Supergirl nº 07

Titulo: Un nuevo comienzo.
Autor: Imanol
Portada: Eric Wolfe
Publicado: Enero 2006

Supergirl vuelve a Leesburg con la intención de reorganizar su vida, dejar atrás sus demonios internos y mirar al futuro con optimismo y energía renovada…




Su nombre es Linda Danvers, aunque hubo un tiempo en el que también era conocida como Supergirl. No procedía del planeta Kryptón y no tenía lazos de sangre con el hombre acero, pero después de recorrer un largo camino, llegó a ser digna de usar ese nombre y de vestir el símbolo del hombre del mañana. Ella es...


La cocina era un caos. Cubiertos, platos y pucheros sucios se amontonaban en la fregadera y en la encimera mientras que Sylvia Danvers corría de un lado para otro preparando diversos platos a la vez. El timbre del microondas sonó a la vez que la alarma del horno y en un milisegundo de despiste, la leche hirviendo se elevó por encima del cazo derramándose por la cocina. Sylvia retiró la leche del fuego a medio llorar, los nervios la estaban traicionando. Hacía dos años que Fred y ella no veían a Linda. Habían recibido postales de ella, incluso algunas llamadas telefónicas… Pero esa noche iba a venir a cenar y todo tenía que ser perfecto.
- ¡Fred! Ayúdame con esto ¿Quieres?
- No puedo hacer dos cosas a la vez cariño. – Respondió su marido apareciendo en la cocina con Wally en brazos.
- Mamiiii, quiero chocolate… - Dijo Wally señalando el armario donde su madre guardaba los dulces.
- Ahora no cariño, ya sabes que te hace daño en la tripita.
- ¡Quiero chocolate…!
- Me lo llevaré al salón a jugar a polis y ladrones. – Dijo Fred.
- De acuerdo… - Respondió Sylvia.
- Cálmate cariño, ¿De acuerdo? Todo va a salir bien.
- No sé como puedes estar tan tranquilo Fred, hace dos años que no vemos a Linda… La perdimos justo cuando la habíamos recuperado y no sé si podría soportar volver a perderla de nuevo…
- La vida de Linda es complicada cariño, sabes que soporta el peso del mundo sobre sus hombros. Sea lo que fuera lo que la hizo huir, no fue culpa nuestra ¿Ok? Anda, tranquilízate y recoge esto un poco, parece el campo de batalla de una pelea entre Supermán y Darkseid… Lo que Linda necesita es una cena tranquila con sus padres y con su hermanito.
- Es lo que intento hacer… Tan sólo quiero que todo sea perfecto.
- Papiiii, quiero jugaar – Protestó Wally.
- Ahora vamos Wally, anda, vete sacando los “action man”.
Fred no tuvo que repetirlo, el niño salió zumbando de la cocina imitando la sirena de un coche de la policía y se dirigió a su habitación en busca de sus muñecos preferidos, entre los que estaba el action man policía con su coche patrulla lanzamisiles, equipado con turbopropulsor, lanzallamas y dios sabía que más trucos imposibles.
- Linda es nuestra hija cariño, no un crítico gastronómico del New York Times. – Dijo Fred.
- Ya lo sé… Es sólo que…
- Lo sé cariño. Lo sé. – Le interrumpió su marido. – Ven aquí.
Fred y Sylvia se fundieron en un largo e intenso abrazo, habían pasado mucho, demasiado dentro de su matrimonio y una vez superadas, aquellas dificultades sólo habían reforzado el amor que sentían el uno por el otro. Linda regresaba a casa y lo importante era que volvían a estar juntos otra vez.
Como cualquier otro día, el autobús escolar de Leesburg circulaba hacia los suburbios de la ciudad, el horario escolar había finalizado y los críos, todos ellos menores de catorce años, revoloteaban felices, arrojándose papeles entre ellos, mascando chicle, gritando y riendo histéricamente para desesperación de Mr. Owen, el sufrido y veterano conductor. El vehículo circulaba atravesando los extensos y solitarios campos de trigo amarillentos que en el horizonte, parecían unirse al azul claro del cielo.De Pronto, una furgoneta negra adelantó al autobús a toda velocidad, sus ruedas empezaron a protestar y a derrapar en el asfalto mientras que el vehículo se movía a los lados de forma caótica. El conductor consiguió recuperar el control y detuvo la furgoneta en mitad de la carretera, bloqueando el paso. Mr. Owen frenó a unos veinte metros.
- ¡Pero que demonios! – Exclamó.
De la furgoneta, salieron a toda prisa dos hombres vestidos de negro, llevaban unas ridículas máscaras de payaso y armas de fuego automáticas. Abrieron las puertas de la furgoneta y de su interior, sacaron a un hombre semiinconsciente y una maleta de viaje. Mr. Owen no podía creer lo que estaba sucediendo y el miedo y la confusión comenzaron a extenderse en el interior del autobús. Los dos hombres agarraron a su compañero herido y con una rapidez asombrosa se acercaron chillando hasta el autobús.
- ¡Abre la puerta! – Gritó el más bajito.
Mr. Owen se quedo paralizado, pensó en arrancar el autobús y tratar de huir pero estaba demasiado asustado.
- ¡Abre la puta puerta! – Gritó de nuevo, disparando con su arma una ráfaga al aire.
En el interior del autobús, los niños comenzaron a gritar asustados, el ambiente estaba cargado de tensión y miedo.
- ¡Que abras la puta puerta, joder! – Esta vez, el criminal apuntó a Mr. Owens a través del cristal.
Finalmente, Mr. Owens accedió, abrió la puerta del autobús y los tres hombres, todavía con las máscaras de payaso puestas entraron en el interior del vehículo dónde inmediatamente, se hizo un absoluto silencio. El hombre bajito parecía ser el líder, se acercó rápidamente hasta Mr. Owens, le agarró el cabello con las manos y le estrelló la cara contra el volante.
- ¡¿Te crees un héroe?!... ¿Te crees un héroe? – Le gritaba colocándole el arma en su cabeza.
- No... Basta, por favor... – Dijo Mr. Owens sangrando abundantemente por la nariz.
- ¡De ahora en adelante, vas a hacer lo que yo te diga cuando yo lo diga! ¿Ok?
- De acuerdo, de acuerdo, haré todo lo que tu digas pero por favor no nos hagas daño... – Consiguió pronunciar.
- Bueno, bueno... Parece que después de todo vamos a llevarnos bien ¿Eh viejete? – Dijo el criminal propinándole una colleja.
- Greg... – Dijo el otro criminal, cansado de sujetar a su compañero herido que gemía de dolor.
- ¡No me llames por mi nombre idiota! – Le contestó el bajito. – Llévatelo a la parte de atrás. Si alguien pestañea, llénale el cuerpo de plomo y arrójalo a la carretera.
- Ok.
- Arranca este trasto y da la vuelta – Ordenó Greg. – Cogeremos la entrada a la autopista, escondidos aquí, es posible que podamos pasar los controles de carretera.
- Si señor. – Dijo Mr. Owens arrancando el motor del vehículo.
- ¡Haced todo lo que diga y nadie saldrá herido! – Dijo Greg dirigiéndose a los niños.
El autobús se puso en marcha en dirección a la autopista, el criminal herido había sido acomodado en la parte trasera y parecía estar peor a cada segundo. El secuestrador más fornido se llamaba Bob, no era demasiado inteligente pero tenía suficientes luces para darse cuenta que su compañero se estaba muriendo. Se acercó hacia Greg, que apuntaba con su ametralladora al cráneo de Mr. Owens.
- Se está muriendo. – Le dijo.
- No podemos hacer más, no vamos a echarlo todo a perder por su culpa. Por fin tenemos lo que siempre hemos querido, lo que nos merecemos... – Dijo Greg señalando con su mirada la maleta de viaje que descansaba a sus pies.
- Deberíamos dejarle en algún hospital...
- ¿Estás loco? Nos enchironarían en dos segundos... No pienso pasar el resto de mi vida en la sombra por culpa de que el inepto de Peter se haya dejado disparar por aquel segurata barrigón.
- No sé, Greg...
- Hazme caso cabeza de alcornoque, no es nuestra culpa... Él habría hecho lo mismo y tú lo sabes. No tenemos otra alternativa, además, dos partes de un millón de pavos es un pastel mucho más jugoso... Anda, vete a tu puesto, lo primero es salir de aquí.
Las sirenas de la policía interrumpieron la conversación. Bob empezó a sudar bajo la máscara, miraba hacia todos los lados intentando saber de donde procedían las sirenas. Mr. Owens fue el primero en ver los coches de la policía, en concreto eran dos patrullas que pudo distinguir por el espejo retrovisor.
- Sigue conduciendo, ni se te ocurra disminuir la velocidad. – Luego Greg se dirigió hacia Bob. – Ve atrás a controlar a los niños.
Uno de los coches se puso a la altura del autobús, sus ocupantes se identificaron como agentes de la policía y ordenaron detener el autobús a través del altavoz. Greg se acercó a los ventanales, apartó a los niños golpeándoles en la cabeza y en la cara y abrió fuego atravesando los cristales y acertando de lleno al coche patrulla. Las sirenas se callaron al instante y el vehículo perdió el control estrellándose en la cuneta. Greg soltó una carcajada de victoria. El otro coche patrulla parecía haberse detenido a socorrer a sus compañeros. Habían sido descubiertos pero no importaba, mientras estuvieran en el autobús rodeados de rehenes, estarían seguros.
Mientras que el agente Martin pedía refuerzos y una ambulancia por radio, su compañero había salido para socorrer a los accidentados. Afortunadamente, las balas no les habían alcanzado y solamente tenían varias contusiones no graves, aunque uno de ellos estaba atrapado dentro del coche. De repente, como salida de la nada, la figura sexy y elegante de Supergirl aterrizó con finura en medio de aquel desastre.
- ¿Cuál es el problema, agentes? – Dijo Linda acercándose a los policías.
- ¿Supergirl? ¡No puedo creerlo! Cuánto tiempo... El agente McDamon está atrapado en el coche.
La chica se acercó al vehículo estrellado con seguridad y decisión, arrancó la puerta, el volante, parte del salpicadero y en pocos segundos, el policía estaba libre. Los agentes estaban anonadados, aunque ésta Supergirl era mucho más bajita y menos pechugona a la Supergirl que habían conocido, hacía tiempo que Supermán había dicho que se trataba de la misma persona [1] , lo cual era garantía suficiente para todo el mundo.
- ¿Qué ha pasado? – Preguntó Linda.
- Unos tipos han atracado un banco en Leesburg, viajan en un autobús escolar, tienen rehenes y están armados hasta los dientes.
- Está bien, está bien... Tranquilos, yo me encargo. ¿Habéis avisado a una ambulancia?
- Sí, tranquila. Por cierto, ¿Has vuelto para quedarte?
- Puedes apostarlo, agente – Dijo Supergirl elevándose en el aire y desapareciendo en el horizonte.
- ¡¡Yiiiiiiaaauuuuuuu!! – Gritó uno de los policías quitándose su gorra reglamentaria. - ¡Es toda una mujer, ya lo creo!
- Deja de fantasear Pazzioti… Está lejos de tu alcance.
Un par de minutos después, Linda había localizado el autobús. Descendió del cielo a toda velocidad y se puso a la par del vehículo sin que nadie la viera, el elemento sorpresa era vital para evitar que algún niño saliera herido. Golpeó el cristal suavemente, haciendo señas al conductor, lo último que quería era provocar un accidente con cuarenta niños implicados. Mr. Owens tragó saliva, sabía que Supergirl iba entrar en acción en cualquier momento y que él tendría que mantenerse firme al volante durante el enfrentamiento. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte y abrupto ruido, Supergirl había entrado en el interior del vehículo, atravesando la puerta y dirigiéndose con prisa hacia los criminales.
- Está bien muchachos, tirad vuestras armas y rendiros.
El primer instinto de Greg fue levantar su arma y disparar una ráfaga pero Linda utilizó su supervelocidad para recolectar todas las balas con sus manos, evitando victimas inocentes. Antes de que Greg pudiera reaccionar, Supergirl ya le había golpeado con uno de sus dedos, mandándole al reino de Morfeo. Mr. Owens detuvo el autobús poco a poco, tratando de que lo que sucediera en el interior del vehículo no le afectara y confiando en que Supergirl se encargara de todo. En ese instante, Bob dejó su arma en el suelo muy despacio y luego alzó sus brazos.
- Me rindo. – Dijo.
- ¿Sabes que es la primera vez que me pasa? Quiero decir… Los malos siempre me disparáis o intentáis golpearme o algo… Nunca se me había rendido nadie sin ofrecer resistencia. Eres más listo de lo que pareces.
- Gracias.
- A pesar del grado de estupidez tan alto que requiere ir por ahí con una máscara de payaso atracando bancos y secuestrando niños, claro.
Bob se apartó para que Linda viera al tercer atracador tendido en los asientos traseros, sangrando, respirando con dificultad y sudando mucho.
- Ayúdale. Por favor. – Dijo Bob.
A Linda se le cambió la cara, el asunto había dejado de ser una broma para volverse algo muy serio. Aquel hombre se estaba muriendo.
Linda entró como un huracán en el departamento de urgencias del hospital del Leesburg, llevaba al atracador herido en brazos.
- ¡Por favor, que alguien me ayude! ¡Este hombre necesita atención médica! – Dijo Linda.
Varias enfermeras y médicos se acercaron rápidamente y Linda colocó al criminal en una camilla. Ya no había nada que ella pudiera hacer, todo quedaba en manos de los médicos. Se llevaron la camilla rápidamente… Hablando entre ellos un idioma que a Linda le pareció chino mandarín. No pensaba marcharse antes de saber cual era el estado de aquel hombre así que se giró buscando una máquina de café, iba a ser una mañana larga. En ese instante, Linda vio a Mattie Harcourt, su amiga de toda la vida, de pie, quieta y observándola. No era algo tan extraño, después de todo, Mattie era médico y aquel era el hospital donde trabajaba. Ella había descubierto su identidad secreta y nunca tuvo tiempo para explicarse. Linda se preguntó si era demasiado tarde para salvar su amistad. Se acercó a ella, dándose cuenta de que estaba embarazada.
- Mattie, estás fantástica. – Dijo Linda, arrepintiéndose al instante por lo estúpido que sonaban las palabras que habían abandonado su boca.
- Lind… Esto… Supergirl …
- Hay tantas cosas que quiero decirte Mattie que no encuentro palabras. – Dijo Linda bajando su tono de voz para que los curiosos que pasaban por allí no pudieran oírla.
- Es… ¿Es seguro que nos vean hablando juntas? Quiero decir, por tu identidad secreta y eso…
- Dijo Mattie, visiblemente incómoda.
- Tranquila, he hablado en público contigo muchas veces, a nadie le parecerá raro. Te llamé… Dejé un mensaje en tu contestador.
Por la expresión de la cara de Mattie, Linda supo que no lo había escuchado.
- Lo siento, Cutter y yo hemos estado muy ocupados últimamente… - Dijo Mattie acariciándose la barriga.
- Dios mío, Mattie… Es maravilloso de verdad, me alegro mucho por vosotros... ¿Podemos charlar? Al menos si no me odias, claro…
- No te odio, Yo… Hablé con tu madre, sé por todo lo que tuviste que pasar pero no entiendo porque no confiaste en mí… Ni la razón de tu desaparición. Simplemente no lo comprendo.
- Te lo explicaré todo, de verdad… ¿Quedamos mañana para tomar un café?
- De acuerdo… Yo… Me alegro de que hayas vuelto Linda.
- Yo también Mattie.
En aquel momento, se acercó un médico, Linda y Mattie se separaron un poco y callaron de repente.
- Supergirl… Perdona. Soy el Doctor Connors, el hombre que has traído está en quirófano, está grave pero estable. Creemos que saldrá de esta. Gracias a ti…
- Gracias Doctor. – Dijo Linda suspirando aliviada.
- Siento tener que pedirte esto pero… Tienes que rellenar el papeleo de ingreso.
- No se preocupe, lo entiendo. – Dijo Linda. – Por cierto, pronto llegará la policía, ese hombre está detenido.
- De acuerdo… Discúlpeme por favor. – Dijo el médico volviendo a sus quehaceres.
- ¿Hablamos mañana entonces? – Le dijo Linda a Mattie.
- De acuerdo pero… No vas a desaparecer ni nada ¿No?
- No mientras no haya ningún supervillano haciendo de las suyas.
- Ahora entiendo muchas cosas. – Dijo Mattie casi para sí misma.
Supergirl y Mattie se despidieron discretamente y ésta, cruzó el pasillo hasta el teléfono público. Todavía estaba nerviosa y necesitaba desahogarse. Sacó unas monedas de su bolsillo y las introdujo en el aparato.
- Cutter Sharp al habla... – Sóno una voz desde el altavoz del teléfono.
- Cutter, soy Mattie.
- ¿Qué pasa cariño? ¿Todo bien?
- Si... He visto a Supergirl, aquí en el hospital...
- ¿Super...? ¿Estás segura?
- ¿Crees que soy estúpida? Claro que estoy segura... – Contestó indignada. – Dijo que había dejado un mensaje en el contestador.
- ¿Fue ella la que llamó anoche cuando...?
- Seguramente... “Deja que suene cariño”, “Deja que suene cariño” – Dijo Mattie imitando la voz de su marido entre jadeos.
- ¿Yo que iba a saber? – Dijo Cutter un poco avergonzado. - ¿Alguna novedad? ¿Algo que un intrépido periodista como yo deba saber?
- Supergirl ha traído a un hombre herido, dijo que estaba detenido por la policía...
- Ahora mismo voy... ¿Qué tal el bebé?
- El bebé bien pero a mí me duele la espalda a horrores...
- Te veo ahora. Te quiero.
- Te quiero. – Dijo Mattie colgando el teléfono.
A Linda le temblaban las piernas mientras se acercaba a la puerta de la casa de sus padres, había luchado contra amenazas casi imposibles de imaginar pero de alguna manera, hubiera preferido diez asaltos contra Doomsday a enfrentarse ahora al rechazo de sus padres. Acercó su mano al timbre pero antes de que pudiera apretarlo, su madre abrió la puerta y la abrazó con fuerza. Entre lágrimas, Linda vio a su hermano Wally colgado del cuello de su padre, que la miraba con aprobación desde el hall. Linda abrazó a ambos, todo su miedo se había desvanecido y se sentía querida y bienvenida de nuevo, dispuesta a enderezar los errores del pasado y dispuesta a abrir su corazón a su familia.
La cena transcurrió con total normalidad, Linda había conectado al instante con su hermano Wally, quien estaba encantado con la atención que estaba recibiendo de su hermanita mayor. Al terminar la cena, Linda se ofreció a acostar a Wally pero éste, se negaba en redondo a perderse el resto de la velada. Linda utilizó sus propios trucos de madre para convencerle y en pocos minutos, Wally estaba acostado en su cama, abrazando un peluche de la rana Gustavo y con Linda sentada a su lado, leyéndole su cuento preferido de la infancia, “El Gato con Botas”.
Cuando el niño se durmió, Linda bajó al salón donde la esperaban sus padres, había llegado el momento de dar explicaciones.
- Ya se ha dormido… - Dijo Linda. – Es un niño adorable.
- Si que lo es – Dijo su padre. – Estamos muy orgullosos de él… Y de ti…
- Papa, yo... sé que os he fallado, marchándome así pero en aquel momento, había pasado por demasiado, había sufrido demasiado… Lo siento de verdad.
- ¿Qué ocurrió Linda? – Preguntó su madre.
- Más vale que os sentéis, es largo y complicado de contar.
- ¿Tiene algo que ver aquel individuo llamado Buzz? – Preguntó su padre.
- No, no… No sé por donde empezar.
- Tenemos toda la noche hija, cálmate y empieza por el principio.
- Ok… Como sabéis, cuando mi vida parecía volver a un grado de cierta normalidad, un cohete aterrizó en Leesburg. Del interior de la nave espacial, salió una chica que se hacía llamar Kara Zor-El, vestida de Supergirl y que clamaba ser la prima Kryptoniana de Superman…
- Kara desapareció el mismo día que lo hiciste tu cariño… ¿Era una enemiga camuflada?
- Es mucho más complicado que eso mamá.
- Sylvia, deja que la niña termine. – Dijo Fred. - ¿Quieres un poco de agua, Linda?
- Si, por favor.
Fred salió en ese momento a la cocina para volver unos segundos más tarde con unos vasos y una jarra de agua.
- Aunque lo intenté, no pude hablar con Superman del tema así que me la traje a casa… Por cierto, gracias por dejar que se quedara aquí.
- No pasa nada cariño. – Dijo Sylvia.
- El caso es que en Star Labs confirmaron su procedencia Kryptoniana pero su ADN era sensiblemente diferente al de Superman, el misterio seguía creciendo por segundos… De lo que para entonces ya estaba segura, era que Kara no mentía, era la persona más inocente e ingenua que había conocido… Era incapaz de maldad alguna, era una persona muy pura. Llegué a pensar que no importaba de dónde viniera, ella estaba aquí y yo cuidaría de ella, yo sería su hermana mayor…
Sylvia y Fred sabían todo lo que Linda había contado hasta ahora, su madre se acercó a ella y le cogió de la mano en señal de apoyo. Linda cogió aire y siguió con su relato.
- Un villano llamado Fatalist, que era el esbirro de Xenon, había desviado el cohete de Kara por el espacio tiempo… Haciendo que cayera en Leesburg y en nuestra realidad.
- Un momento, no entiendo… - Dijo Fred.
- Kara pertenecía a otra realidad, Fatalist había desviado su cohete para que cayera en nuestra realidad.
- ¿Por qué? – Preguntó su madre.
- Para evitar que Xenon la encontrara… Xenon estaba atrapado en una torre dimensional, prisión a la que había sido enviado por una Supergirl.
- ¿Tú? – Preguntó su padre.
- No, no… Otra. Hay muchas dimensiones y realidades ahí fuera… Y muchas otras “Supergirls” desperdigadas por esas realidades.
- Entiendo. – Dijo su padre.
- Xenon estaba atrapado pero conservaba suficiente poder para obligar a Fatalist a rastrear el espacio tiempo en busca de diferentes “Supergirls” para matarlas en venganza… Creyendo que así lograría liberarse.
- ¿Por qué quiso Fatalist ocultar a Kara? – Dijo Sylvia.
- Sé que esto es un poco complicado… Y duro… Kara estaba destinada a morir salvando todas las realidades en una gran crisis… Si Xenon la hubiera matado, toda la realidad se hubiera ido al carajo. Fatalist ocultó a Kara para evitar su propia destrucción.
- Ok, a ver si lo entiendo bien… - Dijo Fred. – Kara estaba destinada a salvar todas las realidades, si ella hubiera muerto antes de tiempo todas las realidades habrían sido destruidas.
- Correcto. – Dijo Linda.
- Oh, Dios mío. – Alcanzó a decir Sylvia.
- Entonces… ¿No habría sido suficiente mostrar esa verdad a ese tal Xenon para que desistiera en su intención de matar a Kara? Es decir, su muerte también le perjudicaba ¿No?
- Xenon estaba enloquecido por la sed de venganza, de haberlo sabido, habría buscado a Kara todavía con más decisión. El Espectro… Bueno, es uno “de los buenos”, el espíritu de la venganza en realidad. Según se dice, es la mano derecha del propio Dios… Él nos mostró el cruel e injusto destino de Kara. Ella moriría a manos de un villano llamado Anti-Monitor pero lograría salvar todo lo que existe con su sacrificio.
Linda hizo una pausa para beber un poco de agua mientras daba un pequeño respiro a sus padres, completamente alucinados con la historia que estaban escuchando.
- Entonces tomé una decisión… Engañé a Kara e hice que el Espectro me trasladara a la realidad de Kara, justo en el momento en el que ella debería haber llegado… Yo tomaría su lugar y yo pelearía contra el Anti-Monitor. Era demasiado injusto que alguien como Kara, tan joven y llena de vida acabara de aquella forma…
- Oh, Dios mío… - Era lo único que su madre era capaz de decir.
- Cuando llegue hasta esa otra realidad, me encontró Superman… Bueno, el Superman de esa otra realidad. Me presenté como su prima Kryptoniana y él fingió creerme, pensando que quizás, era una enemiga con un malvado plan. Creí que ir a aquella otra realidad era un sacrificio sin embargo, fueron los nueve años más maravillosos de mi vida.
- Espera un momento, ¿Nueve años? – Dijo su padre.
- Si, el tiempo transcurría a un ritmo diferente allí… De hecho, rejuvenecí esos años cuando volví a nuestra dimensión. Aquel era un mundo maravillosos papá, ingenuo y sencillo… Los villanos siempre urdían planes diabólicos que los héroes siempre desbaratábamos y lo más importante… No iban por ahí matando gente inocente. En aquella realidad descubrí lo que era la verdadera felicidad… Sobretodo cuando Superman me confesó su amor y a su vez, revelándome que jamás había creído mi historia de que era su prima Kryptoniana.
- Linda…
- Todavía hay más mamá… Me casé con él y tuve una hija.
Se hizo el silencio en el salón, Sylvia y Fred habían pasado dos años tratando de imaginar lo que había pasado para que su hija se marchara de aquella forma pero la realidad estaba superando con creces sus teorías más dramáticas y terribles.
- ¿Cómo se llama mi nieta? – Alcanzó a decir Sylvia entre lágrimas.
- Ariella.
Fred estrechó la mano de su mujer.
- Siempre supe que mi tiempo en aquella realidad era limitado, que tarde o temprano moriría a manos del Anti-Monitor… Pero no estaba preparada para separarme de mi hija cuando el Espectro acudió a buscarme. Dijo que el intento de reemplazar a Kara había fracasado, toda la existencia estaba en juego ya que Xenon había encontrado a Kara. Todo lo que existe y es estuvo muy cerca de ser destruido…
Linda se levantó de sofá y se acercó a la ventana.
- Le dije al Espectro que rescataría a Kara y que lograría que volviera a su propio tiempo… Pero que pasara lo que pasara, tenía que prometerme que Ariella estaría a salvo. El accedió y yo me despedí de mi hija sabiendo que nunca más la volvería a ver.
Fred y Sylvia estaban cabizbajos, con lágrimas en los ojos.
- Llegué justo a tiempo de evitar que Xenon matara a Kara, descargué toda mi furia y rabia acumulada en él… Y lo maté. Instantes después, Kara y yo aparecimos en la tierra. No había tiempo para explicaciones, la dejé inconsciente de un puñetazo y el Espectro la envió a su realidad para que cumpliera con su destino. Yo la mandé a su muerte… Y mi único consuelo ha sido saber por propia experiencia que antes de morir vivirá en un mundo maravilloso durante nueve años.
- Nos salvaste a todos tomando esa decisión… - Dijo su padre acercándose a ella.
- ¿Qué fue de Ariella? – Preguntó su madre.
- La vi en un sueño cortesía del Espectro… En una dimensión extraña, bendecida con eterna juventud y alegría… Y apartada de mí para siempre. Todo eso forma parte del pasado ya… Y no sabéis lo liberada que me siento al hablar de esto, lo he guardado dentro de mi demasiado tiempo.
- ¿Qué vas a hacer ahora cariño? – Preguntó Sylvia.
- Mirar hacia delante, vivir el presente…
- ¿Aquí en Leesburg? – Preguntó Fred.
- Si… Si me dejáis quedarme en vuestra casa… No tengo trabajo ni adonde ir.
- Puedes quedarte todo el tiempo que quieras, esta también es tu casa, no hemos tocado nada de tu habitación.
- Gracias mamá… Si me perdonáis, voy a acostarme. Mañana voy a quedar con Mattie… Va a ser un día duro.
- Claro cariño. – Contestó Fred.
Linda subió las escaleras que conducían a su antigua habitación, aquella noche sería la primera en los últimos dos años en el que dormiría en paz consigo misma

Fin.

¿Dudas? ¿Comentarios? ¿Amenazas? Mi email es imanolamado@hotmail.com


Referencias:
[1] Hasta el #50 USA del Vol 3 de Supergirl, Linda adquiría la forma de Matrix cuando se cambiaba a Supergirl (Matrix era bastante más alta y pechugona). A partir del #51 hasta el cierre de la colección en el #80, Linda no se “transforma”, se cambia de ropa como cualquier otro superhéroe. A partir del #51 USA, Supergirl apenas estuvo en Leesburg, lo cual explica lo extraña que resulta para los policías.


NOTAS DEL AUTOR
Hola a todos… En este número, tal como indica el título, he querido hacer un verdadero “Nuevo Comienzo”, una historia completamente accesible que ponga al lector en contacto con el personaje y que cierre las heridas del pasado, algo que quizás debería haber hecho con el número uno de la serie. Para que todas vuestras dudas sobre el personaje se desvanezcan, he escrito la siguiente sencilla guía de “Supergirls” que espero os parezca útil (No he incluído personajes que han aparecido sólo una vez, personajes de historias imaginarias o de “elseworlds”):
Kara Zor-El: La Supergirl más popular… La prima Kryptoniana de Superman que aterrizó en los tebeos en el mítico Action Comics #252 en 1959. Kara murió heroicamente en Crisis en Tierras Infinitas #7 y como resultado de aquella saga, su existencia fue borrada de la continuidad oficial.
Matrix: Es la primera Supergirl del universo DC postcrisis, en realidad se trataba de un ser creado en un laboratorio por el Lex Luthor de una dimensión diferente (El universo de bolsillo, creado por el señor del tiempo). Superman la trae al universo DC regular y Matrix (Mae), es criada por los Kents. Mae mantiene una relación amorosa con Lex Luthor, relación que se rompe cuando ella descubre que ha sido manipulada y que el único interés de Luthor era poder crear un ejército de clones a partir de sus células.
Linda Danvers: Linda Danvers, una joven de alma corrupta, es salvada por Supergirl (Matrix), en el mismo instante en que la joven era sacrificada por una secta satánica de la que dicho sea de paso, era miembro. Matrix y Linda se convierten en un único ser, el ángel terrenal del fuego… Matrix consigue un alma humana y Linda, una oportunidad para la redención. A partir del #50 USA del Vol 3 de Supergirl, Linda pierde su “parte angelical”. Linda Danvers es la protagonista de este fanfic y la serie comienza después de los acontecimientos narrados en la última saga de su serie (Supergirl Vol 3 #75-#80) que espero haber resumido de forma clara en este mismo número.
Cir-El: Después de la cancelación de la serie de Peter David, en los títulos de Superman se trató de introducir una nueva Supergirl, en este caso una chica llamada Cir-El que supuestamente era la hija futura de Superman y Lois Lane (Algo que resultó ser falso). La chica se sacrificó para evitar el renacimiento de Brainiac 13. Este personaje no existe en la continuidad actual de AT.
Kara Zor-El:La prima de Superman en el universo DC post-crisis y la Supergirl actual en los cómics, cuya serie regular (Vol 4) se publica actualmente en los USA. Este personaje no existe en la continuidad de AT actual.

1 comentario :

  1. Reseña del 30 de Enero de 2006:
    Concluida la saga Infierno de Cobardes, Linda vuelve a su vida normal, de forma que aunque éste sea el número 7 de la serie, bien podría servir como nº1.
    Se presenta a la protagonista mediante una escena de acción muy bien llevada, y a continuación, su relación con diferentes personajes secundarios; todos ellos muy bien definidos.
    Además, en el tercio final de la historia, Imanol aprovecha para hacer un breve resumen de cómo quedó la situación al final de la serie de Peter David, que a pesar de ser un poco enrevesada, queda bien explicada, y deja a la protagonista lista para su desarrollo en futuros números.
    Como es habitual, Imanol sigue escribiendo con un estilo impecable.

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