Showcase nº 07: Powergirl

Titulo: Gente extraordinaria, tragedias corrientes
Autor: Roger Corbera
Portada: Bruce Timm
Publicado en: Mayo 2008

A veces te encuentras con problemas para los que todos los superpoderes del mundo no sirven para nada...
Vino de un lugar muy lejano buscando un hogar. Bendecida con poderes comparables a los de un kryptoniano, Karen Starr decidió no crecer a la sombra del Hombre de Acero. Ella se forjaria su propia leyenda. Ella es..

Por la noche, la sala del museo de la JSA adquiria un inquietante aspecto de cementirio: sus estatuas de héroes con capas y alas recordaban los ángeles de panteones, y las escenas de victoria y sacrificio podían haber sido perfectamente los iconos de un culto a un moderno Olimpo.
Incluso la silueta encogida de un hombre, que deambulaba en la oscuridad entre las hileras de vitrinas, podría haber sido perfectamente la de un viejo guardián del cementerio.
Gregory Briggs, el hombre de la silueta, no era insensible a la atmósfera tétrica del museo, pero en su estado de depresión, no le molestaba en absoluto. Unas horas antes, murió una parte de su vida, y se podría decir que las reminecencias sepulcrales del lugar le parecían adecuadas a su lúgubre ánimo.
Con la llave maestra en sus manos, dejó las grandes salas del primer piso y entró en el ala de las habitaciones personales de los miembros de la JSA.
Entró en la habitación de Wildcat, llena de recuerdos de sus tiempos de campeón de boxeo. Sabía donde se guardaba su objetivo...
La comoda tenía un aspecto tan inocente que le invadió un segundo de culpa, Pero pronto lo desechó y abrió la puerta con su llave. ¡Allá estaba! Una botella de whisky de sesenta años de antiguedad: se la bebería entera para celebrar u olvidar que, aquella mañana, se había divorciado. Definitivamente y para siempre.
Por un momento, pensó si no sería más adecuado emborracharse en el despacho donde ejercía de abogado de la JSA. Pero la idea la pareció repulsiva. ¿Por qué esconderse? La idea de beber lloriqueando sólo en su despacho era patética. Un hombre solitario con su botella, rodeado de estatuas de gigantes y héroes, desafiandolos con su conducta excéntrica, era una cosa algo menos patética, decidió.
Así que, con una silla, se plantó a los pies de la imagen en piedra del primer Mister América (un aventurero de segunda categoria con un bigote ridículo, creyó recordar) con total descaro. Hasta osó apoyar sus pies en el pedestal.
El primer trago le quemó la garganta y hizo acudir lágrimas a sus ojos, pero se obligó a tragar todo el contenido del vaso. Era bueno, pero muy fuerte. Wildcat debía tener tripas de acero.
- A vuestra salud, orgullosos titanes.- brindó con la segunda copa. Esta bajó por su garganta más fácilmente, y le calentó las tripas generosamente. La sensación de derrota, pero, no disminuia.
Bebió más whisky, pero fue inutil. Continuamente le asaltaan mil recuerdos dolorosos, sus remordimientos se transformaban rápidamente en reproches hacia otros personas, que con su conducta consideraba que le forzaron a actuar de una manera incorrecta, a los que ahora trasladaba su culpa.
- Maldita Emily y el día en que te conocí.- musitó en tono lugubre, invadido por la autocompasión. Se sentía solo y desgraciado. Las lágrimas asomaron a sus ojos, empujadas por su incipiente embriaguez.
- Greg, ¿qué haces aquí?- no era su conciencia quien le cuestionaba, sino una voz real.
- ¡Hostia!
El susto le hizo caer de la silla al suelo casi había creido que una estatua iba a reprocharle su incívica conducta. Pero allá de pie, con su metro noventa, había algo peor: Power Girl mirándolo con suspicacia.
- Pues yo... estaba...- no podía mentir: le habían pillado infraganti.
- No tendrías que estar aquí, y menos bebiendo.- En la penumbra, su traje blanco resaltaba aún más su silueta imponente.
El alcohol y el disgusto dieron alas a una insólita audacia en el acorralado Greg.
- ¡Oye! Bebo para olvidar. Está mal hecho, lo sé. Pero igualmente lo haré. Así que tienes dos opciones: me dejas emborracharme aquí en calma y te olvidas de mi o me echas, con lo cual seguiré bebiendo en un bar, luego cogeré mi coche para ir a casa estando como una cuba, tendré un accidente mortal de necesidad y mi muerte (y tal vez la de algún inocente peatón) caerá sobre tu consciencia. Así que tu misma, Power Girl.
Claro que con el poder de aquella mujer, había muchas opciones, como mandarlo a China de un puntapié. O colgarlo del pararrayos por los calzonzillos una semana entera, pensó con repentina angustia.
Tras un seguno de meditación, Power Girl recogió la botella del suelo. Greg o sudaba de expectación, pasado ya el instante de la bravata.
Entonces ella leyó la etiqueta de la botella y rió:
- Es un Jack Daniels del 39... Viene directamente de la reserva de Wildcat. ¿Tantas ganas tienes de morir?
Aliviado, Greg se encogió de espaldas con fingida valentia. Interiormente, se imaginó los puños enormes y justicieros de Wildcat y se estremeció.
- Mañama le suplicaré perdón. De rodillas. Lloraré hasta dar asco. Francamente, querida, hoy me importa un pimiento.
Ella sonrió y se sentó en la silla vacía.
- ¿Te importa si me uno a tu intento autodestructivo? He tenido un día horrible- Le dio un tiento formidable al Jack Daniels.- He tenido un día horrible.
- ¿Quién ha sido esta vez? ¿Mordu? ¿El Ultra-Humanita?
- Tú eres quien está más jodido, guapo. Así que cuéntame tú tus penas.
Greg dudó un segundo.
- ¿Quieres que desgarre mi corazón como una naranja y te enseñe su interior sangrante? ¿LLevando sólo tres vasos de whisky dentro?
Power Girl encogió sus fuertes espaldas. Más anchas y mil veces más musculosas que las de Greg en el momento más en forma de su vida.
- Si prefieres seguir hablando con Mister América, os puedo dejar sólos...
- Buf. Bueno. Sólo déjame la botella un rato...- tomó un sorbo. Esto será, pensó, lo más cerca que estaré nunca de besar una mujer como ella.- Supongo que todo empezó hará siete años. Entonces yo acababa de licenciarme en derecho en Chicago y, tras encontrar empleo en Gothom City, me mudé allí...
“¿Has vivido nunca en Gotham? Es un sitio inhóspito. Llueve casi siempre. Y cuando no llueve el cielo está siempre gris y encapotado, y te roban todo el tiempo sin importar el tiempo. Su vida nocturna está condicionada por si la bat-señal aparece o no en el cielo: si lo hace, hay algún maníaco suelto y mejor te quedas en casa. Las calles son oscuras y deprimentes incluso las más elegantes. Y la gente anda sin mirarse unos a otros, como resignados a su destino de tinieblas. Andan cabizbajos de esquina a esquina como ratones asustados de un gato dormido... Mi primer año en Gotham fue triste. Y además, solitario."
 “Para sentirme menos solo solía ir a la biblioteca pública a leer, y allí conocí a Emily, mi mujer. Me gustaría decir que tuvimos un flechazo instantáneo, pero no era nada impresionante, entonces: era bajita, tímida, y llevaba unas gafas enormes. Pero era también muy... dulce. Sin ni pizca del cinismo gothamita."
Greg comparó mentalmente la rubia y escultural amazona Power Girl con Emily la ratita bibliotecaria de antes del meteorito. Eran dos mundos distintos.
“En fin, Emily fue para mí un bálsamo... ¿Y yo para ella? No lo sé. Ahora soy un estorbo. ¿Y entonces? Me gustaría creer que también le importé mucho."
“ En fin, para no aburrirte: Emily y yo salimos juntos cosa de un año. En abril del siguiente nos casamos. Luna de miel en Florida. Casita en las afueras con jardín. Sueño americano completo... O eso creía yo."
Pese a ser famosa por su impaciencia, Power Girl la escuchaba con atención, mirándole fijamente mientras daba sorbos ocasionales a la botella.
- Continúa.- dijo con voz neutra.
Greg necesitó otro trago para abrir las compuertas de sus recuerdos:
- Llevábamos seis años casados cuando Emily desapareció. Sin ninguna nota de “dear John”, sin aviso. Simplemente no volvió a casa una noche a la hora habitual.
“En una ciudad donde el Joker está suelto cada dos por tres, eso fue suficiente para darme un ataque de pánico. Emily siempre llamaba si se retrasaba. Rara vez salía con amigas sin decirmelo, Hice lo habitual, llamé a la policía, la busqué por todas partes. Me desesperé. Pero no apareció en tres días".
“Al tercer día, yo daba tumbos por la casa cuando llamaron a la puerta. Fui a abrir, esperando alguna noticia de ella, y me encontré la sorpresa de mi vida. Una mujer alta, pelirroja y atractiva que decía ser Emily, me abrazó llorando."
“Al principio creí que era una broma cruel. Pero tras una ronda de preguntas íntimas, tuve que aceptar lo incréible: aquella chica de portada era mi esposa.
“Me contó una historia tan increíble que, de haberla leído en un tebeo de pequeño, creo que lo hubiera quemado. Al parecer, ella era princesa de una raza subterránea, que la secuestró para que las radiaciones del cometa Halley la volvieran una diosa. Pero Batman y los Outsiders acudieron al rescate y la liberaron. ¡No sólo eso! Además había ganado poderes. Volaba. Leía mentes. Podía mover cosas con la mente... ¿Cómo se llama eso?"
- Telekinesis.
- Éso mismo. Por si fuera poco, me anunció que los Outsiders estaban impresionados con su actuación y esperaban que los ayudara a menudo. Todo eso lo decía con un... entusiasmo algo incredulo, pero tan lleno de maravilla que me dejaba perplejo. Yo aún seguía aturdido, ¿en serio ésa era Emily?
- Ya veo que no la creías capaz de sorprenderte en nada.
- No era eso. Es que... era otra persona. A la mañana siguiente, en lugar de ir a trabajar, detuvo unos ladrones. Una semana después, salió por la tele luchando con unos villanos junto a los Outsiders. No le hacía falta máscara, pues nadie la reconocería tan cambiada. ¡Yo mismo tenía problemas para hacerlo!
- ¿Y en la cama?
La pregunta era tan directa que Greg se sobresaltó.
- Eso es personal- respondió, aunque en su cabeza le dio un par de vueltas al tema-. ¿Por dónde iba? Ah, sí. Tras dos meses así, su suerte se acabó: los Outsiders la trajeron a casa herida. Sólo era una contusión, pero me puse hecho un basilisco. Les dije que se apartaran de ella, que se estaban aprovechando de su confusión para usarla como arma, que les iba a demandar si no la dejaban en paz. En fin, muchas tonterías.
Power Girl soltó una risita entre divertida y escéptica.
- ¿Esperas que creas que le dijiste eso al gran y malvado Batman?
- Nunca vi a Batman. Sólo estaban Rayo Negro, Halo y la japonesa... Katana. Rayo Negro aguantó el chaparrón estoicamente. Luego me dijo que Looker (así se llamaba Emily ahora) era una mujer valiente que los había salvado a todos; yo debía estar orgulloso de ella. Halo parecía a punto de llorar por el estado de Emily, y Katana me miró como si quisiera cortarme la cabeza.
Se estremeció al recordar como la espadachina convertía sus ojos en una rendija fina como el filo de su arma.
- A la mañana siguiente, mas calmado. Intenté razonar con ella... En plan cariño, recapacita. Ésto es muy peligroso. Tu eres bibliotecaria, por Dios...
- ¿No funcionó?
Greg chasqueó la lengua en un “no”.
- Se lo tomó fatal. Dijo que... aquella era su vocación. Que podía salvar vidas y lo haría, con o sin mi ayuda. Que yo era un egoísta y un miope... y se fue por la ventana volando.
Y llorando. Añadió para sus adentros. Los remordimientos empezaban a aflorar.
- ¿Entonces os separasteis?- Kara notaba que la historia empezaba a interesarla, aunque no la veía desde el punto de vista de Greg.
- Entonces debimos habernos separado. Pero aún faltaba lo peor.
Power Girl levantó una fina ceja con curiosidad.
- ¿Te engañó con otro?
- Peor- Greg suspiró con fuerza-. Se convirtió en una vampiro.
“Pero antes, sí. Me puso los cuernos.”
Y dejando una Power Girl más interesada que nunca, dio otro largo tiento a la botella ya medio vacía.
- Entre pitos y flautas, tras aquella discusión, pasaron tres meses. Seis meses en los que, cuando estábamos juntos por casa, andábamos de puntillas y apenas hablábamos. No coincidíamos mucho, ella estaba muy ocupada creándose una identidad nueva, y yo rumiaba mi disgusto, básicamente. Looker era una estrella ascendiente. Guapa, atrevida, nueva. No necesitaba un marido gruñón que le recordara que había sido una bibliotecaria con gafas enormes.
“Con todo eso, va un día y me pide que cenemos juntos. Me emocioné, creí que le había vuelto la cordura. Monté una gran cena y, como no habíamos celebrado aún nuestro cumpleaños, le compré un vestido y todo. Maldita la hora en que se me ocurrió comprarle aquel vestido."
Power Girl asintió con la cabeza para animarle a continuar. A su alrededor, pero, las estatuas de los nobles héroes seguían mostrando un digno desprecio por aquella lamentable historia.
- Cenamos como personas civilizadas. Hablamos de chorradas sin mirarnos a los ojos. Luego yo saqué mi regalo...- puso los dedos en la sien como si fuera una pistola-. Se quedó mirando el vestido como si fuera una foto de su propia autopsia. Horrorizada, muda, su mirada como preguntándome por qué le hacía aquello.
- ¿Pero qué tenía de malo?
- Nada. Un año atrás me hubiera ganado un buen postre con él. Pero para Lia, con su tipo de modelo, lo que le sentaba bien a Emily era un engendro. En realidad lo que hice fue poner el ataúd de Emily sobre la mesa.
“Aquello ya fue mal, pero luego empeoró. Empezó a llorar, me preguntó por qué le hacía daño. Yo me reboté: le hacía un regalo y me decía “¿eso?” Entonces... bueno, entonces se fue. No sólo de casa, sino de mi vida. Con los Outsiders. A los Ángeles."
Power Girl notó su mentira. Había algo más. Algo que le avergonzaba, y no era sólo su metedura de pata, consciente o no, con la ropa. Contuvo su impulsiva curiosidad de preguntarle qué era y siguió escuchando.
Pero Greg no podía acallar su consciencia. Recordaba sílaba a sílaba la escena.
GREG: ¿Y ya está? Te vas a Los Ángeles y pasas de mí? ¿Muchas gracias y adiós, Greg?
LIA (prácticamente llorando): ¡No! No quiero que acabé así... Pero creo que debemos estar separados un tiempo. Pensar con calma qué queremos...
GREG: ¡Yo se lo que quiero! Quiero a mi mujer. A mi mujer de verdad. ¿La recuerdas? ¡Creo que sigue allí, en alguna parte!
LIA: ¡Basta Greg! Por favor, basta...
Greg paró. Acalorado, ligeramente avergonzado pero incapaz de contenerse mucho. Lia le giró la espalda, herida. Incluso dolida era hermosa. Pero Greg no veía ninguna belleza. Greg no podía mirarla sin imaginarse el cuerpo de su pequeño Emily, desgarrado y estirado hasta coger la forma de una desconocida.
LIA: No hay más que hablar. Me voy a Los Ángeles. Soy diferente, Greg. Aunque tú no lo aceptes. Tenga una carrera que me importa y...
GREG (bufando con sorna): ¡Una carrera! ¿A pasearte con mallas con cuatro sonados lo llamas carrera? Por favor, “Looker”. ¡Te recuerdo quién eres! Mides metro sesenta, pesas sesenta y cinco kilos, tienes cuatro dioptrias y un moño...
LIA: Basta...
GREG: .... Y tus vestidos son como éstos. ¿Sabes? ¡Sin enseñar dos kilómetros de escote como una...!
LIA: ¡BASTA!
Ahora era un “basta” diferente: resuelto, furioso. Como nunca había salido de Emily. Un basta como el que debían oír los criminales de los labios de Looker. Entonces ella le golpeó.
Greg salió volando dos metros y chocó contra la pared inconsciente.
- ... Tras esta discusión, dejó su vida como Emily atrás para siempre. Marchó aquella misma noche. Y nunca pidió recuperar ninguno de sus objetos. Salvo algunos recuerdos familiares. Nada de ropa. – hizo una mueca para sus adentros. El whisky no podía aliviar una punzada interior.- Ninguna foto.
Dos días después, él sacó el vestido de regalo de la basura y lo quemó en el jardín llorando.
- Creí que no volvería a verla, pero antes de seis meses, volvió.
- No me digas que decidió volver al redil como si nada.
- En realidad, la oveja descarriada volvió porque no tenía donde ir. Había perdido sus poderes en una batalla. Los Outsiders se habían dividido (otra vez). Y ella se quedó sola. ¿Qué podía hacer sino volver a Gotham?
- Volver a ti, querrás decir.
- Sí. Supongo que volvió por mí.
- Y como ahora estáis divorciados, se deduce que no salió bien.
- No. No salió bien, Sherlock.- paró un momento.- Oye, esto para mí es muy doloroso de contar. Así que si te vas a burlar de mí, mejor te largas y me dejas con Mr. Jack Daniels y Mr. América.
- A quien le conviene desfogarse es a ti. Si quieres un confesor amable, ve a ver a Jay. Yo sólo oiré tu historia, y luego tal vez te daré mi demoledora opinión.
Greg sospesó sus opciones. Lo cierto es que Power Girl lo había escuchado con ecuanimidad, si bien con ninguna simpatía aparente. Y la verdad, no quería estar solo. Y necesitaba hablar con quien fuera.
Ordenó su relato mentalmente y miró a Power Girl: tranquila, despejada pese a llevar media botella en su estomago. Se preguntó qué hacía falta para tumbar bebiendo una kriptoniana, o lo que fuera ella. Un barril de petroleo crudo, pensó. Sin duda algo más que un abogado deprimido.
- Pues bueno. Emily volvió a casa. Era su casa, al fin y al cabo. La mitad era suya. Se quedó dos semanas en otra habitación. Eramos dos extraños en realidad, en una convivencia forzada. Nos saludábamos, hablábamos del tiempo. Pero nada más. Era todo muy dificil. Nos habíamos hecho daño, y no sabíamos ni disculparnos, ni sincerarnos, ni nada...
Aquí volvió a mentir. Habían tenido un intento de reconciliación. Una cena improvisada que salió casi bien. Un intento de beso. Entonces ella vaciló, y le contó su infidelidad.
- Los Outsiders quedamos atrapados en una isla. Tres semanas sólos. Brion y yo...- él la atajó con un gesto. No necesitaba oir más. Sólo cerró sus ojos y deseó que ella se fuera de una vez.
- Al pasar las dos semanas, los Outsiders volvieron a las andadas y Looker con ellos. ¡A Markovia otra vez! Emily partía a vivir una vida de aventuras. ¡Magia! ¡Marcianos! ¡Gente guapa en mallas ajustadas! Adiós estúpido trabajo. Adiós marido aburrido. Adiós Gotham. Lo pasó bien, supongo. Cuando aparecían en la tele siempre... sonreía como una estrella de cine. Enamorada de la vida.
“Yo empecé a derrumbarme en silencio. Discutía con mis amigos constantemente, y perdí más de uno. Casi me echaron del trabajo por insultar un cliente como una pescadera en el mercado. Me encerré a llorar una vez en el lavabo. No podía más."
Tal vez lo que más le indignaba de los demás es que nadie parecía solidarizarse con él. No demasiado. Sólo lo justo. Tal vez no debió guardar la identidad secreta de Looker tan bien, pensó. Así no lo verían como otro divorcio más.
- Cuando me llamaron los Outsiders de nuevo, temí lo peor, y acerté, Emily había muerto. Atacada por un vampiro en una fiesta de gala en el palacio real de Markovia. Simplemente increíble.
- Debió sentarte fatal, ¿no? Tanto prevenirla de ser superheroína, y al final tuviste razón.
- Si quieres que te diga la verdad, esta vez ni me enfurecí ni les grité. Simplemente no lo creía. Era demasiado surreal: mi esposa la bibliotecaria, que se había convertido en una top model telépata, y me habia engañado con un príncipe volador de Ruritania o donde fuera, murió porqué la mordió un vampiro. Era demencial incluso con lo que había vivido.
“Pero volé a Europa por el funeral. Les vi tan tristes que me olvidé de la manía que les tenía a todos... Les dije que no creía que estaba muerta. Yo había pasado por ello, ya. Emily desapareció un día, y cuando la creía muerta, volvía como Looker. Era como un ave Fénix. Sólo hacía falta esperar un poco."
- Me sorprende que Rayo Negro y los demás no cayeran en que la gente mordida por un vampiro vuelve vampirizada. Seguro que hasta Wildcat lo sabe.
- A decir verdad, un nuevo Outsider, Faust, me pidió permiso para arrancarle el corazón al cadáver al cuerpo.
Power Girl casi se atraganta con el whisky.
- ¿Y qué dijiste?
- Le dije que conmigo lo hicieron y no funcionó. Mi cadáver seguía andando.
Power Girl sintió algo de lástima por Greg.
- Y Emily volvió como un vampiro.
- Sí. Salió de su tumba pálida y con ansia de sangre. Eso oí. Porqué yo ya me había ido a América. Aquel no era mi mundo: era el de Looker. El de la locura superheroica que jamás termina. Yo no podía ayudar una persona que claramente no me necesitaba. Que me había dejado tres veces y sin volver ninguna realmente a mi lado. Esperé que recuperara la cordura, como sabía que haría, y luego le pedí el divorcio civilizadamente.
“Un final muy resumido”, pensó Power Girl. Era lo bastante perspicaz para saber que le había ocultado cosas en su historia, pero tampoco era cuestión de despellejar al pobre sujeto.
- Así termina la historia de mi matrimonio. ¿Mi conclusión? El destino vence al amor. No importa lo seguro que estés, la vida siempre puede arruinarlo todo...
- Y la propia estupidez, no digamos.
- ¿Qué?
- El destino puede ser más raro que un khund hippie, lo admito. Mírame a mí si no. Pero portarse como un imbécil no mejora nada. - ¿YO me porté como un imbécil?
- Sin duda.- la seguridad de Power Girl era apabullante. El instinto picapleitos de Greg le avisó que tenía un buen argumento para defender su posición.
- Tal vez no fue muy diplomático, vale, - intentó contemporizar-pero sólo intentaba que ella...
- Que ella volviera a hacerte la cenita cada día. Te jodía que no encajara ya en tus esquemas. Habías sido el rey de tu cueva tanto tiempo que olvidaste que ella era una persona, y las personas cambian...
- Si, claro, cuando el cometa Halley les da ...
- Con o sin cometa, te diré algo: la gente cambia porque puede, porque debe. Porque lo necesita. Algo les puede afectar, sin duda. Pero nadie se convierte en héroe si no lleva una semilla dentro. Flash, Green Lantern, Wildcat... Incluso Ma Hunkle. Cambiaron porque debían, porqué su vida cambió y se adaptaron de forma cojonuda. Pasaron a ser mejores personas. Héroes.-Powergirl se detuvo un instante.-Me has dicho que Emily era una petarda gorda, gafotas y tímida. Una “Betty la fea” cien por cien. Y a ti te gustaba que fuera así porque dependía de ti. Cuando rompió la cadena, te pusiste en plan machista...
- Yo la quería...
- No me interrumpas, cerdo chauvinista.- continuó ella atajándolo con un gesto.- Ella pasó un calvario, sin duda, para adaptarse a todo aquello. Pero tu seguías en tus trece. Pidiendo que volviera a ponerse las gafotas y olvidara lo que podía hacer por la gente. Por su vida. Tu querías que se volviera a poner el viejo vestido aunque le quedara amorfo. Aunque le sentara como un tiro.
Greg guardó silencio. Tal vez el alcohol estaba embotando su capacidad de respuesta, o tal vez algo de lo que decía estaba empezando a perforar su cerebro.
- No tengo experiencia de pareja fija, pero te digo que, si tu la hubieras apoyado como una pareja de verdad haría, vuestra relación hubiera ido mejor. Se habría adaptado, o por lo menos la ruptura hubiera sido menos catastrófica.
"Ya no quedaba whisky", lamentó Power Girl, para ella media botella de licor sexagenario no tenía efecto perceptible casi, pero Greg estaba pálido, transfigurado, parpaedaba como si hubiera recibido un pequeño shock. Dentro de él, concepciones y juicios se derrumbaban como castillos de cartas. Barridos por la sinceridad de Kara de la misma forma que sus puños podían demoler muros.
Tras unos angustiosos segundos, Greg fijó la mirada en Power Girl como si la viera por primera vez.
- Sabes Power Girl. He hablado de mi ruptura con mis hermanas, con amigos... hasta con un psicólogo.- Suspiró apesadumbrado- Y ojalá alguno de ellos me hubiera dicho lo que tu me acabas de decir.
Kara sonrió más que satisfecha. Normalmente cuando soltaba una de sus verdades, la genta solía reaccionar con indignación. Era raro que uno de sus dardos diera fruto en el blanco. Tal vez, pensó, Greg sea más listo de lo que parece.
La victoria duró poco, porqué en aquel momento, Greg empezó a llorar con la cara entre las manos. No era un llanto de borracho.
- Lo eché a perder... todo. Todo. Su vida... la mía. Porqué fui un capullo. ¡Un capullo! Dios, ni siquiera me di cuenta...
Sollozó un segundo. Power Girl le dió unas torpes palmadas en el hombre.
- Más vale tarde que nunca, Greg.
De repente, el abogado se puso en pie de un salto, lleno de una decisión subita.v - ¡No es tarde! Puedo pedirle perdón... ¡Voy a pedirle perdón ahora mismo...!
Iba a dirigirse a algún lado (no parecía tener muy claro a cual) cuando trastabilló. Se apoyó pesadamente en el pétreo pie de Mister América, cuya estátua seguía mostrando un soberbio desprecio por aquellas debilidades de los vivos.
- Enseguida me pongo...- balbuceó Greg. Se dio cuenta entonces de que estaba bastante borracho. Muy borracho. Había dos Power Girl ante sus ojos, pero ningua crisis en marcha. Y el suelo se movía.
- Lo último que necesita una recién divorciada es que la llame a las tres de la mañana su ex borracho, campeón. Déjalo para mañana.
Sujetó a Greg por el cuello de la camisa antes que acabara en el suelo. Quedó colgando de su puño como un monigote.
- Pero...- dijo con voz pastosa.- Emily merece...v - Un mejor exmarido, sin duda. Ahora, ¿te arrojo a algún sitio en concreto?
Pero Greg se había quedado dormido. Demasiado alcohol y demasiadas emociones para él.
- ¿Y ahora qué hago contigo?- rumió Power Girl.
Fin
Nota del Editor:Bienvenidos a SHOWCASE, serie compuesta por números autoconclusivos o como mucho, arcos argumentales de dos números dedicados a diferentes personajes del Universo DC y ambientadas en cualquier época. Esta serie no pertenece a un único autor y esta abierta a todo aquel que quiera participar. ¿Alguna vez has pensado que te gustaría colaborar en Action Tales pero no tienes el tiempo suficiente para encargarte de una serie? ¿Tienes alguna historia en mente con algún personaje del Universo DC que te gustaría escribir? Este es tu sitio.
SHOWCASE te permitirá jugar con personajes “cogidos” por otros autores y que tienen serie propia en Action Tales. Tan sólo tienes que seguir unas sencillas reglas:
1. HISTORIAS QUE NO REQUIERAN CONTINUIDAD.: Historias icónicas, que el lector no tenga que leerse nada de antemano para entenderla. Tu historia debe de respetar la continuidad del universo DC y de Action Tales. Esto no es un “What if?” o un “Otros Mundos”, las historias deben de estar integradas en el Universo DC y deben de poder leerse por separado.
2. DIFERENTES PERSONAJES EN DIFERENTES EPOCAS: Pues eso, se puede escribir historias ambientadas en cualquier época del universo DC sobre cualquier personaje o grupo (héroes, secundarios o villanos). Puedes escribir historias ambientadas en la actualidad o en la época en la que Supermán no estaba casado, Barry Allen era Flash, Batman lideraba a los Outsiders, la Liga de la Justicia tenía su base en un satélite… Tú imaginación pone el límite. Sólo recuerda, las historias deben de ser icónicas, sin continuidad por lo que recomendaría encarecidamente que no estuvieran ligadas a “eventos” concretos.
3. NÚMEROS AUTOCONCLUSIVOS: Para favorecer la variedad de la serie, las historias deberán de ser autoconclusivas o como mucho, arcos arguméntales de DOS números. Si tu historia requiere más espacio, lo mejor es que le dediques una miniserie fuera de esta serie.

3 comentarios :

  1. Reseña del 4 de agosto de 2008:

    Nuevo número de esta serie que ha permanecido tristemente abandonada durante un tiempo, escrito por un nuevo autor de Action Tales: Roger Corbera Mestres. Y ciertamente se ha estrenado con una historia muy interesante, escrita con gran intensidad.

    Lo que ha hecho este autor, básicamente, es retomar unos acontecimientos del pasado (concretamente un subargumento de la antigua serie de Batman y los Outsiders de Barr y Davis) para mostrárnoslos con un enfoque mucho más cercano, e incluso mundano, que les da una dimensión totalmente nueva. Yo leí aquellos cómics en su momento, y la verdad es que he disfrutado con esta reinterpretación de los personajes.

    Además, el autor sabe presentar la historia de forma muy atractiva, y contada con mucha intensidad, enganchando al lector desde el primer momento. Y bueno, aunque la protagonista del número no es exactamente Power Girl, no se puede negar que hace un buen retrato de ella.

    Espero que el autor se anime a escribir más relatos para la página porque lo cierto es que ha empezado con muy buen pie.

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