaje y cómo reaccionará nuestro héroe a lo que hace funciona perfectamente…

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  3. Muchas Gracias Jefe. Se que es una pregunta retorica, pero el romance y el horror/terror creo que no se me dan. XD Lo de los Cliffhanger, he aprendido de todos mis compañero de Action Tales. Leeros me inspira y me da las claves para hacer mejores historias.

    Espero mantener la altura y el ritmo. De verdad mucha gracias

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  4. Bueno, pues leído este primer número de Aquaman, un número que si bien es bastante tranquilo y pausado deja pistas de lo que parece ser una serie que promete. Además como ya se ha dicho presenta muy bien el entorno del personaje. Habrá que ver si el autor hace uso de los interesantes sidekicks del personaje jejeje

    Dicho esto me parece muy interesante la recuperación del Amo del Oceano, demasiados malos con la columna partida tenemos jaja
    Y muy buen cierre, la verdad es que muchas ganas de ver como sigue esto ^^

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  5. Me agradó bastante, inicia con muchos hilos de trama para seguirlos durante los siguientes números, jamás pensé que volvería a ver a los SEADEVILS, será interesante como habrá de usarlos.

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    1. Tomo nota y los llevare a consideración ante el consejo. XD De verdad el universo de Aquaman es interesante, Ya tengo unas cuentas ideas para el próximo arco; e inventar algunos sidekick para el héroe. Es más, he visto y no leído aun, Aquaman y the Others y me ha inspirado mucho.

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