Escritor: Raúl Peribáñez
Portada: Adam Kubert
Fecha de publicación: Diciembre de 2006
Este es el final de todo. Contempla el fin de la mas apocaliptica aventura de los Outsiders mientras descubren muchos de los secretos detrás de su origen. ¿Podrán sobrevivir todos a esta aventura?
Nadie les conoce. Actúan siempre en las sombras y están dispuesto a hacer cualquier cosa para detener a sus enemigos. Son los héroes secretos del Universo DC. Vigila tu espalda o serás sorprendido por ellos. Son los...
Markovia.
Zauriel y Manitou Raven esperaban sentados. Estaban ocultos en el interior de un bosque cercano a la prisión de alta seguridad Black Riot. Pero mientras el primero se impacientaba por saber qué podía ocurrirle a sus compañeros, el místico se mostraba completamente calmado.
- ¿Crees que estarán bien? Tendría que haber entrado con ellos. Me siento inútil aquí fuera.
Pero Manitou no le respondió.
- Oh, vamos, no me vengas con el cuento de “tengo muy malas pulgas y lo demuestro siendo muy callado” –le volvió a decir Zauriel-. Debe ser tronchante una fiesta con Batman y tú de invitados.
- Tu nombre es Zauriel.
- Oh, ahora hablas, ¿eh?
- Eres un ángel. Lo siento por el aura que te rodea, la energía que desprendes. Pero deberías estar en los cielos, no en este mundo que llaman la Tierra. Rechazaste a una vida eterna junto al Creador por amor hacia una mujer humana. (1)
- Bueno, es una forma de resumirlo, sí –sonrió Zauriel.
- Moriste al enfrentarte a uno de los Viejos Dioses. Pero como ángel que eras fuiste resucitado y vuelto a enviar a la Tierra. Y ahora tienes una nueva misión, una muy importante. (2)
- ¿Todo eso lo sabes... por mi aura?
- No –dijo Manitou-. A decir verdad un hechizo me ha concedido habilidades psíquicas. He accedido a todos tus recuerdos. Pero presiento que ni tú mismo sabes en qué consiste esa misión, ¿cierto?
- Estás... estás en lo cierto. Es gracioso, ¿no? Me enviaron como la última salvación de la Humanidad, pero no me dijeron de qué tengo que salvarla.
- Eres un ángel. ¿Tal vez del Diablo?
Zauriel se quedó en silencio. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Sólo escuchar aquel nombre le provocaba auténtico terror.
- Respecto a tu primera pregunta –dijo Manitou-... Batman y los demás han caído en una trampa.
- Genial. ¿Y cuándo pensabas decírmelo para que entremos en acción?
- Cuando me lo preguntaras.
- Ohm... Tenemos que mejorar lo de la comunicación.
Markovia. En el interior de Black Riot.
- ¿Esto es una broma? –dijo Major Disaster- Somos de los buenos, deberías de ayudarnos.
- Ya me habéis oído –insistió Geo Force-. Habéis entrado ilegalmente en Markovia rompiendo más normas de las que podáis creer. Idos y no me obliguéis a emplear la violencia.
Desde una pantalla que flotaba en el aire el General Manson podía ver y oír cuanto pasaba en aquella sala. Sonreía creyendo que la victoria era al fin suya.
- ¿Por qué haces esto, Brian?- le preguntó Batman.
- Es más complicado de lo que puedas pensar. Por favor, marchaos por donde vinisteis.
- //No va a ser tan fácil como eso, Su Majestad// –dijo Manson-. //Faith es nuestra, nos pertenece. Y por ellos dos hay una orden del presidente de caza y captura. Tendrán que ser juzgados por sus crímenes. //
- Te lo vuelvo a preguntar: ¿Por qué? –le dijo Batman mirándole firmemente a los ojos.
Geo-Force giró la cara, casi avergonzado por lo que estaba pasando.
Las paredes se abrieron entonces dejando entrar a varios soldados que de inmediato apuntaron sus armas contra ellos.
- Batman, ¿qué hacemos? –preguntó Faith.
- No es que tengamos muchas más opciones –dijo Major.
- Sabes, por una vez estoy de acuerdo contigo –dijo Batman-... ¡Empleaos a fondo!
Faith creó toda una onda de energía que lanzó a los soldados con fuerza hacia atrás.
- ¡Necesitamos una salida!
- ¡Esa es para mí! –dijo Major mientras provocaba un enorme agujero en una pared.
- //¡Seguidles, maldición! // –gritó el General Manson
Pero Geo-Force se quedó estático, sin intención alguna de ir tras ellos.
- //¡Geo-Force! ¡Deténles! //
- Creo que se ha confundido conmigo, Manson. Le dije que le ayudaría si era necesario, pero no voy a ir corriendo detrás de nadie. Para eso está su gente.
- //No se atreva a hablarme así, Markov. Sabe lo mucho que está en juego para su país. //
- Sí. Lo sé perfectamente, créame.
Mientras tanto los tres outsiders corrían por un estrecho túnel que llevaba a la zona de alcantarillado de Black Riot. Major Disaster sufrió de repente un calambre en su pierna derecha que le obligó a detenerse.
- Mierda, ¡no puedo moverme, joder! ¡Tendréis que seguir sin mí!
- ¡No te vamos a dejar! –exclamó Faith.
- ¿Escuchas, nena? Los pasos que suenan son los de esos tipos. A mi ritmo nos cogerían a los tres. Lo mejor que podéis hacer es largaros.
- ¡Puedo llevarte con mis poderes telequinéticos, no tenemos por qué dejarte aquí!
- ¿Pero qué dices? Emplear tus poderes te deja agotada. Y llevarme todo el rato te destrozaría.
- Aunque no nos guste –comenzó a decir Batman- tiene razón. Volveremos a por ti, Major. Te lo prometo.
- Eso espero, orejotas, o me oirás maldecirte desde el Infierno.
- N-no puedo creerme que vayamos a hacer esto –titubeó Faith-...
- Pues acéptalo, pero... –Major se abalanzó hacia ella y la besó durante varios segundos.
- ¿Pero qué...?
- Ey, no todos los días uno está a punto de morir, guapa. Me merecía una despedida romántica.
-
Batman y Faith se marcharon dejando atrás a su compañero.
- Buen beso –se decía a sí mismo Major-. Qué pena que no vayamos a conocernos mejor. Ays, como supervillano siempre fui un perdedor. Y como héroe tampoco me ha ido de maravilla. Supongo que nunca estuve destinado a ser nada en esta jodida vida. Al menos me iré con cierta elegancia.
Los soldados aparecieron en ese momento apuntando sus armas hacia Major.
- ¡Quieto! ¡Levanta las manos!
Sin pensarlo dos veces el héroe provocó una pequeña explosión que destrozó la estructura del túnel, que se derrumbó aplastándoles sin escapatoria alguna.
En otro lugar el personal de apoyo de Black Riot saltaba sorprendido de sus asientos al iluminarse los paneles de control como árboles de Navidad.
- ¿Qué cojones está pasando, Twain?
- ¡Ha habido una explosión en el Sector 8! ¡Se ha registrado movimientos por los túneles! ¡Llama a los de mantenimiento!
- ¡Aquí Stevens! –dijo aquel al abrir el intercomunicador- ¡No hemos sido comunicados de que se fuera a proceder a ningún tipo de movimiento en el Sector 8! ¡Necesitamos saber qué está pasando allí!
De repente una nueva explosión azotó al complejo penitenciario. Pese a su sofisticada tecnología Black Riot seguía en ciertos aspectos el patrón de cualquier edificio. Aquellos túneles estaban plagados de tubos de gas que iban explotando en cadena. Las medidas de seguridad se pusieron en marcha sellando los tubos, pero el mal ya estaba hecho.
Al mismo tiempo Batman y Faith seguían corriendo hasta que se percataron de la gigantesca ola de fuego que se les echaba encima.
Faith extendió sus manos controlando el fuego, que lo empujó hacia arriba. La fuerza energética que enviaba atravesó varias plantas. El fuego se extendía por los pisos calcinando todo a su paso. Black Riot se había partido como una débil rama.
El Sector 23 contenía cientos de celdas en las que eran aprisionados las personas con habilidades especiales, tanto si pertenecían a la comunidad superheroica o eran los mal llamados supervillanos. Nightwing (pese a carecer de poderes de cualquier tipo) era de esos prisioneros.
Las explosiones internas reventaron el Sector 23 dejando muchas de las celdas semi abiertas. Los agentes de seguridad se desplegaron golpeando violentamente a todos los que escapaban aprovechando la situación. Era gente como el Capitán Frío o el Desorganizador, que luchaban como mejor podían por su libertad.
Nightwing, en cambio, no lo tuvo tan fácil. La puerta de su celda apenas había sido dañada y le era imposible salir por sí mismo. Pero para sorpresa suya la puerta se abrió y tras ella estaba un niño de apenas 7 ó 8 años.
- ¿E-eres Nightwing, verdad? ¿Eres uno de los buenos, no?
- Dios, ¡sólo eres un niño! ¿Pero qué haces aquí? –Nightwing lo agarró del brazo y lo entró en la celda por temor a que recibiera algún disparo fortuito – Dime, ¿cómo te llamas?
- Geoff.
- ¿Y cómo has hecho para abrir la puerta tú solo?
- Yo...
- Bueno, eso no importa ahora. Tenemos que salir de aquí. Pero tienes que hacerme caso, ¿vale? No te sueltes de mí.
En ese momento una voz sonó detrás de ellos.
- ¿Cuántas veces tendré que decírtelo, pajarito? Conmigo aquí no se escapa nadie.
La voz en cuestión pertenecía a Celda, que aguantaba una barra con la que se golpeaba amenazantemente en la otra mano.
- Geoff, por favor, quédate aquí dentro –decía Nightwing mientras salía de la celda-. Aquí estarás a salvo de los disparos y las peleas que hay ahí fuera, ¿vale? Volveré a por ti. Sólo serán unos minutos.
- ¿Unos minutos? –Celda comenzó a reír a carcajadas- ¿Qué tengo que hacer para dejártelo claro?
- Vete al Infierno –le respondió el héroe.
- Ya estamos en él, ¿no lo notas? El fuego purificador cercando a las almas impuras, como la tuya.
Nightwing y Celda se enzarzaron en una dura batalla como todos a su alrededor.
Nightwing y Celda se pararon frente a frente en medio del caos, los presos peleaban a muerte con los guardias usando todo lo que tenían a mano. Mientras los dos se estudiaban con atención. Amagaban posturas de combate tanteando los conocimientos de su adversario. El resto de la cárcel no importaba, era algo entre ellos dos.
- ¿A qué estás esperando pajarito? ¿Estás pensando en ese titán llorica? Recibió el tratamiento que se merecía.
Dick Grayson sabía que no debía perder los estribos en una pelea, era un lujo muy caro pero no podía evitarlo. Pensar que la muerte de un inocente podía ser usada de una forma tan vil le superaba. Echando mano de una de las muchas estrategias de ataque que había aprendido junto a Batman se lanzó contra Celda. Buscó con sus manos los puntos nerviosos, no quería derrotarlo, deseaba humillarlo.
Celda sabía muy bien lo que hacía, su plan era sencillo, provocarlo hasta que la rabia lo cegara y entonces caería. Bloqueo la mayoría de los golpes de Nightwing cediendo sólo aquellos que sabía que no le harían un daño grave. Pequeñas derrotas que le llevarían a la victoria final.
En la cuarta planta de Black Riot el General Manson esperaba en su despacho personal nuevas noticias. El ruido provocado a raíz de las explosiones era imposible de no oír. Sabía que algo marchaba mal.
Miró fijamente la foto de su familia que tenía sobre la mesa. Estaba muy lejos de su mujer e hijas y las echaba de menos. Pero éste era su trabajo, y aunque ahora las cosas fuesen mal tenía que ser valiente.
También sobre su mesa estaba una carpeta abierta clasificada como top-secret. En su interior estaba los documentos referidos a Nightwing que incluían datos sobre él: su auténtico nombre, su relación familiar con Bruce Wayne, todas las propiedades a su nombre, etc.
Pese a su fidelidad al código militar Manson había llevado esta investigación con sumo secreto. Ni tan siquiera informó debidamente a los muchachos de Inteligencia para qué estaban buscando toda aquello. Sólo Manson sabía que Nightwing era Dick Grayson.
Su silencio fue interrumpido cuando entró uno de sus subordinados entró de golpe.
- ¡General Manson! ¡Tenemos problemas!
- Ya me había percatado. Black Riot fue construida a partir de tecnología alienígena, de las decenas de naves extraterrestres que acabaron en la Tierra durante siglos y siglos... Tecnología punta.
- S-señor, sé todo eso, pero... Esos dos, Batman y Faith, de alguna forma han golpeado a la estructura central de la prisión. Y del Sector 23 están escapando todos los presos.
- ¿Alguien en particular en el Sector 23?
- Euh... El Capitán Frío... Mamut... Nightwing...
- ¿Nightwing? ¿Está Celda en el Sector 23 apaciguando la situación?
- ¡Sí, señor!
- Muy bien. Mande a nuestro buen amigo el rey... Ahora déjeme a solas.
Aquel salió sin dudarlo. Seguidamente Manson cogió un libro de su biblioteca que activó una puerta oculta en la pared. Tras avanzar varios metros accedió a una sala donde varios soldados vigilaban que sus dos prisioneras, Jesse Quick y Huntress, no pudieran escapar.
- Las cosas se están poniendo feas, ¿eh? –le dijo Jesse al verle entrar.
Lejos de allí, en la zona subterránea de Black Riot.
- ¿Cómo te encuentras?
- N-no voy a poder seguir, Batman... ¡Kof-Kof!
Batman miraba la destrucción que se había producido a su alrededor en cuestión de minutos. Su idea era el de rescatar a Nightwing de la forma más sigilosa posible. Pero su plan se había ido al garete. Con Major Disaster muerto y Faith agotada había que recurrir a los pesos pesados.
En el exterior Zauriel y Manitou Raven escucharon la llamada de Batman. La señal era débil y apenas entendieron las palabras de su líder. El místico lanzó un hechizo por el que descubrió su localización exacta.
Sin dudarlo Zauriel desplegó sus alas y se lanzó contra Black Riot golpeando con fuerza a todos los soldados y muros que se encontraba. Se activaron todo tipo de medidas de seguridad que nada hicieron contra el ser angelical. Por detrás Manitou le seguía como mejor podía. En cuestión de minutos encontraron a Batman y Faith.
- ¡Faith! –exclamó Zauriel al verla- ¿Qué es lo que ha pasado?
- Demasiado largo para contar –le respondió Batman-. Tenemos que encontrar a Jesse, Huntress y Nightwing.
- Igual que mi magia os ha encontrado lo hará con ellos –dijo Manitou.
En el Sector 23.
El combate seguía volviéndose cada vez más encarnizado. Celda logró superar la defensa de Nightwing y le asestó un brutal puñetazo en la boca, que empezó a sangrar. Ignorando la herida devolvió el golpe con una patada voladora en el abdomen y sin darle tiempo a recuperar la respiración le golpeó en los tobillos.
Celda cayó al suelo pero se revolvió y consiguió enganchar con ambas piernas a Dick y arrojarlo al suelo. Como un león saltó sobre el antiguo acróbata de circo, pero en lugar de su presa se topó con un preciso cabezazo en la frente, justo entre los ojos. Celda se tambaleó, y tropezó con la pared, en el suelo vio una tubería suelta. La agarró e intentó clavarla en el pecho de Nightwing. Dick Grayson saltó a un lado esquivándola por los pelos. El brillo de un arma le llegó por el rabillo del ojo. Celda también la vio. Empujó a Nightwing y fue a por la pistola. Dick le hizo una zancadilla y se adelantó, cogiendo el arma. Celda, pensando que no la usaría, le golpeó en la cara. Grayson se dejó caer para evitar la mayor parte del golpe. Sin ser del todo consciente de sus actos disparó el arma contra su contrincante, que se abalanzaba sobre él como un elefante en una estampida. Una, dos, tres balas impactaron en su pecho hasta frenarlo.
- ... Kof... Te lo dije... pajarito... tú no eres... de los buenos...
Nightwing dejó caer la pistola mientras miraba el cuerpo sin vida de Celda. No podía creer que él hubiese hecho aquello, que hubiese roto su juramento de nunca matar.
Al levantar la mirada vio a Batman y al resto de Outsiders que acababan de llegar. En sus rostros se notaba la sensación de sorpresa por lo que habían visto. Batman no le dijo nada, sólo hizo un gesto para salir de allí.
El pequeño Geoff salió de la celda y se agarró a la pierna de Nightwing. Éste lo cogió entre sus brazos y salieron del Sector 23.
Los pasillos de Black Riot estaban plagados de soldados tirados por tierra. Algunos de ellos sólo estarían heridos, otros directamente muertos. Todos los Sectores habían quedado dañados por las explosiones y sus prisioneros habían luchado contra los soldados. Poco podían hacer éstos por mucho armamento que llevaran encima contra cientos y cientos de metahumanos llenos de odio.
Los Outsiders se detuvieron al ver la imponente figura de Geo-Force al fondo del pasillo.
- ¡Deteneos!
- ¿Y éste quién es? –dijo Zauriel
- Os lo dije antes. No quería llegar a esto, pero me habéis obligado.
- ¿Por qué, Brian? –preguntó Batman- La historia de Markovia está escrita sobre guerras y muertes. ¿Cómo puedes permitir lo que aquí ocurre, en tu propio país?
- ¡No quieras contarme la historia de Markovia! ¡Fui alterado para ser su campeón! ¡Yo soy su Rey! ¡Su salvador! Es fácil hablar desde la distancia, pero quienes viven aquí saben lo dura que es realmente la vida. Por las guerras civiles o la invasión de los Gigantes Milenarios (3) los markovianos viven en una situación paupérrima, con escasos recursos médicos, sin nada que echarse a la boca para dar de comer a sus hijos. Vuestro presidente nos ofreció la solución, la posibilidad de darle un vuelco al panorama.
- ¿Cómo?
- Black Riot. Una prisión para metahumanos, para todos aquellos que ellos consideraran enemigos peligrosos. Terreno cedido al Gobierno norteamericano a cambio de dinero, ayudas médicas... ¿Cómo negarle a mi pueblo la esperanza? Pero cuando vosotros llegasteis me pidieron... me exigieron que os hiciera frente. Haré lo que sea necesario para que esto siga adelante.
- ¡Lo mismo digo! –gritó Zauriel mientras se lanzaba hacia Geo-Force.
- ¡Zauriel, no! –exclamó Batman.
Geo-Force apenas se inmutó ante su golpe. Cogió por el cuello a Zauriel y lo lanzó contra tierra.
Una potente explosión atravesó el suelo dejando a un extremo a Geo-Force y Zauriel y en el otro al resto de los Outsiders.
- ¡Marchaos, amigos! ¡Yo me encargaré de él! –exclamó Zauriel mientras se levantaba y se enzarzaba en un duro combate con el Rey de Markovia.
- ¡Zauriel, no! –gritó Faith
De repente una nueva explosión impactó de pleno en el cuerpo de los dos combatientes.
- ¿Dónde están? ¡No les veo! –gritó Faith
- Estén donde estén no podemos seguir aquí –dijo Batman.
- ¡Batman, ya dejamos atrás a Major Disaster! ¡No podemos dejarle a él! ¡Y tenemos que encontrar a Jesse y Huntress! –dijo Faith
Batman le golpeó en uno de sus puntos nerviosos y cayó en tierra inconsciente. Seguidamente la levantó y la puso entre sus brazos.
- Nos vamos de aquí. Manitou, tendrás que guiarnos de nuevo.
- Batman –dijo Nightwing titubeante-… Lo que pasó antes…
- Éste no es el mejor momento para hablarlo.
- ¿Sabes lo que más me duele, ángel? Que sean los Outsiders, un grupo al que apoyé arriesgando mi patria y ahora os volvéis en mi contra.
- No debiste aliarte con Luthor.
- ¿Y qué otra opción me quedaba? ¿Ver como se hundía mi país? Pero cómo podéis venir a mi hogar a echarme en cara mis tratos con Luthor cuando Aquaman ha firmado acuerdos con él. Es el presidente de los Estados Unidos, lo ha elegido el pueblo soberano y eso es algo que no podéis cambiar ni con todo vuestro poder. No sois quien de decirme nada.
- Aquaman no ha permitido que Luthor instale un campo de exterminio de metahumanos en su reino.
Geo Force apretó furioso los dientes, no tenía réplica para eso. Con su poder aumentó el peso de Zauriel para hacerlo bajar del cielo. Zauriel se lanzó en picado sobre Geo Force aprovechando la estrategia del monarca de Markovia. Dos bolas de lava impactaron en el rostro de un sorprendido Zauriel.
- ¿No te lo esperabas?
- No creía que recurrías a eso.- Respondió Zauriel mientras apartaba la lava de sus ojos. Geo Force empleó su fuerza sobrehumana para golpear en el pecho al ángel mientras estaba distraído con la lava. Uno, dos, tres golpes. Sin pausa. Zauriel se rehizo y contraatacó.
- Yo también sé pelear.
- Pues demuéstralo.
Los golpes volaron de las dos partes. Un puñetazo. Una patada. Dos seres dotados de grandes poderes se portaban como dos matones callejeros. Consciente de las limitaciones de Geo Force Zauriel procuraba separarle de la tierra poco a poco, procurando que no se enterase. Geo Force le siguió en su lento ascender, pero tenía otros planes como pronto pudo comprobar el ángel. Sin previo aviso se propulsó como una bala de cañón contra Zauriel cogiéndole desprevenido y se lanzó contra una montaña. La explosión resonó a varios kilómetros a la redonda.
A medida que iban avanzando Manitou Raven despejaba con sus poderes el espeso humo que les impedía saber por donde ir. De repente un gigantesco robot apareció golpeando con fuerza sobre el hechicero. Manitou era uno de los mejores místicos del planeta, pero físicamente no pasaba de ser un hombre normal y corriente. El fortísimo golpe propinado le dejó en tierra ensangrentado.
De entre el humo se pudo ver también la figura del General Manson que apuntaba con una pistola hacia Batman.
- Démela, Batman –dijo el General claramente enfadado-. Les dije que Faith era nuestra. No voy a perder esta guerra.
- Ya no hay nada por lo que puedas luchar, Manson. Black Riot está cayéndose abajo. Todos sus presos están escapando. Tus soldados o están muertos o huyen también. Estás acabado. Todo lo que hacías en este lugar está acabado.
Manson se quedó en silencio mientras seguía empuñando con fuerza su pistola.
- Sabe, tal vez tenga razón. Esta será una mancha en mi historial. Un fracaso después de décadas de éxito al servicio de mi país.
- Si por mí fuera sólo entrarías en los libros de historia como el maldito genocida que eres, Manson -le dijo Nightwing.
- ¿Cree que todo esto me gusta? ¿Cree que disfruto viendo morir a seres humanos? ¡He visto más muerte y sufrimiento de la que pueda imaginar, maldición! ¡Pero lucho por aquello en lo que creo!
- ¿En qué crees? ¿En un Hitler erigido Presidente?
- Ustedes violan nuestra intimidad. Sobrevuelan nuestros cielos, caminan entre nuestras paredes, saltan por nuestros tejados. ¿Cómo se sentirían en un mundo en el que no son más que hormigas frente a los elefantes que les aplastan?
- Luchamos por aquello en lo que cre…
- Entonces no somos tan distintos, ¿verdad, chico? Nos guiamos por nuestras convicciones, aunque éstas nos hagan enfrentarnos a otros.
Podría ordenarle a este robot que acabara con vosotros. Pero a decir verdad… No quiero pasar mis últimos minutos de vida arrancándole la vida a más personas –el General dejó caer su pistola y despasó los botones de su chaqueta. A la vista quedaba una profunda herida por la que sangraba a borbotones-. Un disparo fortuito de algún soldado. Moriré en poco, lo sé. Márchense. Sus otras dos compañeras fueron liberadas y están a salvo en el exterior. ¡Kof-Kof!
Los Outsiders siguieron avanzando para llegar a la salida, pero Nightwing se detuvo brevemente. Dejó al pequeño Geoff en tierra y se acercó para hablarle por última vez a Manson.
- No acaba todo aquí, ¿verdad?
- Por supuesto que no, Grayson. Por su identidad secreta, y por la de su tutor, puede confiar en que es un secreto que me llevo a la tumba.
- ¿Y Faith? ¿Por qué la quieren recuperar con tanta ansia? ¿Qué tiene que es tan importante?
- Todo a su debido momento, muchacho.
- Y los robots Iron…
- La guerra comenzó hace mucho y sin que ustedes se percataran… ¡Kof-Kof!... Black Riot nos sirvió para aminorar lentamente la vasta cantidad de metahumanos en todo el mundo. Sí, Black Riot será cenizas, pero ha permitido igualar a los dos bandos. Pronto la guerra explotará definitivamente. El futuro es más oscuro de lo que pueda imaginar, señor Grayson, y por su bien espero que se replantee en qué creer.
En el exterior de Black Riot.
- ¡Huntrees, mira! –exclamó Jesse Quick- ¿No son aquellos Batman y los demás?
- ¡Dios, sí! ¡Jesse, la prisión va a explotar! ¡No saldrán a tiempo!
Sin pensarlo dos veces Jesse pronunció la fórmula mágica que le proporcionaba su poder sobre la velocidad. Al igual que Flash, Jesse podía extender su velocidad a los objetos en movimiento, como era el caso de sus compañeros, y así salvarlos.
- ¿Estáis bien? –les preguntó la velocista.
- Perfectamente, Jesse. –respondió Nightwing- ¿Y tú Geoff?
- Uauh, ¡qué velocidad!
- Creo que eso es un sí.
Tal y como había vaticinado Huntress Black Riot sufrió su última explosión que se dejaba ver entre la polvareda y humareda levantada.
Los Outsiders no estaban solos. A su alrededor cientos de soldados, miembros del personal y presos contemplaban aquello como el fuego artificial del 4 de julio.
Faith despertó de su inconsciencia a punto para ver la llegada de Zauriel, que llegaba victorioso de su combate con Geo-Force. La chica se levantó y se lanzó a sus brazos contenta de volver a verle.
- ¡Ey, tranquila, tranquila, ya ha pasado todo!
- ¿Qué fue de Geo-Force? –le preguntó Batman.
- Euh… Yo le…
- Ya habrá tiempo para hablarlo –le interrumpió Nightwing.
- Tendremos que hablar de muchas cosas, sí. Pero de momento nos hemos llevado una victoria. Y con ella tiempo de descanso, Outsiders. Jesse, Faith, Zauriel, Manitou… Lo habéis hecho muy bien.
- ¿Y de mí no opinas, gran líder? –le dijo Huntress- De no ser por mí ni habríais sabido donde ir.
Major Disaster había muerto. Geo-Force, el hombre con el que luchó codo a codo hace años, podía estarlo también. Y cientos de metahumanos habían sido asesinados en Black Riot, se lo merecieran o no. Aunque no era el mejor momento, Batman se permitió sonreír por un segundo.
Dos días después.
Washington. La Casa Blanca.
El Presidente de Estados Unidos, Lex Luthor, estaba en el Despacho Oval repasando diversos documentos antes de retirarse a comer. De repente la puerta del despacho se abrió y entraron varias personas de su gabinete. Entre ellas el Vicepresidente Pete Ross y la Secretaria de Asuntos Metahumanos, Amanda Waller.
- ¿Qué es lo que sucede? –preguntó Luthor.
- Señor, tiene que ver esto –dijo Ross mientras ponía en marcha el televisor del Despacho Oval-. No le va a gustar, señor. La programación de los canales de televisión del mundo entero ha sido sustituida por esto.
Todos se quedaron en silencio mirando y escuchando atentamente al televisor.
“Ciudadanos de todo el mundo, y especialmente de los de Estados Unidos, mi nombre es Nightwing. Desde hace años me enfrento a toda clase de criminales y delincuentes. He luchado por aquello en lo que creo firmemente que es lo más correcto. Y aunque los medios de comunicación me han achacado toda clase de falacias, no ha sido hasta hace poco que se me culpó de lo que más puede haberme dolido en la vida: la masacre ocurrida en Los Angeles.”
“El Presidente de los Estados Unidos, Lex Luthor, me adjudicó la total responsabilidad de lo que allí ocurrió junto a otros de mis compañeros. Acepto mi parte de responsabilidad como también les quiero dejar clara la de Luthor.”
“Luthor se vanagloria del descenso de la actividad por parte de la comunidad de supervillanos. Sin embargo, la realidad es que muchos de ellos han sido encarcelados en un matadero llamado Black Riot. Han matado a niños y niñas que no representaban ningún tipo de amenaza para la sociedad. Han violado impunemente los derechos humanos de los que todos tenemos posesión.”
“Luthor se felicita por el poder militar de que dispone su país contra cualquier amenaza. Ciertamente los Estados Unidos han desarrollado la mayor fuerza de choque, los robots Iron, aunque oficialmente nadie hable de esto. Robots superpoderosos capaces de destruir ejércitos y conquistar naciones.”
“Escúchenme: no soy un terrorista. No maté a todas aquellas personas voluntariamente. Fue uno de esos robots el que derribó el avión de Waynetech en el que yo iba y que provocó el desastre.”
“Luthor les ha engañado. Manipula cualquier cosa que tenga a mano con tal de poder atacar a la comunidad superheroica.
“El Gobierno de Luthor trabaja en las sombras desarrollando poco a poco sus planes. No pararán hasta destruir a la comunidad superheroica. Créanme o no. Las pruebas sobre Black Riot o sobre los Protocolos Iron les serán entregadas a todos los medios de comunicación mañana mismo.”
“El hombre que rige el destino de millones de personas llevará al caos a este mundo si no lo detenemos.”
- ¿Qué... qué opina, señor? –dijo Ross.
- Déjenme a solas.
- Pero –dijo Amanda Waller-...
- A solas.
Luthor no mostraba sensación alguna de temor por lo que acababa de oír. Se levantó de su asiento y retiró con su mano la cortina para poder ver a través de la ventana. Estuvo así durante varios minutos. Pensando. Reflexionando.
- Jaque. Mi turno.
FIN
Raúl Peribáñez
De octubre a diciembre de 2006.
Gracias a John Schneider y Jerónimo Thompson por su colaboración.
Referencias:
(1) Ver JLA: Sueños americanos (Norma Editorial).
(2) Ver JLA: III Guerra Mundial (Planeta DeAgostini). La misteriosa misión asignada a Zauriel fue citada por primera vez en Outsiders nº 6 (AT).
(3) Hace ya muchos años en un crossover de Superman publicado en español por Vid. Tiempo más tarde, en Superman nº 3 (Norma Editorial) hubo una fuga en una central nuclear que provocó un gran desastre en el país.
(1) Ver JLA: Sueños americanos (Norma Editorial).
(2) Ver JLA: III Guerra Mundial (Planeta DeAgostini). La misteriosa misión asignada a Zauriel fue citada por primera vez en Outsiders nº 6 (AT).
(3) Hace ya muchos años en un crossover de Superman publicado en español por Vid. Tiempo más tarde, en Superman nº 3 (Norma Editorial) hubo una fuga en una central nuclear que provocó un gran desastre en el país.
Un muy buen arco a la altura de las expectativas. Se ha puesto a algunos personajes en situaciones límite, y ahora lo interesante es ver como viven con ello.
ResponderEliminarEso si, aunque ya lo sabía creo que se mata con demasiada ligereza a algunos personajes, tanto de DC como creados por el autor y que podrían haber sido bastante interesantes.
Pero bueno, mi valoración final es muy buena jejeje ^^