Batgirl y Robin: Noches de venganza nº 3 (de 3)

Título: Noches de venganza (y III)
Autor: Raul Peribañez
Portada: Edgar Rocha
Publicado en: Abril 2008

¡Último episodio! ¡Robin contra Jason! ¡Batgirl contra Blockbuster! Pero aún queda mucho que aclarar sobre la identidad del "Señor J."...
Una nació para convertirse en la mejor asesina del mundo. El otro esta destinado a convertirse en el mejor detective del mundo.Bajo el Manto del Murciélago, ambos unen sus talentos para combatir el crimen en Gotham City. Ellos son...
Batgirl III creada por Kelley Pucket, Damion Scott y Alex Maleev.
Robin III creado por Marv Wolfman y Pat Broderick

“Hace unas cuantas semanas un tipo llamado Silencio estuvo detrás de Batman. Le metió en una complicada trama de acontecimientos. Le manipuló como también a todos los tarados del asilo Arkham. Jugó con sus sentimientos hasta el punto de que reveló su identidad… haciéndonos creer que era Jason Todd”.

“Jason fue el segundo Robin. Mi predecesor. Un chico de la calle con demasiada rabia en su interior. Era impulsivo y agresivo, retando siempre las decisiones de Batman. Seguro que muchas veces tenía razón; tratar con Bruce nunca es fácil. Pero eso le llevó a la muerte. Cuando ocupé su puesto me prometí que jamás sería como él.”

“Ese tipo, ‘Jason’, era en realidad Cara de Barro imitando los movimientos de Nightwing, el primer Robin. No era más que un peón. No sabía ni quién demonios era Jason. Sólo cumplía un papel como buen actor que fue en otra vida. Sin embargo, aunque los buenos vencimos, había aún algo por responder: ¿por qué la tumba de Jason Todd estaba vacía?” (1)

“Batman me dijo ‘no te preocupes, Tim, sólo querían darle veracidad a toda esta farsa. Encontraré el cuerpo de Jason. Le daré el descanso que se merece’. Pero no lo hizo. Y creo que en su interior temía que parte de todo ese juego hubiese sido real. Que Jason estuvo allí y en algún momento dio el cambiazo por Cara de Barro. Que podía estar vivo.”


Cementerio de Gotham City.

- Sé lo que estás pensando, chico. Piensas que estoy muerto. Que soy un fantasma o una pesadilla de la que vas a despertar en algún momento. Pero la cruda realidad es que he vuelto. Y no me gusta lo que veo.
- Estas muerto… El Joker te mató…
- ¿Sí, verdad? Pero en este mundo nada es eterno, ni siquiera la muerte. Sacaron mi cuerpo del ataúd y lo llevaron hasta un punto en el que se recogían un Pozo de Lázaro. Resucité. Yo era parte de los planes de venganza de Silencio.
- ¿Por qué ir contra nosotros? Batman era tu amigo, tu mentor… tu padre.
- He pasado mucho tiempo allí abajo, Tim. Estaba muerto, claro, pero ahora siento la soledad de haber pasado todos estos años bajo tierra. La soledad, el frío de la oscuridad… Y eso me cabrea, porque Batman tendría que haberlo evitado.
- Te marchaste por tu cuenta a buscar a tu madre. Él no pudo hacer nada.
- ¡Tú que sabrás! –Jason abofeteó al héroe- No estabas allí. Sólo me conoces por lo que te han contado. Mientras tú vivías con tus papaítos en tu mansión yo lo hacía en las calles. Tenía que robar para sobrevivir. Seguro que te han hablado mal de mí. ¿Qué soy, tu hombre del saco particular?
- No te tengo miedo.
- ¿Seguro? Te diré otra cosa que me cabrea, muchacho. Me jode ver que un niñato como tú me ha sustituido. Ya que te gusta tanto reemplazarme, hazlo también en esto.

Jason empujó entonces a Robin a una profunda fosa.

- Pero qué puedo decir, a Batman no le gustaba eso de que su escudero le respondiera. Supongo que tú, en cambio, eres su perfecto perrito faldero. Me dejó morir, y le castigaré a través de ti.

El villano cogió una pala y comenzó a echar tierra en la fosa. Desesperado, Robin intentaba escapar, pero estaba a demasiados metros bajo tierra. Parecía condenado.




- ¡Detente!

Batgirl estaba en el hospital central en Blüdhaven. Entró en la habitación en la que se encontraba Garfield Lynss, dormido en una cama. A su lado estaba Blockbuster, con el brazo en alto, dispuesto a acabar con su vida.

- Tú… La amiga de Robin… Márchate de aquí.
- No sé por qué quieres matarlo, pero no voy a permitírtelo –lanzó un batarang que se clavó en su hombro.
- ¡Estúpida! –Blockbuster se dirigió entonces hacia ella, intentando golpearle-. ¡Debo matarlo!

Cassandra recordó todo lo que le explicó Robin:

“Spoiler y yo estábamos en la biblioteca de Gotham cuando apareció el pirómano Firefly. Destruyó la biblioteca en una gran explosión en la que murió Spoiler. Poco después descubrí que Firefly fue enviado por el mafioso Blockbuster. Éste quería asesinar al responsable de la muerte de su madre tiempo atrás.”

“Blockbuster mandó también a los pistoleros Gunhawk y Gun Bunny para rematar a Firefly en el hospital en el que se encontraba. Tal vez quería evitar que se supiera que él estaba detrás de todo esto.” (2)

- ¿Es eso, verdad? Contrataste a Lynns para vengar a tu madre… Y ahora quieres acabar con él para encubrirte. Pero… ése hombre NO es el que buscas.
- ¿Qué dices, estúpida?
- Míralo. Su nombre coincide, pero no es Firefly. Es un jugador de hockey sobre hielo que fue hospitalizado tras el último partido. De camino aquí…
- No…
- …viste un periódico en el que hablaban del estado de Garfield Lynns. Pero no es Firefly.
- Mientes…
- El Lynns que tú buscas sigue en el hospital de Gotham.

Blockbuster echó de reojo una mirada al hombre al que estaba a punto de asesinar. Le miró, y aunque notaba que había algo extraño en él, seguía viendo el rostro del hombre al que buscaba. Como si le hubiese entrado un ataque de locura se abalanzó sobre Batgirl agarrándola por el cuello.

- ¡Os mataré! Tu amigo me hizo daño. Me vengaré arrancándote la cabeza. Y seguiré controlando a mi antojo esta maldita ciudad.

- ¡Suéltame!

Batgirl cogió dos de sus batarangs y los clavó en las orejas de Blockbuster. Sólo así consiguió que aquel monstruo le soltara del cuello. Eso no evitó que volviera a por ella, esta vez propinándole un golpe que la hizo atravesar la ventana de la habitación.

- Y ahora tú, Lynss.

Pero antes de que Blockbuster pudiese matar a aquel hombre inconsciente Batgirl volvió por donde salió, agarrada a la batcuerda con la que había salvado la vida.

El gigantón la empujó con un simple manotazo, lanzándola al pasillo. También él salió atravesando una pared como quien rompe un trozo de papel. Batgirl cogió el extintor que tenía a mano y lo empleó para golpearle. Lo disparó en pleno a la cara de Blockbuster, que lanzó un grito de dolor.

La chica se levantó de tierra tan rápido como pudo y recorrió por el pasillo hasta entrar en una sala de operaciones. Se escondió en un recoveco de la habitación, camuflándose entre la oscuridad. Esperaba que Blockbuster no le hubiese visto, que no supiese dónde estaba. Pero aún con la visión emborronada el villano siguió el rastro de sangre de Batgirl hasta aquella sala.

- ¡Sal de donde estés o le partiré el cuello a todos los pacientes de este hospital!

Batgirl ya no tenía más batarangs, así que tuvo que echar mano de los bisturís. Cogió varios y los lanzó con fuerza y precisión contra su enemigo.

- ¡No harás daño a nadie! –gritó ella ahora.

La chica saltó sobre Blockbuster colocando el desfibrilador en su pecho. Una poderosa descarga eléctrica saltó sobre él. Pero ni aún con esas el villano se detuvo: enfurecido como estaba agarró de nuevo a Batgirl aplastándola con sus dos portentosos brazos. Esta vez no tenía forma con la que escapar. Pero de repente, Blockbuster comenzó a aflojar su presión. Empezó a duda, a sentir un terrible mareo, a fallarle las piernas…
- ¿Qué me has hecho, zorra?
Batgirl sonrió.
- Simplemente, te he vencido. En realidad hace unos cuantos minutos que te vencí.
¿Quieres saber cómo? Se llama anestesia, idiota. Gases invisibles que usan para dormir a la gente. Abrí la espita un segundo antes de que entraras. Y resulta que yo soy la única de los dos que lleva una máscara que le cubre la cara. Así que puedo permitirme el lujo de usar filtros para el aire que inhalo. ¿Tú también?
- Maldita…
- En realidad ha sido muy fácil... Esperar el tiempo necesario para que caigas... Di adiós, bruto. Cuando despiertes, estarás en prisión...

Inmediatamente después Blockbuster cayó inconsciente.

- ¿Está… muerto? –preguntó una enferma.
- No, pero yo –perdió momentáneamente el equilibrio-…
- Espera, no te muevas. Tienes que reposar.
- Gracias por el consejo; lo recordaré mañana. Necesito que me haga una analítica de sangre. Y también a Blockbuster. Creo que hay algo extraño en nosotros que nos ha nublado la mente.
- ¿Cómo lo sabes?
- Conozco mi cuerpo. Simplemente lo sé. Hágala, por favor.


- Y ahora, Tim, adiós…

Jason comenzó a golpear al héroe con su pala. Una y otra vez.

- No estás a mi nivel. Nunca lo has estado. Mientras tú jugabas a tu video consola yo luchaba por sobrevivir. Me avergüenza que alguien como tú me haya sucedido.

A pesar del dolor al que le estaban infligiendo Robin evitaba mostrar signos de lamento. No quería darle esa satisfacción. Sólo en una ocasión farfulló los nombres de varios de sus seres queridos.

- Papá… Steph… Bruce
- ¿Bruce?

Jason pareció detenerse, mostrando una expresión en su rostro de sorpresa al escuchar ese nombre

- Tú… ¿Cómo he podido caer? –dijo Robin mientras se levantaba viendo que, en realidad, frente a él no estaba Jason Todd-. Es otro engaño.

En ese momento entró en escena Batgirl escondida entre las sombras.

- Este tipo no es Jason Todd –aclaró acercándose al villano-. Míralo bien, Robin, es…
- ¡El Espantapájaros!
- Sé que es difícil distinguir la realidad de todas las mentiras que está creando tu mente, pero… Fíjate bien.

Robin echó un vistazo a su alrededor. El cementerio no era más que un pequeño escenario con tierra y barro ensuciando el suelo, adornado con simples lápidas de cartón… Al fondo podía ver un traje de arlequín, el mismo que vestía aquel Joker, como también el paraguas armado que había empleado.

- Era todo mentira. Una invención de tu cerebro impulsada por todos estos decorados. Pero para nublar tu mente hacía falta algo…
- El gas del miedo –dijo Robin-. El gas que emplea el Espantapájaros… también conocido como Jonathan Crane. O “Señor J.”, ¿verdad?

El villano empezó a reír con fuertes carcajadas.

- Muy bien, Tim Drake, me has pillado. ¡Yo estaba detrás de todo!
- ¿Pero por qué?
- ¿Sabes cuál es el miedo de cualquier supervillano? ¡Quedar en el olvido! Llevaba mucho tiempo en el asilo Arkham relegado a segundón. Ya nadie recordaba mis fechorías. No tenía el respeto que me merecía. Peor aún: en estos últimos años ese lunático del Joker no hacía más que presumir de haber matado a Robin. Al principio ninguno le creímos, pero después de varias semanas sin saber de ese crío tuvimos que aceptar que era verdad. Después apareció ese tipo, Bane, un desconocido que llegó y rompió a Batman. ¿Quién recordaría al Espantapájaros después de esos dos? Respuesta: Nadie. Hace unas semanas un tal Silencio se hizo con mis servicios. Diseñé los perfiles de los diferentes personajes que iban a entrar en sus planes de acción… No olvides que soy un eminente doctor en sicología.
- Cómo olvidarlo.
- Luché con Batman, aunque tu jefe estaba tan ocupado con enfrentarse al resto de villanos que escapé sin problemas. No me involucré más que en eso, pero recibí una cuantiosa cantidad de dinero por mi colaboración. Me di cuenta entonces que incluso ese imbécil de Silencio me estaba robando el protagonismo. ¡Tenía que hacer algo! Ideé un plan ingenioso para segmentar la sociedad de Gotham hasta encontrar todos los jóvenes ciudadanos que, potencialmente, pudiesen ser Robin.
- Entonces fui cosa tuya…
- ¡Pues claro que fue cosa mía! ¿Creías que ese imbécil de Blockbuster pensaría en algo así? Él tenía los medios y yo el dinero. Le pagué para iniciase tu búsqueda. Le pedí que te localizara y te trajera a mí.

La explicación fue interrumpida por Jeremiah Norris, que dijo: - Aunque… euh… yo transmití mal la orden a Blockbuster… Por eso al principio creía que te debían matar…

- Sí… mi ayudante, tan fiel como inepto en ocasiones.
- Supongo que tenías que matarme tú mismo para quedarte con todo el mérito, ¿eh?
- Claro. ¿De qué servía entonces que te matara ese gigantón? Tenía que ser yo. Pero antes de hacerlo quería explorar tu mente, porque a partir de ti podría llegar hasta Batman. El gas del miedo despertó todos tus miedos, pero aunque muchos pudiste ignorarlos otros te superaron. Tu miedo por el Joker o por ese hombre, Jason Todd. Gritabas y te movías como si te enfrentaras a ellos. Yo simplemente me limitaba a escucharte, guiándote hacia donde quería. A veces farfullabas cosas sin sentido, casi inteligibles, pero poco a poco podía relacionarlo todo dándole sentido.
- El paraguas…
- No sabía cuáles eran tus miedos; traje cualquier cosa que pudiese impulsar tu mente como dice tu compañera. Paraguas, gatos, signos de interrogación…

Robin estaba claramente molesto por todo aquello. No sólo era que su vida estaba en peligro, también el secreto de Batman.

- Sabes mi auténtico nombre.
- Así es.
- Sabes cuántos Robin ha habido.
- Como mínimo dos, sí –sonrió bajo la máscara-. Lo tengo todo anotado en mi…

El Espantapájaros giró la vista para buscar su libreta de anotaciones. Pero la tenía Batgirl, quien con un mechero le había prendido fuego.

- ¡No! ¿Pero qué haces? –exclamó el villano- ¡Es todo mi trabajo!
- No vas a jugar más a médicos, Crane. Se acabó la sesión.
- Drake, tonto, sé quién eres. Puedes llevarme de vuelta a Arkham, pero tarde o temprano escaparé y volveré a por ti. Te investigaré. Sabré más de ti.

Robin le golpeó entonces, dejándole totalmente k.o. –Respecto a ti, Norris…

- Yo, euh, soy un buen hombre, de verdad… no estoy loco… No me envíe a ese lugar, por favor –dijo antes de recibir un golpe-…
- Eso mejor que lo decidan los médicos.


Batgirl y Robin estaban en la azotea de un edificio, contemplando el amanecer de un nuevo día.

- Ha sido una noche muy larga.
- Mucho –sonrió ella-. ¿Estás seguro de que Crane no hablará de tu identidad?
- Está loco, pero no es tonto. Sabe que si lo hace otros irán a por mí. Y él quiere llevarse el premio gordo. Y ahora dime tú una cosa: ¿cómo supiste que estaba en ese almacén? De no ser por ti…
- Acabé en el río igual que Blockbuster. Leyó una noticia en un periódico que hablaba de un tal Garfield Lynns, hospitalizado en Blüdhaven, y fue directo allí.
- ¿No era Firefly?
- No. Había algo en el río que nos afectó a los dos. Por eso la confusión. Lo descubrí al analizar mi sangre y la de Blockbuster.
- Pensaba que no sabías ni qué era una probeta –rió Robin.
- Muy gracioso, Chico Maravilla, pero los médicos del hospital sí. Detectaron un “psicoactivador químico”. Hablé con Oráculo y llegamos a la conclusión de que debía ser el producto que emplea el Espantapájaros.
- ¿Y entonces…?
- Me llevaron en una ambulancia a la mansión de Blockbuster. Quería interrogar a sus hombres. Pero en el camino me detuve en el río al ver una montaña de garrafas… Me llamó la atención. Supongo que Crane o Norris vertieron ese producto en el río. “Deben ser sustancias residuales que se querían quitar de encima” me dijo Oráculo. Pero cometieron un error: en las garrafas venía inscrito el nombre de una empresa y su domicilio. Era un almacén en la zona marítima. Nada raro teniendo en cuenta que Blüdhaven es una ciudad dedicada al mar.
- Muy bien, muy bien. Con ayuda, pero llevas camino de ser otra detective.

Robin la abrazó tapándola con su capa mientras los primeros rayos de luz comenzaban a brillar con fuerza.

- Estoy seguro de que Steph y mi padre estarían contentos de todo lo que hemos hecho.
- Yo también.
- Por cierto, el gas del miedo me mostró mi temor por el Joker… y también de no estar a la altura de mi predecesor. ¿Pero a ti qué te hizo ver?
- El producto estaba diluido… no me afectó tanto –Batgirl intentó esquivar la pregunta-…Vi… Me vi a mí misma vestida con el traje de Batgirl. Tenía miedo de morir. De caer como lo hizo ella. No la conocía en esa época, pero quiero estar a la altura de Barbara.
- Entonces los dos nos parecemos más de lo que pensábamos. Con miedo a fallarle a la leyenda, ¿eh?
- Vámonos a casa, Tim. Tú lo has dicho: ha sido una noche muy larga.
- Sí. Quedan muchas noches de venganza. Ya no por Steph o mi padre, sino por todos los inocentes de esta ciudad. Volverá a anochecer y ahí estaremos de nuevo.


FIN



Nota del autor: Con este episodio termina la serie limitada "Batgirl y Robin: Noches de venganza". He intentado que esta historia pueda ser leída sin necesidad de la anterior, la de Iván Landa, aunque es evidente que es complicado por ser una secuela de aquella. Al fin del relato de Iván quedaban varias cosas en el aire que había que rematar para no dejar cabos sueltos. Eso sí, la insinuación de que Blockbuster era el malo en las sombras no me gustaba, de ahí que lo haya convertido en un intermediario. El malo maloso resulta ser el Espantapájaros, personaje que hasta ahora no había hecho acto de presencia en Action Tales. Además, gracias a su gas del miedo se puede justificar el colar al Joker e incluso Jason Todd (¿alguien creyó realmente que iba a volver a la vida?)… A modo de curiosidad decir que el que Batgirl se vea a sí misma con el traje de Barbara Gordon no estaba en mis planes; el dibujante de la portada del segundo número metió ese traje por error, así que tuve que echarle imaginación para salvar la situación. En cierto modo esto influyó en el desarrollo de la segunda y tercera parte, de ahí el retraso en su publicación. En fin, a todo esto añadir simplemente que espero que en el futuro volvamos con una nueva aventura de Batgirl y Robin, ya sea conmigo como escritor u otro.

Raúl G. Peribáñez
Abril de 2008

Agradecimiento especial a Gabriel Romero por su colaboración


Referencias:
(1): Ver Batman: Silencio, publicado en España por Norma Editorial.
(2): … por si alguien no recuerda la explicación del primer episodio

1 comentario :

  1. Reseña del 29 de mayo de 2008:

    Último número de esta miniserie, que a pesar de resultar entretenida, no llega a ser uno de los mejores trabajos de Raúl Peribáñez. Y es que el problema principal que tiene esta secuela de aquella primera miniserie escrita por Iván Landa, es que se propone como objetivo básico resolver las lagunas argumentales que presentaba, además de darle mayor trascendencia a algunos de los acontecimientos allí narrados, y este fin acaba pasándole factura a la historia.

    Con tal de explicar de la mejor manera posible lo ocurrido, la trama se complica en exceso, hasta el punto de resultar demasiado forzada en algunos puntos, obligando a Raúl además a emplear demasiado espacio para dar cabida a largas explicaciones de los personajes que dejen todo bien claro para el lector.

    El número tiene buenos momentos, y me gusta la identidad definitiva del villano que estaba detrás de todo, pero pienso que la historia puede llegar a ser demasiado farragosa en algunas partes.

    En cualquier caso, me gustaría ver a este villano en el futuro, sacando partido a esa información que ha obtenido durante esta miniserie. ¿Quizá en la serie regular de Batman?

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