Elseworlds The Batman nº 05

Titulo: El más buscado de Gotham
Autor: Luis de los Rios
Portada: Moises Lopez
Publicado en: Mayo 2013

La identidad de la misteriosa Mujer de Rosa que ayudó a Batman es algo que comienza a obsesionarle. Pero nuevos peligros acechan en Gotham ¿Quien es el letal Cirujano?
Bruce Wayne perdió a sus padres en uno de los oscuros callejones de la deprimida Gotham City. Desde entonces ha estado obsesionado con ayudar a su ciudad, convertirla en un lugar mejor donde eso no vuelva a ocurrir. Ahora va a hacerlo, pero no en el modo que todos esperan...
Batman creado por Bob Kane

Resumen de lo sucedido: En su cruzada para detener a Joker, Batman asalta la guarida de Oswald Cobblepot a.k.a. "El Pingüino" descubriendo sus enlaces con la policia. Durante el ataque es ayudado por una misteriosa Mujer de Rosa.

Laboratorio. Por la noche.

Había un cuerpo inconsciente sobre una camilla. Encima de una mesa metálica había jeringuillas y bisturíes manchados de sangre. Un hombre con un traje de Cirujano apareció, su cara cubierta por una máscara de médico.

Cogió el bisturí, comenzó a cortar en la cara del hombre inconsciente, deslizando el instrumento quirúrgico por las mejillas cortando pedazos de carne, perfilando toda la zona de la boca.

Extrajo la zona de la aboca, y la colocó dentro de un vaso de agua, el agua se volvió roja al juntarse con la sangre.

El doctor cogió una jeringuilla, la clavó en la boca del hombre e inyectó un líquido de color amarillo. Luego cubrió la cara del hombre con una venda, juntando el vendaje en la nuca con un clip.

Callejón. Minutos después.

Una furgoneta aparcó en el callejón, nadie se daba cuenta de que estaba ahí.

El doctor salió, fue a la parte trasera, abrió las puertas, sacó al hombre inconsciente y vendado y lo apoyó contra la pared.

El doctor volvió a la furgoneta, encendió el motor, se marchó, dejando el cuerpo vendado sostenido en la pared del Hospital General de Gotham…


Salón, Mansión Wayne. Doce horas antes.

Bruce estaba sentado en el sofá, mientras Alfred cosía las heridas en el pecho y la espalda de Bruce. La televisión estaba encendida, Vicki Vale estaba haciendo un reportaje sobre sucesos extraños en Gotham.

- No tan fuerte, Alfred. – se quejó Bruce.

- Bueno, señor, es lo que ocurre cuando insiste en hacer horas extra.

- ¿Quién más lo haría si no?

- La policía, señor, quizás no perseguirían a Batman si usted se hubiera quedado en casa.

- La policía es más falsa que un billete de nueve dólares, Alfred. El único en el departamento en quien sé que puedo confiar es Gordon.

- ¿Cómo está el detective Gordon?

Bruce recordó todo lo que había sucedido hacía ya más de una semana(1). Contestó:

- Tan bien como se puede esperar, continúa devastado por James.

Tim Drake apareció en la televisión, estaba siendo entrevistado por Vicki:

- Agente, ¿puede aclararnos un poco la situación?

- Lo que sabemos es que quien quiera que esté haciendo esto sabe cono practicar intervenciones quirúrgicas. Las víctimas son inyectadas con un líquido paralítico que les impide sentir el dolor. Estamos buscando al responsable. Le cogeremos.

- Gracias por su tiempo, agente.

Se oyeron golpes en la puerta. Alfred se giró.

- Será mejor que se ponga una camiseta, señor.

Bruce se levantó rápidamente, todavía le dolían las costillas. Alcanzó su camiseta, se la puso y fue al vestíbulo, tras Alfred.

Alfred abrió la puerta. Harley Quinn y Tim Drake mostraron sus placas de policía.

- ¿Bruce Wayne? – preguntó Harley.

Alfred se apartó para dar paso a Bruce:

- Sí, ¿en qué puedo ayudarles?

- Nos preguntábamos si nos podría conceder un momento. Es sobre Jim Gordon.

- ¿Ha pasado algo?

- Bueno…

- Sabemos que sois amigos íntimos, que él te encontró en el callejón hace varios años. ¿Has oído algo de él últimamente? No se le ha visto desde el funeral. – intervino Drake.

- ¿Qué quieres decir? – preguntó Bruce.

- Ha desaparecido. Walker no parece comprender la seriedad de la situación, estamos preocupados.

Bruce recordó que no conocía a ninguna de las personas que se habían presentado en su casa.

- ¿Y vosotros sois?

Harley y Tim entraron. Alfred cerró la puerta.

- Agente Tim Drake, Departamento de Policía de Gotham.

- Detective Harley Quinn, de traslado.

Se dieron un apretón de manos. Les hizo un gesto para que entraran al salón. Alfred dijo:

- Prepararé el té.

Bruce, Harley y Drake tomaron asiento. Bruce apagó la televisión. Drake notó la aguja con sangre y las vendas que había sobre la mesa, también reparó en que Bruce presionaba en sus costillas con síntomas evidentes de dolor.

- ¿Una noche dura? – preguntó Tim.

- Algo así.

- ¿Qué pasó?

- Caí de la pared de escalada en el gimnasio.

Drake parecía sospechar algo. Bruce trataba de no mostrar ningún gesto que evidenciara que estaba mintiendo.

Hubo un silencio, luego Harley rompió el hielo:

- Señor Wayne, ¿ha oído algo sobre Gordon? ¿Cualquier cosa?

- No desde el funeral.

- ¿Sabe si hay algún lugar que frecuente? Como un bar, o un club.

- No.

Alfred entró, y colocó la bandeja con una tetera y tres tazas en la mesa.

- ¿Azucar? – preguntó el mayordomo.

- Solo leche. – respondió Drake.

Alfred sirvió la bebida. Drake cogió una taza, Harley otra. Bruce se acomodó en su asiento, dejó escapar un gemido de dolor, y volvió a cambiar de postura. Alfred le dio la taza de té. Luego el mayordomo se llevó la aguja y las vendas que había sobre la mesa.

- El señor Wayne ha tenido un horrible accidente en el garaje. – aclaró Alfred.

- Dijo que fue un accidente de escalada. – apuntó Drake.

Alfred echó una mirada a Bruce. Luego reculó y puso una clara excusa:

- Sí… en el garaje.

- ¿Tenéis una pared de escalada en el garaje?

- Sí, es un garaje grande. Bueno, yo me voy.

Alfred se fue. Bruce suspiró y dijo:

- Mirad, probablemente Jim intente irse de la ciudad unos días, yo hice lo mismo después de que mis padres murieran.

- Si oyes algo nos lo harás saber, ¿no?

- Sí, por supuesto.

Drake y Harley se levantaron, dieron un apretón de manos a Bruce.

Fueron hacia la puerta, Drake la abrió. Harley salió primero. Pero antes de que el joven oficial de policía se marchase, Bruce se acercó:

- Tim.

- ¿Sí?

- ¿Hay noticias del Cirujano?

- Es un asunto de la policía.

- Solo preguntaba.

- No tenemos pistas, todavía. Aunque le cogeremos, estoy seguro.

- Muy bien, gracias por todo.

- Que tenga un buen día, señor.

Drake se fue. Bruce se giró a Alfred, que ya se podía imaginar lo que había pasado por la mente de Bruce en aquel momento.

- ¿Cancelo su cita a mediodía? – preguntó el mayordomo.

- No. Deja que Christy espere.

En el exterior, Drake y Harley se acercaron al coche. Drake continuaba pensando en la excusa de Alfred:

- ¿No te parece que aquí hay algo raro?

- ¿Qué quieres decir?

- ¿Pared de escalada en el garaje?

Harley miró al garaje, era muy grande, y tenía un bonito Bentley aparcado fuera.

- Ah, es un garaje enorme. – dijo Drake.

- Venga, vámonos.

La Bat-cueva

Bruce estaba mirando la pantalla del ordenador. Callie había estado rastreando a la Mujer de Rosa(2), cualquier lugar en el que había aparecido en los últimos cuatro días, desde Seattle a Tokyo, al parecer visitaba muchos lugares.

- Todavía no puedo establecer una posición fija en ella, es como si estuviera bloqueando mi dispositivo de rastreo. – informó Callie.

- ¿Alguna idea de quién es?

- Su estructura biológica es más avanzada que la de la mayoría de los humanos, señala a un ser sin identificar.

- ¿Un alienígena? Vamos Callie, puedes hacerlo mejor.

- No un alienígena, en sí, más un ser humano avanzado. Sus lecturas de energía sobrepasan lo normal, la convierten en un enigma.

- Haz lo que puedas y mantenme informado, quiero saber quién es y qué quiere de mí.

- Lo haré.



Centro de Gotham.

En las bulliciosas calles del centro de Gotham se oían los sonidos de los motores rugiendo, la gente comprando y hablando, etc. El centro de Gotham era cualquier cosa menos tranquilo.

Despacho del comisario Walker

Walker puso un archivo sobre la mesa de su escritorio, bebiendo algo de brandy. Había fotos de Batman por todas las paredes, estaba obsesionado con darle caza.

Alguien llamó a la puerta. Walker gruñó. Drake y Harley entraron.

- ¿Qué pasa? – preguntó Walker.

- No hay noticias de Gordon. – contestó Drake.

- ¿Y de Batman?

Esta vez fue Harley quien contestó:

- Hemos peinado la ciudad, pero no hay ninguna aparición registrada en la última semana. Parece que se está tomando un descanso.

Walker replicó:

- Se esconde tras una máscara para que nadie pueda ver su cara, un vigilante, y la policía no puede encontrarle. Tenemos cámaras conectadas en Empresas Wayne, capaces de ver a través de las paredes y aun así no podemos encontrarle. Lo tenía, pero se me escapó de las manos. Tenemos que encontrarle, casi destruyó un rascacielos(3), es peligroso.

- ¿Y Gordon? ¿Concentramos todo nuestro tiempo en coger a Batman cuando uno de los nuestros ha desaparecido? – preguntó Drake.

- Gordon ha perdido a su hijo.

- Lo entiendo, señor. Por eso tenemos que encontrarle. Podría estar herido, o podría estar muerto, tenemos que encontrarle. Luego ya buscaremos a Batman.

Walker finalizó la conversación:

- La prioridad es Batman, no Gordon, ya aparecerá. Tenemos que encontrar al hombre murciélago, eso es todo. Ahora, largo.

Drake y Harley se fueron.

Comisaría de policía.

- Está de mal humor esta mañana. – dijo Drake.

- Debe de haber sido la conversación que tuvo con Cobblepot. – respondió Harley.

- ¿Conversación sobre qué?

- No lo sé, apagó las cámaras de la sala de interrogatorios.

- Suena… extraño.

- Todo es extraño estos días, desde que Joker atacó.

- Sigue sin tener sentido. Quiero decir, ¿Joker mata al hijo de Gordon, provoca una rebelión que casi reduce Gotham a cenizas y luego desaparece? No me suena bien.

- ¿Alguna idea?

Drake miró hacia los calabozos y preguntó:

- ¿Sigue Cobblepot ahí?

- Sí, pero no tenemos permiso para hablar con él. – respondió Harley.

- Quédate aquí entonces, yo quiero respuestas.

- No eres detective, Drake. Eres policía de patrulla. Solo un sustituto hasta que Gordon vuelva.

- ¿Era eso un insulto?

- Quizás.

Drake sonrió:

- No pensaba que fueras tan alegre.

- Te sorprendería.

Harley le devolvió la sonrisa, los dos parecían conocerse bastante bien, y poco a poco se iban acercando cada vez más.


Almacén.

Era el almacén chamuscado donde Jim Gordon estuvo a punto de morir(4). Batman estaba allí, vestido con su bat-traje, mirando a su alrededor.

Oyó el ruido de una botella rompiéndose. Batman bajó las escaleras de metal, hacia el origen del sonido. Bat-barra en mano, se giró en la habitación donde Gordon estuvo secuestrado para ver… a Gordon, borracho y sentado en el suelo con su espalda apoyada en la pared.

- ¿Gordon?

- Tú.

Gordon sacó su pistola, disparó, Batman rodó y rápidamente se cubrió mientras un Gordon borracho se levantaba.

- Gordon, soy yo.

- ¡Lo sé! ¿Recuerdas este lugar? ¡Es donde me salvaste del Joker! ¡Es donde debería de haber muerto!

- Baja el arma, Gordon. Podemos hablarlo.

- No. No hasta que lo arregle todo.

- Gordon, cálmate.

Gordon echó a llorar:

- ¡Mi hijo está muerto por tu culpa!

Gordon cayó al suelo de espaldas, tirando el arma. Batman salió de su cobertura, mirando a Gordon, que estaba en el suelo llorando:

- ¡Deberías haberme dejado morir! Entonces James seguiría vivo. ¡Todo es por tu culpa!

- Fue Joker, me puso un señuelo, me engañó. Intenté llegar a aquel tejado, pero me hizo perder tiempo.

- Deberías haberlo salvado.

- Lo intenté, Gordon. Fue demasiado tarde.

- Exactamente, ¡¿de qué sirve ser un héroe si no vas a salvar a las personas que te necesitan?! ¡Mi hijo era mi vida, ahora se ha ido porque tú me salvaste a mí en vez de a él!

- Gordon tienes que entrar en razón, Joker sigue en libertad. Y se está riendo de nosotros. Tenemos que detenerle y yo no puedo hacerlo solo. Te necesito.

Gordon no respondió. Batman continuó hablando:

- La gente está preocupada por ti. Drake y Harley, piensan que has muerto. Regresa, encuentra a Joker y pon fin a sus malvados planes. Gordon, tienes que detenerle antes de que se lleve a más.

Hubo un silencio, y finalmente Gordon habló:

- No puedo.

- He llamado a la policía. Vienen de camino a por ti. Despéjate, vuelve a comisaría y encuentra a Joker. No se saldrá con la suya.

Batman se fue, dejando a Gordon hablando solo:

- ¡Eh! ¡No creas que puedes irte sin más! ¡Tú eres tan responsable como él!

Batman estaba subiendo las escaleras.

- Lo sé. – respondió el caballero oscuro.

Laboratorio. Al mismo tiempo.

Había otra víctima, otro hombre, inconsciente sobre la camilla.

El Cirujano/doctor entró, con una gran pecera redonda llena de agua.

La colocó sobre la mesa. Sus fríos ojos buscaron el bisturí, luego cogió una cuchara. El doctor mantuvo los ojos de la víctima abiertos con la mano izquierda.

El hombre comenzó a moverse, forcejeó mientras intentaba romper la cinta aislante que lo mantenía atado a la camilla.

- ¡Ey, Ey! ¡Pero qué… déjame! ¡Mierda, sácame de aquí!

El doctor cogió un pañuelo, derramó algo de cloroformo en él. Lo mantuvo contra la nariz y la boca del hombre.

- ¡Ey! ¡Espera, por favor! ¡Para! – decía el hombre, hasta que comenzó a perder el sentido y, finalmente, quedó inmóvil.

- Silencio.

La víctima cayó inconsciente, con sus ojos abiertos de par en par.

El doctor cogió la cuchara, la colocó sobre el ojo, la hundió en la cuenca y…


Restaurante.

Christy, una preciosa mujer rubia con ojos azules zafiro y un vestido dorado y brillante estaba sentada en la mesa mientras un camarero le servía un poco de chispeante vino blanco.

Bruce se puso una servilleta sobre sus rodillas, y miró a la belleza que había delante de él. El camarero se alejó.

Bruce tomó un sorbo de vino, ella hizo lo mismo, sus ojos brillaban y ella sonrió y dijo:

- Oh, qué mono.

Bruce rompió el hielo:

- Bueno, Christy, eres nueva en la ciudad, dime, ¿qué te ha traído a Gotham?

- La gran ciudad, muchas oportunidades para ser alguien. Quiero ser actriz. – respondió la chica.

- ¿En serio? Yo hice de Robin Hood en una obra una vez.

Hubo una pausa. A Wayne le dio la impresión de que la cabeza de Christy estaba completamente hueca, llena de aire.

- Me encanta este lugar. – dijo ella.

Bruce sintió como el pie de Christy se posaba sobre su pierna, miró abajo, frunció el ceño y luego la miró, tragando saliva.

- ¿Qué piensas de mi vestido?

- Es… eh… ajustado.

Sonó el teléfono, un extraño tono de llamada: Baby, Baby, Baby…¡Oh!

Bruce tragó salva. “Dios mío”, pensó. Christy era fan de Bieber.

- ¿Qué es ese ruido? – preguntó Bruce.

- Espera un segundo.

Christy cogió la llamada:

- Hey princesa…No, estoy con este tío super-bueno en un restaurante para ricos en el centro. ¿Por qué, quieres pasar a la acción?...Muy guay, ha dicho que hizo del Robin Hood ese en una obra…Dile a Correa que iré al rodaje más tarde.

“¿Correa?” pensó Wayne. “¿Con qué clase de chica estaba saliendo?” Christy continuaba hablando:

- Sí, muy guay… Completamente… Completamente, ¿traigo a Jim?...¿Y Ambrose?...Ah, quieres la extra grande. Traeré a Benton…Completamente guay, tía, te quiero, chao.

Christy colgó el teléfono. Bruce estaba sorprendido de cómo habían sucedido los acontecimientos. ¿Y quiénes eran Jim, Ambrose y Benton?

- ¿Quién es Benton? – preguntó Bruce.

- Un colega del trabajo.

- ¿El trabajo?

- Soy actriz.

- ¿Qué tipo de actriz, y quién demonios es Correa?

- Soy actriz para adultos.

Bruce se dio cuenta de todo y rápidamente se dirigió al camarero:

- ¡La cuenta, por favor!

Salieron del restaurante. Llegó un Mercedes a la entrada del lugar, Bruce y Christy estaban esperando cerca de las puertas. El conductor le dio a Bruce las llaves, Bruce entró al Mercedes.

Bruce puso las llaves y encendió el motor. Christy estaba fuera, intentando abrir la puerta, pero no pudo. Golpeó en la ventana.

- Brucey, déjame entrar.

Bruce mintió:

- Asunto de urgencia… tengo que irme.

- ¿Qué? ¿Y qué pasa con nuestra cita?

- En otra ocasión, necesito… tengo que ir a ver al médico por mi perro…

Bruce aceleró. Christy esperó en la acera. Los viandantes la miraban, varios hombres la deseaban.

- ¿Quién de vosotros me va a llevar a casa?

Varios hombres levantaron las manos.

Vestíbulo, Mansión Wayne.

Bruce entró, tiró la chaqueta encima de la mesa y suspiró. Alfred se acercó.

- Señor Wayne, creía que le había enseñado lo básico de cómo colocar una chaqueta.

Bruce seguía pensando en Christy.

- Christy, es… es una… ya sabes.

- ¿Una qué, señor? – preguntó Alfred.

- Una actriz.

- Puede que haya visto alguna de sus películas.

- Lo dudo mucho.

- Le sorprendería lo que veo.

- Cambiemos de tema, por favor.

- Me gusta ver películas en mi tiempo libre.

- Si llama, dile que estoy… bueno, dile que estoy en… dile que me he ido a Jamaica a ayudar a los huérfanos.

- ¿Entiendo que la cita fue mal, entonces?

- No te haces una idea.


Despacho del comisario Walker. Por la noche.

Walker estaba sentado frente a su escritorio, mirando algunos archivos. La comisaría estaba vacía, la lluvia caía en las ventanas tras él mientras Gotham se iba a dormir otro día más.

Sonó el teléfono. Walker lo cogió:

- Walker. – dijo el comisario.

- ##Hola, comisario.##

Walker se levantó, cerró las persianas, regresó al teléfono y se sentó.

- Jack, ha pasado mucho tiempo.

La voz sádica pero alegre del Joker sonó al otro lado del teléfono:

- I##¿Te gustó el regalo?##

- Entregaste lo que prometiste, pero el Murciélago se escapó.

- ##Lástima. Siempre ha sido muy escurridizo, debe de tener algo que ver con la goma que le gusta llevar. ##

- No es momento para bromas, Jack.

Escondite del Joker. Al mismo tiempo.

Joker estaba jugando con un collar en su mano. Una mujer estaba amordazada y maniatada a sus pies, la usaba como escabel.

- Nunca bromeo. – dijo el príncipe del crimen.

- ##¿Dónde estás?##

- Como si fuera a decírtelo. Puede que hayamos sido amigos todo este tiempo, pero ahora tú eres el malvado comisario de policía. No se puede fraternizar con el enemigo.

Despacho del comisario Walker.

Walker seguía hablando con el criminal por teléfono:

- Me hice comisario para que pudieras controlar libremente la ciudad. Nunca quise que matases al hijo de Gordon.

- El dedo se me escapó.##

- Escucha, necesito que salgas de tu escondite, que acabes con el Murciélago. ¿Puedes hacerlo?

- No. Ocupado.##

- Necesito tu ayuda. Si puedo cogerle, desenmascararle, nada se pondrá en nuestro camino.

- ##¿Y dónde está la gracia en eso? Me gusta el juego del gato y el ratón, hace las cosas interesantes y es divertido jugar con Batman.##

- Jack… Batman nos va a descubrir a ambos, y cuando lo haga…

- ##No hará nada. Los héroes son poco estables, Batman desfallecerá antes de que nos encuentre.##

- Entonces, después de todo lo que he hecho por ti, ¿tan solo te vas a quedar sentado en la sombra?

- ##Sí. De todas maneras, tenéis que concentraros en el Cirujano que corta las caras de la gente, él es vuestro verdadero problema. ##

- ¿Creía que preferías la anarquía?

- ##Solo cuando soy yo quien la produce. Adiós, comisario. ##

Colgó el teléfono. Walker lo dejó donde estaba, suspiro.

Comisaría de policía.

Tim Drake estaba en el pasillo que daba al despacho del comisario, lo había oído todo. Rápidamente se escondió en las sombras cuando la puerta se abrió y Walker apareció, poniéndose su gabardina y abandonando la comisaría.

Drake se preguntaba quién era ese “Jack”, y empezaba a ver a Walker como lo que era en realidad.


Central eléctrica de los Narrows. Al día siguiente.

Grandes bombas de hierro golpeaban hacia abajo; la gran central eléctrica de Gotham estaba cubierta de nubes de grueso humo.

Un ingeniero andaba por la parte trasera, caja de herramientas en mano. Dejó la caja en el suelo, abrió la caja de potencia y comenzó a trabajar con un destornillador, aflojando los tornillos y cambiando los conmutadores.

El ingeniero sacó la radio de su cinturón, presionó el botón.

- Corta ya, Joe. – dijo el ingeniero.

El tal Joe habló por el otro lado del comunicador.

- ##Lo siento, tío. Solo trato de llamar la atención. ¿Cómo va el trabajo?##

- Los cables están jodidos. Alguien los ha enrollado.

- ##No sería la primera vez. ##

- Cierto, cierto.

- ##¿Vendrás al partido de esta noche? ##

- Puede que falte, Amanda ha estado detrás de mí toda la semana con que conozca a sus padres.

- ##Vale, tío, llámame si cambias de idea y veré si Dave quiere ir. ##

- Lo haré, colega. Hablamos luego.

El ingeniero devolvió la radio a su cinturón. Una sombra se acercaba a él por detrás, agitó la cabeza y suspiró, girándose para ver a un hombre con una enorme gabardina.

- ¿Puedo ayudarle? – preguntó el ingeniero.

Un dardo somnífero se clavó en el cuello del ingeniero, este lo quitó, lo miró, luego echó una mirada al misterioso hombre y cayó al suelo inconsciente.

Calles de Gotham.

Drake fue a comprar un perrito caliente al puesto de Doug, un hombre grueso y negro al que conocía desde pequeño y compraba frecuentemente.

- Gracias, tío. – dijo Drake.

- De nada, agente.

Drake le pagó a Doug cuatro dólares, Doug le hizo una señal y dijo:

- El primero está en la casa.

- Gracias.

Sonó el teléfono del policía. Drake metió su mano libre en el bolsillo, sacando su teléfono móvil. Harley Quinn llamaba. Respondió, tomándose una pausa para morder su perrito caliente cubierto de mostaza.

- ##Ey, ¿dónde estás?## – preguntó Harley.

- No me encuentro muy bien, estoy en casa. – mintió Drake.

- ##¿Has hablado con Cobblepot? ##

- Sí.

- ##Y, ¿qué te dijo? ##

- No mucho. Se pasó la mayoría del tiempo mirando a su alrededor, pensando que Batman iba a por él. El tío ha perdido el pico. – bromeó Drake.

- ##¿Qué? ## – preguntó Harley.

- Pingüino, jefe de la mafia, perdió el pico, venga Harley, enróllate.

- ##¿Desde cuando eres tan alegre conmigo? ##

- Desde ahora. Escucha, tengo que irme, el resfriado me está matando.

- ##Muy bien, escucha, Walker me ha metido en el caso del Cirujano, voy hacia los Narrows ahora. ##

- ¿Los Narrows? ¿Por qué?

- ##Es donde secuestraron a la última víctima. Ya hablaremos cuando vuelva. ##

- Ten cuidado.

Tim dio unos pasos por la acera.

- ##¿Detecto preocupación? ## – preguntó Harley.

Tim sonrió:

- Peligro.

- ##Vale, cuídate tú también.##

Tim colgó, puso el móvil en su bolsillo y cruzó la calle.

Piso franco.

Un hombre miraba por la ventana desde su piso, observando a Tim Drake, que andaba por la acera. Sus ojos, uno de cada color, seguían los pasos de Drake.

Se giró, el ingeniero estaba en la camilla, inconsciente y atado.

 

La Bat-cueva.

Las pantallas cambiaban constantemente, mostrando varias imágenes de la Mujer de Rosa.

Bruce estaba sentado frente al ordenador principal, aplastando una bola anti-estrés.

- Bruce, he descubierto algo que puede que te interese. – informó Callie.

- ¿La has encontrado?

- No. Son informes sobre el caso del “Cirujano”. Otra víctima ha sido hallada en el exterior del Hospital Memorial de Gotham, en los Narrows.

Bruce se levantó, se acercó a la pantalla y preguntó:

- ¿Qué cortó esta vez?

- Las orejas.

- ¿Qué demonios está haciendo este lunático? ¿Reconstruyendo la cara de alguien?

- No lo sé. Lo que sé es que he podido crear un patrón en el mapa de Gotham, todas las víctimas parecen ser halladas en un radio de ocho kilómetros, como puedes ver.

La pantalla mostraba un círculo, encima del mapa de Gotham, entre el polígono industrial de los Narrows y el barrio de clase alta en el centro de Gotham.

- Señala los hospitales. – ordenó Bruce, mirando a la pantalla.

- Ahora mismo.

El General de Gotham estaba en el centro, el Memorial de Gotham estaba cerca de los Narrows y el del Centro de Gotham. Todos ellos se encontraban cerca de donde las víctimas fueron secuestradas.

- ¿Puedes triangular la fuente, determinar con precisión dónde se esconde este Cirujano? – preguntó Bruce.

La pantalla mostró tres líneas, formando un triángulo cuyo centro se haya en una posición concreta: Cavendish Avenue. Callie informó:

- La posible zona donde el Cirujano lleva a cabo sus operaciones se encuentra en Cavendish Avenue. Pero no puedo determinar el lugar exacto.

- Piratea las cámaras de seguridad de la zona.

- Ya lo he hecho.

- ¿Ya lo has hecho? No me habías informado de eso.

- ¿Crees que no guardo secretos?

- Estás llena de sorpresas hoy.

Alfred le habló desde la otra punta de la cueva.

- Señor, la detective Harley Quinn ha venido a verle.

- Ahora voy, Alfred. – contestó Bruce, y luego se dirigió a Callie -, Callie, mantenme informado.

El ordenador contestó:

- Lo haré.

Harley estaba sentada en el salón. Bruce entró, ella parecía preocupada, casi llorando.

- Detective, ¿ocurre algo? – preguntó Bruce.

Harley hablaba con voz llorosa, Bruce notó que sus ojos estaban húmedos.

- No sabía a quién acudir. Bruce, tu compañía, puede piratear cualquier cosa, ¿verdad?

- Lucius sabe bastante de eso, ¿por qué?

- He encontrado esto.

Le dio un teléfono móvil. El móvil de Drake.

- Fui a su piso, lo encontré sobre la mesa. El lugar estaba desordenado, como si alguien hubiera entrado. Se lo han llevado, Bruce.

- ¿No es esto un asunto de la policía?

- Había una nota. Decía que te buscase.

- ¿Por qué?

- No lo sé. Tan solo decía que te llevase la nota, eso es todo.

- ¿Puedo verla?

Harley le pasó la nota. La observó:

“LO SÉ”

Eso es todo lo que decía. Bruce la miró y le dio la nota a su mayordomo, que parecía preocupado.

- Pondré a Lucius a trabajar en ello tan pronto como pueda. ¿Tu compañero tenía enemigos?

- No que yo sepa. Con todo lo que ha pasado, no me sorprendería que fuera el Cirujano.

- Muy bien, te llamaré si descubro algo.

- Gracias, Bruce.

Alfred condujo a Harley al exterior. Luego volvió con Bruce.

- ¿Quién lo sabe? – preguntó.

- Supongo que tendré que descubrirlo.

- Tenga cuidado, señor Wayne.

Fue rápidamente a la cueva.


Laboratorio.

Tim Drake estaba inconsciente sobre la camilla, atado a ella con cinta aislante. El Cirujano entró en la habitación, colocó una pequeña caja de herramientas en la mesa, la abrió, revelando diferentes herramientas para cortar y equipamiento de médico.

- ¿Dónde estoy? – preguntó Drake, al despertar.

- Agente Tim Drake, nacido el diecinueve de octubre de mil novecientos ochenta y siete. Edad: veintiséis, soltero, sin hijos, no fuma, no bebe, el donante perfecto.

- ¿Quién demonios eres?

- Soy el Cirujano.

El Cirujano entró, con la máscara de médico puesta, sus ojos eran ahora de color azul claro. Llevaba una herramienta para cortar en la mano, presionó el botón, la hoja comenzó a girar, era una pequeña sierra.

- ¡Déjame en paz, hijo de perra!

- Silencio.

El Cirujano acercaba la sierra más y más al rostro de Drake.


Celda de detención, Asilo de Arkham. Mientras tanto.

Enigma estaba sentado en su celda, retirando los pétalos de una rosa. Tiene acertijos por los muros de la celda, papel en el suelo, recortes de periódico pegados por las paredes, todos sobre Bruce Wayne.

Jonathan Crane le hablaba por el otro lado de los barrotes.

- Señor Nygma, necesito su cooperación para poder determinar su estado de salud mental.

Nygma respondió:

- No hasta que utilice mi verdadero nombre, doctor Crane.

- No voy a llamarte así.

- ¿Por qué quiere ayudarme?

- Porque soy médico, es lo que hago. Ahora, ¿vas a ayudarme a hacer mi trabajo o no?

Enigma sonrió. Crane suspiró, se alejó de la celda y dejó a Nygma dentro.

Crane andaba por los góticos y claustrofóbicos pasillos del manicomio, rodeados de celdas con peligrosos criminales dentro.Miró al frente y se limpió las gafas al ver a Vicki Vale, que estaba allí, micrófono en mano y sonriente.

- Doctor Crane, soy…

- Vicki Vale, sí, lo sé. Periodista. ¿Cómo has entrado? – la interrumpió Crane.

- Acordamos una cita para hoy.

- Ah, vale. Se me ha olvidado, tengo mucho trabajo en estos momentos.

Crane le hizo un gesto a Vicki para que lo siguiera. Los dos caminaron por el corredor, pasando la celda correspondiente a Oswald Cobblepot.

Despacho de Crane.

Crane se sentó tras su enorme escritorio. Vicki se sentó en frente suyo, sacando una grabadora.

- ¿Café, té? – ofreció Crane.

- Estoy bien, gracias. – Vicki encendió la grabadora -. Quería conocer su opinión acerca del Cirujano.

- Ah sí, el hombre que corta las caras de la gente porque no le gusta cómo es la suya. El clásico caso del trastorno de personalidad. Siente lástima por sí mismo.

- Sus víctimas parecen ser tener diferentes cortes, algunos pierden la piel, otros, los ojos. ¿Cuál cree que es la razón por la que hace eso?

Crane respondió sin inmutarse:

- He conocido a hombres como él antes, tenemos uno en el asilo de nombre “Victor Zsasz,” que asesinó a cuarenta y dos mujeres, marcando cada muerte en su propia piel con un cuchillo. Respecto al Cirujano no puedo decirlo con certeza, aunque creo que lo hace porque no puede soportar su aspecto.

- ¿Podría estar conectado a su niñez?

- Es difícil decirlo. Muchos individuos reclaman atención, quizás él es uno de ellos.

- ¿Lo hace para llamar la atención?

- Quizás, en casos como este descubrimos con frecuencia que puede ser un trauma de la infancia. A Victor Zsasz, por ejemplo, se le burlaban las chicas cuando iba al colegio, y esa es la razón por la que hizo lo que hizo, o al menos la única razón coherente que he conseguido sacarle durante nuestras terapias.

- Bueno, gracias por su tiempo, doctor Crane.

Vicki apagó la grabadora, Crane sonreía.

- ¿Ha conseguido lo que quería? – preguntó el doctor.

- Más que suficiente.

- Ahora, ¿qué me dice de ese trago?

- ¿Está flirteando conmigo?

Crane sonrió:

- Todavía no.

Vicki sonrió, apreciaba el cumplido.


Laboratorio.

Drake fue empujado contra la pared por el Cirujano, pero le golpeó en el pecho y le tiró contra la pared.Trató de alcanzar una llave inglesa que había en el suelo, pero el Cirujano le empujó.

Drake se arrastró en busca del destornillador, el Cirujano le perseguía. Drake agarró el destornillador, lo clavó en el pecho del Cirujano. Corrió hacia la puerta. El Cirujano arrancó el destornillador de su pecho, dejando escapar sangre, y agarró a Drake.

Lo tiró contra la camilla, luego golpeó su cabeza con la llave inglesa. Drake se mareaba y estuvo a punto de perder el conocimiento.

- Lo único que tenías que hacer era quedarte quieto y habría hecho esto rápido, pero ahora que me has cansado voy a tomarme mi tiempo. – le dijo el doctor al cuerpo noqueado de Drake.

El Cirujano agarró a Drake, pero éste tenía otra llave inglesa en la mano. Golpeó al Cirujano en la cara, haciéndolo caer hacia atrás. Drake vio su chaqueta en la mesa, fue a por ella pero fue zancadilleado.

Pegó un puñetazo al Cirujano, luego apartó su cara con la mano. El Cirujano seguía llevando la máscara de médico, aunque ahora estaba sangrando. El Cirujano interceptó el puño de Drake, lo empujó y comenzó a estrangular a Drake, que intentaba sin éxito alcanzar la jeringuilla.

Callejón.

El Bat-móvil estaba aparcado, Batman miraba a la escalera de incendios, sacó la bat-garra y disparó el gancho.

Escalera de incendios de la planta nº 5.

Batman abrió la ventana y entró a uno de los pisos, había un niño que se escondía debajo de la cama, temblando de miedo.

Se oían los sonidos de la lucha entre el Cirujano y Batman salió corriendo del piso, subiendo las escaleras hasta entrar al apartamento. Vio al Cirujano y a Drake luchando entre ellos.

Drake miró a Batman, su cara llena de sangre mientras el Cirujano fruncía el ceño.

El Cirujano agarró a Drake, acercó una jeringuilla llena de veneno de color negro a su cuello y lo utilizó como escudo humano.

- Mira quién es. El mismísimo Batman. – se burló.

- Suéltale.

- No lo creo, el policía le mandó a Bruce Wayne una carta y tú apareces, qué coincidencia, ¿verdad?

- ¡Acaba con él! – gritaba Drake, forcejeando con el Cirujano.

Drake trataba de liberarse, pero el doctor le agarró con fuerza, y le dijo:

- Considera tus opciones agente, o juegas tu papel y permaneces quieto, o te inyectaré esta fórmula ácida y morirás en una lenta, dolorosa y agonizante muerte.

- Él no tiene nada que ver con esto. – dijo Batman.

- Él era el cebo, el que sacaría a Batman de su escondite, ¿o debería llamarte Bruce Wayne? ¿Crees que no lo sabía? El niño rico que se entrenó para convertirse en el protector de Gotham, en su Caballero Oscuro.

- ¿Qué quieres?

- Revelación. Quiero que le digas al policía quién eres, y que mires cómo la escoria de la ciudad de Gotham viene a por ti.

Drake golpeó en la cara del Cirujano con su propia nuca, éste le soltó. Drake agarró al doctor pero este le golpeó y corrió hacia la puerta. Drake trató de perseguirle pero Batman se lo impidió.

- ¡Se está escapando! – gritó el policía.

- ¡Deja que se escape!

Drake empujó a Batman:

- ¿Le vas a dejar irse sin más?

- No.

Callejón.

El Cirujano subió a su furgoneta blanca, encendió el motor y aceleró cuando Batman descendía por la fachada utilizando su capa para planear.

Batman subió al Bat-móvil.

- ¿Has encontrado al Cirujano? – preguntó Callie por el comunicador integrado en el vehículo.

- Sí, y se está escapando. Furgoneta blanca en Cavendish Avenue, ¿puedes seguirla?

- La furgoneta está ahora mismo en Brock Park Way, a ciento cincuenta kilómetros por hora dirigiéndose hacia el puente de entrada a los Narrows.

Batman encendió el motor:

- Asegúrate de que no se sale del camino, pon todos los semáforos en rojo, levanta el puente de los Narrows. No dejes que escape.

- Ya estoy en ello.

La furgoneta escapaba, atravesando el tráfico y acelerando por la carretera mientras se acercaba al puente, a cinco kilómetros.

El Bat-móvil aceleraba bajo la noche, las alarmas de los coches aparcados sonaban mientras recorría la calle a gran velocidad.

El Cirujano vio por el retrovisor al Bat-móvil acercándose.

- Venga, continúa.

El doctor vio un camión, aceleró directo hacia él. Lo esquivó en el último segundo.

El Bat-móvil derrapó para evitar al camión a casi doscientos kilómetros por hora, dirigiéndose directo al puente.

Una mujer con su bebé en su carrito estaba cruzando la calle. El semáforo se puso en rojo, los coches se detuviero

frente a ella. La mujer agarró el carrito y lo puso fuera del camino cuando el coche del Cirujano estuvo cerca de atropellarlo.

El puente comenzó a elevarse, el guardia encargado de hacerlo miró a su interruptor, absolutamente confundido, dado que él no había pulsado el botón.

El Cirujano vio el puente subir. Presionó aún más el acelerador.

El Bat-móvil y el coche del Cirujano aceleraron por el puente.

- Va a saltar por el puente. – dijo Batman.

- Sugiero que uses el nitroso. – respondió Callie.

- ¿Tiene nitroso?

- Pulsa el botón rojo.

Batman miró el botón rojo, bajo una cubierta de plástico que decía: “NO USAR”.

- ¿Te refieres al botón que dice “no usar” con letras grandes y rojas?

- Tu padre nunca lo probó(5), tenía miedo de que el motor desfalleciese. He estado haciendo algunas pruebas, funciona.

- ¿Estás segura?

- Noventa y seis por ciento de probabilidades de que funcione.

- ¿Cuatro por ciento de posibilidades de que muera?

- Sí.

- Muy bien.

Batman presionó el botón y…

En el puente, el coche del Cirujano saltó sin problema, pero el puente continuaba elevándose. El Bat-móvil aceleró, muy rápido, tan rápido que Bruce lo veía todo borroso.

Saltó sobre el río, y cayó con dificultades al otro lado del puente.

El Cirujano miró por el retrovisor y vio el Bat-móvil dirigirse hacia él. Tan concentrado estaba en Batman que no vio el muro que se aproximaba hacia él. El Cirujano presionó el freno tan fuerte como pudo y su coche voleó varias veces cuando el Bat-móvil derrapó y se detuvo.

Batman salió, el coche del Cirujano comenzó a arder en llamas, el doctor se arrastraba por el asfalto. Batman corrió hacia él, pero el Cirujano le clavó en el cuello una jeringuilla.

La visión de Batman se volvió borrosa, estaba desorientado, veía todo en diferentes gamas de colores verde y rojo, sus ojos comenzaron a llorar.

Batman se arrodilló. El Cirujano arrastró a Batman a un callejón cercano.



Almacén abandonado. Poco después.

Batman estaba inconsciente en una silla, sin su cinturón, la bat-barra y la bat-garra. El Cirujano estaba cosiéndose una herida de la mano.

Batman despertó, miró al doctor. Pero no podía moverse, sus músculos no respondían.

- Te has convertido en un estorbo para mí, Bruce. ¿No podrías mantener tu enorme nariz fuera de mi negocio?

- ¿Qué me has hecho? – preguntó Batman, que a duras penas conseguía mover la boca para hablar.

- Es una fórmula de parálisis, debilita las señales eléctricas que tu cerebro envía a tus músculos, se te pasará.

- Tú mataste a toda esa gente.

- No, no lo hice. Tan solo cogí algunas partes de ellos. Nunca los maté.

- Murieron, por lo que tú les hiciste.

- Por favor, los médicos de Gotham son inútiles, los donantes podrían haber sobrevivido si fueran mejores en su trabajo. Pero estamos hablando sobre algo que significa nada.

- Ha muerto gente, eso significa algo para alguien, hijo de perra.

- Bruce Wayne, el hombre del pueblo. Es curioso, cuando tu padre fue asesinado por ser sobreprotector con su familia.

- Mi padre era un buen hombre.

- Y ahora el policía sabe tu secreto. ¿Cuánto crees que pasará hasta que lo desvele? ¿Cuánto crees que aguantarás hasta que la policía llame a tu puerta?

Batman sentía los impulsos volviendo a su mano izquierda, podía moverla, pero difícilmente.

- Querías ser un héroe y te convertiste en un vigilante. ¿Para qué, exactamente?

Batman respondió:

- Para detener a Joker.

- Cierto, el hombre que asesinó a tus padres(6). Esto sí que es venganza a la vieja usanza. Escúchame, Bruce, pronto o después tu mundo entero va a quedar reducido a cenizas. ¿Y quién estará ahí por ti cuando ocurra?

El Cirujano se acercó a Batman:

- El comisario de policía ha ofrecido una recompensa de cien mil dólares al que te lleve ante él. La gente de esta ciudad piden tu arresto. Incluso Tim Drake lo sabe. Tu secreto va a ser revelado, Bruce.

- ¿Y eso qué tiene que ver contigo?

El Cirujano rio malévolamente:

- Cuando llegue el caos, yo resurgiré.

- ¿Qué?

- Deja que te muestre.

El Cirujano se retiró la máscara de médico, su cara estaba vendada a excepción de sus ojos. Comenzó a quitar el vendaje, revelando su verdadera cara. Era la cara idéntica del mismo Bruce Wayne. El Cirujano se burló:

- ¿Cómo podría Batman ser Bruce Wayne si Batman murió y Bruce Wayne escapó por los pelos?

El ritmo cardíaco de Batman se alteró:

- No puedes.

- Ya lo creo que sí. No pretendo ser tú, Bruce, tras esta noche seré tú y Batman morirá.

El Cirujano cogió un cubo de gasolina, había unos seis alrededor de la sala. Comenzó a tirar la gasolina sobre Batman, cubriéndolo con ella.

Tiró el cubo al suelo, luego sacó una caja de cerillas.

- El fuego renace, señor Wayne.

El malvado Cirujano encendió una cerilla, pero rápidamente esta se apagó. Miró y encendió otra cerilla, que se volvió a apagar.

El Cirujano se giró para ver a la Mujer de Rosa. Ella le golpeó con un estallido de energía que lo envió volando contra un montón de cajas apiladas, dejándolo inconsciente.

Se acercó a Batman:

- Eres muy testarudo, Bruce.

- Sabía que vendrías. – respondió Batman.

- En contra de mis pensamientos.

- Al fin lo detuviste.

La Mujer de Rosa puso sus manos en Batman, la energía brotaba de ella, Batman podía moverse de nuevo. Los dos intercambiaron miradas.

- ¡No se ha acabado! – gritó el Cirujano, que se había recuperado del golpe.

El Cirujano encendió una cerilla, la tiró hacia Batman y… ¡BOOM! El almacén entero explotó, piedra y ladrillo se amontonaron en los restos del edificio, el humo ascendía a la atmósfera.


Salón, Mansión Wayne. Al día siguiente.

Vicki Vale estaba en la televisión. Informando sobre la explosión:

- Los informes dicen que Batman y un desconocido entraron en el almacén, pero ninguno de ellos salió. Las fuentes dicen que ningún cadáver fue recuperado del almacén.

Bruce estaba echado en el sofá, con una toalla sobre su pecho, en calzoncillos bóxer tomando un sorbo de té.

Llamaron a la puerta. Alfred abrió, saludando a Tim Drake.

- ¿Está en casa, Alfred? – preguntó el agente.

- No recibe visitas en este momento, ¿quiere que le dé un mensaje?

- De verdad, tengo que hablar con él.

Bruce habló desde el salón, a gritos.

- ¡Alfred, déjale entrar!

Drake entró, vio a Bruce en el sofá.

- Qué raro. – dijo Drake.

- ¿Qué pasa?

- Recuperamos el cuerpo de Batman anoche de los restos del almacén. Me dijeron que Batman era Bruce Wayne. Supongo que mi fuente se equivocaba.

- ¿Yo? ¿Batman? – preguntó Bruce, exagerando un poco.

- Lo sé, estás vivo así que… supongo que se equivocaba.

- Supongo.

- Bueno, me tengo que ir. Pero, si fueras Batman, me lo dirías, ¿verdad?

- Créeme, no soy Batman, el tío es un lunático.

- De hecho, me salvó la vida. Supongo que no voy a poder darle las gracias por ello.

- Supongo que no.

Drake asintió, y se marchó. Bruce se levantó, su espalda le dolía un poco. Miraba mientras Alfred abría la puerta a Drake. Bruce apagó la televisión. Alfred se acercó:

- Qué joven más encantador.

- Sí, lo es. Batman le salvó la vida anoche.

- Aunque ahora está muerto. Déjeme preguntarle, señor, si el agente Drake cree que Batman está muerto y sospecha que es usted, ¿cómo exactamente va usted a ser Batman?

- Ya lo sabe, Alfred. No es idiota, sabe que Batman se escapó.

- ¿Cómo escapó exactamente?

Bruce no respondió, dejó que Alfred lo descubriera por sí solo.

Bat-cueva.

Bruce estaba en la pantalla, Callie estaba comprobando todos los sistemas. El Bat-móvil estaba aparcado encima de una plataforma metálica, la Mujer de Rosa estaba al lado del vehículo.

Sonó la alarma anti-intrusos. Callie contuvo a la Mujer de Rosa en una jaula de rayos láser que la rodeaba y la mantenía atrapada dentro.

Bruce se acercó a los láseres. La Mujer de Rosa le habló:

- ¿Así es como tratas a la mujer que te salvó la vida?

- ¿Quién eres?

- Si te lo dijera, ¿cambiarían en algo las cosas?

- Dime un nombre.

Ella consideró la opción.

- Callie no apagará los láseres hasta que me lo digas. – dijo Bruce.

- Pandora. – reveló la mujer.

- ¿Qué quieres de mí, Pandora?

- ¿Qué te hace pensar que quiero algo de ti?

- ¿Entonces por qué me salvas la vida?

- Porque eres un estúpido.

Bruce le dio la espalda a Pandora.

- ¿Vas a liberarme? – preguntó la mujer.

Bruce no respondió. Pandora continuó:

- Te salvé la vida, dos veces, ahora hazme un favor y apaga esta trampa.

Bruce se acercó a ella.

- Callie, apaga los láseres. – ordenó Bruce.

Los láseres se apagaron. Pandora salió, libre, y dijo:

- Gracias.

- ¿Por qué estás aquí y cómo has entrado?

- Tengo mis métodos.

- ¿Mi doble está muerto?

- Sí.

- Entonces hemos terminado.

- ¿Qué?

- Me salvaste la vida y te estoy muy agradecido por eso, pero dejar a un hombre morir abrasado es algo que yo nunca permitiría y por eso no tenemos nada más que discutir. Hemos terminado.

- Estuvo a punto de matarte.

- Como Cobblepot, Nygma, y Joker. Pero yo no voy a dejarles morir, pagarán por sus crímenes y el pueblo decidirá su destino. No somos juez, jurado y verdugo.

- Entonces volveremos a vernos.

- Tú y yo hemos acabado.

- Bruce…

Bruce la interrumpió:

- Vete.

Pandora le miró fijamente, decepcionada, y en unos segundos se fue como el viento. Bruce se acercó al ordenador.

- Bruce, ¿eso era necesario? – preguntó Callie.

- Sí.

- Ella te ayudó.

- Pero dejó que otro hombre muriera abrasado. Callie, puede que me salvara la vida anoche, pero ella no puede decidir el destino de otra persona.

- Él arrojó la cerilla.

- Y ella se quedó mirando mientras se quemaba. Ella no es mejor que él. – se calló un rato y luego habló -. ¿Hay noticias de Joker?

- Estoy rastreando la ciudad.

- Tenemos que encontrarle.

Escondite del Joker.

Joker estaba sentado en su trono, comiendo alitas de pollo, y viendo la tele.

- Así que Batman está muerto, ¿eh? Bueno, eso ya lo veremos.

Joker rio sádica e histéricamente.

FIN



Referencias: 
1.- El Joker mató al hijo de Gordon en el Elseworlds The Batman #03
2.- Se refieren a la extraña mujer que ayudó a Bruce en el número anterior.
3.- De nuevo, ver número anterior.
4.- De nuevo, ver The Batman #03
5-. Toda la parafernalia que utiliza esta versión de Batman fue diseñada primigeniamente por su padre, el fallecido Thomas Wayne, el ordenador “Callie” incluido.
6.- Como en la pelicula de Batman (1989) aquí el Joker es de nuevo responsable de la muerte de los Wayne.



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