Superwoman nº 12

Título: Bocados de Realidad (y IV)
Autor: Roberto CruzH. Batto
Portada: Julio Nieto
Publicado en: Julio 2010

¡Superwoman contra Juicio Final! ¿Podrá Linda sobrevivir a la criatura que mató al Hombre de Acero? El esperado final de la saga Bocados de Realidad ya esta aquí. ¡No te lo pierdas!

Su nombre es Linda Danvers y a pesar de no tener lazos de sangre con el hombre de acero, se ha ganado el derecho de llamarse ...

Anteriormente en Superwoman: después de encontrar el cuerpo de la joven Roberta Ford brutalmente asesinada vestida como Superwoman, ésta inicia la investigación para aclarar el crimen. Pronto descubren que su círculo de amigos está controlado por Eric Raven, quien parece poseer unos dados mágicos con los que es capaz transportar a la gente a otra dimensión controlada completamente por él. Atrapados en este universo, Superwoman y Cutter deben ahora enfrentarse a un Eric colérico transformado Juicio Final…

La sangre de repente se heló en las venas de Superwoman. A pesar de los años aún recuerda muy bien su primer enfrentamiento contra la criatura: recuerda su ferocidad, la brutalidad y, sobre todo, su inmenso poder.
Eric parece reír, con su voz grotescamente deformada por las cuerdas vocales del monstruo. Sus puños golpean el suelo con su inmensa fuerza, lanzando a Linda y Cutter varios metros por el aire debido a la fuerza de la onda expansiva.

-    ¡Es Doomsday, Superwoman!!! ¡¡Ese loco se ha convertido en Doomsday!! ¡¿Cómo vamos a detenerlo ahora?!
Eso mismo se pregunta la Doncella de Acero mientras los escombros caen a su alrededor mientras en el centro de toda la destrucción Eric ruge de satisfacción.

-    Aléjate de aquí, Cutter. Vete lo más lejos que puedas…
-    ¿Q-qué vas a hacer?
-    Lo único que podemos hacer en este momento…- dice Superwoman, mientras se lanza volando hacia el monstruo. Ahora que posee los poderes y habilidades de Superman, muy superiores a las suyas propias, espera al menos poder entretener a Eric hasta que se le ocurra algún modo de detenerlo.

Una fea mueca aparece sobre el rostro de Doomsday (¿quizás sonríe?) al percatarse que un borrón rojo se abalanza sobre él. El impacto es brutal, haciendo estallar los cristales en varias manzanas alrededor. Superwoman, por un instante, queda fascinada por la increíble sensación de poder que la invade. ¿Es así como se siente Clark? Se ve capaz de alcanzar las estrellas y de levantar montañas. Parece increíble que con tanto poder Superman no fuese capaz de detener al monstruo.

Y como terrible confirmación de sus pensamientos, un behemot gris se levanta de la montaña de escombros que era antes un edificio residencial y contra el que le había lanzado con su terrible carga, esperando que la combinación de éste con la fuerza del edifico colapsándose sobre él, consiguiese pararle. Eric ríe, limpiándose un hilillo de sangre negra que brota por la comisura de sus labios mientras, con su otra mano, hunde sus dedos sobre uno de los escombros más grandes, lanzándolo luego con increíble velocidad contra la Doncella de Acero quien consigue esquivarlo fácilmente con su velocidad y que termina por estrellarse varios cientos de metros tras ella.

Superwoman flota sobre el lugar de la batalla a decenas de metros de altura, observando al monstruo. Ella ha peleado ya antes con él y ha oído las historias que Clark ha contado sobre sus enfrentamientos. ¡Claro! Este mundo trabaja en función de la información que tenga Eric. Por eso ella tiene los poderes y habilidades que, su supuesto parentesco con Superman, le otorgarían: ¡Juicio Final nunca ha sangrando! Eric tiene que rellenar por sí solo los huecos de la escasa información que se ha filtrado sobre la criatura. Si no es el auténtico Juicio Final, lo mismo existe una posibilidad de derrotarle.

El monstruo bajo ella parece hartarse y fruncir el ceño. Sus músculos se tensan y sus poderosas piernas impulsan su masivo cuerpo contra la sorprendida heroína. El impacto no la hace mucho daño, pero al fin, se ha puesto al alcance de los puños de la criatura que no tarda en descargar terribles golpes sobre su rostro. El cuerpo de Superwoman es enviado contra el asfalto a increíble velocidad, estrellándose con gran estruendo.

Linda consigue sobrevivir al golpe, abriendo los ojos a tiempo para ver caer a Juicio Final sobre ella dispuesto a continuar machacándola. Vuelve a dar las gracias por ser confundida con una kryptoniana pues gracias a su supuesta invulnerabilidad es capaz de soportar los terribles golpes que la están propinando. Pero esta resistencia no será infinita (Eric sabe que en algún momento Superman llegó a morir) así que debe zafarse de él lo más rápido posible.

-    ¡Eh monstruo! ¿Me echabas de menos?

Linda está completamente estupefacta, tanto como el propio Eric. Nightwing (controlado por la mente de Cutter) ha hecho acto de presencia lanzándose en un acrobático salto sobre la criatura. Pasa rápidamente por encima de ella, lo suficiente para dejar un pequeño paquete adherido a su cabeza. Eric trata de alcanzarlo con sus brazos, pero con una serie de volteretas, el héroe se pone fuera de su alcance. En ese momento, el paquete estalla. Juicio Final trastabilla, aparentemente aturdido.

-    ¡¡¿¿Estás loco??! ¡Podría haberte matado!
-    ¡Ey, tenía que hacer algo!! Por un momento olvidé que aquí soy Nightwing y tengo todas sus habilidades y armamento. Supuse que en algún sitio tendría algo guardado que pudiese utilizar, como en el cinturón de Batman. Y terminé por encontrar un poco de explosivo plástico. No podía dejar que te matase. ¿Qué me pasaría a mí entonces?
La mente de Linda retrocede sólo unos días y vuelve a recordar la conversación mantenida con Mattie, la esposa de Cutter: “Lo que pasa es que tengo miedo que se acerque mucho a ti… De que salga herido o algo peor por su relación contigo. Necesito a mi marido en casa sano y salvo.” Se lo había prometido y mira: a las primeras de cambio están peleando por su vida. Deberá tomar una determinación más seria sobre ésto… si sobrevive.
-    Vale, pero no vuelvas a intentarlo ¿ok? Vete de aquí ahora mismo o no podría mirar a la cara a Mattie si te pasase algo…

Un rugido gutural de rabia interrumpe la conversación. Eric se levanta de nuevo, con los ojos inyectados en sangr; la mitad de su cabeza está quemada por efecto de la explosión. La sangre brota por su oreja, desaparecida por la deflagración.

-    ¡¡¡ESSO ESSS TRRRRAMPPPA!!……- gruñe Juicio Final mientras comienza a avanzar con paso firme en dirección a la pareja. Linda no tiene más remedio que empujar a Cutter, alejándolo varios metros para sacarlo fuera de la trayectoria del monstruo. Éste la atrapa con su embestida pero Linda, aún consciente, junta ambas manos sobre su cabeza y lanza un poderoso golpe sobre su espalda. A pesar de su tremenda fuerza, Juicio Final no ceja en su empeño y utiliza el cuerpo de Superwoman para atravesar varios edificios dejando que ella reciba lo peor de cada impacto. El dolor comienza a ser atroz pero la férrea voluntad de la heroína consigue que reúna fuerzas como para lanzar un nuevo ataque contra la dañada cabeza de la Bestia, que la suelta retorciéndose de dolor.



-    Si, Sylvia. Tomo nota… Sabes que ahora mismo estoy ocupado con el asunto de Roberta Ford, así que no sé… ok, intentaré hacer lo que pueda… Sabes que si Linda está con él, nada malo puede pasarle… La llamaré si les veo o sé algo nuevo… Yo también te quiero- Y con esto, el detective Fred Danvers colgó el móvil.

Su mujer había recibido una llamada de Mattie, la amiga de Linda. Estaba preocupada porque su marido ha desaparecido. Desde que se convirtió en su agente de prensa, Cutter Sharp se había convertido en una especie de perrito faldero de Superwoman, persiguiéndola en cada aventura. Es fácil suponer que esté donde esté, andarán juntos metidos en algo. Otro día podría haber hecho algunas llamadas, pero le están presionando con todo este asunto de la falsa Superwoman. Leesburg es un pueblo pequeño; no es Metrópolis y menos Gotham. No están acostumbrados a crímenes como éste.

Ahora mismo no saben nada. Si ésto no hubiese pasado, estaría ahora compartiendo la cena con su mujer y luego verían juntos un nuevo capítulo de una de esas series de C.S.I. ¡Qué fácil parece todo en esas series! A estas alturas, Grissom, Horatio o alguno de esos tipos habrían encontrado un pelo escondido en un pliegue o una gota de sangre que les habría dado inmediatamente hasta el número de zapato que gasta el asesino. Pero en el mundo real las cosas nunca van tan rápido. Hasta dentro de un par de días no tendrán los resultados del laboratorio sobre las muestras que les enviaron. Así que no le ha quedado más remedio que hacer el trabajo a la antigua usanza.

Aunque ya es un oficial con experiencia, hoy ha sido especialmente duro para él hacer su trabajo. Habló largo rato con sus padres. Un psicólogo estaba presente para evitar hacerles más daño del necesario. Le hablan de su hija: una chica de su edad, algo rebelde y extraña para ellos (¿quién no piensa de sus hijos que no son un poco raros?) con una actitud mejorable en sus estudios y no muchos amigos conocidos. Después pasó a examinar su habitación. Roberta no tenía muchos menos años que su Linda cuando comenzó todo el asunto este de los superhéroes. La habitación era muy parecida a la de ella, salvo por la gran cantidad de objetos relacionados con Superwoman. Revistas, DVD, fotos, figuras y muñecos… Realmente esta chica sentía devoción por su hija. Uno de los chicos de la central ha venido a examinar su ordenador. Era fácil suponer que también estaría lleno de cosas sobre su ídolo. Tratará de encontrar algo en sus mensajes o en sus ficheros que nos diese algún indicio sobre alguien que quisiese hacerla daño. Nadie sabe los monstruos que puede haber por la red disfrazados de cordero…

-    Creo que tengo algo.
-    ¿Qué has encontrado?
-    Por suerte, no tiene muchas entradas en su lista de contactos. Está suscrita a alguna lista de correo como mundosupergirl.com y cosas así pero básicamente recibe correos privados de sólo cuatro direcciones. Sobre todo ésta: ericraven9982@aol.com Déjame ver… aquí está el último mensaje: “En mi casa a la hora de siempre”. Es de un par de días antes del crimen.
-    ¿Alguna idea sobre cuál puede ser el nombre real de ese ericraven9982??
-    El nombre no es muy original. Parece uno de esos usuarios que te otorga algún servidor automáticamente. Así a bote pronto diría que podría llamarse Eric Raven…
-    Sea quien sea, no parece que sea la primera vez que se ven. Quizás sea incluso del vecindario. ¿Le suena el nombre de “Eric Raven”, Mrs Ford?
-    Ahora mismo no… sólo conocemos a algunas compañeras del instituto. A ellas y a un par de chicas de un club de fans de “Supergirl”. El rato que Roberta estaba en casa se lo pasaba aquí, delante de ese ordenador.
-    Haremos una consulta a la Central, por si constase en algún sitio… Mantenme informado si descubres algo, ¿de acuerdo?
-    Claro pero aquí no puedo hacer mucho más. Si me lo llevo, quizás pueda darte una dirección si descifro su dirección I.P.
-    Vale, vale. Haz lo que creas necesario. Sabes que cuando te pones así, para mí parece que hables en otro idioma…

Tuvo mucha suerte. Alguien con el nombre de “Eric Raven” aparecía en nuestros ficheros. Un joven que hace 3 años fue acusado de robo con intimidación. Pasó un año en un reformatorio y ahora vive a no más de 5 kilómetros de la casa de Roberta Ford. Era un sitio tan bueno como cualquier otro para empezar.

Fred aparcó su coche y de repente se dio cuenta: a pocos metros de allí se encontraba el coche de Cutter. ¿Estaría Linda con él? Quizás llegaron todos a la misma conclusión…

De repente, un estrépito llamó su atención. Un joven salía corriendo de la casa de Eric Raven, tan deprisa que no se percató de los cubos de basura que pacientemente esperaban a ser recogidos a la mañana siguiente. Tras él, un hombre de mediana edad sale lanzando improperios de todo tipo.

-    Buenas noches. Disculpe, ¿es usted Mr…Slevin?- Fred trata de revisar sus notas.
-    ¿Quién demonios es usted?
-    Oh, perdone. Fred Danvers, detective. ¿Está en casa Eric Raven?
-    ¿Qué es lo que ha hecho el retrasado ese?
-    Por ahora sólo quiero hacerle unas preg…

Un grito de terror interrumpe al detective Danvers. Echa mano de su arma automáticamente y se dispone a entrar en la casa.

-    ¿Julia? ¡¿Julia?! ¿Qué demonios ocurre?
-    Por favor, señor. Permanezca aquí mientras compruebo la casa.
-    ¡Va a esperar aquí su p… madre! ¡Ésta es mi casa y nadie va a decirme cuándo o cuando no puedo entrar en ella!
-    ¡Le ordeno que permanezca aquí fuera! ¡Podría ser peligroso y recibir un disparo!

La casa estaba tranquila. La televisión encendida. La huida del joven interrumpió el partido de hockey que estaban viendo. No había nadie en el salón. El grito procedía de la cocina. Allí Fred encontró a una aterrorizada señora Slevin mientras dos jóvenes estaban en medio de la cocina, uno de ellos con la mano ensangrentada y completamente destrozada.

-    ¿Alguien quiere explicarme que está sucediendo aquí?


El intercambio de golpes es incesante. Aunque la potencia de los golpes de Superwoman se ha visto aumentada en esta realidad ficticia, su rival continúa siendo Juicio Final, la criatura que terminó matando al Hombre de Acero. Inevitablemente, este combate sólo tiene un final posible.

Linda tiene que encontrar una solución a ese problema. Como kryptoniana, ahora tiene dos ventajas sobre la bestia: supervelocidad y capacidad de vuelo. Aunque Eric sea capaz de catapultarse a kilómetros de distancia, carece de la habilidad de maniobrar. Haciendo uso de dicha velocidad, lanza miles de puñetazos contra el rostro del monstruo. A pesar de ser más débiles, la acumulación de daño surte efecto y Juicio Final cae lo suficiente como para que ella levante el vuelo.

La devastación que Superwoman contempla desde las alturas es aterradora. La mitad de Metropolis está en ruinas fruto de la brutalidad del combate. En su corazón siente alivio al saber que se trata solamente de una realidad ficticia. Si no, el número de víctimas podría ser descomunal. ¡Argh! Todo el cuerpo le duele y casi no puede ver por el ojo derecho.

Bajo ella, Eric ruge encolerizado. Arranca parte del asfalto con las manos desnudas y lo arroja hacia las alturas. A pesar de su descomunal tamaño, Superwoman no tiene problemas para atraparlo y lanzarlo de nuevo contra su enemigo. Juicio Final vuelve a lanzarse hacia el firmamento, atravesando el gigantesco trozo de desechos con un potente puñetazo. La consecuente lluvia de fragmentos distrae momentáneamente a Superwoman, lo suficiente para que consiga echársele encima. Aunque intenta atraparla con sus brazos ella consigue evitarlo, girando a supervelocidad de modo que la fuerza centrífuga aparte al monstruo de ella. Éste cae a tierra en medio de una gran explosión, a kilómetros de distancia. Al aproximarse a su ubicación, Linda capta con sus nuevos poderes sensitivos, que Juicio Final ha destrozado varios conductos de un gaseoducto y se encuentra rodeado de una burbuja de gas. Con un solo toque de su visión calorífica, la burbuja estalla.

-    ¡¡NOOOOOOOORRRRGHHHHHH!!!!!– ruge Eric en medio de la bola de fuego. El monstruo sale trastabillando, envuelto aún en fuego. El aire se llena con el olor a piel quemada. A pesar de tener el cuerpo de la criatura, aún sigue teniendo la mente de un chico y puede asustarse como tal. La angustia de verse envuelto en fuego es demasiado para él- ¡¡MORRRIRRSSS POR STOOO PUERRRCAA!!!!

-    Quizás eso sea efectivo. Intentar desconcertar a Eric, hacer que pierda el control de lo que ha de suceder- piensa Superwoman. Sigue con la vista, la dirección de las conducciones del gaseoducto hasta encontrar su origen. Si solo pudiese… Linda se lanza hacia el firmamento, desapareciendo de la vista de Juicio Final. “¿Ha huido?” parece preguntarse pero, en realidad, ella ha trazado una parábola, surgiendo por detrás de él, sujetándolo y elevándose en el aire. Trata de lanzar golpes al aire, tratando de liberarse y por un instante casi consigue zafarse de la presa de la joven. Por suerte, la factoria no se encuentra demasiado lejos y ella consigue lanzar al behemot contra uno de los grandes depósitos. El impacto es brutal, provocando una inmensa explosión en cadena que va haciendo explotar los diferentes depósitos uno detrás de otro, alimentando la explosión. La bola de fuego alcanza más de una milla de diámetro. Superwoman trata de recuperar fuerzas mientras contiene la respiración, esperando haber podido parar al monstruo.

-    ¡¡BASTA!! ¡¡BASTA!! ¡¡HAS HECHO TRAMPA!!
-    ¿Qué ocurre Eric? ¿No salen las cosas como tú tenías previsto y te enfadas?? –Linda trata de sonreír pero un dolor lacerante en su rostro, la hacen arrepentirse-. ¿Es así como funcionan aquí las cosas? ¿Es eso lo que pasó con Roberta?
-    ¡¡NO!! ¡¡Roberta sabía cuáles eran los peligros!! ¡Conocía las reglas!!
-    ¿Y qué reglas son esas, Eric? ¿Quién las impone? ¿Tú? ¿Quién te impide cambiarlas cuando a tí te interesa?
-    ¡No! Yo nunca haría eso. Yo…
-    ¿Estás seguro, Eric? ¿No era eso realmente lo que tú querías? Hacer las cosas bien, a tu modo. ¿Quién podría discutirte algo? ¿Tus amigos? ¿Aquellos a los que hacías reales sus fantasías? ¿Y que pasa con las tuyas?

Eric permanece en silencio. Se limita a observarla con asombro.

-    Para ellos, todo era perfecto, ¿verdad? Tú hacías realidad todo lo que soñaban, pero pronto deseaste mucho más, ¿verdad? Ya no te llenaba cruzar la galaxia o encarnar a tu héroe, porque sabías que en el fondo, todo era mentira. Más allá de tu sótano seguíais viviendo en el mundo real. Y ahí fuera seguías siendo el mismo tipo insignificante que habías sido siempre.

Superwoman continúa presionándolo. A su alrededor, el cielo parece partirse por la mitad dejando al descubierto una inmensidad rojo sangre que parece palpitar. Bajo sus pies, la tierra misma se abre, engullida por ese mismo fuego que parece rodearlo todo. Un viento infernal arremolina miles de escombros alrededor de la pareja. Eric ha empezado a perder el control sobre su propio mundo.

-    Dime qué ocurrió, Eric. Dime que todo fue un simple ataque de celos. Roberta era tuya… sólo un par de horas a la semana pero tú querías más, aunque ella era una chica lista y no aceptó lo que le ofrecías. Y la mataste en un ataque de furia. Dime que fue así, o de lo contrario, la única respuesta sería que realmente era eso lo que buscabas: torturar y destrozar a una chica inocente para poder… sentir algo. Dime que no eres un monstruo, Eric…

Como única respuesta Eric lanza un grito inhumano, mientras cruda energía, la misma que sostiene todo su mundo fantástico, se concentra en un único y poderoso disparo dirigido a Superwoman.


Como ya dijo antes, Leesburg siempre fue una ciudad pequeña, en ningún momento parecida a ciudades como Metropolis o Gotham City; pero desde la aparición de Superwoman, el detective Fred Danvers y sus compañeros cada vez se han visto más implicados en casos… extraños, fuera de la competencia normal de un cuerpo de policia.

Hoy se enfrenta de nuevo a uno de ellos.

Después de calmar a los Slevin en su cocina y de interrogar a los jovencitos vestidos de monjes, éstos destaparon una increíble historia sobre unos dados mágicos y un mundo de fantasía que creaban abajo, en su sótano. Todo era un simple juego hasta que Eric se descontroló y terminaron matando a Roberta Ford. Hoy, Superwoman vino por ellos y ahora mismo están luchando ahí abajo.

Convivir con una super-heroina hace que tu nivel de incredulidad baje varios enteros, así que el detective Danvers escucha impasible toda la historia. Con voz calmada, pide refuerzos y procede a bajar al sótano a investigar. ¿De qué puede servir un viejo policía armado con un revólver cuando ese chico está haciendo frente a los poderes de su propia hija? Quizás no sirva de mucho, pero esa de abajo sigue siendo su hija. Y no puede dejarla sola.

El espectáculo que contempla al bajar al sótano es ciertamente irreal. El mismo sótano parece haber desaparecido, envuelto por un fantasmal vendaval que lo engulle todo. Y en el mismo centro del torbellino, un colérico Eric Raven parece suspendido en el aire frente a los inertes cuerpos de Superwoman y Cutter que parecen retorcerse de dolor.

En ese instante, Eric grita de rabia mientras descarga un furioso golpe contra el abdomen de Superwoman, provocando que un vómito de sangre ahogue el grito de dolor de la joven, cuando recibe el impacto.

-    ¡¡¡LINDA!!!!– grita Fred Danvers al ver sufrir a su hija pero nadie jamás escuchó su voz. Su grito quedo eclipsado por el estruendo de su arma cuando por instinto disparó por tres veces contra el cuerpo de Eric Raven.



El cuerpo de Superwoman pareció explotar cuando recibió el impacto. Todas y cada una de sus células gritaron de dolor cuando la energía mística de aquel universo, trató de calcinarla hasta el último de sus átomos. Nunca Linda pudo imaginar que pudiese existir una agonía así. A pesar de su resistencia kryptoniana, el dolor amenazaba con hacerla perder el sentido. Quizás fuese lo mejor y así terminase la agonía…

Y entonces sólo hubo silencio.

“¿Acaso he muerto?” llegó a pensar Linda por un momento. Después de lo vívidas que eran sus sensaciones con los poderes de percepción kryptonianos y la horrenda explosión de dolor sufrida, la repentina calma y frialdad que la rodeaba la hicieron pensar lo peor.

-    ¿S-Superwoman?- murmuró Cutter a su lado.

Sólo en ese instante, Linda se atrevió a mirar. Al principio le costaba fijar los sentidos, como si hubiese estado mucho tiempo mirando al Sol y hubiese sido cegada por su brillo; a su lado, Cutter se levantaba trabajosamente, tan aturdido como lo estaba ella.

-    ¡Alto, no te muevas! – ordenó la voz de Fred Danvers. Linda jamás se alegró tanto de oír la voz de su padre.

Frente a ella, un cuerpo cayó de rodillas. Eric Raven estaba en estado de shock, con la mirada perdida, mientras con sus manos trataba de detener la hemorragia que los tres balazos le habían provocado en el abdomen.

-    No puede ser. Esto es trampa…- alcanzó a murmurar antes de desmayarse.



El destello de luz aún la molesta pero el paramédico no puede evitarlo. Necesita comprobar el estado de su ojo aunque se sienta un poco inútil al tratarla. La medicina meta-humana es una disciplina aún muy poco estudiada y, aunque este aspirante a cirujano pone toda su voluntad, no hay nadie disponible que pueda decirle cuál es su estado de salud. Ella ha sido un ente artificial creado en un universo paralelo, una amalgama de este ser con una humana, un ángel terrenal… ¿Y ahora qué? “Hasta el Doctor Medianoche tendría problemas para diagnosticarme un catarro, seguro” piensa Superwoman para sí.

Por suerte su fisiología continúa siendo básicamente humana, por lo que lesiones como costillas rotas, hombros dislocados y cosas así fueron fácilmente detectables. No pudieron más que darla algunos calmantes por vía oral e inmovilizarla a la espera de un examen más detallado en el hospital. Aunque su resistencia al daño era mucho mayor que la de un humano normal, las heridas que uno sufría en aquel universo imaginario se volvían reales en éste. Y desde que obtuvo sus poderes, Linda no había recibido una paliza semejante.

-    ¡Hey! ¿Cómo está la preciosidad? ¿Puedo hablar con ella?- la sonrisa de Cutter aparece al otro lado de la portezuela de la ambulancia. El enfermero le responde afirmativamente, alzando los pulgares antes de retirarse discretamente.
-    Hola Cutter.
-    ¿Estás bien?
-    He tenido días mejores, amigo mío…- Superwoman trata de sonreír y Cutter le devuelve el esfuerzo. Él ha salido mejor parado de todo ésto, con no más que una pequeña luxación y algunas magulladuras.
-    ¡Dios santo, aquello al final fue una auténtica locura! ¡Por un momento casi pude entender por qué esos chicos disfrutaban tanto…- Superwoman le mira fijamente en ese instante y la sangre de Cutter se hiela- Vale, creo que he metido la pata. Nada puede justificar las atrocidades que estos chicos hicieron con la pobre Roberta… ¡Pero tienes que reconocerme que estuve increíble como Nightwing!
-    Los cogiste tú, ¿verdad?
-    ¿Cómo? ¿A qué te refieres?
-    Vamos, ¿crees que soy tonta? Sé que los famosos dados mágicos no han aparecido aún, Cutter. Quiero que me los des.
-     Pero…- Cutter duda mientras Superwoman se queda frente a él, extendiendo su mano. Pasan unos tensos minutos hasta que al final, resopla y termina por meter su mano en los bolsillos del pantalón, entregándoselos con la cabeza gacha, como un niño al que le han pillado haciendo una travesura-. Sólo pensaba usarlos para poder llevar a Mattie a las Bahamas, tal y como le había prometido.
-    Sé que tus intenciones eran buenas pero ésto es demasiado peligroso para que esté en las manos de cualquiera- responde ella, reduciendo los dados a polvo con sus manos.
-    Y ahora, ¿qué? ¿Qué le pasará a Eric?
-    No lo sé, Cutter. Primero tendrá que sobrevivir a sus heridas. Luego, supongo que terminará en algún centro psiquiátrico…
-    Supongo…
-    Una cosa más, y quiero que sepas que ésto me duele casi tanto como los golpes de Eric: no quiero volver a verte.
-    ¡¿Cómo?!
-    Somos grandes amigos, Cutter. Y te debo mucho pero no puedo prometer que pueda salvarte siempre. Hoy nos hemos librado pero mírame: esta vez casi no lo cuento. No quiero ser la culpable de que Mattie se quede sin marido y tu futuro hijo sin su padre.
-    ¿Pero se puede saber qué mosca te ha picado?
-    No lo hagas más difícil, por favor. Hazlo por mí. Es más: hazlo por Mattie. Ve a casa. Ve con ella…
-    Pero…
-    ¡¡Cutter!!- la voz de Mattie se oye fuera del cordón policial. Con un gesto, Fred Danvers dice a los suyos que la dejen pasar. Ambos se funden en un abrazo y Mattie termina mirando fijamente a Superwoman, recriminando, con su mirada llena de lágrimas, todo lo sucedido en el día de hoy. “Nunca más, por favor” parece decir.

Linda se limita a asentir con lágrimas en los ojos.

Fin.

Nota del autor: Con esto ponemos fin a la saga “Bocados de Realidad” iniciada hace ya mas de 3 años por Imanol Amado y que estaba aún inconclusa. Tengo que reconocer que hasta este momento no había leído nada sobre el personaje, a pesar de que el escritor fuese el aclamado Peter David. Sólo espero haber hecho justicia al personaje y al cariño con lo que lo trató Imanol durante el tiempo que lo llevó.

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