Superman: Fantasmas en el sótano nº 04

Titulo: Fantasmas en el sótano (IV)
Autor: Jose Angel Ares “Pater”
Portada: Jose Angel Ares “Pater”
Fecha de publicación: Diciembre de 2007

La apasionante y espectacular conclusión de Fantasmas en el Sotano



Amanece en Metrópolis. El helicóptero de la policía recorre las caóticas calles informando a los desesperados ciudadanos que mantengan la calma, pero el sonido del megáfono se enmudece.

- Maldición, esto no funciona…- mastica uno de los policías.

- Pues a este cacharro le queda poco combustible – dice el piloto, testeando el indicador de combustible- así que mejor nos retiramos.

- Sí, vámonos antes de que…

El helicóptero detiene su vuelo ante uno de los ciborg de Liam. A través de sus ojos analiza el helicóptero y su capacidad ofensiva.

- Oh, no… ¿qué armas hay…? – pregunta titubeante el piloto.

- Tenemos dos pistolas y un subfusil encasquillado… lo más ofensivo que podemos hacer es insultar a su fabricante – dice su compañero, sonriendo mientras un sudor frío le empapa la cara.

- Practica palabrotas y agárrate, camarada – ordena el piloto mientras echa mano a los controles con decisión-, porque te voy a salvar la vida.

El helicóptero emprende la huída a gran velocidad con un giro de 180 grados que a punto está de destrozar las hélices contra un edificio paralelo.

El aparato serpentea entre los rascacielos seguido de cerca por el ciborg, hasta que éste neutraliza la distancia que lo separa del helicóptero con un último impulso, aprisionando entre sus manos el fuselaje.

Piloto y compañero vacían los cargadores de sus pistolas en el ciborg, sin producirle daño aparente, pero cuando la máquina echa su mano al interior para agarrarles, el piloto tira su pistola contra la cabeza del robot, y éste se detiene en seco.

- Dije que te iba a salvar la vida…

Por detrás del ciborg surge Superman; ha hundido su puño en la espalda de la máquina.

- Buenos días… ¿estáis bien?

Los dos policías se miran el uno al otro y luego a Superman, atónitos.

- Has… has vuelto…

Superman deposita el helicóptero en el suelo, junto los policías y el cuerpo inactivo del ciborg.

- ¿Qué ha pasado, Superman?- pregunta el piloto- Hay otro tío con la “S” por ahí que…

- Lo sé… ayudad en lo que podáis… yo me encargaré de él.




Liam, indiferente, sobrevuela las calles atestadas de gente pidiendo auxilio, que al verle se esconden entre los escombros humeantes. El polvo del destrozo se arremolina a su alrededor mientras el agua de las bocas de incendios crean una fina capa de lluvia a ambos lados.

La mente de Liam parece estar muy lejos, pero el impacto de una piedra en su rostro atrae su atención de inmediato. Firme, desciende al suelo; enfrente suyo el culpable de la pedrada: Mathew, un chico de 15 años que ha pasado de desear con todas sus fuerzas el regreso de su héroe, a odiarse por ello, visto el resultado. Un gesto de ira creciente se refleja en su mandíbula apretada y en su mirada, centelleante por unas lágrimas cuyos ingredientes son miedo, impotencia y cólera a partes iguales.

Liam sonríe despectivamente; con su mano coge al chico de la camisa y lo eleva hasta encararse a él, momento en el que sus ojos se tornan de un rojo que hace sudar al joven. Pero Mathew no aparta la mirada. Mathew ni siquiera parpadea.

- Un niño… un niño se enfrenta a mí… ¿eres lo mejor que puede ofrecer tu mundo?- le susurra Liam.

- Suéltale… ya- resuena atronadoramente cerca de ellos.

Mathew cae al suelo y pronto se ve arrastrado lejos de allí por los brazos de dos mujeres.

Liam, apretando las mandíbulas, ve como Superman desciende delante suyo.

Ambos se miran fijamente.

- ¿Vienes a reclamar tu ciudad?- dice Liam con cierto tono de burla.

- No es mi ciudad… y tampoco la tuya. No causarás más daño… Liam.

- ¡Yo soy Superman!- grita a pleno pulmón Liam, con tanta fuerza que hace estallar todo lo que es más frágil que la piedra en torno a Superman.

- Ésta no es la manera, Liam… viniste a mí por ayuda, y…

- ¡¿Ayuda?!... ¿de ti?... cómo te atreves… cobarde, maldito… ¡traidor!

Superman no ve el primer puñetazo hasta que impacta directamente en su cara, recibiendo acto seguido una batería de impactos por todo su cuerpo sin darle tiempo a reaccionar.

Segundo tras segundo, Liam continúa su ataque, sin descanso, descargando toda su fuerza en su enemigo sin titubear… hasta que dos fugaces rayos láser cruzan su cara, obligándole a retroceder unos centímetros, el espacio que necesita Superman para recobrar al aliento y a supervelocidad, impactar con todo el peso de su cuerpo contra el pecho de Liam, cegándole justo después congelando sus ojos con su superaliento; Liam recobra la vista con su visión calorífica, pero Superman ya se ha colocado a su espalda, agarrándole por detrás férreamente y una milésima de segundo después, ambos salen despedidos hacia el cielo.

Mathew y los metropolitanos miran paralizados hacia el cielo, mientras el polvo levantado por el veloz ascenso desaparece en forma de fina nube.

Superman y Liam ascienden a tanta velocidad que ambos son un borrón azul y negro hacia el espacio exterior.

Superman usa todas sus fuerzas para aferrarse a Liam que, lejos de seguir intentando liberarse, se impulsa acelerando aún más el vuelo de ambos, que atraviesan como un rayo un satélite de comunicaciones, haciéndolo pedazos.

Los dos impactan violentamente contra la luna, pero sin romper el eterno silencio espacial.

Del fondo del cráter que han originado, Liam se alza, con esfuerzo, clavando sus dedos en su garganta. Liam se ahoga por la falta de oxígeno y la desesperación se vuelve locura cuando ve avanzar a Superman hacia él. Con el cerebro hirviéndole arranca un pedazo de roca lunar de grandes dimensiones y lo lanza contra la Tierra. Superman ve como la roca ya ha impactado contra otro satélite y que continúa su caída hacia la superficie terrestre junto con los pedazos del satélite… y emprende su persecución y erradicación sin dudarlo, dejando atrás a Liam.

Éste sonríe durante un segundo, y al siguiente cae pendiente abajo, sin fuerzas, con lo poco que le queda de vida clamando una muerte rápida. Sus ojos observan las estrellas como nunca las había visto, como un mar de pequeñas velas cuya luz le darán mortaja.

Pero una sombra rompe su visión y le ve. Alza su mano derecha y es cogida con fuerza. Klaus recoge del suelo lunar a Liam… no como un padre a su hijo, sino como un rey a su vasallo.

Superman hunde sus dedos en la roca lunar deteniendo su caída mientras incinera los restos que la acompañaban con su visión láser. Deja caer la roca en mar abierto y se gira para volver a la luna, pero los robots de Liam se lanzan en marabunta sobre él, hundiéndose todos en las profundidades del océano.

Liam despierta dentro de una boca de metro abandonada, recostado entre desechos y restos de la destrucción que ha causado. Le duele la garganta y el dolor en su cabeza y corazón es como una espada calentada al rojo que le atravesase una y otra vez. Cuando tose ve caer gotas de sangre mezcladas con su saliva al suelo.

Klaus surge de entre las sombras.

- Dámela…-gimotea Liam, notando como un millón de alfileres se clavan en su garganta con cada sonido que emite-…dámela… la necesito…

Klaus saca el pequeño recipiente con el líquido que ha estado inoculando a Liam desde hace días. Su brillo hace que Liam abra sus ojos como una urraca ante la mayor de las joyas.

- Una dosis y estarás como nuevo…

- Sí…

- Una dosis… y seguirás con tu pequeño juego de niño malcriado, humano insignificante…

El ansía de Liam se torna confusión durante un instante.

- Hay veces es las que un depredador mira a su alrededor y ve que el mundo para el que ha sido destinado a dominar no es más que una ilusión de un falso futuro… una prolongación de necesidades pasadas… Es entonces cuando el depredador se detiene, reposa sus garras y da una oportunidad.

- ¿Una…?

- Sí, una oportunidad al mundo… la madre de todas sus víctimas, sus presas por derecho de nacimiento.

Echando una mano hacia atrás, saca de entre las sombras a una temblorosa Saphira, a la que empuja sobre Liam.

- Liam Lyke… yo te doy la oportunidad de irte con tu igual…

- Liam y Saphira entrecruzan sus miradas… ella esboza una sonrisa llena de amor incondicional, pero él le responde con una mirada llena de odio desacerbado.

- Ella… no… es… mi… igual…-Liam aparta la mirada de Saphira-…ella no es nada…

La chica se levanta y corre hacia la salida, llorando desconsoladamente.

- Ahora… dámela…-exige Liam.

Klaus envuelve el recipiente del líquido con su puño, destrozándolo ante el gesto desencajado de Liam.

- Has cometido el último error de tu vida –sentencia Klaus abriendo su mano, mientras el líquido y el cristal roto se precipitan en una espiral de pequeñas luces centelleantes, que se reflejan en los húmedos ojos de Liam.




A kilómetros de distancia, Superman lucha en el lecho marino contra los robots, ayudándose de las corrientes marinas para convertirles en proyectiles contra ellos mismos, pero son demasiados y después del combate contra Liam no encuentra fuerzas para lograr la victoria… por lo menos una victoria rápida. Pero sigue golpeando y golpeando con la única idea en la cabeza de que Liam está ahí fuera y es su responsabilidad detenerle cuanto antes.

Pero por cada robot que se saca de encima aparecen tres que le devuelven a las profundidades… y ya hace mucho que consiguió su última bocanada de aire fresco.

Sus manos arrancan lecho marino para romper la formación de los robots y conseguir algunos segundos que le permitan pensar su próximo contraataque, su visión calorífica hierve el agua a su alrededor para impedir ser visto con claridad, con su supervelocidad crea remolinos como barreras… y sin embargo los robots siguen embistiendo… y el tiempo se agota… y el oxígeno en sus pulmones se extingue… y lo que nunca creyó ver en vida sucede, cuando Lex Luthor, ataviado con una tosca armadura color esmeralda, funde los plexos de los robots con unas increíbles descargas láser, eliminándolos a todos en cuestión de segundos.

Superman intenta salir al exterior, pero sus piernas ya no soportan su peso y arrodillado, ve a Luthor frente a él, sonriendo tras el visor transparente de su casco. Lex extiende su brazo hacia Superman, portando uno de los cañones que ha usado para deshacerse de los robots… y una luz surge de él, incrementándose a cada segundo… hasta que desaparece, y solo su mano, extendida. Superman la coge y ambos salen al exterior.

La “S” aumenta de tamaño cuando Superman coge aire de nuevo, suspendido en el aire, mientras recibe la luz del sol que le sirve de poder.

- Pudiste acabar conmigo, Lex… No te tengo como alguien que echa a perder las oportunidades que le brinda la vida…

- No es el momento, ni el lugar… hoy debes vivir para liberarnos de Liam… sin ánimo de ofender, pero solo una escoria alienígena ultra fuerte como tú puede detenerle…

- Sin ánimo de ofender, Lex… ¿por qué te cagas de miedo frente a Liam cuando yo soy tu gran enemigo?

- Porque él es humano… es más peligroso.




Liam, desesperado, lame el líquido del suelo. Klaus le mira con desprecio, rodeándole con paso calmado y firme.

- Cuando te aferras a una cadena con un eslabón débil, esa debilidad es tu condena… pero sigues luchando, aún sabiendo que por mucho que avances, la cadena se romperá…sin vuelta atrás.

Klaus se detiene y atrapa con su poderosa mano la cabeza de Liam.

- Recuerda, eslabón humano… saborea las acciones pasadas, digiere los errores cometidos… y sé pasto de las consecuencias.

Un tren de recuerdos descarrila e impacta contra el cerebro de Liam… y se ve a sí mismo desarrollando un Superman ciborg para Lex Luthor… se ve recibiendo los datos de las pruebas que le diagnostican un cáncer muy avanzado… se ve cambiando en secreto el proyecto del Superman ciborg, modificándolo en la creación de un traje que reúna las capacidades de Superman, su fuerza, su resistencia, su capacidad de obtener poder y vida a través de la luz del sol, una posibilidad entre un millón de detener su enfermedad fortaleciendo sus células… se ve a punto de desmoronarse cuando comprueba que necesita de una energía de ciertas características muy especiales para que el traje funcione, y llorando de la alegría cuando descubre entre la documentación de Luthor que el portal a la Zona Fantasma de la Fortaleza de la Soledad de Superman puede proveerle de tal energía… se ve con el traje puesto frente al portal, activado y rebosante de energía que canalizará hacia si mismo, acariciando tembloroso la pequeña “S” que hay sobre su corazón… se ve activando el mecanismo que le convertirá en Superman, cuando alguien surge del portal…

- ¡Tú! –grita Liam, observando con terror a Klaus, que sigue agarrándole la cabeza con fuerza.

Y Liam se ve arrodillado frente al portal de la Zona Fantasma, mientras la energía acumulada atraviesa a Klaus hasta impactar contra su traje… se ve roto de dolor, mientras Klaus, más ente de energía que ser físico, le envuelve en un tornado de luz abrasadora exigiéndole su cuerpo y su fuente de poder… se ve luchando como un perro rabioso contra el recién llegado Superman, golpeándole con el poder de un dios y la sed de sangre de Klaus, que es uno con él, intentando poseer a Superman, dejándole a él atrás… y se ve en medio de una oscuridad casi total, sin saber quién es ni el lugar donde se encuentra… solo logra ponerse en pie, arrancando un pedazo de tela de un cuerpo que tenía cerca… tiene frío y la tela que tiene en las manos, con una “S” roja sobre fondo dorado en ella, le da calor… e inconscientemente emprende el vuelo, desapareciendo entre la ventisca del lugar.

Klaus suelta a Liam, que cae al suelo entre sollozos.

- Yo creía… que… yo fui… dios mío, ¿qué es lo que he hecho?

- Soy Klaus, convicto de la Zona Fantasma desde que la casta de los EL me vencieron en la Batalla de los Pozos de Krypton… tú me liberaste al activar el portal sin los protocolos necesarios, tú te convertiste en la posibilidad de poseer un cuerpo dotado de poder para ejecutar mi venganza… pero tanto tiempo de encierro me volvieron impetuoso y egoísta, y creí poder obtener el cuerpo del propio hijo de Jor-EL… y fallé…

Klaus clava una rodilla en el suelo, encarándose con Liam.

- No soy un gran entendido en la materia… pero deduzco que al intentar ser uno con Superman siendo aún parte de ti, sus recuerdos pasaron a tu cabeza –dice, golpeando la frente de Liam con su dedo-… eso te convirtió en una bestia sin razocinio, dándome tiempo para idear la forma de asimilar aquello que te une a tu traje de poder…

- Ese líquido…

- En Krypton lo usaba para cambiar el metabolismo de mis… pacientes… y hacerlos totalmente compatibles con mi pauta energética… permanentemente- Klaus se pone de pie nuevamente- Con Superman inconsciente, logré hacerme con el material que necesitaba allí mismo… y habiéndote poseído durante un lapso de tiempo considerable retuve parte del poder que atesorabas entonces… el resto es historia sabida… y la tuya ha llegado a su fin.

- He gastado mi poder… y tu droga ya ha hecho su efecto… tu energía vital reactivará el traje una vez me poseas… y tendrás…entre un 35 y un 55% de posibilidades de poseer… a Superman… pero ya no quieres eso… solo deseas…

- Matar al hijo de Jor-EL, acabar con todo de una vez… retirarme sabiendo que soy el mayor depredador, con una vida plena…

- Hazlo ya…- susurra Liam, postrado en actitud totalmente derrotada, mientras la luz del sol atraviesa la boca de metro hasta llegar a él-…solo quiero dejarlo todo atrás…

- Adiós, humano…

Klaus despide luz a través de sus poros y la estancia se ilumina totalmente, sin atisbo de sombra alguna. Un blanco cegador lo llena todo… y un segundo después, el sol vuelve a hacer acto de presencia en el lugar. Liam se levanta del suelo sin esfuerzo y sale al exterior, donde encuentra a Superman.

- Cuánto tiempo.

- Tu voz…

- La piel es del humano pero la vida que contiene es la mía- Klaus mira a derecha e izquierda- Tanta destrucción a tu alrededor… supongo que es la maldición que acarreas como superviviente de un mundo muerto…

- Aquí y ahora, voy a poner fin a esto…

- ¿Aunque te cueste la vida?... sí, claro que sí…

Ambos salen despedidos el uno contra el otro, impactando de forma tan devastadora que la onda expansiva destruye los cimientos de la calle donde se encuentran, cayendo como árboles talados sin control, provocando un caos terrible.

Desde la zona más costera de Metrópolis, donde Superman ha llevado a todos los ciudadanos que ha encontrado, se siente, entre temor e incertidumbre, el choque de los dos titanes, albergando la esperanza de despertar de la pesadilla.

El pavimento y los vehículos abandonados son destrozados y sobrevuelan el aire con cada impacto que da y recibe cada uno de los contendientes, convirtiendo la zona en un infierno inhabitable. Segundo tras segundo, minuto tras minuto, puños de acero y ojos de lava cruzan ataques a la velocidad del sonido mientras el centro de la ciudad se deshace en cenizas. Es entonces cuando la lucha se concentra en un cara a cara entre los dos, agarrándose el uno al otro con todas sus fuerzas mientras el aire arde junto a ellos.

- ¡Yo soy superior a ti!-grita Klaus- ¡No me quitarás mi victoria!... ¡pase lo que pase…!-dice con la mandíbula apretada al mismo tiempo que comienza a brillar-…yo…venceré…

En ese momento Superman intenta separar sus manos de Klaus, pero éste, ya convertido en un ser de pura energía, comienza a introducirse en su piel, iluminando sus venas y nervios.

- ¡No!-oye Superman, y la voz no es la que oía hasta ahora en su enemigo.

- ¡Yo soy la mecha que te da soporte, Klaus!-grita Liam, materializándose como una sombra creciente en el interior de Klaus-… ¡y si yo me consumo, tú mueres conmigo!

- ¡Liam, detente!-le grita Superman- ¡lograré detenerle, no te sacrifiques inútilmente!

- ¡Quise vivir un tiempo que no me pertenecía, Superman! ¡Tuve la oportunidad de curarme como ser humano y morir en paz… pero enfermé como un dios y todo se ha roto en pedazos! ¡Se acabó!

- ¡No! ¡Aún podemos…!

Una bala cruza el torrente de energía y la sangre se precipita contra el suelo. Una milésima de segundo después la luz desaparece. Liam cae muerto al suelo, con un agujero en la cabeza. Superman cae arrodillado cerca, con sus manos abrasadas y gesto de abatimiento. Cerca suyo aparece Saphira, con un revolver que deja caer al suelo, a punto de romper a llorar. Varios metros más atrás, Lex Luthor emprende el vuelo sigilosamente, pero no lo suficiente como para que Superman no perciba su presencia, apretando sus puños con impotencia.

La chica se arrodilla junto el cadáver de Liam, al que cierra los ojos con sus dedos.

- ¿Quién eres?-pregunta Superman.

- Él me salvó… Superman me salvó…-dice ella, abandonando el lugar con paso cansado.

Horas después, el ejército ha llegado a la desubicada Metrópolis, llevando toda la ayuda posible a los consternados ciudadanos.

En uno de los puestos médicos, Superman besa a Lois, que ha despertado al fin.

Por su parte, Luthor observa el traje de Liam destrozado contra una pared y una frase grabada a fuego en la piedra: “De vez en cuando los fantasmas del sótano salen a la luz”.

Y lejos de allí, Saphira recorre uno de los puentes derruidos, apretando contra su pecho una pequeña “S” roja escarlata.



FIN

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