JSA nº 07

Título:La serpiente en el desierto
Autor: Raul Peribañez
Portada: Goodsevil
Publicado en: Febrero 2008

¡Black Adam y la Sociedad de la Justicia codo a codo! El terrorista internacional Kobra ponen en peligro a toda Kandhaq, el país natal de Adam.
Durante los días de la Segunda Guerra Mundial un grupo de hombres misteriosos lucharon juntos como el primer supergrupo de todos los tiempos. Ahora algunos de los viejos héroes se unen a una nueva generación siguiendo adelante con el legado. Hoy la Sociedad de la Justicia de América sigue viva!
Justice Society creada por Sheldon Mayer y Gardner Fox

Anteriormente en JSA: La Sociedad se ha enfrentado al grupo de Black Adam por recuperar a Stargirl. Durante la trifurca Power Girl comenzó a mostrar nuevos e increíbles poderes. Además, su desaparecido hijo Equinox, que era aliado de Adam, y explicó al Dr. Fate ella era kriptoniana. Precisamente Equinox era quien anulaba los poderes de la Sociedad dejándolos a merced de sus contrincantes. Después de convencerse de que no debe actuar como lo hace abandonó Kanhadq, de manera que las tornas se volvieron a favor de los héroes. Ahora Adam está solo contra todos ellos, pero llega una nueva amenaza que afecta a todos…

Courtney tenía 15 años. Con esa edad cualquier chica se preocuparía por ser popular en clase, intentar flirtear con chicos y aprobar algún que otro examen. Pero la vida de Courtney no era precisamente como la de cualquier chica de 15 años. No lo era porque primero como Star Spangled Kid y ahora como Stargirl, era una superheroína, una de la Sociedad de la Justicia ni más ni menos.

Siempre había sido fiel a los principios en los que se basaba este grupo, pero la reciente muerte de su querido Capitán Marvel le había llevado a unirse a Black Adam. Y los principios de Adam eran radicalmente distintos.

Estaba en Kandhaq, concretamente en lo alto del Palacio Real, lugar desde el que podía contemplar la visión de aquel pequeño, pero hermoso, país. Comenzó a escuchar un potente sonido que procedía del combate entre Power Girl y Black Adam. Rápidamente se puso su traje ajustado azul y blanco, se ató las botas como mejor pudo y se colocó el cinturón cósmico. Justo en el momento en que iba a coger su vara cristal de los ventanales al ser atravesados por varios hombres. Sus trajes verdes y anaranjados dejaban entrever para quién trabajaban. Antes de que Stargirl pudiese reaccionar, aquellos lanzaron una bomba de gas que la dejó inconsciente y se la llevaron. Colocaron una pequeña bomba que explotó minutos después.

Los superhéroes dejaron de darse de tortazos con Adam cuando tuvo lugar la explosión, además de una extraña plaga de serpientes que comenzaron a reptar por las calles de Kandhaq.

- Creo que todos nos imaginamos quién es el culpable –dijo Wildcat-. ¿No os suena cierto terrorista internacional aficionado a los reptiles?

- No puede ser –sentenció Adam-… ¡Maté a Kobra!

Era cierto. Adam lo había matado. Había atravesado su pecho, sacándole el corazón en el acto.

- Yo estuve delante –dijo Atom Smasher, que entraba en escena en ese momento.

- ¡Miserable! –exclamó Power Girl al verle- ¡Intentaste matarme! (1)

- Ahora no es el momento –dijo Green Lantern-. Si Kobra pretende hacer alguna de las suyas tendremos que detenerle. Ya habrá tiempo de devolverles los golpes.

Sin decir nada, Black Adam se marchó volando hasta la parte del palacio donde había tenido lugar la explosión. Lantern le siguió.

- ¿Por qué, Adam? ¿Qué podían buscar los soldados en esta habitación?

- Era la habitación de Stargirl –respondió-. La tienen. Se aprovecharon de que estábamos todos enzarzados en peleas para raptarla.

La expresión de Lantern se volvió seria: - Por fin lo has conseguido. La has puesto en peligro.

- No era mi intención. Tienes que creerme –dijo resignado-. Ayudaré a encontrarla.

- ¿Y crees realmente que aceptaremos tu ayuda?

Con rostro serio, Adam descendió entonces hasta volver al punto de partida.

- Si deseáis buscar a vuestra compañera no os lo impediré. Podéis permanecer tanto tiempo en Kandhaq como sea necesario. Ahora, si me disculpáis, tengo un pueblo al que tranquilizar.

- ¡Espera! –Atom Smasher le siguió-. ¡Tenemos que ayudarle! ¡Se han llevado a Courtney!

- No nos quieren, Al, acéptalo. ¿Cuántas veces tendrás que verte rechazado para comprenderlo?

- Pero…

Atom Smasher se quedó en medio de los dos bandos: de Black Adam que se marchaba andando por un lado, y de la Sociedad, de sus antiguos amigos, que le miraban como si fuese un desconocido.

- Ese bastardo intentó aplastarnos a Jay y a mí –volvió a decir Power Girl.

- Ya basta –sentenció Lantern-. Iremos a recoger a nuestros compañeros. Después pensaremos cómo encontrar a Stargirl.

La Sociedad se marchó dejando a solas al desconsolado Albert


Efectivamente, durante el combate con los halcones faetherianos la Sociedad se había dispersado.

Por una parte estaba Jay Garrick (Flash) y el Dr. Medianoche, que tuvieron que mantenerse al margen de la pelea porque pronto quedaron gravemente heridos.

El Dr. Fate había introducido a Medianoche en un campo de estasis (por el cual el dolor de sus heridas estaba paralizado); ahora lo teleportaba a un hospital en Shiruta, la capital de Kandhaq:

- Por una vez voy a ser yo quien reciba ayuda médica, ¿eh?

- No serás el primero ni el último –respondió Fate-. Pieter, no tengo idea de medicina. No sé si estos médicos serán buenos o…

- No te preocupes, levanta el campo de estasis. Creo que podremos apañárnoslas.

Fate volvió con sus compañeros, que acababan de encontrar a Jay. El velocista se encontraba bien a pesar de haber tenido una lanza atravesada en su pierna. Se la había arrancado como mejor pudo. Sus poderes hicieron que la herida cicatrizase rápidamente, aunque el dolor seguía presente y cojeaba.

- Gracias por venir a por mí –dijo-. Pero veo que falta gente.

Presentes estaban Green Lantern, Wildcat, Power Girl, Hourman, Dr.Fate y el propio Jay.

- ¿Y los halcones? ¿Dónde está Terrific?

- No están en varios kilómetros a la redonda –dijo Power Girl dejando a sus compañeros sorprendidos por tremenda afirmación-. Sé que esto os va a parecer raro, pero… Le está pasando algo a mis sentidos. Mi oído y visión son mucho más agudos, y… Puedo lanzar rayos caloríficos.

- ¿Como Superman?

- No me preguntéis cómo Quiero deciros una cosa: escuché a Adam hablar de Equinox. Buscaremos a Courtney, machacaremos a tantos kobras como haga falta, pero después volveremos a por Adam. No me voy a marchar de aquí sin cobrarme los moratones que llevo. Y aún menos sin saber qué relación tiene con mi hijo.

- Tal vez yo pueda ayudarte en ese sentido –comentó Fate-pero, como dice Lantern, tenemos que centrarnos en lo más inmediato.


- Vasss a tener compañía.

Stargirl estaba amordazada, atada a una silla en una pequeña habitación. Sus raptores, soldados de la organización de Kobra, habían pasado horas mofándose de ella. Quiso luchar contra ellos cuando uno la liberó de sus ataduras, pero sus compañeros la apuntaban en todo momento con sus armas. La joven poco podía hacer por mucho que odiase aquella situación. La llevaron hasta otra habitación. Nada más entrar comprendió a qué se referían con que iba a estar acompañada.

- ¡Terrific! ¡Hawkman! ¡Hawkgirl!

Sus amigos estaban atrapados a una enorme pared metálica de alta tecnología, quedando sus miembros extendidos, todos cubiertos por una coraza especial. También con ellos estaba Northwind, uno de los halcones faetherianos, uno que, antaño, fue miembro de Infinity Inc y amigo de los actuales miembros de la Sociedad.

- Vamosss –seseó uno de los soldados empujándola-. Vas a unirte a ellos.

- Hola, Courtney –dijo Hawkgirl con cara de circunstancia-. A ti también te han pillado, ¿eh?

- No lo entiendo… ¿Qué hacéis aquí? –Stargirl fue aprisionada junto a ellos.

- Vinimos a Kandhaq a por ti. Encontré la carta que dejaste y pensamos que…

- ¿… que estaba haciendo una locura? Sé muy bien lo que hago, Kendra, ya soy mayorcita. No tendríais que haber venido.

- Lo hecho, hecho está –dijo ahora Hawkman-. Tenemos que encontrar una forma de romper los grilletes y salir de aquí.

La conversación se interrumpió cuando a lo lejos se escuchó un grito cargado de dolor. Poco después, varios agentes entraban en la sala llevando a cuestas el cuerpo ensangrentado de Brainwave Jr. Su rostro era irreconocible, plagado de moratones y sangre. Lo dejaron en tierra sin compasión alguna.

- Vais a decirnos lo que queremos –dijo quien parecía un alto mando entre todos aquellos soldados-. Lo haréis o acabaréis como él.

- ¿De qué estás hablando? –respondió Terrific- ¡No sabemos qué queréis!

- ¡Queremos venganza! ¡Vuestro amigo mató a nuestro amo!

- ¿Amigo? ¿Hablas de Black Adam? –dijo Hawkman- ¡No tenemos nada que ver con él!

- Yo diría que sí. Brainwave, Northwind, Stargirl y Atom Smasher fueron miembros de la JSA, ¡y ahora luchan al lado de Adam! Queríamos que el telépata enviara un mensaje mental a Adam, pero se ha negado… ¡A pesar la tortura a la que le hemos sometido! A Atom Smasher no lo tenemos y ese monstruo, Northwind, es incapaz de hablar, así que tendremoss que recurrir a ella –dijo señalando a Stargirl.

- ¡No, no la toquéis! –exclamó Hawkgirl.

- No te atrevas a gritarme. Aunque bien pensado, tal vez tú no seas más útil. A Brainwave le daba igual que amenazáramos con mataros, pero tú no harías nada que pusiese en peligro a tus amigos, ¿verdad? –sonrió con malicia.

- ¿Qué queréis, que le lleve un mensaje a Adam? ¿Un saluda tal vez?

- No, chica, más bien una invitación.


Black Adam rompía por la mitad a una serpiente que asustaba a un niño. Éste, agradecido, sonrió a su señor. El amo de Kandhaq siguió caminando por las calles de Shiruta apaciguando los ánimos, pidiendo a la gente que volviese a sus hogares a seguir durmiendo, que él se ocupaba de solucionar cualquier problema.

Sabía que si la gente de Kobra pretendía vengarse atacando a Kandhaq tendría que estar atento. Más aún si Brainwave Jr., Northwind y Equinox estaban desaparecidos.

- Vengo en tu busca.

La voz sonó tras el Adam, quien se giró para ver a una mujer alada que descendía a tierra en ese momento.

- No esperaba esta vista.

- Créeme, yo soy la primera en estar sorprendida.

- Tal vez debas reunirte con tus compañeros. Sospecho que os buscan.

- Probablemente, sí, pero… Antes necesito de tu ayuda: la gente de Kobra ha secuestrado a Stargirl, a Northwind, a Brainwave… Y sé dónde están.

- ¿Qué pretendes decirme con eso, que acuda al rescate?

- Adam, maldición, son tus compañeros, ¿no? ¿Cómo pretendes proteger tu país sin ellos?

Sin previo aviso, Adam se lanzó sobre la muchacha agarrándola por el cuello.

- ¡No les necesito! ¡Kandhaq no necesita a nadie más que a mí!

- ¿Si tan seguro estás… cof… por qué te molestaste en reclutarlos? Mátame… y no sabrás dónde están.

Después de rumiar durante varios segundos dijo: - ¿Dónde están?

- En la colina de Saladino. Los kobras han montado allí una de sus bases.

- Lo suficiente lejos de Shiruta como para que no me percatase. Lo suficiente cerca para lanzar un ataque.

Sin mayor dilación Black Adam se marchó volando en dirección a aquel lugar. Hawkgirl, mientras, pasó varios minutos lamentándose del dolor que sentía en el cuello. Una vez se sentía recuperada cogió un transmisor que los kobras le habían dado y se puso en contacto con ellos.

- Ya está hecho. Va para allá.


- ¿No puedes encontrarles con tu visión, Rick?

- Mi poder no funciona así, Wildcat. Surge de manera espontánea. Además, me permite ver el futuro, no localizar los perdidos -explicó Hourman-. Tal vez Power Girl con su súper vista, ¿no? En buen momento has descubierto que eres kriptoniana.

- Eso aún tendré que aclararlo, Rick –dijo ella-. Sé que la visión telescópica puede llegar a ser muy precisa, pero aún no la manejo del todo bien. De hecho… -Power Girl se percató de que su visión se volvía de rayos-x y podía ver a través del disfraz de su odioso compañero Wildcat.

- Ey, rubiales, ¿por qué me miras así?

- No, por nada, por nada, pero deberías mirarte esas rozaduras en la entrepierna –dijo mientras se le escapaba una pequeña carcajada.


Aunque la batalla entre la Sociedad y el grupo de Adam se había producido a altas horas de la madrugada, el sol ya iluminaba las tierras de Kandhaq.

Adam sobrevolaba las colinas de Saladino en busca de sus enemigos hasta que, por fin, vio sus instalaciones. Estaban bien ocultas, pero claramente desentonaban con el paisaje natural. Sin pensárselo dos veces se lanzó al ataque.

Con la fuerza sobrehumana que le proporcionaba el dios Amon atravesó las paredes metálicas, rompiendo todo lo que encontraba en su camino. Finalmente llegó a una amplia sala en la que se encontró con decenas de soldados que comenzaron a dispararle.

- Estúpidos, vuestras armas no pueden dañarme –dijo mientras los apartaba con un simple golpe en tierra.

El combate (si así podía definirse) se detuvo cuando entró en escena un nuevo personaje de traje verde y anaranjado, con una capucha y gran capa.

- ¡Kobra! –exclamó Adam con sorpresa.

- Parece que nuestro halcón cumplió con su faena. Dejadnos a solas –ordenó a sus soldados, quienes se resistían a la idea de no seguir atacando.

- No… Tú no eres él. Reconocería a esa sanguijuela.

- Es cierto, Thet-Adam, no soy él. Kobra está tan muerto como lo dejaste. Pero por eso mismo alguien tiene que llevar a su organización en su lugar, y ese alguien soy yo. Puedes llamarme Rakesh.

- ¿Tu nombre es… indio?

- No importa la nacionalidad cuando vives para servir a Naja-Naja, el Dios Kobra.

- Un dios muy mortal.

- Ya te ocupaste tú de comprobarlo, sí.

- ¿Qué buscáis en Kandhaq?

- Antes de que tú te hicieras con el control del país Kandhaq estaba gobernado por…

- Sé quién lo gobernaba. Yo lo maté.

- Hmm, cierto. Bien, Kobra acordó con él una alianza tiempo atrás: Kandhaq no era un país armamentísticamente poderoso; necesitaría ayuda si entraba en conflicto. Al mismo tiempo la posición geográfica de Kandhaq era muy interesante para nuestras estrategias. Era obvio que podíamos trabajar juntos.

- No hacía a Kobra de los que reconocían necesitar aliados…

- Probablemente le habríamos terminado matando, pero hasta entonces era necesario. La situación se enrareció cuando mataste tanto a Kobra como a aquel gordinflón.

- Aún no me has dicho qué hacéis aquí. Me da igual los acuerdos a los que llegaseis.

- No estoy tan seguro. ¿Qué me dices de lo que ha pasado esta noche? Mis informadores aseguran que ha habido una buena gresca con la Sociedad… Con la ayuda de mi gente podrías haber vencido.

- Necios. Os empeñáis en que no puedo defender mi país.

- Esta noche ha sido la Sociedad. ¿Pero y cuando intervengan otros superhéroes? ¿Podrás hacer frente a todos tú solo?


- ¿Dónde estásss? Estimamos que necesitabas 27 minutos para volver a nuestro cuartel. Si no lo haces entenderemos que estás buscando ayuda. ¡Y ya sabesss quiénes pagarán por ello! –dijo uno de los kobras por el comunicador.

- Lo sé, lo sé –respondió Hawkgirl con profunda resignación-. Estoy a punto de llegar.

Kendra Saunders no era de las que se dejaban vencer fácilmente, pero sabía que si no hacía caso los kobras cumplirían con su amenaza. No sabía dónde estaban sus compañeros de la Sociedad, y de buscarlos habría perdido el poco tiempo que tenía. Así pues no tenía más remedio que volar de nuevo hacia las instalaciones de los terroristas. Por un breve instante se dio cuenta de que había un hombre en tierra firme, ¡uno que crecía por momentos!

- ¿Pero qué demonios…?

El hombre en cuestión no era otro que Atom Smasher, que cortaba el paso de la muchacha con su gigantesco aspecto.

- ¡Atom Smasher! –exclamó- No estoy de humor para pelear contigo, así que apártate.

- No tengas miedo. Os vi a Adam y a ti hablando. Quiero ayudar a rescatar a nuestros amigos.

- ¿Amigos?

- Por favor, no quiero discutir... Estuve siguiendo a Adam esperando que me guiara hasta esa colina de Saladino, pero le perdí la pista al poco rato. Déjame ir contigo, Kendra.

- No lo entiendes, Albert…

- ¿Qué no entiendo?

- Tengo que volver o en cuestión de minutos matarán a Courtney y los demás.

- ¿Te liberaron… para que llevaras a Adam hasta ellos?

- Es una trampa, Albert, ¡van a matarlo!


Pasaron varios segundos en los que estuvieron mirándose sin más. El acuerdo se selló en silencio, estrechándose las manos. Al momento Adam comenzó a sentirse mareado y perdió el equilibrio.

- ¿Qué… es lo que me has hecho, sanguijuela?

- Con tu mano desnuda era fácil envenenarte. Tu pueblo te vuelve blando y débil. En ausencia de Kobra ascendí a líder de la organización. Estando ya en Kandhaq ejecutar nuestra venganza contra ti se volvía más accesible de lo que habríamos esperado. Cuando supimos de vuestro enfrentamiento con la Sociedad nos dimos cuenta de que debíamos entrar en acción de inmediato. Nuestros agentes se entrometieron en la pelea aprisionando a varios de los vuestros. Era ideal para desequilibrar la pelea a favor de tus enemigos y, a la vez, poder vengarnos de éstos por nuestros anteriores enfrentamientos.

- Haz… haz lo que quieras con ellos… Pero a mí no podrás matarme. Tus armas no pueden dañarme.

- Adam, Adam, ya te lo he dicho: tu debilidad está en tu aprecio por los kandhaquianos. ¡Son a ellos a quienes vamos a matar! Estoy seguro de que habrás visto todas esas serpientes y cobras que hemos soltado. No eran un simple golpe de efecto. Muchas de ellas son auténticas, pero otras son robots mecanizados que están tomado posiciones. Cuando queramos, con apretar un simple botón, explotarán asesinando a tu gente.

- No… no les hagas nada…

- Ya te dije que sirvo a mi señor.

- Tu señor… ¡está muerto! –Adam se lanzó como mejor pudo sobre Rakesh, pero no puedo hacer más que agarrarse a su ropaje para luego caer lentamente en tierra.

- ¡Kobra va a resucitar! Durante muchos años oímos hablar de las resurrecciones de R’as Al Ghul. Descubrimos que se producían gracias al uso de unas aguas especiales que se encontraban en unos determinados puntos del planeta. (2) Uno de esos puntos estaba en Kandhaq precisamente, de ahí buena parte de nuestro interés por permanecer aquí. Bajo nuestros pies se encuentran esas aguas mágicas que traerán de vuelta al dios Kobra.

- Volveré a matarlo…

- ¿En el estado en el que te encuentras? El veneno que corre por tus venas te mantendrá convaleciente durante toda una hora hasta que por fin morirás. Pero no quiero que te marches de este mundo sin haber visto el final de Shiruta, y con ella de toda Kandhaq. –Rakesh cogió de su cinturón un comunicador-. Adelante. Activad los explosivos.


- Malditos reptiles –Wildcat apartaba una serpiente de un niño-. ¡Los hay por todas partes! No sé si será cosa de Kobra o qué, pero esta broma no tiene gracia.

- Ahora que mis poderes vuelven a estar en plena forma puedo lanzar un hechizo que saque a todos esos animales de la ciudad.

- Bien, por fin alguien propone soluciones –sonrió Wildcat.

Pero antes de que el Dr. Fate pudiese hacer nada comenzaron a producirse potentes explosiones por todas partes. Eran las serpientes bombas, que acababan con la vida de quien pillara por medio. Toda Shiruta se convirtió en un polvorín mortal.

- ¡Vamos! –gritó Lantern.

Cada miembro de la Sociedad ayudó como mejor pudo. Flash, por ejemplo, cogía a toda velocidad a personas tiradas por tierra y que aún seguían con vida. Lantern por su parte empleaba su poder para contener explosiones o sostener la estructura de muchas casas, que se desplomaban peligrosamente.

Hourman, sin embargo, se encontró con que ya había pasado una hora desde que tomara la sustancia Miraclo, fuente de su fuerza y resistencia sobrehumana. Echó mano de su guantelete para accionar una nueva inyección de Miraclo. Pero antes de hacerlo una explosión dañó el guantelete, dejando al héroe desprovisto de poder.

Tal vez para los dos más poderosos, el Dr. Fate y Power Girl, la amenaza podría parecer menos importante, pero las explosiones se producían en todos los rincones de la ciudad. Incluso para ellos era imposible estar en todas partes, salvar a toda esa gente, evitar todas esas explosiones.


- He vuelto –avisó Hawkgirl por el aparato de comunicación con los kobras.

Hawkgirl había vuelto por fin a la base de los terroristas. La puerta de acceso se abrió de inmediato, dejando paso libre a varios soldados. Éstos fueron decididos a esposarla, pero en un rápido movimiento Hawgirl rasgó sus caras con los pinchos que habitualmente llevaba en las manos. Antes de que ninguno pudiese dar la alerta entró en escena Atom Smasher, que se lanzó sobre ellos golpeándoles con las piernas extendidas.

- Buen golpe.

- He visto mucho pressing catch. Vamos.

La pareja entró en la base, ahora sin oposición alguna.

- ¿Hacia dónde vamos ahora?

- Ni idea. Este lugar es un auténtico laberinto de pasillos. Y todos son condenadamente parecidos. Pero no te preocupes, estoy segura de que Terrific cumplirá con su parte. Ya verás.

Las palabras de Hawkgirl predijeron los acontecimientos inmediatos: en otro lugar de aquel vasto lugar los presos Terrific, Hawkman, Northwind, Brainwave Jr. y Stargirl se vieron de repente liberados de sus esposas.

- ¿Qué…? –dijo el soldado que los vigilaba, que cayó desplomado por un duro golpe del halcón.

- No lo entiendo, ¿qué ha pasado? –preguntó Stargirl.

- Los kobras nos quitaron todo lo que llevábamos encima, pero no tuvieron en cuenta mi habilidad para comunicarme con los instrumentos electrónicos –explicó Terrific-. Y menos aún mis T-Esferas, que han ido recorriendo toda la base conectándose a sus ordenadores para obtener información. En cuanto he detectado la presencia de Hawkgirl por el comunicador que le dieron los kobras supe que era el momento de ordenar a las máquinas que nos liberaran.

- La próxima vez no tendremos esa suerte, pero por lo pronto nos aprovecharemos de lo poco que sabían de ti. Bien, Presidente, tú mandas.

- Gracias, Hawkman. Aunque ahora son nuestros enemigos me niego a dejar a Brainwave y Northwind. Vendrán con nosotros.

El aturdido Henry King poco podía decir más que dar las gracias con un gesto.

- No te engañes, Brainwave. No he olvidado lo que me hiciste. (3)

Northwind, ahora convertido en un auténtico hombre halcón e incapaz de hablar, lanzó un grito, casi preparándose para el combate que, irremediablemente, iba a tener lugar.

- Ey, chicos, mirad que he encontrado –dijo Stargirl, que había encontrado su vara y cinturón cósmico-. Otro fallo por su parte dejar nuestras armas tan a nuestro alcance.

- Sin duda –Hawkman cogió su maza.


- ¡Tu pueblo está muriendo! ¡Y ni siquiera la Sociedad de la Justicia podrá evitar el fin de Kandhaq!

- Estás… loco…

- ¡No, Adam! –gritó un nuevo personaje que entraba en aquella sala- ¡El loco eres tú por querer matarme!

Era un hombre aparentemente delgado, de cabeza rapada y con dos marcas características en la barbilla que dejaban bien claro quién era.

- ¡Kobra! –gritó Adam- Entonces… es verdad… has resucitado…

- La muerte no es nada para mí. Rakesh, déjame esto a mí.

- Señor, no creo que sea buena idea luchar después de… -dijo uno de los médicos que le acompañaban.

- Callad. Ya me informaréis de mi estado después. Antes debo vengarme. ¡Levántate, Black Adam, y lucha contra mí!

Kobra se despojó del albornoz que cubría su cuerpo desnudo. Sin armas de ningún tipo se lanzó hacia su rival, golpeándole como si la vida le fuese en ello. Era la locura la que recorría su cuerpo y mente, efecto secundario que padecían quienes pasaban por los Pozos de Lázaro. Y Adam, aún exhausto por el veneno, no podía hacer más que recibir toda aquella locura en forma de puñetazos y patadas.


- ¡Seguidme!

Los miembros de la Sociedad allí presentes acataban las órdenes de Terrific sin dudarlo. No por que fuese el líder, uno de los hombres más inteligentes del planeta o que su poder sobre la tecnología fuese idóneo para encontrar una escapatoria. No, Michael Holt se había ganado la confianza de sus amigos a base de sangre y sudor. La Sociedad sabía que podía confiar en él y en sus decisiones.

- Estoy siguiendo el rastro electrónico del transmisor de Hawkgirl. Vamos en la dirección correcta, pero…

- ¿Qué ocurre? –preguntó Hawkman- Sabes que Kendra y yo mantenemos un lazo psíquico. Puede ayudar a…

- Lo tengo en cuenta, Carter. Acabo de captar una orden interna de envío de soldados a esta posición.

- ¿Qué? –dijo Stargirl- ¡No tenemos dónde ocultarnos!

- Entonces no lo haremos –sentenció Hawkman-. Lucharemos –tras decir esto se quedó mirando a Terrific-. Bien, si nuestro líder así lo decide.

- Lucharemos –sonrió aquel-. Vienen en las dos direcciones, por el frente y la parte trasera. Resguardad a Brainwave en el espacio del recoveco. Haremos lo siguiente.

Apenas dos minutos después aparecieron decenas de soldados tal y como se advirtió. Stargirl saltó de un recoveco del pasillo a otro, disparando un rayo de energía hacia un grupo de enemigos y, rápidamente, también al otro. Los soldados en primera fila recibieron de pleno el disparo dejándolos convalecientes.

- ¡Ahora!

Al grito de Terrific salieron todos yendo al combate cuerpo a cuerpo, aprovechándose de la confusión producida. El pasillo era muy estrecho y los soldados muchos, todos amontonados sin posibilidad de apuntar sus armas hacia la Sociedad sin disparar a uno de los suyos. Aún así hubo más de una bala fortuita que acabó con la vida de alguno.

La batalla se tiñó de sangre en cuestión de minutos, con el crujir de cientos de huesos como banda sonora del momento. Los salvajes golpes de Northwind y los mazazos de Hawkman hacían estragos entre los soldados. Terrific y Stargirl, por su parte, dejaban fuera de juego a sus combatientes, pero controlándose en la medida de lo posible.

En cuestión de minutos la batalla se dio por terminada, con cuatro claros ganadores sobre el cúmulo de cuerpos ensangrentados y rotos que cubrían el suelo.


- Sigamos.

Atom Smasher y Hawkgirl avanzaban por los pasillos sin saber exactamente a dónde ir. El cuartel general de Kobra era un auténtico laberinto si no lo conocías. Se quedaron pasmados al ver pasar a varios soldados corriendo despavoridos.

- ¿Has visto eso? ¿Adónde irían? –dijo ella.

- Espera… Juraría que es la voz de…

El joven estaba en lo cierto: era la voz de Stargirl. Los dos grupos se encontraron al girar la esquina de un pasillo.

- ¡Al! –exclamó la muchacha al ver a su amigo, lanzándose a abrazarle- ¿Pero cómo has llegado hasta aquí?

- Vine con Kendra. ¿Los soldados huían de vosotros? Desde luego sabéis espantarlos.

- ¡Tú! –un malhumorado Hawkman agarró por el cuello a Smasher- Hace unas cuantas horas querías matarnos. ¿Qué demonios haces aquí?

- ¡Carter, suéltalo! –exclamó Kendra.

- No te guardo más respeto que el que debo por un familiar de Al Pratt. (4) Fue mi amigo y mi compañero hasta el día de su muerte. Es lo único que me impide que…

- Carter, por favor –la chica volvió a pedir calma-... Puede que su motivación de venir aquí sea discutible –dijo mirando a Stargirl-, pero Al me ha ayudado. Dejémoslo así de momento. Ya ajustaremos cuentas en otro momento.

- Kendra, ¿a qué te enviaron los kobra? –preguntó ahora Terrific.

- Para hacer venir a Adam hasta aquí. Quieren vengar a Kobra.

Northwind comenzó a lanzar chillido, aparentemente sin sentido alguno. Atom Smasher fue el único que comprendió qué intentaba decir su compañero halcón.

- Pide que le sigamos. Cuando te pasas días y días conviviendo con los faetherianos terminas por comprender sus sonidos y gestos. Creo que sabe dónde se encuentra Adam. Los faetherianos son buenos rastreadores. Puede que haya reconocido el olor.

Sin previo aviso Northwind se marchó volando en una dirección. El resto le siguió tan rápidamente como pudo. En cuestión de minutos llegaron a una amplia sala en la que decenas de soldados de Kobra les esperaban apuntándoles con sus armas. De manera instintiva el halcón se lanzó a por ellos, pero el disparo de uno de sus enemigos atravesó su pecho matándolo en el acto.

Enfurecido, Atom Smasher incrementó su cuerpo hasta convertirse en un gigante. Con su enorme mano aplastó a un buen puñado de los soldados. Mientras, sus compañeros se encargaban del resto dejándolos k.o. rápidamente.

Hawkman se acercó a su ahijado, pero ya poco podía hacer por él: Northwind había muerto.

- ¿Dónde está? ¿Dónde está Kobra? –preguntó Terrific a uno de los soldados.

- Je, no será por mí que lo sepas -éste cayó entonces en tierra muerto-…

- Maldición… Ha roto la cápsula de cianuro que todos llevan en la boca… Ha preferido suicidarse antes que delatar a su jefe. ¿Cómo está el resto?

- Todos muertos –dijo Stargirl-. No comprendo cómo pueden ser tan leales a ese tronado. ¿Qué hacemos, chicos?

- Creo… creo que yo podré ayudar –titubeó Brainwave-… Antes de morir he podido entrar en sus mentes… Me han dado un mapa de la base… Sé dónde está.


- Rakesh, dame la daga –ordenó Kobra.

- Tome, señor.

- Es el momento, Adam. Que con la muerte por esta daga sagrada estés maldito toda la eternidad. Así recordarás haberte enfrentado a…

Pero antes de que Kobra pudiese terminar su frase una de las paredes de aquella sala se desplomó dejando ver al enorme Atom Smasher junto a sus compañeros.

- Al… -dijo Adam con una voz cada más débil.

- ¡¡Kobra!! –exclamó Smasher golpeando al villano con su gigantesco puño. Seguidamente encogió hasta su tamaño original- Casi me alegro de que hayas vuelto, maldito asesino, así podré volver a…

Kobra no era precisamente un alfeñique. El culto al Dios Kobra lo había entrenado en todo tipo de artes marciales desde que era un crío. Aún sin tener armas de ningún tipo por estar desnudo, se enfrentó a Smasher propinándole unos preciosos golpes.

Su secuaz, Rakesh, se enfrentó por su parte a Hawkgirl. Saltó sobre ella sacando una espada con la que hizo un tajo en las dos piernas de la muchacha.

Entre golpe y golpe a Smasher el líder terrorista comprendió que difícilmente podrían vencer él y Rakesh a la Sociedad allí presente, así que interrumpió el combate.

- ¡Parad! –gritó mientras señalaba hacia el monitor en el que se mostraba lo que ocurría en Shiruta- Este país va a arder en llamas, superhéroes. Vuestros amigos intentan controlar la situación, pero no podrán con todo. ¿Preferís seguir con esta pelea o salvar a cientos de personas?

- Terrific, es tu decisión –dijo Hawkman.

- Unos irán a Shiruta, otros se quedarán con Kobra. No vamos a dejarle marchar.

- No será tan fácil –rió el terrorista-. Mirad a Black Adam. Va a morir por la sustancia con la que le envenené. La cura a cambio de mi salida.

- La próxima vez no te escaparás –dijo Terrific después de meditar la situación-. Di, ¿dónde está la cura?


Shiruta sólo tenía un hospital. La gravedad de la situación estaba llenando sus instalaciones de cientos de personas heridas por las explosiones. Sus médicos y enfermeros intentaban controlar la situación como mejor podía, pero a cada minuto todo iba a peor. El Dr. Medianoche, dejado allí para recibir asistencia médica, abandonó su cama para ayudar.

- ¡No! ¡No se levante! –dijo su médico.

- Tengo… tengo que –temblando, Medianoche se derrumbó entonces-…

Las puertas del hospital se abrieron de par en par con la entrada de Terrific, que llevaba a Black Adam entre sus brazos.

- ¡Cogedlo! –dijo a una de las enfermeras.

Seguidamente Terrific salió corriendo hacia las escaleras. Más de uno intentó pararle, pero el líder de la Sociedad siguió adelante. Entró en una sala y golpeó en una pared con sus puños hasta romper la baldosa. Terrific vio entonces un pequeño estante con un tubo de cristal apoyado.

- ¡Inyectadle esto! –pidió a uno de los enfermeros mostrándoles el tubo- ¡Es la cura al veneno que lo está matando!

Todos los allí presentes estaban pasmados por tener delante suyo a Black Adam, más aún por verle en aquel estado. Terrific volvió a insistir, pero los médicos no parecían hacer caso de su solicitud, tal vez por temor a lo que pudiese ser.

- Maldición –dijo en voz baja. Seguidamente se hizo con una jeringuilla, introdujo el suero y apartó a todos para inyectárselo. Pero la jeringuilla se rompió al tocar la piel de Adam- Oh, no… Se ha…

- Prueba con ésta –Medianoche le ofreció una nueva jeringa-… Modelo especial para metahumanos…

Terrific pasó el suero a aquella y se lo inyectó por fin a Adam.

- Gracias, Pieter –suspiró entonces aliviado.


Los Halcones, Atom Smasher y Stargirl se reencontraron con sus compañeros… pero ya era demasiado tarde. La masacre había sido absoluta. Ahora que habían terminado las explosiones se podía escuchar el llanto de decenas de personas por la pérdida de sus seres queridos. Jay Garrick se echó las manos a la cara lamentándose. El rostro de Hourman, Fate, Power Girl y el resto estaba igualmente desencajado.


Minutos después.

- ¿Qué vas a hacer, Courtney? –preguntó Hawkgirl.

- Yo… Cuando supe que Marvel había muerto estaba ansiosa por acabar con el tipo que lo asesinó. Pero la Sociedad siempre ha defendido unos principios… y desde luego matar no está entre ellos. Me equivoqué al pensar que podría mirar hacia otro lado. No soy así.

- Y yo me alegro, cariño.

- Confié en Adam, pero me falló cuando quiso mataros. Nunca estaré con alguien que intenta matar a mis amigos –dijo abrazándose con Hawkgirl.

- ¿Entonces vuelves con nosotros?

- No lo sé. Mira a tú alrededor. Kobra no sólo ha destruido edificios y calles con sus bombas, también cientos de familias. La ciudad tardará tiempo en recuperarse. Todo el país. ¿Sería correcto si me marchara ahora dejándoles con sus problemas? Quiero decir, a Atom Smasher y al resto nos han aceptado como aliados de su venerado Black Adam… ¿Qué harías tú, quedarte para ayudar o darles la espalda?

La conversación fue interrumpida entonces por Green Lantern: - No vamos a darles la espalda. Naciones Unidas intervendrá en este asunto. Más aún después de lo que ha pasado hoy.

- ¿Sobrevivió Adam?

- Terrific y Medianoche le inyectaron el suero, sí. Y cuando se recupere del todo tendrá que aceptar que su gobierno ha terminado.

- Él… no lo hizo tan mal. Había corrupción, abusos de la autoridad… Trajo paz a esta gente –comentó Stargirl.

- Sin duda, pero paz mediante la fuerza sólo puede llevar al odio. Kanhdaq necesita algo más. Y se la daremos, pero tú sola no podrás conseguirlo –dijo Lantern tendiendo la mano-: tendremos que hacerlo juntos. Como una sociedad.

Stargirl cogió su mano y terminó abrazándose con él.

- Bueno, creo que esto responde a mi pregunta –sonrió Hawkgirl.

Poco después todos los miembros de la Sociedad se reunieron en un mismo lugar mientras el Dr. Fate preparaba el hechizo con el que volverían a casa. (5) Stargirl fue la última en aparecer.

- Ya pensaba que te habías echado para atrás.

- Tranquila, sólo quería despedirme de un amigo…

Power Girl dio por hecho que se refería a Atom Smasher… sobre todo porque le vio oculto detrás de un árbol, observándolos. “Maldito, Albert” pensó. “Tal vez Courtney sienta algo por ti. Puede que cambiara de opinión si supera que intentaste matarnos… pero no, éste no es el momento. Ya habrá tiempo para devolverte el guantazo, gigantón”.

En cuestión de segundos la Sociedad desapareció por arte de magia. Atom Smasher salió de su escondite quitándose su máscara. Tras él apareció Brainwave Jr.

- Las cosas no han ido bien, ¿eh? –dijo Smasher- Adam hospitalizado, toda esta gente muerta… Northwind… tú que te mueves a duras penas…

- Y tú has perdido a tu chica.

- Si es que alguna vez tuve la ocasión de tenerla. Fui un tonto al pensar que podría aprovecharme de las circunstancias para atraerla a mí.

- ¿Qué será ahora de Kandhaq? Me había acostumbrado a la vida de reyes aquí.

- Hablaremos con Adam. Le haremos ver que necesitamos ayuda, que no podemos hacerlo todo nosotros encerrándonos en nuestras fronteras. Sé que será difícil que lo comprenda, pero es la única solución. Por lo pronto iremos piedra a piedra –dijo mientras miraba una foto de Stargirl-… y corazón a corazón.

Fin.




Justicia para todos
Por una vez terminamos él capítulo con un fin y no un continuará… Aunque ya se sabe que siempre quedan tramas abiertas que tarde o temprano tendrán que ser retomadas. Porque atentos, que después de esta aventura en Kandhaq se avecina una de nivel cósmico. ¿Alguien dijo crisis?
Ya habréis visto esa imagen de la secuencia final del episodio. Aprovechando que no tenía que dibujar la portada (ya que hemos empleado una cogida de algún rincón de internet) he hecho esas tres viñetas finales. Creo que ayuda a visualizar la escena. ¡Ojalá pudiésemos hacer cómics de nuestros relatos!

Raúl G. Peribáñez
De noviembre de 2007 a febrero de 2008.
 

1 comentario :

  1. Bueno, de momento el mejor número para mi gusto. Si se puede criticar algo a la serie son los cambios algo abruptos a mi parecer, si bien puedo imaginar a Stargirl yendo con Adam por lo sucedido con Billy, creo que a esa trama habría que haberle dado más tiempo y más escenas para ver mejor su dolor.
    Por otro lado muy interesante como se queda la situación de Kandhaq.
    Y ahora a ver esa Crisis!! ^^

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