Los Titanes nº 9

Título: El regreso de Donna Troy. Segunda parte
Escritor: Raúl G. Peribáñez
Portada: Raúl G. Peribáñez y Roberto Cruz
Fecha de publicación: Febrero de 2009


Segunda y última parte de la saga El regreso de Donna Troy. El grupo de titanes liderado por Donna Troy se embarca en la misión de entrar en el castillo de Magus para rescatar a un niño. Mientras, el otro grupo es llevado ante el propio Magus, cuyo origen se revela en este número. Y además, el regreso de otro personaje.


Para convertirse en mejores héroes, estos adolescentes se han unido para aprender, entrenar y  madurar. Son algo más que sólo ayudantes. Son la proxima generación de los mayores héroes del mundo. Son
Dos grupos de titanes iban a llegar al planeta Rimba
Por una parte estaba el formado por Donna Troy, su amante Kronn, Wonder Girl, Superboy e Impulso. Gracias a la magia de Mr. Mxyzptlk fueron transportados aquí desde Mundo Bizarro. De no haberlo hecho, los cinco habrían desaparecido en el proceso de restauración que el geniecillo llevaba en dicho mundo.
Por otra estaban Arsenal, Cyborg, Starfire y Superboy (el originario de Mundo Bizarro, ¿recordáis?), quienes iban en camino en una nave espacial, presos de los acerianos, como tributo a su amo Magus.
Y tras este breve resumen, vayamos directos a la nave magusiana, a punto de aterrizar en Rimba…
- Magus es el líder de estos tipos, ¿verdad? –dijo Cyborg-. Y “magus” significa “mago” en latín.




- Eso me parece raro, Victor. Entre los gordanianos es más bien raro el culto a la magia y a lo sobrenatural –explicó Starfire.
- Pero hablamos de los acerianos, sus clones. Puede que no sea tan extraño entre la sociedad aceriense.
- Esperad –dijo ahora Superboy-… ¿Y por qué dar por hecho que ese Magus es un aceriano? Éstos pudieron conquistar Rimba acatando las órdenes de ese tipo.
- Sea quien sea, está claro que terminaremos por conocerle.

El jefe de las tropas magusianas se acercó a verles, siempre manteniendo una distancia prudencial de la celda en la que estaban encerrados los héroes.

- <¡Estamos a punto de aterrizar, escoria! ¡Serviréis como comida para nuestro amo!>
- ¿Qué dice? –preguntó Arsenal.
- Nada interesante, pero recordadme que sea el primero al que patee el culo.
- ¿“Patear el culo”? Llevas demasiados años con nosotros, Starfire –sonrió Arsenal.

En cuestión de minutos la nave fue descendiendo hacia la pista de aterrizaje. Los forzudos soldados sacaron la celda, llevándola hasta otro vehículo que les llevaría a su próximo destino.


Lejos de allí, en otra zona del vasto planeta Rimba, el otro grupo de titanes llegaba a una pequeña aldea en busca de cobijo.

- De momento no hay ningún hotel a la vista –bromeó Wonder Girl.
- Tranquila, Belod nos acogerá con los brazos abiertos.
- ¿Belod? ¿Es el mismo que te dio ese colgante? –a su pregunta Donna respondió con un gesto- Pero… ¿Es normal que no haya ni un alma por la calle?
- La estrella que da luz a Rimba ya se ha ocultado, chica. Es por eso que los rimbanianos se cobijan en sus casas. De noche están más protegidos en sus casas –explicó Kronn-. Antes de que llegara Magus y sus ejércitos, los rimbanianos eran seres especialmente sociables, que convivían incluso a altas horas de la madrugada. Pero los magusianos se entrometieron en sus vidas. Comenzaron a exigirles sus cárnicos, frutas y hortalizas en forma de impuestos. Secuestraron a sus hijos para asesinarlos como tributos a Magus. Los pueblos que se negaron a ello fueron arrasados.
- De ahí la desconfianza hacia los desconocidos. Veréis, hace tiempo fui herida en un combate y llegué a este pueblo buscando ayuda. Toqué a la puerta de la primera casa que encontré, que resultó ser la taberna de Belod. Fuera hacía un frío terrible; sabía que tenía cobijarme en algún lugar si quería sobrevivir. Belod se negaba a dejarme pasar, pero su pequeño hijo Avon tuvo más compasión. Pasé allí aquella noche y varios días más. Fueron buenos conmigo –sonrió.

El grupo se paró por fin frente a una posada. Donna tocó varias veces en la puerta, pero nadie acudió a abrirles.

- Si es que no son horas –dijo Impulso socarrón-…
- No es por ser alarmista, pero… Los cristales de la ventana están rotos –indicó Superboy-. Creo que éste es el momento en los que rompemos la puerta de una patada y entramos a ver.
- Pero sin romper nada –Donna desencajó la puerta con sutilidad-. Entremos.
Donna dio luz a aquel oscuro escenario mediante uno de los elementos que componían su traje.
- ¡Belod! ¡Avon! –gritó-. Qué raro que no estén. Ha tenido que pasar algo.
- Donna, esto tiene mala pinta –volvió a comentar el joven de acero-… Pinta de que ha habido una pelea.
- A una taberna viene mucha gente y tarde o temprano termina por haber alguna –dijo Kronn-. Pero hay rastros de sangre. Demasiada violencia para un lugar como éste. A menos que haya pasado algo más grave.
Para sorpresa de todos, de entre un recoveco salió un anciano de aspecto claramente desgastado y con su ropaje hecho trizas. Sin más dijo: -¿Donna?
- ¡Por Gea! ¡Belod! –Donna se abalanzó a abrazarlo- ¿Pero qué ha ocurrido aquí? ¿Qué ha pasado?
- ¡Fueron… fueron los soldados!
- ¿Dónde está Avon? Dime que no…
- Se lo llevaron, Donna, se lo llevaron –el anciano se desplomó comenzando a llorar-… Se enteraron de que te conocíamos y enviaron varios soldados. Querían que les dijéramos dónde estabas. Les… les dije la verdad, que no lo sabía, pero no me creyeron. Lo rompieron todo y después se llevaron a Avon, a mi hijo…
- ¿Pero cómo pudieron saberlo? –preguntó Kronn.
- No lo sé. Dejé el pueblo a los pocos días, cuando ya me encontraba mejor. Alguien debió verme, nos relacionaron y nos delató a Magus. No pensaba que pudiesen atacarme a través de ellos.
- Ahora lo importante es tu salud, Belod.
- No… no te preocupes, Kronn… Yo estoy bien, pero mi hijo por quien debemos preocuparnos…
- ¿Adónde se lo llevaron?
- ¿Adónde? Al castillo de Magus, claro. ¡Se lo darán como comida a ese monstruo! ¡Tenéis que salvarlo!



El vehículo que transportaba al otro grupo entró en un gigantesco castillo. Aunque construida de simple piedra, aquel rudimentario lugar tenía como vigilantes a soldados acerianos, todos ellos con armas de gran tecnología. Era una combinación peculiar entre tecnología del pasado y la del presente. El vehículo en cuestión se detuvo al llegar a un amplísimo terreno, abriendo sus puertas para descargar la celda, y de ella a los titanes.

- ¿Dónde estamos?

El terreno tenía forma circular, viendo su extensión interrumpida por cientos de metros en forma de gradas. Desde sus asientos la multitud de acerianos lanzaba gritos de euforia al ver a los héroes. Era, en definitiva, un escenario de combate en el que los titanes serían los luchadores.

- ¿Habéis estado alguna vez en el coliseo romano? –preguntó Arsenal- Yo tampoco, pero espero que aquí también esté de moda lo de los leones.

Una compuerta se abrió dejando libre a un gigantesco monstruo que caminaba lentamente sobre sus cuatro patas.
- ¡Starfire, el cielo está despejado! ¿Crees que podríamos escapar volando? –preguntó el arquero.
- No tan despejado, Roy; hay soldados por todas partes y al primer intento de escapar nos dispararían. Tendremos que ensuciarnos las manos.
Varios soldados se acercaron al monstruo soltando sobre él una descarga eléctrica con el fin de enfurecerlo. Y lo consiguieron, porque al poco se lanzó corriendo hacia lo primer que vio: nuestros protagonistas.
Cyborg se puso frente a él, intentando detenerle con sus fortísimos brazos mecánicos, pero no eran comparables a la de la bestia en carrera. Así, Cyborg salió disparado varios metros por la envestida.
Starfire le lanzó varios rayos de energía que apenas hacían mella por la gruesa piel del monstruo. Por su parte, Superboy fue golpeándole repetidamente en la zona del cuello, esperando que fuese más sensible a sus puñetazos.
Entre los acerianos sonaban las carcajadas. Veían aquello como un simple espectáculo, una forma divertida de castigar a aquellos que se habían opuestos a sus acciones en Mundo Bizarro. Pero poco a poco las risotadas fueron a menos: los ataques de Starfire y Superboy, más los rayos sónicos que ahora lanzaba Cyborg, estaban debilitándolo. En cuestión de minutos aquel ser terminó derrumbándose sobre sí mismo.
- Ey, gracias por ayudar, Roy –dijo Cyborg con cierta ironía.
- No quería quitaros el protagonismo. Sin mi arco y flechas soy tan inútil como Batman sin su cinturón. Bueno, casi.
En ese momento saltaron varios soldados dispuestos a que el espectáculo terminara como tenían previsto. Uno lanzó un rayo sobre Arsenal, quien lo esquivó saltando sobre su enemigo. Tras varios golpes éste cayó en tierra noqueado. –Vale, a éstos puedo merendármelos yo solo. Los gordanianos solían ser más duros.
- Recuerda que estos son acerianos. No tienen tanto glamour –Cyborg golpeó en tierra provocando un pequeño temblor que desequilibró a otros dos. Seguidamente hizo que su brazo se extendiera varios metros golpeándoles sin necesidad de moverse.

En uno de los anfiteatros estaba el ya mencionado jefe de las tropas magusianas, que se mostraba preocupado por lo que estaba pasando.

- <¡Nos están humillando!>
- <¿Pero de dónde has sacado a esos demonios?> - dijo otro.
- Los capturamos en Mundo Bizarro. Pensé que serían presas fáciles en nuestros juegos de guerra. ¡No esperaba que ganaran al monstruo Fhtak!
La conversación se interrumpió cuando una siniestra voz sonó en las mentes de ambos: “Traedlos a mí.”
- Euh, sí, amo, lo haremos
La orden fue traslada a los soldados, que llevaron a los titanes hasta una amplia sala.
- Aquí los tiene, amo.
Los soldados se marcharon dejando a los héroes a solas.
- ¿Esto es una broma? Aquí no hay nadie –dijo Arsenal.

Antes de que nadie pudiese responder una voz sonó en sus cabezas que gritaba “¡Silencio!”. Fue tan potente que los cuatro titanes se echaron las manos a la cabeza instintivamente.

De entre la oscuridad de un recoveco de la sala salió un hombre vestido con una túnica negra que cubría todo su cuerpo.

Starfire levantó la mirada y se quedó horrorizada al ver el rostro de su enemigo. Aquel era delgado, con cierto tono rojizo en su piel y sobre sus cejas había otros dos ojos.

- ¿Eres… Trigón? –preguntó Starfire claramente asustada.


Mientras tanto, el otro grupo de titanes estaba en una zona cercana al castillo de Magus, oculto entre los árboles.

- ¿Cómo vamos a entrar? –preguntó Superboy.

Kronn, en silencio, caminó varios metros en dirección al norte. Miró después un árbol con unas aparentemente incomprensibles marcas y siguió andando hacia el este. Al fin se detuvo.

- Es aquí.

Se agachó entonces y abrió una puerta oculta en el suelo por tierra y hierbajos.

- ¿Cómo sabías…? –preguntó Wonder Girl.
- No es la primera que intentamos entrar en el castillo. Por aquí llegaremos al alcantarillado del castillo, pero está protegido con sistemas de seguridad de alta tecnología. Conozco las claves para desconectarlas durante al menos unos minutos.
- ¿Nos dará tiempo de colarnos? –dijo de nuevo Wonder Girl.
- Yo puedo –aseguró Impulso.
- De hecho mi sugerencia es que seas tú quien entres y las desconectes desde el interior. Te explicaré cómo hacerlo. Pero tendrás que ser muy rápido. ¿Crees que podrás?
- Tendré que hacerme llamar Kid Flash para que me toméis en serio –bromeó Impulso-. Tú sólo dime qué tengo que hacer.

Dicho y hecho: en menos de dos minutos Impulso fue y volvió.

- Paso libre –sonrió Impulso.

El grupo entró en la zona subterránea y recorrió un largo camino hasta que Kronn se detuvo - Ya hemos llegado. ¿Veis las escaleras? Subamos.

Y así lo hicieron hasta que las escaleras se terminaron al llegar al techo, donde Kronn tuvo que mover con sus manos un portal, similar al alcantarillado de cualquier ciudad. Fue entonces que ya estaban dentro del castillo.

- Si Avon sigue vivo, y espero que lo esté, debe encontrarse en aquella torre –señaló Donna-. Allí es donde encierran a los presos. Recomiendo que seamos todo lo sigilosos que podamos.


- Soy Magus. Hijo de Trigón.
- Es imposible –sentenció Cyborg-. Trigón no tuvo más que una hija. Intentó durante siglos tener descendencia que le ayudara en sus conquistas interdimensionales, pero…
- ¿…todos sus hijos morían? –dijo Magus sonriendo-. Es cierto. Mi padre era tan poderoso que era casi imposible que una mujer sobreviviera a la experiencia de concebir un hijo suyo. Casi.
- Mira, me da igual que sea tu padre, –Superboy se lanzó a por el villano-, ¡vamos a irnos de aquí!

Con un simple gesto de Magus, Superboy dejó de poder respirar. Desesperado, se echó las manos a la garganta, pero no fue hasta un nuevo gesto de Magus que volvió a respirar con normalidad. Sus compañeros titanes se quedaron pasmados ante lo que acababa de pasar. No habían tenido ni un solo instante para reaccionar e intentarlo detenerlo.

- Soy Magus, hijo de Trigón, y tengo todo su poder. No debería daros igual.
- ¿Qué es lo que quieres de nosotros? –preguntó Arsenal.
- Curioso que hagas esa pregunta. No quiero de vosotros más que muráis, porque no voy a permitir que liberéis a mi hermana.
- ¿Tu hermana? –dijo Starfire- Por X’hal, tu hermana es…
Los titanes se miraron los unos a los otros. Sin mediar palabra comprendieron de quién se trataba.
- Raven…


Mientras tanto, en otro lugar del castillo, el grupo de titanes liderado por Donna Troy se dirigía a la torre en la que Avon estaba encarcelado.
- Tenemos que ser sigilosos –afirmó Kronn-, pero también debemos pasar desapercibidos –con un simple gesto suyo aparecieron de la nada cinco túnicas.
Los tres jóvenes titanes hicieron un gesto que llamó la atención de Donna
- Kronn tiene conocimientos místicos –explicó.
Kronn reanudó la marcha, y todos lo siguieron de inmediato. Era un hombre de aspecto humano, con un físico esbelto y prietos músculos. Su larga cabellera morena cubría buena parte de su espalda, donde llevaba un carcaj con flechas y un arco. Se mostraba muy seguro en sus órdenes y mostraba conocer detalladamente la organización interna del castillo.

- Sé lo que estás pensando –murmuró Superboy.
- ¿A qué te refieres? –respondió Wonder Girl.
- Ya sabes –el chico hizo un gesto refiriéndose a Kronn-…

Ella tampoco se mostraba muy entusiasmada con la idea de que Donna estuviese con el enigmático Kronn, pero prefirió no hablar del tema. “No es el momento”, pensaba la joven.
Así pues, siguieron adelante, siempre con el temor de ser descubiertos por alguno de los soldados de Magus que se encontraban en el camino. Eran en esos momentos cuando todos agachaban la cabeza, procurando que las túnicas no dejaran a la vista sus rostros humanos.

Tras varios minutos de caminata toparon con un obstáculo. El acceso a la torre estaba protegido por un soldado, que se mantenía firme en la puerta, armado hasta los dientes.

- ¿Y ahora qué? –preguntó Wonder Girl- ¿No tienes algún hechizo para dejarlo inconsciente?
- Me temo que no –respondió Kronn.
- Vale, entonces déjamelo a mí –Wonder Girl golpeó al vacío lanzando una fuerte masa de aire que tumbó al soldado-. ¿Seguimos?


- Dices… que eres el hermano de Raven –titubeó Arsenal- Y que… crees que venimos a por ella.
- Curioso –dijo Magus con tono serio-. Realmente pensaba que habíais venido por ella, pero sospecho que… ¿Será posible que no sabíais nada? De todas formas, nunca hubieseis podido llegar a Raven.
Me preguntabais antes cómo era posible que fuese hijo de Trigón –dijo mientras daba la espalda a los titanes-. Como vosotros mismos decís, mi padre no tuvo mas descendencia que Raven, pero aún cuando él estaba muerto su maldad seguía viva en su hija… Vuestra amiga, que se hizo llamar por aquel entonces “Dark Raven”, buscó personas en las que introducir la semilla de Trigón.
Los Titanes, en silencio, escuchaban aquellas palabras que les recordaba tiempos más oscuros.
- Muchas de esas personas murieron, incapaces de soportar aquel poderoso legado, pero otras… Ah, otros sobrevivieron y se convirtieron en nuevos heraldos de Trigón.
- Todo eso ya lo sabemos –dijo Arsenal-. Nosotros estuvimos ahí.
- ¿También sabéis que dejó la semilla en esta dimensión? Estamos en lo que habéis conocido como la dimensión de Azarath, pero Azarath no era más que un pequeño mundo de los muchos que existen… como Mundo Bizarro o Rimba. Vuestra amiga vino aquí, a Rimba, e implantó la semilla en el Rey de este mundo, un hombre tan poderoso como engreído que soportó el dolor sólo para no mostrarse débil ante sus vasallos. Evidentemente era una actitud inútil, porque iba a morir tanto si resistía como si no; la semilla era distinta a las demás, y en lugar de convertirlo le hizo engendrar una pequeña criatura.
- ¿El Rey… dio a luz?
- Nací yo. A los pocos segundos tomé conciencia de mí mismo, de mi origen y de mi destino. Con mi poder maduré hasta tomar un aspecto adulto, maté a aquel hombre y emprendí el camino marcado por Trigón, primero conquistando Rimba, después el resto de esta dimensión.
Mientras sus compañeros hablaban con Magus, Starfire salía de la habitación. Sentía una fuerte atracción que le resultaba sutilmente conocida. Se detuvo frente a una simple pared, la cual destrozó con un rayo láser, y entró por el agujero. Recorrió entonces un largo pasillo que le llevó a una sala, y fue allí donde encontró un curioso objeto. Era una esfera de aspecto cristalino, que brillaba con fuerza y que en su interior mostraba una peculiar imagen - Por X’hal…
- ¿Pero por qué capturaste a Raven?
- Raven, después de liberarse de la maldad de nuestro padre, había renacido. Ahora era incorpórea, un ser espiritual con un aspecto dorado que remarcaba su pureza. Ambos, aún sin conocernos, teníamos una conexión. Yo sabía de su existencia como ella de la mía, así que de manera preventiva conseguí capturar su espíritu.
De repente, Magus se percató de la ausencia de Starfire.

- ¿Dónde está? –preguntó casi desesperado- ¡Maldición!

En la sala en la que estaba Starfire las paredes se rompieron en mil pedazos, dejando ver a Magus. Éste levantó la mano. Pretendía usar su poder, quién sabe de qué forma, para recuperar la esfera, pero esta vez Starfire reaccionó rápidamente. Lo hizo dejándola caer y al romperse se liberó un espectro oscuro. Tenía forma de un gigantesco cuervo, y se movía de manera errática, chillando con fuerza.

- ¡Estúpida, volveré a atraparte como lo hice la otra vez! –gritó Magus- ¡Volveré a encerrarte, Raven!

El espectro, después de estar revoloteando, se dirigió a Starfire e impactó en ella. La joven Kory se derrumbó en tierra por el shock de lo que acababa de pasar, pero tras unos pocos segundos se levantó. Se mostraba ahora sonriente, consciente de lo que estaba pasando.

- Encerraste a Raven, pero no volverás a hacerlo. Ahora es parte de mí.

Alrededor de Starfire comenzó a crecer el espectro. Lanzó un puñetazo al aire y del puño se extendió el espectro hasta golpear a Magus. El villano salió disparado atravesando todos los muros del castillo.

- ¿Qué demonios…? –Arsenal se quedó sorprendido al ver al espectro que rodeaba a su compañera- Kory, ¿qué te ha pasado?
- Magus lanzó mil hechizos para retenerla, pero ahora está libre… en mí –respondió casi aturdida por lo que estaba pasando.
- ¿Te encuentras bien?
- No es la primera vez que estoy unida al espíritu de Raven… Aguantaré. Pero ahora lo importante no soy yo, sino acabar con ese tirano. Puedo sentir el ansia de venganza que Raven tiene por él, y voy a saciarla.


En otro lugar del castillo, el grupo liderado por Donna llegó por fin a la celda donde estaba Avon. La titán rompió los barrotes con sus propias manos y se acercó a abrazar a su joven amigo.
- ¿Avon? ¿Estás bien? Soy Donna. Te vamos a sacar de aquí.
- ¿Donna…?
- Vamos, gente, tenemos que salir de aquí.

De repente, una de las paredes se rompió en mil pedazos, casi como si hubiese habido una explosión. En realidad era Magus, que había llegado allí por el golpe propinado por Starfire.

Donna lo reconoció de inmediato. Dejó a Avon en tierra y saltó enfurecida sobre Magus lanzándolo a través de otro muro. De hecho, ambos cayeron desde lo alto de aquella torre hasta impactar en el río que rodeaba el castillo. En el fondo del río el rifirrafe siguió, al menos hasta que Magus le propinó un golpe con el que se la quitó de encima. Ya fuera del agua, ambos entablaron conversación, aprovechando para retomar fuerzas.

- Te has convertido en una verdadera molestia, Troy. Siempre estás entrometiéndote en mis planes. Has creando una falsa esperanza entre el pueblo de que pueden ser libres, pero créeme, eso no ocurrirá nunca. He dedicado toda mi vida a ser el amo de Rimba y del resto de esta dimensión, y no podrás evitarlo.
- ¿Toda tu vida? –dijo Donna mientras se limpiaba la cara de sangre-. ¿Cuántos años tienes, dos o tres?
- Los suficientes para saber qué debo hacer. Heredé el poder y el conocimiento de mi padre…
- … un demonio al que mis amigos y yo misma derrotamos, como te venceré a ti.
El enfrentamiento verbal se detuvo con la aparición de un numeroso grupo de titanes. Por un parte estaba Starfire, rodeada por el espectro de Raven y acompañada de Arsenal, Cyborg y Superboy. Por otro lado llegaron Wonder Girl, Superboy, Impulso y Kronn.
- ¿Donna? –dijo Starfire sorprendida por encontrar viva a su amiga-. No puede ser!
- Kory, Vic, Roy… Estáis todos aquí.
- Gente, recomiendo centrarnos en Magus y después seguir con las explicaciones.
- Estoy de acuerdo, Arsenal. Puedo sentir a Raven en mi interior –dijo Starfire-. Tiene verdaderas ganas de vengarse por lo que le hizo.

Magus se puso frente a todos, intentando mantenerse firme aún a sabiendas de que probablemente no podía ganar esta batalla. Consciente de ello, con un simple pensamiento llamó a sus soldados, que aparecieron de inmediato para igualar la situación.

- ¿Estáis seguros de que queréis seguir adelante con esta pelea? –sonrió el demonio.
- De hecho… No –respondió Kronn-. Vinimos a por Avon y ahora que ya lo tenemos podernos marcharnos. No hace falta que nos manchemos las manos de sangre.
- Ey, colega, no sé quién eres, ¡pero no nos vamos a ir! –dijo Superboy-. El tal Magus ha intentado matarnos y no voy a dejar que se vaya de rositas.



- Oye, yo estoy de acuerdo con Kronn –respondió el otro Superboy.
- Jo, esto va a ser un poco confuso –comentó Impulso-. Sabes, S-Boy, podíamos llamarte… cómo era… Conner para diferenciarte del otro.
- Genial, yo soy el original y tengo que preocuparme de diferenciarme de mi doble –dijo con cierta resignación.

Donna Troy interrumpió la discusión.

- Magus, estoy dispuesta a dejarte vivir un día más. Sospecho que tú mismo agradecerás que nos marchemos. A fin de cuentas, eres el hijo de Trigón, pero ni tu sólo puedes derrotarnos a todos.
- No juegues con fuego, Troy –sonrió con malicia.
Los titanes se retiraron, algunos de ellos dudando de que realmente aquello fuera a terminar así sin más. Cuando ya estaban lejos apareció Mr.Mxyzptlk al lado de Magus.
- ¿Qué quieres?
- Ey, ¿qué pasa contigo, Magus? Esperaba un enfrentamiento épico, de esos que hacen historia. Ya sabes, un pim pam pum. En lugar de esos los dejas marchar como si no hubiese pasado nada. ¡Me siento estafado!
- No deberías fisgonear en los asuntos de los demás. Admito que no esperaba que liberaran a Raven, pero es un mal menor teniendo en cuenta mis planes con Troy.
- Oh, lo dices por ese maromo, el tal Kronn, ¿eh?
- Entonces… lo sabes.
- ¿Que tú y Kronn sois…? Lo comprendí desde el principio.
- Entonces –Magus agarró a Mxyzptlk por el cuello-… Te recomiendo que cierres la boca. ¿Crees que podrás? Por cierto, perdí a cientos de soldados cuando “reiniciaste” tu Mundo Bizarro. Muy gracioso por tu parte.
- Euh, oh, sí, lo siento. Sabes, acabo de recordar que tenía una cita – Mxyzptlk desapareció.

Epílogo
Varias horas después, a las afueras del reino de Magus, los Titanes se despedían de Kronn, del doble de Superboy y de Belod y Avon.
- ¿Crees que podrás abrir el portal dimensional? –preguntó Cyborg.
- Ey, de verdad, no me infravaloréis –respondió Impulso-. Además, si lo hizo el tarado de mi doble bizarro, yo también.

Impulso comenzó a girar sobre sí mismo a gran velocidad. Casi parecía un pequeño torbellino. Pronto, de la nada apareció un pequeño punto negro que fue creciendo poco a poco hasta convertirse en un portal dimensional.

- ¡Ahí está! –exclamó el velocista- Tenéis que ir entrando, no podré mantener esto abierto mucho tiempo.
Arsenal suspiró – Bart, te mataré si terminamos en un planeta que no sea la Tierra… y por favor, que sea la de nuestro siglo.
- ¡Quejicas! ¡Entrad ya!
- Espero que volváis sanos y salvos –dijo Donna Troy.
- ¿Lo dices como si…? –titubeó Arsenal- Espera, ¿no vas a volver con nosotros?
- Lo siento, Roy, pero no puedo. Todavía no. Yo… morí, pero resucité en este lugar. Necesito saber por qué, cómo lo hice… Hasta entonces seguiré aquí, combatiendo a Magus, ayudando a toda esta gente…
- Hay mucha gente que te echa de menos.
- No lo hagas más difícil, por favor. Necesito hacer esto.
La pareja, emocionada por el momento, se abrazó.
- El reloj que llevo… Es el reloj que me regalaste. Seguiré contando las horas hasta que vuelva a verte.
Arsenal la besó y sin mirar atrás atravesó el portal dimensional. El resto de titanes se despidieron también de ella y siguieron los pasos del arquero. Superboy, sin embargo, cuando estaba a punto de traspasar el portal, se detuvo por Wonder Girl.
- Connor, yo también me quedo.
- ¿Qué dices? Cassie, mira, el portal está abierto. Podemos volver a casa.
- Sabes tan bien como yo que ese Kronn no es de fiar, así que voy a quedarme hasta descubrir qué planea. Despídete de mi parte de los demás, ¿vale? Dile a mi madre que volveré –dijo entre lágrimas.


- Cassie… No tienes por qué hacer esto. Me tienes a mí, pensaba que después de lo que había pasado aquí…
- Somos demasiado diferentes, Connor. No somos novios, y dudo que lo seamos algún día. Te aprecio mucho, pero sólo como amigo. Ey, ¿te das cuenta? Te estoy llamando por Connor sin darme cuenta. Deberías plantearte usar ese nombre. “Superboy” es muy poco personal.
Wonder Girl le besó con ternura en la mejilla y le susurró al oído: - Volveremos.
- ¡Ya no puedo seguir más! –exclamó el exhausto Impulso- ¡Entrad ya!

El portal dimensional estaba cerrándose, así que Cassie empujó a Superboy hacia él y seguidamente hizo lo mismo con Impulso. Al segundo, el portal había desaparecido. Ahora, en aquel planeta llamado Rimbor, sólo quedaban Donna, Wonder Girl , Kronn y aquel doble de Superboy… ellos cuatro y cientos de habitantes que ser protegidos de las hordas de Magus. Para ellos la aventura no había hecho más que comenzar, pero esa era una historia que contaremos en otra ocasión.

En la Isla de los Titanes se abrió de repente un portal dimensional del que salieron los héroes. Casualmente allí estaban Changeling y Flamebird, a quienes aquello les cogió por sorpresa y cayeron a tierra de culo.
- ¡Ey, chicos! –exclamaron ellos dos mientras se acercaban a saludar- ¿Cómo ha ido? ¿Habéis devuelto a los bizarros? ¿Pero dónde está Wonder Girl?
Arsenal resopló. – Gar, es muy largo de contar.

FIN


TITANES UNIDOS
Durante 2008 me encontré con que había de sacar el crossover “Azul, verde y rojo” entre Outsiders nº 12 y Los Titanes nº 12, pero mientras que la primera serie estaba preparada para ello, la otra llevaba cierto retraso. Es por eso que publiqué esos dos fics pese a que Los Titanes nº 9, 10 y 11 todavía no existían. Ahora me he propuesto llenar ese hueco vacío.
Primero tenemos la conclusión de “El regreso de Donna Troy”, que habéis podido leer en este fanfic, y con el que devolvemos a los Titanes a nuestro mundo, además de traer de vuelta a Donna Troy y Raven. Bueno, todavía quedan muchas cosas que explicar sobre Donna, pero por lo pronto ya sabemos que sigue viva. Por su parte, Raven es un personaje que “murió” a mediados de los 90, cuando se convirtió en un ser de aspecto dorado, libre al fin de toda maldad. Fue en los cómics de Teen Titans de 2003 que su espíritu volvió a un cuerpo humano. Como esto no entraba en nuestra continuidad había que inventarse una historia con la que resucitarla, y eso es lo que hemos hecho en “El regreso de Donna Troy”. Quiero señalar un dato curioso: la idea de que Magus es hermano de Raven la tuve en 2004 ó 2005 aproximadamente; en la actualidad, en el cómic Titans, de Judd Winnick, han presentado a varios nuevos hijos de Trigón. Digo esto para aclarar que el presentar un hijo de este demonio es un hecho original de este fanfic y no una copia de los cómics.
Por otra parte tenemos Los Titanes nº 10, que es el primero escrito por Roger Corbera Mestres. Desde el principio mi idea era que este episodio estuviese centrado en Changeling y Flamebird, dado que no habían aparecido desde hacía varios números. Es un fic que está disponible en Action Tales desde el mes pasado.

Raúl G. Peribáñez
Enero y febrero de 2009

1 comentario :

  1. Bueno, pues este capítulo me deja un sabor agridulce, lo de los jóvenes bizarros estuvo bien, así como el primer capítulo de "el regreso de Donna Troy", pero entre el anterior y este da la sensación de que falte otro, no se si es así realmente o el autor soluciona todo lo ocurrido entre medio con esa breve explicación del principio.
    Además el final me parece un poco precipitado, da la sensación de que los héroes podían derrotar a Magus, pero deciden no hacerlo, no se por cual motivo, y retirarse para que posteriormente Donna se quede combatiendo al villano. Como digo un número bastante desconcertante que si bien no está mal tiene varias partes que para mi carecen de sentido U^^

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