Green Lantern nº 01

Título: Ragnarok (I)
Autor: Jerónimo Thompson
Portada: Jose Manuel López García
Publicado en: Agosto 2005

¡Comienza la serie del gladiador esmeralda!! Kyle Rayner acude a la llamada de auxilio procedente de Jupiter. ¿Que amenaza requiere la presencia de un Green Lantern?

Es el último de su estirpe, poseedor del arma más poderosa del universo y depositario de uno de los legados más grandes de la historia. Y él mismo se convertirá en leyenda. Es Kyle Rayner y su misión es evitar que la Luz Verde de la Verdad se extinga alguna vez. Él es...
Creado por Ron Marz y Darryl Banks

Sitúate. Estás en Valhalla, el mayor de los cráteres de Calisto, en el interior del complejo científico Rectorado Delta. Júpiter impone su presencia en el horizonte y dentro de cuatro horas el Rectorado esparcirá sus fragmentos por la inexistente atmósfera de Calisto en el fragor de una explosión termonuclear.

¿Ya te has situado? Estupendo. La historia comienza.

-Es un Green Lantern, señor- afirmó el guardia sin atreverse a alzar la voz, pese a que sabía que era imposible que pudiera escucharle desde la Sala de Espera. Sus palabras estaban impregnadas por una extraña mezcla de curiosidad y respeto.

-Veo al Green Lantern, 214; la imagen del monitor no deja lugar a muchas dudas. Proceda con el protocolo de entrada-.

Al otro lado de la gruesa lámina de metal que los separaba, encerrado en una diminuta estancia de apenas dos metros cuadrados, Kyle Rayner escuchó cómo una voz metálica e impersonal le comunicaba una serie de instrucciones:

-##Deposite toda su ropa en el recipiente situado a su derecha, por favor##

Tras un segundo de duda, fue desvistiéndose y colocando su uniforme en una pequeña abertura que silenciosamente había aparecido a su derecha.

–Toda su ropa, por favor-.

Sonrió brevemente mientras terminaba de llenar el recipiente. Al concluir, éste se cerró y emitió un ligero silbido.

-##Deposite su anillo en el recipiente situado a su izquierda, por favor##

Kyle permaneció inmóvil.

-##Ya conoce el protocolo de entrada, Green Lantern. No se admite la presencia de anillos de poder en el Rectorado##

-No sé nada de ese protocolo, tío simpático...- murmuró Kyle.

-##Deposite su anillo en el recipiente, por favor##.

Lentamente, muy lentamente, se quitó el anillo y lo dejó en la nueva abertura surgida a su izquierda que se cerró inmediatamente con un golpe seco. La luz, de un blanco mortecino hasta ese momento, se tornó azulada durante unos segundos para volver rápidamente a recuperar su color original.

A continuación, volvió a hablar la misma voz metálica e impersonal comunicando lo que debían ser nuevas instrucciones; sin embargo, Kyle era incapaz de entender nada de lo que decía: el anillo había dejado de proporcionarle una traducción simultánea del idioma alienígena que hablaba aquel guardia.

Tan pronto como cesó de escuchar la voz, se abrió una nueva compuerta ofreciendo lo que parecía ser otro uniforme, completamente blanco a excepción del símbolo verde de los Green Lantern Corps situado a la altura del pecho y un pequeño artefacto negro sobre el hombro derecho: "Un traductor universal.." murmuró para sí.. "Bien.."

Tras colocarse rápidamente el uniforme que le habían ofrecido, Kyle habló al vacío de la habitación: -Estoy listo. Abran la puerta de entrada-.

La pared frente a la puerta que había servido de entrada a la Sala de Espera se apartó con un leve zumbido, dando paso a una estancia mucho mayor en la que le esperaban dos individuos de figura humanoide. Uno de ellos era un Psion.

Paralizado en un primer momento por la sorpresa, tensionó pronto todos los músculos de su cuerpo, preparándose para lo que sin duda debía ser una emboscada, mientras se maldecía amargamente por cometer la estupidez de abandonar su anillo poder.

El Psion se dirigió a Kyle sin mostrar mucho interés en la posición de combate que éste había adoptado:

-Bienvenido al Rectorado Delta, Green Lantern. Soy el Decano de Seguridad y le agradezco... todos le agradecemos la rapidez de su llegada, dada la delicadeza de nuestra situación-.

Kyle no alteró su posición, pero la confusión que ahora sentía había relajado ligeramente sus músculos: -¿Qué ocurre aquí?, ¿los Psions controlan este complejo?-.

-Soy el único Psion que reside en el Rectorado Delta, Green Lantern- afirmó con la paciencia que confiere la repetición de una frase incontables veces. –En el Rectorado tienen cabida todas las razas que habitan la galaxia, y confío en que no me juzgará por los actos que hayan podido cometer otros miembros de mi Pueblo-.

Kyle aún dudaba. Los Psions eran ampliamente conocidos por ser una raza de fríos y sádicos científicos, siempre dispuestos a diseccionar y experimentar con toda clase de seres vivos. No terminaba de creer que otras razas alienígenas hubieran podido aceptar a un Psion en un complejo de investigación (¡e incluso nombrarlo responsable de Seguridad!), pero decidió no ponerle más objeciones. Al fin y al cabo, ¿qué otra cosa podía hacer sin su anillo de poder?

-Muy bien. He venido tan pronto como el anillo me informó de su problema, aunque aún no tengo muy claro dónde me encuentro y por qué era necesario separarme de mi anillo... entre otras cosas-.

Mientras hablaba recuperó su posición inicial, más relajada, y fue dando un repaso visual a la sala en que se encontraba. Le llamó la atención lo austero del mobiliario: absolutamente vacío. Sólo la presencia de un pequeño monitor que encontró a su izquierda rompía la monotonía del blanco que cubría paredes, suelo y techo. Y el guardia... ¿era posible que fuera un Khund?

El Psion volvía a dirigirse a él:

-Soy consciente de la... rudeza de nuestra llamada, y me disculpo por ella en nombre de la Rectora; la urgencia nos impidió darle más detalles entonces, y lo sigue impidiendo ahora. Le ruego que me siga mientras respondo a todas las preguntas que desee formularme. Nos esperan-.

Dicho esto, el Decano de Seguridad se dirigió hacia el extremo opuesto de la estancia que pronto se abrió a un largo pasillo por el que ambos caminaron dejando al guardia junto a la Sala de Espera. Mientras avanzaban rápidamente por el pasillo, tan blanco y austero como el lugar que abandonaban, Kyle tuvo tiempo de observar con más detalle el aspecto de su acompañante: con un uniforme igual al que ahora vestía él mismo, pero sin la presencia del símbolo verde en su pecho, su figura era la del Psion típico: un reptil humanoide de ojos pequeños, con una piel de tono verde oscuro y ningún tipo de vello observable.

-¿Qué desea preguntar, Green Lantern?-.

-En primer lugar quisiera hacerle una petición: mi nombre es Kyle Rayner y me gustaría...-.

-Inaceptable- atajó el Decano. –Se encuentra en el Rectorado como Green Lantern y como tal será tratado mientras permanezca con nosotros. ¿Qué desea preguntar, Green Lantern?-.

Kyle vaciló un momento y cabeceó ligeramente mientras se preguntaba por qué no tumbaba a aquel maldito Psion de un puñetazo: -Bien, ¿qué es el Rectorado? El anillo me contó que...-. 


-Nuestra fundación se remonta a la época en que se establecieron los Green Lantern Corps...- el pasillo dobló hacia la derecha en lo que parecía un nuevo tramo idéntico al anterior, blanco y sin final aparente. -Como ya sabe, los Guardianes del planeta Oa crearon este cuerpo policial reclutando a los mejores de las diversas razas que pueblan la galaxia y dotándolos de los anillos de poder con el fin de defender el... digamos el Bien, allí donde fuese necesario. Sin embargo, pronto se alzaron voces que discutieron la posibilidad de que esta defensa del Bien se limitara a un grupo de policías interestelares dedicados a la caza de elementos subversivos-.

-No creo que los Green Lanterns seamos...-.

-Así fue como se establecieron los Rectorados: complejos científicos que se propusieron la búsqueda de conocimiento como único objetivo- continuó el Decano.

-¿Rectorados?, ¿es que hay más de uno?- interrumpió Kyle con rapidez.

-Por supuesto que sí –afirmó con orgullo no disimulado. –Se dispusieron tantos como sectores galácticos asignados a los Corps: 3.600-.

En ese momento llegaron al final del pasillo, donde les esperaba una pequeña habitación que pronto quedó sellada y comenzó a trasladarles hacia los niveles inferiores del Rectorado.

-¿Hacia dónde vamos?- preguntó Kyle.

-Nos dirigimos al nivel –20, Green Lantern. Allí nos espera la doctora 74-.

-¿74?, ¿qué clase de nombre es ése?

-Los nombres no son necesarios en el Rectorado. La capacidad máxima de este complejo es de 300 individuos y cada uno de ellos recibió al llegar el número que lo denominará mientras permanezca en el Rectorado-.

-Ah, qué curioso... ¿cuál es mi denominación entonces?-.

-Green Lantern- respondió fríamente el Decano. Kyle resopló lo más disimuladamente que fue capaz.

-¿Qué ocurrió cuando se disolvieron los Green Lantern Corps? La devastación de Oa y tal- siguió Kyle mientras el ascensor continuaba su descenso.

Los pequeños ojos del Decano se hicieron aún más diminutos: -Ese desastre casi acabó con nosotros. La caída de Oa y los Green Lanterns nos dejó huérfanos e indefensos ante las diferentes amenazas que surgieron en los sectores galácticos. Casi tres cuartas partes de los Rectorados fueron destruidos en los dos años posteriores; los restantes consiguieron sobrevivir admitiendo el control de otros gobiernos, como ocurrió con el del sector dominado por Thanagar, o buscando la financiación de corporaciones privadas no ligadas a instituciones políticas-.

-¿El Rectorado Delta está controlado por los Psions?-.

-Como le dije anteriormente...-.

El ascensor se detuvo y abrió su puerta automáticamente descubriendo a una mujer de unos cuarenta años, no demasiado alta y aspecto plenamente humano, que les esperaba con impaciencia reflejada en los ojos.

-Green Lantern, le presento a la doctora 74, de la Tierra-.

-Ya te avisamos de que esto ocurriría- dijo la mayor.

-No ha pasado nada que no podamos solucionar, anciana- afirmó con dureza la Rectora. –El resultado es un éxito. Sólo es cuestión de tiempo que lo controlemos y todo acabe de una vez-.

-El Green Lantern está aquí-.

-Sí, nuestro Decano de Seguridad es muy estricto con los protocolos establecidos, pero su presencia no cambiará nada. Todo va a acabar pronto-.


-Doctora 74, informe al Green Lantern sobre el problema al que nos enfrentamos-.

-Disculpe un momento -se adelantó Kyle-, Decano... um... ¿cuál es su nombre?, o sea, ¿su número?-.

-3. Soy el Decano de Seguridad 3-.

-Bien, Decano 3, antes de que la doctora me explique en qué consiste esa “alarma de tipo biológico” que mencionaron en su petición de ayuda, me gustaría saber por qué me han quitado mi anillo-. Kyle se esforzó en mostrar la suficiente determinación en su mirada como para dejar claro que no estaba dispuesto a dar un paso más sin conocer la respuesta a su pregunta.

El Psion mostró en su rostro reptiliano una irritante expresión de extrañeza ante la ignorancia ajena.

-¿Se da cuenta de que se encuentra en el interior de unas instalaciones dedicadas a la investigación científica, Green Lantern? La energía que desprende un anillo de poder, incluso en estado de reposo, podría afectar de manera impredecible al trabajo que desarrollamos aquí. Nuestros protocolos siempre fueron muy claros a este respecto: los anillos de poder están prohibidos en el Rectorado-.

-Aún más en la situación en que nos encontramos- interrumpió la doctora, cuya impaciencia crecía visiblemente con rapidez. -¿Podemos pasar ya a discutir nuestro problema?-.

-Adelante- accedió Kyle alzando ligeramente los hombros.

Un minuto después, la doctora y Kyle se encontraban en el interior de lo que habían llamado, simplemente, Ojo. El Decano permaneció en el pasillo alegando que la estancia era demasiado pequeña para los tres. Y tenía razón: el Ojo era una habitación semiesférica no mucho mayor que la Sala de Espera donde Kyle había depositado todas sus pertenencias, que no permitía una excesiva libertad de movimiento.

-Voy a ponerle rápidamente en antecedentes antes de mostrarle lo que está ocurriendo en el Laboratorio Beta-.

-Soy todo oídos, doctora 74- y recordando las palabras de presentación del Decano añadió: -¿De dónde es usted exactamente?-.

-Soy de Noruega, y si no le importa le contaré mi vida en otro momento, Green Lantern. ¿Le parece que le explique cuál es nuestro problema, por favor?-.

-Claro, perdone-.

-Bien, nuestro objeto de estudio es un polímero de alta energía que hemos tratado de biosintetizar por medio de... es decir, desde que lo descubrimos hace unos años, nosotros...-.

-Tranquilícese doctora- intervino Kyle ante el creciente nerviosismo que mostraba. –Comience por el principio...-.

-Sí, por supuesto, discúlpeme Green Lantern- respondió esforzándose en controlar su agitada respiración. –Hace siete años detectamos una emisión energética de origen desconocido procedente del cráter Asgard. La señal fue breve y desapareció en pocos segundos, pero no antes de que determinásemos cuál era su fuente: un pequeño meteorito medio enterrado, aún caliente por la fuerza su impacto. Tras someterlo a un estudio exhaustivo en el Rectorado, descubrimos que el responsable de la emisión había sido sólo un diminuto fragmento del meteorito, compuesto por un polímero de naturaleza altamente energética-.

-¿Altamente energética?, ¿era radiactivo o algo así?-.

-No, no, el polímero es inerte en condiciones normales pero la rotura de sus enlaces moleculares es capaz de liberar una cantidad de energía realmente sorprendente. Al parecer la señal que nos permitió detectarlo se había debido a un pequeño número de estas roturas ocasionadas por el impacto del meteorito-.

-Supongo por su tono de voz que nunca antes se habían encontrado con este tipo de sustancia, ¿no?-.

-No. No se parecía a nada que hubiera sido descrito con anterioridad y nosotros sólo teníamos una pequeña muestra de 2,7 gramos-.

-¿Qué hicieron entonces?, ¿buscar más meteoritos?-.

-¿Para qué?, ¿qué posibilidades teníamos de encontrar más cantidades de algo que no es nativo de Calisto, ni detectable salvo rotura?-.

-Bueno, quizá podrían haber enviado unas maquinas que fueran machacando todo el terreno del cráter para ver si así...- la doctora lo observaba en silencio, con la paciente atención que muestra una madre mientras escucha un comentario absurdo de su hijo-...está bien, no importa, ¿qué fue lo que hicieron entonces?-.

-Nuestro objetivo fue conseguir su producción en masa como fuente de energía, para la cual intentamos en un principio la síntesis química del polímero; sin embargo, vimos pronto que no existían procesos químicos capaces de sintetizarlo. Entonces pensamos en una aproximación bioquímica, y por este camino obtuvimos mejores resultados: hace tres años pareció alcanzarse la solución definitiva al desarrollar dos organismos unicelulares capaces de producir el polímero mediante simbiosis: el primero de ellos fabricaba un tipo de intermediario soluble que utilizaría el segundo para proporcionar nuestro polímero. O al menos ésa era la teoría-.

-Y algo no fue bien, ¿verdad?-.

-Nuestras expectativas se vieron frustadas al observar que el polímero se acumulaba en el interior del segundo organismo, incapaz de expulsarlo al exterior, hasta volverse tóxico y matarlo. En los últimos tres años hemos invertido grandes cantidades de tiempo y medios económicos intentando solucionar este problema-.

Kyle paseó su mirada por las paredes del interior de aquella pequeña semiesfera de color gris oscuro en que se encontraban: -Vale, creo que me hago una idea más o menos aproximada de su trabajo. ¿Cuál es el problema?, ¿alguna de sus bacterias ha escapado y es peligrosa?-.

-No exactamente... Espere un segundo; voy a mostrarle el Laboratorio Beta-.

La doctora alzó su brazo izquierdo hasta la altura del pecho haciendo visible una especie de muñequera negra salpicada de botones de diferente color. Presionó uno de ellos y la hasta entonces semiesfera oscura se tornó de un blanco adetergentado.

-El Ojo nos permite ver el interior de cualquiera de los laboratorios de este nivel; nos resulta muy útil para seguir el progreso de ciertos experimentos sin necesidad de poner en peligro nuestra integridad física-.

La doctora miraba a Kyle, que a su vez le devolvía la mirada con gesto interrogante: -¿Y bien?, ¿el Ojo está ciego?-.

-No, estamos viendo el interior del Laboratorio Beta- dijo mientras iniciaba una ligera sonrisa que se disipó antes casi de asomar a su rostro. –Hace tres horas se fusionaron dos de las células simbióticas en una de nuestras placas de crecimiento. No sabemos cómo, ni por qué, pero lo que sí sabemos es que el organismo resultante de la fusión no sólo es capaz de sobrevivir a la acumulación de polímero en su interior, sino también de utilizarlo como alimento-.

-¿Y el Ojo?-.

-En pocos segundos el nuevo organismo, cebado por la increíble fuente de energía que le proporciona el polímero, se multiplicó y extendió por todo el laboratorio, y cuando se le acabó el sitio donde crecer, comenzó a liberar el exceso energético mediante la emisión luz. Lo que ve en la pantalla es la imagen resultante de la saturación de los dispositivos que captan la imagen del interior. Si me permite unos segundos, aplicaré los filtros necesarios para que podamos ver algo-.

-¿No existe la posibilidad de que ese bicho haya conseguido escapar de ahí?- preguntó Kyle mientras observaba cómo la doctora tecleaba diferentes combinaciones de botones de colores en su muñequera.

-No. La Inteligencia Central del Rectorado, ICR, registra y analiza constantemente el estado del complejo. Detectó la anomalía en el mismo momento en que ocurrió la fusión y selló el Laboratorio Beta-.

Las paredes del Ojo pasaron del blanco inicial a un tono ligeramente amarillento que fue progresando hasta volverse dorado y comenzaron a distinguirse los contornos del interior del laboratorio.

-¿Había alguien dentro en el momento de la fusión?-.

-Dos de nuestros científicos, Green Lantern-. Sus ojos, acuosos, apenas eran capaces de contener el bullir de las emociones en su interior.

Los filtros se ajustaron a la perfección y Kyle pudo observar, rodeado por la imagen semiesférica que proporcionaba el Ojo, el Laboratorio Beta con absoluta nitidez.

-Parece como si todo estuviera hecho de oro...- murmuró Kyle.

La doctora tardó unos instantes en contestar, aún azorada por la emoción.

-Es el polímero, que es dorado. El organismo ha tomado su color y cubre todas las superficies... incluidos ellos dos-.

resionando un botón dirigió la imagen hacia la izquierda de Kyle hasta que dos figuras doradas, tumbadas en el suelo, parecieron quedar a sus pies.

-¿Están muertos?-.

-No lo sabemos... La envoltura que ha formado el organismo sobre ellos refleja todo tipo de radiaciones, incluidas aquellas que nos permitirían determinar el estado de sus constantes vitales desde el exterior. Por otro lado, no conocemos bien las diferentes fisiologías de 12 y 36, ni cómo han podido reaccionar frente al organismo: 12 procede de Rann y 36 de Talkor-.

-Bien –suspiró Kyle-, ¿qué es lo que quiere el Rectorado Delta de mí?-.

Antes de que la doctora alcanzara a separar los labios, recibió su respuesta desde la puerta de entrada al Ojo: -Queremos que entre en el Laboratorio Beta, saque a esos dos científicos y nos traiga una muestra aislada del organismo, Green Lantern-.

Al girarse, Kyle observó que el Psion ya no estaba solo y que la voz pertenecía a una alta y corpulenta figura femenina embutida en el traje reglamentario del Rectorado.

–Green Lantern -dijo el Decano de Seguridad- le presento a la Rectora 1, de Nueva Génesis-.

Continuará...

2 comentarios :

  1. Reseña del 29 de Agosto de 2005 (Imanol):

    Green Lantern arranca por fin en Action Tales y creedme si os digo que la espera ha merecido la pena. La acción se sitúa en Calisto, una de las lunas de Júpiter descubiertas por Galileo y precisamente, en mi opinión, es la primera sorpresa agradable del relato. El sistema solar es un riconcito del universo DC muy olvidado pero que en buenas manos, lunas como Europa, Titán o Calisto pueden resultar mucho más interesantes y atractivas que cualquier mundo genérico de nueva creación debido a su cercanía y a los datos reales y sorprendentes que ya disponemos sobre ellos.

    La ambientación y las descripciones son exquisitas, fáciles de leer y ágiles… pero no simplonas. No hay palabrería barata en el texto y los diálogos son creíbles y naturales. Los personajes están bien caracterizados y son atractivos y complejos. En cuanto a la trama, se sigue con interés de principio a fin y te quedas con ganas de continuar leyendo. Hay conceptos nuevos y sumamente interesantes como “El Rectorado”, que se trata de una serie de complejos científicos desperdigados por la galaxia y cuyo principal objetivo es el la búsqueda del conocimiento

    En definitiva, Green Lantern #1 es un número excelente, muy disfrutable y que te deja con un sabor de boca muy agradable. ¡Más más más!

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  2. Reseña del 14 de Diciembre de 2005 (The Stranger):

    Lo he dicho varias veces por aqui, no soy de los de DC precisamente. Lo unico que sigo asi de DC es Batman, Hellblazer y poco más y lo que más me atrae es el universo gotico de Batman... aunque aqui en AT la cosa es diferente, los personajes que no me interesan de DC aqui si me interesan. Lo mismo que dije que me pasaba con Superman o Flash, me pasaba con Green Lantern... hasta ahora por supuesto.

    Perfecto numero 1, ya que no solo engancha, tiene unas conversaciones fluidas y bien llevadas y buenas y necesarias descripciones(sobre todo para novatos como yo) sino que con dos o tres pinceladas, el numero te sumerge de lleno en el universo de los Green Lantern.
    Por lo demás una "amenaza" interesante, un protagonista que ya me cae bastante bien, unos secundarios muy buenos(sobre todo el psion) y unas descripciones de todos ellos que ayudan mucho.

    Una colección imprescindible. Que Jeronimo escriba más cosas pero ya...¿Algo de Marvel quizas?

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