Superman: Fantasmas en el sótano nº 02

Título: Fantasmas en el sótano. Parte 2
Escritor: Jose Angel Ares “Pater”
Portada: Jose Angel Ares “Pater”
Fecha de publicación: Mayo de 2007

La vida de Lois Lane en peligro...¡Temed al nuevo Superman!




Metrópolis, próxima a la medianoche. Un rayo rojo sangre cruza la calle principal a supervelocidad, arremolinando detrás suyo cristales rotos de puertas y ventanas hasta detenerse frente a la fachada principal del Hospital St Divine. La chaqueta roja detiene su movimiento pocos segundos después, pero el símbolo de Superman aún se vislumbra en el pecho del hombre, un hombre que lleva en sus brazos el cuerpo malherido de Lois Lane.
Desciende al suelo y la deja ante unos más que asombrados enfermeros, que dejan caer sin darse cuenta su cigarro del descanso.
- Ayudadla… - susurra con esfuerzo.
- Dios mío, es… Joe, mira, es Lois Lane – descubre el enfermero más joven a su compañero.
- ¿Qué ha ocurrido…? ¿Superman?, ¿eres tú? – pregunta dubitativo el otro enfermero, sin apartar la vista del hombre que tiene ante él.
- Nada me ata a vosotros…
Con un estallido ensordecedor desaparece del lugar. Los doloridos enfermeros se miran el uno al otro, sin saber cómo reaccionar, hasta que la mano temblorosa de Lois se alza ante sus ojos.
- Él… ha sido… él – sentencia ella.

15 horas antes.
La tormenta de la noche pasada ha dejado huella en los cielos ligeramente iluminados de Metrópolis y una lluvia que no acaba de caer obliga a los habitantes a no abandonar un techo bajo el que poder cobijarse. Los taxis se amontonan en una selva de bocinas y gritos amenazantes, mientras un agobiante calor recorre las calles, impregnándolo todo de un velo triste y pegajoso.
Lejos del centro, en una barriada, Superman aún duerme, sudoroso en el interior de una caseta de paredes desconchadas cuyo interior bien podría ser cualquier estercolero.
Las pesadillas golpean su mente, una tras otra… un combate a muerte contra una sombra de ojos rojos, miles de rayos de luz cortante desfigurándole, su traje arrancado de un cuerpo roto… y un gran sol rojo en cuyo centro crece un agujero negro a una velocidad vertiginosa, envolviéndole en la oscuridad más absoluta hasta que unos brillantes y afilados dientes se echan hacia él.
- ¡¡¡Noooo!!! – grita sobresaltado, despertándose. Su grito derrumba la caseta donde se encuentra, partiendo multitud de cristales de alrededor.
Durante unos segundos permanece tembloroso, en estado casi catatónico.
Klaus aparece ante él, sacándole de entre los escombros con facilidad, apartando cascotes con sus poderosas manos. Sus dedos entreabren los ojos de Superman y descienden para tomarle el pulso en el cuello y, sin mediar palabra, revela una jeringuilla en cuyo interior hay un líquido blanco, dotado de un extraño brillo.
-¿Q- qué…? – consigue decir Superman antes de caer de nuevo inconsciente.
Klaus localiza una vena y le inocula el contenido de la jeringuilla. Un gesto de grave preocupación invade su rostro.


10 horas antes.
Lex Luthor observa detenidamente las imágenes obtenidas de Superman la noche anterior en las pantallas de su despacho. Los dedos se su mano derecha contorsionan radicalmente un pequeño muñeco de Superman.
El holograma de su secretaria aparece sobre la mesa.
- Señor Luthor, le informo que el señor Grodinski ha anulado su cita de las tres y media… y el juez Charms ha ordenado el registro de los almacenes que poseemos en el puerto. ¿Cómo desea que proceda al respecto?
Lex rompe el muñeco de Superman en dos y lo deja caer en la papelera de acero, donde se amontonan docenas de muñecos destrozados del superhéroe.
- Llama al juez y cítale para comer conmigo mañana… ah, y resérvale una habitación en el Hotel Daylis con servicio de acompañante.
- Sí, señor – el holograma desaparece.
- A eso lo llamo yo un buen postre, señor Luthor… no creo que Charms le cause problemas.
Lex se levanta de su asiento y recorre parte de su despacho, hasta llegar al lado de Maltus Denbergh, que permanece sentado en una butaca frente a un gran ventanal.
- No, si cuando llegue a casa, el buen hombre ve un sobre en su escritorio con algunas fotos comprometedoras… siempre y cuando no llegue más tarde que su mujer y aspirante a senadora.
- Lo tiene todo controlado, ¿no es verdad, señor Luthor? – dice Maltus, sonriendo.
Luthor avanza unos pasos, interponiéndose entre Maltus y el ventanal, lo justo para que su sombra le alcance.
- No todo, Maltus, no todo… - susurra molesto Luthor.
- ¿Se refiere a…?
- Sí… a Superman. Ha vuelto y está ahí, –dice mirando Metrópolis desde su posición privilegiada- en alguna parte. Como has comprobado solo ha hecho falta que unas fotos desenfocadas anuncien su aparente regreso para que mis contactos en la mafia de Gotham cancelen sus citas y los jueces de Metrópolis recobren una confianza perdida hace semanas.
Luthor se gira hacia Maltus.
- ¿Sabías que las acciones de Lexcorp han caído 4 puntos esta mañana?
- No, señor.
Lex vuelve a su asiento, pensativo.
- No ha contestado a mi pregunta, señor –le recuerda Maltus.
- ¿Qué pregunta?
- ¿Cree que Superman tiene algo que ver con la muerte de Ovidian? Recuerde que las fotos fueron tomadas donde encontraron su cadáver.
- El bueno de Víctor… -sonríe Luthor.
De pronto se echa a reír desaforadamente, provocando extrañeza en Maltus, que carraspea notando como se le ha quedado seca la garganta.
- Superman no mata, Maltus, –dice, recuperando la compostura- así que usa tu perspicacia en encontrar al verdadero culpable de la muerte de unos de mis recicladores más tenaces, ¿de acuerdo?
- Así lo haré, señor Luthor. Esta misma noche le informaré de…
- No – le interrumpe- esta noche estaré ocupado, así que ponme en conocimiento de tu éxito mañana a primera hora.
Luthor coge unos informes clasificados de una carpeta de su mesa, observando la foto de uno de sus empleados: Liam Lyke.

7 horas antes.
La ciudad va cambiando su rostro de rascacielos inexpresivos con la desaparición de la luz del día, tornándose en un enjambre de luz multicolor.
Superman, ataviado con un abrigo ancho y deshilachado, intenta entrar en calor junto a un pequeño fuego encerrado entre trozos de ladrillo.
Klaus aparece a su lado.
- Hola, Superman…
- No creo que Superman haya tenido tanto frío como yo ahora… en algún momento de su vida.
- Estás enfermo, es normal que…
- No sé quién eres, Klaus… ni por qué parezco…
Sin previo aviso, Klaus coge a Superman por el cuello con una de sus manos y lo eleva en el aire, removiendo el fuego, cuyas llamas iluminan su rostro con un orgullo y una voluntad terroríficos.
- ¡Porque lo eres, necio!
- Aggh… suel… suelta…
- ¿Tienes mareos?, ¿nauseas?, ¿tu cuerpo no te responde?, ¿sientes que tu poder se arrastra por cada centímetro de tu cuerpo sin encontrar un lugar donde recuperarse?
- S-sí…
- ¿Qué es lo que recuerdas?
- No… n-no recuerdo… solo…
Klaus acerca el rostro de Superman al suyo, sin aflojar su presa.
- ¡¿Qué es lo que recuerdas?!-le grita Klaus.
Los ojos de Superman brillan y la furia se adueña de él; sus manos se agarran con fuerza al de Klaus, clavando sus dedos en él.
- Recuerdo… volar.
El suelo se hunde bajo sus pies un microsegundo antes de que ambos salgan despedidos hacia el cielo, rompiendo la barrera del sonido.
Ambos atraviesan el manto de nubes, aumentando su velocidad de ascenso.
- ¡¿Qué más recuerdas, Superman?!-pregunta Klaus, apretando el cuello de su compañero de vuelo.
- ¡Kripton!... ¡mis padres muertos!...- lágrimas de pura lava surgen en su mirada enfurecida, mientras aprieta aún más el brazo de Klaus- ¡mi hogar y mi familia! ¡todo destruido!... ¡no me queda nada!
Sin darse cuenta ambos abandonan la atmósfera terrestre y sus cuerpos flotan en el espacio; la mirada de Superman se apaga, reflejando una tristeza atroz, y antes de caer inconsciente, sus labios dan forma a sus últimas palabras: “no me queda nada”.
Klaus lo coge en sus brazos, mirándole unos segundos. Sonríe.
- Lo tendrás todo… ambos lo tendremos.
Acto seguido descienden hacia la Tierra.


2 horas antes.
Saphira corre de un lado a otro de su apartamento, colocándose como puede los plateados pendientes y unos zapatos de tacón tan fino que cuesta verlos en movimiento.
Coge su chaqueta y su pequeño bolso de charol y abre la puerta.
- Preciosa noche, ¿no?
- Maltus…
A escasos centímetros de ella, Maltus sonríe. Huele el perfume de Saphira, reflejando con una mueca fugaz su baja calidad.
- Tranquila, niña- dice Maltus, entrando en el apartamento- no te haré perder mucho tiempo.
- ¿Quieres… sentarte… tomar algo?- susurra ella, deseándole la peor de las suertes con la mirada.
Él observa a su alrededor y entre los escasos muebles apolillados, las paredes de papel amarillento y restos de una vida abandonada a la supervivencia diaria, suspira resignado.
- Qué pena, Saphi… qué pena…
- ¿Puedo hacer algo por ti?... Tengo una cita a la que acudir, una cita que tú…
- Ya lo sé- dice levantando la mano bien abierta, empujando las siguientes palabras de la chica al interior de sus pulmones- pero hay asuntos importantes, y lo importante… tiene prioridad.
La chica cierra la puerta y apoya su espalda contra ella, abrazándose a si misma.
- Así está mejor… quieta, callada y bien atenta…- dice, mientras retrocede hacia ella.
Su gran mano acaricia los mechones sueltos de la chica, recreándose en como los cabellos realizan un suave slalom entre sus gruesos dedos.
- ¿Sabes que Superman ha vuelto?
Los ojos perfectamente perfilados de Saphira se abren de par en par y un suspiro se escapa de su boca, casi inaudible.
- ¿Sabes que le fotografiaron donde el bueno de Víctor tenía su pequeño negocio?
Saphira cierra su boca, apretando las mandíbulas con fuerza.
- ¿Sabes que Víctor apareció muerto allí mismo… más o menos a la hora a la que fotografiaron a Superman?
Saphira baja su mirada, mientras su frente comienza a humedecerse y su corazón a palpitar cada vez más rápido.
- ¿Recuerdas…- sigue preguntando, acercándose con la fluidez de una pantera al oído de ella-… que yo te dije que fueras allí, poco antes de que fotografiasen a Superman en el lugar donde asesinaron a Víctor?
Saphira empieza a respirar con dificultad hasta que súbitamente se separa de Maltus, avanzando con pequeños pero veloces pasos al interior del apartamento.
- Sí, lo recuerdas… y lo sabes… lo sabes todo… sabes tantas cosas que apuesto lo que sea…-Maltus avanza hacia la chica, sonriendo y desabrochándose la chaqueta-…que te mueres por contármelo.


30 minutos antes.
En su apartamento, Lois, con los ojos enrojecidos, abre y cierra páginas Web con aparente descontrol, buscando toda la información que puede sobre la reaparición de Superman.
Su teléfono móvil tiembla sobre la mesa de su escritorio; al poco tiempo suena su teléfono de casa repetidamente hasta que salta el contestador.
Lois está demasiado ocupada para atender llamadas, pero una ráfaga de aire remueve los papeles impresos de los que estaba rodeada, atrayendo su atención detrás de ella.
Poco a poco se gira y ve, a contraluz de las luces de los rascacielos de Metrópolis la silueta de un hombre.
- Clark…
Lois se levanta rápidamente y corre hacia él, pero a escasos dos metros se detiene; la cercanía le posibilita ver mejor al hombre que tiene delante, y lo que ve la paraliza.
- Tú… tú no eres Clark…
- ¿Quién es… Clark?-dice él, con voz fuerte- yo soy… Superman.
Lois le mira sorprendida.
- Tú… tu voz… tu cuerpo… ¡tú no eres Superman!-grita Lois, liberando sus nervios con cada palabra.
- He venido porque… porque te recuerdo…-dice echando su mano hacia el hombro de Lois, pero ella se la saca de encima con un manotazo, retrocediendo, cada vez más asustada.
- Seas quien seas, sal ahora mismo de…
- ¡¡¡Soy Superman!!!
El grito es tan violento que los cristales del interior del apartamento se parten en cientos a la vez que daña los oídos de Lois, que echándose las manos a ellos con dolor, cae al suelo de rodillas.
- Pensé… que tendrías respuestas… pero los humanos solo me habéis traído problemas…
Lois jadea con lágrimas en los ojos, sin poderle oír, ya que un agudo pitido se clava en su cabeza desde las orejas, pero ve como el hombre con el escudo de Superman en su pecho avanza hacia ella.
- ¡No! ¡aléjate de mi!-grita desesperada antes de que Superman la coja por el cuello, levantándola del suelo sin esfuerzo, ahogando sus plegarias.
- Recuerdo… que no me tenías miedo…- por un momento baja la mirada, intentando atrapar vagos recuerdos, pero sin mucho éxito-… porque yo era dócil, era sumiso… tú…
La mira de arriba abajo con el deseo de un adolescente.
- Tú, valiéndote de tu cuerpo humano creías que podrías reinar a mi lado en este planeta… ¡pero ese es un derecho que solo una descendiente de Krypton puede exigir!- le grita, acercando su rostro al de él- ¡no eres digna de compartir mi poder!
Acto seguido la lanza a través de la habitación, estrellándose contra la pared y cayendo al suelo.
- ¡No he acabado contigo, humana!
Superman se acerca hasta el cuerpo inmóvil de Lois y durante unos segundos la observa. Sus ojos se alejan de la ira abrasadora a un cada vez mayor desconcierto y, con inusitada fuerza, diversos recuerdos golpean su mente: el rescate donde se conocieron él y Lois, el momento en el que le reveló su identidad, el primer beso.
Superman se aferra a la pared para no caerse, destrozándola bajo la palma de su mano.
- Todo es… control… falso… ¡mentira!
Sus ojos se abren con fuerza, mirándola.
- Serás la señal… que ponga fin para un nuevo comienzo.

Minutos más tarde, Superman deja a Lois al cuidado de los enfermeros del Hospital St Divine, alejándose a toda velocidad hasta que oye un grito… una voz que reconoce. Cambiando su trayectoria de vuelo desciende hacia su origen.
Maltus Denbergh, en camisa interior, limpia su pequeña navaja con empuñadura de oro de la sangre de Saphira, cuyas lágrimas recorren la herida abierta en su mejilla izquierda.
- Qué corte tan feo, Saphi… normalmente soy más profesional, pero tus molestas negativas a decirme lo que…
Superman le coge por el cuello y la entrepierna, sosteniéndole por encima de su cabeza.
Un segundo después parte su espalda y lo tira en el suelo, sin apartar la mirada de Saphira, que está en estado de shock.
- Hoy he visto las diferentes piezas que me controlaban caer una a una… hoy me he encontrado el ser más solo del universo, alejado de todo lo mío…
Saphira se acerca a él y le abraza.
- Me tienes a mí… me tienes a mí…-dice, con lágrimas en los ojos.
- Recuerdo que otra humana aseguraba lo mismo… y hoy no me recordaba…
- Yo sé quién eres… Superman… mi Superman…- dice ella, apretando su cabeza contra el pecho de él.
Él alza su tembloroso rostro con la mano, mirándola fijamente.
- Hoy he visto vuestro mundo… y es muy pequeño.
Acto seguido la besa con pasión.

Lejos de allí, Lex Luthor está inmóvil dentro de un laboratorio subterráneo, rodeado de lo que antes habrían sido toneladas de tecnología avanzada y muy cara, y que ahora yace en pedazos diseminada por el suelo. Las monitores resquebrajados iluminan intermitentemente el lugar y las chispas del cableado desgarrado dan cada unos cuantos segundos una nota de color fugaz a la tenebrosa estampa.
Luthor coge su móvil, acercándoselo a la oreja.
- Seguridad… localicen de inmediato a Liam Lyke- cuelga y guarda el móvil en su chaqueta.
- Creo que alguien ha relegado a Superman al 2º puesto en mi lista de objetivos mortales.

En el Hospital St Divine, Jimmy y Perry observan a Lois a través del cristal. Sale la doctora que la atiende, acercándose a ellos.
- ¿Cómo está…?-pregunta atemorizado Jimmy.
- La señorita Lane se encuentra estable… tiene tres costillas rotas y algunas vértebras dañadas, pero está fuera de peligro. De todas formas la mantendremos en observación esta noche para ver cómo evoluciona. Es todo cuanto puedo decirles hasta ahora.
- Gracias, doctora.
Mientras la doctora se aleja por el pasillo, Perry y Jimmy se sientan.
- Dicen que fue Superman, Perry… ¿cómo…? no lo entiendo…
- Paciencia, Jimmy… algo me dice que aún hay mucha verdad que debe salir a la luz.
Cerca, un televisor muestra una noticia reciente: “Cerca del Ártico un barco pesquero ha sido salvado del hundimiento en circunstancias extrañas… testigos afirman haber visto a un hombre cerrar la abertura del casco del barco con sus propias manos”.

Continuará...

2 comentarios :

  1. Primero quiero agradecerte el voto que has puesto en el concurso, pues no pretendo ganar pero me halaga que haya quienes les guste lo hecho.
    Segundo , decirte que me gusta tu blog, no lo conocia y me puse como seguidor pues esta mas que interesante!
    gracias.

    el murcielaguito

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  2. ¿A qué concurso te refieres, El Murcielaguito?

    Gracias por tus felicitaciones. Recuerda que este blog forma parte de la web Action Tales (www.dreamers.com/actiontales), donde puedes encontrar muchos más fanfics.

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