Autor: Imanol Amado
Portada: Julio Nieto
Publicado: Agosto 2005
Descubre el secreto de Bluelake City! Un secreto que hará que Linda regrese a su identidad de Supergirl. ¿Que está ocurriendo en este pequeño pueblo?
Linda se dirigió hacia la biblioteca, había amanecido un hermoso día y por fin disfrutaba de una mañana libre. Llevaba varios días atrapada en la ciudad y había tenido una agenda realmente apretada de actividades y presentaciones. Todo el mundo quería conocerla y hablar con ella. Sin embargo, todas esas obligaciones habían evitado que conociera a Mr. Bernard, quien como ella, procedía del mundo exterior. Necesitaba conocerle y tener más detalles sobre la “pequeña” peculiaridad de Bluelake City. Los días iban pasando y a pesar de intentarlo repetidas veces, Linda no encontraba la manera de salir de la ciudad y alejarse más allá del bosque. Primero, aún sin creer del todo la historia del alcalde Chase, intentó cruzar el bosque volando... Pero sólo había conseguido volver al lugar de partida. Era una sensación extraña, como si estuviera atrapada en la típica pesadilla en la que corres con toda tu fuerza y voluntad pero no logras avanzar nunca. Consiguió eludir a los Kebracks y entrar en la gruta del bosque con la esperanza de volver al mundo exterior... Pero no funcionó, como había dicho el alcalde Chase, se trataba de una vía de sentido único, se podía entrar pero no salir. Era una ciudad mágicamente aislada y necesitaba otro tipo de estrategia, ¿Dónde estaba Zatanna cuando hacía falta? Linda pensó que se conformaría con el mago inepto de los dibujos de “Dragones & Mazmorras”.
Mr. Bernard y Adam estaban ordenando una pila de libros en las estanterías cuando llegó Linda, llevaba un bonito vestido que lucía con gran elegancia y buen gusto.
- Mr. Bernard... Soy Linda Dansmith – Dijo Linda extendiendo su mano, no le hacía ninguna gracia mentir sobre su nombre pero entendía que era necesario.
- ¡Linda! – Gritó Adam corriendo hacía ella.
- Señorita Dansmith, mucho gusto en conocerla – Dijo Mr. Bernard besando su mano – Por favor, pase a mi despacho, allí podremos hablar con tranquilidad.
- De acuerdo.
- Adam muchacho, ocúpate de la biblioteca mientras la señorita Dansmith y yo conversamos y no te olvides de llevarle mañana al Sheriff Hawks los libros que pidió.
El muchacho obedeció a regañadientes mientras que Linda y Mr. Bernard entraron en el despacho y comenzaron a conversar. Mr. Bernard había estado atrapado en Bluelake City desde 1943 y Linda tuvo que ponerle al día lo mejor que pudo, hablándole del fin de la segunda guerra mundial, los avances de la tecnología, la guerra fría, la llegada del hombre a la Luna, el inicio de la segunda época heroica con la aparición de Supermán... Había tanto que contar que pasaron horas charlando, horas que parecieron minutos ya que Linda se encontraba realmente cómoda en compañía de Mr. Bernard.
- Linda querida, ¿Es cierto lo que cuenta Adam? ¿Posees poderes sobrehumanos? – Dijo Mr. Bernard.
- ¿Quién más lo sabe? Le dije al chico que no lo contara. – Contestó Linda.
- No te apures niña, sólo me lo dijo a mí... El muchacho es inteligente. Necesito confiarte algo, algo que tan sólo Adam sabe, ya que algún día continuará con mi trabajo. Llevo trabajando e investigando la historia de esta ciudad desde el día en el que llegué, confiando encontrar respuestas para poder salir de aquí...
- ¿Ha llegado usted a alguna conclusión? – Preguntó Linda.
- Digamos que he podido reunir la mayoría de las piezas de este rompecabezas, tuve la suerte de llegar en 1943, cuando todavía vivía el difunto Mr. Reynolds.
- El alcalde Chase me habló de él, llegó a la ciudad en 1902.
- Si... y cuando llegó, uno de los tres fundadores de la ciudad vivía todavía. Robert Hawks. Tuve la suerte de que me transmitiera ciertas conversaciones que tuvo con él antes de su muerte.
- ¿Robert Hawks? – Preguntó Linda.
- Así es querida, el antepasado del Sheriff Jack Hawks y de su impulsivo hermano William.
- El alcalde Chase lleva décadas intentado sabotear y reescribir la historia de la ciudad, tratando de borrar las huellas del pasado para evitar según él “contaminar el paraíso”.
- He notado que muchos no comparten su visión pero le siguen de todas formas. – Dijo Linda.
- Así es, la gente tiene miedo de pelear mi querida Linda, prefieren su idílica existencia a enfrentarse a lo que está pasando.
- ¿Qué está pasando Mr. Bernard? – Preguntó Linda.
- Le diré todo lo que sé – Mr. Bernard hizo una pausa antes de continuar – En 1845, tres vaqueros llegaron a estas montañas empujados por la fiebre del oro... pero desgraciadamente, a pesar de matarse a perforar la tierra, no encontraron nada en cinco años. Pero en 1850, encontraron algo en el interior de la mina que estaban excavando. Algo sobrenatural... Un poderoso ser que les prometió riquezas, mujeres y gran poder. Satsuke.
- ¿A cambio de que Mr. Bernard?
- A cambio de ayudarle a liberar a su señor, el demonio llamado Chakat.
Con la sola mención del nombre del demonio, la mente de Linda se llenó de recuerdos del pasado, recuerdos de cómo había sido ofrecida como sacrificio para liberar a Chakat y de cómo había sido salvada por la anterior Supergirl en el instante de su muerte, uniéndose las dos en una única persona. Así había obtenido sus poderes, así había empezado todo para ella [1]
- Le conozco – Dijo Linda. – Luché con él hace unos años, cuando un demonio llamado Buzz y algunos de sus seguidores casi lograron liberarle. Le creía muerto.
- ¡Asombroso!
- Llevaba siglos tratando de cruzar a nuestra dimensión, parece que tenía un plan B aquí en Bluelake City. Una vía de escape por la puerta de atrás que llevaba planeando más de 150 años. Pero... ¿Cómo piensa cruzar a nuestra realidad? ¿Qué pretende aislando la ciudad?
- Fíjese mi querida Linda – Dijo Mr. Bernard enseñando a Linda un documento.
- Año 1875. Bluelake City. Tres mil doscientas cuatro habitantes. – Dijo Linda leyendo el texto.
- Y ahora... – Dijo Mr. Bernard entregándole otro documento.
- Dios mío... Año 2005. Bluelake City. Catorce mil ochocientas sesenta y tres habitantes...
- Bluelake City es una granja querida, una granja de almas humanas. La pregunta es, ¿Cuánto tiempo tenemos hasta que Satsuke nos entregue a su señor?
- Así que... Satsuke, proporcionó riquezas y poder a los tres vaqueros, y éstos fundaron esta ciudad, que creció rápidamente en pleno apogeo de la fiebre del oro.
- Y en 1875, Satsuke aisló mágicamente la ciudad para obtener una productiva fábrica de almas que luego ofrecería en sacrificio a Chakat. Todo ello sin que nadie pueda oponerse y sin que nadie lo supiera.
- Tiene sentido – Dijo Linda. – Probablemente, Chakat tiene docenas de demonios tratando de buscar la manera de liberarle. El plan de Buzz falló pero Satsuke lleva planeando esto siglos. ¿Qué hay de los Kebracks? - Preguntó Linda.
- Son sirvientes de Satsuke, más concretamente, son parte de él. Creo.
- ¿La gente sabe todo esto?
- No quieren saberlo, reaccionan de forma violenta si alguien trata de abrirles los ojos. He tenido que mantener mi investigación en secreto querida Linda, con la esperanza de encontrar algo que pueda ayudarnos a la hora de enfrentarnos a ellos.
- ¿Has conseguido algo? – Preguntó Linda.
- Después de años, conseguí una localización probable de la vieja mina, el lugar dónde se firmó el pacto. Adam encontró la entrada en contra de mis ordenes. No debió cruzar el límite... Menos mal que usted estaba allí para protegerle.
- Entiendo. ¿Cree que hay algo que pueda ayudarnos allí?
- Probablemente el contrato original firmado con sangre entre los vaqueros y Satsuke. Creo que puede sernos de gran ayuda.
- Está claro que debo de ir allí, eliminar a Satsuke y encontrar la manera definitiva de borrar del mapa a Chakat.
- Mi querida Linda, es demasiado peligroso.
- Es algo que debo de hacer Mr. Bernard, comprenda que tengo que terminar lo que empecé.
Linda sabía que cruzarse con los planes de Chakat no había sido una casualidad, como no lo había sido la primera vez. No le hacía feliz la idea de retomar su identidad como Supergirl pero la vida de catorce mil personas estaban en juego. Lo cierto es que no tenía otra alternativa.
- Mr. Bernard, necesito que me haga un favor.
Hacia la tarde noche del siguiente día, bajo una tormenta de verano, el juez Jacobs llegó a la oficina del Sheriff acompañado del alcalde Chase, ambos estaban chorreando de agua cuando Jake, uno de los ayudantes del Sheriff les abrió la puerta.
- Buenas tardes Jake – Dijo el alcalde.
- Buenas tardes señores – Respondió Jake. - ¿Quieren una taza de café?
- Por supuesto, gracias muchacho. – Dijo el juez Jacobs. - ¿Y Jack?
- Está en el hotel atendiendo unos asuntos, enseguida vendrá.
Jake les sirvió una taza de café a cada uno y les llevó hacia la parte trasera del local, donde estaba la cárcel. Billy, que estaba tumbado en la litera de la cárcel, se levantó al oírlos y les ofreció una gran sonrisa de caballo.
- Muchacho – Dijo el juez Jacobs acercándose a la celda.
- Juez Jacobs – Respondió Billy acercándose a los barrotes.
- He oído que has estado armando jaleo en la ciudad, según el alcalde, induciendo a los jóvenes a una revuelta contra el sistema...
- Sólo les estaba informando de lo que está ocurriendo, juez Jacobs.
- ¡Tonterias! – Saltó el alcalde Chase.
- Tranquilo Edward, yo me ocupo – Le dijo el juez Jacobs. – Dime William, ¿Qué pasó exactamente?
- Verá señor juez – Dijo Billy abriendo su gran bocaza y sonriendo irónicamente. – El señor alcalde no admite que nadie tenga opiniones propias, al menos si difieren de las suyas... Me arrestaron por hablar en el Saloon, por decir lo que pienso sobre nuestra situación aquí, en la ciudad.
- Eso no es un delito William. – Dijo el Juez. – Pero... ¿Qué me dices de la pelea posterior?
- Disparé a Charlie Mathew. En defensa propia.
- ¡Está mintiendo, mírale a los ojos! – Bufó el alcalde Chase.
- Todos lo vieron... Sus amigos trataron de callarme con los puños... Pero no pudieron. Charlie trató de detenerme con su arma, lo cual fue estúpido porque todos saben que soy el revolver más rápido de esta maldita ciudad.
- Disparaste a su mano derecha... Le destrozaste tres dedos.
- Señor juez, me apuntó con su arma, pude haberle matado si hubiera querido, y todavía sería en defensa propia.
- William muchacho, las declaraciones que he oído dicen que Charlie no sacó su arma.
- ¿Declaraciones? Sólo han hablado los amigos de Charlie... el resto callan por miedo. Pero tengo una prueba de que soy inocente – Dijo Billy sonriendo ampliamente. – El revolver de Charlie, estará marcado por la bala que le disparé.
- ¿Habéis comprobado su historia? – Dijo el juez mirando a Jake.
- Bueno... Es la primera vez que lo dice... – Contestó Jake.
- ¡Esto es absurdo! – dijo indignado el alcalde Chase.
- Claro que es la primera vez que lo digo, si lo hubiera mencionado antes, los esbirros del alcalde habrían sustituido el revolver de Charlie. Vaya a ver a Charlie juez Jacobs, verá que tengo razón.
- Eso es lo que haré muchacho.
Pero el juez jamás tendría la oportunidad de hacerlo, el alcalde Chase levantó su revolver y disparó a Jacobs por la espalda, matándole al instante. Jake se dio la vuelta sorprendido y recibió dos disparos en el pecho, cayendo al suelo cerca de los barrotes de la celda. El alcalde Chase se acercó a la celda con el arma levantada y la mirada fija.
- Parece que Jake se acercó demasiado... Y le robaste su revolver Billy. Mataste al juez y a Jake antes de que yo te metiera una bala en la azotea. – Dijo el alcalde apuntando a Billy.
- ¿Por qué alcalde Chase? – Preguntó Billy.
- Has ido demasiado lejos Billy, no podemos permitir que lo estropees todo.
Pero en ese instante se oyó un ruido, Adam había visto todo lo sucedido y había dejado caer los libros que traía para el Sheriff Hawks. Se quedó petrificado de la sorpresa, vio como el alcalde Chase giraba y le apuntaba con su arma como si estuviera moviéndose a cámara lenta. Aún así, fue incapaz de reaccionar y se quedó completamente paralizado por el miedo. Billy sacó sus brazos de entre los barrotes de la celda y consiguió agarrar al alcalde justo en el momento en el que disparaba al chico. Afortunadamente, la bala se desvió de su objetivo y se incrustó en el techo de madera. Billy golpeó en la cabeza al alcalde Chase y éste cayó redondo fuera de su alcance. A Adam le temblaban las piernas y las manos, apenas podía mantenerse de pie pero reaccionó a tiempo, corrió hacia la celda y siguiendo las instrucciones de Billy, cogió el rácimo de llaves que colgaban del cinturón del cadáver de Jake y abrió la celda del joven Billy.
- Vamos muchacho, tenemos que salir de aquí – Dijo Billy.
El alcalde sangraba por la cabeza pero trataba de levantarse, apoyándose dolorido y aturdido en una de las paredes. Seguía sujetando su revolver y todavía le quedaban dos balas en el tambor. Billy agarró del brazo al chico y salieron de la oficina del Sheriff a toda velocidad evitando un disparo poco certero por parte del alcalde Chase. No tenían demasiado tiempo, a Adam le pareció una eternidad el segundo que tardó Billy en soltar la cuerda que sujetaba a un caballo “aparcado” cerca de la puerta. Billy ayudó a Adam y después se subió al caballo, no sabía que dirección tomar o si realmente debían huir, pero instintivamente, espoleó al caballo y se alejaron galopando a toda velocidad en la oscuridad de la noche.
- Ok, Ya estoy lista – Dijo Linda saliendo del despacho de Mr. Bernard.
- Mi querida Linda, ¿No cree que esa falda es excesivamente… Ya sabe, pequeña – Dijo Mr. Bernard avergonzándose incluso de mirar.
- Nah... Está perfecta. Es idéntico a mi antiguo uniforme. De verdad, gracias de nuevo por conseguir el traje y la peluca tan rápido.
- No tiene importancia chiquilla, la señora Gallager y su grupo de costureras me debían un favor. Por cierto, me encanta la capa y el logo del pecho, me recuerda mucho a los “mystery mens” de mi época.
- El diseño no es mío en realidad, ya le hable a usted de Supermán. Sólo espero no fallarle de nuevo y volver a ser digna de este símbolo. La verdad es que me siento extrañamente cómoda vistiéndolo de nuevo, como si estuviera dando la bienvenida a una vieja amiga...
- Lo cierto mi querida Linda es que le brillan los ojos de forma especial al llevarlo... Supergirl... Es lo que usted está destinada a ser, no deje que nadie le arrebate el nombre y el uniforme que le pertenece por méritos propios.
- Recordaré eso la próxima vez que se estrelle otro cohete del espacio exterior con otra pretendiente dentro, la volveré a meter en su nave y la lanzaré al espacio profundo – Dijo Linda haciendo un gesto extraño con las manos. – En realidad, tampoco sería la primera vez. De cualquier forma Mr. Bernard, creo que ya tengo claro como llegar a la vieja mina. Si hay algo en ese “contrato original” entre los tres buscadores de oro fracasados y Satsuke que nos pueda servir, lo encontraré.
- Por lo que más quiera mi querida Linda, tenga cuidado, ¿Quién sabe que puede ocultarse allí?
Henry no sabía porque Jack le había elegido para ser su ayudante, nunca había sido especialmente valiente, ni alto ni fuerte y era bastante torpe y lento con las armas. No era la clase de persona que sabe hacerse respetar y sabía que toda la ciudad murmuraba a sus espaldas cuestionando el criterio de Jack. Acarició con sus dedos la estrella de ayudante de su chaleco, un pequeño gesto que le daba fuerzas y le recordaba su responsabilidad para con la ciudad. Era un truco personal que siempre le funcionaba y que utilizaba siempre que creía necesitar una ración extra de autoconfianza. Abrió la puerta de la biblioteca y entró dentro mientras sus dedos se deslizaban nerviosos por los ornamentos de madera del mango de su revolver. No podía correr riesgos, el alcalde pensaba que Mr. Bernard era el responsable de lo ocurrido en la cárcel y aunque él no lo creyera, no entraba dentro de sus planes acabar con dos balazos en la espalda como el pobre Jake. La biblioteca estaba vacía pero se escuchaban los ruidos propios de una conversación provenientes del despacho de Mr. Bernard. Henry se acercó a la puerta pero sólo pudo reconocer una de las voces, que pertenecía Mr. Bernard. Sacó su revolver y giró lentamente el pomo de la puerta mientras que recorría una gota de sudor frío por su frente.
Linda en su identidad de Supergirl y Mr. Bernard se encontraban planeando la estrategia a seguir contra Satsuke y Chakat cuando Henry entró en el despacho revolver en mano, estaba visiblemente nervioso ante la presencia de Linda a la que no reconoció.
- ¡Las manos arriba, los dos! – Dijo Henry con voz entrecortada.
- Henry, ¿A que viene todo esto? – Preguntó Mr. Bernard.
Supergirl no se inmutó, permanecía de pie cerca de Mr. Bernard, con los brazos cruzados y curiosa por los nuevos acontecimientos.
- Las manos donde yo pueda verlas Mr. Bernard. Vais a venir los dos conmigo a la cárcel, tenemos muchas preguntas que hacerles.
- Me parece que no, Henry ¿Verdad? – Dijo Supergirl acercándose a él.
- Quieta señorita, no se mueva de donde está o…
Supergirl le arrebató el arma de las manos sin que Henry se atreviera a apretar el gatillo, le temblaban las manos y estaba sudando cada vez más. Después, Supergirl dobló el cañón del revolver con sus manos, le hizo un guiño y se lo devolvió.
- Siéntate Henry muchacho – Dijo Mr. Bernard – Está a punto de cambiar nuestras vidas para siempre y vamos a necesitar a la ley de nuestra parte. ¿Dónde está Jack?.
- Eh… hum… ¿Qué está pasando? ¿Quién es usted? – Preguntó Henry mirando a Supergirl.
- Mi nombre es Supergirl.
- ¿Señorita Dansmith? – Le reconoció Henry. ¿Cómo ha…?
- Maldita sea. - Gruñó Linda, aunque sabía que ocultar su identidad en una ciudad con las peculiaridades de Bluelake City era imposible. Menos mal que se le había ocurrido mentir sobre su verdadero nombre.
- Henry, escúchame, necesito saber que es lo que sucede, ¿Por qué has intentado arrestarnos?
- Tengo órdenes… Yo no creo que usted y el muchacho estén involucrados pero el alcalde…
- Tiempo muerto – Dijo Linda confusa. - ¿Involucrados en que?
- Bueno… Ha habido un tiroteo en la cárcel, William Hawks ha matado al juez Jacobs y a Jake, el alcalde Chase estaba presente y dice que Adam le llevó el revolver.
- ¡Eso es una estupidez! – Dijo Mr. Bernard furioso
- Creemos… El alcalde Chase cree que usted lo ha planeado todo y que queréis destruir la paz y la convivencia en la ciudad.
- No es cierto, Lin… uh, Supergirl, Adam fue a llevar unos libros al Sheriff, el alcalde Chase está mintiendo.
- Sólo cumplo órdenes del Sheriff.
- ¿Dónde está Adam ahora? – Preguntó Supergirl.
- Él y William escaparon, el Sheriff Hawks y John han salido en su búsqueda.
- Henry, ¿Tu crees la historia del alcalde Chase? – Preguntó Mr. Bernard.
- No se que pensar, él no tiene motivos para mentir ¿No? Puede que William obligara al muchacho a ayudarle, cuando sean arrestados sabremos exactamente que pasó. Es lo que pienso Mr. Bernard.
- Supergirl, si el alcalde miente, no dejará que Adam o William lleguen a contar su historia, tienes que hacer algo – Dijo Mr. Bernard visiblemente nervioso, Adam era como un hijo para él.
- No puedo dejar de pensar que de alguna manera todo esto tiene que ver con Satsuke, es una especie de sexto sentido que desarrollamos los superhéroes. Tranquilo Mr. Bernard, les encontraré y aclararemos todo esto – Dijo Supergirl saliendo de la biblioteca.
- ¿Pero que va a poder hacer ella? – Dijo Henry.
- Siempre has sido un buen chico Henry, espero no equivocarme contigo. Te traeré un café y te contaré todo lo que está pasando, parece que la batalla final está próxima y que dios nos ayude si no conseguimos salir victoriosos.
Continuará...
Referencias:
[1] Supergirl (Vol 3) #1 y #2 USA (Tomo I de la edición VID).
Portada: Julio Nieto
Publicado: Agosto 2005
Descubre el secreto de Bluelake City! Un secreto que hará que Linda regrese a su identidad de Supergirl. ¿Que está ocurriendo en este pequeño pueblo?
Su nombre es Linda Danvers, aunque hubo un tiempo en el que también era conocida como Supergirl. No procedía del planeta Kryptón y no tenía lazos de sangre con el hombre acero, pero después de recorrer un largo camino, llegó a ser digna de usar ese nombre y de vestir el símbolo del hombre del mañana. Ella es...
Linda se dirigió hacia la biblioteca, había amanecido un hermoso día y por fin disfrutaba de una mañana libre. Llevaba varios días atrapada en la ciudad y había tenido una agenda realmente apretada de actividades y presentaciones. Todo el mundo quería conocerla y hablar con ella. Sin embargo, todas esas obligaciones habían evitado que conociera a Mr. Bernard, quien como ella, procedía del mundo exterior. Necesitaba conocerle y tener más detalles sobre la “pequeña” peculiaridad de Bluelake City. Los días iban pasando y a pesar de intentarlo repetidas veces, Linda no encontraba la manera de salir de la ciudad y alejarse más allá del bosque. Primero, aún sin creer del todo la historia del alcalde Chase, intentó cruzar el bosque volando... Pero sólo había conseguido volver al lugar de partida. Era una sensación extraña, como si estuviera atrapada en la típica pesadilla en la que corres con toda tu fuerza y voluntad pero no logras avanzar nunca. Consiguió eludir a los Kebracks y entrar en la gruta del bosque con la esperanza de volver al mundo exterior... Pero no funcionó, como había dicho el alcalde Chase, se trataba de una vía de sentido único, se podía entrar pero no salir. Era una ciudad mágicamente aislada y necesitaba otro tipo de estrategia, ¿Dónde estaba Zatanna cuando hacía falta? Linda pensó que se conformaría con el mago inepto de los dibujos de “Dragones & Mazmorras”.
Mr. Bernard y Adam estaban ordenando una pila de libros en las estanterías cuando llegó Linda, llevaba un bonito vestido que lucía con gran elegancia y buen gusto.
- Mr. Bernard... Soy Linda Dansmith – Dijo Linda extendiendo su mano, no le hacía ninguna gracia mentir sobre su nombre pero entendía que era necesario.
- ¡Linda! – Gritó Adam corriendo hacía ella.
- Señorita Dansmith, mucho gusto en conocerla – Dijo Mr. Bernard besando su mano – Por favor, pase a mi despacho, allí podremos hablar con tranquilidad.
- De acuerdo.
- Adam muchacho, ocúpate de la biblioteca mientras la señorita Dansmith y yo conversamos y no te olvides de llevarle mañana al Sheriff Hawks los libros que pidió.
El muchacho obedeció a regañadientes mientras que Linda y Mr. Bernard entraron en el despacho y comenzaron a conversar. Mr. Bernard había estado atrapado en Bluelake City desde 1943 y Linda tuvo que ponerle al día lo mejor que pudo, hablándole del fin de la segunda guerra mundial, los avances de la tecnología, la guerra fría, la llegada del hombre a la Luna, el inicio de la segunda época heroica con la aparición de Supermán... Había tanto que contar que pasaron horas charlando, horas que parecieron minutos ya que Linda se encontraba realmente cómoda en compañía de Mr. Bernard.
- Linda querida, ¿Es cierto lo que cuenta Adam? ¿Posees poderes sobrehumanos? – Dijo Mr. Bernard.
- ¿Quién más lo sabe? Le dije al chico que no lo contara. – Contestó Linda.
- No te apures niña, sólo me lo dijo a mí... El muchacho es inteligente. Necesito confiarte algo, algo que tan sólo Adam sabe, ya que algún día continuará con mi trabajo. Llevo trabajando e investigando la historia de esta ciudad desde el día en el que llegué, confiando encontrar respuestas para poder salir de aquí...
- ¿Ha llegado usted a alguna conclusión? – Preguntó Linda.
- Digamos que he podido reunir la mayoría de las piezas de este rompecabezas, tuve la suerte de llegar en 1943, cuando todavía vivía el difunto Mr. Reynolds.
- El alcalde Chase me habló de él, llegó a la ciudad en 1902.
- Si... y cuando llegó, uno de los tres fundadores de la ciudad vivía todavía. Robert Hawks. Tuve la suerte de que me transmitiera ciertas conversaciones que tuvo con él antes de su muerte.
- ¿Robert Hawks? – Preguntó Linda.
- Así es querida, el antepasado del Sheriff Jack Hawks y de su impulsivo hermano William.
- El alcalde Chase lleva décadas intentado sabotear y reescribir la historia de la ciudad, tratando de borrar las huellas del pasado para evitar según él “contaminar el paraíso”.
- He notado que muchos no comparten su visión pero le siguen de todas formas. – Dijo Linda.
- Así es, la gente tiene miedo de pelear mi querida Linda, prefieren su idílica existencia a enfrentarse a lo que está pasando.
- ¿Qué está pasando Mr. Bernard? – Preguntó Linda.
- Le diré todo lo que sé – Mr. Bernard hizo una pausa antes de continuar – En 1845, tres vaqueros llegaron a estas montañas empujados por la fiebre del oro... pero desgraciadamente, a pesar de matarse a perforar la tierra, no encontraron nada en cinco años. Pero en 1850, encontraron algo en el interior de la mina que estaban excavando. Algo sobrenatural... Un poderoso ser que les prometió riquezas, mujeres y gran poder. Satsuke.
- ¿A cambio de que Mr. Bernard?
- A cambio de ayudarle a liberar a su señor, el demonio llamado Chakat.
Con la sola mención del nombre del demonio, la mente de Linda se llenó de recuerdos del pasado, recuerdos de cómo había sido ofrecida como sacrificio para liberar a Chakat y de cómo había sido salvada por la anterior Supergirl en el instante de su muerte, uniéndose las dos en una única persona. Así había obtenido sus poderes, así había empezado todo para ella [1]
- Le conozco – Dijo Linda. – Luché con él hace unos años, cuando un demonio llamado Buzz y algunos de sus seguidores casi lograron liberarle. Le creía muerto.
- ¡Asombroso!
- Llevaba siglos tratando de cruzar a nuestra dimensión, parece que tenía un plan B aquí en Bluelake City. Una vía de escape por la puerta de atrás que llevaba planeando más de 150 años. Pero... ¿Cómo piensa cruzar a nuestra realidad? ¿Qué pretende aislando la ciudad?
- Fíjese mi querida Linda – Dijo Mr. Bernard enseñando a Linda un documento.
- Año 1875. Bluelake City. Tres mil doscientas cuatro habitantes. – Dijo Linda leyendo el texto.
- Y ahora... – Dijo Mr. Bernard entregándole otro documento.
- Dios mío... Año 2005. Bluelake City. Catorce mil ochocientas sesenta y tres habitantes...
- Bluelake City es una granja querida, una granja de almas humanas. La pregunta es, ¿Cuánto tiempo tenemos hasta que Satsuke nos entregue a su señor?
- Así que... Satsuke, proporcionó riquezas y poder a los tres vaqueros, y éstos fundaron esta ciudad, que creció rápidamente en pleno apogeo de la fiebre del oro.
- Y en 1875, Satsuke aisló mágicamente la ciudad para obtener una productiva fábrica de almas que luego ofrecería en sacrificio a Chakat. Todo ello sin que nadie pueda oponerse y sin que nadie lo supiera.
- Tiene sentido – Dijo Linda. – Probablemente, Chakat tiene docenas de demonios tratando de buscar la manera de liberarle. El plan de Buzz falló pero Satsuke lleva planeando esto siglos. ¿Qué hay de los Kebracks? - Preguntó Linda.
- Son sirvientes de Satsuke, más concretamente, son parte de él. Creo.
- ¿La gente sabe todo esto?
- No quieren saberlo, reaccionan de forma violenta si alguien trata de abrirles los ojos. He tenido que mantener mi investigación en secreto querida Linda, con la esperanza de encontrar algo que pueda ayudarnos a la hora de enfrentarnos a ellos.
- ¿Has conseguido algo? – Preguntó Linda.
- Después de años, conseguí una localización probable de la vieja mina, el lugar dónde se firmó el pacto. Adam encontró la entrada en contra de mis ordenes. No debió cruzar el límite... Menos mal que usted estaba allí para protegerle.
- Entiendo. ¿Cree que hay algo que pueda ayudarnos allí?
- Probablemente el contrato original firmado con sangre entre los vaqueros y Satsuke. Creo que puede sernos de gran ayuda.
- Está claro que debo de ir allí, eliminar a Satsuke y encontrar la manera definitiva de borrar del mapa a Chakat.
- Mi querida Linda, es demasiado peligroso.
- Es algo que debo de hacer Mr. Bernard, comprenda que tengo que terminar lo que empecé.
Linda sabía que cruzarse con los planes de Chakat no había sido una casualidad, como no lo había sido la primera vez. No le hacía feliz la idea de retomar su identidad como Supergirl pero la vida de catorce mil personas estaban en juego. Lo cierto es que no tenía otra alternativa.
- Mr. Bernard, necesito que me haga un favor.
Hacia la tarde noche del siguiente día, bajo una tormenta de verano, el juez Jacobs llegó a la oficina del Sheriff acompañado del alcalde Chase, ambos estaban chorreando de agua cuando Jake, uno de los ayudantes del Sheriff les abrió la puerta.
- Buenas tardes Jake – Dijo el alcalde.
- Buenas tardes señores – Respondió Jake. - ¿Quieren una taza de café?
- Por supuesto, gracias muchacho. – Dijo el juez Jacobs. - ¿Y Jack?
- Está en el hotel atendiendo unos asuntos, enseguida vendrá.
Jake les sirvió una taza de café a cada uno y les llevó hacia la parte trasera del local, donde estaba la cárcel. Billy, que estaba tumbado en la litera de la cárcel, se levantó al oírlos y les ofreció una gran sonrisa de caballo.
- Muchacho – Dijo el juez Jacobs acercándose a la celda.
- Juez Jacobs – Respondió Billy acercándose a los barrotes.
- He oído que has estado armando jaleo en la ciudad, según el alcalde, induciendo a los jóvenes a una revuelta contra el sistema...
- Sólo les estaba informando de lo que está ocurriendo, juez Jacobs.
- ¡Tonterias! – Saltó el alcalde Chase.
- Tranquilo Edward, yo me ocupo – Le dijo el juez Jacobs. – Dime William, ¿Qué pasó exactamente?
- Verá señor juez – Dijo Billy abriendo su gran bocaza y sonriendo irónicamente. – El señor alcalde no admite que nadie tenga opiniones propias, al menos si difieren de las suyas... Me arrestaron por hablar en el Saloon, por decir lo que pienso sobre nuestra situación aquí, en la ciudad.
- Eso no es un delito William. – Dijo el Juez. – Pero... ¿Qué me dices de la pelea posterior?
- Disparé a Charlie Mathew. En defensa propia.
- ¡Está mintiendo, mírale a los ojos! – Bufó el alcalde Chase.
- Todos lo vieron... Sus amigos trataron de callarme con los puños... Pero no pudieron. Charlie trató de detenerme con su arma, lo cual fue estúpido porque todos saben que soy el revolver más rápido de esta maldita ciudad.
- Disparaste a su mano derecha... Le destrozaste tres dedos.
- Señor juez, me apuntó con su arma, pude haberle matado si hubiera querido, y todavía sería en defensa propia.
- William muchacho, las declaraciones que he oído dicen que Charlie no sacó su arma.
- ¿Declaraciones? Sólo han hablado los amigos de Charlie... el resto callan por miedo. Pero tengo una prueba de que soy inocente – Dijo Billy sonriendo ampliamente. – El revolver de Charlie, estará marcado por la bala que le disparé.
- ¿Habéis comprobado su historia? – Dijo el juez mirando a Jake.
- Bueno... Es la primera vez que lo dice... – Contestó Jake.
- ¡Esto es absurdo! – dijo indignado el alcalde Chase.
- Claro que es la primera vez que lo digo, si lo hubiera mencionado antes, los esbirros del alcalde habrían sustituido el revolver de Charlie. Vaya a ver a Charlie juez Jacobs, verá que tengo razón.
- Eso es lo que haré muchacho.
Pero el juez jamás tendría la oportunidad de hacerlo, el alcalde Chase levantó su revolver y disparó a Jacobs por la espalda, matándole al instante. Jake se dio la vuelta sorprendido y recibió dos disparos en el pecho, cayendo al suelo cerca de los barrotes de la celda. El alcalde Chase se acercó a la celda con el arma levantada y la mirada fija.
- Parece que Jake se acercó demasiado... Y le robaste su revolver Billy. Mataste al juez y a Jake antes de que yo te metiera una bala en la azotea. – Dijo el alcalde apuntando a Billy.
- ¿Por qué alcalde Chase? – Preguntó Billy.
- Has ido demasiado lejos Billy, no podemos permitir que lo estropees todo.
Pero en ese instante se oyó un ruido, Adam había visto todo lo sucedido y había dejado caer los libros que traía para el Sheriff Hawks. Se quedó petrificado de la sorpresa, vio como el alcalde Chase giraba y le apuntaba con su arma como si estuviera moviéndose a cámara lenta. Aún así, fue incapaz de reaccionar y se quedó completamente paralizado por el miedo. Billy sacó sus brazos de entre los barrotes de la celda y consiguió agarrar al alcalde justo en el momento en el que disparaba al chico. Afortunadamente, la bala se desvió de su objetivo y se incrustó en el techo de madera. Billy golpeó en la cabeza al alcalde Chase y éste cayó redondo fuera de su alcance. A Adam le temblaban las piernas y las manos, apenas podía mantenerse de pie pero reaccionó a tiempo, corrió hacia la celda y siguiendo las instrucciones de Billy, cogió el rácimo de llaves que colgaban del cinturón del cadáver de Jake y abrió la celda del joven Billy.
- Vamos muchacho, tenemos que salir de aquí – Dijo Billy.
El alcalde sangraba por la cabeza pero trataba de levantarse, apoyándose dolorido y aturdido en una de las paredes. Seguía sujetando su revolver y todavía le quedaban dos balas en el tambor. Billy agarró del brazo al chico y salieron de la oficina del Sheriff a toda velocidad evitando un disparo poco certero por parte del alcalde Chase. No tenían demasiado tiempo, a Adam le pareció una eternidad el segundo que tardó Billy en soltar la cuerda que sujetaba a un caballo “aparcado” cerca de la puerta. Billy ayudó a Adam y después se subió al caballo, no sabía que dirección tomar o si realmente debían huir, pero instintivamente, espoleó al caballo y se alejaron galopando a toda velocidad en la oscuridad de la noche.
- Ok, Ya estoy lista – Dijo Linda saliendo del despacho de Mr. Bernard.
- Mi querida Linda, ¿No cree que esa falda es excesivamente… Ya sabe, pequeña – Dijo Mr. Bernard avergonzándose incluso de mirar.
- Nah... Está perfecta. Es idéntico a mi antiguo uniforme. De verdad, gracias de nuevo por conseguir el traje y la peluca tan rápido.
- No tiene importancia chiquilla, la señora Gallager y su grupo de costureras me debían un favor. Por cierto, me encanta la capa y el logo del pecho, me recuerda mucho a los “mystery mens” de mi época.
- El diseño no es mío en realidad, ya le hable a usted de Supermán. Sólo espero no fallarle de nuevo y volver a ser digna de este símbolo. La verdad es que me siento extrañamente cómoda vistiéndolo de nuevo, como si estuviera dando la bienvenida a una vieja amiga...
- Lo cierto mi querida Linda es que le brillan los ojos de forma especial al llevarlo... Supergirl... Es lo que usted está destinada a ser, no deje que nadie le arrebate el nombre y el uniforme que le pertenece por méritos propios.
- Recordaré eso la próxima vez que se estrelle otro cohete del espacio exterior con otra pretendiente dentro, la volveré a meter en su nave y la lanzaré al espacio profundo – Dijo Linda haciendo un gesto extraño con las manos. – En realidad, tampoco sería la primera vez. De cualquier forma Mr. Bernard, creo que ya tengo claro como llegar a la vieja mina. Si hay algo en ese “contrato original” entre los tres buscadores de oro fracasados y Satsuke que nos pueda servir, lo encontraré.
- Por lo que más quiera mi querida Linda, tenga cuidado, ¿Quién sabe que puede ocultarse allí?
Henry no sabía porque Jack le había elegido para ser su ayudante, nunca había sido especialmente valiente, ni alto ni fuerte y era bastante torpe y lento con las armas. No era la clase de persona que sabe hacerse respetar y sabía que toda la ciudad murmuraba a sus espaldas cuestionando el criterio de Jack. Acarició con sus dedos la estrella de ayudante de su chaleco, un pequeño gesto que le daba fuerzas y le recordaba su responsabilidad para con la ciudad. Era un truco personal que siempre le funcionaba y que utilizaba siempre que creía necesitar una ración extra de autoconfianza. Abrió la puerta de la biblioteca y entró dentro mientras sus dedos se deslizaban nerviosos por los ornamentos de madera del mango de su revolver. No podía correr riesgos, el alcalde pensaba que Mr. Bernard era el responsable de lo ocurrido en la cárcel y aunque él no lo creyera, no entraba dentro de sus planes acabar con dos balazos en la espalda como el pobre Jake. La biblioteca estaba vacía pero se escuchaban los ruidos propios de una conversación provenientes del despacho de Mr. Bernard. Henry se acercó a la puerta pero sólo pudo reconocer una de las voces, que pertenecía Mr. Bernard. Sacó su revolver y giró lentamente el pomo de la puerta mientras que recorría una gota de sudor frío por su frente.
Linda en su identidad de Supergirl y Mr. Bernard se encontraban planeando la estrategia a seguir contra Satsuke y Chakat cuando Henry entró en el despacho revolver en mano, estaba visiblemente nervioso ante la presencia de Linda a la que no reconoció.
- ¡Las manos arriba, los dos! – Dijo Henry con voz entrecortada.
- Henry, ¿A que viene todo esto? – Preguntó Mr. Bernard.
Supergirl no se inmutó, permanecía de pie cerca de Mr. Bernard, con los brazos cruzados y curiosa por los nuevos acontecimientos.
- Las manos donde yo pueda verlas Mr. Bernard. Vais a venir los dos conmigo a la cárcel, tenemos muchas preguntas que hacerles.
- Me parece que no, Henry ¿Verdad? – Dijo Supergirl acercándose a él.
- Quieta señorita, no se mueva de donde está o…
Supergirl le arrebató el arma de las manos sin que Henry se atreviera a apretar el gatillo, le temblaban las manos y estaba sudando cada vez más. Después, Supergirl dobló el cañón del revolver con sus manos, le hizo un guiño y se lo devolvió.
- Siéntate Henry muchacho – Dijo Mr. Bernard – Está a punto de cambiar nuestras vidas para siempre y vamos a necesitar a la ley de nuestra parte. ¿Dónde está Jack?.
- Eh… hum… ¿Qué está pasando? ¿Quién es usted? – Preguntó Henry mirando a Supergirl.
- Mi nombre es Supergirl.
- ¿Señorita Dansmith? – Le reconoció Henry. ¿Cómo ha…?
- Maldita sea. - Gruñó Linda, aunque sabía que ocultar su identidad en una ciudad con las peculiaridades de Bluelake City era imposible. Menos mal que se le había ocurrido mentir sobre su verdadero nombre.
- Henry, escúchame, necesito saber que es lo que sucede, ¿Por qué has intentado arrestarnos?
- Tengo órdenes… Yo no creo que usted y el muchacho estén involucrados pero el alcalde…
- Tiempo muerto – Dijo Linda confusa. - ¿Involucrados en que?
- Bueno… Ha habido un tiroteo en la cárcel, William Hawks ha matado al juez Jacobs y a Jake, el alcalde Chase estaba presente y dice que Adam le llevó el revolver.
- ¡Eso es una estupidez! – Dijo Mr. Bernard furioso
- Creemos… El alcalde Chase cree que usted lo ha planeado todo y que queréis destruir la paz y la convivencia en la ciudad.
- No es cierto, Lin… uh, Supergirl, Adam fue a llevar unos libros al Sheriff, el alcalde Chase está mintiendo.
- Sólo cumplo órdenes del Sheriff.
- ¿Dónde está Adam ahora? – Preguntó Supergirl.
- Él y William escaparon, el Sheriff Hawks y John han salido en su búsqueda.
- Henry, ¿Tu crees la historia del alcalde Chase? – Preguntó Mr. Bernard.
- No se que pensar, él no tiene motivos para mentir ¿No? Puede que William obligara al muchacho a ayudarle, cuando sean arrestados sabremos exactamente que pasó. Es lo que pienso Mr. Bernard.
- Supergirl, si el alcalde miente, no dejará que Adam o William lleguen a contar su historia, tienes que hacer algo – Dijo Mr. Bernard visiblemente nervioso, Adam era como un hijo para él.
- No puedo dejar de pensar que de alguna manera todo esto tiene que ver con Satsuke, es una especie de sexto sentido que desarrollamos los superhéroes. Tranquilo Mr. Bernard, les encontraré y aclararemos todo esto – Dijo Supergirl saliendo de la biblioteca.
- ¿Pero que va a poder hacer ella? – Dijo Henry.
- Siempre has sido un buen chico Henry, espero no equivocarme contigo. Te traeré un café y te contaré todo lo que está pasando, parece que la batalla final está próxima y que dios nos ayude si no conseguimos salir victoriosos.
Continuará...
Referencias:
[1] Supergirl (Vol 3) #1 y #2 USA (Tomo I de la edición VID).
Reseña del 30 de Agosto de 2005:
ResponderEliminarSeguimos con este particular Infierno de Cobardes, en el que literalmente encontramos una perfecta combinación de western y demonios. La serie sigue estando muy bien escrita y descubre más cosas sobre la verdad oculta tras este pueblo aislado del mundo. Al igual que ocurre en Wonder Woman, Imanol no tiene prisa por acabar y se toma su tiempo en contar de forma amena y con detalle la historia que quiere contar. Una serie muy recomendable.